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José Luis Vallejo Marchite

Y SIN EMBARGO, TÚ (Lima, 2011)

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A mi alumna Marisela MartĂ­nez Scheelje, que tiene alma de poeta.

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LO QUE DEJÉ POR TI Dejé por ti, cuando el invierno acecha con anclarse en mi vida, aquella tierra hija del mar, mis años más fecundos de amor, de poesía. En las arenas de aquel mar sin caballos dejé todo lo que era mío solo por tenerte: en la sombra los ojos; en vigilia esta pasión en la que ardí por verte. Dejé un temblor de olivos y palmeras, un beso hecho de luz en cada rosa y, desvelada hasta morir, mi pena. Y dejé lo que fui. Por eso asoma por detrás de mi yo lo que aún me sobra después de dejar todo: mi pobreza. Lima, 6-5-2011

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REGRESO He regresado a esta luz cansada del verano limeño. En mi memoria, el eco de encuentros anteriores, el fulgor de los días, el fascinante hechizo de las noches y esta sensación vaga de no saber, amiga, dónde hallarte. De noche las ciudades desorientan con sus luces borrachas y el silencio de las calles vacías. Por eso hay que aprender a caminar completamente solos. Mientras voy recordando cómo arderán las calles bajo el intenso sol de mediodía, en silencio hago mía esta dulzura con que la noche cae sobre esta indescriptible ciudad que hacemos nuestra. Lima, 8-5-2011

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LUZ CANSADA Vuelvo a escuchar tu voz. La soledad me dictó las palabras que fui yo recogiendo en estos versos cuando la sombra se instaló en mis ojos y degusté de nuevo su sabor agridulce. Al despertar, mis manos no aguantan tanta luz, esta luz agria del verano en Lima que amenaza al amor. Y pienso que sería el dolor su más fiel depositario. Pero yo no soy quién para impedir que ese halo luminoso nos acose ahora que empiezo a ser de nuevo huésped de la ciudad. Persisten los recuerdos vivos de aquellos días y de aquellos lugares donde encontramos, en la tarde, un sitio exacto frente al mar y la conversación se nos iba volviendo lentamente

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azul como tus ojos, maravillosa mímesis en el fulgor opaco de las horas. Ahora sabemos que en la luz cansada de la tarde regresan a los labios las palabras más ciertas, que cabe la alegría en el ámbito breve de un silencio oportuno, que son nuestros deseos quienes inventan islas y que queda “en tu voz el poso eterno de todo lo que ardió”. Lima, 11-5-2011

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CONFESIONES Ahora que el invierno se abre paso a manotazos. MARISELA M. SCHEELJE

No te pude encontrar porque yo te esperaba más allá del invierno; lejos de esta ciudad de cielo gris; más allá de los libros, de los amplios salones y los pasillos lentos de la universidad. Yo te esperaba, aunque es extrañamente hermoso estar aquí, bajo la cálida luz de verano, en una playa del Mediterráneo. Hoy te espero por detrás de los parques donde la sombra acecha, por encima de todo lo que he sido. Y seguiré esperándote más allá del amor y de la muerte; más cerca de esta tierra,

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de esta luz de ceniza casi enferma; de las últimas hojas del otoño que avanza, sigiloso, al ritmo de mi vida y de tu vida, y del tiempo que huye; por detrás de los acantilados del recuerdo. No temas, pues, ahora que el invierno se está ya abriendo paso a manotazos, porque la luz araña todavía suavemente los árboles vestidos de amarillo y el corazón intuye lo que falta por ver. Deja que nuestra vida aprenda, de una vez, a vivir este invierno en las palabras; deja que el tiempo cubra el nombre de las cosas, que siga golpeando las paredes de nuestra intimidad. Y no regreses nunca “a la casa del frío”. Lima, 19-5-2011

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CUANDO LA NOCHE NOS SORPRENDE …pisar las superficie helada de los charcos. LUIS GARCÍA MONTERO

Aquí nunca es posible pisar la superficie helada de los charcos porque llueve muy raramente y el frío no es intenso. Ahora comprendo por qué el amor no se cobija bajo los paraguas y el corazón se lava en la garúa del atardecer. En las calles, sombras fugitivas y siluetas sin voz, cuellos alzados, restaurantes a media luz; apenas, en la noche, un sueño mal vivido en la vecina calle de las pizzas, que se llena de gritos y mentiras, de muchachas que surgen de la niebla con sus voces de niebla para ser convincentes. Saben medir a tiempo sus miradas tras el sucio prestigio de los uniformes.

