Monografía la vivencia y su relato

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BIODANZA

MONOGRAFÍA DE TITULACIÓN LA VIVENCIA Y SU RELATO Directora: CECILIA LUZZI Bilbao, 24 Mayo 2013

ESCUELA DE BIODANZA DE EUSKADI Directores: CECILIA LUZZI / CARLOS GARCÍA Formación Docente de Biodanza Sistema Rolando Toro ROSMARY ENRICH Bilbao (España), Nov. 2007 a Dicbre. 2010


Monografía de titulación: LA VIVENCIA Y SU RELATO

Rosmary Enrich. Bilbao

ÍNDICE BIODANZA /1 a) 1. 2. 3. 4. b) c)

EXPOSICIÓN DE LOS MOTIVOS EN LA ELECCIÓN DEL TEMA / 3 Anecdotario de la infancia. / 3 “Un viejo en la barriga” / 3 Los “otros” / 3 La escucha / 4 OBJETIVOS / 4

BIODANZA Y EL TEMA / 6 1. La vivencia / 6 2. ¿Cómo se produce la vivencia en Biodanza? / 6 3. ¿Cómo se llega a la vivencia? / 7 4. ¿Cuáles son sus efectos? / 7 5. ¿Dónde se elaboran las vivencias? / 7 6. ¿Cómo debe proceder el facilitador? / 7 7. En los módulos de Biodanza se afirma: / 7 8. ¿Cómo se formula en Biodanza, la vivencia? / 8 9. Metodología / 8

d)

VIVENCIA / 8

e) 1. 2. 3. 4.

¿CÓMO RECONOCER LA VIVENCIA? / 8 Desvíos y actitud. / 10 ¿Cómo favorecer el relato de vivencias? / 10 Pausa entre danzas. / 11 Corazas y tenciones / 11

f)

SOBRE LAS VIVENCIAS / 11

g)

CUESTIONARIO GRUPO SEMANAL (2012-2013) / 12

h) 1. 2. 3. 4. 5.

VIVENCIA Y RELATO / 12 Escrito sobre el módulo “la Vivencia”, clases de Formación: 11 y 12 Dicbre. 2010 / 13 Reflexiones sobre “los pensamientos” / 13 Pensamientos, emociones y conducta. / 14 Breves apuntes sobre el cambio / 14 Biodanza como práctica inductiva / 14

1. 2.

LOS PENSAMIENTOS / 15 Tendencia natural de dejarnos arrastrar por los pensamientos / 16 Pensamientos negativos / 17

1. 2.

A MODO DE PREGUNTAS Y RESPUESTAS / 17 La autorregulación / 17 Despertar / 18

i)

j)

k)

LO QUE SE PROPONE BIODANZA / 19

l) 1. 2.

COMO FACILITADORA EN EL RELATO DE VIVENCIAS / 19 Modos o maneras de centrar la vivencia / 20 “Ayuda” / 20

BIBLIOGRAFÍA / 22 2


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a) EXPOSICIÓN DE LOS MOTIVOS EN LA ELECCIÓN DEL TEMA 1. Anecdotario de la infancia. En primer lugar, mi extrema cercanía a Biodanza procede de muy niña cuando, “tocada” por las circunstancias que se producían en mi entorno familiar, reaccionaba con “morritos” que me procuraban un cambio de humor constante. No me gustaban las cosas que pasaban y mucho menos el modo de abordarlas, de resolverlas. Por aquel entonces, mi única respuesta era retraerme, no queriendo continuar como niña buena: obediente y receptiva que no daba problemas, con la que me sentía bien con aquella otra, la de no querer saber nada y por tanto, desagradable y arisca, que se encerraba en su concha. Yo lo sufría y nadie parecía darse cuenta. En este tiempo descubro de forma totalmente intuitiva que al oír música clásica por la radio me movía siguiendo el ritmo de la música, el estado molesto y desagradable desaparecía como por ensalmo. Desde ese momento y cuando volvían a producirse acontecimientos en mi familia que no me gustaban; reacciones estridentes, desproporcionadas y siempre acabando con gritos y cachetes, esperaba estar sola en casa para bailar y recuperar el estado anímico alegre, cariñoso y abierto. 2. “Un viejo en la barriga” También desde muy niña recuerdo mi interés por saber, conocer e interpretar las situaciones vividas con amigas de mi madre. Mi madre se expresaba muy bien y tenía criterio e inteligencia. El sonido de su voz, la manera como hablaba con sus amigas me resultaba increíble porque se me habría un mundo profundo y mágico más allá de lo cotidiano. Me gustaba escucharla, oír como exponía su opinión de diferentes temas. Su manera de decir las cosas,… la escuchaba atentamente. Todo ello iba penetrando en mí. Así que esta gran facilidad en expresarse, en relacionar las cosas, en emitir sus opiniones posiblemente fueron las que abrieron algo en mí, pues sin saber nada (apenas si tenía 6, 7 años) me colocaba en torno a ellas, interviniendo en sus conversaciones y atreviéndome a darles mi opinión, de cómo ver y enfocar cualquier cosa de la que hablaran. Sentía que sabía de qué hablaban como si tuviera experiencia de ello y este conocimiento y certidumbre me hiciera acreedora de cierta credibilidad para que me escucharan. Brotaban mis palabras como si hubiera vivido aquello y lo conociera. Mi madre al ver cómo emitía juicios, opiniones que eran tan impropias de mi edad, me decía –Hija, ¡parece que tengas un viejo en la barriga!3. Los “otros” Otra de las anécdotas que reafirma mi receptividad más allá del ámbito familiar y vecinal aparece cuando paseando por la Plaza de Cataluña del brazo de mi madre, en Barcelona, escucho la conversación de dos mujeres que caminan delante de nosotras. La que habla se refiere a hechos sucedidos con otra persona y lo hace de forma contundente arrojando toda la culpa de lo sucedido a la persona ausente. Esto en aquellos momentos es un descubrimiento que a lo largo de los años me revela lo empañado que están nuestros juicios, la poca o nula objetividad en hacernos conscientes de los hechos siempre vertiendo sobre los demás toda la responsabilidad y rechazando cualquier atisbo de duda u objetividad. Todo ello lo cito aquí por considerar que en mí representa toda una inclinación, una tendencia, casi innata de saber, conocer, tener acceso a la vida, y a las “vivencias” de las personas. De manera que esto me conduce hasta aquí y me permite ver como empecé siendo y seguí interesada en el mundo de

los sentimientos, de la vida interna y muy sensible a los hechos y manifestaciones de las personas, a todo aquello que ocurría en mi entorno próximo desde el plano de comportamientos, acciones, 3


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reacciones, toma de decisiones, … también con todo aquello que aparece ante mí de hermoso (sensible afectivo y estético), placentero, nuevo, diferente, y poco o nada en temas relacionados con la comida, la vestimenta, la casa, los precios de las cosas, los niños,… 4. La escucha Otro capítulo que abunda en lo anterior y que todavía recuerdo vivamente, es haber sido la “personita” con la que mi madre creía poder desahogarse de los “affaires” y situaciones domésticas y para ella dramáticas que vivía en el matrimonio. La escuchaba, ella lloraba amargamente, se lamentaba, no cesaba de referirse a los hechos diciendo esto y lo otro en contra de su marido (mi padre). Sufría, estaba desesperaba por lo que le pasaba. Esto ocurría muy a menudo. Yo la quería consolar, y ponía mayor atención en cómo se producían los hechos pare ver que podía hacer yo para ayudarla. Lo que entonces entendía como un modo de calmarla era decirle lo que “veía”. Mi padre no era malo, solo que cuando hablaban no se entendían, veían las cosas de modo distinto. Esto en lugar de consolarla la enfurecía todavía más. Cesaban sus lágrimas, esto sí, y aparecía contra mí una reacción que por sabida y nunca esperada era yo la que acababa llorando. Lo que quería era desahogarse, ¡no que una niña pequeña le dijera que tenía que “ver” las cosas de manera distinta! Mi mayor deseo era consolarla y lo hacía de la única manera que por entonces sabía. No parece extraño, entonces, que me interese por el Relato de Vivencias, por mi propio proceso de reaprendizaje, que no acaba nunca, también por el de los demás, de ahí que para mí Biodanza, me proporcione todos los componentes necesarios para no “dormirme” en la ignorancia, en la inconsciencia. Biodanza, como sistema está perfectamente concebida para poder llegar a un cierto nivel un trabajo personal, un cambio de registro que se va produciendo poco a poco debido a la competencia de su estructura. Cuyo principal objetivo es el de incrementar el potencial humano a través del proceso de integración de las cinco líneas de vivencia: Vitalidad, afectividad, sexualidad, creatividad y trascendencia. En estos últimos años mi interés no está tanto en saber lo que piensan, sienten, son los demás, sino que logren, alcancen planos a otros niveles de bienestar y felicidad. En otras palabras, aprendan a mejorar sus vidas. Por ello comprender un poco el sentido de la vida, haber vivido años trabajando para saber cómo soy y reconocer que si apenas me conozco a mí misma ¿cómo puedo llegar a comprender a los demás y “ayudarlos” ¡ Imposible! ¿Entonces? Si mi tendencia sigue y en las circunstancias actuales parece que tenga escasas posibilidades de verme a mí misma directamente tal y como soy en realidad, aportando aquello mismo que necesito me descubro interesada en mi propio proceso,… y en el de los demás. Un modo de “ver” más allá, se descubre, cuando se trata de facilitar a los demás, entonces aparece aquello de lo que sin los demás (como espejos) difícilmente puedo darme cuenta.

