Poéticas en el arte de enseñar (Damián Masotta)

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ENCUENTRO NACIONAL DE LA PALABRA Festival Federal de Poesía Jueves 26 de Marzo de 2015 Tecnópolis Charlas: “Buenas Prácticas” Damián Masotta: Poéticas en el arte de enseñar (enseñar desde el arte y la filosofía)

(Motivación) -En la época que yo me dedicaba mucho mas que ahora a pintar, me empezó a gustar mucho más enseñar cuando me di cuenta de una cosa: Que dar clase era lo mismo que hacer una obra de arte -Un día caí en la cuenta que si yo estaba “ahí” en ese momento, dar clase era un placer y "algo" sucedía. Implementé el “Aquí y Ahora”, no luego y en otro lugar sino el Ser Acá, y las cosas fluían bien. Vivía el momento con mis alumnos y ese momento era bueno. -Por ese entonces, antes de empezar cualquier clase miraba a cada uno de mis alumnos a los ojos durante unos instantes, en silencio, y así me encontraba con ellos. Si hacia eso luego por lo general todo era diferente -Un día de frío a las 7.30 de la mañana en el cono urbano bonaerense los alumnos estaban casi dormidos y muertos de frío, antes de empezar a dar clase de filosofía les propuse jugar, les dije que solo debían imitarme incondicionalmente en todo. Aceptaron el desafío. Empecé a correr


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como un loco por todo el colegio, de repente tenía 30 adolescentes corriendo detrás de mí y subiendo y bajando escaleras. Habremos recorrido así, en forma aleatoria dos o tres km. Al final cuando llegamos al aula no teníamos frio y reíamos muy despiertos. Luego hablamos de filosofía. -No había caso, tenía un grupo de chicos de 12 años imposible, colegio marginal, padres ladrones, traficantes, dealers, sin presencia o con presencia nefasta en sus vidas: debía darles educación plástica, pero pese a todos mis esfuerzos casi ninguno hacia algo porque estaban peleándose toda la clase. Yo había casi aceptado mi fracaso con ellos y solo esperaba el timbre para irme. Lo único que podía hacer era dibujarlos, eso me salía bien. Bloc en mano y en silencio los fui retratando, cuando uno o dos se dieron cuenta y vinieron a curiosear: allí todo cambió casi milagrosamente, uno le dijo al otro lo que estaba pasando, y todos me pidieron "sus" dibujos, se los fui dando y note que los atesoraban. Luego se me ocurrió decirles que ellos podrían hacer lo mismo, y empezaron a dibujarse entre sí en el más profundo silencio y concentración. Les propuse intercambiar y se regalaron los dibujos respectivos. Yo creo que en aquella oportunidad el arte había hecho un milagro. -Tengo tres sobrinos, cuando el del medio que se llama Tomas tenía 5 años estaba en el jardín y lo llevaron a visitar el Museo Quinquela Martin en la Boca. La guía les explicaba todo y Tomas no prestaba atención al punto de darle la espalda, la maestra le pregunto que le pasaba y el le respondió: -yo todo esto ya lo se, porque tengo un tío inventor. La maestra intrigada le pregunto que era lo que yo inventaba. El le respondió: mi tío inventó un perro. Tomás se refería a una escultura en papel mache que me había visto construir tomando a mi perra Frida como modelo. El no estaba equivocado: su percepción y entendimiento directo y poético me habían situado en esa categoría: yo era un inventor para ese niño de 5 años. -Siempre pensé que pocas cosas son tan mas maravillosas como que alguien nos lea un cuento: el mío para los jóvenes era: Final del Juego, de Julio Cortázar, cuando lo leíamos la escuela desaparecía y todo se transformaba, el tiempo y el espacio cambiaban, nos sumíamos en el mundo de la poética, y éramos esas tres niñas esperando mostrar sus disfraces al niño que pasaba en el tren.


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(Qué falta en la educación) Hoy cuando pienso en porque fracasa la educación, en la desconexión entre la escuela y la vida, en el aburrimiento del cual todos los chicos se quejan pienso que el mayor problema es que a la enseñanza le faltan dos cosas: ARTE Y FILOSOFÍA. Pero no faltan como materias o áreas de estudio sino como formas o métodos continuos de enseñar, y por lo tanto de sentir y pensar, que es lo mismo, o debería serlo.

