_2004_Vallejo_CANCIONES_A_MARTA

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José Luis Vallejo Marchite CANCIONES A MARTA


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A Marta Beltrรกn


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1 Te vi sola y sollozando, frente al mar, en la escollera. El viento iba despeinando, piadoso, tu cabellera. Grité: ¿A quién lloras así, niña, nardo de amargura? Y te alejaste de mí con el viento a la cintura. 17-2-04


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2 Alta como la marea, delgada como la espuma, en sus ojos todo el mar. 隆C贸mo su azul me golpea contra murallas de bruma por quererla enamorar! 17-2-04


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3 ¡Qué frío viene el aire, madre! ¡Qué lejos todavía el tiempo de andar sin mi blusa marinera por el estero! La culpa, febrerillo el loco con sus largas noches y sus días cortos. ¡Qué frío viene el aire, madre! 17-2-04


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4 Baja la noche disfrazada por La Rambla. ÂĄQue se apaguen las farolas y se enciendan las luciĂŠrnagas en los balcones colgados de las estrellas! Bailad, muchachitas carnavaleras, que el amor no entiende de noches ciegas. 19-2-04


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5 Madre, vengo de La Rambla, la calle que baja al mar, de ver cĂłmo se pasea la Reina del Carnaval. Ojos garzos, rubio pelo, labios de grana encendida y grande como una herida un diamante sobre el pecho. ÂĄQuiĂŠn me diera, madre, ser de aire! 19-2-04


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6 Sigue durmiendo y soñando hasta que el día despierte y esa sábana de trinos que te cubre se desvele. Entonces, qué maravilla envolver con la mirada tu cuerpo, alba estremecida. 19-2-04


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7 Bajo el cielo plomizo, cinco cigüeñas sin rumbo fijo. ¿De dónde vienes, adónde vas, cigüeñita viuda, por el litoral? 20-2-04


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8 El aire y la lluvia en tu nombre, Julia. El cielo y el agua en el tuyo, Marta. Aire, lluvia. agua, cielo‌ Con el aire río, con la lluvia juego, pero es con el agua de tu nombre, Marta, cuando alcanzo el cielo 20-2-04


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9 Está la noche negra como mi pena. El cielo, negro como tus ojos, niña, y tu cabello. Se me perdió mi niña camino de la mar. La Virgen marinera no sabe dónde está. Yo, mi niña perdida, te busco sin descanso. Encendedme, torreros, todos los faros y alumbradme la senda oscura de sus pasos y de mi pena. ¡Ay noche inmensa de mi dolor mojado. 20-2-04


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10 Y cómo azota el aire las ramas de los árboles. Bajo esta lluvia, el castillo sin torres y sin almenas parece un viejo fantasma envuelto en la densa niebla. Si yo supiera por qué el aire, mi niña, hoy no quiere que vengas. 20-2-04


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11 Abre lentamente el cielo. ÂĄSi en un rayito de sol pudiera alcanzar el puerto! DejĂŠ mi barquita sola luchando contra las olas y contra el viento. 21-2-04


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12 ¿Dónde está tu compañero, pajarita de la nieve: en la ramita más alta de un pino de la montaña? ¿Acaso ha emprendido el vuelo, entre celajes de rosa, y se ha perdido en el cielo? Te has quedado sola, como yo, pajarita de la nieve, lejos del amor, cerca de la muerte. 21-2-04


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13 Verde estallido de hojitas nuevas. ยกCรณmo se estรกn vistiendo, madre, los รกrboles de fiesta ! ยกDeprisa! El prodigio no espera. 22-2-04


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14 Al sol de marzo, -al sol de febrero, no-, contigo, niña, en mi barco. Bien sé yo que el aire es frío en febrero. Por eso, niña, no quiero hacerme sin ti a la mar hasta que la primavera venga contigo a embarcar. 22-2-04


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15 A mi sobrinita Mireya, reciĂŠn nacida

Para ti, Mireya, mi barquito y una estrella. Y esta campanita de cristal -din dandonde con letras de oro grabĂŠ, Mireya, tu nombre de princesa provenzal. 22-2-04


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16 Dame esa ramita verde de albahaca con que me haces señas desde tu ventana. Damelá o subiré, niña, a robartelá. No sé si de noche, presagio de llamas, o si en las desnudas horas de la madrugada. Damelá o subiré, niña, a robartelá. 22-2-04


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17 Mal ferida iba la garza enamorada. Sola va, y gritos daba.