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Al rechazar con algo de vergüenza su reiterada invitación, me pregunto: ¿Qué pensarán de mí? ¿Acaso que me asusta la media intimidad de sus terrazas públicas? ¿Tal vez que es imposible abandonarse apenas un instante “a la hermosa presencia de tu respiración?” La noche nos sorprende “con una sensación de humedad en los ojos” que nos salva de una memoria ciega y de la inmensa herida que abrirá la distancia antes de que de nuevo se nos colmen “los labios de ceniza”. Lima, 19-5-2011

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AMARSE EN LA MEMORIA En todas las ciudades suele haber bancos donde la gente espera. Yo te sigo esperando. Por detrás de tus últimas palabras, llegas con la mirada y la sonrisa cómplices diciendo que no es fácil acudir a la cita de las cinco, hora en que empieza a ser definitiva la soledad. ¡Qué difícil resulta detenerse en lo exacto! Como ocurrió otras veces, el autobús tiene la culpa, nunca esos zapatos de tacones altos, martirio de tus pies y las aceras, o el tiempo que dedicas, cada día, a inspeccionar el precio de las últimas novedades llegadas de otros mundos. Hoy te adivino tensa. Tal vez hubieras preferido no encontrarme y seguir, calle arriba, paseando,

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aguantando esta lluvia tan extraña sobre tu piel. Ha llovido también sobre mi espera, y mis preguntas sin respuesta respiran humedad. Me consuela pensar “que también es hermoso amarse en la memoria”. Lima, 19-5-2011

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RECUERDOS Al mirarte, recuerdo aquel miedo al invierno, aquel brillo asustado de tus ojos, aquel desasosiego del amor oprimido, “cuando la tarde derrama su cansancio sobre la ciudad”. Yo había regresado de la tierras altas de Cajamarca, donde la luz caía, implacable, sobre mi piel. Se me hacía difícil, en la altura, avanzar por las calles falto de tu presencia acostumbrada. Pero te amé en la lluvia y el aire frío de la madrugada; en las cumbres altivas de Cumbe Mayo, donde se negaba “el tiempo a ser piedra sin fecha”. Allí no era posible decirte las palabras que hoy te digo. Y me acogí al silencio, solo atento a sorprender en las serranas flores un color semejante a tu sonrisa.

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Hoy, bajo esta garĂşa que sume a la ciudad en el olvido, me entrego sin tristeza a tu recuerdo. Lima, 20-5-2011

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DESPERTAR … no es posible recurrir a un presente hecho de soledad. ELOY SÁNCHEZ ROSILLO

“El libro abierto huele a madrugada” porque anoche te quedaste dormida sobre él. Al despertar, era el libro en tus manos un proyecto de herida: no te quedaba tiempo de preparar tu examen de Historia de la Lengua. Y regresaste al fondo de tu soledad. De pronto, he sorprendido en tu mirada un resto de tristeza fugitiva que, inteligentemente, tratabas de disimular con un lindo mohín, sin conseguirlo. A veces he pensado que es la vida tu cómplice porque sabes sacarle rendimiento a pesar de que aún haces de las quejas el ropaje cansado que te oprime.

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Te recuerdo estas cosas en la verde campi帽a de La Colpa, buc贸lico rinc贸n, lugar tranquilo, desde donde, pensando en ti, doy al olvido para siempre el presente hecho de soledad. Lima, 20-5-2011

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OTUZCO Hace algún tiempo estuve, frente al mar, mojándome los ojos en la espuma. Tú, toda azul, estabas junto a mí. Hoy, solitario, habito la altura de estos cerros contemplando, asombrado, las centenarias Ventanillas de Otuzco”, en las que en otro tiempo reposaron sus muertos. Están como a un tiro de piedra de Cajamarca “sobre un curvado cuenco milenario”, silentes, cavadas en la roca. Alguien nos dejó escrito: “Cajamarca es una cavidad amplia y cansina horadada con verde en la carne del ande”, con su cielo plomizo en época de lluvias, intenso azul turquesa si no llueve. Te dije: Acompáñame, en la mañana soleada, hasta la Plaza de Armas,

