Huellas-Historia4

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La división del oficialismo Como vimos, en las elecciones presidenciales de 1922, la ucr concurrió dividida en dos agrupaciones, que reclamaban para sí la representación de todo el radicalismo. Prácticamente en todos los distritos estallaron disputas entre diferentes facciones partidarias, como reflejo de la competencia entre diversos caudillos por el control del aparato estatal, que constituía la base de los liderazgos. Pero, además de estos conflictos entre las facciones radicales, motivados por las ambiciones personales de algunos dirigentes, también adquirieron una mayor visibilidad las tensiones entre las diferentes tendencias ideológicas que convivían históricamente en el seno de la ucr. La línea de Alem se basaba en la tradición liberal de defensa del sistema representativo, republicano y federal. La otra línea correspondía a su sobrino Yrigoyen, que sostenía una concepción de nación única e indivisible y una idea de la representación política más centralizada, que entraba en tensión con el federalismo y el republicanismo. Estas diferencias habían comenzado a aparecer durante la gestión de Yrigoyen cuando, dentro del partido, se alzaron algunas voces que cuestionaban su estilo de conducción

Marcelo T. de Alvear (con bastón) en un acto en 1925 junto al Príncipe de Gales. El presidente mantuvo buenas relaciones con los antipersonalistas, a quienes los seguidores de Yrigoyen llamaban“contubernistas”, en alusión a sus relaciones cordiales con la oposición.

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del partido y el gobierno. Los críticos de Yrigoyen cuestionaban la centralización de la toma de decisiones, que imponía la voluntad del líder a la convención partidaria y al resto de los dirigentes. El conflicto entre estas corrientes internas hizo eclosión nuevamente en 1924, cuando la ucr volvió a dividirse en dos partidos. Un grupo de dirigentes prestigiosos y de prolongada trayectoria se separó de la ucr y formó la Unión Cívica Radical Antipersonalista. Entre ellos, se destacaban Leopoldo Melo, Vicente Gallo y Miguel Laurencena. De esa manera, personalistas (tal como eran denominados los partidarios de Yrigoyen) y antipersonalistas libraron sus principales batallas en el Congreso. Frecuentemente, los antipersonalistas coincidían con los legisladores conservadores en torno a proyectos y medidas, lo cual era criticado duramente por el yrigoyenismo, que controlaba la Cámara de Diputados y las estructuras del viejo partido radical. Pero, aunque Alvear simpatizaba con el antipersonalismo, evitó involucrarse en las luchas intrapartidarias y nunca dio su apoyo explícito a ese sector. Otras divisiones partidarias La conflictividad interna no fue un rasgo exclusivo del radicalismo. Como vimos, durante este período, las fuerzas conservadoras manifestaron grandes dificultades para organizarse en un partido estable. El pdp sufrió numerosas deserciones de dirigentes, tanto antes como después de 1916, y se convirtió en un partido arraigado básicamente en la provincia de Santa Fe. La división del Partido Socialista a raíz de la Primera Guerra Mundial fue muy significativa. Mientras la bancada parlamentaria simpatizaba con los Aliados y apoyaba la ruptura de relaciones con Alemania, otros dirigentes se inclinaron por la neutralidad, ya que consideraban que el movimiento obrero era internacional y que su unidad de objetivos se vería afectada si se adoptaba la causa nacionalista de los Estados beligerantes. En rechazo a la actitud asumida por el partido, abandonaron la agrupación y, a comienzos de 1918, fundaron el Partido Socialista Internacional, que luego se convirtió en el Partido Comunista.

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