b) OBJETIVOS Mi interés en este tema no es solo poder acceder al relato de vivencias, sino como es lógico a la propia vivencia en el grupo en que desarrollo mi labor como facilitadora; de forma que aporte una cierta dinámica, como escucha y como facilitadora. Para ello preciso indagar sobre lo que quiero decir al referirme a la vivencia y una vez aclarado, reforzar el marco en que se constituye el relato de vivencias. Por vivencia me refiero no solo al nivel de sensaciones y de sentimientos cuyas reacciones afectivas nunca están por completo ausentes en cualquiera de nuestros actos; relato de lo que nos acontece continuamente y que a diario enmarcan la

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vida de la persona, sino que la entiendo más como una labor de profundización en el autoconocimiento. En Biodanza, se hace posible que con sólo la práctica, la persona sienta que algo le ha cambiado interiormente. La palabra vivencia es utilizada en la mayor parte de los módulos, y a lo que se refiere, y significa en cada uno de ellos, por estar concebida íntegramente Biodanza, hacia este objetivo. Los aspectos de cambio más significativos que compruebo hasta este momento tienen que ver con el grupo, definido como Matriz de Renacimiento. El solo enunciado habla por sí mismo de los beneficios que produce en los componentes del grupo que desembocan en una integración orgánica de base afectiva muy potente, altamente beneficiosa. Compruebo como facilitadora que al actuar con la parte sana; el contacto, la exploración de la parte más dinámica de la danza en grupo, crea un ambiente alegre, desenfadado, permisivo, favorable para el desenvolvimiento de todas las parcelas reprimidas e inhibidas que abocetan la autentica identidad. No menciono la música como factor de cambio a pesar del papel tan importante que juega. No siempre son visibles los efectos de la música. Lo que observo en algunos de los componentes del grupo es que si bien responden a la invitación del movimiento, éste no está regulado por “los estímulos auditivos provenientes de la música, no logran combinarlos con la propia motricidad”, y con la expresividad, lo que puede “revela(r) una disociación entre los estímulos musicales y sus propias respuestas (afectivas y) motoras”. A la hora de relatar las vivencias, los participantes actúan con cierta pasividad y retraimiento cuando se trata de comunicarlas. Pero también podría indicar las escasas ocasiones que han tenido de explorar la parte más íntima y personal, la que forma parte de todo proceso evolutivo. El tiempo invertido en relatar una vivencia, hacerla partícipe al grupo es muy importante y como se dice en algún lugar de Biodanza, muy nutritivo. Representa que ha existido un darse cuenta, luego una reflexión, con lo cual da lugar a un buceo en lo vivido en donde la persona averigua sobre sí misma más de lo que sabía antes. Y por último, la exposición o sea el relato de vivencias, al verbalizarlas, eligiendo las palabras; hacerlo fenoménicamente presente como sonido, inteligible para sí y para el grupo, resulta todo ello consecuencia de un proceso de contacto íntimo consigo mismo muy profundo y poco usual. Los momentos del relato en las sesiones realizadas durante años han sido muy estimables para mí por el hecho de vivirlo como una oportunidad de realizar un trabajo personal, gracias al excelente ambiente que se logra crear en Biodanza. Un entorno y condiciones idóneas que hacen posible poder exteriorizar lo que vivo en las sesiones como descubrimiento y proceso de reaprendizaje. Hoy me resulta importante, en el marco de Biodanza, y en el plano del relato de vivencia, conocer algunos pocos instrumentos para utilizar como facilitadora y así poder incrementar la capacidad de redescubrirse a los participantes del grupo y no solo de lo que ya se conoce de sí y se tiene incorporado como carácter. Por ejemplo, cuando escucho: “Soy tímida” o “soy pesimista” Lo que estas expresiones me indican es que la persona solo se identifica con esta parte de su personalidad y por lo tanto no se cuestiona en ningún momento otra posibilidad de ser que también existe en ella. Biodanza, es perfecta porque sirve para movilizar las fuerzas y potencialidades que todos tenemos. Permite descubrir algo de todos los que, semanalmente, dedicamos nuestro tiempo en la práctica de Biodanza, confiados y entregados. Vivir es fácil pero tendemos a complicarnos la existencia debido a todo tipo de ideas instaladas en un tiempo pasado que perturban nuestra vida emocionalmente. Lo que pensamos condiciona e influye decididamente en nuestra conducta, en nuestra respuesta ante la vida. Hay que cuestionarse lo que venimos considerando como cierto, por eso la mayor dificultad en el crecimiento personal consiste en ver qué cosas son nocivas para nuestra salud física y síquica y qué cosas no. 5


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Sigue siendo vital para mí ver y sentir todo conflicto vital en su verdadera dimensión. Cuando se trata de los demás lo que verdaderamente desean, casi siempre, es en primer lugar consuelo y que se les escuche, después piden que se les ayude. La ayuda ha de venir de ellos mismos lo único que cabe hacer como facilitadora en Biodanza, es proporcionar las herramientas con las que descubran su propio camino. Tal como vengo diciendo, mi interés en esta monografía consiste en exponer un posible reforzamiento a nivel de facilitadora, y en este sentido esclarecer y potenciar, sin entrar en interpretaciones ni juicios, el significado de vivencia y su relato, en consonancia con su significado profundo.

c) BIODANZA Y EL TEMA De acuerdo con lo expuesto anteriormente, varias son las claves o herramientas para que sea más accesible el acceso al relato de vivencias. Previo a la facilitación de estas herramientas es necesario consolidar el tema, lo que quiero decir por vivencia y a los cuales el relato de vivencias se refiere cuando se trata de compartirlos con el grupo. También veo la necesidad de disponer de todos aquellos aspectos referidos a la vivencia que ya forman parte de los contenidos en los módulos de Formación de Biodanza, tanto de la vivencia como de su relato. Compruebo todas aquellas citas pertenecientes a Biodanza, en las que se alude a la vivencia y al relato de vivencias como principios y directrices a seguir. Ateniéndome a ello citaré en síntesis lo que se establece en Biodanza. En primer lugar: La vivencia, ¿cómo se produce?, ¿cómo se accede?, ¿cuáles son sus efectos?, ¿dónde se elaboran?, ¿cómo debe proceder el facilitador?, se consolida, y finalmente ¿cómo se formula? 1. La vivencia En palabras de Rolando Toro (1924-2010) el significado de vivencia es “una experiencia vivida con gran intensidad por un individuo en un lapso de tiempo “aquí y ahora” (génesis actual), abarcando las funciones emocionales, cenestésicas y orgánicas”. A partir de la definición de lo que se considera vivencia en Biodanza, se da por supuesto que en todo momento en que se alude a la vivencia ésta se ajusta a dicha definición, y de que estamos hablando de este nivel de vivencia y no de otro. Biodanza, a diferencia de otras terapias no da prioridad a la conciencia y al lenguaje. En consecuencia, se nos dice; antes que la conciencia y el lenguaje modifiquen o produzcan ningún cambio vital, conviene no racionalizar el comportamiento, ni la vivencia, será posteriormente cuando se llegue a reflexionar y poner en palabras de un modo concreto lo que ha descubierto el practicante de Biodanza. Desde este extremo cito seguidamente lo que consta en los módulos: 2. ¿Cómo se produce la vivencia en Biodanza? -Se produce por inducción. Esta es la base de la metodología que se utiliza para conseguir la integración. Inducción; es un método científico que significa razonamiento inductivo, un tipo de razonamiento que implica una influencia que se ejerce sobre una persona para que actúe y piense del modo que se desea.

En el contexto de Biodanza, inducción de vivencias se refiere al acto de generarlas. Crear las condiciones para que surjan, en cada persona, en distinta medida y en relación con su nivel de permisibilidad o de represión. -Biodanza, se basa en la inducción recíproca de vivencias entre los participantes del grupo dándose prioridad a las “vivencias integradoras de alegría, ternura, erotismo, trascendencia, ímpetu vital, 6


