GUIA PATRIMONIAL DE SAN BERNARDO

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GuĂ­a Patrimonial

San Bernardo Master en historia y GestiĂłn del Patrimonio Cultural Universidad de Los Andes Santiago de Chile de 2008


contenidos 06

Introducción

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Arqueología

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Historia

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Personalidades

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Arquitectura

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Poesía y Creación

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Folclor

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Conclusiones

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Bibliografía

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Créditos


introducción

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introducción

San Bernardo Ciudad

Libertador Bernardo O´Higgins retratado por José Gil de Castro en 1820 /

Palacio de La Moneda

con Identidad

La comuna de San Bernardo está ubicada en el extremo sur de la Región Metropolitana, a unos 18 Kms. al sur de Santiago, entre los paralelos 70º 43’ longitud Oeste y 33º 35’ latitud Sur, y se emplaza en una extensión territorial total de 155,1 km2.

Varios son los elementos característicos de esta ciudad, que lleva el nombre del Libertador porque fue creada justamente por él, que le otorgan una identidad propia y particular: la proximidad a tres cerros de baja y mediana altura (cerro Chena, cerro Negro y cerro de la Cruz), calles recorridas por acequias y canales que han permitido la plantación de árboles, el funcionamiento por muchos años de la Maestranza Central de los Ferrocarriles del Estado (que llegó a ser la más grande de Sudamérica), y la ubicación de la Escuela de Infantería (que estuvo en la Plaza de Armas hasta 1948). Importante fue también la configuración de San Bernardo como lugar de descanso de importantes familias capitalinas durante el siglo XIX, y el posterior establecimiento de la comunidad tolstoiana, que implicó un desarrollo cultural y artístico que perdura hasta hoy.


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introducción

separadas entre sí, cultivando maíz, poroto, quínoa y calabaza, y que construyeron un sistema de regadío que después perfeccionaron los incas. A la llegada de Diego de Almagro en 1536, el valle del Maipo era gobernado por un cacique araucano. Con la conquista española, la población aborigen desapareció lentamente y las propiedades se disgregaron en distintas manos.

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introducción

La comuna desde la altura

En el período de la Patria Vieja, los territorios que después conformarían San Bernardo fueron el escenario de la batalla de Tres Acequias en 1814, donde se enfrentaron las tropas de O´Higgins con las de Carrera. Administrativamente forma parte de la provincia del Maipo, de la que es capital, junto a otras tres comunas: Buin, Paine y Calera de Tango. Delimita geográficamente con Maipú, Lo Espejo y El Bosque por el norte; La Pintana y Pirque por el este; el límite natural del río Maipo desde el camino El Retiro y la puntilla de Lonquén al sur; y Calera de Tango por el oeste. Esta configuración permite múltiples accesos a la comuna por vías tales como la carretera Norte-Sur, Gran Avenida, camino El Mariscal, camino Calera de Tango, camino Lo Blanco, camino Lonquén, y servicio Metro-Tren en tres estaciones: San Bernardo, Maestranza y Nos. De acuerdo a los datos del Censo de abril del 2002, San Bernardo tiene un total de 246.762 habitantes, los que 121.535 son hombres y 125.227 mujeres. Su paisaje está marcado por un evidente contraste entre el sector

F.García

Paisaje de San Bernardo desde el cerro Chena/ Eduardo Carrasco

La comuna desde la altura Escudo municipal de San Bernardo

urbano, con 241.138 habitantes, con aquel que conserva la vida rural, con 5.624 habitantes. Los restos encontrados en el pucará del cerro Chena, el hallazgo de túmulos en Lo Herrera y los de restos cerámicos enterrados a orillas del río Maipo, nos hablan de la presencia de diversas culturas prehispánicas, conformada por familias que vivían

La fundación de la ciudad está estrechamente ligada a medidas que se tomaron en la naciente República: la conclusión de las obras de canalización del río Maipo, y el riego y venta de las tierras de los Llanos de Lepe, todo lo que el Senado encomendó a Domingo Eyzaguirre, fundador de la villa. El 9 de febrero de 1821 nació San Bernardo, con un plano que siguió las mismas características de fundación de las ciudades del

s. XVII: plaza central y calles distribuidas en líneas paralelas y perpendiculares, como tablero de ajedrez. San Bernardo se convirtió en lugar de veraneo de familias aristocráticas de Santiago y en residencia de importantes personajes del quehacer nacional, circunstancia permitió que la comuna tuviera una época de oro al finalizar el siglo XIX. Durante el siglo XX la ciudad creció en forma acelerada: se abrieron avenidas, se extendieron calles y nacieron nuevos barrios. Con la fundación de la Maestranza en 1918, la comuna se expandió hacia el sur, y se construyeron villas y poblaciones. La apertura de la carretera Panamericana en 1964 y la venta de terrenos del fundo Casas Viejas de Chena, determinó luego su crecimiento hacia el poniente. Así, la principal característica de los últimos años ha sido la acelerada expansión de la ciudad hasta casi confundirse con los límites de la gran capital, frente a la cual, sin embargo, San Bernardo sigue defendiendo su propia identidad, su historia y su carácter apacible.


arqueología

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arqueología

La Arqueología o “ciencia (logos) de lo antiguo (arqueo)” estudia a los grupos humanos que no Antes de la Historia dejaron testimonio escrito y que, en Chile, habitaron el territorio antes que llegaran los españoles, en 1536. Los arqueólogos investigan los objetos que usaron estos grupos para entender su economía, creencias o formas de relacionarse con otros. Estudian la cultura del pasado a través, principalmente, de “sitios arqueológicos”, donde se encuentran testimonios de uno o más períodos cronológicos. Muchos sitios arqueológicos de San Bernardo desparecieron con la temprana intervención de la agricultura. Sólo a partir de 1976 se realizaron los primeros trabajos arqueológicos serios, cuando el arqueólogo Rubén Stehberg realizó una investigación sobre la fortaleza del Cerro Chena, trabajo que desgraciadamente se descontinuó por falta de recursos. En la actualidad no hay investigaciones arqueológicas en la comuna, no obstante el acelerado proceso de urbanización que está modificando el sector, y la existencia en el cerro Chena del único Monumento Arqueológico con arquitectura monumental prehispánica en la Región Metropolitana.

Arqueología Cerro del pucara de Chena /

Catherine Westfall

San Bernardo


arqueología

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La prehistoria de Chile se ha podido conocer a través de los sitios arqueológicos, algunos descubiertos fortuitamente y otros trabajados en forma científica. Esta información, mayormente del siglo XX, ha servido de base para categorizar las distintas etapas por las cuales el hombre avanzó en su proceso de desarrollo. La comprensión de estas etapas o períodos arqueológicos se conocen como Paleoindio, Arcaico y Agroalfarero.

arqueología

Período Arcaico Hace aproximadamente 8000 años el clima y la fauna eran similares a las que hoy conocemos. Es el período Arcaico, caracterizado por prácticas nómades de caza en que guanacos, pudúes, zorros, aves, roedores y animales marinos eran codiciados por los cazadores, tanto en tierra como en el litoral costero. Además de la fauna, utilizaron recursos vegetales en su dieta y se asocia este período a actividades como la cestería y el

tallado de madera. En la localidad de Cuchipuy, cerca de Tagua Tagua, se encontraron morteros de piedra que sirvieron para machacar alimentos y también como ofrendas mortuorias. Se despedía a los muertos dejándoles objetos que les fueron próximos en vida, como morteros, puntas de flechas o collares. Este gesto, expresión de sus creencias, revela la importancia que daban al sustento y a los símbolos.

César Disi

Catherine Westfall

Poblamiento Inicial o Período Paleoindio Aproximadamente 18.000 años atrás los primeros grupos humanos cruzaron hacia nuestro continente a través del estrecho de Behring y migraron lentamente hacia el sur, hasta llegar al extremo austral de Chile. Fue una época de cambios climáticos extremos, con glaciares que dieron paso a deshielos y a temperaturas cada vez más cálidas. En Chile central, las primeras evidencias de ocupación humana se encuentran en San Vicente de Tagua Tagua, al sur de Rancagua. En ese momento, 11.000 años atrás, el clima era más cálido que el actual y alrededor de una laguna, rodeada de bosques, vivían los últimos grandes animales o mastodontes, alimento importante para los grupos humanos que habitaban el sector. Los cambios climáticos y la caza habrían producido, finalmente, la extinción de los mastodontes de Tagua Tagua. La asociación de hombres con fauna extinta es lo que tradicionalmente se denomina Paleoindio. En Tagua Tagua los cazadores acechaban y empantanaban a sus presas. Las Cerámica de San Agustín de Tango evidencias arqueológicas muestran que, mediante técnicas de caza colectiva que incluían el uso de fuego, grandes piedras y lanzas con puntas de proyectil, grupos de cazadores redujeron a mastodontes y caballos americanos. Las huellas de sus cuchillos de piedra quedaron marcadas en sus huesos.

Período Agroalfarero Entre 5000 y 2500 años atrás comenzó la producción agrícola a pequeña escala, aprovechando ventajas naturales del paisaje para habilitar terrenos de siembra, y desarrollando conocimientos sobre el manejo y selección de plantas. El inicio de la agricultura se vincula con la aparición de la cerámica o alfarería. Bato y Llolleo Entre 2300 y 1100 años atrás dos grupos habitaron simultáneamente la Zona Central, denominados Bato y Llolleo, debido a que en estas localidades de la V Región se detectaron rasgos especiales y diferentes entre la cerámica de ambos. La cultura Bato ocupó sectores costeros y valles interiores, donde dispersas unidades familiares vivían de la caza, la recolección y una agricultura incipiente. La cerámica, el uso de pipas y la forma de sepultar a sus muertos (inmediato a las viviendas) eran similares. Sus enterramientos Aríbalo inca de San Agustín de Tango eran simples, sin ofrendas ni cuerpos decorados, a excepción de un adorno labial llamado “tembetá”. Los grupos Llolleo se ubicaron en las rinconadas de los valles donde eran mejores las condiciones para la agricultura y la crianza de guanacos. Una fuerte identidad permite pensar que, a diferencia de Bato, tuvieron un alto grado de cohesión interna. También sepultan sus muertos debajo los pisos de su vivienda, siendo frecuente la colocación de vasijas cerámicas y puntas de proyectil a modo de ofrenda. Su cerámica, por lo general de un solo color, privilegia el modelado donde predominan las representaciones humanas, de animales y de plantas. Museo Andino

Ruben Stehberg en Chena, 1976/

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Incas Tanto el norte como la zona central de Chile estuvieron sometidos al Imperio Inca, que se extendió desde el Cuzco (actual Perú) hasta Ecuador por el norte, y Chile por el sur. La influencia y luego el arribo de grupos incaicos a la zona central de Chile hace aproximadamente 600 años, marcó fuertemente el desarrollo cerámico de los grupos Aconcagua locales. La gran base del imperio fue su sistema vial, conocido como Qhapac Ñan o Camino del Inca, muchas veces complementado con obras arquitectónicas monumentales, como los asentamientos de Cerro Chena en San Bernardo y Cerro La Compañía en Graneros. También implementaron sistemas artificiales de riego, a través de acequias, muchas de las cuales cruzaron el territorio de San Bernardo.

Catherine Westfall

Aconcagua Hacia aproximadamente 1000 años apareció en la zona central un nuevo grupo cultural, llamado Aconcagua, por el sitio donde se localizó su cerámica, distinta a la de Bato y Llolleo. Sus sitios arqueológicos se encuentran entre los ríos Petorca y Cachapoal y datan del 900 al 1450. Alcanzaron una amplia dispersión territorial en un breve periodo de tiempo, y fueron mayoritariamente agricultores. Dependieron en forma primordial del maíz, aunque también utilizaron recursos marinos, caza y recolección. Domesticaron guanacos, de los que obtuvieron lana para vestimenta, y construyeron viviendas de barro y quincha. Dos elementos los caracterizan: su cerámica, pintada con diseños geométricos en rojo, blanco y negro, y la costumbre funeraria de sepultar en túmulos colectivos, lejos de las viviendas.

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Pucará de Chena desde la altura

Sitios arqueológicos en San Bernardo En el periodo prehispánico, la fuente de agua del río Maipo, generador de agricultura, debió influir en la temprana ocupación del territorio de San Bernardo. Si bien han desaparecido gran número de sitios arqueológicos, quedan algunos indicios en al menos dos cementerios –San Agustín de Tango y Nos- cuyas ofrendas cerámicas muestran que hubo vínculos entre la población Aconcagua

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arqueología

y el conquistador inca. También hay restos de esta relación en l a c i m a d e l C e r ro Chena, cuyas técnicas constructivas y material asociado (cerámica y artefactos de cobre) se remiten al inca. Las investigaciones y puesta en valor de la fortaleza del Cerro Chena, a partir de 1976, surgió del interés por investigar las características de la conquista incaica. Ello motivó al arqueólogo Visitantes a la obra del pucará, 1976 Rubén Stehberg a realizar las únicas excavaciones sistemáticas en ese sitio, donde restauró parte de los recintos amurallados, y abrió el lugar al público. No obstante, las excavaciones comprometieron sólo un sector del sitio y limitaciones económicas permitieron analizar sólo algunos de los objetos encontrados. A su vez, la falta de continuidad de esas investigaciones, desde 1978 a la fecha, ha impedido precisar el papel que cumplió esta arquitectura monumental. Rubén Stehberg

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Hay diversas teorías. Unas señalan funciones militares, como pukara o “fortaleza”, para la defensa del valle. Otros se inclinan por funciones religiosas como huaca o centro ceremonial. Hay quienes plantean una combinación de ambas teorías. Finalmente, se cree que hubo una utilización astronómica de esta arquitectura. Sin embargo, sólo futuros estudios arqueológicos podrán dilucidar estas preguntas surgidas en torno al uso funcional del sitio, estudios que son necesarios para su futura restauración y puesta en valor. Al ser éste el único sitio arqueológico de la Región Metropolitana, con arquitectura monumental del período Inca, su adecuada conservación es un

imperativo, sobre todo considerando que han desaparecido otros sitios prehispánicos en la zona y es un testimonio único de información patrimonial, tanto para a la comunidad científica como para el hombre común, que busca entender y valorizar sus orígenes. La protección y valorización de nuestro patrimonio arqueológico –independiente de la legislación vigente- es tarea que nos compromete a todos. Esperamos que la mención de dicho patrimonio en esta Guía lleve a reflexionar sobre nuestro pasado prehispánico y su relación con el concepto actual de “identidad”, permitiendo la formación de ciudadanos sensibilizados y comprometidos con la historia, remota y reciente, del país.


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Descubrimiento e investigación del Pucará de Chena En 1973 Rubén Stehberg tenía 23 años, era Ingeniero Químico Industrial y trabajaba como investigador en el Museo Nacional de Historia Natural, en la Quinta Normal de Santiago. Quiso estudiar una segunda carrera y eligió Arqueología, especialidad que recién se iniciaba en la Universidad de Chile. Egresó en 1976 y buscó tema de tesis, idealmente cerca de Santiago. Entre otros, conversó con el profesor Alberto Medina, etnohistoriador que vivía en San Miguel, quien le sugirió trabajar en el cerro de Chena, en San Bernardo, donde el padre Rafael Housse había hecho excavaciones y donde, se sabía, había construcciones precolombinas en la cumbre. Este dato se lo había proporcionado Guillermo Trudgett, que también comunicó su descubrimiento al arqueólogo e ingeniero Hans Niemeyer en 1957. Stehberg se interesó en la idea de Medina e invitó a Niemeyer como profesor de tesis. Una vez arriba del cerro, vieron la necesidad de limpiar y despejar lo

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que ahí había –cosa que hizo Stehberg con la ayuda de amigos- y de hacer un levantamiento topográfico – lo que hizo Niemeyer. La información de excavación y planos se cruzó con fuentes históricas del siglo XVI y XVII que, entre otras cosas, mencionaban tambillos del inca en el cerro de Chena. Stehberg, finalmente, concluyó y aprobó su tesis Fortaleza de Chena y su relación con la ocupación incaica de Chile Central. Su jefa, la doctora Grete Mostny, directora del Museo Nacional de Historia Natural, hizo editar la tesis como publicación ocasional del museo. El libro llegó a manos del general Eduardo Jensen, presidente entonces de la Corporación para el Desarrollo de la Ciencia, quien se entusiasmó con la posibilidad de restaurar el pucara y abrirlo como museo de sitio. Grete Mostny se sumó a la idea y gestionó la colaboración financiera de la UNESCO. Pero, el sitio arqueológico estaba en una propiedad particular y UNESCO sólo aportaba a instituciones o gobiernos. Jensen y Mostny lograron que los dueños del cerro, Gabriela y Ramón Valdés, lo donaran a los municipios de San Bernardo y Calera de Tango –el límite comunal divide el sitio en dos- pudiéndose obtener fondos de UNESCO, realizar un sendero de acceso e iniciar los trabajos de reconstrucción parcial de su arquitectura, con la ayuda del burro Sofanor, que por un año subió y bajó y materiales.

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El sitio restaurado se inauguró en 1977 y el Consejo de Monumentos Nacionales lo incorporó al listado de Monumentos Nacionales del país. Actualmente, Rubén Stehberg sigue trabajando en el Museo de Historia Natural. La puesta en valor como “museo de sitio” en 1977, si bien fue una iniciativa precursora para la época, no estuvo acompañada de un plan de gestión y manejo que permitiera contar con una adecuada protección de las ruinas arqueológicas a lo largo del tiempo. En consecuencia, el sitio comenzó a sufrir, por efectos del hombre y del clima, el deterioro progresivo de su arquitectura de piedra y barro; deterioro que actualmente lo pone en serio riesgo. Esto es más grave aún si consideramos que no hubo continuidad en las investigaciones arqueológicas iniciadas por Stehberg, que permitan poner a prueba nuevas hipótesis de trabajo respecto del carácter específico que cumplió el sitio en el marco de la conquista incaica de Chile Central. A partir del año 2006, el Consejo de Monumentos Nacionales en

conjunto con la Municipalidad de San Bernardo y otras instituciones públicas desarrollan un plan de diagnóstico inicial del estado de conservación del llamado “Pucara de Cerro Chena”, trabajo efectuado en 2007 por un equipo multidisciplinario que lideró la arqueóloga Catherine Westfall. La preocupación mostrada por la Municipalidad de San Bernardo por la recuperación del sitio arqueológico quedó de manifiesto al conseguir, durante el año 2008, recursos del Banco Interamericano de Desarrollo que permitirán, prontamente, poner en práctica algunas de las recomendaciones surgidas de la etapa de diagnóstico, específicamente la realización de trabajos de restauración y conservación preventiva de su arquitectura monumental. Estos trabajos son los primeros de una serie de iniciativas que planean realizarse hasta convertirlo finalmente en un Parque Arqueológico –con un manejo sustentable tanto económica como patrimonialmente – permitiendo de esta forma el disfrute y enseñanza permanentes de su historia.


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Las Tierras de San Bernardo durante la Colonia San Bernardo nace del Agua En la época precolombina el agua fue vital para hacer crecer cosechas en tierras yermas. Así el desafío del riego estuvo presente en todos los valles de la zona central del país, sobre todo cuando el cauce de los ríos era profundo y su caudal no alcanzaban a llegar a los llanos en altura, como sucedió con el río Maipo, en la amplia extensión de territorio que va desde su ribera norte hasta lo que ahora conocemos como Zanjón de la Aguada. Por ello es, que antes de la llegada de los españoles, los indígenas que habitaron este lugar construyeron bocatomas en el río y a través acequias llevaron agua del Maipo a sectores de Tango, Malloco, Catemito y Chena. Tras el asentamiento hispano, en el siglo XVI, muchos de las acequias indígenas estaban destruidas o en abandono, por lo que el vasto territorio comprendido entre la ciudad de Santiago y el río Maipo no fue tan codiciado en razón a su sequedad. A este sector se le llamó indistintamente el llano, pedregal o tierras eriazas del Maipo. No obstante su aridez, hubo interés en él y se asignaron al menos tres “mercedes de tierra” en los primeros años de la Colonia:

Historia

Plano del Llano de Maipo dibujado por Antonio Lozada hacia 1760/

Archivo Nacional


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oriente con las que habían sido de Jufré, al norte con el Zanjón de la Aguada y al poniente con el camino a Lonquén. Esta merced se mantuvo al menos dos generaciones en poder de los Lepe antes de disgregarse en diversos predios, todos de secano. A fines del siglo XVII una porción importante de este territorio, en el extremo norte, junto a la Aguada, constituyó la estancia San Pedro de Buenavista y perteneció a Pedro Gutiérrez de Espejo, quien hizo reparar una acequia indígena o construyó una nueva para llevar agua del Maipo hasta su tierra yerma, que convirtió en vergel.

Artesonado de la iglesia de San Francisco, Santiago

Las tierras eriazas de Mateo de Lepe La tercera merced, más tardía, fue de 1627 y se le otorgó al vecino de Santiago Mateo de Lepe, cantero y carpintero, con menos títulos que los conquistadores Jufré o Miranda, pero con digno oficio y al menos una obra relevante: el artesonado de la nave principal de la iglesia de San Francisco en la Cañada, que hizo en 1615 y se conserva hasta hoy. La merced de Lepe, conocida como “tierras eriazas del Chequén”, limitó al sur con las tierras de Tango, al

El Llano, Pedregal del Maipo, tierras eriazas del Chequén o tierras de Lepe, nombres con que se conoció el territorio entre Santiago y el Maipo, estuvo cruzado por infinidad de caminos que prosperaron o decayeron según fueron las posibilidades de cruzar el río para seguir al sur. Hubo dos caminos sucesivos a dos puentes de cimbra G.Guarda O.S.B.

