es incluido con frecuencia en la formulación de medios de cultivo in vitro de orquídeas, tanto para la siembra de plántulas como de protocormos obtenidos a partir de semillas o de meristemas (Yam et. al., 1990). Algunos solutos de una solución son adsorbidos por el carbón activado cuando entran en contacto con este, el grado de adsorción depende de la temperatura, el pH, y la composición química de la sustancia adsorbida, siendo mayormente adsorbidos los compuestos moderamente polares y pocos solubles, como fenoles, fitohormonas y vitaminas, en comparación con los muy polares o los apolares: azucares, sorbitol, manitol, etc. que no son adsorbidos (Weatherhead et. al., 1979). Las sales inorgánicas muy disociadas no son adsorbidas por el carbón activado, pero si son los de muy baja solubilidad como cationes di- o polivalentes. Es por ello en estos casos importantes el uso de agentes quelantes (EDTA) que incrementan la solubilidad de los mismos (Yam et. al., 1990). Varios mecanismos se han propuesto para explicar el efecto benéfico del carbón activado en el cultivo de orquídeas (Weatherhead et. al., 1978). En primer lugar la contribución de minerales en forma de impurezas estaría enriqueciendo el medio de cultivo. Segundo, la capacidad para adsorber metabolitos fitotóxicos que estarían siendo liberados al medio de cultivo por los tejidos (fenoles y sus oxidados, hidroxiquinonas, ácido para – hidro – benzoico). Tercero la adsorción de sustancias producidas durante la esterilización en el medio de cultivo, como el hidroximetilfurfural, resultado de la deshidratación de las hexosas que afectan el crecimiento y desarrollo de las plántulas. Cuarto, la adsorción de etileno que inhibe el crecimiento y la diferenciación de las plántulas y protocormos. Para el cultivo de orquídeas se utiliza carbón activado en medios de cultivo para germinación de semillas y en medios para desarrollo como para etapas posteriores (replante) a una concentración de 2 g/l.
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