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entusiasmo, etc.”, con aquellas otras líneas de vivencias “que expresan el potencial genético y que representan la expresión de la identidad” y “el goce de vivir”. 3. ¿Cómo se llega a la vivencia? -A través de ejercicios prácticos, “clasificados y organizados en cinco grandes conjuntos expresivos del potencial humano” que consiguen “estimula(r) la producción específica de cada una de estas cinco líneas de vivencia. Con la práctica frecuente “se consigue deflagrar vivencias que reorganizan la respuesta frente a la vida”. 4. ¿Cuáles son sus efectos? -Evocar de un modo intenso la percepción de uno mismo. -La vivencia tiene efecto integrador y armonizador y no precisa elaboración a nivel de la conciencia. -Es a través de las vivencias que “las nuevas iniciativas existenciales se producen”. También se nos dice que si la conciencia interviene inmediatamente al tener la vivencia haciendo sutiles razonamientos se refuerzan los mecanismos de defensa y los conflictos se instalan en los órganos. -Los ejercicios se organizan para estimular cada una de las 5 líneas de vivencia. -Los ejercicios de Biodanza, tienen un efecto revitalizador y permiten la expresión de los potenciales de la identidad. -El movimiento consigue vitalidad. -Las caricias consiguen despertar la sexualidad. Sensaciones placenteras relacionadas con el erotismo, la identidad sexual y la función del orgasmo. -Con la expresión, se consigue mayor creatividad. -Con la armonía, se accede a la trascendencia -El relato de vivencias es una entrega y confianza íntima al grupo, un modo de conexión profunda consigo mismo. 5. ¿Dónde se elaboran las vivencias? -Las vivencias se elaboran en las glándulas endocrinas y en los neurotransmisores. “Tienen su representación fisiológica en el sistema límbico, centro regulador de la conducta flexible, de los instintos y emociones…” . Y sus “efectos sobre las funciones orgánicas son las de estimular la región límbicohipotalámica (asiento de las emociones) y la hipófisis (glándula endocrina), la cual estimula a su vez las glándulas sexuales”. Sin embargo, “la vivencia, es ante todo una consecuencia, el resultado alquímico del encuentro de un ser humano con el mundo, (y) con la naturaleza,…” (1) 6. ¿Cómo debe proceder el facilitador? -Rechazando o excluyendo cualquier interpretación, elaboración o racionalización de las vivencias. 7. En los módulos de Biodanza se afirma: -Las vivencias “no se elaboran con la inteligencia conceptual” . -El abordaje lógico racional se restringe pues es preciso del contexto emocional y sustrato biológico. -El hacerse consciente de los conflictos inconscientes no se modifican los comportamientos en cambio sí lo hacen las vivencias. -Las iniciativas existenciales externas deben partir de las vivencias y más tarde pasar a la conciencia de lo contrario si son racionalizadas se refuerzan los mecanismos de defensa y entonces los conflictos se instalan en los órganos. -En Biodanza, se llega al conocimiento a través de la vivencia. -Los efectos de la vivencia son neuroquímicos. -Los cambios han de partir de las vivencias sin racionalizar ni hacerlas conscientes. -La adquisición de conocimientos no se limitan a un conocer racional. Los caminos para alcanzar el conocimiento son múltiples. -Las conmovedoras sensaciones que surgen en las vivencias tienen que asumirse no interpretarlas. 7


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8. ¿Cómo se formula en Biodanza, la vivencia? Hasta aquí y según lo señalado anteriormente buceando sobre lo que se formula acerca de la vivencia y desde la definición que aporta Biodanza, la conclusión es que se formula sobre su importancia, efectos, elaboración, inducción, los cambios que consigue a través de la vivencia y solo con la práctica. 9. Metodología -Se rechaza cualquier interpretación. -Se da prioridad a la vivencia sobre la conciencia. -Se sugieren pautas destinadas a recuperar el movimiento orgánico natural y la vinculación con los otros.

d)

VIVENCIA

Wilhelm Dilthey (1833-1911) primer filósofo que utilizó el término “vivencia”: Su definición de la vivencia ateniéndonos a los mismos términos usados por el filósofo es “un modo de estar la realidad ahí” para un cierto sujeto que coincide con el “yo propio”. La vivencia no es por ello algo dado, somos nosotros quienes penetramos en el interior de ella, quienes la poseemos de modo tan inmediato, que hasta podemos decir que ella y nosotros somos la misma cosa. (…). La noción de vivencia y su comprensión conducen al corazón mismo de la vida que desde este momento va a convertirse en objeto de todas las meditaciones (2).

e)

¿CÓMO RECONOCER LA VIVENCIA?

La vivencia, tal como la interpreto, se produce cuanto vives algo en profundidad, algo que trasciende el mero conocimiento de uno mismo y de los demás y por este motivo resuena de manera distinta. Destaca de lo que sabíamos anteriormente apareciendo ante nosotros como si fuera la primera vez. “¡Ahora sí que verdaderamente lo veo, lo comprendo!” Y no es que antes no lo supiera. No se parece en nada al curso del vivir normal y que también se llega con la atención. Este nivel de vivencia implica una percepción abierta, relajada, en lugar de una percepción focalizada en un solo punto y al mismo tiempo entregado en lo que se hace. Es entonces que el nivel de la vivencia que se experimenta tiene una resonancia distinta. La vivencia es este estar presente, equivale a decir que mientras danzamos o hacemos cualquier otra cosa nuestros pensamientos no están en otro lugar distinto; pasado, futuro, imaginando, recordando, sino que la persona está por completo entera en lo que está haciendo aquí y ahora. En cuanto nuestra atención se desvía de lo que se está haciendo, sintiendo, expresándose, el pensamiento vuelve a penetrar con toda su carga. Danzar y estar inmenso en pensamientos que nos alejan del instante presente, es no estar vivenciando. Este nivel de vivencia no solo de da en Biodanza, sino en el resto del día como resultado de una total compenetración con lo que se hace. Fusión con la que se consigue experimentar el momento, la cosa con una sensación de claridad total. Hay que estar bien arraigado en el momento presente, porque la mente sin control y por su propia inercia se desvía llevándonos de aquí para allá.

¿Cómo conseguir alcanzar el estado de vivencia al que me refiero? Estando plenamente presentes. El pensamiento se detiene, la atención está alerta, despierta y no deja lugar para recordar, pensar o anticipar. En esta presencia no se da espacio a la identidad, tampoco a la personalidad con toda su malformación apenas está presente y es en estos momentos cuando se es más plenamente uno mismo y aparece con claridad lo que podía saberse de antemano, pero sin la comprensión que la vivencia proporciona. 8


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Ya sea en movimiento activo, estando en Biodanza, entregado pero siempre en coherencia entre el sentimiento y la emoción con el movimiento expresado. La música actúa reforzando las emociones. Para llegar a este tipo de vivencia el diálogo interno, progresivamente se va acallando, en la medida en que se hace posible estar presente. En Biodanza, se propone abandonar problemas, preocupaciones, y todo lo que uno cree conocer mientras se danza porque de lo contrario, al no estar entero, vives la sesión (tal como funcionamos corrientemente), pero no vivencias por no estar totalmente presente; lo que entorpece la comprensión de lo que somos, de lo que se sabe. Pueden aparecer aspectos de cómo sentimos, reaccionamos a ciertos estímulos, manías y debilidades de todo tipo, también se pueden descubrir aspectos de uno mismo, o de los demás, que desconocemos, cuando la presencia es total. El estar presente implica no nombrar, ni interpretar, características todas ellas del pensamiento. Uno de los motivos por lo que la palabra está desterrada en la sesión práctica de Biodanza. Después se recupera la reflexión que permite centrarse en ella una vez en el relato de vivencias, sin improvisar y sabiendo en qué queremos centrar nuestro relato. También la reflexión conduce a una profunda observación de la vivencia de la que pueden esclarecerse aspectos significativos. En Biodanza, podemos sentirnos libres por unos momentos siempre que desterremos la pantalla mental. Los contenidos mentales aprehendidos, no permiten conocernos porque solo tiene etiquetas, juicios, datos y opiniones sobre uno mismo, también de todo lo que nos rodea. Esto no significa que tengamos que desterrar la mente de nuestra vida, no, porque los pensamientos ocupan un lugar importante en el terreno práctico. Es cuando se apropia de todos los aspectos de nuestra vida, cuando hemos de ejercer el control. Cuando los pensamientos surgen para reprimir y censurar, impiden el acceso a la vivencia. Otra forma de estar presente es como observador imparcial, al modo oriental, de pensamientos, emociones y reacciones. Tener en el punto de mira tanto las reacciones como la situación, el momento y las personas que han podido intervenir. Sin juzgar, ni analizar lo que se observa. Contemplar el pensamiento, sentir la emoción, observar la reacción. Es entonces cuando se puede sentir, darse cuenta de algo muy poderoso debido a la presencia misma, apercibiéndose de un modo nítido el instante como antes no se era capaz de experimentar. En la mayor parte de los sistemas soteriológicos de Oriente encontramos infinidad de técnicas y acercamientos prácticos destinados a proporcionar una experiencia más plena de la vida. En Biodanza, como he dicho anteriormente, para ayudar a desactivar la mente no se utiliza la palabra y con la ayuda de los ejercicios dispuestos en forma orgánica favorecer de un modo natural la aparición de la vivencia. Sin embargo, la coherencia del movimiento con la emoción tiene la virtud de inhibir cualquier proceso mental y demás distracciones, concentrarse en la danza, con absoluta exclusión de todo lo demás y en estas condiciones de presencia, es posible que emerja la vivencia. La danza que exterioriza y transmite todos los matices musicales, se convierte en un soporte, un instrumento para lograr la progresiva absorción de los pensamientos y un medio para el entrenamiento gradual. Cualquier distracción fuera del motivo de la danza no pasa entonces desapercibida. Al superar todas aquellas distracciones obtenemos certidumbre de aquellos comportamientos, reacciones que pasan a constituirse en foco del aprendizaje y crecimiento personal, de cambio y transformación.

