Mentes grandes issu by sabrina flax

Mentes Grandes

ÍNDICE Prólogo......................................................................................................................... 2 Cuentos ruidosos.......................................................................................................3 Instrucciones fanásticas........................................................................................26 Ilustraciones de gotas y gotitas........................................................................ 32

Escuela N.17 D.E. 9 “Blas Parera”

PRÓLOGO La literatura ofrece puertas, ventanas, escaleras, pasadizos, barcos y caminos a miles de tierras posibles. Podemos viajar, volar con nuestra imaginación, crear personajes mágicos, en fin crear nuestros propios mundos, con nuestras reglas y con nuestras palabras. Este libro es la puerta a nuestro mundo, al mundo de 4to grado. Nació como una semilla, con ganas de crecer, al principio como un simple homenaje a uno de los más grandes escritores argentinos, Julio Cortázar, para después convertirse en nuestro propio homenaje, homenaje a querer escribir, a superarnos día a día, a escuchar y leer los cuentos de los otros, a valorar nuestras ideas porque son únicas y hermosas. En este proyecto participaron muchas personas, en primer lugar todos los alumnos y las alumnas de 4to grado, a veces en conjunto las dos secciones, las seños del grado, Marta y Sabri, los profes de plástica, Lucía y Marcos, la profe de tecnología, Ana y la facilitadora de Informática, Analía. El trabajo colectivo siempre tiene frutos, y este es nuestro fruto de este año. Lo que ustedes van a leer y a mirar son las producciones con las que trabajamos casi todo el año, en las que pusimos muchísimo esfuerzo y dedicación, equivocándonos mil veces y aprendiendo otra mil veces de los errores. Los invitamos a adentrarse en este, nuestro mundo, lleno de ruidos misteriosos, con recetas e instrucciones locas y fantásticas y con gotas, muchas gotas que se aplastan contra el piso. ¡Dale, entrá!

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CUENTOS RUIDOSOS Estos cuentos surgen a partir de la lectura del libro ilustrado de “Discurso del oso” de Julio Cortázar. Durante una semana escuchamos ruidos que habitaban nuestras casas. Con esa lista de ruido nos imaginamos de dónde podrían venir, quién haría esos ruidos tan extraños, ¿Sería un oso dentro de las cañerías, como en el cuento de Cortázar? ¿Sería una jirafa en el aire acondicionado? ¿Un duende tras la heladera? ¿Un leopardo en la terraza? ¿Una ballena que apareció así, sin más en medio del comedor? ¿Los ronquidos de un monstruo en el pasillo? Cuando tomamos la valiente decisión de enfrentarnos con el creador de nuestros ruidos nos detuvimos a imaginarnos cómo es, lo describimos, lo llenamos de adjetivos así lo podíamos ver con más detalle. Y una vez que ya le pusimos cara, pecas, bigotes o sonrisas nos largamos a inventar una historia usando el Libre Office y haciendo un montón de borradores, para luego, nuestra versión final mandársela a la seño a través de Edmodo. Leenos y contanos cuál es la historia que te sorprendió, cuál es la que más te gustó, la que te hizo sentir miedo, la que te dio curiosidad… ¡Contanos e intercambiemos mundos!

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Creeperland (por Bruno Hoyo Correa) En un mundo llamado Creeperlad habitaban unos seres llamados creepers. Eran verdes y todos cúbicos. Algunas veces hacían un sonido particular, era algo como SSHHHHHHH, y luego se hinchaban y explotaban dejando un hueco en el piso. Nacían de unos bloques llamados spauns o de unos huevos verdes con manchas negras. Un día, en una aldea nació un hombre llamado Steve, que cuando tenía un año su pueblo fue atacado por los creepers y todos murieron menos él, porque estaba en una casa de obsidiana, una roca negra y violeta la cual es casi imposible de destruir además de ser inmune a las explosiones, solo se logra romper con un pico de diamante. Desde ese día, Steve juró matar a todos los creepers que viera. A los diez años ya sabía usar una espada de piedra y un pico que él mismo había construído y vivía en una casa dentro de una cueva. Una vez, Steve se fue a una mina y encontró hierro el cual picó, cocinó y con el cual armó un pico. Cuando salió de la mina encontró un creeper y éste al explotar casi mata al joven. Steve volvió a su casa y se quedó unos días reposando, comiendo lo poco que le quedaba y pensó: si salgo, los creepers me matan ¿Qué como? Se preguntó. Ya sé -dijo- voy a hacer huertos para no tener que cazar y poder quedarme en casa. Al día siguiente armó una guadaña de piedra y plantó trigo y zanahorias. Dos semanas después Steve se moría de hambre hasta que crecieron las zanahorias y el trigo, entonces ya pudo seguir buscando hierro y más minerales para fabricarse armas y armaduras. Por la mañana Steve se fue a la mina y encontró muchos diamantes y se armó una armadura y una espada. Al llegar a su casa agarró comida y se fue al bosque. Lo seguían miles de

