AÑORANZA ¡Cuánto me has querido! lo sé por aquella mirada plena, por el sueño perdido de nuestras noches en vela. Lo sé porque tus manos me han dicho lo que tus labios no cuentan, hoy sé ¡cuánto me has querido! de mil formas y maneras. Me has querido hasta perder el sentido, con el afán de un alma buena, con la pasión de un ser bendito,
sin escatimar la entrega. Sé que me has querido hasta el infinito, y que las cosas no son eternas cuando hieres al amor, gran delito, el infierno te atrapa y no da tregua. Hoy sé, que te he perdido porque veo en tu mirada ya serena que hasta lo más hondo te he herido, y tarde comprendí, ¡lo mucho que me has querido!
ISABEL DOMÍNGUEZ CASTRO -México-
EXPIRACIÓN Expira el olvido en la caricia de tus manos y en ese instante perpetuo de tu piel sobre mi cuerpo, soy en ti airosa resaca naufragando en la insobornable borrachera de tu sexo del que bebo versos y vierto orgasmos disipando extravíos que nos desunieron
de ser en ella algo más que un momento, domeñado a caprichos presentes y pasados y a exhalaciones inexactas del silencio que supo de placeres malgastados pero no de venturas sin pausas ni términos! Expiran yerros en el acierto de este fracaso que solo adivina la certeza del deseo.
Me hallo en la algazara de tu pálpito para perderme en la arritmia de mi pecho, ¡soy en ti vida que gime su reclamo
De mi deseo... GLORIA ZÚÑIGA -Granada-
PARA QUE He caminado demasiado te he buscado entre la gente en el silencio de los infantes no sé dónde he de hallarte.
Me he cansado de gritar tu nombre no me has contestado quedé ronco de cansancio ¿Dónde amor de mis ensueños? ELIAS FRANKLIN LEIVA CASTAÑEDA -Perú-
NIEGA Y AFIRMA Tergiversador que consigues dar la vuelta, cambias de bando y borras las huellas, manipular es la base de tu oficio, niegas y afirmas hasta encontrar beneficios.
Dices sí y también dices no, dices amigo y también enemigo, eres príncipe y a la vez mendigo, eres adulador y a la vez ofensivo. Ahora contigo, después sin ti, todo vale para conseguir tu fin, palabras complacientes para unos y otros sonrisas y gestos que parecen dudosos.
Viviendo en la mayor hipocresía, no importa quién gane la partida, la victoria es cómoda y está servida, sin honor, sin valor pero con una garantía: tendrás muerte mental en toda tu vida.
J. DAVID COLLAZO DUBRA -La Coruña197