Los guardaespaldas dudaron y se fueron a investigar la historia del extraño enano que acompañaba al jugador. Mientras tanto Chino y Rulo siguieron su camino hacia el hotel. Al llegar, los recepcionistas le preguntaron a Rulo en qué número de habitación estaba alojado. El se puso muy nervioso ya que se había olvidado de preguntarle lo de su hospedamiento. Pero Chino respondió rápidamente que estaba alojado con él.