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creepers, los cuales fueron destruidos por la espada de Steve que por cierto siguió su camino por el bosque hasta que en el horizonte vio un castillo y fue hasta allí. Al abrirse la puerta, se escuchó un grito al fondo de una habitación, grande y oscura a excepción de dos puntos blancos que parecían ojos sin pupilas. Cuando Steve entró al castillo, la puerta se cerró, los puntos blancos desaparecieron y se escuchó en voz baja -Tú eres un creeper, tú eres un creeper ¡Tú eres un creeper!...Y entonces Steve poco a poco se trasformó en una de esas criaturas. Hay gente que dice que quien trasformó a Steve en un creeper fue Herobrine, un hombre igual a Steve pero malvado y sin pupilas. Hasta el día de hoy nadie sabe qué sucedió con Steve.

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El sonido misterioso (por Francisco Mazal) Había una vez un muchacho que se llamaba Lolo. Era alto, medio flaco, era muy amigable y le gustaba mucho hacer videos. Una noche, mientras cenaba en su casa escuchó un ruido fuerte que venía de su habitación. Fue corriendo hacia allí, entró, revisó todo y no pudo encontrar qué causaba ese extraño ruido. Lolo regresó a la cocina para seguir comiendo, cuando de repente volvió a escucharse el mismo ruido. Esta vez no le prestó atención y siguió comiendo. Pero el ruido seguía y se hacía más fuerte. Lolo empezó a sentir miedo de ese sonido extraño que venía de su habitación. Parecía el gruñido de un monstruo. Como estaba solo no se animaba a entrar a la habitación para fijarse otra vez. Pero el ruido continuaba y el pobre muchacho empezó a preocuparse cada vez más. Entonces tuvo una idea: agarró una escoba para luchar contra el horrible ser que provocaba ese ruido ate rrador. Con la escoba en la mano entró valientemente a su cuarto dispuesto a vencer el peligro. Agitó la escoba con fuerza por todos los rincones sin ver a nadie, hasta que de repente sintió unas garras en su cabeza y comenzó a gritar desesperadamente. Lolo despertó sobresaltado. Su gato Neko ronroneaba en su oreja mientras apoyaba las patas en su cabeza. Lolo estaba feliz porque todo había sido solo una pesadilla.

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El gatito (por Adrián Murga Martinez) Un niño llamado Jonás, siempre en las noches escuchaba ruidos en su casa, pero nunca veía qué era ese ruido, porque tenía mucho miedo. Hasta que un día de tanto ruido bajó al sótano a ver, y encontró que el ruido era de un gatito. Era negro con manchitas blancas y era chiquito, al verlo lo abrazó y le dijo: -ahora yo te cuidaré-. Desde ese día, Jonás siempre bajaba a llevarle su comida al gatito. Un día su mamá le preguntó: -¿Por qué bajás mucho al sótano y qué es ese ruido que siempre se escucha en las noches?-. Jonás no le quería decir por miedo a que le saquen a su nuevo amigo gatuno. Se quedó callado y su mamá bajó y vio al gato, miró a su hijo Jonás y al verlo con su cara triste le dijo que sí se podía quedar con él. Jonás se alegró y abrazó a su mamá, y desde entonces siempre llevaba a su gatito a todos lados en su mochila. Un día Jonás iba a la casa de un amigo con su gatito en la mochila pero al llegar, el gatito ya no estaba. El niño empezó a buscarlo pero no le encontró, empezó a pegar fotos a ver si así lo entregaban. Ya habían pasado semanas sin encontrarlo, Jonás sufría mucho por su gatito hasta que un día una señora muy buena lo encontró y lo llevó a la casa del niño. Él estaba en su colegio, así que se lo entregó a su mamá, al llegar se dio con la sorpresa de ver a su gatito.

