Torredonjimeno. Tesoro, monarquía y liturgia

Page 32

El Tesoro de Torredonjimeno. Su contexto histórico Luis A. García Moreno Universidad de Alcalá

El tesoro que casualmente se halló en 1926 en Los Majanos de Garañón, en la localidad jienense de Torredonjimeno, sin duda que no puede compararse en tamaño y valor con el hallado, casi un siglo antes, en el pueblo toledano de Guarrazar. Las concretas condiciones del hallazgo no favorecieron un correcto y completo rescate del conjunto metálico. Al excavar al pie de un olivo se encontró un número de piezas áureas muy mezcladas con yeso, sin existir una cobertura pétrea en buen estado. El grado de deterioro de lo encontrado hizo que durante un tiempo ni siquiera su descubridor tuviera conciencia de su valor, y dejara a sus hijos jugar con bastantes de ellas, lo que necesariamente tuvo que conducir a una mayor fragmentación del conjunto con el extravío definitivo de algunos de sus componentes. Unos años después, en 1933, el tesoro se dio a conocer gracias a la salida al mercado de antigüedades de varias piezas. Indudablemente este último hecho también favoreció un mayor despiece y dispersión, siendo muy probable que en la venta de algunos componentes se perdiera por completo la noción de su procedencia. Aunque las personas próximas al descubrimiento y primera custodia del tesoro lo negaron siempre, no cabe descartar que una serie de piezas pasaran a ser fundidas y vendidas por su mero valor áureo. Prueba de todo ello es el estado enormemente fragmentario en que se encuentran actualmente las piezas que originalmente pudieron haberse contado entre las más importantes del depósito: las dos coronas votivas de las que pendían una serie de letras en parte con-

servadas, y que pueden ser indicio de que, al menos una de ellas, había sido una ofrenda realizada por un rey godo, al haberse conservado una “x”, una letra bastante rara que en ese contexto hace pensar que formaba parte de la palabra rex. Por eso, incluso en ese estado fragmentario, sería muy difícil negar la excepcionalidad del tesoro de Torredonjimeno. Porque la verdad es que su misma comparación con el de Guarrazar puede considerarse esencialmente incorrecta. Por todos los datos que tenemos resulta indudable que el tesoro toledano se componía esencialmente de coronas votivas ofrendadas por sucesivos reyes godos del siglo VII. La presencia de este tipo de ofrenda regia en un templo del Reino godo en absoluto puede considerarse como algo normal. Prueba de su rareza es la conocida noticia transmitida por Julián de Toledo de que la joya principal del tesoro tomado al rebelde Paulo en Nimes en setiembre del 673 era una famosa corona que en otro tiempo había ofrecido Recaredo a la iglesia de San Félix de Gerona (Iul., Hist. Wamb., 26). Sin duda una ofrenda tan excepcional hasta el punto de que el mismo Paulo no habría encontrado otra pieza en otra iglesia de las provincias Tarraconense y Narbonense, donde llegó a triunfar su rebelión contra Wamba, para utilizar en la necesaria ceremonia de su coronación como rey godo. Una ofrenda real excepcional que se explicaría tanto por el prestigio del mártir gerundense y de la basílica donde descansaban sus supuestas reliquias (GARCÍA RODRÍGUEZ, 1966, pp. 304-312;

31


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.