(planteo) ¿Qué pasaría si un docente cualquiera, enseñe lo que enseñe, tuviese como forma de trabajo, el análisis que realizamos cuando hacemos filosofía o cuando hacemos arte, si se pusiera en “modo arte y filosofía”, es decir: ¿Que pasaría si el maestro tuviese la mente de un artista y la mente de un filósofo? ¿Que pasaría si el maestro tuviese la mente de un poeta? ¿Que pasaría si pudiera ponerse los lentes de esos personajes y mirar el mundo a través de ellos? No es tan difícil... La pregunta sería entonces: (Profundización del planteo) ¿Cómo siente, piensa o percibe un artista o un filósofo, o un ser que sea mezcla de ambos? 1) (Anti empirismo) Creo que una de las características de estos tipos de mentes seria el hecho de no atarse necesariamente a los aspectos más racionalistas, medibles o, hablando en términos filosóficos, “empíricos”, de la educación: me refiero a esa creencia absurda y anacrónica de que existe una realidad medible, ajustable y lo que es peor: previsible. El paradigma del pensamiento positivista aún vigente nos dice que todo lo que existe es lo


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que se ve y lo que se puede medir, pesar, calcular, evaluar, analizar físicamente, existe lo que veo y toco, el resto no existe. Por lo tanto, lo que no se puede calcular, medir o pesar no tiene entidad y por lo tanto importancia. El artista y el filósofo suelen trabajar con materia y con conceptos pero saben muy bien que estos no son medibles, que no suelen ser “útiles”, que no son cuantificables: Acaso: ¿Cuanto pesa un poema? ¿Que valor económico tiene?, ¿Adonde meto una idea?, ¿Que peso específico tiene? ¿Que precio tiene el amor? ¿Cuanto vale la contemplación de una planta que está despidiéndose de sus hojas en otoño?

2) (Qué es lo real) Esto nos lleva al tema maravilloso que tanto trabajan la Filosofía y el Arte: El tema de: qué es lo real. Pensar hoy que la realidad es una, hablar de “realidad” entraña una gran ignorancia. La ciencia mas avanzada no se atrevería a hablar hoy de realidad, es un concepto en desuso, aún no inventamos otro pero no faltará mucho. (Ustedes saben que ante nuevas situaciones los hombres creamos nuevos conceptos). (Lo que dice la ciencia) El paradigma de lo real ha muerto ante la posibilidad de las múltiples realidades, de los mundos paralelos, de las múltiples dimensiones. Teorías de los físicos cuánticos como la teoría de las supercuerdas o la teoría de las 11 dimensiones y la de los mundos paralelos y otras similares no son ya argumentos de una metafísica barata de revista new age. Está sucediendo paradójicamente hoy que la ciencia se toca con las viejas creencias expresadas en mitos, relatos y dogmas religiosos. Los sentidos son limitados para captar “eso” que llamamos aun “realidad”, o realidades, o quién sabe qué… Scursus: Pero la escuela sigue pretendiendo dar respuestas cerradas a qué es lo real, pretende dar fórmulas, categorías y clasificaciones...


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En síntesis: Para nadie hoy por hoy el mundo es solo lo que se ve de el, la realidad no se puede ni explicar, ni medir, y menos definir, solo podemos asomarnos...humildemente y balbucear, y quizás eso haga el poema....: Ya que el arte crea realidad, la palabra crea realidad, la realidad no está dada, es creada por el hombre...

“Los límites de mi mundo son los l ímites de mi lenguaje”, dijo el filósofo Ludwig Wittgenstein, con acierto, Y el arte es lenguaje, por lo que creamos realidad con nuestros lenguajes: incluído el del arte.

3) (La lógica de lo poético) El poema balbucea y ese balbuceo lo acerca mas a lo real que la palabra exacta o explicativa que intenta definir, categorizar y encerrar, para dominar lo indominable. Y aquí entramos en el asunto de la Lógica de lo Poético: Pero, como dice el maravilloso Andrei Tarkovsky en su libro “Esculpir en el tiempo”: “al hablar de poesía no estoy pensando en ningún gé nero determinado. La poesía es para mí un modo de ver el mundo, una forma especial de relació n con la realidad.....Y añade: Vistas las cosas así, la poesía se convierte en una filosofía que acompaña al hombre durante toda su vida” Tarkovsky habla de lo que el llama “la lógica de lo poético”. Sigue Tarkovsky en estas palabras que no tienen desperdicio: “Un artista así (que entró en la lógica de lo poético) sabe reconocer las peculiaridades de la estructura poé tica del ser. Está en condiciones de traspasar las fronteras de la lógica lineal y de reproducir la naturaleza especial de las relaciones sutiles, de los fenó menos má s secretos de la vida, de su complejidad y verdad. ” El científico y filósofo de la poesía, Gastón Bachelard habla de lo que el llama la “imagen poética”, esa creación fruto de un movimiento del alma, el alma por la poesía da forma a lo que sin ella sería un simple objeto de estudio.