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El duende del aceite ( por Joaquín Tesler) ¡Hola! Soy el duende del aceite. Vivo en un auto de marca Renault 19.Vivo abajo del asiento del copiloto. A la noche salgo hacia la calle y me subo a un auto, le cambio las ruedas rotas, les corro la trasmisión y les cambio el aceite. Lo que más me gusta es usar los alerones como rampa de patineta y hacer angelitos de polvo con el baúl. Cuando estoy muy sucio de polvo y aceite me tiro al balde de agua destilada y después me seco con el caño de escape. Cuando el dueño del auto se estaciona, yo puedo salir a charlar con otros duendes, jugamos a la mancha, a la escondida y cambio mis figuritas. Me pone muy bien haber ayudado, me despido aceitosamente, el duende del aceite.

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El ruido del mutante (por Francisco Quiroga) Hace cinco años el pintor más famoso de Japón, Eren, fue a las alcantarillas a dibujar una obra. Allí escuchó un ruido dema siado raro. En la oscuridad vio a un individuo que no parecía humano, sino una especie de escarabajo gigante con dos cuernos, tres dedos y de color gris. Corrió lo más rápido que pudo para poder escapar. Al escapar, Eren les dijo a todos los que conocía lo que vio, pero nadie le creyó. Aunque trece personas le creyeron ya que vivieron lo mismo. LLamaron “Pinsir” al monstruo. Eren y esas trece personas fueron de vuelta a las alcantarillas, pero con una cámara para grabarlo. Al ver al monstruo empezaron a grabar. Vieron cómo se comía una docena de ratas y cómo vivía. Al terminar de filmar, salieron a la superficie para subirlo a internet. Cientos de miles de personas vieron el video, todo el mundo bajó a las alcantarillas con armas, tenían tanto miedo a lo desconocido que querían matar a ese extraño ser. Cuando apenas vieron un cuerno de Pinsir empezaron a disparar, pero enseguida se dieron cuenta de que era totalmente diferente a lo que habían visto anteriormente. Tenía alas, ojos de avispa y más dedos. Al verlo empezaron a disparar como si les pagaran por eso. Siguieron disparando al ver que sangraba. Eren exclamó:-Bien, podemos matarlo. Está sangrandoUn amigo de Eren. Mike, gritó: -¡¡¡Disparen!!!-. Zack, otro de los amigos pensaba en que ese monstruo era demasiado asqueroso, que si lo seguía viendo vomitaría. Luego de una hora pudieron desmayar al monstruo, al subir tiraron TNT en las alcantarillas para explotar el interior y que el individuo extraño no pueda reanimarse. Después de eso nadie volvió a hablar del tema.

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El gato ninja (Franco López y Dalmiro Noseda) Había una vez un niño llamado Nico. Tenía el pelo color amarillo, era muy flaco, tenía lunares en la cara y dientes muy blancos. Un día escuchó un ruido en el techo de su casa. El ruido no lo dejaba dormir, entonces se levantó, miró la cerca de su patio y no vio nada, miró en la oscuridad y ahí fue cuando vio unos ojos y se preguntó: ¿Pero qué es eso? . Entonces fue corriendo a avi sarle a su mamá y ella le dijo -mañana nos fijamosy se fue a dormir. Después, al medio día investigó y encontró unas huellas de gato. Le contó a la mamá y ella le dijo: -Ponele una trampa-. Y eso hizo. A la noche escuchó pasos, miró en las sombras y vio nuevamente unos ojos que lo miraban. Nico había dejado una trampa, sonó la campana, fue corriendo y vio un gato parlante. El gato era negro, con rayas blancas, garras cortadas, dientes filosos y ojos tiernos. El gato le dijo su secreto a Nico y el niño entendió, lo adoptó y guardaron el secreto y vivieron felices y compraron trajes de ninjas.