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por la encendida calle de Atahualpa, el gran cacique inca, que en vida se bañaba en un hueco empedrado rodeado de ñustas, mientras aquel ayer marino se convierte para los dos en un eco finísimo. Hoy llevo el corazón lleno de piedra después de haber soñado que era víctima de la persecución de los Frailones, pétreos monolitos en el mundo impasible de Cumbe Mayo, y que era la muerte quien me acosaba desde la memoria. Pero tú estabas lejos, en la ciudad que al terminar otoño tiene los ojos tristes. Casi sin esperar a que la noche se me haga una certeza, ando en busca de ti. Necesito, para olvidar, la música que cada vez compones al reírte; el calor de tus manos cuando apresan mis manos, el dulzor de tus labios si haces míos tus besos. Solo la soledad me dicta versos tristes.

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Y he vuelto a ser “fugitiva tristeza”, una vez más. Apenas si respiras. Solo escucho, esta noche, el lejano jadeo de tu pecho en mi pecho. Por eso mis palabras no conservan el calor de tu cuerpo cuando habla. Y sigo, sin su voz, teniendo frío. Lima, 21-5-2011

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TESTAMENTO Antes de estar de nuevo contigo y entregarte mis versos derrotados; antes que el viento barra la hojarasca de mis palabras, dĂŠjame grabar sobre tu piel mi testamento. Me tomarĂŠ el tiempo necesario ahora que nadie pasa enfundado en sus chompas y bufandas de alpaca. La gente, a pesar del domingo, camina triste. Algunos estĂĄn llegando tarde de una fiesta sin mĂşsica, pura sombra y bostezo, arrogante protesta y voz nublada. La noche ha sido larga para sus vidas maltratadas, para la miel ignota de su libertad. No te puedo dejar joyas ni plata, solo estos pobres versos y el temblor silencioso

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de la mirada cálida que utiliza mi amor cuando te mira. Recuerda que he cruzado la desmedida realidad del tiempo por verte. No permitas que “el humo de mis huellas” haga daño a tus ojos “que están llenos de selvas” por las que me he perdido tantas veces. No corras tras el perfume inútil de un desconocido. Deja que la memoria amable del pasado se haga canción de amor. Ama apasionadamente la verdad y abre las ventanas para que corra el aire. No olvides que es el amor, no el tiempo, quien cura las heridas. He escrito para ti mi testamento a más de dos mil metros de altitud,

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en la apacible estancia de la Granja Porcón, usando las palabras que hacen grato el silencio lavado por la lluvia. Tú puedes emplear palabras encendidas como lava si me quieres decir lo que ahora sientes antes de que me quede sumido en la penumbra, porque sabes “que hay un portal dormido en cada labio”. Lima, 22-5-2011

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LIMA-MIRAFLORES Cada tiempo de dudas necesita un paisaje. L. GARCÍA MONTERO

A pesar de la luz agria de mayo esta ciudad es íntima. Amanece cansada como si despertara de un sueño sospechoso, bajo una niebla espesa o nubes de un intenso color ceniza, dejándonos retazos de una luz indecisa entre las manos. Cada tiempo de dudas necesita un paisaje. Esta ciudad se rompe en cuanto el mar se calla porque se duerme y se despierta sobre el rumor amargo de las olas que rompen, hasta cansar relojes, días, años, contra el acantilado. A veces, los turistas se equivocan porque creen que en mayo aquí arde el verano

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y que todas las calles desembocan en plazas donde nunca sopla el viento. Lima es una ciudad donde el tiempo se duele de su extremada lentitud. Se puede ir sin prisa donde quieras, con tu apellido en mangas de camisa o tu nombre embutido en negro terno: nadie se fija en ti, nadie te acusa por no tener la piel suavemente tostada. Aquí el miedo transita plazas abandonadas, dice un limeño ilustre. Aquí se habla de amor, a veces entonando una canción amarga, y hay preguntas que no tienen respuesta. Todo esto me lo has dicho, con los ojos cerrados, muy abrazada a mí, mientras hoy caminábamos, al borde del otoño,