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Cuando logramos entrar en esa lógica de lo poético es cuando el asunto de “lo real” toma otra importancia, todo se resquebraja y renacen brotes de realidad por donde no lo esperábamos. Y cuando llegamos a eso, es allí donde nos toca actuar, acá la poética se convierte en didáctica y la didáctica se transforma en una estética, o sea una forma de ver el mundo que toma del arte y de la filosofía lo que necesita y se plantea como un modo de pensar las cosas. Scursus: Y repensando la Escuela se me ocurre pensar entonces, a la sombra de lo que recién les hablaba, de esta lógica de lo poético o de esta estética de lo poético:

4) (Preguntar en vez de responder) Un siglo atrás la escuela era la encargada de responder a mas o menos 200 o 300 preguntas, si el alumno salía de ella con esas respuestas considerablemente sabidas se suponía que estaba preparado para enfrentarse al mundo del trabajo, o del estudio. Podía captar la realidad mínimamente, entenderla y arreglarse en un mundo que se manejaba así: más o menos con 200 o 300 respuestas. Ese mundo cayo, ya no existe, murió. No existe ya,, ese paradigma se autodestruyó. Ya no es posible responder a los miles de interrogantes que se nos presentan. Hemos perdido hace rato la inocencia, ya no hay al menos en las grandes ciudades sociedades ingenuas. Ni en las grandes ni en las chicas desde el momento en que somos lo que se ha llamado una gran aldea global, vía tecnológica por supuesto. Por lo tanto: En el siglo XXI la escuela ya no es quién debe dar respuestas. Aun existe y predomina la creencia que la escuela debe dar respuestas. Yo pregunto: ¿Existe algo más absurdo que dar respuestas? Es más: ¿Hay algo más aburrido que dar respuestas? Yo creo que no.


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La pregunta es: ¿Qué es entonces la escuela hoy?, O ¿Qué podría ser? Quizás la Escuela deba ser una mediadora, una facilitadora, una preguntadora, una Escuela Taller o Escuela Laboratorio. Y para lograr esa libertad y a la vez ese paso adelante en el modo de entender y de crear realidad: 5) ( Pedagogía de la Incertidumbre) Quizás haya que inaugurar la Pedagogía de la Incertidumbre, la Poética y la Estética de la Incertidumbre y me animo a cambiar pedagogía por poética si nos colocamos en la piel del artista/filósofo/educador/poeta, sin tenerle ningún temor a esa palabra incertidumbre . La Incertidumbre vista como un camino de libertad, no de miedo. Hoy la palabra de muchos es la búsqueda de la seguridad, la ausencia de la inseguridad, defenderse, abroquelarse, cubrirse, taparse, defenderse, endurecerse, encerrarse, todo eso es seguridad, reina el miedo. Scursus: ¡Seamos poetas, o filósofos inteligentes: estoy hablando en símbolos, uso metáforas! La inseguridad de no saber a donde voy a llegar, la incertidumbre de que camino es el mejor. Pero la absoluta seguridad que el caminar propio del camino es más liberador que el encierro en la seguridad que entraña mentira y anacronismo. Yo sé que esto nos hace ruido y nos molesta, que no es muy interesante hablar en pedagogía, cuando lo que se pretende es enseñar algo, hablar de incertidumbre. Pero lamento informarles a todos que somos seres de la incertidumbre. Está en nuestro ADN humano saber cada vez más. Y lo vamos logrando. Pero si nuestro saber es sincero, auténtico seguimos repitiendo con el viejo Sócrates: solo sé que no sé nada. Scursus: Acaso: ¿Alguien puede asegurarme aquí y ahora que está acá? ¿Quién está seguro que no es el sueño de otro ser? ¿Cómo sabemos que estamos vivos? ¿Que garantía tengo de que no moriré dentro de diez minutos?


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¿Cómo sé que los muertos no están a mí alrededor? ¿Que puedo decir que sea cierto?, si hasta la palabra “cierto”, pierde aquí su sentido. Y no soy con esto un relativista, que dice que no se puede decir nada de nada, sino lo contrario: se puede decir todo de todo, sabiendo que todo es relativo, que todo cambia, que todo puede ser mas o ser menos, o ser mucho, o ser pliegue de pliegue de pliegue.

Es, como dice Don Juan Mathus, el viejo indio de “Viaje a Ixtlan” de Carlos Castaneda: un asunto de dejar la arrogancia de lado. La arrogancia de creer que sabemos algo con certeza.

Y esto me lleva inevitablemente a otra característica de este modo en el que podemos ponernos para enseñar desde el sentir y pensar del arte o la poesía y desde la filosofía: 6) (La pregunta cómo modo) Si pensamos un poco todos los hombres y mujeres de la historia que hoy consideramos artistas y filósofos, ellos siempre fueron grandes cuestionadores. La pregunta fue su método, o mejor dicho su modo. Tanto la filosofía como el arte saben perfectamente que no hay búsquedas lineales, respuestas únicas o soluciones definitivas a los problemas que se plantean. De una u otra manera ambas áreas del saber humano abordan el asunto de manera similar: desde la duda, la pregunta, el misterio, la búsqueda aleatoria, las combinaciones aparentemente ilógicas, desde el error, el absurdo o cualquier otro lugar que no sea lógico, en cuanto lógico es entendido como lógico matemático, donde la respuesta es una sola. Y fíjense cómo acá la poética, la filosofía y la ciencia se juntan cuando son auténticas: un poeta, un filósofo y un científico si son tales siempre estarán en “modo pregunta”, abiertos a lo que aparece, solo que con diferentes métodos de análisis probablemente. A veces un gran artista es lo más parecido a un gran filósofo o a un gran científico.

