Zecharia Sitchin - crónicas de la tierra 2 - el código cósmico

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otras informaciones, «se incluían las enseñanzas de los Nefilim concernientes a la forma de observar los augurios del sol, la luna y las estrellas, y las señales del cielo». Esta descripción de los contenidos de los escritos de los Nefilim, y por tanto de antes del Diluvio, se asemeja en los términos a El Libro de Henoc acerca de los conocimientos del Sol, la Luna y las estrellas/planetas que se le enseñaron de «las tablillas celestes, y todo lo que allí había escrito». Henoc le pasó todo esto a su hijo Matusalén, diciéndole:

Todas estas cosas te las estoy contando a ti y escribiendo para ti; te lo he revelado todo y te he dado los libros relativos a todo esto. Así pues, conserva, Matusalén, hijo mío, los libros que recibiste de la mano de tu padre y entrégaselos a las generaciones del mundo.

En los escritos de Beroso podemos encontrar una referencia nada ambigua a escritos antediluvianos y a lo que les sucedió en lo relativo a la destrucción en la avalancha de aguas. Beroso fue un sacerdote e historiador babilonio que compiló una historia de la Humanidad para los gobernantes griegos de Oriente Próximo tras la muerte de Alejandro; y, como sacerdote, tenía acceso evidentemente a la biblioteca de escritos antiguos en acadio (y, posiblemente, también en Sumerio: en el primer volumen de sus escritos, que describe los acontecimientos desde el amerizaje de Ea hasta el Diluvio, llamaba al héroe de la gran inundación por su nombre Sumerio, Ziusudra). En los fragmentos de los escritos de Beroso que están disponibles a través de los historiadores griegos, se dice que después de que Ea/Enki le revelara a Sisithros (= Ziusudra) que iba a haber un Diluvio, «le ordenó que ocultara en Sippar, la ciudad de Shamash, todos los escritos que pudiera. Sisithros hizo todo esto, se fue inmediatamente a Armenia y, acto seguido, ocurrió lo que el dios le había anunciado». Esos escritos trataban de «principios, mitades y finales».

Beroso seguía narrando que, entre aquellos que embarcaron en el arca y sobrevivieron al Diluvio, estaba Sambethe, la esposa de uno de los hijos de Ziusudra/Noé (su nombre es, probablemente, una corrupción del Sumerio o el acadio Sabitu («La Séptima»). Según Beroso, «ella fue la primera de las Sibilas, y ella había profetizado lo concerniente a la construcción de la Torre de Babilonia, y todo lo sucedido a las empresas de sus planificadores; esto fue antes de la división de las lenguas».


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