EL CIEGO TOMADO DE INTERNET
Había un ciego sentado en el andén de una calle de una populosa ciudad donde los transeúntes por su afán de ir a trabajar o estudiar ni se fijan en las personas, con una gorra a sus pies y un pedazo de madera que, escrita con tiza blanca, decía: “POR FAVOR AYÚDEME, SOY CIEGO”. Un creativo de publicidad que pasaba frente a él se detuvo y observó el rostro demacrado y triste de éste personaje que día tras día recurría a la caridad pública. También vio una gorra colocada en el piso con unas pocas monedas. Sin pedirle permiso tomó el cartel, le dio vuelta, tomó una tiza y escribió otro anuncio.
El ciego reconoció sus pasos y le preguntó si había sido él, quien reescribió su cartel y sobre todo cuál era su mensaje. El publicista le contestó: “Nada que no sea tan cierto como tu anuncio, pero con otras palabras”. Sonrió y siguió su camino. El ciego nunca lo supo, p e r o s u n u e v o c a r t e l d e c í a : “HOY ES PRIMAVERA, Y NO PUEDO VERLA”
Volvió a poner el pedazo de madera sobre los pies del ciego y se fue, sin decirle nada a este señor que proseguía con el mensaje lastimero de ayúdenme, soy un pobre ciego. Por la tarde el creativo volvió a pasar frente al ciego que pedía limosna, su gorra estaba llena de billetes y monedas, el semblante del ciego era otro, y su mensaje era: gracias por la solidaridad, gracias…muchas gracias. La libertad de expresión es decir lo que la gente no quiere oír. George Orwell
Leo, pienso y escribo
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