P: Diana, ¿cuando estás pintando puede nacer en tu mente un proyecto, o necesitas terminar la obra que estás creando? Habitualmente, una idea se ramifica en cientos de posibilidades. Estas, a su vez, crecen como “nuevas” ideas convirtiéndose en variantes de la original. De allí suelen surgir “series” bajo un mismo tema. Pero concretamente, no empiezo una si no he terminado con la otra.
P: Damián: ¿tienes un horario marcado o tu ritmo de trabajo obedece a la necesidad creativa? En cuanto a la realización siempre anhelé proceder con un horario… lamentablemente nunca lo he conseguido, salvo que sea una escultura encargada donde el tiempo apremia. Por lo general no trabajo en una pieza a la vez, actualmente tengo cinco esperándome. Siento que cada una tiene su tiempo de maduración y no podría acelerarlo, no sería correcto. Siempre realizo bocetos, montones de dibujos para lograr definir lo que quiero, son como el alma de la figura. Paso seguido comienzo a modelar y tallar la cera y a medida que avanzo en el trabajo la misma pieza me pide o insinúa modificaciones que la enriquecen. Así que, sin olvidar su alma, me tomo el tiempo necesario para satisfacerla. Por otro lado y hablando de la necesidad creativa… son 24 hs de necesidad donde las ideas se acumulan sin parar.
P: ¿Sois muy críticos con vuestra obra? ¿Y entre vosotros? Si, siempre. Ambos somos “MUY” autocriticos pero con temperamentos, por suerte, muy diferentes. En general Diana encara una obra con decidida pasión. La idea se presenta, la desarrolla y la lleva a cabo hasta concluirla… sin respiros. Tiempo después surge indefectiblemente la autocrítica: “Perooo… le hubiese agregado tal cosa o me faltó tal otra… ”. Damián, en cambio, se autocrítica durante el proceso de creación, sin tiempos estipulados y planeando minuciosamente cada detalle. Luego la realiza sin más. Entre nosotros reina por sobre todas las cosas la sinceridad y el respeto. Cuenta, y mucho la opinión del otro. Una sugerencia objetiva nos da una idea diferente sobre el tema que queremos tratar o como tratarlo. Sabemos que por cualquiera de los dos caminos nuestro fin es aprender y mejorar. Siempre la próxima obra será la mejor.