El viento gris de la noche quiso hoy acallar tu voz. Lanzó sus potros salvajes contra las lilas, niña, de tu corazón. Entre asustados jazmines, tú, serena, proseguiste repitiendo tu canción: Malherida iba la garza enamorada. Sola va, y gritos daba. 23-2-04


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18 Perdí el pañuelo de seda donde bordaste con mimo con la M de tu nombre la V de mi apellido. No sé qué haré si no lo encuentro. ¿Responder, si me preguntas, que lo tengo, como el amor, escondido o, sin más, darlo al olvido? No quiero ya otro pañuelo si en vez de letras no bordas un corazón en el centro. 23-2-04


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19 Cerca del mar. 隆C贸mo nieva sobre las cumbres de Aitana! El cielo no parpadea. Desafiando a las nubes, mi ni帽a se march贸, al alba, a buscar lirios azules y jacintos. Las huellas de sus pisadas, flor de amapolas sangrientas ante mis ojos heridos. 24-2-04


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20 Porque no digan que se ha disfrazado el cielo de miĂŠrcoles de ceniza, que tu vestido es, mi niĂąa, del color verde oscuro del olivo, luce tu falda, envidia de los jazmines, y en la chaquetita grana ponte una cinta del mismo azul de esos ojos novios con que, amor, me miras. SĂłlo el viento sabe que somos amantes. 24-2-04


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Del arbolito primero han desgajado una rama -¡qué desgracia!cuajadita de renuevos. ¡Ay, ramita reverdecida en febrero, dada a la muerte tan niña! ¡Malhaya tu jardinero! Di qué navajazo frío o qué asesina guadaña no te ha dejado alcanzar la plenitud junto al agua. 24-2-04


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22 Mañanita fría del Miércoles de Ceniza. Líbrame de todo mal, oh Señor, en este día. Haz que esta lluvia inocente no me borre la señal que han puesto sobre mi frente. Mañanita fría del Miércoles de Ceniza. 25-2-04


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23 ¡Déjame que vaya contigo a la fuente a recoger agua! Con un cantarillo tú, yo con un cántaro de barro muy fino. Niña, me parece que esta sed que tengo es la que tú tienes. 27-2-04


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24 En el hueco del olivo tiene la abubilla el nido. Entre dormido y despierto, oigo su canto monótono. ¡Cómo golpea al silencio! Muy de cuando en cuando, se asoma y exhibe su hermoso penacho. Y su largo pico, que perfora el cielo desde su escondrijo. La abubilla ha puesto sólo cuatro huevos. No los toques, que podría aborrecerlos. 27-2-04


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25 ¡Oh qué visión tan hermosa! Hoy a la cumbre de Aitana la están vistiendo de novia. ¡Quién pudiera ser de nieve y alardear de blancura compitiendo frente a frente! 27-2-04


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26 Luce el sol. Azul el cielo. ÂżCuĂĄndo amainarĂĄ este viento del Norte, que corta, y hiela las palabras, y me deja, amor, los labios atados cuando te hablo? 28-2-04


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27 Tan copiosa es la nieve, que al pie del puerto ha cegado el camino y los senderos. S贸lo temo, mi ni帽a, que al despuntar el alba el fulgor del paisaje me ciegue la mirada. 28-2-04


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28 A la orilla del Miño, mi amiga, sola, tan lejos de estas playas y de estas olas. ¿Por qué, mi amante, sin compañía a la orilla del Miño? ¿Por qué, mi amiga? La niebla, allí, en invierno se ciñe al cuerpo y te habita los ojos sin tú quererlo. Deja las tierras altas, las tierras frías, y regresa a tus lares soleados, amiga. 28-2-04


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29 ¡Tú eres lo único que tengo desde que perdí mi tristeza! PABLO NERUDA

Se nos va febrero. También tú te vas. Yo me quedo, niña, con mi soledad. Que Dios te acompañe. ¡Me da tanto miedo que esta nieve pueda convertirse en hielo! Cuídate del viento que quema y desnuda en esos parajes de piedra y de brumas. Eres lo que tengo y en mi pecho alienta desde que, mi niña, perdí mi tristeza. 29-2-04


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30 Tomando café en El Corte Inglés

Sentí que nos acechaban mientras con pasión leías y se iban haciendo voz mis versos y tu sonrisa. Sobre la mesa, el café humeante iba perdiendo lo que iban tu corazón ganando y tu sentimiento. Palabra a palabra fuiste recobrando, amor, la infancia y dorada adolescencia en la luz de tu mirada.. Sobre la redonda mesa se fue durmiendo el café. Tú, mi niña, suspiraste. Yo te pregunté. ¿Por qué? 29-2-04