Alonso de Miranda en Tango La segunda merced data de 1579 y benefició al capitán Alonso de Miranda, que obtuvo las tierras de Tango y Catemito, desde la ladera sur del cerro de Chena hasta el río Maipo, entre el camino del vado de Tango y las tierras de Malloco. El conquistador Miranda había llegado Tierras de Tango a Chile en 1552 y después de haber participado en todas las campañas de Arauco llegó a ser miembro del Cabildo de Santiago. Cien años más tarde esta merced había dado origen a diversas propiedades, algunas de las cuales repararon las acequias indígenas o construyeron nuevas, como la acequia de los padres de la Compañía de Jesús que fueron dueños de la hacienda la Calera, en Tango, denominación que abarcó hasta las tierras de Catemito y Barrancón.

E. Pereira Salas

Archivo Nacional

D. Barros Arana

Juan Jufré y las Tierras del Chequén La merced más antigua se otorgó en 1576 al conquistador Juan Jufré, uno de los vecinos más ricos y caracterizados del reino, con un vasto historial de logros y conquistas desde que llegó a América en 1518 y a Chile en 1541, acompañando a Pedro de Firma de Juan Jufré Valdivia. La tierra asignada, que se conoció como “merced del Chequén”, limitaba al sur con el río Maipo, al oriente con los faldeos de la cordillera, al norte con el Zanjón de la Aguada, y al poniente con el camino al vado de Tango, más o menos en la misma línea que tiene hoy la carretera al sur. Las tierras de Jufré tenían parcialmente riego y fueron patrimonio valioso de sus descendientes, que las conservaron hasta 1623. A partir de entonces, la merced del Chequén se dividió en numerosas propiedades que hoy conforman los territorios de San Bernardo, La Pintana y Puente Alto.

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sobre el Maipo, el más antiguo frente a las tierras de Pirque y el más nuevo, del siglo XVII, cercano a Los Morros. Al poniente de ambos, otro camino, conocido como Camino Real al Sur, iba en dirección al vado del río, en Tango, donde se podía cruzar cuando había poco caudal. Su trazado era el mismo que hoy tiene el camino a Barrancón y Lo Herrera. Al poniente de éste, otros dos caminos iban de Santiago a la costa, uno a Lonquén, con su variante a La Calera, y el otro a Pacoa o Talagante. Podemos imaginar el Llano durante la Colonia, como un territorio plano y seco, poblado de espinos y cruzado por caminos donde transitaban viajeros, tropas, carretas y arreos de animales. Con el tiempo surgieron ranchos y sembrados, en lugares donde llegó el agua. Al finalizar la Colonia se destacan cinco propiedades en el Llano: Lo Herrera, Nos, Chena, Lo Espejo y el cabildo de Santiago.

Lo Herrera Conocida originalmente como hacienda de Tango, fue parte de la merced que recibió el conquistador Miranda en 1579. Antes de 1800 lo compró Miguel de Herrera y Rojas, descendiente de una familia noble y hermano del Mayorazgo de Águila y Rojas, dueño de la hacienda de Angostura de Paine. Había sido Castellano del fuerte de Mancera en Valdivia y en Santiago comandante del regimiento La Princesa. Murió joven en 1808 y su viuda Bárbara de Molina, valdiviana, se hizo Bárbara Molina. Monvoisin cargo de dos hijos y una enorme hacienda que hacia 1850 colindaba al poniente con la propiedad que había sido de los jesuitas, al sur con el río, del que sacaban agua a través del canal Lo Herrera, al oriente con la estancia de Nos y al norte con las tierras de Catemito y Chena. De sus hijos, la mujer se casó con el rico empresario Francisco Arriagada y el hombre, lamentablemente, fue débil mental y soltero.


Archivo Nacional

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Nos No sabemos el primitivo nombre de la hacienda de Nos, parte de la merced del Chequén que se dio a Jufré en el siglo XVI. A mediados del siglo XVIII estas tierras fueron adquiridas por el francés Joseph Dunose o Dunos, apellido que castellanizó en Denos, por lo que su propiedad fue conocida como hacienda de Nos. Nació en Paris hacia 1700 y llegó como Tierras de Denos comerciante al Perú, para luego trasladarse a Chile en 1735. Se casó con criolla en Santiago en 1739 y luego fue nombrado Capitán de la Compañía de Extranjeros. Un informe de la época lo describió como vecino “comedido” y “de buena índole” y en 1762 el rey de España lo autorizó para quedarse de manera definitiva en el país. Para entonces ya era dueño de las tierras del Llano. La hacienda de Dunose fue heredada por sus hijas, Josefa y Antonia Denos, subdividiéndose luego en infinidad de propiedades. Chena El primer nombre de Chena, heredad de los Lepe, fue San Nicolás de Tango. En 1732 los hijos del capitán José de Lepe, nieto del carpintero Mateo, la vendieron a José de Perochena, comerciante navarro que había obtenido buenas ganancias comprando barato y vendiendo caro, en Lima y Santiago. Posiblemente lo decidió a comprar su mujer, Javiera Vista del fundo Casas de Chena/ F.García de Espejo, cuyo padre había sido el dueño de la hacienda vecina, que regó con canal propio, el Espejino. Posiblemente Perochena pudo sacar agua del canal de Espejo para regar un sector plano, al pie del cerro de su propiedad, que se levantaba como isla en medio del Llano. No obstante, la agricultura no fue tan buen negocio como el comercio y Perochena murió pobre en 1758. La viuda vendió el campo en 1769 y lo compró el capitán español José Pérez García. Ya entonces la gente mencionaba a esa propiedad hacienda de Chena, y cerro Chena el que se levantaba, solitario, al costado del Camino Real al vado de Tango.

J. L. Espejo

Lo Espejo o San Pedro de Buenavista Parte de las tierras eriazas del Chequén que, hacia 1700, fue adquirida por Pedro Gutiérrez de Espejo, corregidor y alcalde de Santiago, hombre rico y emprendedor que logró regar parte de sus tierras con aguas del Maipo. Al finalizar el siglo XVIII la hacienda de Espejo era propiedad de Pedro Ignacio de Villar, conocido comerciante de Santiago que vendía vino Escudo de la familia Espejo

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y chicha y era dueño, además, de la hacienda San Francisco Javier o el Bajo, de la chacarilla de Tango y de muchas propiedades colindantes, todas en el Llano. Don Pedro murió en 1804, sin hijos, y legó cinco mil cuadras de tierra en el Llano al hospital San Juan de Dios de Santiago. El gobernador Marcó

del Pont autorizó al hospital la venta en lotes de este legado, junto a la venta de derechos de agua del Canal San Carlos. Pero no fue hasta el gobierno de O´Higgins que se concluyó el Canal y se logró vender regadores y tierra en lotes de 100 cuadras, de los cuales uno se dejó para fundar la nueva villa.

Cabildo de Santiago Tierras conocidas como “Potrero de la Ciudad”, donde el cabildo, su propietario, autorizaba cortar espinos o adobes, pastar animales o extraer materiales. Era un terreno irregular, de secano, que limitaba al Antiguo Cabildo de Santiago, 1860/ C. Peña Otaegui norte con la Aguada y al sur con las propiedades de del Villar. El Potrero de Santiago se incorporó al loteo que se hizo cuando el Canal San Carlos regó las tierras del Llano.

Batalla de las Tres Acequias En 1814, durante el período de la Patria Vieja, los patriotas gobernaban el país y se defendían de la contraofensiva realista que había desembarcado en Talcahuano y avanzaba hacia Santiago, donde estaba el Director Francisco de la Lastra. Para detener este avance, el ejército patriota se encontraba en Talca al mando del general Bernardo O´Higgins. El general José Miguel Carrera se liberó de los españoles que lo habían apresado en Chillán, y fue a Santiago donde dio un golpe de Estado, sacó a De la Lastra del gobierno y lo reemplazó por una junta que él presidió. O´higgins supo del golpe y respaldado por el Cabildo y una Junta de Guerra avanzó hacia Santiago, a restablecer el gobierno democrático. Las fuerzas de Carrera, comandadas por su hermano Luís, se atrincheraron cuatro leguas al norte del río Maipo aprovechando el desmonte de los canales, en el sector que hasta hoy se conoce como Tres Acequias. El 4 de agosto de 1814 O´Higgins cruzó el Maipo y atacó a las fuerzas de Carrera que lo rechazaron luego de un breve combate, obligándolo a repasar el río. Quedaron más 50 muertos y heridos de ambos bandos en el campo de batalla. Poco después, acosados por el peligro realistas, O´Higgins y Carrera volvieron a unirse. Fueron los últimos días de la Patria Vieja. El 2 de octubre de 1814 se produjo la derrota final del ejército patriota en Rancagua.


El proyecto de Ustáriz Los primeros antecedentes que se tienen sobre la construcción de un canal que permitieran regar zonas de secano en Santiago se remontan al siglo XVIII, cuando el Gobernador Juan Andrés Ustáriz in- Modelo de marco partidor de la Sociedad del Canal de Maipo formó al Rey la conveniencia de unir el río Maipo con el Mapocho, para contribuir a la agricultura y al estado sanitario de la población, en todo el territorio intermedio. El aumento demográfico de Santiago influyó en esta solicitud, ya que a veces no había suficiente agua para saciar la sed de la población, como declaran los informes de la época. En 1726 se hizo un Cabildo Abierto tras el cual las autoridades decidieron llevar las aguas del Maipo a Santiago “por la gran utilidad que reporta para el riego de las chacras y huertos y el crecimiento de las yerbas para los animales; especialmente para beber”. Tras muchos estudios se estimó que la obra del canal era viable, pero el invierno fue lluvioso y la urgencia por regar disminuyó, cayendo en el olvido la construcción del canal. El proyecto de Manso de Velasco Una serie de años secos hizo renacer el proyecto de traer agua del Maipo a Santiago, en 1742. Ya no sólo con la intención de abastecer con agua a la ciudad y regar sus chacras, sino también con la idea de regar el Llano o tierras eriazas al sur de Santiago, mayoritariamente propiedad del Cabildo. El Gobernador José Manso de Velasco hizo realizar nuevos estudios. Se presentaron cuatro proyectos: uno de Francisco Navarro, dos del Padre Petri, jesuita, y un tercero patrocinado por los señores Espejo, Tagle-Bracho, Barros y Jara. No hubo acuerdo, por lo que siguieron recibiendo propuestas, entre otras, la de Nicolás de Abos Padilla en 1746 y la de Matías Ugar-

te en 1772. Ninguna se consideró viable y aun cuando la escasez de agua siguió dando problemas, a la población y a la agricultura, no se dio inicio a ninguna obra. El proyecto de Muñoz de Guzmán Sólo entrado el siglo XIX comenzaron las obras del Canal San Carlos, así llamado en honor al Rey de España. En 1802 el Gobernador Luís Muñoz de Guzmán ordenó el comienzo de los trabajos y nombró director de la obra al agrimensor Juan José de Goycolea, de acuerdo al proyecto desarrollado en 1800 por el agrimensor Agustín Cavallero. Pero la prematura muerte del Gobernador Muñoz de Guzmán puso término a los trabajos ya iniciados.

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Vicisitudes de la construcción: el Canal en Chile Independiente Las guerras de Independencia no permitieron retomar las actividades, especialmente por falta de financiamiento. No obstante, las autoridades patriotas de 1811 nombraron a cargo de los trabajos del Canal a los señores Joaquín Gandarillas y Domingo Eyzaguirre, quienes reiniciaron los trabajos, aun en medio de los enfrentamientos. A pesar de ello, la obra se vio detenida en 1814, cuando las tropas realistas avanzaron hacia Santiago. Entonces, José Miguel Carrera ordenó que los trabajadores de canal se trasladaran con herramientas a construir trincheras en la Angostura de Paine, esperando detener a los españoles victoriosos después de Rancagua. El esfuerzo fue inútil, porque el triunfo de los realistas fue definitivo. La construcción del Canal se detuvo, sin operarios ni herramientas. En 1816 el Gobernador español Francisco Casimiro Marco del Pont quiso retomar la construcción del Canal y ordenó la venta de regadores o derechos de agua, para financiar el proyecto. A pesar de que Gandarillas y Eyzaguirre habían adherido la causa patriota, los confirmó en su cargo como directores de la obra, a la que dedicaron su tiempo y energía. En 1819, ya obtenida la Independencia, el Senado en conjunto con el Director Bernardo O’Higgins, reconocieron la necesidad de dar más agua a Santiago y regar el Llano de Maipo, continuando la obra del canal, reiniciando la venta de regadores y

Museo Histórico Nacional

El Canal Maipo

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Sociedad Canal de Maipo

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Domingo Eyzaguirre pintado por Monvoisin hacia 1850

autorizando la venta de las tierras del Hospital San Juan de Dios. Para agilizar las obras, el Senado destinó a cien prisioneros realistas, capturados en la batalla de Maipú, para que trabajaran como obreros. En 1820 el Canal no estaba todavía terminado, por lo que O´ Higgins pidió a los senadores “que no se vendan las tierras de Lepe ni se levante su población mientras no se concluyan las obras del canal de Maipo”. No sólo la venta de terrenos públicos preocupaba al Gobierno, también la construcción del nuevo poblado aledaño al Canal, y se discutió cuales obras serían responsabilidad del Estado y cuales de los particulares, definiéndose que el Gobierno sólo asumiría construir las casas del cura y el juez, la escuela y la cárcel.


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Término de las obras A fines de 1821 o comienzos de 1822 el agua del Maipo llegó al Mapocho. En 4 de Mayo de 1822 el diario El Mercurio de Valparaíso informó: “El Canal de Maipo. Se tomó el fin con empeño y aunque sufrió las vicisitudes de diversos modos de los gobernadores y de la revolución, se ha concluido en el presente tiempo gracias a los esfuerzos y constancia de dos ciudadanos que han sacrificado su tiempo y patrimonio a una obra que tiene el verdadero carácter de buena […] Con ella se han fertilizado 4.900 cuadras de terreno eriales, divididos en pequeñas suertes, dando a cada uno el agua suficiente. […] a dos millas del Maipo empieza el canal San Bernardo, extraído del principal, y uniéndose a él, resultarían dos madres iguales, que a más de la abundancia traerían la seguridad de los riegos aun cuando se interrumpan los de

La trucha del Maipo La obra del Canal de Maipo presenta la particularidad de haber acuñado una moneda de cobre para pagar a sus trabajadores. En marzo de 1821 el Senado autorizó al Intendente de las obras, Domingo Eyzaguirre para que pagara a los trabajadores con dicha moneda, que desde entonces se conoce como la trucha o el cuartillo del Maipo. A propósito de su acuñamiento, el moneda trucha del Maipo

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María Graham

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Aperos de labranza en 1821

algunas de ellas, o por accidentes extraordinarios o en el tiempo que se emplee en su limpia y reparo”1 Francisco Antonio Encina en su “Historia de Chile” agrega que “Al principio sólo se tornaron productivas las cortas extensiones de suelo de migajón diseminadas en el llano, pero a la vuelta de pocos años, las aguas limosas del Maipo formaron una capa de tierra vegetal. El clima de Santiago cambió favorablemente, sobre todo desde que se multiplicaron las plantaciones de alamedas en el antiguo llano eriazo, atenuándose la sequedad de los vientos del sur.”

Superintendente de la Casa de Moneda, José Santiago Portales, dijo: “Es verdad que se trabajaron en la Casa algunas monedas con la denominación de Canal de San Bernardo, de chapas muy delgadas, del tirado de forros de navíos (…) Ellas resultaron curiosas, mui delgadas i poco divertidas para los ojos de los hombres curiosos..”

San Bernardo y sus alrededores, 1900 /

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Fundación y Crecimiento Durante En septiembre de 1820 el Congreso Plenipotenciario aceptó la proposición de Domingo Eyzaguirre de fundar una villa en los terrenos que habían pertenecido al Hospital San Juan de Dios y se regaban con el recién inaugurado Canal de Maipo. Aceptada la propuesta, un Decreto Supremo mandó dar cumplimiento a dicha fundación y se creó un monte de piedad con el objeto de reunir fondos suficientes. El 9 de febrero de 1821 Eyzaguirre dio cumplimiento a la fundación de San Bernardo, nombrándola de dicha manera en honor a Don Bernardo O’Higgins. Se deseaba que la villa alberga a las viudas de las guerras de Independencia y también a los artesanos que rondaban en torno a la capital. Destacable es el hecho que San Bernardo es el primero de los tres pueblos que se fundaron en el Chile independiente, siendo los otros dos Vicuña, en el valle de Elqui, el 22 de febrero de 1821 y La Unión, en

el Siglo xix Osorno, el 23 de marzo del mismo año. Aunque su fundación la convierte en ciudad símbolo de una nueva etapa para el país, su traza y estructura obedecieron al tradicional plano damero utilizado en las ciudades coloniales. Además de los gastos propios de la fundación de la villa, el Gobierno había asumido los altos gastos de construcción y mantención del canal. Ello lo llevó a traspasar la administración y operación del canal a los propietarios de sus regadores de agua, quienes organizaron una sociedad que refrendó el Gobierno en 1827. Con el tiempo, la nueva sociedad del canal creó un positivo sentido de comunidad entre los propietarios del Llano y los pobladores de la nueva villa, todos ellos beneficiados con las aguas del Maipo. La plusvalía de los terrenos creció sostenidamente gracias a la apertura de nuevas acequias de regadío, a la mejora de las redes camineras y a la construcción de puentes. Aumentaron los precios de las tierras regadas por el


canal: “si en 1822 una cuadra regada con el canal del Maipo valía 8 pesos, en 1840 llegaba a 100 y en 1860, con el ferrocarril subió a 400 pesos.”. San Bernardo fue reconocido como villa en

1830 y durante el gobierno de Joaquín Prieto fue designada cabeza del nuevo Departamento de La Victoria, en el que asumió como gobernador el fundador, Domingo Eyzaguirre.

Parroquia En 1824 el obispo de Santiago, José Santiago Rodríguez Zorrilla, creó la parroquia de San Bernardo, desmembrándola de la parroquia de Tango o Malloco, y contribuyó a la construcción de la primera iglesia, ubicada en la plaza, modesto edificio de una nave, de adobe y teja, que se demolió en 1855 por problemas estructurales. Tiempo después, en 1897, Monseñor Mariano Casanova transformó la parroquia en vicariato para la zona sur de Iglesia parroquial, 1907-1985 / César Disi Santiago y dejó bajo su jurisdicción las capillas de Malloco, San José de Maipo, Isla de Maipo y Bajos de Mena. La iglesia parroquial, no obstante, construida con esfuerzo hacia 1860 fue destruida por el terremoto de 1906 y reconstruida entre 1907 y 1910, con un imponente atrio con columnas y una sola y esbelta torre al eje de la portada.

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Camino de Los Morros La construcción del puente de Los Morros en 1847 permitió el tráfico permanente hacia el sur, durante cualquier período del año. Disminuyó el uso del antiguo Camino Real del vado, que quedó reservado a ganado y tropillas. Durante el siglo XIX Diligencia en el camino al sur, 1865 el viaje a San Bernardo desde la capital se iniciaba en la calle San Diego, continuaba por la avenida del Llano Subercaseaux y luego por el camino conocido como El Guindal de Mena, hasta su bifurcación en La Cisterna. Un camino, recto, seguía hacia el puente de lo Morros. Otro camino, diagonal, seguía hacia San Bernardo y cruzaba las propiedades de Lo Besa, La Serena y El Bosque y la línea del ferrocarril. A partir de 1860 una compañía de carruajes suburbanos trasladó pasajeros desde la plaza de Armas de Santiago a la de San Bernardo. No pocas veces los usuarios reclamaron que los cocheros hacían carreras como carros romanos en El Guindal de Mena, azotando a los caballos y pasando por encima de perros y piedras, con grave peligro de los transeúntes y de los propios pasajeros.

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Puente del ferrocarril sobre el río Maipo en 1860

Ferrocarril La construcción del Ferrocarril del Sur, iniciada en 1855 para unir Santiago a Talca, fue una decisión que influyó significativamente en el crecimiento de San Bernardo. A cargo de esta obra estuvo el nor teamericano Walton Evans, venido a Chile en 1850 a colaborar en la construcción del ferrocarril entre Caldera y Copiapó, el primero del cono sur americano. A él le correspondió vigilar la construcción de los primeros 16 kilómetros de vía, entre la estación de Santiago y San Bernardo, recorrido que se inauguró en septiembre de 1857, durante la presidencia de Manuel Montt. El paso del ferrocarril por San Bernardo significó un reordenamiento y valoración de las propiedades que entonces estaban surgiendo en ese territorio. Cerca de la villa comenzaron a plantarse viñas y huertos frutales, y se crearon molinos y otras actividades vinculadas a la creciente industrialización agrícola. Al poco tiempo surgieron ramales o desvíos ferroviarios, para trenes de vapor o “carros de sangre”, desde San Bernardo o de Nos hacia el molino, al criadero de plantas de Santa Inés, a la Fábrica Nacional de Pólvora o a la hacienda Lo Herrera.

A partir de la segunda mitad del siglo XIX San Bernardo se convirtió en una ciudad de veraneo donde los santiaguinos iban en busca de aire fresco y tranquilidad rural. Mucha gente de fortuna construyó casas o quintas de descanso que dieron a la ciudad un carácter apacible, muy conservador, apegado a la tradición y a la iglesia. Recaredo Tornero, joven escritor liberal, describió la villa en su obra “Chile Ilustrado”, en 1872: “Sobre el mismo camino al sur se encuentra el pueblo de San Bernardo, capital del Departamento de la Victoria. Es estenso y lleno de árboles, pero completamente deshabitado a causa de la proximidad a Santiago. Este fue el primer punto de los alrededores de Santiago que visitaron los paseantes en vacaciones. Los viejos cuentan tradiciones estraordinarias de lo que allí pasaba en otro tiempo i las viejas callan ruborizadas al oirlas. Hoi suele poblarse pasajeramente los dias de carnaval. Formando un curioso contraste con su antigua fama… hoi solo concurre la jente seria i donde se despliega la misma fría i severa etiqueta i el mismo lujo que en los salones de Santiago.”