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Federico y los ruidos (Juan Barreto) Había un niño llamado Federico. Era alto, flaco y no tenía ni un pelo en su cabeza. Tenía los ojos negros. Le gustaba mucho jugar al futbol y a las escondidas. Un día estaba en la escuela, cuando escuchó un ruido. Como Federico era muy curioso fue a buscar de donde venía ese ruido. Federico salió del aula en silencio y fue hasta el baño. Allí estaba la puerta abierta, y vio a un hombre disfrazado, entonces lo siguió. El hombre corrió hacia el sótano del colegio y Federico lo persiguió. El hombre no tenía escapatoria, pero allí había unas escaleras y el hombre se ocultó detrás de ellas. El niño no lo encontraba, el hombre se cayó de las escaleras y Federico lo vio. Le sacó la máscara y se asombró cuando debajo de ella encontró a su papá. Su papá era un criminal que robaba cosas en la escuela, pero lo llevó a su casa y el papá le prometió que no lo iba a hacer más.

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El monstruo y las pisadas (Lara Fernández) La historia que voy a contar tiene como protagonista a las pisadas de un monstruo. Él tiene todo el cuerpo verde, el pelo verde, tiene pecas en la nariz, tiene la cara ovalada y los labios grandes y pintados de rosa. Es feo, curioso y bueno. Vino de Copilolandia por eso es que se copia de toda las pisadas de los famosos. Un día, estaba durmiendo y escuché un ruido de pisadas que eran las mismas pisadas de Martina Stoessel, yo estaba muy nerviosa, porque creía que estaba Martina, mi famosa favorita. Yo quería ir a investigar para ver si era ella, pero primero me arreglé para estar linda cuando la viera. Salí de mi cuarto y de repente vi a un monstruo que estaba comiendo mi torta de cumpleaños que la había guardado en la heladera. Él me contó que por la noche se escapó de su casa porque odiaba a sus cuarenta hermanos y se fue a buscar otra familia sin tantos problemas con los hermanos. Después se metió en un caño de humo y se cayó en mi casa. También me contó que le gusta comer tortas de cumpleaños, le gusta pasear sin sus cuarenta hermanos, le gusta que en la escuela de monstruos siempre sea recreo, le gusta mucho andar en monopatín y le gusta soñar con tortas de cumpleaños. Después de contarme todo eso, los dos comimos torta y vimos una película que se llama “la copiona” era al mismo tiempo divertida y tenebrosa. Desde esta noche todos los sábados viene a ver películas y a comer torta.

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La rata gorda (por Maxi Corrado) Esta historia sucede en Chile en un día normal. Una noche, unos habitantes chilenos hicieron una fiesta de queso. Pero de repente escucharon unos ruidos raros, eran uñas de ratas que corrían por el piso. Se trataba de una rata pequeña, pero gorda y que era amante de los quesos. Le pidió queso a los chilenos, pero los dueños del lugar se asustaron y la rata aprovechó para robarse el queso y correr tan rápido que se cansó. De tanto cansancio, la rata se cayó al piso y terminó en una casa, donde había mucho ruido a risas. La rata estaba asustada y escuchaba muchos ruidos de botellas que se destapaban. Entró por una puerta y fue grande su sorpresa cuando se encontró con sus amigos ratas. Comieron queso juntos y luego fueron robar más de ese sabroso manjar.

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El ruido en el baño (por Morena Nadal) Un día a la noche me levanté y escuché ruido a voces. Al principio tenía miedo, entoces pensé que era mi mamá pero ella me dijo que no era. Le pregunté a mi hermano y a mi abuelo y me dijieron que tampoco eran. Entonces me levanté y me fijé en la baulera y en el comedor pero no había nada. Me fijé en el patio y en la casa del árbol pero no encontraba nada. Me fijé en el baño y prendí la luz y ahí encontré a un monstruo que tenía mi grabadora de voz. Cuando vi a ese monstruo tan feo, con orejas con cera sa liente, piel verde, ojos grandes, boca puntiaguda, pies chiquitos con hongos, pelos y uñas extremadamente largas (como lo que mide un autobus), salí corriendo y le conté a mi mamá, pero no me creyó. Luego le conté a mi hermano, él me creyó y fue conmigo. Los dos le preguntamos al abuelo si quería ver con nosotros al monstruo, él se asustó pero luego cambió de opinión y vino con nosotros. Después de que vimos al monstruo mi hermano y yo salimos corriendo, pero el abuelo se quedó ahí, mirándolo con cara de sorprendido. Entonces mi hermano y yo unimos fuerzas para empujar al abuelo y sacarlo del baño. Pero era demasiado tarde, el monstruo se lo había comido. -¡Abuelo nooooooo!!!- grité con tristeza. Justo mi madre se despertó y vio al monstruo comiéndose a su padre y se fue de la casa, agarró el auto y se escapó. Entonces junto a mi hermano nos escondimos en mi cuarto y esperamos a que el monstruo se vaya. Pensando que la bestia ya se había ido, salimos corriendo del cuarto, pero el monstruo no se había ido y agarró a mi hermano y lo empezó a aplastar con su mano.