Lo que la vivencia nos aporta es algo que no puede apenas ser pensado, ni descrito, solo puede ser realizado y experimentado. La vivencia puede considerarse un método de lograr conocerse pero como siempre, el afán de mejora, de autorrealización, requiere del esfuerzo personal que el practicante de Biodanza, esté dispuesto a realizar ya que tendrá que cuestionar su sistema de creencias y prejuicios. Es posible avanzar en mejorar nuestra calidad de vida y los más avezados adentrarse en un proceso de descubrimiento personal. Para lograrlo Biodanza, “propone un cambio de actitud más fluida y libre” (…) “mediante la vivencia”. Si logramos aunque sea primero en las sesiones de Biodanza y más tarde en nuestra vida cotidiana suspender poco a poco los razonamientos mentales, discursivos y lógicos y poner 9


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nuestra atención en lo que estamos haciendo, entonces en Biodanza, aparecen “las mismas respuestas (corazas, defensas,…) que en nuestra vida” cotidiana. La razón es que en estos momentos, damos lugar a que se manifieste nuestra propia forma de ser, sin obstáculos, ni inhibiciones, gracias a las situaciones de alegría y juego que se crean en Biodanza, “experimentando el placer de vivir, el placer de danzar la vida”, estímulos a desplegar el propio movimiento, a la invitación a vincularse en distintos niveles, fundamentalmente a través de la caricia. La vivencia, permite ir deshaciéndonos de modelos aprehendido que han quedado fijados, con frecuencia en nuestra infancia, grabaciones de abandono y de peligro que han ido forjando lo que se manifiesta en nosotros hoy. Al darnos cuenta conscientemente, la energía malgastada en ideas y pensamiento erróneos pierden fuerza. Cuando la energía la sabemos emplear en lo que estamos haciendo momento a momento y en la percepción de nosotros mismos, podemos minimizar los daños que obtuvimos en el pasado y si al mismo tiempo nos afanamos en un modo distinto de encarar nuestra vida, logramos mayor confianza y posibilidades de reencuentro con nosotros mismos. A favor de este enfoque está el saber que cuanta mayor confianza tenemos en nosotros mismos, más confianza se tiene en los demás. Así pasa también con el descontento, la crítica. La auto-crítica conduce a la crítica hacia los demás, el descontento hacia el rechazo de todo y todos. 1. Desvíos y actitud. Para poder trabajar sobre la vivencia se puede disponer de una libreta anotando los aspectos reveladores de la sesión. Esto es posible aunque no es necesario pues la vivencia tiene un flujo orgánico que continúa su proceso a nivel inconsciente (orgánico-psicológico), aún después de terminada la sesión. Lo más favorable es dejarla ser. No obstante, si decidimos anotar la vivencia, puede servirnos para ampliar con aquellos otros aspectos que sé que me entristecen, me asustan o me resultan desagradables, me dan vergüenza o enfurecen. Esto permite atisbar focos de interés personal y cuando llega el momento del relato de vivencias comprobar si han aparecido aunque tampoco importa que no se recuerde. Lo importante es que lo que ocurrió dejó huella, aunque sea a nivel inconsciente. Además al focalizar la vivencia pueden aparecer aspectos que se mantenían ocultos y si nos damos un tiempo estos se presentan solos sin el menor esfuerzo, dejando hacer, sin intervenir con lucubraciones, interpretación, ni crítica. Percatándonos que todo desvío puede representar una defensa, un no querer conectarse con la emoción y es entonces cuando la persona se aleja de la vivencia; al caer en explicaciones, razones y motivos que nos alejan definitivamente del punto “luminoso” que interesa mantener. 2. ¿Cómo favorecer el relato de vivencias? Dejando que el propio organismo se haga cargo, se regule por sí mismo y nos muestre en cada momento sus necesidades que suelen estar distorsionadas por la mente (control involuntario y automático) que mantiene toda una pléyade de ideas, respuestas, etc., todas ellas caducas, que imposibilitan percibir las cosas con mirada inocente, espontánea en el mismo instante que se producen. Es importante tener en cuenta que el hecho de poner nuestra mirada sobre las sensaciones corporales, térmicas, cenestésicas, provoca un descenso de la actividad pensante. Este es el momento favorable para darse cuenta de los sentimientos y de esa parte de nosotros que no somos capaces de ver cuando estamos inmersos en mil y un pensamientos que poco o nada tienen que ver con el instante vital en que vivimos. Aunque el relato de vivencia no es un diálogo con finalidad terapéutica ni prevé ninguna forma de interpretación para favorecerla deseo proponer como facilitadora algunas herramientas como marcadores, es decir: -Proponer un inicio para todos iguales y luego el expositor continuar expresando su vivencia. Ejemplo: La pasada semana descubrí…, o me di cuenta… 10


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-Invitarle a repetir alguna palabra que en el relato resulte esclarecedora. Ejemplo: Enfadado, tímido, sorprendido, rechazado, alegre,….y que siga con; el cómo de enfadado, cómo de tímido,…etc. -He sentido que me entregaba a la danza de una manera,....alegre, arrogante, emocionado,…. -Imitar la facilitadora un gesto que haya realizado con la mano que parezca significativo, y preguntarle: ¿qué sientes? …, o lo que haga en el momento en que se esté expresando: Baja la voz, se para, duda, se desvía,… -También pedirle concreción, pedirle que lo exprese como si estuviera ocurriendo en aquel mismo momento y en primera persona. O preguntarle ¿cómo sientes el cuerpo en este momento?, ¿cómo te sientes al nombrar determinada expresión o palabra? -Cuando el interlocutor se desvía de lo que constituye la vivencia, reconducirlo pidiéndole que siga con los siguientes detalles: ¿dónde, cuándo, cómo, qué hiciste, qué sentiste,…? En Biodanza, todo ello puede servir en algunas circunstancias aunque no hay que forzar el relato de vivencias. Más bien fomentar el diálogo en relación a: ¿Cómo te sientes, cómo estás? Es en esos momentos donde suelen surgir recuerdos de la sesión anterior. Si la persona estuvo profundamente entregada, vivenciado le va a ser más difícil recordar. Lo importante son los cambios que se van dando en cada uno en conexión con quienes les rodean. 3. Pausa entre danzas. La pausa entre danzas se realiza para recuperar el aliento, después de ciertos ejercicios muy energéticos y devolverla a su estado natural. En Biodanza, se recomienda que la respiración se deje fluir de acuerdo a la necesidad de aire que requiera el ejercicio. Sin embargo, el que lo desee también puede optar por hacerlo de la siguiente manera: Al inspirar hacerlo con poco aire y al expirar ir alargando la salida del aire, conduciéndola hacia la zona del bajo vientre o Hara. Con ello conseguimos que sea el parasimpático el que tome el relevo y toda posible tensión provocada por una sobrecarga afectiva disipe toda tensión o inflamación del ánimo. 4. Corazas y tenciones Se sabe que toda tensión (puede darse en los hombros o en otros lugares del cuerpo), no solo resulta una simple contracción muscular, sino que puede verse como expresión de “desconfianza” respecto a la vida. Este enfoque realizado en las pausas ayuda a restablecer el estado relajado, distendido. La pausa al término de ciertas danzas muy estimulantes nos permite también observar: ¿cómo estamos, cómo nos sentimos, qué cosas nos vienen al pensamiento, cual es nuestra reacción ante determinada danza, situación o contacto,…? en suma darnos cuenta del instante. Lo interesante es que la observación no nos paralice, que sea cada vez más continua, que poco a poco seamos capaces de conectar con nosotros mismos de un modo fluido al tiempo que nuestra observación se extienda hacia los demás, hacia el entorno.

f)

SOBRE LAS VIVENCIAS

He buscado por si encontraba alguna referencia de cómo abordar como facilitadora los instantes que preceden a la exposición de las vivencias. Seguidamente muestro lo que he extraído:

-Se recomienda “…una actitud de escucha activa”… pero con escasas posibilidades de cómo “responder”, “facilitar”, ”proporcionar” … -Se dice: “El relato de vivencias consiste en estimular en el alumno la búsqueda de la expresión sincera de lo que haya sentido”. Aquí se nos da la facultad de “estimular” aunque queda abierta a los recursos y consideración del facilitador. -También se nos dice: “no se trata de un diálogo terapéutico y no prevé ninguna forma de interpretación”. “…coordinar las intervenciones y procurar controlar quien se extiende demasiado”.

