3 minute read

Formatos para la compresión de imágenes (bmp,

tiff, jpg)

La compresión entra en juego para mantener una buena calidad de la imagen pero evitando que esta ocupe demasiado espacio. Existen formatos, como tiff y bmp, que no emplean la compresión y que conservan todos los píxeles que tenía una determinada imagen. Estos formatos son ideales si la prioridad es la calidad de la imagen, aunque ello suponga que ocupe más espacio. Si, por el contrario, queremos reducir la dimensión del archivo, podemos optar por utilizar un formato de compresión como jpg, que permite determinar además cuánto se desea comprimirla. El método de compresión jpg analiza la imagen por bloques de píxeles y, dentro de cada bloque, reduce el número de píxeles. En función del objeto y de la cantidad de detalles y colores contenidos en una imagen, la compresión será más o menos eficaz.

Advertisement

La compresión como jpg conserva las dimensiones físicas de una imagen y reduce el espacio que esta ocupa en el disco, pero debe hacerse con cuidado, teniendo en cuenta el uso final que se pretenda dar a la imagen, ya que sacrificará la calidad y nitidez de la imagen. La misma imagen, con igual resolución (150 dpi) y dimensiones (259 x 295 px), pero distintos factores de compresión como jpg. A pesar de que el número de píxeles es igual, en la imagen de la derecha se ve claramente la cuadrícula usada para la compresión.

¿Qué hacer para mejorar la resolución de una imagen?

¿Qué podemos hacer cuando la resolución de la imagen que queremos imprimir es demasiado baja para la dimensión prestablecida? La respuesta corta es que, por desgracia, no hay nada que hacer. No hay nada que parezca más chapucero y obra de un aficionado que una imagen impresa a baja resolución y pixelada. Seguramente, lo mejor será hacerla más pequeña hasta que alcance una resolución adecuada para poder imprimirla.

No obstante, si de todas formas necesitamos usar la imagen en una dimensión específica a pesar de su baja resolución, hay algunas pequeñas operaciones que nos pueden ayudar a obtener un resultado mejor. No son trucos que vayan a resolver el problema, sino maneras de minimizar los daños.

1.Remuestreo de la imagen.

El remuestreo puede llevarse a cabo con Photoshop y consiste en modificar la cantidad de píxeles contenidos en una imagen. Puede utilizarse para reducir la resolución de una imagen, con el fin de que ocupe menos espacio en el disco; pero también, para aumentar la resolución. Aparentemente, es una estratagema perfecta para sortear los problemas debidos a la resolución; pero, en realidad, esta operación no genera nuevos detalles en la imagen ni le añade nitidez. Lo que hace el programa es generar nuevos píxeles a partir de los ya existentes, «adivinando» qué color deberán adoptar. Esta operación puede ser útil para evitar que la cuadrícula de píxeles sea muy evidente, pero la imagen seguirá estando pixelada. Puede ser útil añadir un poco de ruido en la fase de postproducción; pero, en general, es mejor no abusar de este procedimiento y hacer pruebas para ver si realmente aporta alguna mejora.

La misma imagen, en versión de 216 x 147 px y 72 ppi (arriba), y 1500 x 1021 px y 300 ppi, tras haberla remuestreado (abajo), con sus correspondientes secciones ampliadas. Tal como puede verse en la sección ampliada, la imagen remuestreada no presenta un mayor grado de detalle, sino solo un mayor número de píxeles.

2.La trama de medios tonos.

Otra opción es mantener el objeto de la imagen, pero aplicarle un tratamiento especial para evitar el aspecto pixelado o «cuadriculado». La trama de medios tonos es un tratamiento que puede llevarse a cabo con Photoshop y que consiste en dividir el original en pequeñas zonas de impresión, de un único color. Evidentemente, no es una opción válida para todo tipo de imágenes y fotos, pero puede ser muy útil para imágenes en blanco y negro.

La misma imagen habiéndole aplicado una trama de medios tonos (abajo).

3.Imprimir y escanear la imagen.

Un último intento que vale la pena probar es imprimir la imagen en una dimensión con buena resolución y, después, hacer una escaneo a alta resolución de la impresión, para utilizarla en una dimensión mayor.

Aumentando la imagen escaneada se verán los puntos de tinta y, aunque esto no sea ideal, en muchos casos será mejor que la cuadrícula de píxeles. Por desgracia, cuando la resolución de una imagen es demasiado baja, no hay demasiados trucos que se puedan utilizar. Lo importante es comprender cómo funciona la resolución y cómo influye en las imágenes impresas. En muchos casos, podrá ser evidente que cambiar de imagen y escoger otra en una dimensión y resolución adecuadas es un paso clave para una impresión profesional y eficaz.

This article is from: