218
ESTUDIO DE CASO LOS NEORRURALES EN LA ARGENTINA El sector de “nuevos actores rurales” es heterogéneo e incluye actores de origen urbano, que ingresan a la actividad agropecuaria por su expulsión de actividades anteriores o como proyecto de vida alternativo. Son pequeños inversionistas y sujetos denominados “neorrurales”, que visualizan al medio rural como lugar de residencia o recreación. Estos actores nuevos tienen mayor presencia en áreas cercanas a las ciudades grandes y medianas, así como en zonas con un cierto potencial desde el punto de vista turístico. El fenómeno neorrural En términos generales, el fenómeno neorrural alude a la valorización del espacio rural como medio ambiente residencial ideal para un número creciente de población urbana y a la consiguiente llegada de nuevos residentes a esas áreas. Entre las causas de esta tendencia socioterritorial, se pueden señalar condiciones materiales que facilitan el traslado, como mejoras en la infraestructura vial, mayor oferta inmobiliaria, descentralización de los servicios o nuevas formas laborales. También presenta elementos simbólicos, es decir, imágenes o representaciones que tienen los protagonistas respecto a nociones como lo rural, la naturaleza, la vida de campo, el pueblo, etcétera. LOS PRIMEROS NEORRURALES El neorruralismo se originó en Europa como un fenómeno de instalación rural de un grupo mayoritariamente joven y procedente de zonas urbanas que abandonó la ciudad y se dirigió al campo con un proyecto de vida alternativo. En la década de 1960, como decisión político-ideológica, los primeros neorrurales intentaron llevar a cabo una producción rural alternativa dirigida al autoconsumo. En la Argentina, un ejemplo de este fenómeno son las comunidades de artesanos, como la de El Bolsón, en la provincia de Río Negro. Desde la década de 1980, y con mayor énfasis en 1990, se registró una nueva oleada neorrural, esta vez relacionada con la mejora de la calidad de vida. Tanto en Europa como en la Argentina, esta fase promueve el cambio de residencia, con el objetivo de entrar en contacto con la naturaleza, lejos de la hostilidad urbana, aunque, en algunos casos, sin romper los vínculos con la ciudad.
El consumo de lugares en el ámbito rural, es decir, la puesta en valor del campo como recurso paisajístico, diferente al uso del recurso suelo en la actividad agroproductiva, es cada vez más frecuente. Esta tendencia suele estar vinculada con discursos ambientalistas y/o turísticos, que varían de acuerdo al aspecto que se pretende destacar para aumentar la atracción de los lugares que se ponen en valor. Este consumo de lugares no es exclusivo de las zonas residenciales, sino que se presenta alternado con usos agropecuarios del suelo. Por lo tanto, puede suceder que la población involucrada laboralmente en este tipo de actividades neorrurales tenga estrechos vínculos con aquella dedicada a actividades agropecuarias, o que se generen conflictos entre ellas. Las transformaciones demográficas de la migración ciudad-campo El fenómeno socioterritorial de la neorruralidad representa un movimiento migratorio en sentido ciudad-campo y sus principales consecuencias demográficas son: • El incremento de la población, lo cual revierte, en parte, la tendencia decreciente registrada durante décadas a causa del éxodo rural; por ejemplo, en los partidos que conforman la periferia rural del amba, se incrementó la cantidad de habitantes. • El rejuvenecimiento de la población a partir de la llegada de jóvenes, que eleva la tasa de fecundidad, incrementa la pea y dinamiza el sistema educativo.