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Vida rural Durante todo el siglo XIX San Bernardo fue centro de una actividad agrícola creciente, producto del riego, del mejoramiento de las tierras, de la proximidad de Santiago y de la concurrencia de empresarios con dinero. Todo ello impulsó el desarrollo alrededor Casa del fundo San León de Nos, c.1880/ Museo Histórico Nacional de la ciudad, donde hubo mayor subdivisión y redistribución de las tierras. Tal fue el caso de la hacienda Chena de la familia Pérez, que se dividió en 1853 entre seis hermanos Pérez Mascayano, cada uno de los cuales dotó a su hijuela con nuevas casas, bodegas y maquinarias. O el caso del fundo El Mariscal que fue del presidente Prieto y hacia 1850 de Manuel Antonio Tocornal, que plantó ahí posiblemente la primera viña francesa del país. En 1860, al sur de San Bernardo, surgió la viña Santa Teresa de Macario Ossa, y poco más tarde, al norte de la ciudad, las viñas San Bernardo y Benítez.

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Maipú. Ese mismo año se estableció la ley de la Comuna Autónoma, a través de la cual los municipios adquirieron tuición sobre el área rural de sus territorios, decisión que antes competía a la Gobernación de Santiago. El control del entorno rural de los municipios quedó en sus manos. La proliferación de comunas, contiguas o próximas a la capital, dio inicio a una gran competencia especulativa de terrenos. San Bernardo no quedó ajeno a esta situación. Es entonces cuando se

innumerables campos productivos que pertenecieron a Natalio Farinelli, Florindo Labbe, Marcial Martìnez, o la familia Arnout, entre otros. Centro Patrimonio Fotográfico

Se acuñó entonces el sello Llano de Maipo para los mejores vinos del país. En 1900 el abogado Eliodoro Yañez era dueño del fundo Lo Herrera, el más grande del departamento, riquísima propiedad que comenzó a explotarse luego que por décadas fuera de Miguel Pacífico Herrera y Molina, demente que no le había dado ningún uso productivo. La antigua hacienda de Nos hacia 1850 fue del millonario Gregorio Ossa y a su muerte se dividió entre tres de sus hijas, dando origen a Las Lilas, Santa Filomena y San León de Nos, propiedades donde hubo cultivos y construcciones relevantes. Como en la hacienda Cerro Negro o en Lepanto, en el sector de Los Morros, donde hubo viñas, plantaciones, empastadas y lecherías. Como en el sector norte de San Bernardo donde hubo

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Vendimia en el Llano de Maipo en 1890/

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Frutales en el fundo Chena, c.1900

lotearon las tierras del Llano Subercaseaux y del Guindal de Mena, se levantaron poblaciones en Lo Goicolea y La Cisterna, surgieron parcelaciones en Lo Espejo, San Ramón y El Bosque y en la mayoría de los terrenos agrícolas del sector, especialmente los que estaban inmediatos a los caminos principales. En tanto, la ciudad creció hacia el nor-oriente, en las poblaciones Santa Marta y Ducaud. Creció también hacia el sur, proyectando la calle Portales en una avenida contigua a la línea del ferrocarril, donde se construyeron valiosas quintas y casa de veraneo.

Melton Prior

Mónica Zambra se refiere a la historia de San Bernardo Actriz de 61 años, es monitora teatral y hace talleres de teatro hace más de 15 años. Trabaja con grupos de San Bernardo: niños, jóvenes y adultos mayores. Su motivación es el teatro y la entrega de valores por medio de la actuación. Vecinos de San Bernardo, c.1890

Territorio El territorio inicial del municipio de San Bernardo, creado en 1850, abarcaba desde la Aguada al río Maipo, territorio que disminuyó significativamente en 1882 al formarse el municipio de La Granja, y en 1891 cuando surgió el municipio de

Menciona que, durante la Guerra del Pacífico, San Bernardo fue lugar de relegación de prisioneros de guerra peruanos luego del Combate Naval de Angamos, el 8 de octubre de 1879, cuando se capturó al blindado peruano Huáscar y murió su comandante, el almirante Miguel Grau, con lo que Chile obtuvo el dominio del mar e inclinó la balanza bélica a su favor. Tras ese combate, llegaron prisioneros peruanos a San Bernardo, donde transitaban libremente, sin salir de su circunscripción. Muchos de ellos, tras el término de la guerra, se arraigaron en la localidad y fundaron familia, como los Rivera y los Burucúa.


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SIGLO XX Vecinos destacados en la ciudad A comienzos del siglo XX San Bernardo tenía 4.158 habitantes, cifra que se había duplicado en 1909, con 8.269 habitantes. Para entonces la ciudad tenía numerosos edificios valiosos y de notable arquitectura, como la iglesia de San Alfonso, construida en estilo gótico por los Padres Redentoristas en 1902, y especialmente la de casas y quintas, la mayoría Iglesia de los Redentoristas, c. 1910 de ellas desaparecidas. Entre las más importantes se destacaban en calle Prat las de Hemenegildo Ceppi, Luis Lezaeta, Constanza Pando de Ocampo, Nieves Montt de Doll y el castillo de la familia Pavlisa, desde 1920. En calle Freire la familia Elguín, Bernardo Bucarán, Samuel Claro e Idilia Espina de Bravo. En calle O´Higgins la de Carlos Lamarca y Rosalía Cordovez. En avenida Portales la de Eugenia Izquierdo. En avenida América la de su hermana Ceferina Izquierdo de García de la Huerta, actual Casa de la Cultura. En calle Covadonga las de Salomé Vergara de Donoso y Domingo Iglesias. En calle san José la de Bernardino Herrrera. Para entonces la ciudad contaba con varios centros sociales, como el Club de San Bernardo, el Club Comercial, la Gota de Leche, la Sociedad Progreso de Socorros Mutuos, la Sociedad Filarmónica y el Club de Futbol Libertad. Tempranamente se constituyó el Cuerpo de Bomberos, en 1903. Los periódicos “La Victoria” y “El San Bernardo”, más tarde “El Maipo” y la revista “El Búcaro Sanbernardino”, fueron los medios de difusión más destacados de la época. Fueron tradicionales las boticas de David Gutierrez y de José María Benitez, y luego la farmacia de Juan José Farr, el hotel de los Hermanos Dupré, los molinos de Pedro Morizot, de Antonio Plaza y de Pasalaqua Hermanos, la notaría de Ramón Baeza, la talabartería de Fortunato Moya, las paqueterías de Salomón Hermanos, de Salvador Zarur y de Seri Hermanos, establecimientos que marcaron la vida de la ciudad y fueron lugar de encuentro de su vecindario, lugares que, la mayoría, desapareció con la competencia y proximidad de Santiago. Carácter urbano El crecimiento de San Bernardo no modificó, antes bien, subrayó la identidad que le era propia, lo que retrata bien Fernando Santiván en su obra “Memorias de un Tolstoiano”, que retrata su paso por la ciudad a comienzos de siglo: Acequia en la calle América, c. 1900. Gran parte de los pobladores eran personas pudientes de Santiago, que hacían su aparición en las viejas quintas en la época veraniega. San Bernardo debió ser, en un tiempo, como alguno de estos pueblecitos costeños o rurales a donde las familias buscaban paz y descanso, tales como Algarrobo, residencia veraniega de

presidentes de la nación; Quillota o Limache, refugio de comerciantes del Puerto. No era raro encontrar [para entonces], en las sombreadas calles, ricos atalajes de pertenecían a familias históricas, como los Balmaceda o los Errázuriz, o más recientes, como los Ortúzar, García de la Huerta, Pinto Agûero u Olguín. La mayor parte eran dueños de casonas en la ciudad o en los alrededores, con fundos y viñedos. Quienes se mostraban más audaces, y no siempre respetuosos, eran los de alcurnia mediana, radicados en el pueblo durante todo el año. Familias de marinos o militares en retiro, jefes y oficiales de la guarnición, pequeños propietarios de viviendas y quintas modestas. Nos echamos a caminar [Santiván y acompañantes] por las semidormidas calles del pueblo, anchas y acogedoras, con sus árboles frondosos y sus cantarinas acequias de agua que

arrastraban hojas y flores silvestres. ¡Que paz, qué perfumes de jardín añejo y patriarcal, venido por encima de viejas tapias y de casas herméticas y pensativas! Era el manso corazón de las antiguas familias chilenas que se ocultaba en achatados caserones de adobe y teja, para convivir una vida quieta, plácida y sin complicaciones. Avanzaba el otoño. Pasaban por los caminos de los alrededores de San Bernardo carros cargados de uvas negras o doradas. Se escuchaban las risas de las vendimiadoras, y, en las bodegas, el jadear de los hombres que bailaban en las zarandas exprimiendo el jugo azucarado de los racimos. […] La soledad comenzaba a invadir sus calles cobijadas por el varillaje descarnado de los árboles. Cerrábanse las pesadas puertas de las casonas y volvía a escucharse, al borde de la acera, la canción delgada de las acequias cristalinas.

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Tranvía en la plaza, c.1910

Tranvía a Santiago A partir de 1905 se electrificó una línea de tranvías que se inició en la calle San Diego, en Santiago, y llegó a la plaza de San Bernardo en 1908. Las vías del tranvía eléctrico cruzaron sobre las del ferrocarril, pero en


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La Maestranza La construcción de la Maestranza se inició en 1916, comenzó a operar provisoriamente en 1918 y se inauguró formalmente en abril de 1920. Esta usina llegó a ocupar 120 hectáreas de terreno y no cesó de crecer e

implementarse hasta la década de 1950. Empleó a más de 2.500 obreros y se transformó en la segunda maestranza ferroviaria más grande de Sudamérica, exportando ejes y ruedas a otros países, arreglando locomotoras a vapor y diesel y siendo capaz de construir íntegramente una locomotora a vapor, de las que hizo al menos seis. El levantamiento de nuevas poblaciones para obreros se inicio inmediatamente, generando un sustantivo aumento del radio urbano de San Bernardo, hacia el sur. La primera población para obreros fue conocida como Población Sur y se comenzó a construir en 1924, durante el gobierno Arturo Alessandri, inaugurándose en 1930. Tres años después se construyó una plaza al costado de la población, bautizada como Plaza Angel Guarello, en recuerdo del Ministro de Obras Públicas que impulsó significativamente el desarrollo ferroviario y el bienestar de sus trabajadores. A este conjun-

César Disi

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Vista general de la Maestranza, c. 1970 /

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to le siguieron las poblaciones Balmaceda, Pedro Aguirre Cerda y O’higgins, entre otras, resultado del impacto de la Maestranza en el crecimiento urbano de San Bernardo. La Maestranza también motivó el surgimiento de instituciones so- Locomotora y operarios, c. 1970 calle Bulnes para que funcionara el ciales y deportivas, que marcaron Club. Años más tarde, la directiva fuertemente la identidad de la obtuvo una subvención estatal y el ciudad. Tal fue el caso del equipo aporte de materiales e insumos de de fútbol que conformaron los ferrola Maestranza, con lo que construyó carrileros a mediados de la década el Gimnasio Ferroviario, edificio de de 1920, el “Maestranza Central tres pisos inaugurado en 1962. En él de San Bernardo”, que cambió de funcionaron las distintas ramas del nombre a “San Bernardo Central” Club de Deportes, siendo el Club de en 1956 y que llegó a ser el equipo Ajedrez el único que perdura hasta más importante de la localidad. la actualidad. Con el paso del tiemGanó el título de la división de po y tras 76 años de existencia, la honor en 1950 y su fotografía se Maestranza Central pasó a manos de reprodujo como portada de la revista la Empresa Inversiones e Inmobiliaria “Estadio”. Equipo fundador de la Sur S.A., que junto a la Empresa Segunda División en 1952, disputó Ferrocarriles del Estado formó la Sotres torneos profesionales y salió peciedad de Desarrollo Inmobiliario de núltimo en el campeonato de 1955. San Bernardo S.A. (DIBSA). Lamentablemente DIBSA procedió a demoler la casi totalidad de las instalaciones de la Maestranza, sin reconocer su valor como conjunto de arquitectura industrial del siglo XX. Se conservó solamente el pórtico de entrada por Avenida Portales y el Pabellón Central, donde se realizaba la reparación Equipo San Bernardo Central, 1950 de los vagones. A pesar del interés del Consejo de Monumentos NacioOtro espacio de sociabilidad de los nales por conservar este conjunto, maestrancinos fue el “Club de Dese tomó la decisión de demoler los portes de la Maestranza” y su rama talleres de la Maestranza, lo que fue de ajedrez, fundada en 1937. En una pérdida patrimonial irreparable 1947 el Consejo Obrero Ferroviario para San Bernardo. compró una vieja casa ubicada en César Disi

la década de 1930 se construyó un paso bajo nivel, y el tranvía pasó debajo de la línea del tren. El servicio de tranvías eléctricos fue reducido hasta La Cisterna en 1941. Sus rieles todavía existían en 1991. Las ventajas comparativas de San Bernardo como lugar de residencia, la cercanía de Santiago y su proximidad al ferrocarril decidieron el traslado de algunas instituciones relevantes, como la Escuela de Aeronáutica Militar que se instaló en Lo Espejo, al norte de la comuna, en 1913, y como la Maestranza de los Ferrocarriles del Estado, que se ubicó en un amplio predio adquirido por el gobierno de Ramón Barros Luco en 1914.

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lecimiento de la identidad local y la pérdida de ciertas tradiciones, como fue la celebración del “18 Chico” en los faldeos del cerro Chena. Dada la cercanía a la capital y su influencia social y cultural, San Bernardo se convirtió en ciudad-dormitorio, a la que llegan numerosos vecinos que desconocen la identidad tradicional de esta otrora villa rural o pueblo ferroviario. Si bien San Bernardo es

Marcelo Mallea entrega su visión de La Maestranza Gestor cultural de 37 años, ha desarrollado toda su vida en San Bernardo y está seguro que la comuna tiene un gran potencial de identidad patrimonial, que se debe rescatar. Nos dice que La Maestranza de San Bernardo es un legado patrimonial histórico, parte del San Bernardo Industrial donde mucha gente contribuyó al desarrollo del país. “Recordando el esfuerzo de todos quienes trabajaron en la Maestranza, impresiona dolorosamente su actual abandono, no solamente sus edificios, también su historia. No debiera permitirse que desaparezca algo tan importante para la identidad de San Bernardo”.

comuna de la Región Metropolitana, ha sabido conservar su individualidad urbana y entre sus vecinos se reconoce como ciudad, antes que comuna. No obstante, está indisolublemente unida a la gran capital, realidad que impacta y plantea nuevos desafíos, como el resguardo de su memoria histórica y patrimonial, con miras al Bicentenario y al desarrollo que le espera durante el presente siglo.

San bernardo hoy

En noviembre de 1960 se aprobó el Plan Intercomunal de Santiago, y San Bernardo fue una de las 17 comunas que se integraron en una planificación general que delimitó áreas urbanas y rurales, definió un sistema de vías y anillos de circunvalación, y reordenó la localización de las industrias. Como expresión de esta nueva legislación, en 1964 se abrió la Carretera Pana-

Raúl Besoaín relata su percepción sobre la identidad de San Bernardo “San Bernardo ha perdido mucho de su patrimonio, como la fiesta del 18 chico que se celebraba cada septiembre en el cerro Chena, como los grandes edificios de la Maestranza, como la casa conocida como El Castillo, demolida hace pocos años.” Confía en que la ciudad podrá conservar la casa familiar de los Dagnino, única quinta tradicional que se conserva del antiguo San Bernardo. “La vida de pueblo se ha ido perdiendo y gran parte de la gente no se siente Sanbernardina, probablemente, porque fueron obligados a venirse a nuevas poblaciones en la década de los 80 y no han conocido o valorado la historia y tradiciones de San Bernardo”. “Cuando le preguntan a un habitante de la Región Metropolitana de dónde es, su respuesta suele ser Santiago, no dice de Huechuraba, El Bosque, San Joaquín u otra comuna, según sea donde vive. No existe en la cultura capitalina una identificación marcada con las comunas, y con los barrios muy poca, salvo uno o dos lugares. En cambio, un habitante de San Bernardo siempre dice: soy de San Bernardo. Aunque hoy esta localidad está prácticamente unida a la ciudad de Santiago ha sabido mantener su identidad rural y su paisaje, con antiguas casas y calles arboladas.”

mericana Sur, que pasó al costado poniente de San Bernardo. Ello significó, por una parte, separar la ciudad del cerro de Chena, hasta entonces su natural área de esparcimiento, y por otra, la urbanización de sectores hasta entonces rurales, lo que impulsó el crecimiento de la ciudad hacia el poniente, cruzando el tradicional límite de la calle América. En la década de 1980 se levantaron los primeros edificios en altura en el centro, que de algún modo rompieron la escala de la San Bernardo, proceso que se intensificó tras el terremoto de 1985, que dañó muchas casas tradicionales que desaparecieron y dieron paso a nuevos edificios de departamentos. No obstante, la torre de la nueva catedral siguió siendo un hito en el perfil urbano de la antigua villa.

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Ciudad dormitorio Desde comienzos del siglo XX la imagen rural de San Bernardo comenzó a cambiar. Este proceso quedó retratado con el surgimiento de nuevas avenidas, como la avenida Anibal Pinto en 1906 y la avenida Portales en 1914. El proceso de subdivisión y loteo de predios hizo surgir nuevas calles y poblaciones, mayormente hacia el sur de la ciudad. El crecimiento de San Bernardo contribuyó a mejorar sus comunicaciones, como la avenida que la unió con Santiago, obra propuesta en 1916, iniciada en 1926 y concluida en 1930 con el nombre de Gran Avenida. A partir de entonces, esta vía marcó un fuerte polo de crecimiento hacia el norte, a los sectores de Lo Espejo, El Bosque y La Cisterna.

El siglo XXI encuentra un San Bernardo atomizado, marcado por la explosión urbana, el loteo de sus terrenos y la desaparición del tradicional anillo agrícola que la rodeaba, lo cual inevitablemente interfirió en el fortaLa plaza hacia 1910


Personalidades

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San Bernardo es una ciudad que ha cobijado a variadas personalidades del paĂ­s. PoDe la Comuna lĂ­ticos, obispos, empresarios y personajes pĂşblicos han sido relevantes en su historia. Algunos estuvieron de paso, otros se establecieron. Este conjunto de personajes deben ser recordados en la memoria colectiva de San Bernardo.

Personalidades Monumento a Domingo Eyzaguirre en la plaza de San Bernardo / F.GarcĂ­a


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Bernardo Burucúa Médico y Bombero Prisionero peruano del Huáscar que llegó a San Bernardo luego del combate de Angamos. Único medico en 1904, en 1909 era director del Club de San Bernardo y de la Primera Compañía de Bomberos. Tenía casa en la calle Freire. Narciso Castañeda Silva (1849-1935) E x combatiende de la Guerra del Pacífico. Fue hijo de Benito Castañeda, uno de los primeros pobladores de San Bernardo. En 1872 el Intendente Benjamín Vicuña Mackenna lo designó su secretario y estuvo a cargo del paseo del cerro Santa Lucía. En 1879 fue uno de los organizadores del Batallón Victoria,

que declararon “los infrascritos, habitantes todos de la ciudad de San Bernardo, se obligan desde luego a constituirse en cuerpo militar que estará para su movilización al teatro de la guerra, esperando la orden del Supremo Gobierno “. Regresó de la guerra con el grado de Capitán.

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Emilio Bello Codecido (1868-1960) Político y diplomático. Parlamentario entre 1898 y 1939, fue ministro de Obras Públicas, Justicia e Instrucción, Relaciones Exteriores, Interior y Defensa. En 1925 presidió la Junta de Gobierno a cargo del país durante la ausencia de Arturo Alessandri. Tuvo una quinta en San Bernardo. Gerardo Besoain Oyarzún (1866-1927) Regidor y periodista. Al regresar de la Guerra del Pacífico se instaló en San Bernardo. Perteneció al Partido Liberal Democrático y fue electo regidor en 1909. Fue cofundador de la Sociedad de Progreso y Socorros Mutuos, y creador de los periódicos “La Opinión” y “El Clarín”. Vivió en calle Urmeneta y finalmente en San José 350.

Diego Barros Arana (1830-1907) Historiador y educador. Rec tor de la Universidad de Chile, diputado, representante chileno en la Comisión de Límites con Argentina que impuso el Tratado de 1881. De su obra como historiador se destacan la “Historia General de la Independencia”, la “Historia de la Guerra del Pacífico”, y la “Historia General de Chile”, que tardó 20 años en escribir. En su vejez vivió en San Bernardo, en su casa quinta de calle Urmeneta 560, donde falleció. Andrés Bello López (1781-1865) Poeta, educador, crítico literario, jurista e historiador que dejó huella en sus múltiples escritos así como en los intelectuales de los años 1840 a 1860. Fundador y primer rector de la Universidad de Chile, tuvo casa en San Bernardo en la esquina de calles O’Higgins y Freire.

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Miguel Aylwin Gajardo (1889-1976) Juez. Nació en San Javier y estudió en el Instituto Pedagógico de Santiago. Relator de la Corte de Apelaciones de Valparaíso, pasó luego a Valdivia y en 1929 a Santiago, fijando su residencia en San Bernardo, en avenida Portales. En 1946 fue designado Ministro de la Corte Suprema y en 1957 elegido Presidente de ese tribunal.

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Album del Santa Lucía

Jorge Artigas Castañeda (1917-1988) Funcionario municipal. Nacido en San Bernardo, descendía de antiguas familias de la ciudad. Nieto de Narciso Castañeda, creador del Batallón Victoria, y bisnieto de Leoncio Olivares, quien donó los terrenos para el Hospital Parroquial, fue por más 30 años funcionario de la Municipalidad.