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hacia el alto balcón de Larcomar “para ver cómo el agua discute” con la arena. Lima, 23-5-2011

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CANCIÓN TRISTE Amor, si mis palabras ya no te dicen nada; si no sigues leyendo los versos que te escribo, dalos al viento para que los lleve y sean su juguete para siempre. Es posible que el dolor y la dicha pierdan actualidad, que la pasión antigua de que hemos sido víctimas se apague sin remedio, que no acierten los ojos a cruzarse, que se queden sin saldo nuestros labios a la hora de besarnos o que una luz ociosa equivoque tus pasos o mis pasos y haga posible un desencuentro último. Perdónale a la vida, como yo le perdono, ese paso cansado con que, a veces, llega cuando ya es tarde. Eres joven, y yo tengo que acostumbrarme a envejecer.

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Si preguntas por qué te escribo esta canción de amor desesperada, por qué tu vida entra en estos versos tristes, no sabré responderte. Acaso son el eco de un sueño mal vivido; tal vez, sin yo notarlo, me habita la tristeza, enfermedad ya crónica que reaparece cuando no lo espero; quizá sea esta lluvia fría de madrugada la respuesta. Ya sabes que el otoño puede ser como una cita rota o una carta azul de despedida, pero que puede darnos “la paciencia de la fidelidad”. Lima, 23-5-2011

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PARA ROMPER TUS DUDAS A veces, no es posible explicarte lo que queda detrás de una palabra, ni lo que esconden tantas horas de insomnio en sus armarios, en una habitación que da al jardín, con su pozo, su higuera y sus rosales… El pensamiento cruza de una lado a otro como esa mariposa distraída que hoy ha pasado frente a mi ventana sin detenerse, pura silueta, vuelo sin voz. Acaso tu corazón pregunta en un idioma que no conoce el mío. Y no respondo. Pero debes saberlo: el amor no es cuestión solamente de palabras. Bajo la luz de otoño, esta mañana he vuelto a ser el hombre de los ojos cansados, víctima, como el farol que cuelga de la parra,

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del tiempo y la humedad; de mí, porque no logro ser convincente, a veces; y es difícil cambiar. Con frecuencia la vida nos ha cambiado el rumbo para hacernos creer que es la belleza la que hace que el amor se consolide, aunque de sobra sabes que es, por desgracia, artículo que al fin de temporada se destina a la venta en las rebajas. Para romper tus dudas, sigo por ti apoyado en una barandilla de recuerdos que un viento gris intenta derribar. Por ti he firmado un pacto secreto con la luz antes de que empezara “a oírse la mañana por el camino largo de tu piel”. Por ti, definitivamente, he roto los silencios dilatados en los que me he perdido: quiero vivirte al margen

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de un amor sin fronteras y mucho mรกs allรก de las palabras. Lima, 24-5-2011

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REGRESO A LA MEMORIA ¿Y por qué “el eco tibio del antiguo encuentro no persiste en la voz?” ¿Por qué sobre la piel nos ha tatuado la vida su dureza y no su suavidad? ¿Por qué tu cuerpo de color canela vive deshidratado y sin perfume? ¿Somos los propietarios de todo lo vivido o solo de los sueños, de las fechas perdidas? ¿Qué hacer, entonces, de las emociones, de nuestra soledad bajo la lluvia y de nuestros cansancios? ¿Es que estamos al borde de un naufragio? No sé si tú recuerdas nuestro primer encuentro. Me entregaste, en brevísimo vuelo, el librito de versos que traías, en el espacio reducido de un despacho. Hace de esto dos años. Era una poesía de letras fatigadas, llagada de silencios.

