9 preludio a la fundación

Page 158

Después, miró a los siete restantes que seguían allí, de píe, contemplándola con aterrorizada fascinación. —¿Quién de vosotros le lanzó la navaja? Silencio. —No me importa. Venid de uno en uno o todos a la vez, pero tened en cuenta que, a cada navajazo, uno morirá. De común acuerdo, los siete dieron media vuelta y se alejaron. Dors enarcó las cejas. —Esta vez, por lo menos, Hummin no puede quejarse de que no te haya protegido —dijo a Seldon. —Aún no me puedo creer lo que he visto. Ignoraba que supieras hacer algo así..., o hablar así. Dors se limitó a sonreír. —También tú tienes tus talentos. Hacemos una buena pareja. Venga, recoge todas tus navajas y guárdalas en tu bolsa. Creo que la noticia correrá a toda velocidad y podremos salir de Billibotton sin temor a que nos lo impidan. Y estaba en lo cierto.


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.