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Patricio Aylwin (1918) Presidente de la República. Hijo de Miguel Aylwin, estudió en el Colegio de los Padres Salesianos de Valdivia y luego, en el Liceo de Humanidades de San Bernardo. Jurista y político del partido Demócrata Cristiano, fue presidente de Chile desde 1990 a 1994.

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Juana Alcaíno de Rojas (1843- 1930) Heroína de la Guerra del Pacífico. Casada con Roque Rojas, Sargento del Batallón “Victoria”, lo acompañó durante la Campaña de Lima y estuvo presente en las batallas de Chorrillos y Miraflores, atendiendo a los heridos. Regresó a San Bernardo y fue muy querida por la comunidad. El 21 de mayo o el 18 de septiembre participaba en los desfiles vistiendo su viejo uniforme. Vivió en calle Eyzaguirre, frente a los Redentoristas.

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Municipio San Bernardo

Personalidades

Samuel Claro Lastarria (1873- 1940) Abogado y hombre público. Participó en la vida política afiliado al partido Liberal. Diputado de 1912 a 1924, tuvo a su cargo los ministerios de Justicia e Instrucción, Hacienda, Guerra y Marina, y Relaciones Exteriores. Fue asesor jurídico de Chile en las negociaciones limítrofes con Perú. Residió en San Bernardo, en calle Freire. Su esposa, Celia Velasco, fue una de las fundadoras de la Gota de Leche en esa ciudad, en 1906. Ar turo Dagnino Oliveri (1868-1934) Alcalde y regidor. Nació en Valparaíso y se tituló como agrónomo en la Universidad de Chile en 1893. Residió en San Bernardo desde 1911 y fue promotor de la construcción de la población Balmaceda, la primera población obrera para los ferroviarios. Superintendente del Cuerpo de Bomberos de San Bernardo, miembro honorario de la Cruz Roja y la Gota de Leche, fue regidor y alcalde de la comuna, entre 1924 y 1932, año en que fue electo senador. Se conserva su casa en calle Covadonga, inmediata a la estación.


Manuel García de la Huerta Pérez (1837-1889) Congresista y agricultor. Abogado en 1861, heredó de su

Manuel García de la Huerta Izquierdo (1868-1947) A l c a l d e d e Sa n Bernardo. Hijo del anterior, fue regidor y alcalde en 1906. Liberal, fue diputado en 1909. Con su hermano Pedro fue dueño del fundo Casas Viejas de Chena. En dos oportunidades presidió la Sociedad Canal de Maipo.

Casas Viejas de Chena, que traspasó al Ejército de Chile en 1970. Con su hermano Mario entregaron su casa al Municipio de San Bernardo, para Casa de la Cultura. Centro Patrimonio Fotográfico

Centro Patrimonio Fotográfico César Disi

Orozimbo Fuenzalida y Fuenzalida (1925) Obispo. Nació en Rancagua y se ordenó sacerdote en 1951. Párroco de Pichilemu, en 1968 el Papa Paulo VI lo nombró obispo titular de Burca y Prelado de Calama, de donde pasó como obispo a Los Angeles. En 1987 fue designado primer obispo de San Bernardo, donde sirvió hasta el año 2003. Entre otras obras creó el Seminario y reconstruyó la catedral, dañada con el terremoto de 1985.

Personalidades

madre, Perpetua Pérez Mascayano, la hijuela Casas Viejas de Chena, donde plantó su viña. Hacia 1865 construyó su casa, actual Casa de la Cultura de San Bernardo. Liberal, fue diputado en 1864 y senador en 1882. Ministro de Guerra, de Justicia e Instrucción.

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Emiliano Figueroa Larraín (1866-1931) Presidente de la Republica. Nació en Santiago y se tituló abogado en 1888. Miembro del partido Liberal Democrático, fue diputado en 1900, ministro de Justicia e Instrucción y del Interior. En 1910 asumió como

Enrique Folch y Silva (1880-1940) Bombero. Llegó a San Bernardo en 1905. Junto a un grupo de amigos fundó la Segunda Compañía de Bomberos, a la que compuso un himno. Inició la tradición de la sirena que anuncia el mediodía en San Bernardo. Escuchaba la radio, una de las pocas de la época, y cuando daban las doce, desde su casa agitaba una bandera al cuartelero para que tocara la sirena. Vivió en calle Freire esquina de Arturo Prat.

Obispado San Bernardo

Domingo Eyzaguirre (1775-1854) Fu n d a d o r d e l a ciudad. Trabajó la hacienda San Agustín de Tango, de su padre. Se le designó encargado de las obras de canalización del río Maipo en 1811. En 1822 a iniciativa suya y del Director Supremo Bernardo O´Higgins, fundó la villa de San Bernardo en terrenos eriazos que comenzaron a regarse el mismo año. Fue diputado por Santiago, vicepresidente del Congreso y de la Cámara de Diputados. En 1834 al crearse el Departamento de La Victoria fue nombrado Gobernador, cargo que ejerció hasta de 1845, sin remuneración alguna. Presidió la Sociedad Canal de Maipo hasta su fallecimiento.

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Vicepresidente al morir Pedro Montt y como Presidente al morir su sucesor, Elías Fernández. Fue electo mandatario por segunda vez en 1925. Al fallecer era Presidente del Banco Central. Vivió en San Bernardo, en calle Freire.

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Museo Histórico Nacional

Nazario Elguin (1820-1885) Empresario. Nació en Lampa y de joven fue modesto pirquinero. Descubrió la riquísima veta de cobre de Los Bronces, en la cordillera frente a Santiago. Hombre de gran fortuna, construyó un palacio en la Alameda de Santiago y gran casa en San Bernardo, calle Freire, donde pasó largas temporadas y se le reconoció como filántropo.

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Pedro García de la Huer ta Izquierdo (1869-1942) Congresista y agricultor. Her mano del anterior, f ue abogado en 1890. Liberal, diputado en 1889 y senador en 1912, tuvo los cargos de ministro de Obras Públicas, Hacienda e Interior. Trabajó el fundo Casas Viejas de Chena. Pedro García de la Huerta Matte (19031994) Congresista y agricultor. Hijo del anterior, fue abogado en 1925. Docente de la Universidad de Chile. Diputado liberal en 1937, trabajó su fundo

Municipio San Bernardo

Personalidades

Dagoberto Godoy Fuentealba (18931960) Aviador. Nació en Temuco y estudió en la Escuela Militar de donde egresó en 1914. Fue destinado al Regimiento Ferrocarrilero, en San Bernardo, y en 1916 se incorporó a la vecina Escuela de Aeronáutica de El Bosque, obteniendo carnet de aviador y piloto militar. Autorizado por sus superiores, al alba del 12 de diciembre de 1918 piloteó un avión que sobrevoló por primera vez la cordillera de los Andes, aterrizando en los alrededores de Mendoza siete horas más tarde. Fue recibido como héroe en Santiago y en San Bernardo, donde desfilaron todas las fuerzas vivas de la ciudad y la comunidad le regaló un reloj de oro. Vivió en San Bernardo hasta la década de 1930. Angel Guarello Costa (1866-1931) Hombre público. Nació en Valparaíso y fue abogado en 1887. Miembro del partido Demócrata fue diputado en 1894 y más tarde senador. Ministro de Justicia, Relaciones E xteriores y Obras Públicas y Ferrocarriles en 1915, creando entonces escalafón para


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Jorge Millas (19191982) Filósofo y ensayista. Destacado hombre de la cultura quien extendió sus conoci-

respuesta. Gobernó de 1861 a 1871, y le correspondió inaugurar la Estación del Ferrocarril de San Bernardo. José Pérez García (1726-1814) Militar e historiador. Nació en Colindres, España y pasó a Chile en 1754. Capitán, fue dueño del fundo San Nicolás de Tango, conocido luego como Chena. El gobernador Ambrosio O´Higgins le encomendó escribir una Historia de Chile, manuscrito que inició en 1788 y concluyó en 1810, inédito hasta que lo publicó José Toribio Medina en 1900. Es una obra fundamental para la historiografía nacional.

Pilar Moliner de Nuez (1963-1940) Benefactora. Nació en España y vino a Chile junto a su marido para radicarse en San Bernardo. Se distinguió por sus valores cristianos, su sencillez y una actitud generosa y solidaria hacia instituciones como el Rotary Club y el Hospital Parroquial. Macario Ossa Cerda (1830-1921) Agricultor y filántropo. Dueño del fundo Santa Teresa de Tango, plantó una de las primeras viñas del país hacia 1860. Diputado en 1864, desde 1901 vivió en San Bernardo y fue alcalde de la ciudad y gobernador del departamento. Fundó el hospital, que administró gratuitamente hasta su fallecimiento. José Joaquín Pérez Mascayano (18011889) Presidente de la República. En su juventud f ue diplomático y luego ministro de Hacienda y del Interior. Senador en 1852, época en que heredó de sus padres una de las hijuelas de la hacienda Chena. Estaba ahí cuando le ofrecieron la Presidencia de la República. “La niña que me ofrecen es muy bonita, pero muy coqueta. Lo pensaré…” fue su

Municipio San Bernardo

Santiago Mac-Lean Gabler (18691945) Médico y bombero. Estudió en la Universidad de Chile y fue médico voluntario en las batallas de Concón y Placilla durante la Revolución de 1891. Voluntario la 5ª Compañía de Bomberos de Santiago, en 1901 se radicó en San Bernardo y ejerció como médico en el ciudad y en los dispensarios de Nos, Cisterna y La Granja. Cofundador de la 2° Compañía de Bomberos en 1903 y del Club Social de San Bernardo. Con Manuel Magallanes Moure creó el periódico “La Idea”, donde escribió con el seudónimo de Neal Cam.

mientos y trabajo al área del ensayo y la poesía. Destacan dos de sus obras “Idea de la Individualidad”, de 1943, y “Goethe y el espiritu de Fausto”, de 1949.

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Ana Antonia Margutti, Madre Cunegunda (1896-1967) Enfermera. Nació en Italia y se ordenó religiosa en 1919, adoptando el nombre de Cunegunda. Pasó a Chile como profesora en el Colegio de Lourdes en Santiago. En 1931, por iniciativa del doctor Luis Sepúlveda, vino como superiora de las Hijas de Santa Ana a hacerse cargo del cuidado de los enfermos al Hospital de San Bernardo. En 1962 fue condecorada con la Orden al Mérito Bernardo O’Higgins, ante el Ministro de Relaciones Exteriores, el Embajador de Italia y las autoridades de San Bernardo.

Personalidades

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Claudio Matte Pérez (1858-1956) Educador y creador del Silabario Matte, que aún se u sa e n a l g u n a s escuelas. Su gran preocupación por la educación lo impulsó a presidir la Sociedad de Instrucción Primaria, 1889, y participar de la comisión organizadora del Primer Congreso Pedagógico Nacional. Rector de la Universidad de Chile en 1926. Tuvo una propiedad en calle Urmeneta en San Bernardo, conocida como la Casa Azul por el color de sus muros, lamentablemente demolida.

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Joaquín Larraín Gandarillas (18221897) Obispo y filántropo. Abogado en 1844, se ordenó sacerdote en 1847. Modernizó el Seminario de Santiago del que fue rector desde 1853. En 1878 se le nombró obispo titular de Martyropolis y vicario de Santiago. Candidato a arzobispo de Santiago en 1887, se retiró a San Bernardo al resultar electo Mariano Casanova. Impulsó la construcción del hospital de San Bernardo. Fue primer rector de la Universidad Católica.

César Disi

César Disi

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su personal, y una caja de retiro y pensión social. Consejero de Estado durante 12 años. Recordando su compromiso con los trabajadores de Ferrocarriles se puso su nombre a la plaza de la Población Sur de San Bernardo.

Municipio San Bermardo

Personalidades

Juan Pérez (1932) Deportista. Nació en Pitrufquén y vivió desde muy joven en San Bernardo, en la población Santa Mar ta, donde se inició como ciclista en 1952. Dos años más tarde fue seleccionado nacional a Brasil y a continuación participó en los juegos olímpicos de Melbourne y Moscú. Siete veces campeón en ruta en Chile. A partir de 1980 fue entrenador de bicicros en San Bernardo y formó a destacados ciclistas, muchos de ellos campeones. Fidel Pinochet LeBrun (1863-c.1940) Educador. Nació en San Felipe, hijo y hermano de destacados educadores. Profesor en 1892, trabajó en los liceos de Talca e Illapel y en el Miguel Luis Amunátegui de


Joaquín Prieto Vial (1786-1854) Presidente de la República. Ingresó al ejército en 1805 e hizo las campañas de la Patria Vieja. Peleó en las batallas de Chacabuco y Maipú y sir vió con lealtad a O¨Higgins, alcanzando los mayores honores militares como General, Brigadier y Mariscal de Campo. Elegido Presidente en 1831 gobernó hasta 1841. Fue dueño del fundo El Mariscal, próximo a San Bernardo.

Oraldo Rojas Ramírez (1884-1976) Pastor evangélico. Tuvo una infancia acomodada y acceso una muy buena educación. Abandonó esas comodidades para dedicarse a predicar el Evangelio. Se estableció en San Bernardo con su señora y su hija Clemencia Díaz Abar. Pronto fue conocido por sus prédicas y espíritu solidario, que le granjearon el afecto y respeto de la comunidad. Falleció en su casa de calle Esmeralda esquina de Victoria. Luis Sepúlveda Salvatierra (1887-1981) Médico. Estudió en Santiago y se recibió en 1911, pasando a ejercer como doctor de la Escuela de Infantería de San Bernardo, ciudad a la que se trasladó a vivir y donde se incorporó a distintas asociaciones y grupos. Entre otras obras, fundó

Personalidades

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el Rotary Club de San Bernardo. Al cumplir 60 años como médico, la Municipalidad de San Bernardo lo declaró Ciudadano Ilustre, como reconocimiento a su aporte a la comuna.

C.Valdivieso

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Manuel Antonio Tocornal Grez (1817-1867) Político y hombre público. Admirado por sus contemporáneos y dotado de una notable inteligencia y oratoria, fue abogado en 1839, sucedió a Andrés Bello como rector de la Universidad de Chile. Fue Diputado en 1849 y senador en 1867, desempeñándose como ministro de Justicia y del Interior. Dueño del fundo El Mariscal en San Bernardo, donde plantó viña hacia 1850. Presidió la Sociedad Canal de Maipo en 1855. José Tomás Urmeneta García (1808-1878) Empresario y filántropo. Estudió en Estados Unidos y al regresar a Chile se instaló en Ovalle, donde por 15 años buscó una veta de cobre. Encontró finalmente el pique de Tamaya que lo convirtió en millonario. Destacado empresario y creador de industrias, hizo grandes donaciones a la casa de Orates, al Cuerpo de Bomberos, a la Sociedad de Instrucción Primaria. Tuvo casa en San Bernardo, en la esquina de Urmeneta y Colón, y donó la fuente de fierro de la plaza.

G.Figueroa

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Manuel Plaza Reyes (1900-1969) Deportista. Nació en San Bernardo y trabajó como suplementero. Obtuvo su primer triunfo corriendo alrededor del Parque Cousiño, en Santiago. Campeón Sudamericano de Atletismo en 1920 y abanderado chileno en los Juegos Olímpicos de Colombes, 1924, y Ámsterdam, 1928, donde ganó Medalla de Plata en la maratón. En Santiago lo recibió una muchedumbre y el Presidente Carlos Ibañez lo condecoró con la Legión de Mérito.

Fernando Robles Roles (1916-1984) Periodista. Nació en San Bernardo y par ticipó tempranamente en la política como secretario del Partido Conservador. Aficionado a la escritura, por muchos años fue corresponsal del “Diario Ilustrado” en San Bernardo. Luego fue corresponsal de “La Tercera de la Hora” y a través de sus artículos promovió el conocimiento de esta ciudad. Participó también en diversos periódicos locales, como “El Quijote”, que él mismo fundó.

Municipio San Bernardo

Museo Histórico Nacional

Municipio San Bernardo

Santiago, antes de ser nombrado rector del recién creado Liceo de Hombres de San Bernardo, en 1913. Desempeñó ese cargo hasta 1925. Autor, entre otras obras, del “Libro de Lectura” y la “Crestomatía Española”, texto de muchas generaciones de estudiantes. Tanto en Illapel como en San Bernardo organizó sociedades protectoras de Estudiantes Pobres.

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Personalidades

Jorge Valdivieso Blanco (1867-1943) Alcalde. En 1889 se casó con Josefina Barros, hija de Diego Barros Arana, con quien pasó a vivir en San Bernardo. En 1897 fue regidor y alcalde de esta ciudad, donde fue cofundador del Cuerpo de Bomberos. Ministro de Hacienda, y de Guerra y Marina, fue Intendente de Santiago en 1920. Nuevamente alcalde de San Bernardo en 1937, el municipio le entregó una Medalla de Oro por sus servicios. Vivió primero en casa de su suego, en calle Urmeneta 540, y más tarde se trasladó a calle Victoria 909, propiedad conocida como chacra Cienfuegos, donde falleció. Eliodoro Yánez Ponce de León (1860-1932) Político y hombre público. Abogado en 1883, fue relator de la Corte de Apelaciones de Santiago. Miembro del partido Liberal, fue diputado y senador. Ministro de Relaciones Exteriores y del Interior, fue precandidato a la Presidencia de la República en 1915 y 1920. Presidente del Senado en 1924, fue director de la Sociedad Nacional de Agricultura y presidente de la Sociedad de Fomento Fabril. Fundó el diario “La Nación” de Santiago. Hacia 1900 adquirió la hacienda de Lo Herrera, la propiedad más extensa de San Bernardo, que luego heredaron sus hijos.


arquitectura

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Antigua Estación del Ferrocarril en Nos. Demolida / César Disi

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Arquitectura urbana La fundación de San Bernardo se hizo el 9 de febrero de 1821 y aunque fue la primera ciudad de Chile construido en San Bernardo republicano, su trazado urbano continuó la tradición de las ciudades coloniales: planta en damero, con calles rectas y perpendiculares entre sí y como eje, la Plaza de Armas.

Arquitectura

Patrimonio

Existe un valioso patrimonio construido en San Bernardo, aunque lamentablemente mucho ha desaparecido. Hubo edificios significativos que, a pesar del interés de la comunidad en conservarlos, fueron demolidos. Sucedió con el Castillo Pavlisa en calle Prat, la casa de don Evaristo Molina en Prat y Bulnes, la Casa Azul que fue de Claudio Matte en Urmeneta, el antiguo Club Social de la Plaza, el Liceo de Hombres en Prat y Victoria, la estación de Nos, y la casa Williamson en calle Covadonga, desaparecida mientras se firmaba su declaratoria como Monumento. En este sentido, vale la pena destacar la importancia del patrimonio arquitectónico existente y asumir el desafío que representa conservarlo, poniendo en valor edificios que están en abandono o cuya preservación no esta asegurada, como sucede con el conjunto industrial de la Maestranza, con la antigua bodega que enfrenta a la Estación, con la hermosa casa Dagnino y sus jardines, con las antiguas construcciones del fundo Casas Viejas de Chena.


F.García

F.García

F.García

Pileta: donada en 1853 por el empresario José Tomás Urmeneta, vecino de la ciudad. Es de fierro fundido y posiblemente hecha en Inglaterra. Sirvió a los vecinos para sacar agua potable.

Noria: abierta en 1892 para sacar agua potable, caudal que posteriormente se unió al sistema de agua potable proveniente de la vertiente El Canelo. Su brocal, reciente, es de piedra canteada.

Monumento a Domingo Eyzaguirre: obra del escultor Nicanor Plaza en 1884, de bronce y fundido en Francia. Don Domingo aparece de pie y sostiene en una mano un “pie de cabra”, emblema del canal del Maipo, y en la otra un rollo con los planos de la ciudad. Monumento a Manuel Magallanes Moure: donado por el Rotary Club de San Bernardo en 1946, es una de las primeras obras del entonces joven escultor Galvarino Ponce.

arquitectura

Catedral de San Bernardo Frente a la plaza, es la cuarta iglesia construida en el lugar. La primera, de adobe y teja, se levantó en 1824. Su deterioro obligó a construir una segunda iglesia, más amplia, en 1853. La dañó irreparablemente el terremoto de 1906 y obligó a construir una tercera iglesia, concluida en 1915. Nuevamente un terremoto, en 1985, dañó la iglesia de San Bernardo y hubo necesidad de reconstruirla íntegramente, con el desafío de ser Catedral de la nueva diócesis. Su proyecto fue obra de los arquitectos Jorge Swinburn Pereira, Alvaro Pedraza, Samuel Claro y Jorge Swinburn Del Río, y es una aproximación contemporánea a una planta basilical, logrando un gran espacio central para 600 fieles sentados. Conserva de las iglesias anteriores la idea de una torre única al eje de la portada, que se destaca a la distancia en el perfil de la ciudad. En su interior hay varias obras que se destacan: F.García

F.García

Plaza Domingo Eyzaguirre se preocupó que la villa tuviera un lugar de esparcimiento y en 1840 ordenó plantar árboles en la plaza, convirtiéndola en un paseo. Quedan pocos árboles originales de la plaza fundacional, en la que luego se levantaron diversos monumentos:

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Kiosco: estructura de fierro de forma octogonal construida en 1893. Fue punto de encuentro para los actos cívicos locales, especialmente los días domingo, después de la misa.

Monumento a Arturo Prat Chacón: : busto de bronce donado por el Rotary Club de San Bernardo, obra del destacado escultor chileno José Carocca Laflor.

Pinturas del artista Juan Francisco Echenique, en la nave principal y el presbiterio, con técnica al fresco de acuerdo al modelo de la tradición pictórica bizantina y donde se han incorporado, entre otras imágenes, las figuras de Santa Teresa de los Andes, San Alberto Hurtado, fray Francisco Valdés y monseñor José María Caro.

