Población afrodescendientes en uruguay

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Iglesia y Altar para el dia de la fiesta del Glorioso Sn. Benito […]”. Por otra parte, señala la prensa: “San Benito. Para el día de ese santo nos aseguran que tendrá lugar una hermosa función a la que asistirán todas las negras y mulatas que residen en Montevideo. Más aún, nos dicen que estas últimas serán presididas por uno de su color […]”».108 Las primeras comparsas «modernas» de negros A finales de la década de 1860 surgen y se consolidan las primeras «comparsas modernas de negros»: Raza Africana (1867) y Pobres Negros Orientales (1869). También fueron denominadas filarmónicas, pues sus componentes eran hábiles ejecutantes de cualquier instrumento. Esas sociedades se preparaban durante el año, con objeto de exhibirse en comparsas pintorescas en los días de carnaval, con canciones y música que ellos mismos componían y bailaban, pero de hecho no eran expresión del legado cultural africano. Por entonces había bailes de blancos y, por otro lado, bailes de negros, quienes tenían prohibida la entrada a los de blancos. Además de la composición étnica, el elemento distintivo entre las comparsas de blancos y de negros estaba en la ejecución del tango. Es posible establecer un hilo conductor en Montevideo desde 1807 hasta 1874, en relación con el tango como expresión de los negros. Las primeras menciones del vocablo aparecen en oficios del Cabildo fechados en 1807, 1808, 1814, 1816, donde se prohibía o reglamentaba esta manifestación de los africanos. «Tango o baile de negros» era la expresión del Cabildo. En 1832, en el periódico montevideano La Matraca se publicó un comentario sobre el Carnaval donde se consignaba: «Ahí van los negros con su tango». Años más tarde, fue en las crónicas de Isidoro de María en las que se hizo alusión al tango como la expresión de los diferentes pueblos africanos en Montevideo, incluso asimilando el tango con el candombe. Raza Africana. Estaba conformada por unos cincuenta africanos y descendientes, encabezada por el Negro Sayago, notable trompetista. Recorría las calles de la ciudad en carnaval, cantando y bailando. El memorialista uruguayo Rómulo Rossi registró la instrumentación de que se valía esta comparsa y los géneros musicales que ejecutaban. La música la integraban pistones, clarinetes, violines, flautas, bajos y guitarras; y la composición de las piezas era el fruto de la inspiración de algún pardo, que gozaban fama de ser excelentes músicos. Los componentes de las comparsas cantaban acompañados por la orquesta, valses, polkas, habaneras, mazurcas y marchas, con sus correspondientes «solos» a cargo siempre del moreno o morena de mejor voz. Cuando los tamboriles y masacallas rompían en los redobles del Tango, entonces la sangre africana se posesionaba de los morenos quienes, cada cual en su sitio, se balanceaban siguiendo el compás de los instrumentos africanos, a los gritos de «¡gué, l’amita!!!» y «¡gué, l’amito!…».109

108 Gustavo Goldman: o. cit., p. 25. 109 Rómulo Rossi: Recuerdos y crónicas de antaño, tomo IV, Montevideo: Peña, 1924, pp. 37-40. Breve historia de los afrodescendientes en el Uruguay

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