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El m esianism o político
vicio de los más fuertes. Desde 2002 existe un Tribunal Penal Internacional, con sede en Roma. ¿Supone de verdad un avance hacia la justicia universal? N o podemos afirmarlo con demasiado entusiasmo. £1 fiscal de este tribunal depen de directamente del Consejo de Seguridad de la ONU, en el que, como hemos recordado, los cinco miembros perma nentes disponen de derecho a veto. La justicia internacional refleja esta desigualdad de entrada. Por principio, no se pue de acusar a ninguno de estos países ni a los aliados a los que quiera proteger. Así, el Tribunal Internacional nunca conde nará los bombardeos de Israel en Gaza, de Rusia en Georgia y de Estados Unidos en Irak. Las únicas personalidades a las que de momento ha acusado son de países africanos: Uganda, Congo, República Centroafricana y Sudán. N o será necesario que comentemos esta repartición de las intervenciones, pero podemos recordar un ejemplo re ciente. En marzo de 2.011 se celebra en La Haya, ante el Tri bunal Especial para Sierra Leona, a instancias de la ONU, el juicio de Charles Taylor, antiguo presidente de Liberia. Sus abogados preguntan por qué no se juzga también a los de más responsables de la guerra civil que asoló Sierra Leona, como los jefes de Estado de Libia y de Burkina Faso. El fiscal le responde que es muy sencillo: porque las potencias que financian el Tribunal (Estados Unidos y Gran Bretaña) no lo aceptarían. WikiLeaks sacó a la luz telegramas que mues tran que la embajada estadounidense de Liberia había anti cipado la idea de juzgar a Charles Taylor para desacreditar al dirigente del país, que muy probablemente tiene las ma nos manchadas de sangre, pero su mala reputación no es la única razón para que se le acuse. Se mezclan de forma deter minante argumentos políticos de los Gobiernos de los países más poderosos, incluso de grupos privados que influyen en sus decisiones.14 En mayo de 2.011 asistimos a otras dos manifestaciones de la justicia internacional. Mientras los aviones franceses y británicos bombardeaban Trípoli, el fiscal de este Tribunal reclamó que se abrieran diligencias contra el dirigente libio,