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-… “la descripción de las vivencias posee un valor científico, a pesar de acontecer en el interior de un individuo, utilizándose el Relato de Vivencias para tener acceso al conocimiento fenomenológico de las vivencias”. -…”Las conmovedoras sensaciones que surgen de las vivencias, tienen que asumirse, no interpretarse”. -“Las vivencias pueden ser descritas mediante el método fenomenológico. No necesitan ser analizadas a nivel de la conciencia”. -“El alumno debe describir lo que sintió y no hacer comentarios racionales o interpretativos” Tampoco se permiten críticas. La descripción de las vivencias es una forma de poner en palabras, estados interiores, y un desafío a la expresión del practicante. -“Es muy importante que el alumno se sienta escuchado y comprendido por el grupo. Esta es una forma de recibir continente de parte del grupo”. La exposición anterior me proporciona conocimientos de lo que no se debe hacer. En el apartado e) ¿Cómo reconocer la vivencia?, describo el posible enfoque que presento como facilitadora, sin merma de las directrices marcadas por Biodanza. El enfoque de cierta monografía construida a base de las preguntas de los alumnos me ha estimulado para averiguar qué es lo que mi grupo entiende por vivencia y en consecuencia por su relato. Inicialmente realizo un largo cuestionario que reconvertí en la siguiente mini-consulta para conocer qué han entendido y el interés que despierta el tema.

g) CUESTIONARIO GRUPO SEMANAL (2012-2013) Son 16 los apuntados en el grupo, aunque con frecuencia falta alguno con lo que el número se reduce. La vivencia y el relato de vivencias. 1-¿Qué entiendes por “vivencia”? … 2-Si te digo que he sentido que mi cuerpo se ha crispado cuando me he acercado a mi compañero. ¿Consideras que te hablo de una “vivencia”? Si No 3-Si yo digo, en el Relato de Vivencias que el otro día estando con una amiga me dijo que me había puesto tensa cuando vi al vecino. ¿Consideras que hablo de una “vivencia” Si No 4-¿Debería tratarse más -lo que significa, -condiciones para acceder a ella, -abordarla con más charlas sobre ella? Resultado: De 8 que han entregado el cuestionario, la mitad responden las 4 preguntas correctamente. El resto, o sea la mitad, parecen tener algunas dudas acerca de lo que se les pregunta.

h)

VIVENCIA Y RELATO

La vivencia es aquel nivel de sensaciones y emociones que experimentamos a partir de un acontecimiento, situación o encuentro. Desde ahí se entiende por vivencia aquella zona sensible de las reacciones afectivas que nunca están ausentes, en unos en mayor grado que en otros, aunque en todos siempre se imponen y nos envuelven como fuente inagotable de un devenir propio. Emergen o no dependiendo de ciertos factores de conciencia-inconsciencia, de formas de ser, introvertidosextrovertidos, del ambiente o contexto pero también dependerá de la manera en que los “otros” sean capaces de entendernos, de estimularnos a expresarnos en una cierta dirección. El grupo semanal de Biodanza, es perfecto para poder expresar aspectos que en la vida cotidiana parecen no existir, por encontrarse estos en una esfera desenfocada, como si no existieran. Apenas parecen interesar a la mayor parte de las personas, aunque influyan y, si por el contrario interesan, con 12


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excesiva frecuencia pueden estar enmarcadas en alguna doctrina o creencia. Me parece sumamente enriquecedor tener la posibilidad de mostrar de viva voz la parte más íntima y poco explorada de nuestro mundo interior, en un marco como el de Biodanza, con miras a poder avanzar en el camino del “auto-conocimiento”. Realizar sesiones de Biodanza, formar parte de un grupo durante algún tiempo, no equivale ni asegura “vivir el instante” sin entrar en pensamientos y divagaciones ajenas al momento y por tanto no asegura la vivencia. Me estoy refiriendo a un cambio en el modo de vivir estando presente, instante a instante y en lo que en cada momento se está realizando, centrar la mente sin pensar el acto, sin intelectualizarlo, solo vivirlo. Como vengo diciendo, mi interés en este trabajo monográfico, consiste en tratar ciertas claves que como facilitadora pueda emplear para hacer más accesible el llegar a la vivencia sobre todo a aquellas personas que conectan poco o nada consigo mismas. Aunque también se me plantea el hecho, y así me lo testifican algunas ideas vertidas en los módulos, que el propósito sustancial de Biodanza, en lo referente a la vivencia, es que la integración necesita tiempo y que ese tiempo da sus frutos por efectos de la propia autorregulación del organismo. Y aún así me inclino por facilitar las herramientas arriba señaladas y con ello no pretendo apartarme ni un ápice del principio rector cuyo propósito es la integración de la personalidad en sus cinco líneas de vivencia. 1. Escrito sobre el módulo “la Vivencia”, clases de Formación: 11 y 12 Dicbre. 2010 Incorporar de un modo natural lo que significa la vivencia y, en consecuencia, su relato, pasa por abordar el “aquí y el ahora”, puesto que este es un “a priori” en el que la vivencia es una consecuencia de aquel. Se accede a través del aprendizaje, ya que es difícil que haya muchas personas que vivan únicamente en el “ahora”. En Biodanza, se insta a entrar en contacto con el propio cuerpo, con la propia respiración, con actitudes corporales y contracciones musculares mientras se abandona todo pensamiento; dejando que la música penetre y el cuerpo todo responda al sentimiento y a la emoción del momento, sin que el pensamiento ponga obstáculo alguna al instante vivido, todo ello se hace posible con buena disposición y algo de tiempo. Alguien dijo que esta actitud no es compatible con la existencia diaria pero también resulta cierto que con constancia, es posible reparar en lo que se está haciendo. Un ejercicio muy sano que convierte la vida, con todo su entramado y dificultades en algo distinto, en el momento que el pasado y el futuro parecen no importar demasiado. En la práctica regular de Biodanza, se hace posible la experiencia vivida intensamente que induce a que se vaya contactando con las propias emociones. La recepción de la música, sin controlar el cuerpo y permitiendo que el movimiento surja sin pensamiento intelectual ni auto-crítica, se expresan emociones retenidas. Lenguaje, el del movimiento del cuerpo; con la música, la danza y la inducción de vivencias integradoras de alegría, ternura, erotismo, trascendencia, vitalidad,… tienen la “capacidad de expresar la identidad, modificar el estilo de vida y restablecer el orden biológico”. Son integradoras porque son subjetivas. Son integradoras porque van acompañadas de sensaciones cenestésicas. Son integradoras porque comprometen la totalidad del ser. Son integradoras porque tienen consecuencias neuroendocrinas e inmunológicas. Son integradoras porque influyen en el Inconsciente Vital. Son integradoras porque no necesitan ser analizadas conscientemente pero si evocadas. Son integradoras porque tienen relación con el comportamiento y la motivación cotidiana. Son integradoras porque fisiológicamente armonizan las funciones límbico-hipotalámicas. 2. Reflexiones sobre “los pensamientos” Son varios los aspectos que dificultan momento a momento al ser humano en su proceso de integración. La creencia de que nosotros somos nuestros pensamientos. No que el pensamiento sea una parte importante de nuestra mente, considerada la mente como una respuesta de cómo en aquel momento respondo y me manifiesto de una determinada manera, sino que “yo soy lo que pienso” Y 13


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esto, hasta lo que sé, no es cierto. El pensamiento alberga todo tipo de estereotipos culturales que se asumen sin más … condicionantes que van de lo más pueril a lo más extravagante y preocupante. El pensamiento almacena recuerdos, hábitos y todo tipo de creencias, absorbidas o fijadas en un momento determinado de nuestro devenir histórico. 3. Pensamientos, emociones y conducta. Los pensamientos son los responsables de nuestra conducta, y en cierto punto de nuestras emociones. De forma que actuamos normalmente según pensamos lo que hace que todo tipo de estereotipos culturales, educativos, ambientales, etc., se asuman acríticamente. El problema es que el pasado se instala en nuestra mente, un pasado que por no sé qué razones consigue que lo mantengamos “como si” fuera hoy y de ahí que este pasado pase a formar parte de la creencia, de que lo que pienso “soy yo”, no una parte de este yo que vivió una circunstancia y respondió con lo que creía y sabía en ese momento, sino que constituye “un todo”, un modo de ser, de hacer, o sea el inicio y el afianzamiento de la construcción de la identidad que es solo una parcela de la totalidad del Ser. Un “yo” con unas determinadas características. “De esta identificación deriva una valoración (subjetiva) que descarta una parte de la totalidad”(3). Seguimos siendo los mismos, pero atrapados en una imagen que no es por entera real. No podemos quedar instalados en esta creencia. Hay que desembarazarse y afrontar lo que somos hoy, aceptar con perspectiva resuelta lo que sí somos, alimentando esta parcela del potencial que está por descubrir pero también el que no queremos reconocer. Biodanza, ofrece la oportunidad de bucear en dos vertientes: Desarrollar los potenciales genéticos que están bloqueados y por otra obtener una visión más real de nosotros mismos. La disposión a cambiar ha de existir, la de ser conscientes de nosotros mismos de nuestras virtudes y limitaciones, de lo contrario no puede haber progreso personal ni futuro para el reencuentro con nuestro verdadero Ser. 4. Breves apuntes sobre el cambio Procurar no adaptarse a lo que otros han dicho o hecho para ser aceptados. Dejar la tendencia de echar la culpa a los demás. Antes de aceptar las ideas de los demás reflexionar y decidir por uno mismo si las incorporo a mi Inconsciente Vital. Observar la forma en que interpreto y considero los acontecimientos y situaciones que me llevan a reaccionar, a tener determinadas creencias,… ¿Qué me impide pensar, ver mi entorno de diferente manera, y obrar de forma distintas? 5. Biodanza como práctica inductiva Inicialmente mi visión de Biodanza, era que de algún modo conectaba con la práctica del yoga meditativo que antes que Biodanza, estuve practicando, por varios años. Dejar que se produzcan los efectos y que al igual que en el sistema de Biodanza, proporciona determinados beneficios. En principio eso fue todo hasta llegar a la Formación. Ya en esta, aunque mucho más tarde, recuerdo que se nos dijo lo interesante que podría ser realizar alguna terapia, podía ser la gestáltica u otras similares. Me preguntaba del por qué si ya hacía Biodanza. Sin duda, Biodanza abre el camino a una mayor integración y otros beneficios del orden tanto síquicos, físicos como neurológicos pero como facilitadora importaba un trabajo personal más profundo. Estoy de acuerdo. Para mí uno de los aspectos sobre los que me interesa el tema de esta monografía y que espero poder incorporar y lleguen a formar parte de los conocimientos como facilitadora, es ampliar el marco de cómo llegar a la vivencia. Y en este sentido tal como lo vengo exponiendo apunta a mi deseo de proporcionar información adicional, de la ya existente. En las primeras sesiones realizadas en Biodanza, hacia el año 2007, oía decir que nuestro principal problema era que pensábamos demasiado. De lo que deducía que si quería de algún modo favorecer mi 14


