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QUÉ SON y cúal es su enfoque
No es una terapia con evidencia científica. No existe ningún tipo de estudio medianamente riguroso que avale su eficacia. Las constelaciones familiares no han sido nunca, bajo ningún protocolo experimental serio, contrastadas como una terapia que sea eficaz para nada. Los resultados positivos que puedan dar son atribuibles a procesos de sugestión y a la empatía.
No cuenta con un modelo explicativo de la realidad científico, coherente o medianamente realista. Su teoría o modelo teórico es un batiburrillo pseudocientífico de fundamentos captados de otras terapias o modelos de dudosa o nula eficacia como el Psicoanálisis, la Terapia Primal, el Psicodrama, la Hipnosis, el análisis transacional, la Terapia Gestalt, la Programación Neurolingüística (PNL) y la Terapia Familiar Sistémica (de la que el propio autor considera una derivación).
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Está plagada de conceptos pseudocientíficos como el de resonancia mórfica (Según la cual ciertos fenómenos, biológicos como las conductas o físicos como una forma concreta de cristalización mineral se hacen más probables a medida que ocurren más veces, y una vez fijados, pueden extenderse a poblaciones o muestras que no están en contacto con la pionera.
Como resultado, nuevos comportamientos adquiridos serían heredados por generaciones posteriores) o el misticismo cuántico.
Energías que la ciencia no ha descubierto y que unen a todos los seres humanos entre sí más allá del tiempo o del espacio. Algo así como la fuerza de la que nos habla el maestro Yoda, personaje de Star Wars pero ellos la llaman Cosmic Power donde el cliente no tiene ni que hablar. Todo muy científico y serio con “fórmulas matemáticas” que respaldan el disparate.