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Pero había en tu nombre resonancias marinas y la certeza de la claridad, una suma de gestos satisfechos en tu mirada tímida y fulgor oxidado de secretas presencias en tus labios. También yo estaba inventariando, entonces, mi primer recital, canto abrazado al tiempo, a la memoria, al secreto del barro y a la muerte, que ya conoces. Luego, vivida mi experiencia hasta exprimirle el jugo, regresé a mi país. Tú te quedaste apenas con mi nombre, atenta a una señal de aquel primer amor teñido del color del desamparo. Yo habité el mismo árbol desprovisto de pájaros como una larga sombra. Y me creció un verano asustado, inclemente, mientras el frío húmedo del invierno limeño tropezaba, insensible, con tu cuerpo. Hoy escribo estos versos para ti en esta tarde-carne que está ya anocheciendo. Lima, 25-5-2011

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INTERVALO En las ramas del árbol de mi jardín hay pájaros cantando porque ha salido el sol. Es mediodía. Yo los oigo cantar como si el árbol fuera mi corazón. También se oye, monótono, el canto de la tórtola sobre la higuera. Estrena color la hierba; acaso es el temblor del alma lo que vuelve a estrenarse. Estoy sentado frente a mi ventana mirando, pensativo, qué ha sido de las rosas tras la lluvia y qué de la esterilla de esparto que me pongo en invierno a los pies para que no se enfríen, qué del amor y cómo aprende el agua cada día a fluir por las bocas de riego mientras dos gorrioncillos indiscretos picotean la grama. Lima, 25-5-2011

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ES COMO TE PREFIERO Es, pues, mejor que sigas vagando por mi sueño. ANDRÉS TRAPIELLO

Es como te prefiero: desencarnada, sueño donde descanso mi soledad; leyenda, mi pequeña Galatea, fruto del más hermoso sueño de amor, agua castalia y sed a un tiempo. Tú siempre en luz, yo en sombra: sombra de ti, silencio de ti, nieve en tu mano. Adoro los paisajes de tus ojos y esas ardientes lágrimas con que riegas mis tiempos de silencio en la estancia donde espero, con tu libro de versos en las manos, a tu lado, la muerte. El tiempo, ese aprendiz de brujo, ese agorero de desolaciones, carcoma que se duerme para no despertarnos, es lo único que nos queda

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para seguir amándonos. “Un día llegará en que te preguntes que fue de ti, de mí, de aquel amor platónico que no apagó la sed de lo vedado y hoy vive el sufrimiento de volver a ser un bello sueño. Lima, 26-5-2011

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ESTANCIA CON VENTANA … Creció musgo en mis labios y en los inviernos crudos me visita la nieve. ANDRÉS TRAPIELLO

Mírame, amor. Creció musgo en mis labios y en los inviernos crudos me visita la nieve. Mírame solo. Quédate en silencio. La estancia da al jardín con geranios y rosas, una higuera y un durazno que nunca ha dado fruto. Al final de la tarde, mis labios y tus ojos son dueños absolutos de su quietud. Pero no diré nada si no te quedas, porque también a mí me cansa cruzar puentes sobre un río oscuro que no existe. Si me propongo estar de ti pendiente, que es lo justo, cerraré la ventana y te abriré la puerta del corazón, que ya tengo sembrado para que en el verano

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recojas la cosecha. Todav铆a mis versos de amor feliz, de olvido o sufrimiento duermen bajo la nieve en este invierno crudo, raz贸n por la que el musgo ha crecido en mis labios. Lima, 26-5-2011

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VOLVER A LA REALIDAD Te imagino, muchacha, ya profesora de literatura, recitando mis versos al iniciar la clase como lo hacía yo cuando eras tú mi alumna. Tal vez dirás –no sé, porque yo estaré lejos o dormiré tu amor bajo un gran lecho de hojas secas- que llevas en tus manos las brasas de aquel amor, que arde todavía sin consumirse. En otro tiempo ardiste tú con él. Recuerda que quemamos, envueltos “en el torpe temblor de la hojarasca”, la soledad, el tedio, todo lo que la vida no necesita para ser vivida. Hoy, por eso, la vives con la mirada puesta atrás, como si fuera el sueño más hermoso que sigue ardiendo aún.