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31 Canta el viento en mi ventana. Para ti, sobre el olivo que hay en el jard铆n, amor, la canci贸n azul del mirlo. 29-2-04


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32 Si marzo llama a la puerta de tu corazón, no le abras todavía. Todavía no. Espera a que llame de nuevo a tu puerta. 29-2-04


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33 En el aire claro A. MACHADO

El día despierta. Los chopos, sin hojas, ni cantan ni sueñan. El pinar cercano… ¡Oh canción de amor en el aire claro! ¡Ay del que no sueña ni da al aire claro en canción su pena! 29-2-04


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34 En la orillita del mar cae bailando la nieve sin avisar. ¡Oh qué bella obra de arte su lento y desnudo baile! ¡Qué contraste con el agua color ceniza del mar el de esta blancura alada! ¿Quién, sin saber dónde nace, podrá medir la distancia que hay del hecho a lo impensable? 29-2-04


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35 Ya habrás cruzado la sierra de Guadarrama, chiquilla, con media tarde en los ojos, la otra media en las mejillas. Pero no habrás visto -¿sí?- "las aleluyas blancas de los zarzales floridos". 29-2-04


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36 ¡Cómo va cambiando el tiempo con la llegada de marzo, aunque sigue frío el viento! Luce un tibio sol. El campo va adquiriendo lentamente un color verde y rosado. Casi milagrosamente hay ya "acacias con jilgueros" a la vera de la fuente. Y en los álamos más viejos de la ribera, tropeles de pajarillos en celo. Cantad, ruiseñores, que marzo es mes de amores. 1-3-04


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37 Ocasi贸n oportuna para que hable quien dice que me ha visto rondar tu calle. Loro parlero, es lejos de su casa donde nos vemos. 1-3-04


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38 Presa de la pasión, te has detenido frente a la delicia fría del chorro de la fuente. Al beber, has notado el puro escalofrío del agua en tu garganta y en tu voz de rocío. Si vuelves a beber, ten cuidado de apagar bien la sed. 2-3-04


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39 Ponte el cuerpo de nuevo, sal a la calle. LUIS ROSALES

No te quedes en casa, sal a la calle, "la carne viva, quieta la sangre". No es tuya la culpa de tener ese cuerpo, prodigio de curvas. Y el pecho tan alto, que provoca en los ojos choques y sobresaltos. Ponte el cuerpo de nuevo, sal a la calle, "la carne viva, mi ni単a, quieta la sangre", 2-3-04


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40 Tengo una pena, mi niña: que estés tan cerca y tan lejos a la vez de mi alegría. Sólo me deja cuando mi pensamiento hasta ti vuela. 3-3-04


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41 No sé por quién esos ojos color de miel están llorando. No sé. 3-3-04


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42 A tomar el sol en el abrigaĂąo, cogiditos de la mano. Lejos de la playa, mi amante, que estĂĄ soplando con fuerza inusitada el levante. Mira cĂłmo llegan, furiosas, las olas y se precipitan contra el rompeolas. A tomar el sol, mi vida, en el abrigaĂąo, cogiditos de la mano. 3-3-04


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43 ¡Defiende tu alegría! Defiéndela, mi vida, cada vez más dentro de tu carazón, "ardiendo y ardiendo". 3-3-04


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44 Cuando hay rumor de pánico en el colmenar, los abejarucos están por llegar. Con la primavera, ¡cuánto revuelo, mi niña, a veces sin centinela! 4-3-04


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45 He salido al campo en el frĂ­o amanecer a ver cĂłmo las encinas se van encendiendo en miel. En la ladera de monte, la flor blanca del tomillo, la azulada del romero, la rojiza del lentisco. Cerca del jaramagal, sendos prodigios los seis pĂŠtalos morados del primer lirio. 4-3-04


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46 Si es un campo de batalla la vida, has de luchar, a veces, contigo misma; a veces, con los demรกs. 4-3-04


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47 Hombre de llanto y tiniebla oscura LUIS ROSALES En esta noche serena de marzo… A. MACHADO A Mª Paz Pellín, amiga y compañera

Sé que me estás esperando. En esta noche serena de marzo con luna llena me acerco, amor, caminando. Te estoy, mientras voy, soñando sin que me aparte la pena de ese aroma a hierbabuena que va el camino marcando. Cuanto más me acerco, noto en mi sangre la locura de tener que amanecerte. Regreso al silencio roto: hombre de tiniebla oscura, te soñaré hasta la muerte. 4-3-04


