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gas tro no mía
La cocina romana además de tener la influencia griega también recibía aportaciones de la cocina etrusca, fenicia y egipcia. Como cualquier pueblo antiguo, su alimentación se basaba en la agricultura, ganadería y pesca.
Para entender su estructura de comidas debemos saber que, el mundo romano funcionaba en torno al sol, pues no existía luz eléctrica y la duración del día y de la noche marcaba la vida de los romanos, tal y como ha sucedido hasta hace 150 años
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En un principio, la gastronomía romana era muy simple, básicamente se comía el “pulmentum” que era como una papilla de harina de trigo, queso, cereales, legumbres, verduras y fruta Poco a poco se le fue incorporando nuevas recetas y alimentos, sobre todo con la conquista de nuevos territorios
Hay que destacar que no toda la población comía lo mismo, había una gran diferencia entre la plebe y la gente rica.
El alimento básico de la sociedad romana era el trigo. También el vino, aunque la ciencia por conservarlo estaba poco desarrollada. Como se agriaba con facilidad en las ánforas donde se almacenaba, se bebía con especies, o se servía caliente y aguado.

Quienes no se podían permitir grandes dispendios desayunaban sopas de pan y vino. Estas abundaban: de farro, garbanzos y verduras, coles, hojas de olmo, malva, etc.
El romano que podía hacía un gran consumo de leche, de cabra o de oveja, así como de aceitunas. La carne más consumida era la de cerdo, a la que con el tiempo se le fueron sumando las de buey, cordero, oveja, cabra, ciervo, gamo y gacela. Incluso la carne de perro.
Era característico el empleo de gran cantidad de condimentos, hierbas y especias, hecho éste que hacía de ella una cocina llena de olores y sabores exóticos La salsa más famosa era el garum
El garum era una salsa elaborada a partir de las vísceras del pescado fermentadas y mezcladas con vino, aceite, vinagre, sangre y agua. Esta mezcla se dejaba macerar en unas grandes piscinas, después era envasado en ánforas y repartido por las ciudades más importantes de todo el imperio.


Una de esas factorías donde se elaboraba el garum se ubicaba en la antigua ciudad española de Baelo Claudia. Allí se conservan bastante bien varias de estas piscinas en la que se hacía este exquisito manjar con el que se condimentaba casi toda la comida.