Monumento ecuestre al Libertador Bernardo O´Higgins: obra del escultor José Carocca Laflor, fundido en bronce en 1960. Autor nacido en Vallenar, se destacó por sus logradas representaciones de O´Higgins.

Recordatorio de la folclorista Clara Solovera: reproduce el poema “En tus rejas de rosas floridas / te dejé prendida / mi mejor canción. / San Bernardo pueblito querido / te llevo dormido / en mi corazón.”

En la capilla lateral oriente se conserva un Crucificado de madera policromada del siglo XVIII, donado por las Religiosas Carmelitas de Santa Teresa y, junto a él, la antigua pila bautismal de la parroquia, fechada en 1864. En la nave principal se destaca una efigie de San Bernardo, patrono de la parroquia, imagen del siglo XIX proveniente de la segunda iglesia.

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Roberto Montandón

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Cementerio Parroquial En calle 12 de Febrero 0204. Lugar muy representativo de la comunidad de San Bernardo, construido a fines del siglo XIX en terrenos que fueron de la familia Arnout. Conserva algunos mausoleos antiguos entre los que se destaca uno realizado por el arquitecto Tebaldo Brugnoli. En el Cementario de San Bernardo se conservan los restos de la niña Malvina Peña, que murió trágicamente en 1956. La Malvinita tiene fama milagrosa y su tumba está permanentemente engalanada con flores y regalos que le llevan sus devotos.

Estación de FFCC En calle Arturo Prat, entre Portales y Covadonga. La estación de San Bernardo conforma un valioso conjunto urbano compuesto por diversos edificios y espacios, destacándose especialmente la estación y la bodega que la enfrenta. La línea férrea, inaugurada en septiembre de 1857, fue el primer tramo del ferrocarril al sur del país. La estación, construida en 1868, repitió las características arquitectónicas que tuvo la estación de Santiago, especialmente los corredores porticados de fina carpintería. Se conserva en buen estado, aunque perdió la decoración de fierro que adornaba la cubierta. La bodega que enfrenta a la estación, hoy en abandono, es característica de la arquitectura ferroviaria del siglo XIX, con amplios aleros sobre montantes de fierro, zócalo de piedra y muros de albañilería. El conjunto se complementa con una caseta para guardavías. La estación de San Bernardo fue declarada Monumento Nacional en septiembre de 1981 y el interés y protección que dicha declaratoria implica debiera cautelar la totalidad de este conjunto urbano.

Valdés, Zegers

F.García

Avenida Colón (antigua Alameda) Antes de que se construyera la carretera Panamericana se le llamaba Alameda y era el camino de entrada al fundo Casas Viejas de Chena. Ahí se hacían carreras de caballos a la chilena, ejercicios militares y, en días de fiesta, se instalaban chinganas y fondas. En los años 50 la Alameda se usó para el desfile de carros alegóricos en las fiestas de la primavera y también como circuito para carreras de motos y motonetas, aprovechando su doble calzada. Fue la calle por donde se arreaba ganado hacia el Matadero Municipal.

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Casa del Pilar de Esquina (actual Caja de Compensación Los Andes) En calle Arturo Prat 722, esquina de Urmeneta. Casa construida hacia 1830, posiblemente la única que se conserva del momento fundacional. Aunque modificada posteriormente, conserva su forma y materalidad original, destacándose el pilar de esquina de piedra, recurso característico de la arquitectura colonial que se conservó hasta entrado el siglo XIX. Muy bien conservada. Hospital parroquial y Capilla En Avenida O’Higgins 04, al costado oriente de la línea del tren. La construcción del hospital fue impulsada por monseñor Joaquín Larraín Gandarillas en terrenos que donó la familia Ducaud, al norte de la estación. Funcionó provisoriamente en 1891, atendiendo a los heridos de la Revolución, y plenamente a partir de 1895, obra, en parte, del arquitecto Jorge Izquierdo. Es un conjunto de dos pisos, de albañilería y adobe, en torno a patios interiores, porticados y con galerías. La capilla del hospital, dañada por el terremoto de 1906, fue reconstruida en estilo neogótico por el arquitecto Eugenio Joannon y se concluyó en 1916. F.García

Valdés, Zegers

F.García

Avenida Portales A fines de 1890 el vecino Carlos García de la Huerta, dueño del fundo Las Lilas de Nos, continuó esta calle hacia el sur, haciéndola llegar hasta la estación de Nos. Don Carlos, alcalde de San Bernardo entre 1915 y 1918, se preocupó de plantar la avenida con plátanos orientales, castaños y magnolios, muchos de los cuales existen. Avenida Portales fue eje de la Maestranza y entre 1930 y 1960 se usó como camino al sur.

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Avenida América (Antiguo camino de Chena) Arteria de intenso tránsito, hasta 1960 fue una calle sin pavimento que, desde los inicios de la villa, fue el camino rural que unía a San Bernardo con Calera de Tango, Malloco, Penaflor y otros puntos del sur poniente. Hasta entonces fue el límite entre la ciudad y el fundo Casas Viejas de Chena.

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César Disi

F. García

F. García

Conjunto de construcciones de calle Covadonga Calle en la que existen y existieron construcciones de gran valor patrimonial.

Inmediata a la anterior, la casa Manzur, de principios del siglo XX, con frontis de columnas neoclásicas. Funcionó ahí una Escuela Vocacional y hoy es Hogar de Ancianos. xxxxxxxx xxxxxxxx

En la esquina sur-poniente de Barros Arana existió la casa del doctor Luis Sepúlveda, ciudadano benemérito de San Bernardo, construcción hoy demolida.

Esquina con calle Eyzaguirre estuvo la Panadería Francesa, de dos pisos y balconería, enfrentada a la antigua Recova o Mercado Municipal.

En la esquina nor-oriente con José Joaquín Pérez se conserva un torreón octogonal de albañilería, con techo elevado, posiblemente construido a fines del siglo XIX y parte, sin duda de un conjunto mayor, hoy desaparecido.

En el N° 178 se encuentra el Colegio Superior del Maipo, edificio que fue primera sede del Liceo de Hombres de San Bernardo, creado en 1913. Es una construcción en altura con un interesante corredor porticado, de fina carpintería.

En el N° 312 esquina de Bulnes, estuvo la casa de Augusto D’Halmar.

En el N° 330 estuvo el edificio que albergó a la Asamblea Radical y fue sede de la Logia Masónica Victoria, fundada en 1916.

Esquina con calle Freire hubo una casa de dos pisos con corredores de madera y una elegante torre de esquina, sede de la Escuela de Niñas N° 2 en 1902 y en 1920 local de la Escuela Superior de Hombres. En la década de 1960 fue Liceo Comercial, hasta su demolición años más tarde.

En el N° 234 existe todavía la Sociedad Progreso y Socorro Mutuos, fundada en 1900 y conocida por la bohemia local como “las manitos cruzadas”.

Esquina de calle Urmeneta se encontraba la Escuela Superior de Niñas N° 2, hoy “Escuela Pilar Moliner de Nuez”. En 1912, Manuel Magallanes Moure y Francisco Zapata Lillo realizaron ahí sus conferencias populares. xxxxxxxxxxx xxxxxxxxx

Consejo Monumentos Nacionales

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F. García

F.García

Parque y casa García de la Huerta (actual Casa de la Cultura Manuel Magallanes Moure y Parque Municipal Garcia de la Huerta) En Avenida América frente a la calle Arturo Prat. Casa quinta construida hacia 1870 por Manuel García de la Huerta Pérez y su esposa Ceferina Izquierdo Urmeneta, en terrenos de su fundo Casas Viejas de Chena, vecino a la ciudad. Es una casa de veraneo sobre un alto zócalo, para tener vista sobre los jardines y aislamiento de la humedad. Tiene el esquema tradicional de casa en torno a un patio interior, porticado y con galerías, y frente al parque, también porticado y con elaborada carpintería, donde se destacan dos esculturas de mujer, posiblemente diosas mitológicas, que sostienen los faroles que iluminan el acceso principal. El parque conserva parte de su diseño original, con senderos marcados con bordes de boj y algunos árboles antiguos, como cedros, tuliperos, encinas y peumos. Esta propiedad fue vendida a bajo precio a la Municipalidad de San Bernardo por Mario y Pedro García de la Huerta Matte, nietos del primer propietario e hijos de Pedro García de la Huerta Izquierdo, con la condición que se convirtiera en un espacio dedicado al arte y la recreación.

Inmediata a la Estación la casa Dávila, de fines del siglo XIX. De dos pisos, interesante volumetría y trabajo de carpintería, rodeada de un espacio donde hubo jardín. Hoy en completo abandono.

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En la misma cuadra, frente a la Sociedad, hubo una notable construcción de 1885, residencia de Belino León Prado, alcalde de San Bernardo, y a partir de 1925 de Guillermo Williamson y luego su familia. El valor arquitectónico del inmueble llevó a la comunidad de San Bernardo a pedir su declaratoria como Monumento Nacional. Mientras se tramitaba la declaratoria, de acuerdo con la empresa inmobiliaria propietaria, esta ordenó su demolición en abril de 1992. El decreto N° 250 del Ministerio de Educación que declaró Monumento Histórico la casa Williamson quedó referido a un sitio eriazo donde hoy se alza un supermercado. Se trata de un lamentable caso en que San Bernardo perdió irreparablemente un valioso edificio patrimonial.


MOLINA, VALDÉS Y ZEGERS

Conjunto Escuela Superior de Niñas N°4 y Escuela Superior de Niños N°3 En avenida Portales esquina de Nogales (Niñas) y calle Nogales (Niños). Construido en 1948 por la Sociedad Constructora de Establecimientos Educacionales según el proyecto del arquitecto José Aracena Aguilar, uno de los creadores del modelo de construcción educacional de la primera mitad del siglo XX. Desde 1920 asociado con el arquitecto Gustavo Monckeberg trabajaron para la Sociedad de Instrucción Primaria y desde 1937 para la Sociedad Constructora de Establecimientos Educacionales. Este conjunto acogió a los hijos de los empleados de la Maestranza Central de los Ferrocarriles, cuya portada de ingreso enfrentaba a la Escuela de Niñas, en avenida Portales. El edificio refleja los principios racionalistas de la arquitectura moderna: cuerpo sólido que refleja gravidez y firmeza volumétrica, predominio de la placa horizontal, simplificación constructiva y liberación de ornamentos.

Escuela de Infantería del General José de San Martín En la calle Balmaceda 500. Conjunto de pabellones construidos en 1947. Su origen se remonta a la Escuela de Suboficiales creada por el Presidente Pedro Montt en San Bernardo, en calle Eyzaguirre frente a la plaza, la que comenzó a operar en 1909. En 1914 quedó exclusivamente de Infantería al suprimirse la batería de Artillería y el escuadrón de Caballería. El mismo año pasó a depender de la Escuela la Sección de Remonta del Ejército, lo que hoy día es el Haras Nacional. En 1947 se trasladó al edificio donde ahora se encuentra. Cuenta con las siguientes dependencias de interés patrimonial: Sala Histórica: con una colección de objetos que se inician en 1817 y dan cuenta de sucesos históricos del Ejército y la Escuela, hasta nuestros días. Biblioteca: con más de 3.000 obras de temática militar y general. Galería de Directores: con retratos de cada uno de los directores que ha tenido la Escuela de Infantería, desde su creación. Las visitas a la Escuela deben ser concertadas con 15 días de anticipación.

Arquitectura Rural Más allá de las trece calles que formaban el perímetro original de San Bernardo, se extendían los campos de cultivo de los numerosos fundos del sector. Cerca del 75% de la población de San Bernardo vivía en la zona rural, mayoritariamente en ranchos de adobe y techos de teja o paja, sin condiciones mínimas de higiene. Sólo la gente adinerada tenían casas quinta o patronales, con llaverías, bodegas, galpones y silos.

Fundo Mariscal

Localidad histórica de Tres Acequias A 6 kilómetro al sur de San Bernardo, por Ruta 5 Sur, salida a Lo Herrera. Escenario de la batalla entre las fuerzas de Bernardo O’Higgins y las de José Miguel Carrera, el 26 de Agosto de 1814. A la orilla del camino se conserva una antigua capilla y casas rurales de muros encalados, representativas de la arquitectura rural tradicional.

César Disi

Colegio y convento de la Inmaculada Concepción En calle O´Higgins N° 676, entre Eyzaguirre y Urmeneta. Convento fundado en 1907 por Paulina von Mallinckrodt, de la congregación Hermanas de la Caridad Cristiana (Monjas Alemanas) en la quinta que fue de Adela Pérez Mascayano. Al interior del convento se conserva la capilla original, inaugurada en 1907 y restaurada recientemente, de estilo neogótico y hermosos vitrales. También se conservan muchos árboles de la antigua quinta y una hermosa pérgola de fierro, de mediados del siglo XIX.

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César Disi

Casa Dagnino En Covadonga N°17. Casa quinta próxima a la Estación, construida en la década de 1890 por Carlos Riesco y propiedad, años más tarde, de Arturo Dagnino, agrónomo y político que llegó a ser alcalde de San Bernardo. La casa, construida sobre un alto zócalo y con verandas de madera en dos de sus cuatro frentes, está rodeada por César Disi árboles centenarios y conserva el diseño del jardín original. Posiblemente es el único ejemplar de casa quinta del siglo XIX que se conserva en San Bernardo y, dada su ubicación, es un referente importante para su identidad urbana. La casa, que sigue perteneciendo a la familia Dagnino, se encuentra bien conservada.

F. García

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Casas Patronales, U. de Chile

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E. Caro

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a í cr a G.F

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Fundo Casas Viejas de Chena (fabrica de ladrillos y tejas y viña y bodega de vinos) Costado poniente de Ruta 5 Sur, en salida a San Bernardo. Fundo que actualmente pertenece al Ejército de Chile y es parte de la antigua hacienda de San Nicolás de Tango o hacienda fundacional de Chena, que fue de la familia Pérez desde mediados del siglo XVIII. En 1852 el fundo se dividió entre los hermanos Perez Mascayano. La hijuela que corresponde al fundo Casas Viejas de Chena se adjudicó a Perpetua Pérez Mascayano casada con Pedro García de la Huerta. Años más tarde, el fundo pasó a manos del hijo de ambos, Manuel García de la Huerta Pérez, quien inició nuevas actividades productivas al pié del cerro, especialmente la plantación de una viña y su bodega y la construcción de una fabrica de ladrillos y tejas de arcilla, proveniente del mismo cerro. En 1971 el propietario del fundo, Pedro García de la Huerta Matte, lo donó al Ejército como campo de instrucción para la Escuela de Infantería. Las líneas de producción de vino, ladrillos y tejas continuaron operando. La viña lo hace hasta el día de hoy pero la fábrica de ladrillos y tejas dejó de funcionar en 2005 por motivos de contaminación. El conjunto de edificios de la fábrica de ladrillos y tejas es un ejemplo notable de la arquitectura industrial del siglo XIX, con el mérito adicional que, auque se encuentra abandonada, conserva todos sus implementos y maquinaria anexa. La bodega de la viña, igualmente, tiene el mérito de su arquitectura y equipamiento original del siglo XIX, todo en funcionamiento. Ambos conjuntos son un testimonio notable de la memoria histórica de San Bernardo y constituyen un patrimonio cultural relevante y de gran identidad. Las visitas deben ser concertadas en el Regimiento de Infantería. Casa del fundo Rinconada de Chena Ubicada al costado norte del cerro de Chena, por camino La Vara. Construida en 1853 por Enrique Figueroa en la hijuela que se asignó a su mujer, Carmela Pérez Mascayano, en la división de la hacienda Chena. Está situada a media falda del cerro, mirando el llano de Maipo, y corresponde al típico modelo de casa de adobe y teja, con corredores. A fines del siglo XIX se le hizo un hermoso parque, que se conserva hasta hoy. Esta propiedad pertenece a los descendientes del dueño original y no se puede visitar.

Archivo Histórico RREE

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Casa y parque Las Lilas de Nos En Avenida Portales, inmediata a la estación de Nos. Casa de estilo colonial americano construida sobre un edificio anterior, de 1860, que se levantó frente a la nueva línea del ferrocarril al sur. La casa original, de un piso, adobe y teja, tuvo un mirador de madera en el eje. Su dueño fue Gregorio Ossa y a su muerte pasó a su hija Enedina Ossa, casada con Federico García de la Huerta, quienes formaron un hermoso parque, entre la casa y la línea. Hacia 1940 el fundo Las Lilas pertenecía a los hermanos García de la Huerta Balmaceda. Uno de ellos, Jaime García de la Huerta, arquitecto, modificó la antigua casa agregándole un piso y una terraza delantera con columnas de doble altura. Entonces la casa fue visitada por personalidades y políticos, amigos de Hernán Santa Cruz y de su esposa Adriana García de la Huerta. Hace pocos años la casa fue adquirida por Molymet, compañía de Molibdenos y Metalurgia, para ubicar sus oficinas administrativas. Esta empresa ha remodelado el edifico conservando su estilo, y restaurado completamente el parque. Casa de fundo El Mariscal En Avenida El Mariscal N° 2619. Casa rural característica de nuestra arquitectura tradicional, construida a principios del siglo XIX. Perteneció al general Joaquín Prieto, Presidente de la República de 1831 a 1841. Un extenso y desnudo muro de fachada oculta sus patios interiores, porticados. Hacia 1850 la adquirió Manuel Antonio Tocornal, que plantó en ese predio una de las primeras viñas del país. El Mariscal se mantuvo en poder de la familia Tocornal hasta 1880. En 1925 fue de la familia Morandé y en la actualidad pertenece a la familia Ortiz. No se puede visitar.

Casa del fundo San Alfonso (actual Escuela de Inteligencia) En camino Los Morros, localidad de Nos. Construida en 1945 como casa patronal del fundo San Adolfo, propiedad de Osvaldo Fernández Larraín. Su arquitecto fue Eduardo Costabal Echenique y diseñó el edificio, de gran extensión, en torno a un patio central. De sobrio estilo español y dos pisos, su perfil destaca la torre de una capilla y altas chimeneas. El fundo San Adolfo es una hijuela del antiguo fundo Lepanto que, hacia 1900, era de Adolfo Fernández Jara, padre de Osvaldo. La casa de San Adolfo la adquirió el Ejército en 1974 para ser sede de su Escuela de Inteligencia.

Molina, Valdés, Zegers

Manuel Salas


moldes a escalas de los repuestos que se necesitaban. Otros eran el Taller de Fundición, el Taller de Herrería, el Almacén para depositar el material, y la Sub-Estación de Energía Eléctrica, dispuesta originalmente para una potencia de 1.000 Kw. En 1922 se construyó el Taller Central de Frenos.

Eduardo Carrasco

CÉSAR DISI

Demolición de la Maestranza

Plaza Guarello y Villa Ferroviaria Sur Entre las calles Bulnes, José Joaquín Perez, 1° de Mayo y Nogales. Se le llamó Villa Ferroviaria Sur y su primera piedra la colocó en 1924 el presidente Arturo Alessandri Palma, inaugurándose en 1930. Contó con una amplia plaza que en 1933 fue designada Plaza Angel Guarello, en recuerdo de quien fue un gran defensor de los obreros. Las casas son mas grandes que la población Balmaceda, con antejardín y diversas esquemas de diseño. Las techumbres son de teja de Chena y las puertas y ventanas de fachadas tienen dinteles con arco de medio punto. Es probable que su autor sea el arquitecto Ricardo Larraín Bravo. F.García

F.García Molina, Valdés, Zegers

La nave mas importante era la Calderería, para reparar los calderos, también la de mayor demanda y que requería un trabajo más duro. Destacaba el taller de modelos, en el que se hacían

Ferrocarriles no acogió la iniciativa y antes bien inició su demolición. De las inmensas estructuras de hormigón que constituyeron la Maestranza quedaron solo tres pabellones sin demoler, hoy en total abandono.

Población Balmaceda Al norte de la Maestranza y al oriente de la línea del tren. Población para los obreros ferroviarios junto a la Maestranza, impulsada por Arturo Dagnino Oliveri hacia 1920. Las casas se caracterizan por ser pareadas, de fachada continua con un pequeño antejardín, con tejas de Chena en sus cubiertas.

F.García

Maestranza Central de San Bernardo En avenida Portales, al oriente de la línea férrea. El conjunto de la Maestranza Central, a pesar de su abandono, sigue siendo un ejemplo notable de patrimonio industrial. Su origen se remonta a 1914 cuando se decidió su traslado a San Bernardo y el gobierno de Ramón Barros Luco compró un terreno de 120 hectáreas y abrió un concurso de proyectos para construir la Maestranza. Ganó el proyecto presentado por la empresa norteamericana Niles-Bement-Pond Company y la construcción de los edificios quedó a cargo de la Compañía Holandesa de Obras, que entregó los edificios a fines de 1918. Los talleres de la Maestranza comenzaron a operar en abril de 1920. Esta ciudad ferroviaria estuvo conformada por 15 pabellones. El edificio más importante era el Taller de Locomotoras, que media 187 por 80 metros, con tres naves centrales y dos laterales, cada una de ellas con puentes grúas con capacidades entre 5 y 15 toneladas, y una grúa con capacidad para 120 toneladas.

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Una vez concluida la construcción de esta enorme empresa destinada a la reparación y fabricación de equipos ferroviarios, generó vida y movimiento comercial a San Bernardo durante décadas, y dio trabajo a miles de obreros que pasaron por sus pabellones, hasta su cierre en 1996. Antes de esa fecha, el Consejo de Monumentos Nacionales elaboró numerosos informes para preservar el sector de mayor valor patrimonial del conjunto, en vista a declararlo Monumento Nacional, pero la Empresa de

Molino San Bernardo

Arquitectura industrial Para asegurar el desarrollo de la industria local, en el decreto de fundación se pidió a los habitantes, bajo pena de expulsión, que usaran los muebles de fabricación nacional y se vistieran con géneros hechos en la localidad. Aunque esta orden parecía ilusoria, motivó la instalación de numerosos artesanos que dieron impulso a la ciudad. Posteriormente numerosas industrias se ubicaron en la ciudad y su perímetro.