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Yo tuve una idea, pero iba a ser complicada. Salí de mi cuarto y empecé a pegarle en su cabeza con una pala, el monstruo se desmayó y mi hermano y yo salimos corriendo, justo mi mamá volvió y juntos hicimos que el monstruo escupa al abuelo. El monstruo desapareció y pudimos irnos a dormir sin pesadillas.

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Ruidos curiosos (por Facundo Burgos) Un día estaba en mi casa, tranquilo, a la noche cuando de pronto empecé a escuchar ruidos ruidosos, que sonaban así: jajijojujajejijoju entonces decidí ir a ver qué era. Primero salí de la cama, silenciosamente buscaba el ruido que escuchaba, venía de afuera. Quise salir de mi casa y averiguar de dónde salía el ruido. Pensé entonces en robarle las llaves de mi casa a mi papá, porque él estaba durmiendo. Se las robé y pude salir. Mientras abría la puerta me imaginé que me iba a encontrar con un auto volador del futuro, con alas a sus costados que no paraban de aletear. Pero cuando ya estuve en la calle no encontré nada de eso. Los ruidos que escuchaba venían de mi vecino que estaba bo rracho y se reía. Entré a mi casa y me fui a dormir.

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Ruidos (por Sabrina Ostoich) Había una vez una chica muy joven llamada Clara Torres que vivía sola en su casa. Ella era alta, flaca, con ojos ma rrones y pelo castaño. Un día, mientras miraba la tele, escuchó un ruido muy extraño proveniente de la cocina. El ruido era leve y se escuchaba como el viento entrando en una ventana rota. Clara, sin pensarlo dos veces, fue a ver qué era ese ruido, si se trataba de una ventana rota o si se trataba de otra cosa. Clara buscó y buscó pero no encontró nada. Luego se fue a dormir y cuando se despertó, el ruido era cada vez más fuerte. Entonces se levantó y corrió a la cocina..... sin duda algo había y no era una ventana rota. Luego, de repente, apareció una figura negra muy similar a la de un lobo. Clara permaneció un segundo inmóvil mirando a esa figura con pelos, boca grande, ojos grises, alto como una jirafa pero gordo como un elefante. Cuando reaccionó, salió corriendo a la calle. Cuando ya estuvo bien lejos de su casa se dio vuelta, tomó aire y se sentó en el banco de una plaza. Al recuperar el aliento, se levantó y despacio volvió a su casa. Se llevó la sorpresa de que el Hombrelobo era bueno porque estaba sentado llorando y apenado le pidió perdón. Le contó que lo habían echado de su casa por ser el más grande y el más gordo de todos. Desde ese día fueron mejores amigos, comieron budín y una torta y la pasaban genial.

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Tusk y yo (por Santiago Lopez Fabbri) Hace mucho tiempo, cuando yo era solo un niño, tenía un amigo llamado Tusk. Este amigo era muy particular ya que era un yeti de nieve. Nosotros dos eramos inseparables, cada vez que él armaba algo con nieve yo hacía lo mismo y competíamos por la construcción de nieve más alta, nos divertíamos mucho, pero un día desapareció y jamás volvió. No supe más de él. Al principio lo busqué y lo busqué pero no lo encontré y me rendí, jamás lo iba a encontrar. Hasta que un día lo encontré y lo salvé de que se cayera a un vacío sin fondo, pero no me dio las gracias. Traté de hablar con él y no me dijo ni una sola palabra, le ví la cara y ¡estaba enojado conmigo!, le pregunté por qué estaba enojado y me respondió que había sido porque no lo salvé cuando desapareció. Le traté de explicar que lo anduve buscando por años, pero él huyó de mí y fue a un lugar. Yo traté de alcanzarlo, pero me quedé atrapado en un túnel de hielo. Allí había muchos caminos, el rojo, el azul, el verde y el amarillo. Fui por el azul y llegué a una base secreta bajo un agujero, toda hecha de hielo y nieve, dí un paso y ¡Katapum! Caí en una trampa. Atrapado en la jaula de metal frío vi una sombra... se acercó y le vi la cara y me sorprendí ¡Era Tusk! Pero al parecer algo lo había cambiado, ya no estaba peludo sino que tenía una armadura de hielo, pies de nieve, brazos de iceberg y manos totalmente frías. Me hizo su esclavo y no me pude liberar, pero otro amigo mío vino a liberarme de mi esclavitud y con su ayuda enviamos a Tusk a prisión. Desde ese día tuve otro mejor amigo llamado Jhonny.

