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Mijail Bajtin
mente el personaje de Arlequín, que entonces figuraba obligatoriamente en todas las representaciones teatrales, incluso en las más serias. Gottsched y los demás representantes del clasicismo pretendían erradicar a Arlequín del escenario «serio y decente», y lograron su propósito por un tiempo. Lessing, por el contrario, salió en defensa de Arlequín. El problema, restringido en apariencia, era mucho más amplio y contenía disyuntivas de principio: ¿podía admitirse dentro de la estética de la belleza y 10 sublime elementos que no respondían a esas reglas?, ¿po· día admitirse el grotesco? Justus Moser dedicó un pequeño estudio (publi cado en 1761) a este problema: Harlekin oder die Verteidigung des Grotesk-Komiscben (Arlequín o la defensa de lo grotesco cómico). Ar· lequín en persona hablaba en defensa del grotesco. Móser destaca que Arlequín es un personaje aislado de un microcosmos al que pertenecen Colombina, el Capitán, el Doctor, etc., es decir el mundo de la commedu dell' arte. Este mundo posee una integridad y leyes estéticas especiales, un criterio propio de la perfección no subordinado a la estética clásica de la belleza y 10 sublime. Al mismo tiempo, Moser opone ese mundo a la co micidad «inferior» de los artistas de feria que poseen una noción estrecha de 10 grotesco. A continuación Moser revela ciertas particularidades del mundo grotesco: 10 califica de «quimérico» por su tendencia a reunir lo heterogéneo, comprueba la violación de las proporciones naturales (carácter hiperbólico), la presencia de lo caricaturesco, explicando la risa como una necesidad de gozo y alegría del alma humana. La obra de Móser, aunque limitada, es la primera apología del grotesco. En 1788, el crítico literario alemán Flogel, autor de una historia de h literatura cómica en cuatro tomos y de una Historia de los bufones dé la corte, publica su Historia de lo cámico grotesco? Califica de gro tesco a lo que se aparta considerablemente de las reglas estéticas corriente¡ y contiene un elemento material y corporal claramente destacado y exagera do. Sin embargo, la mayor parte de la obra está consagrada a las mani festaciones del grotesco medieval. Flogel examina las formas que asumen 181 fiestas populares (<<fiesta de los locos», «fiesta de los burros», los elernea tos populares y públicos de la fiesta del Corpus, los carnavales, etc.). Lru sociedades literarias de fines de la Edad Media (El reinado de la curia, LO! niños despreocupados, etc.), .gangarillas, farsas, juegos del Mardi Grl1J ciertas formas cárnicas populares y públicas, etc. En general, Flogel en casilla un poco las dimensiones de lo grotesco: no estudia las manifesn 1. El libro de Flógel fue reeditado en 1862, un poco retocado y ampliado en FI. \Y1. Ebeling: La historia de lo cómico-grotesco de Flogel, Leipzig, 1862. Esu texto fue reeditado cinco veces. Las citas que aparecen en nuestro estudio son extra das de la primera edición de Flogel a cargo de Max Brauer.