IMPERIO BIZANTINO

La estructura urbana del Imperio Bizantino se caracterizaba por ciudades amuralladas con murallas defensivas, la presencia de un foro como centro cívico y comercial, basílicas e iglesias como centros religiosos, hipódromos para eventos y entretenimiento, calles y calzadas pavimentadas que conectaban diferentes partes de la ciudad. Estas vías eran utilizadas para el transporte y el comercio, y estaban bien mantenidas para facilitar el flujo de personas y mercancías.

También, se caracterizaba por palacios y residencias para la élite, baños públicos y cisternas para el suministro de agua. Estos elementos reflejaban la continuidad con el Imperio Romano, la importancia del cristianismo y la influencia de la cultura bizantina en el desarrollo urbano.