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Vuelve a la realidad, muchacha, de este otoño que ya empieza a arañarnos con sus luces monótonas y sus cielos cansados. Asómate a lo hondo de ti misma a escuchar soledades porque mi voz enamorada definitivamente se me llenó de ortigas. 26-5-2011

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PREGUNTAS Si alguna vez recuerdas a quien un día te escribió estos versos, llámame, porque quiero saber si en ellos has sido feliz; si no los ha borrado de tu memoria el viento de otro amor que arteramente se acercó hasta ti y se sentó a tu lado. Aunque Trapiello dice con Machado que es imposible hacer versos de amor feliz. Yo sé muy bien, poeta, que ahora que estoy tocando con los dedos el arrabal de senectud, mis versos se han teñido de tristeza esperanzada. Hablo de mí, que en otro tiempo publiqué: La pasión de vivir bajo el azul del cielo. ¡Oh la dicha de ser! Tenía entonces en mis ojos mares de playas infinitas; en un rincón del huerto, un limonero

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cuajado de azahar; abierto el corazón a un “aire de azucenas perfumado”. Canté al amor y canté la dicha de amar y ser amado. Hoy mis días se tiñen con azulado tedio. Y es silencio la risa que antaño celebraba con su música, muchacha, tu presencia. He venido, una vez más, del viejo continente a esta tierra, bellísima, de Chabuca, que evoca con su canto La flor de la canela; (entonces tu país existía en los mapas, pero no se había hecho en mí tierra encarnada); a recordar antiguos y felices días de amor; a preguntarte, cuando ya no escucho la presencia, en la noche, de tus pasos, si fuiste en mí feliz, sabedor de que nadie más que tú podría darme la respuesta exacta. Lima, 27-5-2011

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NO SIGAS ABRAZADA No sigas abrazada a lo que ya no existe o que es solo memoria. Tira la rosa disecada que guardas debajo de la almohada La vida fue pasando como un canto de amor por nuestros cuerpos, ebrios de juventud; como un hermoso sueño que hay que olvidar porque nos hace daño. Ha sido muy hermoso repetir, a lo largo de los años, aquel primer abrazo solitario que resumió, de golpe, nuestras recíprocas ansias de posesión, la primera conquista amorosa en un zaguán a media luz. Ahora, aunque es hermoso amarse en la memoria, si hablamos seriamente de la vida, hay que dar al olvido la impaciencia:

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tenemos, como dice el poeta, “que aprender a vivir en otra edad, en otro amor, en otro tiempo�. 27-5-2011

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HA SIDO INEVITABLE Porque aún vivimos juntos la belleza de todo lo que fue, en un rincón de la memoria, juntas también, aquellas fechas absortas del verano, fundidas en la luz; y aquellas otras, lentas, de mi primer otoño, de gestos y palabras cansados, de silencios dormidos y de amor a la intemperie, porque así lo quisimos; y la herida fragante cuyo fuego encienden mis palabras. Un gran amor ya no se olvida: vive más allá del olvido, a pesar del olvido. Aunque pasen los años y nada sea igual, vuelve, como las rosas, a ser en primavera plenitud. Por eso, amarte ha sido y es inevitable lo mismo que la muerte. Lima, 28-5-2011

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ASILADO A ESTA SOMBRA Muy poco a poco he ido desnudando la historia de mi vida frente a ti. Muchacha, ya conoces cómo soy: en apariencia, algo osado a veces; tímido siempre frente a la alegría, humano ante el dolor, medroso ante la muerte. Ante el amor, ni yo sé cómo he sido. Tal vez un seductor que ha perseguido la belleza igual que el dios Apolo perseguía a Dafne. Todo esto me ha costado, en su momento, más de una soledad definitiva. “Porque la vida entra en las palabras” como si fuera un juego, y deja sensaciones contradictorias, márgenes ambiguos, horizontes que apenas son visibles, voces que casi nadie reconoce y sucias melodías. Cuando pienso que ya nada es igual a lo que fue en su día; que he seguido, a pesar de algunas críticas, cultivando mis rosas, esta especie de versos donde triunfa un mineral silencio,

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ya no discuto, porque no hay acuerdo, sobre el amor, la muerte o el dolor: los canto. Dejo que otros alimenten sus fuegos. En estos días fríos del otoño, apartado de todo cuanto amé, “asilado a esta sombra”, solo te tengo a ti, diosa de la belleza, Dafne limeña convertida en lluvia que purifica todos mis pecados. 29-5-2011

