Mauricio Murillo Araya (Negrólder!!)
La comparación con el prójimo puede ser natural, pero no deja de ser infantil. Es la fuerza que a los hombres nos lleva a decir que el modelo de moda es homosexual y a las mujeres a no poder decir que otra mujer es bonita. Esa misma actitud es la que nos mantiene pendientes de los logros ajenos y nos enajena hasta el punto de nunca querer ser iguales o inferiores a los demás. Esto, sin lugar a dudas, es lo que nos ha llevado a juzgar a nuestro prójimo a velocidades reactivas aceleradas... no vaya a ser que otro nos juzgue primero; y claro, todo esto sin compasión que es sin lugar a dudas la peor forma de juzgar.
Como dije antes, salvo casos muy aislados, tendemos a no hacernos una autocrítica o a hacerla con una compasión desmesurada. Hay una falsa sensación de que el "quererse a sí mismos" significa mimarse hasta llegar a malcriarse. No estoy por una conducta autodestructiva o autodespectiva, pero para hacerse una autocrítica uno debe ponerse en frente de uno mismo y analizarse con la cabeza bien fría. Es por nuestro propio bien.
86