REVISTA FESTES ASJ - 2004

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Y LA SALVE MARINERA

A

través de esta publicación el año pasado tuvimos oportunidad de estudiar la producción musical de Carlos Palacios vinculada con la I! República Española. La elaboración de aquella monografía me resultó sumamente atractiva y satisfactoria desde que la abordé. Este abril vamos a dedicarlo a esbozar la contribución del bando nacionalista, producción que en nuestra ciudad estaría personalizada por el militar Camilo Pérez Monitor. Si Carlos Palacio fue el compositor alcoyano que dedicó con más ahínco sus esfuerzos a la causa republicana, escribiendo un buen puñado de canciones que movieron los ánimos y alientos de los soldados de la España roja, Camilo Pérez Monllor (1877-1947) podría representar al creador musical del bando contrario, si bien su elenco productivo no puede ser comparado con el de aquél, ya no sólo en cuanto a estilo sino también en cuanto al número de obras destinadas a este fin. El cargo que ocupó desde muy joven, director de la banda de música de infantería de marina de San Fernando (Cádiz), -después de la guerra civil fue nombrado jefe de la sección de música del Museo Naval del Ministerio de la Marina- le debió motivar a la hora de escribir obras de carácter militar y estilo ampuioso, destinadas a ensalzar al ejército vencedor. Recién acabada la contienda compuso en Barcelona dos pasodobles militares con cornetas y tambores que evocan este espíritu victorioso que precisaba el ejército nacionalista. El primero de ellos, fechado el 13 de abril de 1939, Flechas navales, lo dedicó a los futuros marinos de la gloriosa marina militar española. El segundo, de estilo idéntico, titulado Caballeros de España, lo terminó el 16 de mayo de ese mismo año. No era la primera vez que Camilo escribía obras para el ejército, en San Fernando compuso a principios de siglo tres piezas muy significativas, propias de su carácter austero, marcado por la ardua disciplina militar: el Canto patriótico militar para barítono y banda (1905), la marcha militar titulada 24 de septiembre de

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1810, escrita en 1910, y el Himno del primer regimiento de infantería de marina (1917), piezas que en su mayor parte cayeron pronto en el olvido, a excepción de la Salve de la Marina de Guerra Española, por la que todavía es recordado en la actualidad. La composición en sí no es cien por cien original de nuestro autor, ya que más bien se trata de una adaptación que Camilo hizo de cierto fragmento, de bella melodía, por cierto, de la zarzuela titulada El molinero de Subiza, del maestro Cristóbal Oudrid Segura (1825-1877), uno de los más afamados y fecundos zarzuelistas del siglo XIX. La zarzuela, en tres actos, fue escrita para el Teatro de la Zarzuela en diciembre de 1870, perteneciendo a la última etapa creativa del compositor. De ella se ha popularizado su atractiva jota y la melodía que el compositor alcoyano extrajo para formar ia salve marinera. La Salve que Monílor

arregló magistralmente -el maestro poseía una facilidad especial para transcribir piezas orquestales al ámbito bandístico- se cantó con estas estrofas: Salve, Estrella de los mares. Iris de eterna ventura. Salve, fénix de hermosura, Madre del divino amor. De tu pueblo a los pesares Tu clemencia dé consuelo Fervoroso llegue al cielo Y hasta ti nuestro clamor... Suprimida en tiempos de la república, por razones obvias, se instauró de nuevo apenas terminada la guerra civil. Miguel Ángel Picó Pascual


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