Meditacion

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esto. Colgué el teléfono después de una amistosa conversación, pero me sentía mal. Me pregunté «¿Qué es?» y esperé a que apareciera una imagen. Pronto sucedió así y la imagen era que había comido un trozo de pastel que estaba en mal estado (¡el inconsciente tiene un gran sentido del humor!). Enseguida se aclaró todo. La persona con la que había estado hablando tenía una gran habilidad (el pastel) que, en mi opinión, estaba manchada por una deshonestidad emocional (el mal estado). La imagen me indicó el modo en que instintivamente le había respondido a mi interlocutora. Saber esto me facilitó el trato con ella en el futuro. Es frecuente que las personas visualicen sin saber meditar. Después de todo, fantasear es bastante fácil. Todos lo hacemos, aunque casi siempre resulta superficial. Una buena visualización es algo más que soñar despiertos o tener buenos deseos. Como profesor, me interesa principalmente la calidad mental de los alumnos. ¿Es una mente relajada, clara, capaz de concentrarse bien y de resistir las distracciones, flexible, serena? El objeto de la meditación es tan sólo un medio para llegar a este fin. Sin desarrollar una mente así no es posible lograr gran cosa. Las personas que visualizan a menudo están tan fascinados por las imágenes producidas que no notan si su mente está emocionada, dispersa, ansiosa, aferrada o en estado manipulador. Conozco personas que visualizan (y usan afirmaciones) de una forma rígida y controlada que a mí no me parece nada meditativa. Si el fin de la visualización es alcanzar alguna meta, la persona probablemente estará tensa y ansiosa. En cualquier meditación, primero deberíamos buscar un estado mental tranquilo y abierto; la imagen viene en segundo lugar. A menudo me preguntan: «¿Hay meditaciones para curar el cáncer?». Hay meditaciones que tienen este propósito, pero debemos tener presente que el 90 por ciento del beneficio de cualquier meditación proviene de nuestra capacidad de relajarnos profundamente manteniendo la mente clara. El temor, la rabia, la pena y el deseo desaparecen cuando nos relajamos. Son momentos en los que estamos en paz con nosotros mismos y con los demás, disfrutando del placer de ser, simplemente. ¿Qué puede ser más sano que pasar horas en este estado? La visualizaciones curativas pueden potenciar este efecto, pero si la persona no puede ni siquiera relajarse, la visualización será poca cosa más que una pequeña ayuda para sentirse bien. Esto tiene su valor, pero es bastante improbable que sirva para curar el cáncer, por ejemplo. Generalmente enseño visualización en la última parte de un curso. Se puede visualizar mejor cuando se tiene un conocimiento básico de la calma y la conciencia sobre las que construir. He aquí un par de ejemplos de meditaciones curativas sencillas. 1. Bolas de luz. Imagine una hermosa pelota de luz (blanca, dorada, azul) encima de su cabeza. ¿Ya está? Ahora una igual debajo de los pies... a la izquierda... a la derecha... delante... detrás. Imagine a todas estas luces fundiéndose en una sola y envolviéndolo en una suave luz protectora. La luz penetra en su cuerpo como los rayos del sol. Siga sintiéndola alrededor suyo a medida que transcurre el día. 2. Luz de diamante. Este ejercicio es similar. Imagine una luz de un blanco perlado o transparente como el cristal que sale del espacio y toca la parte superior de su cabeza. Puede imaginar que es una luz o una fuente de agua burbujeante que le pasa por todo el cuerpo, barriendo la oscuridad y el dolor. Dirija la luz hacia donde la necesite. Finalmente, deje que la luz se aposente en su corazón y que irradie a través de todas las células de su cuerpo, extendiéndose al espacio personal que lo rodea.

Meditación básica 8: Visualización La visualización puede ser muy sencilla (un punto de luz blanca en el espacio, por ejemplo) o más compleja. Con independencia de sus inclinaciones, al principio es conveniente comenzar a practicar sobre cosas sencillas, como por ejemplo: • Los colores del arco iris • Los cuatro elementos (aire, tierra, agua, fuego) • Objetos de los cinco sentidos • Diferentes formas de vida, desde los virus para arriba. • Recordar los detalles sensoriales del día: colores, olores, sabores, sensaciones táctiles, sonidos y las emociones que rodean a cada uno de ellos. Este tipo de práctica desarrolla la habilidad de construir visualizaciones más complejas a voluntad. La más sencilla es visualizar un color. Algunas personas evocan fácilmente un color puro, mientras que otras prefieren evocar objetos de ese color. Las siguientes meditaciones se pueden hacer con cualquiera de las secuencias mencionadas más arriba. No es importante «ver» los colores con claridad, sino que es suficiente con la sensación que generan. Lo que importa es tener la mente absorta, de modo que no se distraiga con otras cosas. El color es sólo una excusa para que la mente se concentre, cosa que sucede incluso intentando sentir algo que está más allá de su percepción. Instrucciones Póngase cómodo y relájese, con los ojos abiertos o cerrados. Comience a trabajar lentamente con los colores del espectro, comenzando por el rojo. Diga la palabra «rojo» cada vez que suelte el aire. Espere que aparezca un determinado tono de rojo, o el recuerdo de un objeto rojo. Cuando aparezca, explore la sensación sin ponerse tenso. Disfrútelo durante un minuto. Trabaje con los colores del arco iris, dedicándole un minuto a cada uno: rojo... naranja... amarillo... verde... azul... añil... blanco. Notará que algunos colores u objetos le 3


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