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Un monstruo en casa (porTeo Mirkin) Un día, cuando estaba durmiendo en casa con mi mamá y mi gata Catalina, que siempre correteaba por el pasillo angosto de la casa, me desperté por un ruido. Sonaba como una cuchara golpeando con un vaso. Decidí averiguar de qué se trataba. Revisé la casa y no había nada raro, pero cuando salí al pasillo de los departamentos me encontré con un monstruo grande, peludo, azul, raro y como lo veía de espaldas no les puedo contar nada más de cómo era. Después me di cuenta que de ahí venía el ruido, era el monstruo que jugaba a las bolitas. Pero yo quería seguir durmiendo y no podía por el ruido. Así que pensé qué hacer. No le podía decir nada a mi mamá porque estaba dormida, a los vecinos tampoco les podía avisar porque no podía cruzar el pasillo sin que el monstruo me viera. Entonces miré a Catalina que estaba al lado mío, le tiré al pasillo su ovillo de lana, ella salió disparada atrás de él y cerré la puerta. Después no hubo más ruido así que pensé que estarían jugando con el ovillo y seguí durmiendo.

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Ruidos asustadores (por Iris Herce Mora) Hace un tiempo, en la casa de mi tía que vivía en el campo, escuché un ruido de ratas, me asusté mucho y me hice pipi en la cama de mi tía. No sabía qué hacer. Pensé y descubrí que el ruido venía del sótano, entonces otra vez escuché el mismo ruido. Descubrí que la puerta del sótano estaba abierta y salieron ratas enormes, feas, negras, gordas, con ojos rojos y deformes. Después mi tía vino a salvarme, me llevó a la casa de mi papá y se quedó una noche. Cuando volvió a su casa llamó a su amigo, el cazador, para que saque a las ratas de su casa. El cazador mató a las ratas con la máquina de desratización y se casó con mi tía.

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Los ruidos que asustan (por Valentina Ortega Toro) Había una vez una chica que se llamaba Valentina que era flaca, con pelo largo, tenía ojos marrones, nariz chiquita y boca grande. Un día estaba en la casa con su novio mirando una peli cuando de repente escuchó un ruido que hacía PUN....PUN y cada vez se oía más fuerte. Fue a investigar y encontró huellas de humano que se dirigían hasta el cuarto de su papá, pero cuando llegó allí no había nada. Siguió buscando por toda la casa, le pidió ayuda a su novio y hasta el perro participó de la búsqueda, hasta que descubrió que el que había dejado las huellas era el papá, que le había hecho un chiste para asustarlos. Más tarde fueron a la casa de la tía y cuando escucharon un ruido como el que habían escuchado en la casa, se dieron cuenta que era el papá y se empezaron a reir mucho y después comieron torta.

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Tomás y los ruidos (por Franco Linstedt) Había una vez un chico llamado Tomas. A él le gustaba salir todos los sábados a la plaza. Ua noche, después de volver de la plaza se acostó. Mientras dormía escuchó un ruido se despertó. Buscó por todas partes de dónde venía ese ruido tan raro. Se fijó por el baño, por el living, por el pasillo, por la cocina y por el patio. Él niño se asustó y pensó en otro lugar para resolver el misterio del ruido. Se le ocurrió ir al sótano. Allí lo encontró, encontró de dónde venían los ruidos. Eran gotas que caían al piso y las gotas al ir cayendo, se juntaban e iban formando un monstruo de agua. Tomás hizo que deje de caer agua al piso, cerró la llave de paso y el monstruo fue derritiéndose poco a poco hasta convertirse en un gran charco de agua. Ya no hubo más ruidos.