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SOLILOQUIO Solo como esa sombra que es el tiempo. ANDRÉS TRAPIELLO

Al verte me parece que este otoño tan mío ya se ha hecho otoño en ti. He sorprendido por primera vez la bruma del Pacífico en tus ojos, el color de la tierra quemada en tus mejillas. Ahora de nuevo creo que resulta más fácil vagar los días grises por las calles que bajo el sol abrasador de enero del hemisferio austral. Oigo cómo con voz un poco triste me cantas que Alicante queda muy lejos del pequeño huerto que tus manos cultivan. Y tu canto se funde con el silbo de algún mirlo asustado en el silencio fresco que dejó, esta mañana, la garúa.

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La sombra se hace eternidad y enciendes la luna del espejo de la pequeña sala con tu mirada. Pasan lentas las horas de este domingo último de mayo, no sé si porque hay algo de misterioso en la canción del viento que ha empezado a soplar y preludia catástrofes, o porque hoy no asoman su alegría las rosas a tu ventana, solo el miedo y esos geranios tristes que no saben vivir con la mirada atrás ni hacia adelante. Nada de cuanto miras, muchacha, está en mis ojos: los dejé, ya cansados, en un mar poblado de veleros, llenos de ensoñaciones y un poso de tristeza. Hubo un tiempo feliz en que los tuve repletos de pinares. Y vine aquí. Y por estar contigo me confundí de espacio, no de tiempo: el presente eres tú.

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Agárrate a mi mano. Vamos a intentar juntos vivir ese momento exacto del naufragio en una playa del Mediterráneo en cuya arena puedas escribir: “Sé que el amor existe, y ya sé dónde lo aprendí”. Lima, 29-5-2011

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PREGÚNTAME POR TI Las ciudades sin ti no las recuerdo. FELIPE BENÍTEZ REYES

He vivido en ciudades con grandes avenidas; en ciudades dos veces milenarias cuyas ruinas soportan el peso de la historia; en ciudades con mar, playas doradas y altísimas palmeras; en ciudades pequeñas donde no se pone a la vida antifaces, viejas ciudades, con sus puentes en ruinas que casi nadie cruza, de callejas oscuras, donde todos conocen la vida hasta el mínimo detalle: a cómo está hoy el kilo de patatas, quién ha muerto de cáncer en la pasada noche, a qué hora la vecina del tercero ha dado a luz, y no tiene marido; cuánto ha subido el pan este mes, y el recibo de la luz… Si deseas saber cuánto te amo, pregúntame por ti, porque si me preguntas qué ciudades son esas,

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el nombre de sus ríos y sus plazas, qué insigne monumento las distingue, en qué lengua se entienden quienes padecen dentro de sus muros la vida o la soportan, te responderé: las ciudades sin ti no las recuerdo. Lima, 29-5-2011

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EL LUGAR DEL CORAZÓN Hay un lugar en que todo está dicho y todo está perdido. Y ese lugar –apréndelo- es tu corazón. FELIPE BENÍTEZ REYES

Aquí no brilla sobre el mar la luna porque en otoño el cielo está cerrado: nubes de día, nubes de noche, nubes, nubes… El veneno de la melancolía llena la casa, acibara el tiempo, se instala como huésped que no paga alquiler, con derecho a cocina y a memoria. Ejerce su dominio desde una turbia orilla hasta que el tiempo empieza a ser rosa escarchada, pócima en frágil copa de cristal que degustamos hasta que nos sepulta en el olvido. Alguien llama a la puerta. Es el viento. Si no abres, la golpea. Luego el silencio vuelve unos instantes.