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Dime, muchacha, qué sueñas si estás toda cuajadita de promesas. 4.-3-04


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49 Paa cuando vuelva a verte, habrá florecido abril. ¡Si tú me soñaras, niña, como te sueño yo a ti! Es tanta la soledad donde te sueño, que eres lo único que al abrir los ojos veo. Mis ojos son los culpables de que aún me duelas tanto por tenerlos tan a menudo cerrados. 6-3-04


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50 HINOJOSA DE JARQUE Todo el pueblo es cementerio. L.ROSALES

En Hijosa de Jarque, una calle llana a ras del valle, el resto empinadas. En lo m谩s alto, la iglesia, sobria, porticada, con su torre fortaleza. Hoy todo el pueblo es cementerio: de madrugada, la muerte lleg贸 con la nieve en silencio. 6-3-04


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51 Hay días que uno despierta y no distingue si está despierto o si sueña. Es lo que me está pasando, niña, contigo, porque despierta o soñada siempre te encuentro lo mismo. 6-3-04


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52 Estás riñéndole al viento porque no se calla. ¿Quién te llamaría de noche si se callara? ¿Quién, sabiendo tu dolor, a solas te dejaría? Sólo el viento, vida mía, se ha hecho por ti canción. 10-3-04


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53 "A la vera del camino hay una fuente de piedra, y un cantarillo de barro _ glu-glu_ que nadie se lleva". Eso mismo que ocurría en su tiempo -¡hay que ver!ocurre hoy, don Antonio, pero al revés: Se llevan el cantarillo y dejan allí la sed. 10-3-04


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54 Sol de marzo, agua de abril: flor de mayo. ¿Qué haces ahí, frente al mar, niña, mirando a la luna, "entre jazmín y azahar", con la duda a la cintura? 11-3-04


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55 CANCIÓN TRISTE A las víctimas del atentado en Madrid

Les han robado la vida en los trenes de la muerte. ¡Qué aprisa la madrugada puso luto en los andenes! Les han robado la vida, al alba, violentamente, y han convertido la fría lluvia en sangre inocente. Les han robado la vida con tanto odio, tan cruelmente, que lo que los ojos ven el corazón no lo entiende. Les han robado la vida. Y eran todos inocentes. 11-3-04


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56 DĂŠjame dormir sobre tu mano, que vengo con los ojos castigados 16-3-04.


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A Marta DomĂ­nguez


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1 Siempre que sueño las playas las sueño solas, mi vida RAFAEL ALBERTI

Siempre que sueño las playas, las sueño solas, mi vida. ¿Qué haces, dime, en la ciudad con las noches encendidas, llenas de preocupaciones y de amargas despedidas? Al aire de tu recuerdo, por anchas calles marinas navegando mi velero. Por ti, mi niña, para que llenes mi sueño. 22-7-04


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2 Tus labios, a media voz, me están diciendo que sí. Ya empiezo a creermeló. 22-7-04


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3 Eres la reina de Sevilla y de Granada. Ya nadie vuelve los ojos, cuando pasas, ni hacia la Torre del Oro ni a la Giralda. Tal es tu embrujo, que en las noches de La Alhambra, es tu nombre la sola canci贸n del agua. 22-7-04


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4 En la serranía, Castril como una veleta, girando unas veces, otras veces quieta. El aire serrano azota al pueblo o lo besa. Pero cuando vas, mi niña, en el estío, en las altas cumbres se queda dormido para que levantes tu tienda de baños cerquita del río. Mójate el pie despacito, mi niña, que el agua serrana hace daño de tan fría. 22-7-04


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5 No puedo tratarte así, que ya no eres quinceañera y te han nombrado en Sevilla y en Granada la Reina de la Belleza. ¡Qué alegría, silabeando tu nombre, llamarte Martaprincesa! 22-7-04


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6 Cuando no tengas, mi vida, lecho donde descansar, ven con tu cansancio amargo de años y de días a dormir al salinar. Sentirás que el viento descalzo te acuna, y será tu sueño de nieve y de espuma. Y al alba, cuando despiertes, “vestida, en tu bañador azul, hundirás el agua y saldrás desnuda, amor”, a dar envidia a la playa. 23-7-04


