COLCHONES Tras un breve período dedicado a la pintura informalista6, Marta Minujín comienza a utilizar colchones como soportes para sus trabajos. Los primeros conservan el cromatismo sombrío y la carga matérica de sus producciones primeras, pero a medida que la artista se impregna de las ideas y la cultura pop, las superficies de aquéllos se vuelven planas, y sus colores, saturados, brillantes e intensos. Simultáneamente, se produce un desplazamiento desde las paredes hacia el espacio, y los colchones comienzan a conformar arquitecturas y dispositivos que promueven el uso y la participación de los espectadores. En 1963, Minujín realiza La casa del amor, su primera arquitectura blanda habitable, junto al artista holandés Mark Brusse. Al año siguiente, gana el Premio Nacional del Instituto Torcuato Di Tella con una pieza similar, ¡Revuélquese y viva! (1964), y un conjunto de colchones multicolores sostenidos desde el techo mediante resortes, de los cuales la gente podía colgarse (Eróticos en technicolor, 1964). Estas obras se proponen, ante todo, movilizar a los espectadores, sacarlos de su acartonamiento, inducirlos a abandonar la habitual actitud contemplativa que impone el arte tradicional. Para Minujín, éstos deben ser protagonistas activos de sus producciones, co-creadores, partícipes necesarios de una experiencia para la cual la obra artística es sólo un punto de partida. La interpelación del público será aún más intensa en las ambientaciones de los años siguientes. Las primeras poseen superficies acolchadas que acogen su actividad liberada. La menesunda (1965), que realiza junto a Rubén Santantonín7, incluye ambientes de paredes blandas, e incluso a una pareja en una cama que escandaliza a los visitantes de la época. El batacazo (1965) culmina con un lanzamiento en tobogán sobre una figura de Virna Lisi de plástico inflado [volveremos sobre estas dos piezas]. En 1973, la artista vuelve a utilizar colchones para su Soft Gallery (Galería blanda), presentada en la Harold Rivkin Gallery de Washington D.C. Pero aquí, el espacio acolchado sirve, además, para albergar una serie de actividades y acontecimientos: videos, performances, conciertos. Así, la galería blanda conmueve los rígidos límites institucionales mediante la espontaneidad y aleatoriedad de algunos actos de vida. En los años recientes, Marta Minujín retoma la producción de colchones multicolores, a los que suma grandes telas de vocación ambiental que adquieren dinamismo a través de proyecciones de video sobre sus superficies.
¡Revuélquese y viva!, 1964-1985
Eróticos en technicolor, 1964-1985
6 La pintura informalista se basa en la experimentación con la materia plástica, el rechazo de los métodos de composición tradicionales y el abandono de la forma. Valora, por lo general, el azar, los accidentes y las texturas que los materiales de trabajo producen sobre la superficie pictórica. 7 Con la colaboración de David Lamelas, Pablo Suárez, Floreal Amor, Rodolfo Prayón y Leopoldo Maler.
París - New York - Neuquén
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