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El viento araña con uñas afiladas las pareces color crema del aposento temporal que habito donde escribo estos versos que no te dicen nada porque no hablan de amor y el cielo no quiere amanecer. ¿Adónde recurrir si la vida no puso casa en nuestro pasado? Hay un lugar donde todo está dicho y todo está perdido. Y ese lugar –apréndelo- es tu corazón. Lima, 30-5-2011

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AL FINAL DE LA TARDE Estas rosas de otoño serán, sin pretenderlo, dentro de pocos días, rosas de invierno, pálidas, pero rosas al fin, que retan a la muerte. En mis ojos parece que florecen las rosas cuando las miro. Dejan en ellos su color y su aroma. Celebro que hayan decidido quedarse para siempre. Mirándolas, no temo que al desmayarse el día me traicione su luz una vez más, que siga urgiéndome la muerte si me deja pensar un instante en quien amo. Lima, 30-5-2011

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AGUA DE VIDA ¿Qué haré para bañarme esta mañana si está el pozo sin agua y han de venir para cambiar el tubo que lo nutre? Está calcificado, me han dicho. Y yo digo: También padecen un mal semejante mis arterias, por las que apenas fluye la sangre. Lo confirma el marcapasos del que ya presumo hace unos años. No te quise alarmar porque eres demasiado impresionable y hay golpes que te afectan como si fueran dardos envenenados. Pero todo en la vida tiene un precio; todo tenemos que pagarlo en monedas contantes y sonantes. ¿Qué es el dolor, acaso? ¿Qué la herida que abre un desamor? ¿Qué la muerte, la soledad, el sueño que nunca se ha cumplido o aquellos celos injustificados? Esta mañana no hemos tenido el agua

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bautismal que nos limpia las heridas, que purifica nuestros torpes sueños y lava para siempre nuestros pecados. Pero qué secreto y hermoso el sentimiento de amor que salva todo lo que somos ahora, lo que fuimos y lo que aún nos falta por ser, porque constantemente “hay un lugar en que la vida tiembla”. Lima, 30-5-2011

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EN UN RINCÓN DEL AÑO … en un rincón del año V. HUIDOBRO

Mi vida guarda “el cielo de una fecha”: 31 de mayo de 2011. Y el cielo de un lugar con sus arañas de ceniza: Lima. También guarda un rincón abandonado a la belleza, con sus noches sin tiempo y una luz distinta a la que está la gente acostumbrada, porque en él brilla el sol todos los días del año y está abierto a la alegría. A veces está solo, pero la luz se queda y lo acompaña. Y hay música que suena, y se escuchan los pasos de quienes llegan, gritos de júbilo de las celebraciones… De todo se hace cargo este bohemio del amor donde te has instalado con la leyenda de tu juventud apenas comenzada y donde quieres vivir sin que la bruma

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o el crepúsculo acampen en tus ojos. Tiene un defecto. Tú ya lo conoces después de haber leído a Felipe Benítez Reyes: “Nunca la posesión está cumplida”. Lima, 31-5-2011

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DESPEDIDA Mi tierra eres tú… LUIS CERNUDA

Hay una sensación de finitud en cada verso, en cada palabra de este libro que he escrito para ti. Es como si el amor aceptara, en silencio, su derrota y el dolor y la dicha se hubieran agotado en nosotros definitivamente. Entonces te pregunto: ¿Adónde ir si mi tierra eres tú? A estas horas tan altas de la noche la luz no es suficiente para alumbrar nuestro último destino. Y sabes que “la noche en que no estás tiembla mi noche”. Aunque estamos aquí “arañando con fiebre en el cristal del tiempo”, pronto yo no seré. Cuando no sea,

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mis versos serán memoria única de ti, gloria de ti, inicio de una exclusiva eternidad de ti. Y yo viviré en ti, porque mi tierra-cielo eres tú. Lima, 31-5-2011

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ÍNDICE Lo que dejé por ti Regreso Luz cansada Confesiones Cuando la noche nos sorprende Amarse en la memoria Recuerdos Despertar Otuzco Testamento Lima-Miraflores Canción triste Para romper tus dudas Regreso a la memoria Intervalo Es como te prefiero Estancia con ventana Volver a la realidad Preguntas No sigas abrazada Ha sido inevitable Asilado a tu sombra Soliloquio Pregúntame por ti El lugar del corazón Al final de la tarde Agua de vida En un rincón del año Despedida

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5 6 7 9 11 13 15 17 19 22 25 28 30 33 35 36 38 40 42 44 46 47 49 52 54 56 57 59 61


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