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progreso en Biodanza, mejor era no pensar, por lo menos, tanto. Mi pensamiento se ralentizó bastante desde el momento en que, de un modo continuado, practiqué Biodanza, a pesar de que mi valoración sobre las personas pensantes continuaban siendo las mismas. Sinceramente, creía que gracias a ello había sobrevivido a los acontecimientos familiares. Así lo entendía. ¿Por qué iba a cuestionar lo que me había ayudado? Se me decía esto, una y otra vez o así lo entendí; no hay que pensar. Sin duda se decía algo más que he olvidado o de lo cual yo no reparaba. Posiblemente. No obstante, lo importante era que desconocía como podía llegar a no pensar en el sistema de Biodanza, de modo que pudiera obtener mejores beneficios en las sesiones regulares. Comprobé la necesidad de tener cierta actitud para lograr una vivencia más plena y esclarecedora. “El verdadero mensaje no es dejar de pensar, sino dejar de analizar las vivencias, con ideas que bloquean las emociones y generan culpabilidad” Cecilia Luzzi …”Muchas técnicas orientales junto con sus mecanismos de funcionamiento tienen una misión única; llevarnos más allá de la mente”(4). “La mente encierra todos los procesos mentales entre ellos el pensamiento”(5). Sin embargo, parar la mente mientras se danza siguiendo el protocolo de Biodanza, es decir, realizar movimientos del cuerpo guiados por la música podemos considerarlos tan beneficiosos como lo es también el Tai-chi. Ambos tienen mucho en común y son positivos a nivel de ralentizar la mente, de serenarla. Para una mayor profundización es necesario de un maestro que aleccione a sus discípulos para hacer posible que la práctica, a pesar de sus otros beneficios, no sea considerado por algunos tan solo un mero ejercicio físico. Los ejercicios en Biodanza, están pensados para conseguir la integración de la persona a nivel fisiológico, energético, neurológico y existencial. Están bien demostrados los beneficios que se consiguen en la práctica de Biodanza. Obtener una mayor comprensión (a nivel cognitivo) de cómo llegar a la vivencia, también de cómo cultivar los pensamientos positivos e integradores y de algunos aspectos referidos a la identidad, son todos ellos instrumentos enriquecedores como facilitadora.

i)

LOS PENSAMIENTOS.

Los pensamientos son sin lugar a dudas lo que nos conduce a un círculo vicioso al provocar un continuo girar y girar sobre esto y lo otro, mezclando pasado y futuro que nos impiden estar plenamente aquí y ahora. ¿Cómo puedo salir de este círculo cuando estoy dando credibilidad, valor a mis pensamientos, cuando creo en ellos, cuando creo ser ellos, lo que es lo mismo me identifico con ellos ? . “Pienso que veo y no veo que estoy pensando”(6). Por otra parte, los especialistas de la mente nos dicen que “lo que las personas piensan, creen, sus premisas básicas, determinan o pueden generar (…) perturbaciones emocionales”(7). Desde el momento en que se está interesado en iniciar un proceso de desarrollo personal, sea este cual sea, es importante la vigilancia de los pensamientos, no olvidando el vínculo entre estos y la emoción. La mejor manera de conseguir que los pensamientos no nos controlen será en el momento en que “exista la vigilancia, la conciencia y naturalmente, la disociación o la no identificación con los pensamientos”. Puede parecer una tarea ardua y difícil y sin embargo, posible, si tenemos en cuenta por ejemplo de que cualquier asunto que no se base en nada real deviene de lo que se denomina pensamientos inútiles, nocivos, que indican que todavía no se ha producido el tan esperado control de la mente. Un temor recurrente viene a la mente una y otra vez con las especulaciones más sombrías sobre lo que nos pueda pasar en el futuro. Y nos sumergimos en todo tipo de pensamientos negativos, basados en muy pocos datos. ¿Qué podemos hacer? Ante todo no reprimir estos pensamientos, dejarlos que afloren a la conciencia para poder examinarlos. 15


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Entonces podemos prestar atención en cuáles son los pensamientos basados en hechos reales y cuáles son pura invención. Al observarlos, al convertirlos en objeto de nuestra atención conseguimos detener las cavilaciones, la desazón, y todos aquellos pensamientos negativos que nos embargan. Parece muy difícil dejar de pensar mucho tiempo seguido, pero aprender a abandonar los pensamientos acerca del futuro y la frecuente obstinación en divagar es mucho más fácil de conseguir de lo que en principio puede parecer. Sabemos que los pensamientos se alimentan de energía. Este es el modo en que crecen y se apoderan de la persona si no los controlamos y les ponemos coto. La condición previa para cambiar es la capacidad de disociarse de este tipo de pensamientos, es decir, los que no se basan en hechos reales y acaban convirtiéndose en preocupaciones. Al principio al tratar de apartarse de los pensamientos negativos que no están basados en hechos reales puede parecer complicado, sin embargo, si no cejamos, si cuando aparecen somos conscientes y no nos dejamos arrastrar poco a poco van desapareciendo. Una mirada consciente los debilita y más si vamos comprobando si los pensamientos que aparecen son o no eficaces. ¿Nos conducen a algún sitio? ¿Por qué y para qué alimentarlos antes de conocer lo que realmente ha sucedido, o va a suceder? Por otra parte, ¿cómo detectar qué tipo de pensamientos son mera imaginación y qué otros no? La respuesta es sencilla, cuando estos pensamientos no nos lleven a una situación concreta y se disponga de toda la información. De este modo podemos poner fin a todos aquellos pensamientos que nos apartan de la realidad de los hechos. 1. Tendencia natural de dejarnos arrastrar por los pensamientos En general hay dos líneas de actuación basadas, una de ellas, en observar aquellos aspectos de la realidad que no deseamos ver y para ello los apartamos de nuestra conciencia (debajo del umbral de la conciencia). Estos no desaparecen están ahí y esta realidad rechazada conscientemente actúa como un fermento nocivo que impide estar relajados, a gusto con nosotros mismos. Otro aspecto a tener en cuenta es la de tomar la decisión a pesar de lo imposible; ¡de no dejarnos arrastrar por los pensamientos! Esto puede parecer un chiste pero favorece el permanecer tranquilos, alegres, bien instalados en un sentimiento estable de serenidad. Otro modo es el de salir de la cabeza para situarnos en el corazón o en la boca del estómago donde se ha descubierto recientemente que tenemos otro corazón. Esto ayuda mucho pues se llega a escuchar un lenguaje diferente al de la cabeza. A veces cabeza y corazón comparten el mismo lenguaje; el de la emoción, el del afecto pero también puede que se tenga una cierta visión de una situación que, de vez en cuando, sea justa, mucho más justa y que esté más cerca de un sentimiento de apertura. Un ejemplo concreto podríamos encontrarlo en la inquietud por el futuro de un hijo o un familiar. Logramos desprendernos cuando nos abrimos, cuando vemos las cosas menos pesimistas, confiando en la vida. Sin embargo, la emoción, en muchos casos, nos hace ver las cosas altamente maravillosas o por el contrario conducirnos a conclusiones catastróficas. Sabemos que un alto grado de emoción incapacita la visión o también según estemos instalados en nuestra afectividad, la misma realidad, las mismas perspectivas de futuro, se considerarán con inquietud o con sumo placer. Hay que reconocer cuando la misma realidad es vista con esperanza y otras con una mirada llena de inquietud. ¿Cómo averiguar cuando es una y cuando la otra? Parece también en esto que la respuesta justa es aquella que señala de un modo claro y contundente: Cuando el pensamiento nos conduce a la visión que corresponde al sentimiento relajado, feliz y la falsa aquella que corresponde a una emoción negativa e incómoda. Para llegar a comprender todo esto hay que llegar a ser dueños de la situación, darnos cuenta de cómo vamos de una visión a otra a partir del mismo indicador que por momentos nos preocupa o nos intranquiliza. Solamente podemos realizar este trabajo conscientemente, dándonos cuenta de cuan diferente es nuestro pensamiento cuando estamos relajados abiertos a cuando estamos inquietos, 16