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Las llaves en movimiento (por Matías Cepeda) Había una vez un chico llamado Kraslot. Un día a la noche escuchó un ruido de llaves, se levantó a fijarse si eran las llaves del auto, pero no eran. Se fijó si eran las llaves de la casa, pero tampoco, no eran. Tampoco eran las del patio. Se fijó por la ventana para ver si era un señor o una señora abriendo las puertas de la casa, pero se sorprendió cuando vio que se trataba de un conjunto de llaves vivientes que se le habían perdido a los dueños. Bajó a la calle y fue en busca de esas llaves, entonces ellas se escaparon. Kraslot las fue a buscar. En el mercado estaban algunas de esas llaves vivientes, las corrió y las atrapó. Se las entregó a los dueños. Sin embargo quedaban más llaves por atrapar y los dueños no podían entrar a sus casas. Kraslot fue a buscarlas entonces. Primero fue al trabajo. Allí encontró algunas de esas llaves. Logró agarrar a casi todas, pero una escapó. Esta llave se fue corriendo hasta la casa del joven. Él la persiguió y los dos entraron a la casa y ahí logró atraparla, ya que no tenía salida entre los muros. Kraslot, ya más traquilo, salió a la calle y devolvió todas las llaves a los dueños.

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Las llaves y el perro (por Camila Funes) Había una chica que se llamaba Lucía, era muy linda, divertida, tenía los ojos azules y siempre se tomaba un cafecito a la mañana. Ella vivía sola en su casa. Un día escuchó un ruido de algo que venía de la terraza produciéndole un miedo tremendo y llamó a su madre por el teléfono. -Mamá, ¿Podés venir a mi casa? Escucho ruidos de la terraza- dijo asustada. -Sí- dijo la mamá. La mamá llegó a la casa de su hija con curiosidad y las dos subieron lentamente a la terraza muy asustadas. Cuando llegaron se dieron cuenta que esos ruidos tan asustadizos eran del perro, jugando con las llaves. La mamá de Lucía se río de la situación y Lucía se enojó porque pensó que se estaba riendo de ella, la madre le aclaró que se reía del perro y Lucía la perdonó. Bajaron, fueron a la cocina y se tomaron un café.

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La serpiente ruidosa (por Dalmiro Noseda) Un día un niño llamado Lance estaba durmiendo y escuchó un ruido de cascabeles. Se despertó sobresaltado y pensó que podía ser el llamador de Ángeles que su mama tenía en el balcón. Luego se dio cuenta de que ese ruido venía de otro lugar. Comenzó a buscar por todos los rincones de su casa; fue a la cocina, al living, al baño y al pasillo, pero no encontró nada. Volvió a su habitación, pero seguía preocupado ya que el ruido misterioso seguía sonando en la noche. En la habitación, detrás de una montaña de juguetes, se encontró con una serpiente de color negra con colmillos muy afilados y descubrió que era la causante del ruido de cascabeles. Lance llamó a su mama y juntos la liberaron en la naturaleza, a donde pertenece.

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INSTRUCCIONES FANTÁSTICAS Leímos varias instrucciones del manual de instrucciones de Julio Cortázar, ¿Cómo se le da cuerda a un reloj? ¿Cómo se hace para llorar? ¿Y para cantar? ¿Cómo se sube una escalera? A partir de estas instrucciones trabajamos la manera correcta de escribirlas, para eso analizamos las formas verbales que se utilizan. En grupos hicimos sorteo y sacamos un verbo y un sustantivo. Con ese binomio de palabras escribimos instrucciones fantásticas para inventar e imaginar cómo soñar cielos, cómo fabricar chocolate, cómo amasar música o cómo cocinar a una abuela. ¿Vos te animás a seguir nuestras instrucciones fantásticas?

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Cómo soñar cielos (por Francisco Quiroga y Morena Nadal) Verbo:Soñar Sustantivo: Cielo 1)Mirar el cielo por una hora entera. 2)Escuchar una cancion del cielo con auriculares de nubes. 3)Subir al cielo y agarrar un pedazo de nube y de cielo. 4)Tejer una sábana con el pedazo de cielo. 5)Subir al cielo de vuelta y agarrar un arcoiris. 6)Hacer una cama con el arcoiris. 7)Colocar la nube en la cama. 8)Dormir bien. Cómo hacer caminos (por Sabrina Ostoich y Matías Cepeda) Verbo: Hacer Sustantivo: Caminos 1-Elija si quiere hacerlo de tierra o de piedra. 2-Luego si lo eligió de piedra coloque las piedras una al lado de la otra sin que se salgan del piso. 3-Luego coloque otra vez una al lado de la otra, al lado de la otra fila. 4-Si lo eligió de tierra, hacer un pozo grande desde donde quiere hacerlo hasta donde quiere llegar. 5-Ponga 123 flores en todo el camino, 4 gusanos, 15 mariposas y 9 árboles al lado del camino. 6-Procurar que sea lindo día, así su camino se ve como un paraíso.