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mayormente, por la saturación de las comunas vecinas. Surgieron nuevas poblaciones como La Portada y El Olivo, y gran número de campamentos. A partir de 1980 las nuevas poblaciones obedecieron a un plan de erradicación de la pobreza diseñado por el Ministerio de la Vivienda. En esta oportunidad llegaron pobladores que, muchas veces, produjeron quiebres con el vecindario establecido. Sectores tradicionales de San Bernardo consideraron que los nuevos pobladores no formaban parte

Polidura, Talhoux

En 1979 un decreto aumentó de 33.000 a 100.000 hectáreas la superficie urbana metropolitana, detonando el proceso de erradicaciones, lo que llevó a un explosivo crecimiento en extensión de la ciudad hacia el sur, consolidando una conurbación entre Santiago y San Bernardo, principalmente a través de Gran Avenida y la Ruta 5 Sur. Hasta los años 70 la migración a San Bernardo fue voluntaria, de familias que generalmente venían del sur. Posteriormente esta migración aumentó y se produjo,

F.García

F.García

Ciudad En ExpansiÓn El siglo XX transformó el carácter de San Bernardo. Hacia 1950 su crecimiento se dio hacia el sur, por avenida Colón. Hacia el norte, el aumento de la población hizo estrecha la Gran Avenida que, en 1960, perdió su bandejón central. La permanencia de la Escuela de Aviación de la Fuerza Area en sus terrenos de El Bosque, obligó a densificar la ocupación del sector oriente de Gran Avenida, hasta fusionarse con el área urbana de la comuna de La Cisterna. Hacia 1970 el crecimiento se volcó al poniente, bordeando la Ruta 5 Sur.

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de su historia y tradición y, más aún, perturbaban la tranquilidad de una ciudad de la que todos se enorgullecían. Esto significó también nuevos desafíos y exigencias para los Alcaldes. En los 90 la ciudad creció al oriente

ción de ésta a los arquitectos Emilio Duhart, Luis Mitrovic y Cristián de Groote. La nueva fábrica Carozzi se inauguró en 1965. Tiene 5000 mts2 edificados y una altura de 25 m. Su arquitectura refleja el movimiento moderno a través de un logrado diseño de vanguardia, con un pabellón dividido en sectores y cubierto con una trama diagonal de concreto, y a continuación 16 silos cuyo volumen vertical equilibra el pabellón horizontal. F.García

Complejo Industrial Carozzi En Camino Longitudinal Sur N° 5201, a la salida de San Bernardo. Valioso ejemplo de nuestra arquitectura moderna y un hito en la arquitectura industrial. Esta industria se remonta al italiano Augusto Carozzi, llegado a Valparaíso en 1898 y creador, en Quilpue, 1907, del Molinos y Fideos Carozzi. Su sucesor, Enrique Costa, adquirió terrenos del fundo San León de Nos en 1958 para expandir la fábrica. En 1961 encargó la construc-

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de la Estación y en dirección a Los Morros, también hacia el norte, sobre el camino La Vara. Este crecimiento, caracterizado por la construcción de vivienda social, ha provocado fuerte impacto en la estructura urbana.

El desafío de San Bernardo es asumir armónicamente su crecimiento, y potenciar los elementos que caracterizan su carácter urbano y aportan a la calidad de vida a sus habitantes. En este sentido hay que mencionar la realización de dos acciones cuyos resultados pueden ser decisivos para la identidad de la comuna. Una se refiere a las antiguas acequias que caracterizan a las calles de la ciudad y permitieron su arborización. La puesta en valor de las acequias de San Bernardo, elemento presente en la memoria colectiva de los vecinos, se ha convertido en un proyecto de Espacios Patrimoniales del Ministerio de la Vivienda al que está colaborando la Sociedad de Canalistas del Maipo, recuperando acequias de riego en algunos sectores de la ciudad, como la calle Prat y la Plaza Guarello, esperando continuar hacia otros barrios. La otra acción tiene que ver con la creación de un gran parque público para Santiago, cuyo inicio está en la comuna de San Bernardo. Se trata del Parque Metropolitano Sur del cerro Chena, que complementará el Parque Metropolitano Norte del cerro San Cristóbal, iniciativa que está impulsando el Ministerio de la Vivienda como Proyecto Bicentenario. El primer paso para este parque se dio hace algunos años cuando se creó, en el cerro Chena, un Santuario para la Virgen en terrenos donados por el Ejército de Chile. Recientemente, el Ejército traspasó al Ministerio de Bienes Nacionales 37 há. inmediatas al Santuario, para parque recreacional. En el futuro, el Parque Metropolitano Sur espera cautelar 1.200 há que beneficiarán a 14 municipios, y preservará el patrimonio natural del cerro Chena, que reforestará con especies nativas destacando su riqueza paisajística, botánica, histórica y arqueológica, además de su valor como hito fundacional de San Bernardo y la provincia del Maipo.


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LOS TOLSTOIANOS A comienzos del siglo XX el país se enriqueció con las rentas del salitre y, Intangible En San Bernardo complaciente, se aprontaba a celebrar el Centenario de 1910. Si bien la bonanza alcanzaba a muchos, especialmente a la clase dirigente, había también mucha pobreza y cesantía, por lo que muchos cuestionaban lo que consideraron una bonanza aparente y criticaron el lujo de algunos miembros de la sociedad. En este contexto nació la Comunidad Tolstoiana, formada por tres jóvenes santiaguinos que intentaron dar vida a un grupo filantrópico inspirado en la figura del escritor ruso León Tolstoy, a quien admiraban por sus ideas filosóficas y morales, y por la vida comunitaria que realizaba con los campesinos de su propiedad, en Yasnaia Poliana. En las tertulias en casa de uno de ellos, Augusto Goemine Thomson, más conocido como Augusto D’Halmar, quisieron poner en práctica esas teorías en Chile y fundar una colonia donde, además de escribir y crear, vivirían en forma natural cultivando la tierra y dedicados a educar al pueblo, como “ascéticos monjes laicos”. Uno de los más entusiastas del grupo, Femando Santiván, consiguió la cesión de un terreno en el sur, cerca de Arauco. D’Halmar, Santiván y Julio Ortiz de Zárate, otro compañero de tertulia, partieron al sur en diciembre de 1904, con la idea de iniciar la colonia. Sin embargo, hubo

Poesía y Creación Patrimonio

José Backhaus, Fernando Santivan, Augusto Goemine y Manuel Magallanes Moure observan San Bernardo desde el cerro Chena / Fotografía de 1905, colección Museo del Escritor (Biblioteca Nacional).


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Augusto Goemine Thomson (18 821950) Nació en Valparaíso, hijo de un navegante francés que se fue de Chile antes que naciera, y de una chilena que murió cuando él tenía 10 años. Lo crió su abuela materna. Como escritor, firmó con el título que habría pertenecido a su bisabuelo, el barón

Biblioteca Nacional

Años después, en 1916, varios de quienes par ticiparon del sueño tosltoiano se unieron en una nueva comunidad artística que se denominó Grupo de los Diez, en el que nuevamente participaron Magallanes Moure, D’Halmar y Ortiz de Zárate, asociados con Pedro Prado, Juan Francisco González, Armando Donoso, Alberto Ried y Eduardo Barrios, entre otros.

Biblioteca Nacional

Se instalaron en una propiedad de la esposa de Magallanes, en calle Bulnes pasado San José. Además de esta casita, el poeta les facilitó un sitio eriazo para cultivar la tierra, empresa que comenzaron con ánimo, pero que resultó estéril por falta de agua. El trabajo duro, en general, fue responsabilidad de Santiván y Ortíz de Zárate, mientras D’Halmar los acompañaba leyéndoles la Parábola del Sembrador, para darle proyección espiritual a su labor. El rumor de que un grupo de artistas había formado una comunidad con ideales superiores se expandió rápidamente entre los jóvenes intelectuales de Santiago. Muchos de ellos fueron a visitar a lo colonos, admirando su decisión de huir de la acelerada vida urbana y entregarse sólo a sueños de modernidad y progreso. Tres pintores se sumaron al sueño tolstoyano y fueron acogidos en la modesta casita de calle Bulnes. Primeramente llegó José Backhaus y luego Rafael Valdés y Pablo Burchard, los que salieron a diario con sus telas y atriles a pintar las tranquilas calles de San Bernardo y su entorno rural. Al poco tiempo el grupo se dispersó y la mayoría de los jóvenes volvió a Santiago. D’Halmar permaneció en San Bernardo y vivió con su familia en calle Covadonga 312, esquina Bulnes.

D'Halmar. Sus primeras publicaciones las hizo en los periódicos “La Tarde” y “La Ley”; posteriormente se incorporó como redactor a la revista “Luz y Sombra” y en 1902 publicó “La Lucero (Los Vicios de Chile)”, más tarde titulada “Juana Lucero”, un acabado testimonio de Santiago y la vida en el barrio Yungay en 1900, en la estética del naturalismo de Émile Zola. Tiene una vasta producción literaria que se considera iniciadora del Imaginismo, tendencia que nació como alternativa al criollismo, seguido por la mayoría de los escritores de la época. Recibió el Premio Nacional de Literatura en 1942, año en que fue creado.

Portada de la revista Los Diez / Hernán Rodríguez

muchos inconvenientes y pocos días después los tres artistas terminaron radicados en San Bernardo, acogidos por el poeta Manuel Magallanes Moure. Solo entonces dieron inicio a la aventura tolstoiana, que hizo de esta localidad un hito en la cultura chilena del siglo XX.

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Fernando Santiván (1886-1973) Su verdadero nombre fue Fernando Santibáñez Puga. Su primera publicación fue “Palpitaciones de la Vida” donde tocó temas del campo y la ciudad. Trabajó como periodista en “La Unión” de Santiago, en las revistas “ZigZag”, “Sucesos” y “Pacífico”, en “La Prensa” de Antofagasta y “El Correo de Valdivia”. Fue miembro de la Academia Chilena de la Lengua y en 1952 recibió el Premio Nacional de Literatura. Tres años más tarde publicó las “Memorias de un Tolstoiano” donde resume la experiencia de esa comunidad y su propio desarrollo literario, con breves pero enriquecedoras descripciones sobre San Bernardo al comenzar el siglo XX.

Museo de Bellas Artes

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Julio Ortiz de Zárate (1885-1946) Muy joven entró a la Escuela de Minas de Santiago, al mismo tiempo qu e e s t udiab a escultura y pintura en la Escuela de Bellas Artes, primero con Pedro Lira y luego con el español Fernando Álvarez de Sotomayor. Miembro de la Colonia Tolstoiana y del Grupo de Los Diez viajó a Europa en 1919 y al regresar a Chile fue cofundador del Grupo Montparnasse, que dio un giro a la plástica nacional. En 1922 fue becado para estudiar en Italia y Francia. Desde 1939 y hasta su fallecimiento fue director del Museo Nacional de Bellas Artes, en Santiago. Tanto él como su hermano Manuel Ortiz de Zárate, integrante de la Escuela de Paris, triunfaron en Europa. Manuel Magallanes Moure (18781924) Si bien no formó parte de la comunidad tolstoiana, le dio un apoyo decisivo. Se destacó como poeta romántico, dramaturgo y periodista. Se instaló en San Bernardo en 1903, cuando se casó con su prima, Amalia Vila Magallanes, de familia Sanbernardina, con quien vivió en calle Pérez al llegar a Covadonga. A los veinticinco años dirigía la revista “Chile Ilustrado” y en sus escritos mostraba una seguridad propia de poeta maduro, revelando en sus versos una vida


interior intensa. Cantó de preferencia al mar y el tema de buques, playas y olas lo atrajo poderosamente, siendo autor de “El barco viejo” y “La casa junto al mar”. Conoció a Gabriela Mistral en 1914, siendo jurado de Los Juegos Florales donde la Mistral obtuvo el primer lugar con

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los Sonetos de la Muerte. A partir de entonces mantuvieron permanente correspondencia, que ha sido publicada. Fue regidor y alcalde de San Bernardo. Luego de su muerte, Pedro Prado publicó una selección de sus mejores poemas, muchos de ellos dedicados a amigos de San Bernardo.

Viaje de Ensueños

El Patio Dormido

(De Manuel Magallanes Moure a Fernando Santiván) Todas las tardes recorro la misma empinada senda, que del alto acantilado por la orilla serpentea. Abajo el mar en reposo canta su canción eterna, tejiendo blancos encajes alrededor de las peñas. Todas las tardes desciendo la misma ondulada senda, que el viejo muelle conduce de la escondida caleta.

(De Manuel Magallanes Moure a Baldomero Lillo) Sobre el extenso patio brilla la resolana con cansada vislumbre, desfallecen las flores como mujeres llenas de inefables ardores y lejos suena el lento rumor de una campana. Cuando se desvanece la última campana, desciende gravemente sobre todo el contorno, un gran silencio; tiemblan vapores de bochorno y la vislumbre se hace más viva y más cansada.

Senén Palacios (1858 – hacia 1930) Escritor. Nació en Santa Cruz y fue hermano del escritor Nicolás Palacios. Inició estudios de medicina pero se dedicó a las letras. Escribió la novela “Hogar Chileno”, obra finalista en el concurso literario del Centenario, en la que retrató las sencillas costumbres de la familia chilena de clase media. Residió en San Bernardo desde 1919.

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Creadores Del Siglo XX La vida cultural de San Bernardo ha recibido el influjo de creadores que han marcado una pauta cultural. Oriundos de la comuna o provenientes de zonas lejanas, San Bernardo ha reunido un alto número de pensadores, los que forman parte del pasado, presente y futuro de la memoria cultural de la ciudad. Baldomero Lillo (1867 - 1923) Cuentista, maestro del llamado realismo social. Nació en Lota y fue un niño enfermizo que leyó a Julio Verne, Dickens, Tolstoi y Balzac, entre otros. Hizo clases en la Universidad de Chile hasta 1905, trasladándose con su familia a San

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Guillermo de la Cuadra Gormaz (1886-1967). Historiador y genealogista. Nació en Santiago y estudió Derecho en la Universidad Católica, titulándose en 1912. Ingresó a la Sociedad Chilena de Historia y Geografía y a partir de 1914 publicó trabajos referidos a la historia de las familias chilenas, especialmente las de origen colonial, obra que alcanzó tres volúmenes y se reeditó en 1947 y 1949. Fue miembro de numerosas corporaciones de estudios genealógicos de América y en 1948, al fundarse el Instituto Chileno de Investigaciones Genealógicas integró su mesa directiva. Falleció en San Bernardo, donde vivió largos años.

Bernardo, a calle O’Higgins esquina de José Joaquín Pérez. Conoció a la Comunidad Tolstoiana y participó en la vida cultural de la comuna como socio fundador del grupo literario “El Ateneo” en 1919. Conocido por sus obras “Sub-Sole” y “Sub-Terra”, murió en San Bernardo, donde fue enterrado. Hace poco, sus restos fueron disputados por la Municipalidad de San Bernardo y la de Lota, donde finalmente fueron trasladados, decisión que causó gran dolor en la comunidad Sanbernardina. Francisco Zapata Lillo (1877-1925) Profesor y ensayista. Al regresar de Europa en 1906 se radicó con su familia en San Bernardo, donde fue importante impulsor de la actividad cultural junto a su amigo Manuel Magallanes. Ambos fundaron en 1910 la Sociedad de Instrucción Popular Centenario, con el objeto de crear escuelas para obreros. Participó también en la Sociedad Protectora de Estudiantes Pobres, creada en 1913 por el profesor Fidel Pinochet. En 1915 fue cofundador del periódico “La Idea” y participó en la Sociedad de Instrucción Popular. En 1918, junto a Magallanes, creó la Sociedad de Conferencias Públicas y al año siguiente el Ateneo de San Bernardo. Su casa fue lugar de encuentro de intelectuales y artistas, nacionales y extranjeros, entre los que estuvieron el francés Paul Hazard y el español Vicente Blasco Ibáñez.

Cesar disi

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José Caracci Vignatti (1887-1979) Pintor. Nació en Frascati, Italia, y llegó niño a Chile junto a su padre, ingeniero contratado por el gobierno de Balmaceda. En 1902 ingresó a la Escuela de Bellas Artes, donde fue alumno de Pedro Lira, Alberto Valenzuela Llanos y Juan Francisco González. En 1913 fue contratado como profesor de dibujo del Liceo de Hombres de San Bernardo, donde trabajó hasta 1925. Participó en los círculos intelectuales de la ciudad y asistió a las tertulias de Francisco Zapata Lillo, de quien fue amigo. Se destacó especialmente por sus paisajes y retratos. Exhibió sus paisajes y retratos en el Salón Oficial de Bellas Artes, entre 1928 y 1942. En 1956 ganó el Premio Nacional de Arte. Fue un artista constante y sobre todo, un maestro.


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Álvaro Yañez Bianchi (1893-1964) Escritor. Se hizo presente en la vida cultural del país asociándose al grupo Montparnasse, en el que también formó parte Julio Ortíz de Zárate. Hijo del abogado y político Eliodoro Yañez, utilizó las columnas de su diario, “La Nación”, para escribir semanalmente sobre arte y cultura.

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Fue conocido como Pilo Yañez entre sus amigos y Juan Emar entre sus lectores. Sus casas en Santiago y Lo Herrera, propiedad de su padre, fueron sedes donde se reunió toda la intelectualidad de la época. Luego de gran actividad desapareció de la vida pública por casi diez años. Evaristo Molina Herrera (1896-1970) Profesor y poeta. Nació en Santiago y se recibió de abogado en 1921. A los 18 años sus poesías le hicieron ganar el Primer Premio en los Juegos Florales de San Juan (Argentina) y el Segundo Premio del concurso de la Academia Superior de Letras y Música de Santiago. Dirigió la revista literaria “Primerose”, de Chillán, colaboró con la revista “Selva Lírica” de Santiago y fue dirigente en la Federación de Estudiantes de Chile. En 1941 dejó su carrera de abogado y se estableció en San Bernardo, donde fue socio fundador del nuevo Ateneo, en 1949, miembro del Círculo de Periodistas, del que fue Director Vitalicio, y director de los periódicos “La Idea” y “Chena”. Hizo clases en el Liceo Nocturno, gratuitamente. Socio fundador de la Sociedad de Escritores de Chile y miembro de la Sociedad Folklórica de Chile. Creó la Biblioteca Municipal de San Bernardo, a la que donó sus libros. Por su aporte a la cultura lo reconoció el Municipio en 1960 y en 1961, entregándole una condecoración. Vivió en calle Arturo Prat esquina de Bulnes.

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Roberto Ochoa Ríos (1889-1976) Educador. Nació en el valle del Elqui y estudió en el Liceo de La Serena. Obtuvo el título de profesor en Santiago, en 1917. Quiso dar cultura al pueblo y participó en la creación de la primera escuela nocturna del país, Liceo Nocturno Federico Hanssen. Fue profesor en Viña del Mar, rector de los Liceos de Ancud, Valparaíso y La Serena, y director de la Escuela Normal José Abelardo Núñez, en 1930. Entre 1932 y 1946 fue rector y profesor del Liceo de Hombres de San Bernardo. Adhirió a la educación integral y estimuló la práctica del deporte y las actividades culturales entre los alumnos. Creó el Liceo Nocturno Mixto que contribuyó a la educación de esta ciudad, hasta convertirse en Liceo Nocturno Fiscal. Vivió en calle San José y luego en calle Urmeneta. En 1946 se trasladó a Osorno como rector del Liceo de esa ciudad, cargo que ocupó hasta 1951. Regresó a San Bernardo como profesor.

Municipio San Bernardo

Municipalidad de San Bernardo

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Carlos Augusto Guillon Compagnon (1900-1985) Escritor y periodista. Hijo franceses, nació en Traiguén y vivió en Los Angeles, donde trabajó como periodista. Posteriormente fue a vivir a Melipilla, como secretario de la Gobernación, cargo con el que se trasladó a San Bernardo en 1943 y se mantuvo hasta 1975. Junto a Mario Arroyo, Evaristo Molina y otros escritores fundó el Ateneo. Publicó libros de cuentos y con el seudónimo Carolas fue colaborador de los periódicos “La Idea”, “Nuevo Maipo” y “Mundo Comunal”. Junto a Luis Sepúlveda fundó el Boletín del Rotary Club, donde escribieron por más de 30 años.

nó con el público echando a gritos a los melancólicos poetas. Murió poco después, en San Bernardo.

Romeo Murga (1904 –1925) Poeta. Nació en Copiapó. Estudió en la universidad en Santiago y en medio de la efervescencia y discusiones de esa vida estudiantil permaneció siempre en silencio, al margen. Así lo recuerda González Vera, Premio Nacional de Literatura: “Romeo Murga, alto, magro, de sombrero alón, nunca entreabrió los labios. Las pocas palabras que podía juntar las ponía en sus versos”. Su aspecto físico correspondía a la imagen convencional de un poeta: “Alto. Excesivamente delgado. De rostro moreno, pálido y de ojos verdes. Hablaba poco, reposadamente. Preocupado de algo que no era de este mundo”. Llegó a San Bernardo en 1923. Amigo de Pablo Neruda, le acompañó en un recital que termi-

Roberto Lorca Olguín (1907-1963) Educador y animador cultural. Nació en Nancagua y se tituló como Profesor Primario en 1928. Comenzó a trabajar en Los Andes y se trasladó a San Bernardo en 1930, a la Escuela Nº 1 de donde pasó como director a la Escuela N° 22, en Plaza Guarello. Animador innato, difundió música en la plaza y organizó revistas de gimnasia. Logró que los empleados de la Maestranza - 2.500 entonces- compraran un terreno donde construir una escuela para sus hijos. Con apoyo parlamentario logró financiar la construcción de las Escuelas Nº 3 y 4, inauguradas en 1948. Con los vecinos formó el Consejo de Cultura Popular, cuya función era entregar cultura gratuita a la ciudad. Hizo presentaciones de música, revistas de gimnasia, deporte escolar y, en especial, básquetbol y fútbol. Su muerte fue profundamente sentida por toda la comunidad de San Bernardo.

