MENSAJES PARA LOS JÓVENES

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labores de los padres. Estos jóvenes tan sólo han comenzado en serio la guerra contra el pecado y contra los males del corazón natural, y necesitan en un sentido especial el consejo y el cuidado vigilante de sus padres. UN TIEMPO DE PRUEBA PARA LOS JÓVENES Los jóvenes observadores del sábado que han cedido a la influencia del mundo, tendrán que ser probados. Los peligros de los postreros días están por sobrecogernos, y espera a los jóvenes una prueba que muchos no han anticipado. Se verán envueltos en perplejidad angustiosa, y la sinceridad de su fe será probada. Profesan esperar al Hijo del hombre; sin embargo algunos de ellos han sido un miserable ejemplo para los incrédulos. No han estado dispuestos a renunciar al mundo, sino que se han unido a él asistiendo a pic-nics y otras reuniones de placer, lisonjeándose de que participan de diversiones inocentes. Sin 374 embargo, son precisamente estas complacencias las que los separan de Dios, y los hacen hijos de este siglo. Algunos están inclinándose constantemente hacia la mundanalidad. Sus opiniones y sentimientos armonizan mucho mejor con el espíritu del mundo que con el de los abnegados seguidores de Cristo. Es perfectamente natural que prefieran la compañía de aquellos cuya espíritu concuerda mejor con el suyo. Y los tales tienen demasiada influencia entre el pueblo de Dios. Tienen parte con él y son nombrados entre él; pero son un mal ejemplo para los incrédulos y para los débiles no consagrados de la iglesia. En este tiempo de acrisolamiento, estos creyentes profesos serán completamente convertidos y santificados por la obediencia a la verdad, o serán dejados con el mundo para recibir su recompensa con él. Dios no reconoce como seguidor suyo al que busca el placer. Únicamente los abnegados, los que viven con sobriedad, humildad y santidad, son verdaderos seguidores de Jesús. Y los tales no pueden disfrutar de la conversación frívola y vacía del que ama al mundo. SEPARACION DEL MUNDO Los verdaderos seguidores de Cristo tendrán que hacer sacrificios. Rehuirán los lugares de diversión mundanal porque no hallan a Jesús allí, ni influencia alguna que los predisponga para el cielo y aumente su crecimiento en la gracia. La obediencia a la Palabra de Dios los inducirá a abandonar todas estas cosas y a separarse de ellas. "Por sus frutos los conoceréis",* declaró el Salvador. Todos los que sigan verdaderamente a Cristo llevarán fruto para su gloria. Su vida testifica que el Espíritu de Dios ha realizado una buena obra en ellos, y dan fruto para la santidad. Su vida es elevada 375 y pura. Las acciones correctas son el fruto inequívoco de la verdadera piedad y los que no llevan fruto de esta clase revelan que no tienen experiencia en las cosas de Dios. No son uno con la Vid. Dijo Jesús: "Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos: el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer".* Los que quieren adorar al verdadero Dios deben sacrificar todo ídolo. Jesús dijo al doctor de la ley: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y el grande mandamiento".* Los primeros cuatro preceptos del Decálogo no permiten que separemos de Dios nuestros afectos. Ninguna cosa debe compartir nuestro supremo deleite en él. No podremos avanzar en la experiencia cristiana mientras no pongamos a un lado todo lo que nos separa de Dios. La gran Cabeza de la iglesia, que ha elegido a su pueblo entre los del mundo, requiere de él que se separe del mundo. Quiere que el espíritu de sus mandamientos, atrayendo a sus seguidores a sí, los separe de los elementos mundanales. El amar a Dios y guardar sus mandamientos es algo que dista mucho de amar los placeres del mundo y su amistad. No hay concordia entre Cristo y Belial. PROMESAS A LOS JÓVENES A los jóvenes que siguen a Cristo les espera una guerra; tienen que llevar diariamente la cruz al salir del mundo e imitar la vida de Cristo. Pero, hay registradas muchas promesas preciosas para los que buscan temprano al Salvador. La Sabiduría invita a los 376 hijos de los hombres: "Yo amo a los que me aman; y me hallan los que temprano me buscan".* "Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llama es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir".* "Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador


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