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preocupados. Cuando estoy serena: veo, cuando la visión se rebela pesimista: pienso. Todo pensamiento que alberga alguna emoción podemos considerarla errónea. Nos confunde o nos conduce por caminos erróneos. Podemos y debemos eliminarlos, nos ahorraremos sufrimiento y gasto de mucha energía. 2. Pensamientos negativos. En los pensamientos negativos como en todos aquellos otros que surgen para compensar nuestras carencias hay que observarlos en vez de negarlos este puede ser el camino que permite no desviarse de vivir en la realidad. Por otra parte sentir cada vez más finamente, conectarse consigo mismo, contrarresta eficazmente la esclavitud de los pensamientos nos ayuda de forma muy eficaz a estar más plenamente presentes en Biodanza. Sentir, experimentar, es vital, poniendo emoción en lo que sentimos. Estar atentos a las sensaciones es como para el sentimiento, ambos son esenciales. El método siempre consiste en darse cuenta de cuando estamos dejando que los pensamientos se adueñen de la situación, de nuestra voluntad y que son ellos, los pensamientos, los que nos conducen. Es ahora cuando no veo, he abandonado la realidad. Hay que detener este proceso. El pensamiento discursivo puede ser un impedimento a este estar presente, en el aquí y el ahora, a vivenciar todas las posibilidades que ofrece Biodanza.

j)

A MODO DE PREGUNTAS Y RESPUESTAS

Antes del inicio de esta monografía accedo a varias de otras facilitadores. Una de ella me llama la atención (8). Se basa en preguntas formuladas por grupos de Biodanza, en Barcelona, y en su respuesta. Varias preguntas tienen que ver con la vivencia y su relato. Transcribo: -¿Por qué no se debe responder a lo que alguien relata en la vivencia? -¿Por qué no se da un apoyo o un seguimiento a los procesos, vivencias o emociones que surjan en los participantes durante las sesiones de Biodanza? -¿Por qué no se respecta que un “relato de vivencias” sea un relato de vivencias de lo que uno siente (profundo, comprometido) y terminan contando que hicieron un curso de reki, fueron a ver un espectáculo o que se yo? -¿Por qué en Biodanza se elude hablar de la emoción…? -Interesante el nombre que recibe el facilitador, no enseña nada. -¿Puedo descubrir aspectos nuevos de mi persona? El interés al mostrar algunas pocas de estas preguntas se debe al hecho de que sepamos que ciertos grupos muestran extrañeza cuando el facilitador en el relato de vivencias no aporta nada, ninguna respuesta. Como facilitadora cuando acaban de expresarse digo.” Muy bien, gracias”. O, “Lo que acabas de decir es sumamente importante, tenlo en cuenta” Otra facilitadora conocida suele preguntar al acabar la exposición: “¿Quieres decir algo más?” El hacer preguntas permite, como es obvio, no solo averiguar las dudas y opiniones, sino que puede conducir a que se traten aspectos de interés para determinadas personas pero también para el grupo. 1. La autorregulación Nuestro organismo tiende a la autorregulación de una manera autónoma. Esta manera propia no excluye el que lo dejemos que se cuide a sí mismo, sin interferir en este proceso, de ahí que la vivencia, vivida en toda su plenitud pueda llegar a ser curativa. Dejar que el propio organismo se haga cargo confiando en su sabiduría nos muestra una y otra vez sus necesidades, impulsos, asuntos inconclusos, ideas caducas, rechazos, etc., y la vivencia a la cual se hace referencia, la herramienta integradora.

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Es muy importante dejar que nuestro organismo se autorregule porque por ese medio aparecen a nuestros ojos y sin esfuerzo algo que a veces no sabíamos y otras aun sabiendo, apenas nos habíamos dado cuenta. No es que el organismo tome decisiones lo que hace es que siempre trabaja sobre la base de sus necesidades reales. Siempre nos habla aunque con excesiva frecuencia desoímos esta llamada. Estamos demasiado ocupados con todo tipo de asuntos que impiden la escucha. 2. Despertar Existen medios para descubrir ciertas franjas de nuestra vida que desconocemos o no queremos ver. Tratar de contactar más con uno mismo y con el mundo desarrollando la capacidad de darnos cuenta (consciencia) se consigue enfocando tres zonas bien conocidas; la interna, la externa y la intermedia. Por interna nos referimos a la auto-observación de uno mismo, a la captación de las sensaciones térmicas, cenestésicas, los sentimientos que afloran y su evolución. Un mirar hacia adentro como antídoto a las distracciones de afuera. La externa corresponde a la conveniencia de optimizar los sentidos, devolverle su función perceptiva con la que podemos captar la realidad del entorno tal cual es, en lugar de imaginarla, interpretarla. Recuperar la vista, el oído, la piel y todos los demás canales sensoriales con los que nos orientamos en el mundo, despertar a los sentidos y dejar de lado las maquinaciones de nuestra mente, los prejuicios, los recuerdos y fantasías que lo único que hacen es empañar la realidad. Y por último la zona intermedia, aquella que es necesario tener en cuenta de un modo consciente, zona que todos tenemos y que se refiere a la fantasía, al sueño, al mundo de la ilusión, de la imaginación y la creación pero también de las divagaciones. Hay también diferentes niveles de este estar presente, más allá de Biodanza, percatándose de cómo son para nosotros las cosas. Una de ellas es la de cómo enfocamos los problemas de la vida, tomamos conciencia en ellos. Un ejemplo sería estar atentos a qué ocurre cuando hablo, que relación mantengo con las personas de mi familia, del trabajo, etc. Otro nivel algo más afinado de conciencia, y que requiere de un mayor distanciamiento interior es la de darse cuenta de lo que nos resistimos o no estamos dispuestos a enfocar; sentimientos que aparecen en un determinado momento o de la intención de lo que estoy hablando, etc. Con la práctica nos podemos ir dando cuenta de los patrones que usamos, de lo que no queremos ser conscientes, de cuál es la estructura de nuestro carácter. Todas estas consideraciones nos remiten en última instancia para que mantengamos en nuestra vida diaria este estar despiertos. Esta capacidad es una capacidad que podemos desarrollar siempre que tratemos de estar abiertos a todo aquello que va surgiendo, y nos referimos tanto a las sensaciones físicas internas como los pensamientos que aparecen mientras escribo y que pasaron ayer. Toda esta apercepción aparece cuando disolvemos las tensiones musculares, los bloqueos, los pensamientos fijos, las preocupaciones por aquello o lo otro. Si fuéramos conscientes de lo que estamos haciendo al recordar, anticipar o interpretar no habría nada malo en ello. El problema consiste en que todo ello lo reemplazamos con lo que pasó ayer, o hace una hora, de manera que no vivimos enteramente el momento presente, aunque todo ello irrumpe en el instante presente. Existe una resistencia en cada uno de nosotros de no vivir centrados en el presente. Nos resistimos y manipulamos nuestra experiencia. Si por el contrario cuando practicamos Biodanza, y si es posible durante el resto del día, siendo sensibles al momento presente, a dónde quiera ir nuestra atención, habrá un flujo síquico energético particular, del que aflorará la espontaneidad y un dejarnos ser. Este retrato no está separado de la integración porque lo único que puede ser denominado un sí mismo es cuando estamos integrados. La no identificación con lo que va emergiendo, conseguido por una especie de testigo mudo que observa y que tiene mucho que ver con la orientación meditativa oriental.

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LO QUE SE PROPONE BIODANZA.

Biodanza, propone un cambio de actitud ante la vida, más fluida y libre, de transformación interna, de crecimiento personal y lo consigue mediante la vivencia. Los medios que utiliza son todos ellos gratificantes. Al no estar Biodanza, directamente enfocada como terapia y sí hacia la parte sana de la persona; la música, la danza, el contacto, el grupo,… permite enmarcar todo el trabajo, tanto teórico como práctico, hacia un sutil desenvolvimiento de algo mucho más difícil de conseguir, el autoconocimiento, la auto-estima, el asumirse tal cual se es. Las condiciones en que se desenvuelve Biodanza, son cómodas y gratificantes para todos porque desde el primer momento se experimenta el placer de vivir, el placer de danzar la vida y esto produce cambios, que en diverso grado en unos y otros se perciben, de forma sutil pero sustancial, cómo nos ha mejorado el humor, el sistema vital, emocional y afectivo. Sin embargo, los temas teóricos destinados a que conozcan cómo y por qué se realizan los ejercicios, además de los fines u objetivos de Biodanza, permite poco a poco que los alumnos se mantengan sin temor, ni falsas barreras, a lo que es el fondo sistémico y holístico de esta disciplina. El practicante experimenta en un grado de vivencia aceptable cada una de las cinco líneas de vivencia con sus correspondientes beneficios, sin embargo no presupone en modo alguno alcanzar el grado de vivencia al que en todo momento aludo y me interesa trabajar. Ha de haber una disponibilidad y voluntad que puede no darse en según qué personas. Y puede no darse, no por mala voluntad, simplemente por el desconocimiento de cómo acceder a la vivencia.

l)

COMO FACILITADORA EN EL RELATO DE VIVENCIAS.