Aquí vino a morir Romeo Murga / pálido joven de cristal herido. Aquí oyó un horizonte / de pájaros creando la mañana; Y entre sus manos la canción caía / como cálida esencia derramada. Angel Cruchaga Santa María, en “Poemas del Pueblo de San Bernardo”.


René A meng ual Astaburuaga (19111954) Músico y compositor. Vivió desde la infancia en San Bernardo, hasta 1934, en calle Bulnes y luego en Urmeneta con O’Híggins. Egresó del Conservatorio en 1923 y continuó estudios de

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Eduardo Anguita Cuellar (1914-1992) Escritor y poeta. Nació en Linares y estudió en el Liceo de San Bernardo, ciudad donde vivió desde 1917. Su primer poema “Tránsito al fin” fue publicado en 1934. Estuvo vinculado a la llamada generación del 38 y luego participó del grupo La Mandrágora. Formó el movimiento David y más tarde el Decoracionismo. Su última obra fue “Venus en el pudridero”. En 1988 fue acreedor del Premio Nacional de Literatura. Jorge Jobet Bórquez (1917-1998) Poeta, ensayista y crítico. Nació en Perquenco y estudió en Temuco y más tarde en Santiago, pedagogía. Viajó a Estados Unidos

poesía y creación

en 1938 y a su regreso se especializó en Filosofía y Estética, graduándose en Literatura General y ejerciendo como profesor en el Instituto Pedagógico. Residió en San Bernardo y fue un prolífico autor, a partir de 1957. Obtuvo el Premio de la Asociación de Escritores de Valparaíso en 1970, el de la Sociedad de Escritores de Chile en 1973, el Municipal de Santiago y el de la Editorial Andrés Bello, ambos en 1979 y el del Pen Club de Chile en 1980. Socio fundador del Centro Cultural Chena de San Bernardo, ciudad donde murió.

Biblioteca Nacional

música en la Universidad de Chile, donde tuvo como profesores de piano a Alberto Spikin y Rosita Renard y de composición a Pedro Humberto Allende. Estuvo en la Universidad de Columbia, Estados Unidos, y a su regreso en 1935 fue profesor ayudante del Conservatorio. En 1946 se le designó director, cargo que ocupó hasta su muerte. Despertó el aprecio de cuantos le conocieron, tanto los amigos de su juventud en San Bernardo, como los músicos Arturo D´Alencon y Armando González Malbrán, como con los colegas con quienes trabajó. Profesor, pianista y compositor, es autor del “Himno de la Universidad de Chile” y de numerosas obras.

Ilonka Csillag

Clara Solovera (19101992) Compositora. Estudió pedagogía y se inició como profesora. Hizo también poesía y en 1948, motivada por los autores Vicente Bianchi y Porfirio Díaz y la cantante Ester Soré, se dedicó a la composición. Autora de canciones notables como Chile lindo, Mata de arrayán florido y Alamo guacho, ganador del Festival de la Canción de Viña del Mar. Interesada en el desarrollo de la canción chilena, fue vicepresidenta y presidenta de la Sociedad Chilena de Autores y Compositores de Chile. Vivió en San Bernardo y hay un recordatorio suyo en la plaza.

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Jorge Inostroza Cuevas (1919-1975) Escritor. Nació en Iquique y se trasladó a Traiguén y luego a San Bernardo con su madre, profesora. Vivió en calle Covadonga al llegar a Freire y estudió en el Liceo de Hombres y luego en Santiago, en el Internado Barros Arana y en el Liceo de Aplicación. Se casó en San Bernardo y en casa de la abuela de su mujer escuchó en el piano la marcha “Adiós al Séptimo de Línea”. Trabajó en una agencia de noticias y más tarde en Radio Cooperativa de Valparaíso, donde inició la transmisión de radioteatros de corte histórico. Su esposa lo impulsó a que escribiera una obra sobre la Guerra del Pacífico, que llamó Adiós al Séptimo de Línea recordando la marcha oída en San Bernardo. Comenzó a trasmitirla en 1948 y la reinició en Santiago en 1950, con gran audiencia. En 1955 publicó en cinco tomos la novela

histórica “Adiós al Séptima de Línea”, la más popular de sus obras, con 225.000 ejemplares agotados en el primer año.

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Mario Arroyo Acuña (1909-1984) Escritor. Se recibió de abogado y por mucho tiempo fue juez de policía local de San Bernardo. Cofundador del Ateneo en 1949, publicó numerosas obras que se refirieren a la historia y crónica de la ciudad. El municipio lo designó Ciudadano Benemérito en 1979.

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César Disi

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César Disi

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Mario Ferrero Mate de Luna (1920-1966) Poeta, ensayista y crítico literario. Autor de una abundante creación lírica, de gran seguridad expresiva, que se inicia con “Capitanía de la sangre” (1948) y concluye con “Clima tórrido” (1967). Como ensayista, publicó “Panorama literario del 72” y otros estudios literarios. Ejerció la crítica a través de “Los premios nacionales de literatura (1964-1966)”, “Escritores a trasluz” (1971) y varias antologías. Fue también conferencista, libretista radial, profesor de las Escuelas de Temporada en la Universidad de Chile y la Universidad de Concepción. Dirigió talleres y fue gestor del grupo literario “El zócalo de las brujas”. Integró el directorio de la Sociedad de Escritores de Chile en varios periodos. Jefe de Extensión Cultural del Ministerio de Educación durante la Unidad Popular. Murió en San Bernardo, donde residía. Galvarino Ponce Morel (1921) Escultor. Nació en Cauquenes y estudió en el Liceo de San Bernardo, donde se casó y formó su familia. Ingresó al Ejército y paralelamente hizo estudios de arte, en Chile y en Italia, donde se especializó en escultura. Obtuvo un Primer Premio con su monumento Abrazo de Maipú, levantado junto al Templo


poesía y creación

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Adolfo Garcia Contreras (1945) Nació en San Fernando, donde ganó su primer concurso literario en 1961. Pasó a vivir a San Bernardo y en 1993 ganó el primer concurso comunal de poesía, incorporándose esa año al Centro Literario Andén. Fue publicado en la antología

Complementando el listado anterior, también hay que mencionar a otros creadores que aportan a la producción intelectual y artística de San Bernardo. Como Marcelo Arce, poeta; María Bueno, pintora, poeta y música; Genoveva Cepeda, poeta y pintora; Laura Cuello, escritora del Ateneo de San Bernardo; Miguel Angel Díaz, escritor y periodista; Olga Disi, escultora y ceramista; César Disi, fotógrafo y cronista; Florylly Escobar, escritora y poeta; Chepita Fuentes, poeta y declamadora; Arturo Gallardo, escultor y escritor, del Ateneo de San Bernardo; Claudia Godoy, del Centro Literario Andén, premio municipal de literatura, poesía, en 1994; Vicente Huidobro, del Ateneo de San Bernardo y de la Agrupación Cultural del Maipú; Carmen Jiménez, del Ateneo de San Bernardo; Claudia

Nelly Salas Vargas (1951) Poeta, música y pintora, nació en Santiago. Ha desarrollado el canto popular, la traducción poética y la poesía. Estudió economía y filosofía fuera de Chile y regresó al país en 1991. Publicó su primer libro “Ingeniería Poética de Caminos” prologado por Volodia Teitelboim en 2000. Es presidenta del Centro Literario Ateneo de San Bernardo. Yuri Pérez Herrera (1966) Poeta, nacido en San Bernardo. Ha participado en talleres literarios y eventos culturales en el Canelo de Nos, la cárcel de Buin y la Municipalidad de San Bernardo, donde se ha desempeñado como Coordinador de Gestión Cultural. En 2005 fundó la Academia de Letras San Bernardo junto a los poetas Úrsula Starke y Marcelo Mallea, con quienes organizó la Fiesta del Libro y el Encuentro Cultural Mama Chena. Autor de numerosas publicaciones, desde “Cara et fuego” en 1994. Ha sido antologado en “H” de K.K Editores, “El tren de la poesía chilena” de Jorge Montealegre, y en “Altiro, Nueva poesía chilena”, en Buenos Aires, Argentina.

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Kennedy, poeta; Marcelo Mallea, poeta, dramaturgo, actor, documentalista y gestor cultural, premio municipal de literatura, poesía, en 2007; Jorge Martínez, premio municipal de literatura 2001; Gabriel Miranda el centro Literario Andén y Centro Cultural Chena; Teodoro Morales, escritor del Ateneo de San Bernardo; Jaime Mujica, poeta y músico; Orita Quezada, premio municipal de literatura, poesía, en 1998 y cuento, en 2003; Jorge Ramírez, editor y gestor cultural, del Centro Literario Anden; Ruby Saavedra, profesora y escritora; José Salgado, profesor y poeta; Marcelo Sepúlveda, poeta; Antonio Silva, poeta y músico; Isabel del Sol, escritora y poeta; Ana Véliz, poeta y escritora del Ateneo de San Bernardo; Agustín Zumaeta, profesor y poeta.

“Las letras son parte de nuestro pasado”… Nacida y criada en la comuna, Ursula Starke se considera sanbernardina hasta la médula. Su amor a las letras se intensificó a en la Casa de la Cultura donde a los diecisiete años ingresó al taller de literatura. Su juventud no ha sido impedimento para destacar y ya tiene a su haber dos publicaciones: “Obertura” y “Ático”. En 2002 ganó el primer lugar en el Concurso Municipal de Literatura.

Hernán Rodríguez

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Boris Calderón (19341962) Poeta. Nació en San Bernardo. Estudió en Santiago el Internado Nacional Barros Arana y en el Liceo de San Bernardo, luego en la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile. Actuó en programas de Radio Prat y Radio América y dirigió Radio Soberanía, en Linares. Amigo de Pablo de Rokha, con quien viajó por Chile y Argentina dando charlas y recitales poéticos. Publicó tres libros de poesía, entre ellos “Estío en la Materia” (1954). Murió muy joven un 1° de mayo, Día de los Trabajadores, con los cuales siempre compartió un ideal de lucha por buscar la dignidad del hombre. Sus restos reposan en el cementerio de Buin.

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“Poetas de San Bernardo”. Es autor de la antología “Las Estaciones del Andén” con la que obtuvo el Premio Municipal de Literatura en 1999.

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Votivo en esa localidad. Ha realizado numerosas esculturas para espacios públicos de todo el país y en la plaza de San Bernardo se encuentra su monumento a Manuel Magallanes Moure, de 1946. Por largos años desempeñó la carrera diplomática y en la actualidad reside en San Bernardo.

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Portada del libro Memorias de un Tolstoyano

Ursula reconoce que la importancia de la historia literaria de la comuna: “la famosa colonia tolstoiana, que todo escritor sanbernardino conoce, es parte de nuestro pasado y nos define como somos ahora”.


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De los intelectuales que pasaron por la comuna, no duda en destacar a Romeo Murga: “Un poeta maravilloso que si bien no nació en San Bernrado, murió aquí a los 22 años. El haber muerto en un lugar te da tanta pertenencia como haber nacido”. De todos los poemas que ha inspirado el paisaje sanbernardino, recomienda especialmente “Los Árboles de San Bernardo”, un bello y bucólico poema en prosa de Guillermo Campos, publicado en la Antología Histórica de Jorge Martínez, y su propio poema Pecado Comunal, del libro “Obertura”.

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Pecado Comunal Del trazo ajeno de mi mano te escribo, San Bernardo. Jamás probé las amargas calles de tu pasado fértil (eras ciudad apartada, gritabas el silencio urbano) ni he contado las hojas de los árboles agonizantes en la ventana torcida. No bailé los días de Maestranza al ritmo metalizado de sus máquinas. Hubiera querido dormir en tus llanos apartados del Paraíso Terrenal, pero las golondrinas y las moscas una y otra vez / desviaban mi sueño. San Bernardo, nada hice digno de agradecer pero lloro contigo todas las horas de tu eterna noche.

Panorama Actual y Desafíos Futuros Hay numerosos poetas en San Ber- nes y a gran variedad de actividades nardo. Se editan libros y revistas y artísticas y culturales. Así como hay la actividad cultural es permanente. comunidades literarias, también proCada año se realiza una Fiesta del liferan en San Bernardo los grupos Libro a las que asisten escritores de folclóricos. Si bien las actividades otras comunas e incluso de regiones. realizadas en torno a la literatura, el La comuna cuenta además, con varios folclor y al arte son variadas, urge centros culturales, destacando los más despertar conciencia patrimonial en la antiguos: el Ateneo de San Bernardo, comunidad, para rescatar la memoria fundado en 1918 por Zapata Lillo y del pasado cultural que sentó las Magallanes Moure, y refundado en bases de San Bernardo y contribuyó 1949, y el Centro Literario Andén. A a forjar la identidad que hoy todos ellos se suman varias otras organiza- sus miembros le reconocen. xxxxx ciones, que conforman una nutrida xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx lista de asociaciones culturales que xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx dan vida a la ciudad. No puede dejar xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx de mencionarse la actividad que xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx realiza la Casa de la Cultura Manuel xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx Magallanes Moure. Se trata de un xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx espacio de arte y recreación en el xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx que la familia puede participar de xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx diversos talleres, asistir a exposicio- xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx

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El Chena y los poetas: cómplices silenciosos…. Gabriel Miranda Riquelme es escritor y poeta. Nació hacen 57 años en San Bernardo, y aunque hoy no vive ahí, se mantiene ligado a la vida cultural de la comuna, como integrante del Centro Literario Andén y como Vicepresidente del Centro Cultural Chena “Mario Ferrero”, al que pertenece desde 1991. Entre otros libros, publicó “San Bernardo. Imágenes azules y otros poemas”, con el que obtuvo el Segundo Premio Municipal en 1998. Para Gabriel, una de las causas por la que encanta San Bernardo es porque conserva cierta identidad provinciana. “San Bernardo fue y será como un punto de escala, el último paso del sur antes de desplazarse a la metrópoli. Yo, cuando llego a San Bernardo, veo en los rostros de los amigos, de los poetas cómo surge San Bernardo. Es un mundo muy aparte, que todavía tiene ese rasgo provinciano. Hay escritores que dicen que el cerro Chena es algo muy parecido a lo que es el valle del Elqui para Gabriela Mistral, es un cerro que tiene el misterio de la poesía”. Recuerda que “ el Chena era para nosotros una cosa vívida, porque desde arriba mirábamos toda la ciudad, mirábamos la Maestranza, mirábamos la torre de la parroquia

antigua, y mi hermano y mi tío me decían ‘Allá está la Maestranza, allá está El Bosque’.” Como un Quijote moderno, blande la lanza de la literatura contra los molinos de la modernidad y financia la publicación de su Patio del Sur: “Es un periódico, una hoja fotocopiada que saco desde el año 1995, ya hace 13 años. Hace poco obtuve el Premio Boris Calderón por esa hoja, por mi constancia. Y fueron los escritores nuevos, las nuevas generaciones que me dieron el premio.” Finalmente confiesa: “Los poetas a veces somos reticentes a los cambios, queremos que la ciudad se mantenga. A mí siempre me han dicho: tú, qué hablas de San Bernardo… Yo, como nací ahí, quiero a mi tierra, y siempre estoy hablando de ella.”


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San Cuasimodo, cerámica pintada de Talagante / Nicolás Piwonka

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Tal vez por el mismo hecho de estar cerca de Santiago, donde todo cambia a gran velocidad, es que San Bernardo ha hecho un esfuerzo Bernardo, C apital De Tradiciones especial por preservar la cultura e idiosincrasia propias de nuestro país. La tradición campesina de la comuna, su pasado agrícola y su posterior industrialización, dieron lugar a una gran población de clase media que sigue cultivando la música, la artesanía, la gastronomía y las danzas típicas.

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Y es que lo llevan en la sangre, por lo que las demostraciones culturales características de la chilenidad, que en gran parte del país se expresan sólo en septiembre, en San Bernardo laten con energía durante todo el año. En la comuna se registran más de 30 grupos folclóricos, que entre los meses de agosto y noviembre tocan su música en el odeón de la Plaza de Armas de la ciudad, para que la comunidad participe bailando. Es tarea de La Agrupación del Folclor de San Bernardo, reunir, año a año, a los cultores de música y arte popular que viven en el campo, para rescatar su tradición y su trabajo que sirve luego de inspiración para el resto de los folcloristas. San Bernardo se declaró a sí misma “capital del folclor” y no se quedó en el puro eslogan. Desde 1971 organiza el Festival Nacional de Folclor, un encuentro que reúne aproximadamente una veintena de grupos folclóricos y unos quinientos folcloristas, e invita además a expositores inter-


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nacionales, constituyendo la muestra más importante de folclor tradicional en Chile. Desde 1991 celebra además Abril Cuecas Mil, un evento maratónico que convoca a más de 120 grupos que vienen de todas las zonas del país para que la gente baile espontáneamente en el frontis de la Municipalidad, hasta sumar mil pies de cueca.

nero, el payador y el volantinero van enlazando, en tanto, cada presentación artística sobre el escenario. Actualmente son más de una veintena de conjuntos folclóricos los que participan en el Festival, luego de haber sido sometidos a un estricto proceso de selección. Durante el Festival, la gran mayoría de los artistas son acogidos en la llamada Villa Folclórica, junto al estadio. En los últimos años, la Municipalidad ha querido internacionalizar el Festival, extendiendo invitación a grupos folclóricos de todos los países de América e incluso a países europeos.

Todo comenzó en el antiguo Estadio Maestranza, con dineros que apenas alcanzaban para montar los conjuntos de música arriba de un ring de boxeo. Pero rápidamente el festival se hizo tan popular, que hoy se celebra en el Estadio Municipal, en un anfiteatro con capacidad para 7 mil personas.

Festivales de Artesanía y Gastronomía Aprovechando la multitudinaria asistencia al Festival de Folclor, en 1975 nació la primera Feria Nacional de Artesanía Tradicional, que se propuso convocar a lo más selecto de la artesanía chilena. Hoy son más de 30 los artesanos que vienen de todo Chile a ofrecer sus productos: cerámicas de Pomaire y Quinchamalí, arpilleras, canastos, mantas y estribos son algunos de los objetos que se pueden encontrar y que provienen de manos de artesanos seleccionados. Para completar la fiesta, en 1996 se agregó también una muestra de gastronomía, para revivir los sabores de nuestra comida típica.

Cada año la actividad que abre y cierra el Festival, es el traslado de la imagen de la Virgen del Carmen. La “Carmelita”, como le dicen los fieles devotos, es paseada en andas por las calles y escoltada por feligreses y danzantes de cofradías de gitanos, pieles rojas, chunchos y chinos. En el Festival, que generalmente se extiende por cuatro días, están representadas todas las regiones de Chile, desde Arica a Magallanes, con cuadros folclóricos que presentan los mitos, leyendas y tradiciones de su tierra. El chinchi-

Nicolás Piwonka

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Festival Nacional de Folclor (fines de enero-comienzo de febrero) La Confederación Nacional de Conjuntos Folclóricos realizó las primeras versiones del Festival Nacional de Folclor en Talagante, pero muy pronto reconoció el enorme interés y la buena disposición de San Bernardo para celebrarlo en su comuna. Desde 1971 se radicó en esa ciudad el Festival Nacional de Folclor, donde ya es tradicional y constituye uno de los eventos más queridos de la comuna.

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Abril, Cuecas Mil El último fin de semana de abril de 1991, los sanbernardinos realizaron la primera versión de la fiesta Abril Cuecas Mil, donde por más de treinta horas ininterrumpidas agitaron sus pañuelos para zapatear y cantar nuestro baile nacional. Desde entonces el zapateo no ha cesado.

Afiches del Festival Nacional de Folclor

Abril Cuecas Mil, es el evento cuequero más esperado del mundo folclórico de la Región Metropolitana. Organizado por la Agrupación del Folclor de San Bernardo y la municipalidad, convoca a un público rotativo de aproximadamente 7 mil personas diarias durante dos días, en el frontis del municipio comunal.


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La muestra está compuesta por más de 120 grupos de cueca, entre ellas tradicional, urbana, campesina, nortina y chilota. Agrupaciones de diferentes zonas de Chile asisten gratuitamente y con gran entusiasmo para trasmitir su música al público compuesto por personas de todas las edades, deslumbrando con su vestuario y la picardía necesaria para mantener viva la jornada folclórica. La maratón de baile culmina con la cueca número mil el día domingo. Así como en el Festival Nacional de Folclor, la imagen de la Virgen del Carmen, patrona de Chile y de los folcloristas, preside y finaliza el evento. Se suma a esta festividad una muestra gastronómica con comida típica para recuperar las energías después de los primeros pies de cueca, y una muestra de artesanía nacional, como recuerdo para los visitantes.