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7 M谩s deprisa, que hay que aprovechar las horas favorables de la brisa. A Cartagena me voy en mi barquito de vela por estas aguas de julio y de sirenas. Atada mi voz al viento, mi coraz贸n, en el puerto donde me esperas. 23-7-04


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8 Siempre con tus ojos negros mirando al mar: en brazos de la marea viva de agosto se acerca tu capitán. - ¡Ay, no sé como vendrá! ¡Qué larga la travesía por estas aguas salobres con el corazón perdido detrás del turbio horizonte! No sé cómo llegará, niña, corazón de agua, tu capitán. 24-7-04


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9 Tus pechos, al aire; tus labios, fruta madura que arde frente a las aguas azules de estos mares. ¡Préstame tus ojos para saber dónde nace, de dónde viene, mi niña, esta amargura espumante que me muerde el corazón cuando a ti me acerco por los caminos del aire! 24-7-04


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10 La niña de bello rostro GARCÍA LORCA

La niña de bello rostro se ha ido a estudiar a Sevilla, enamorada. - ¡Vente a Granada! La niña se ha ido sola, sin ver cómo corre el agua por los canalillos de la Alhambra. - ¡Vente a Granada! La niña no me hace caso. Ya no sabrá cómo cantan las fuentecillas del Patio de los Leones, ni cómo bailan al aire los alamillos del río. - ¡Vente a Granada! La niña se fue en silencio, soñando con la Giralda. 24-7-04


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11 La noche canta desnuda sobre los puentes de marzo GARCÍA LORCA

La noche canta desnuda sobre los puentes de marzo. Nieve de azahar, las ramas de los naranjos. ¡Cuándo llegará el verano! La luna de abril se cuela por los cristales del baño y se detiene, lasciva, en tus pechos, flor de nardo. ¡Cuándo llegará el verano! La noche, de par en par, se abre a la luz de mayo. La luna se aleja, lenta, temblando por los tejados. ¡Cuándo llegará el verano! 25-7-04


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12 En el Puente de Triana se ha detenido mi niña a ver cómo pasa el agua. El río Guadalquivir, el de “las barbas granates”, al ver a mi niña sola, se ha declarado su amante. ¡Ay, qué soledad la del agua y la del aire! Mi niña ha bajado al río por senderos de azabache cuando “golpea la luna sobre el yunque de la tarde”. ¡Ay, qué soledad la del agua y la del aire! Y ha vuelto cuando la noche, rota en pedazos, no cabe dentro de sus negros ojos y se derrama en su carne. ¡Ay, qué soledad la del agua y la del aire! 25-7-04.


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13 ¡Ay, qué camino tan largo el que de ti me separa, que no hay metro en el amor para medir la distancia! El barrio de Santacruz huele a rosa y a jazmín. ¡Qué lejos contigo, qué cerca sin ti! 26-7-04


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14 Yo que te soñé surcando, niña, en tu barca el agua tersa del río niño en la Plaza de España. Llegué siguiendo los pasos de la luz de la mañana. El brillo de las farolas en la brisa se apagaba. Esperé, pero mi niña sobre el viento cabalgaba hacia las Torres Bermejas de la Alhambra. 26-7-04


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15 Me pareció oír tu nombre en el rumor de los chopos. No hagas caso: el viento Sur, mi niña, me ha vuelto loco. Dejé el balcón entreabierto y lo ha calcinado todo. Fuego contra fuego daban cien surtidores redondos. En soñolientas cenizas se han convertidos tus fotos, que eran, en álbum de plata, niña, mi mejor tesoro. ¡Ay, qué locura en el aire, qué rojo llanto en mis ojos! 27-7-04


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16 Las dunas de Guardamar

hay que cruzarlas descalzo. No te descalces, mi vida, que aún está el sol muy alto. Espera, bajo la sombra de los pinos resineros, a que la tarde resbale de las cimas de tu pecho. Descálzate, luego, y da a la brisa las sandalias, el corpiño y el sombrero, y adéntrate con tu cuerpo de joven diosa en el agua. Allí, mi vida, te espero. 27-7-04


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17 A mi ventana se asoman, - ÂĄquĂŠ maravilla! -, cuajadas de flores cĂĄrdenas las buganvillas. Y yo me asomo al insondable azabache de tus dos ojos. 28-7-04


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18 Dime que sí, Santa Marta. Dime que puedo acercarme, con el alba, con mi corazón en vilo a darle una rosa blanca. Dime que sí, que entre las manos me estalla. Dime que sí. Para tus dieciocho lirios, mi rosa blanca. 29-7-04


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