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CĂłmo llorar estrellas (por Camila Funes y Franco Linstedt) Verbo: Llorar Sustantivo: Estrellas 1. Abrir los ojos. 2. Pensar en algo trise. 3. Mirar fijamente al sol. 4. Hacer fuerza. 5. Pensar en estrellas. 6.Mirar al cielo. 7. Y listo.

Instrucciones para comer a un amigo (por Dalmiro Noseda y Franco Lopez) Verbo: Comer Sustantivo: Amigos 1-Hacer un amigo. 2-Invitar a tu amigo a tu casa. 3-Decirle que se acueste en una mesa. 4-Amarrarlo con una soga a la mesa. 5-Ponerle sal a tu amigo. 6-Hacer una salsa casera y ponersela a tu amigo. 7-Matar a tu amigo con un cuchillo y cortarlo en pedazos. 8-Agarrar un trozo con un tenedor. 9-Mojar el pedazo de amigo en la salsa casera.

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Instrucciones para armar chocolate (por Valentina Ortega Toro y Facundo Burgos) Verbo: Armar Sustantivo: Chocolate 1) Comprar cinco bolsas de barro. 2) Partirlos en dos a cada barra de barro. 3) Agarrar una batidora y poner el barro en la batidora. 4) Agarrar una cuchara y armar el chocolate.

CĂłmo cocinar abuelas (por Lara FernĂĄndez e Iris Herce Moa) Verbo: Cocinar Sustantivo: Abuelas 1paso: Agarrar a una abuela que se llame Maria AntoĂąieta. 2paso: Derretir chocolate. 3paso: Poner a la abuela en el chocolate derretido. 4paso: Aplastar a la abuela y sacarle la sangre con una jeringa. 5paso: Sacar a la abuela del chocolate. 6paso: Poner tres horas en la heladera a la abuela. 7paso: Sacar de la heladera a la abuela. 8paso: Dejarla 2 minutos afuera de la heladera a la abuela. 9paso: Y disfrutarla.

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Instrucciones para construir tierra (por Adrián Murga Martinez y Santiago Fabbri Kirzner) Verbo: Construir Sustantivo: Tierra 1.Tener un puñado de tierra en tus manos. 2.Lanzarla al cielo. 3.Agrandarla con poderes mentales. 4.Irte del país. 5.Esperar a que la tierra caiga y haga una explosión. 6.Volver al país. 7.Ver que la tierra se multiplicó.

Instrucciones de cómo se amasa la música (Por Maximiliano Corrado y Bruno Hoyo Correa). Verbo: Amasar Sustantivo: Música 1) Poner en un reprodoctor un CD de música. 2) Cuando la música esté por toda la habitación. meter un poco en un frasco. 3) Agarrar un rodillo. 4) Sacar la música del frasco y amasarla rápidamente antes de que se escape. 5. ¡¡Listo, música amasada!!

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Cómo escuchar las nubes (por Teo Mirkn y Juan Barreto) Verbo: Escuchar Sustantivo: Nubes 1) Andá a la cocina. 2) Cerrá la ventana y la puerta. 3) Apagá todos las cosas que hagan ruido. 4) Abrí el agua caliente. 5) Esperá a que el vapor llene la habitación. 6) Cerrá el agua caliente y escuchá el ruido a nube.

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ILUSTRACIONES DE GOTAS Y GOTITAS Leímos “Aplastamiento de una gota” de Julio Cortázar, del libro: “Historias de cronopios y de famas”. ¿Cómo es la vida de una gota? ¿Cómo se imaginan a esta gota? ¿Gorda? ¿Flaca? ¿Brillosa? ¿Con ojos? ¿Con dientes? Nosotras y nosotros nos aventuramos a imaginar a nuestra gota, seguimos trabajando con las descripciones, pero esta vez en vez de escribir, la dibujamos. Mirá nuestra galería de gotas y anímate a dibujar la tuya.

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