Ecosistemas naturales y artificiales Un ecosistema está constituido por una comunidad, un cierto ambiente y las relaciones entre ellos. Una selva, por ejemplo, es un ecosistema y aunque parezca extraño, un terrario también lo es. Los ecosistemas se pueden agrupar en dos categorías: naturales y artificiales. Los naturales no están intervenidos por los seres humanos, sino que se forman como resultado de un conjunto de factores que actúan muy lentamente. En los ecosistemas artificiales, en cambio, los seres humanos controlan las condiciones del suelo, del agua y de las especies que los habitan. Además, requieren que se los riegue y se los fertilice. Su suelo se mantiene fértil. Se produce mucho oxígeno y se consume dióxido de carbono, gracias a la fotosíntesis.
El agua se almacena y se autopurifica.
ecosistema natural
Se consume mucho oxígeno y se produce más dióxido de carbono.
Utilizan la energía solar, mediante los organismos productores.
Su suelo se agota.
Consumen energía de combustibles fósiles en los vehículos utilizados para sembrar y fumigar. ecosistema artificial
Utilizan gran cantidad de agua que no se recupera porque se contamina con productos químicos.
Los ecosistemas naturales, como el bosque andino patagónico, se mantienen por sí mismos, mientras que los artificiales, como un campo cultivado, deben ser sostenidos por el ser humano.
Los seres vivos en el ambiente
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