Virgen del Carmen del Santuario de Maipú

Elena Valdivia Profesora normalista con mención en folclor. Vive en San Bernardo y es fundadora de la agrupación folclórica “Los Chenitas de San Bernardo”, que ya suma 44 años de existencia: “Comenzamos formando niños y jóvenes de distinta procedencia socioeconómica y cultural, que dieron lugar a una escuela de arte folclórico que ha proyectado su obra. Hemos tenido la oportunidad de demostrar la pureza del juego como facilitador del arte y del crecimiento personal”. Elena también ha reconocido la riqueza cultural de

la comunidad mapuche residente en la comuna: “San Bernardo tiene una gran identidad cultural. El nosotros yo lo siento (…) San Bernardo fue creada por un decreto de Bernardo O´Higgins para albergar a las viudas de la batalla de Maipú y Chacabuco. Se instaló un predio militar gratuito para las familias que habían quedado sin nada después de las batallas, o sea, desde sus orígenes la comuna tiene un signo. Luego aquí se creó la maestranza más importante de Chile y de América, lo que imprimió

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un sello. Finalmente, se instalaron familias aristócratas que decían que San Bernardo era bueno para sanar las enfermedades del pulmón y para tomar aires sanos; estas familias se instalaban todo el verano, con servidumbre, modas de Europa, lujo. En este contexto histórico se creó la colonia tolstoiana que unía a escritores, pintores y músicos, y era liderada por Manuel Magallanes Moure, un escritor que convocaba a unas tertulias culturales maravillosas y cuya sombra ha quedado dando vueltas; la Casa de la Cultura hoy lleva su nombre”. Recuerda con nostalgia la pérdida de la tradición de celebrar el “18 chico” en el cerro de Chena, evento que llegó a ser una tradición en la comuna: “Yo fui desde los 13 años. Se levantaban 150 fondas; el universo sonoro y visual era maravilloso. Una multitud enorme se trasladaba desde Santiago y desde otros lugares: gente popular y gente de la clase alta. Se llamaba 18 Chico porque como éste es un pueblo eminentemente ferroviario y militar, los militares para el 18 estaban desfilando y no tenían tiempo para celebrar. Por eso lo hacían aquí a la semana siguiente”. Al modo de ver de Elena, la comuna se ha ido reinventado y creando nuevas instancias para celebrar y mantener vivas las tradiciones: “Tenemos la fiesta de Abril Cuecas Mil, el Festival de Folclor, se realizan trillas a yeguas sueltas, todavía hay mucho rodeo, carreras de caballo; y están los cantores a lo humano y a lo divino, poetas, payadores, en fin, se mantienen toda una serie de

tradiciones que han dado lugar a que San Bernardo sea denominada la capital del folclor”, concluye. Extracto “Décimas de una pasión” por Elena Valdivia Difícil contar la historia De un grupo de tradición, Nos embarga la emoción, Se nos nubla la memoria. Algunos están ya en la gloria Otros aún sembrando, Muchos frutos cosechando Del arte que es su bandera Son niños con mucha estrella “Chenitas de San Bernardo” Guillermo Ríos Challes Publicista, folclorista y escritor; autor de San Bernardo en el Alma. Está a cargo del grupo folclórico Los cantores del Valle, participa en Abril Cuecas Mil y lleva 20 años haciendo los libretos del Festival Folclórico de San Bernardo, trabajando además como ayudante y director artístico. Ha vivido siempre en la comuna. Pertenece al “San Bernardo antiguo”, en sus palabras, “diferente al actual”. En la década del 65 participó en la formación de la Casa de la Cultura, en ese entonces Escuela Cultural Artística, donde empezó tomando talleres de pintura y luego de folclor.

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Está seguro de que el “movimiento folclórico y artístico” convierte a San Bernardo en una comuna singular. “Aún se conserva el aire provincial”. A su parecer, lo importante de la comuna proviene del siglo XX, de 1920 en adelante. Respecto a los atractivos de antaño, dice que “han muerto o han sido demolidos, como El Castillo y el Club Social”. Sin embargo, comenta que hay muchas tradiciones que aún se mantienen, como ir a la plaza, ir a misa y a la feria los domingos, y asistir al Festival Folclórico. Arturo García Profesor normalista y coordinador de folclor de la Casa de la Cultura de San Bernardo. Director artístico del Festival Nacional de Folclor de San Bernardo por 12 años. “Participo en el ambiente folclórico de San Bernardo desde hace muchos años, prácticamente desde que llegué, en 1964. Ese mismo año empecé a buscar algo relacionado con la cultura y me encontré con la Escuela de Cultura y Difusión Artística”. Ha trabajado en torno a las artes, creando el Festival de la Voz, trayendo a San Bernardo el Festival Nacional de Folclor y creando la fiesta “Abril Cuecas Mil”. Es parte del Consejo Comunal de Folclor, único en Chile, que reúne a más de 25 agrupaciones folclóricas de San Bernardo. Recuerda: “en 1992 participaba en una agrupación de folclor y empezamos a buscar un evento que pudiera rescatar la cueca, porque se había desvirtuado mucho. Nosotros queríamos volver a las raíces, buscábamos algo representativo de la cultura tradicional, que fuera para todos, pensamos que tenía que ser antes de que terminara abril por la lluvia…, dijimos, “Abril lluvias mil, Abril Cuecas mil ¿bailemos 1000 cuecas?”, dije yo. Los demás no me creyeron mucho. Ofrecí hacer

el proyecto, pero no bailamos 1000 cuecas sino 1000 pies de cueca, porque una cueca entera tiene 3 pies. Así nació “Abril Cuecas Mil”. Esto ha fortalecido el ambiente folclórico de los sanbernardinos, ahora Abril Cuecas Mil es una maravilla, y se hace sagradamente, todos los años.” Respecto del origen del Festival Nacional de Folclor cuenta: “Nació en 1972 por voluntad de un grupo de folcloristas que lo hacía en Talagante. Estaban muy metidos en el rescate de la identidad. Nos lo trajimos a San Bernardo para que se mantuviera puro, solamente folclor tradicional. El Festival Nacional de Folclor se inició por la necesidad de rescatar este patrimonio cultural intangible que es la danza, la música, también nuestras costumbres, nuestras tradiciones. Aquí se arraigó, al principio muy artesanalmente en el estadio de la maestranza, luego fue creciendo y con el tiempo, dos o tres años, el alcalde de entonces hizo construir un anfiteatro especial para el Festival, que se hizo en un recinto del Estadio Municipal. Se sigue haciendo ahí y se sigue manteniendo ya por 37 años. Vienen grupos de todo el país, de cada región participa el grupo mas representativo

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y además hay una muestra de la cultura latinoamericana. Dura una semana. Parte el domingo con el traslado de la imagen de la Virgen del Carmen desde el Templo Votivo de Maipú, y se hace una procesión con los grupos folclóricos. El martes se inaugura la feria de artesanía y la feria gastronómica. El miércoles se hace el desfile inaugural, con un pasacalles frente a las autoridades. Los días jueves, viernes, sábado y domingo se hacen los espectáculos en el anfiteatro, desde las nueve de la noche hasta las tres de la mañana”. Después del Festival la Virgen queda en custodia, la van pidiendo los vecinos para hacer novenas, la tienen un tiempo y pasa a otra familia. Va peregrinando, una semana como máximo en cada casa. Y el 16 de Julio se va a dejar al Templo Votivo de Maipú. También nos cuenta de “Abril Cuecas Mil”: “Ahí participan más de 120 grupos folclóricos, cada uno tiene derecho a cantar 10 cuecas solamente. Abril Cuecas Mil se hace en un escenario dividido en dos, entonces, a la cola de una cueca parte la otra, van 10 y 10, son 36 horas de cuecas ininterrumpidas, día y noche. Parte el sábado a las 12 del día, se canta todo el sábado y todo el domingo hasta alrededor de las siete de la tarde. Los bailarines son libres, la gente entra a bailar cueca y se va. Se hace en la plaza, frente a la municipalidad, donde se coloca una carpa gigante”. Las tradiciones vinculadas al patrimonio intangible no desaparecerán, dice, “lo que está en nosotros no va a morir”.

Juan Miranda Leyton De familia Maestrancina, hace 38 años que enseña folclor en la comuna: “hago clases en los colegios de San Bernardo, a los grupos folclóricos y a las empresas. Soy profesor en la Casa de la Cultura. Mi motivación es la gente; he estado siempre organizando grupos, dirigiendo organizaciones relacionadas con el folclor. Esa es mi motivación: la gente, los grupos de personas; orientarlos. Pero es que además, el que enseña, aprende el doble” Señala que una de las cualidades más importantes de la comuna es ser la capital del folclor de Chile, “no porque la queramos nombrar, sino porque en San Bernardo se hace el Festival Nacional del Folclor, que es uno de los más importantes, y además el Abril Cuecas Mil, o el Cuecas Mil, como se llama ahora, que ya lleva 17 años realizándose, donde participa todo Chile”. En el Festival Nacional del Folclor se desempeña como caporal general de una danza que se llama Baile Social y Cultural de la Virgen del Carmen: “Hace 14 años que estamos llevando a la Virgen al Festival Nacional y nosotros nos encargamos de custodiarla, de llevarla al escenario, con homenaje, y devolverla, también con homenaje. La traemos desde el Templo de Maipú al Festival Nacional de San Bernardo. Todas las noches la traemos al escenario, y la devolvemos después a Maipú.” En lo que respecta al Cuecas Mil dice que “en estos últimos años el 80%


de la gente que baila son niños, y estoy muy contento porque eso significa que tenemos un gran futuro. Hace poco tiempo la gente joven no bailaba cueca, le daba vergüenza bailarla, pero resulta que ahora hay festivales donde se llena: hemos dado un vuelco, y me parece que la cueca está tomando el sitial que le corresponde, porque es nuestra danza nacional, nos identifica a los chilenos”. Cuando se le pregunta qué conservaría de su comuna, dice que le gustaría que San Bernardo siguiera siendo el San Bernardo antiguo, que se man-

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tuvieran los árboles en las veredas, principalmente por tres razones: porque a pesar de estar tan cerca de Santiago, nos identifica como un pueblo, una ciudad de provincia; por la contaminación, porque nos hace falta limpiar el medio ambiente; y porque es hermoso, romántico, sobre todo cuando aparecen las hojas y cuando los árboles en el verano dan sombra a las casas y a las calles. Me encantaría que se pudiera mantener las veredas y los árboles. Y me encantaría que se mantuviera todo lo tenemos, que ya es nuestro, como el Festival Nacional, como el Cuecas Mil”.

Ferias, Persas y Ambulantes Orfelina Bustos Carmona, alcaldesa de San Bernardo, ha escrito sobre tres modalidades de comercio que se desarrolla en la calle y lo lleva a cabo el comerciante más modesto. Se trata de las ferias libres, los mercados persas y el comercio ambulante. Las tres modalidades son expresión de una forma de vida y aportan al color y la tradición local. De alguna manera, contribuyen al patrimonio intangible de la comunidad, a la que aportan una gran vitalidad. “Tres espacios públicos tienen los pequeñísimos comerciantes para ganarse el sustento, aquí, como en otros lugares: ferias, persas y ambulantes. Las ferias se han constituido en lugares tradicionales. Tal vez, la modalidad más antigua sean las ferias de chacareros, surgidas como necesidad para que los pequeños agricultores pudieran ofrecer su cosecha de las hortalizas frescas a todos los Sanbernardinos. Así, todos los días, menos los lunes, tenemos a nuestro alcance las verduras y frutas frescas y saludables para nuestra familia. Son folclóricas, lugar de encuentro de los vecinos con sus caseros y con el tiempo se cultivan confianzas, amistad y afecto.

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En períodos de vacas flacas, la necesidad de nuestra gente sencilla gatilló otro tipo de giro comercial. Se constituyó de este modo el Persa 40. Se ha venido haciéndose tradicional por espacio de 40 años, en la calle “Calderón de la Barca”. Estos comerciantes minoristas comenzaron vendiendo productos distintos a las ferias de chacareros, como abarrotes, ropa americana, ropa usada, cristales, especies de bronce, o ropa confeccionada por sus propias manos. Se ha extendido tanto que abarca desde Gran Avenida hasta Los Morros. Presenta además, preocupantes ramales. En el persa del 40 usted encuentra desde un tornillo, tapas de ruedas de autos y espejos, hasta bicicletas o vehículos usados. Finaliza en los llamados cachureos. Cada cuadra tiene un sindicato. F.García

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Finalmente, está la modalidad del comerciante ambulante o estacionado

que se introdujo en el centro de la ciudad. Tenemos aquí a los discapacitados, los carritos históricos, los persas que no cumplen requisitos, los ambulantes de madrugada y aquellos de los atardeceres. Todos estos tipos de comercio han hecho cambiar los entornos, produciendo situaciones positivas o agradables para algunos y negativas para otros. Entretanto, el Municipio se encuentra abocado a ordenar estas actividades.”

FERIAS DE CHACAREROS Frutas y verduras frescas durante toda la semana en las calles de San Bernardo: Martes: feria El Olivo Miércoles: ferias en Constanera, en lo Blanco y en Antonio Varas Viernes: feria Colón Sábado: ferias en Ramón Liborio Carvallo, en El Olivo y en Yungay. Domingo: ferias en Costanera, en Lo Blanco y en Antonio Varas


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conclusión

Recado a San Bernardo Como hemos podido ver, San Bernardo es una ciudad con imágenes propias, historia y una herencia inmutable, oculta en cada rincón de esta otrora villa rural y en el corazón de cada uno de sus habitantes: los sanbernardinos. La Guia Patrimonial de San Bernardo, por ello, desde su génesis, tuvo como objetivo lograr despertar un fuerte sentido de identidad en la comunidad, e incentivar el desarrollo de la memoria colectiva con el fin de promover el reconocimiento de sus propias raíces y las ganas de seguir trabajando en miras a la llegada de las fiestas que conmemoran el Bicentenario de la Nación: energía vital que será necesaria para enfrentar los desafíos propios que el siglo XXI impone a la preservación del patrimonio. Si algún sanbernardino llega a refregarse los ojos para volver a mirar su ciudad, el cerro Chena y las antiguas casas de adobe; si un día va a dar una vuelta por la vieja Maestranza; si aprecia los árboles y acequias de sus calles y sus plazas; si agradece la calidez de pueblo que todavía mantiene la comuna, a pesar de su cercanía a la gran capital; si reconoce la riqueza cultural de su pasado literario y el enorme valor y aporte que representan sus festivales folclóricos; si por un momento se siente afortunado y orgulloso de vivir en San Bernardo, este trabajo habrá logrado su objetivo. Los invitamos a que sigan descubriendo su ciudad a través de la Guía, para que también por medio de ella se logren descubrir a ustedes mismos.


bibliografía

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bibliografía

Bibliografía saber mas de san bernardo

Para profundizar los contenidos de esta Guia Patrimonial, sugerimos consultar los siguientes libros: A rroyo Acuña , M ario. Acuarelas de ayer y hoy: crónicas de San Bernardo. Santiago, Ediciones Maipo, 1977. Arzani, Silvio (et al.). Carozzi 90 años: la empresa y las pastas en Chile: 1898-1988. Santiago, Francisco Zegers, 1991. Asociación de Canalistas. Sociedad del Canal de Maipo. 170 años. Morgan Impresores, Santiago, 1997. Baldomero Lillo, vecino ilustre de San Bernardo. 26 narraciones en su homenaje. San Bernardo, Centro Literario Andén, 2002. Armijo, R aúl. Don Miguel Aylwin Gajardo, un ejemplo de integridad moral. Santiago, Editorial Tiempo Nuevo, 2007. Besoain

B esoaín A rmijo, R aúl. Historia de la ciudad de San Bernardo. Santiago: Centro Cultural de San Bernardo, 1995. Besoaín Armijo, R aúl. René Amengual, un enamorado de la música. Santiago, Editorial Tiempo Nuevo, 1997. Disi Avendaño, César. Imágenes en Contrapunto, San Bernardo 1859-2007. Selección fotográfica y crónica. Santiago, I. Municipalidad de San Bernardo, 2007.

Escritores del Ateneo de San Bernardo. Santiago, Ediciones del Maipo, s/f Estudio de los sectores industrial y comercial de San Bernardo. Santiago, Chile: Municipalidad de San Bernardo, 1978. Figueroa Yáñez, Gonzalo. Memorias de mis últimos 200 años. Editorial Andrés Bello, Santiago, 2007. Gallardo, Segundo Arturo. Principales gestores de la inquietud literaria en San Bernardo: 1900 al 2000. Santiago, Impresos JET, 2002. La Maestranza Central de San Bernardo: 25 años 19201945. Ferrocarriles del Estado. Santiago, 1945. Las propiedades urbanas de la ciudad de San Bernardo y su dotación de aguas. Santiago de Chile. Imprenta Victoria de H. Izquierdo, 1886. Maino, Valeria. Cambios en el paisaje rural de la zona central, 1840-1880. En: Vida rural en Chile durante el Siglo XIX, Academia Chilena de la Historia, Santiago 2001. Martínez Vásquez, Jorge. Poetas de San Bernardo. San Bernardo, 2001. Miranda R., Gabriel. San Bernardo: imágenes azules y otros poemas. Santiago, Offsetgraf, 1993.Montrosis,


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San Bernardo en la memoria de su gente. Concurso testimonial. Santiago, Centro Cultural de San Bernardo, 2006.

Pardo, Natalia. Historia y emociones ilustradas para San Bernardo. Santiago, Universidad de Chile, 2006.

Santivan, Fernando. Memorias de un Tolstoyano. Editorial Zig Zag, Santiago, 1957.

Pereira, Teresa, Hernán Rodríguez y Valeria Maino. Casas de Campo Chilenas. Desde el Valle de Elqui al Valle de Maipo. RE Producciones, Santiago 2004.

Stehberg, Rubén. La Fortaleza de Chena y su relación con la ocupación incaica de Chile Central. Publicación Ocasional N° 23. Museo Nacional de Historia Natural, Santiago 1976.

Perl, Elisabeth y María Isabel Martini. 100 años del Hospital Parroquial de San Bernardo: 1897-1997. Santiago de Chile. Universidad de los Andes, Escuela de Periodismo, 1997. Piwonka, Gonzalo. Las aguas de Santiago de Chile 1541-1741, Tomo I. Editorial Universitaria, Santiago, 1999. Piwonka , N icolás y M ónica Pizarro. Maestranza Central de San Bernardo: 1920-1997 (un poco de historia). Santiago, Empresa de Ferrocarriles del Estado, 1997. Poetas de San Bernardo: antología contemporánea. Santiago, Pirámide, 1994. Ríos Challe, Guillermo. San Bernardo en el alma: crónicas de San Bernardo. Santiago, La Burbuja, 1999. Rodriguez Villegas, Hernán. Historia de la Chacra Subercaseaux. En: Boletín de la Academia Chilena de la Historia N° 99, Santiago, 1989.

Teillier, Jorge. Romeo Murga, poeta adolescente. En: Atenea N° 395, Concepción 1962. Teitelboim, Volodia. Huelga de obreros de Ferrocret: problemas de la Maestranza de San Bernardo. Santiago, Instituto Geográfico Militar, 1966. Vasallo, Emilio y Carlos Matus. Historia de los ferrocarriles de Chile. Editorial Rumbo, Santiago, 1943.

Más libros sobre San Bernardo puedes encontrar en la Biblioteca Municipal Evaristo Molina Herrera, calle Freire 473 esquina Plaza de Armas, edificio de la Gobernación Provincial de Maipo. De lunes a viernes 8.30 a 18 horas; sábado 9 a 14 horas.


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Créditos La Guía Patrimonial de San Bernardo ha sido realizada en el marco del Magíster de Historia y Gestión del Patrimonio Cultural de la Universidad de los Andes, durante los años 2007 y 2008, y fueron sus autores los siguientes:

Eduardo Carrasco Garrido, Licenciado en Historia Francisca Cobo Alvear, Licenciada en Historia Rigoberto Cornejo Cáceres, Licenciado en Historia Catalina Darraidou García-Huidobro, Periodista Rocío Errazquin Diez, Historiadora del Arte Paola González Abarca, Bibliotecaria Teresa Huneeus Alliende, Licenciada en Historia Alejandra Molina Lira, Arquitecto Verónica Montero Jaramillo, Abogado María Teresa Paul Fernández, Licenciada en Arte Samuel Salgado Tello, Licenciado en Historia Claudia Ulloa Espinoza, Socióloga Fernanda Valdés Correa, Licenciada en Historial Javiera Valdés Correa, Licenciada en Historia Ignacio Velasco Contardo, Antropólogo Marta Viviani Zuñiga, Licenciada en Arte Catherine Westfall, Licenciada en Arqueología Magdalena Zegers Vial, Licenciada en Historia Para su realización, se contó con la colaboración de la Ilustre Municipalidad de San Bernardo, destacándose la participación de la Alcaldesa, señora Orfelina Bustos Carmona, del Asesor Urbanista señor Héctor Pineda Novoa, del Secretario Comunal de Planificación señor José Luis Criado Cifuentes, y del personal de la casa de la Cultura Manuel Magallanes Moure, su director señor Víctor Sánchez Zúñiga, la jefa de sección señora Ana Quiñones Muñoz, y el gestor cultural señor Marcelo Mallea Hernández. Igualmente, destacar el valioso aporte del Consejo de Monumentos Nacionales. También se contó con la colaboración de personas e instituciones que aportaron testimonios y documentación: Raúl Besoain, Elio Caro, César Disi, Olga Disi, Arturo García, Felipe García, Diego García de la Huerta, Suboficial Víctor Lobos, Coronel Humberto Mantero, Gabriel Miranda Riquelme, Juan Miranda Leyton, Natalia Pardo, Orlando Peralta, Reverenda Madre Luisa Pozo, Guillermo Ríos, Ursula Starke, Rubén Stehberg, Elena Valdivia, Carmen Valdivieso, Mónica Zambra, Archivo Histórico Municipal, Obispado de San Bernardo, Centro Nacional de Patrimonio Fotográfico, Archivo Histórico del Ministerio de Relaciones Exteriores, Museo Histórico Nacional, Biblioteca Nacional, Memoria Chilena. La edición de la Guía Patrimonial de San Bernardo es un proyecto acogido a la Ley de Donaciones Culturales y pudo llevarse a cabo gracias a la generosa contribución de Eléctrica Puntilla S.A., de Tagua Tagua Consultores y de Morgan Impresores. Diseño: Catalina Alcalde, María Teresa Pérez, Cintia Villalobos. Con la colaboración de: Alejandra Valenzuela www.cinceldesign.com


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