Scursus: Mientras la escuela sigue pretendiendo dar explicaciones, sentar paradigmas, realizar análisis exactos de las situaciones y preparar para tal o cual cosa, para el mundo del trabajo, para el mundo de esto o para el mundo de aquello, como si se pudiera uno preparar para algo realmente.


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Y acaso: quien nos prepara para las cosas importantes: ¿Quién nos prepara para amar? ¿Quién nos prepara para conocernos? ¿Quién nos ayuda a conocer nuestro cuerpo y amarlo? ¿Quién nos enseña a contemplar la maravilla de la vida, de la naturaleza, de la humanidad? ¿Quién nos enseña a soportar el fracaso, la enfermedad y la muerte? ¿Quién nos ayuda a auto pensarnos en los cuestionamientos más importantes de la vida que no son ni qué carrera voy a seguir, ni de qué va la economía mundial ni cuales son las capitales de Europa? ¿QUIÉN ME AYUDA A PENSAR DE DONDE VENIMOS, ADONDE VAMOS Y PARA QUÉ ESTAMOS EN ESTE MUNDO?

¿Acaso hay algo más importante que esto?: No lo hay. La Escuela nos prepara para la producción, para el engranaje, para ser consumidores y productores de un sistema que necesita de ambos, un sistema que da por sentado que lo material, y sobre todo la acumulación de lo material es normal y lógico. La escuela hoy no prepara para las cosas importantes de la vida y podría hacerlo. 7) (De qué van el arte y la filosofía) El Arte y la Filosofía, por su naturaleza misma, tratan de lo importante de la vida: tratan de los asuntos básicos, ambos nacen como intentos de respuesta a los interrogantes fundamentales del hombre que tienen que ver con las grandes preguntas que ya nombramos. Los que nos dedicamos a hacer arte y a pensarlo sabemos más o menos intuitivamente que esto es así, no es novedad para nosotros, así también los que se dedican a lo filosófico, es su tema. Entonces ponerse lentes de artista o poeta y de filósofo es, entre otras cosas: -Apuntar constantemente a los aspectos fundamentales de la vida, a lo importante: ¿De donde venimos? ¿A donde vamos? ¿Para qué estamos acá?


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-Dejarse llevar por el Asombro, los Cuestionamientos, las Situaciones Límites: esos son los nidos donde nace el arte, y el pensamiento: ser un niño siempre, eso es un buen artista y un filósofo: Un hombre que puede ser un niño cuando quiere (que no es ser un infantil, cosa bastante común en el medio escolar, nos confundimos con los niños y dejamos de ser adultos, eso es otra cosa! ). -Considerar que el “modo” de enseñar es la pregunta y no la respuesta, y que no hay por qué tener respuestas ni únicas ni cerradas. -Valorar lo incierto como camino desafiante a la creación de lo real. -Atender a lo aparentemente insignificante, al detalle, a la sutileza, a lo no esperado: sabiendo que en esta lógica de lo poético nada es más importante que otra cosa, que lo que no espero me puede llevar a un sitio mejor. -Tener a la muerte como consejera: (cito a Castaneda en Viaje a Ixtlan). Sí, la muerte. Ese otro tan temido y negado por nuestra cultura. Y vuelvo a preguntar: ¿Que pasaría si en cada clase que doy supiese que esa es mi última clase, mi última acción en este mundo? ¿De qué hablaría? ¿Que diría? -La vida está organizada de una forma mucho mas poé tica que lo que el naturalismo o la literalidad predican (Tarkovsky). El tema es la artificialidad con que vemos al mundo, los esquemas que le ponemos delante, y en el caso de la escuela hace falta analizar y desbloquear esos esquemas que no liberan sino encorsetan. La mirada poética tiene esa capacidad. Es solo necesario conectarse, entrar en sintonía, comenzar a hablar un idioma nuevo de a poco.

Un párrafo de Alejandro Carpentier (tomado de Los pasos perdidos: "Llego a preguntarme a veces si las formas superiores de la emoció n esté tica no consistirá n, simplemente, en un supremo entendimiento de lo creado. Un día, los


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hombres descubrirรก n un alfabeto en los ojos de las calcedonias, en los pardos terciopelos de la falena, y entonces se sabrรก con asombro que cada caracol manchado era, desde siempre, un poema."


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