Manual de diseño editorial jorge de buen

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nuevas ilusiones ópticas que no aparecían en el carácter regular corrrr pondiente. Por ejemplo: En una redonda de paloseco, la u puede ser i i i i ~ n invertida. Sin embargo, si se intenta lo mismo en la extendida, se obsrr vará que la n invertida parece ser ligeramente más ancha que la n norn~;il, Las variaciones extremas deben limitarse estrictamente al ámbito , publicitario, cuando lo justifique el efecto psicológico. Sin embargci, algunas variaciones ligeras en la anchura pueden ser interesantes en letrr ros cortos, especialmente en la publicidad. Con mucho, las variaciones más útiles de una familia son las cursiv,ib y las versalitas. Las primeras nacieron en el seno de la Imprenta Aldiiid -de Aldo Manuzio-, en Venecia. Al comenzar el siglo x v I , Manulio I pretendió reducir el tamaño de los libros, creando ediciones compaci,ir I Para tal empresa, su grabador de tipos, un Francisco de Bolonia apod;itli~ Griffo, creó un estilo de minúsculas al que llamó Cancilleresca Cursiiit Para ganar espacio, hizo elipses en vez de círculos, recurrió a ligados e i i i clinó ligeramente las letras, a semejanza de las cursivas romanas. El n1iia vo estilo de Griffo fue estrenado en 1501 y comenzó una rápida difusiciri por Europa. Pocos años después, los editores conocían ampliamente tos tipos, pero se referían a ellos con diferentes nombres: cursivas, nlrli nas, grifas, venecianas, itálicas. Las letras cursivas deben tener el mismo espesor de ojo y el misiii~i contraste que las redondas correspondientes; así se evita que apareic , I I I cambios de tono en la composición. Dentro del texto, las cursiv.it

abcd.efghijkl~nnopqrstuvwxyz

abcdefghijklmrzopqrstuvwxyz abcdefghijklmnopqrstuvwxyz abcdefghijklmnopqrstuvwxyz ';S. ~ifererzciasentre ctirsivas e inclinadas. En la Zlodoni (arriba), los c.rrructeres osct~recidosmuestran algunos de los importantes cambios de forma que no se observan en la univers.

l~,\i:icanclaramente sin afear la página. Es erróneo emplearlas en otro i .iclo;por ejemplo, negrillas cursivas en una composición de redondas. Ilila vez más, insisto en que las letras redondas no se pueden convertir I I I iirsivas con los efectos electrónicos de las computadoras (fig. 57). Delr6.ii dibujarse letra por letra, como cualquier otra variación en la familia. 1 .lo resulta muy evidente en los estilos antiguos y modernos, pero no ~ i i i oen iin paloseco. En los primeros, las itálicas se dibujan con profui i i de enlaces, extendiéndose los trazos entre letras contiguas. Las cursil a s recuerdan las letras caligráficas, tal como se puede apreciar en los ii.icteres a, e,f; v, w, x, y y z . M~ichosestilos de paloseco emplean para las itálicas el mismo diseño .lo. Iiis redondas, como si al rectángulo en el que se inscriben se le hubiese 1 i t l o cierta oblicuidad hasta convertirlo en un trapecio. Algunos las lla1 . 1 11 inclinadas ya que estas letras no son compactas como las grifas. 1 .as versalitas siguen a las cursivas en frecuencia de uso. Se emplean ~rrientementeen las primeras palabras de cada capítulo, como una for1.1 tradicional de resaltar aún más la jerarquía del primer párrafo. Den1 I i (le1 texto, las versalitas ayudan a evitar el efecto de acumulación de llar que producen las mayúsculas. 1;s preciso distinguir entre las versalitas y las versales reducidas. Por lo 11ií 11, las versalitas no vienen incluidas en los paquetes tipográficos lriiinles, sino que se tienen que adquirir como parte adicional. Es erró1 1 1 . 1 1 iitilii.nr mayúsculas de una fiindición menor; es decir, emplear, por 1

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57. Falsa itálica. El delineado corresponde a una letra que ha siili]

inclinada con efectos electrónicos, mientras que la letra del f o r i r l o una itálica verdadcrn.

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