Según se instruye en Biodanza, las vivencias se comparten comunicando al grupo, en primera persona, la experiencia que se ha tenido en la sesión anterior o alguna situación vivida relacionada con los cambios que se obtienen a través de Biodanza y el relato de vivencias consiste en todo lo que tenga que ver con percatarse, darse cuenta, descubrir,… en cómo se ha reaccionado a determinado estímulo, situación o contacto,… ¿Cómo siento el cuerpo, me reprimo, me expreso,…? Biodanza, nos dice que “constituye una fenomenología hablada en la (…) que se describe algunos aspectos íntimos (…) una revelación de los procesos más relevantes de su experiencia interior durante (determinado) ejercicio” “que permite revivir emocionalmente una vivencia ya experimentada, y la de establecer un vínculo (…) de comunión (con el grupo)” Además favorece que la vivencia se prolongue en el tiempo y con ello “aumente la conciencia de la experiencia vivida” al asumirla como propia, lo que refuerza la identidad o el sí mismo dentro del grupo. El cometido como facilitadora es “estimular en el alumno la búsqueda de la expresión sincera de lo que haya sentido durante la vivencia”. Teniendo en cuenta que no es un diálogo terapéutico del que posteriormente se acompaña una interpretación, se nos recomienda que hay que evitar cualquier juicio o crítica, interpretación o razonamiento que pueda representar condena a la experiencia de los demás y ni tan siquiera conviene decir lo bien que lo está haciendo, porque puede frenar a que la persona continúe explorando su experiencia. Aceptar y reconocer la experiencia de una persona obliga a no emitir juicio alguno sea positivo o negativo porque todo juicio propio o ajeno frena la exposición de los hechos, al ser producto de la actividad de la mente racional. Sin embargo, en algunos casos, puede ser favorable explorar la experiencia. Conviene reconocer la diferencia entre experiencia propia y juicio. Si digo “me siento incómoda” es una experiencia, sin embargo, si digo: “es un disparate lo que has hecho”, esto es un juicio. Juzgar es criticar y condenar una experiencia, mientras que si yo manifiesto cómo me siento sólo será “una experiencia”.

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Monografía de titulación: LA VIVENCIA Y SU RELATO

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Ahora bien, el relato de vivencias no tiene nada que ver con la historia personal, conflictos, contexto, identidad, etc. La vivencia, se desliga de todo lo que no sea la pura vivencia al no contextualizarla, pues no narra, no explica, no interpreta. La vivencia se sitúa en un lugar neutro, de manera que lo expuesto, señala algo vital y sustancial referida al darme cuenta mientras realizaba tal o cual danza, o en tal o cual momento de la sesión, o a lo largo del día. Lo que ha aparecido a nuestra conciencia, lo es de un modo distinto de aquel que normalmente me apercibo de las cosas y que me permite comprender aquello como si lo viera por primera vez. Esto es de lo que se trata, exponer solo lo que aparece a nuestra mirada, respecto a nosotros mismos, siendo que antes lo sabíamos pero no lo veíamos con la misma claridad. Esto es lo realmente vital para compartir con el resto del grupo. Este enfoque nos permite exteriorizar en el relato de vivencias lo que hemos sentido; rechazo, plenitud, toda la amplia gama de sentimientos y emociones,… también apercibirme de cómo soy; respondo a cierto estímulo, me reprimo,… que todos nosotros reconocemos por haberlo experimentado alguna vez, unas veces de modo consciente y otras muchas no, sin que por ello se experimente la desagradable sensación de desnudarnos delante de todos. No me extraña, como facilitadora, que aparezca en los participantes la censura interior u otros mecanismos de defensa del ego. Lo más importante de este enfoque es que se trata de explorar la propia experiencia, haciéndonos responsables de ella, sea cual fuere. En resumidas cuentas, buscando los detalles más significativos de la vivencia, no las razones, ni las excusas, defensas u otros artilugios que afloran cuando la vivencia la enmascaramos en un contexto que cubre por así decirlo la “verdad” descubierta. Nosotros mismos somos los terapeutas por lo que si queremos adentrarnos en el camino del auto-conocimiento, no valen desvíos, hay que plantar cara a lo que aparece en la conciencia, sin temor, censura o crítica. 1. Modos o maneras de centrar la vivencia Hasta ahora la consigna es un buen momento para focalizar la atención hacia lo que voy observando cómo facilitadora en las sesiones anteriores. No obstante, hay que ir comprobando la mejor manera de hacerlo, eligiendo lo mejor posible las palabras, centrando el cómo pero también el por qué ante el corto espacio de tiempo que se nos recomienda emplear. Por lo que se refiere a su relato en la sesión siguiente, facilita el poder reflexionar previamente; a evocar, a relacionar hechos y situaciones que permiten tomar conciencia de cuales son algunos aspectos que merecen ser trabajados. Puede ser que averigüe del por qué me ocurre esto en el trabajo, o en mi relación con los parientes y amigos; zonas de mi vida que me producen desajustes, disgustos sin conocer los motivos. Utilizando el lenguaje verbal que no es más ni menos que una abstracción, un símbolo que tiene que ser elaborado previamente por la inteligencia, señalamos la vivencia, la damos a conocer no solo al grupo, sino a nosotros mismos porque a través de todo este proceso mental pasa definitivamente a la conciencia lo que nos revela la vivencia. 2. “Ayuda” La tendencia natural de ayudar a otras personas tiene un doble rasero. Dejando por un momento a un lado esta tendencia que debe frenarse, ya que puede dejar entrever la necesidad propia de ayuda que se traduce en proteger, calmar, etc. a una persona que lo está pasando mal. Este volcarse hacia la otra persona impide que vivencie plenamente su tristeza, rabia, enfado. En cambio, si le damos “continente” permitiendo que exteriorice y experimente plenamente su malestar, la persona puede llegar a aceptarlo, integrando la experiencia como parte de la totalidad de su vida. La persona cuya tendencia es la de “ayudar” presenta un cuadro sicológico de “fuerte sentimientos de desamparo”. Hay que explorarlos antes de pretender “ayudar” a los demás. Sabemos que la persona que tiene dificultades en un momento de su vida no significa que sea débil. En estos casos la mejor ayuda es orientarla a que tome mayor contacto con su propia vida. Hacerle ver que esta necesidad de ayuda, teniendo en cuenta toda la energía que malogra para conseguirla, puede entrever el deseo de manejar a los demás o bien que no quiere hacerse responsable de sus actos. Esto 20


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implica para la persona solicita y tierna a ser manejada. Cada uno ha de asumir su responsabilidad sin falsas expectativas. Cuando en el grupo aparecen algunos de sus componentes en demanda de ayuda, la mejor y adecuada “ayuda” es la de que se movilicen hacia la consecución de sus fines, a que se percaten de su propia experiencia, sentimientos, dudas,… insistiendo en que exploren su propia experiencia y se hagan responsables de ella. Hay que frustrar ese eludir que se traduce en pedir ayuda y el mejor modo es el de que profundice, explore sus sentimientos, sus dudas, sus temores a través del darse cuenta. La mejor forma de actuar como facilitadora es no queriendo averiguar causas y razones, tampoco interpretar, dar explicaciones, todo ello son modos de comprender cuando en realidad actúa la mente o la fantasía evitando llegar a lo único que importa: la vivencia. De modo que lo único que hay que hacer es la de facilitar el que se tome mayor contacto con la propia vivencia, buscando los detalles, no las razones. ¿Cómo te sientes?. ¿Qué estas vivenciando?. ¿Qué te está pasando ahora?. ¿Te has dado cuenta que te has desviado? ¿Qué sientes físicamente?. Eliminar cualquier cosa que interfiera en lo que ha constituido ese despertar o darse cuenta, tanto por parte de la facilitadora como por parte de la persona que tiene la palabra evitando “que caiga en razonamientos o interpretaciones”. Confieso que todavía me resulta difícil Interrumpir a la persona que tiene la palabra cuando su exposición resulta una combinación de la vivencia; interpretación, situaciones pasadas, relato, etc., o sea una amalgama de aspectos variopinto. Canalizar, orientar a este tipo de personas que emplean estos momentos para desahogarse, no me resulta fácil. Con el fin de ponerle coto, al inicio recuerdo los principios básicos sobre los que se asienta el relato de vivencias. Ciertos componentes del grupo parecen o no quieren darse por aludidos y vuelven una y otra vez a lo mismo. Al reconocerme habladora y saber que necesito tiempo para expresar lo que quiero decir, soy sensible a las personas que manifiestan su deseo de expresarse y rechazo en principio interrumpir a la persona. Sin embargo, al estar en un grupo y sentir lo que está pasando busco la manera de atajar su exposición, que no vivencia, sin que provoque reticencia.

No resulta fácil conseguir que todos en el grupo y en los momentos en que se relaten las vivencias, participen sin mostrar resistencia, censura o bloqueo Vencer la demora en participar, evitar desvíos hacia la explicación, razones y hechos que ponen una pantalla opaca entre la vivencia y las palabras, permiten comprender cómo ha sido el nivel de lo vivenciado, cual es el estado emocional,… Por este motivo cambiar a menudo el cómo entrar en esta etapa de la sesión equivale a poder introducir, como en la consigna, un flujo y dinámica favorable a la intervención. Características de preguntas que se pueden formular en el Relato de Vivencia. ¿Cómo te sientes, te ves, qué tienes dentro, qué te ha sucedido, qué existencia tienes,…? ¿Cómo eres, a qué cosa te resistes, qué piensas; cómo son, cómo actúan, qué hacen, cómo te sientes con estos pensamientos, cómo reaccionas con determinados pensamientos,…? ¿Cómo te sientes cuando alguien te ha tratado mal, cuando no te escuchan; se burlan, se enfadan,…?

Rosmary Enrich

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