Historia delperu 3 trilce

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Historia del Perú Para tomar en cuenta: Manuel Pardo, profeta de los ferrocarriles Manuel Pardo y Lavalle nació el 19 de agosto de 1834 en Lima. Fué hijo del famoso escritor Felipe Pardo y Aliaga. Recibió una educación tanto liberal, mientras estudiaba en el colegio Guadalupe dirigido por el español Sebastián Lorente, como conservadora, en su paso por el Convictorio de San Carlos, regentado por el sacerdote Bartolomé Herrera. En 1857 debió retirarse por un año a Jauja por motivos de salud. Tuvo ahí largas tertulias con Bartolomé Herrera, el obispo Manuel Teodoro del Valle y el ingeniero polaco Malinowski, un apasionado de los ferrocarriles. Su calidad intelectual y su temprana y terrible muerte (fue asesinado en 1878, cuando se disponía a ingresar al Senado) convirtieron a Pardo en una suerte de héroe civil. En estudios sobre la Provincia de Jauja (Lima 1862), lanzó su campaña por los ferrocarriles como medio de redención del Perú. “(...)Hemos perdido quince años de guano, pero nos quedan diez o doce todavía. Hemos derrochado 150 millones pero quizá nos quedan otros tantos. Abramos pues los ojos: no malgastemos, no derrochemos como locos. No pretendamos que se cambie totalmente de conducta, eso sería mucho pretender, pero salvemos algo del naufragio: salvemos tres o cuatro millones del temporal que corremos y con tres o cuatro millones solamente durante un decenio podrá responderse de la prosperidad eterna del Perú. Crear retornos que suplan el guano, crear rentas fiscales que reemplacen las del guano; he aquí el problema. Fomentar la producción nacional; he aquí la revolución; ella nos dará retornos para el comercio; ella nos dará rentas para el Estado. En la producción nacional, en la riqueza pública será donde encontremos las entradas para nuestro tesoso, cuando la actual renta desaparezca. El aumento de valores en todas las ramas de la actividad nacional permitirá el aumento de las contribuciones sobre la tierra que sólo pueden pagarse cuando la tierra produce, sobre la industria, que sólo se obtiene cuando la industria florece, sobre la propiedad urbana, consecuencia del aumento de la población y por último y más que todo de las contribuciones indirectas, como las de aduanas, que crecen sólo donde hay movimiento industrial y comercial. Y qué medio más fácil, mas rápido y más poderoso de aumentar con la producción nacional a un mismo tiempo la riqueza de los particulares y del Estado ¿Qué medio más expedito y más sencillo que las vías de comunicación? Ya hemos dicho: si en las naciones europeas el papel de un camino de hierro se reduce a facilitar y activar las comunicaciones entre dos puntos del territorio, en el Perú su misión es de crear esas relaciones que no existen entre lugares que están incomunicados unos de otros; en Europa ellos facilitan el tráfico y el comercio, fomentan asi la industria y dan mayor valor a la propiedad; en el Perú lo creerán todo: comercio, industria y hasta la propiedad, porque darán valor a lo que hoy no tiene. De otra parte el aumento de riqueza material que los ferrocarriles producen se traduce también en un verdadero aumento de civilización, en la mejora moral e intelectual de la nación cuyos territorios han sido sido enriquecidos súbitamente por la locomotiva”. Carlos Contreras y Marcos Cueto, Historia del Perú Contemporáneo, IEP, 2004, página 146.

Nacimiento del Partido Civil La plutocracia burguesa comercial se organizó inicialmente la sociedad de independencia electoral para, poco después, constituirse en el Partido Civil con su lema: “por la República Práctica, la Republica de la Verdad”. El principal dirigente fue el ex consignatario Manuel Pardo y Lavalle, representante de la clase empresarial peruana dispuesta a controlar el Estado dando fin al viejo militarismo que aún imperaba. En el programa civilista, se proponía fortalecer las instituciones civiles, racionalizar el Estado, educar a las masas populares y descentralizar la administración pública. Con una activa y millonaria campaña electoral, la oligarquía civilista logró el triunfo en las elecciones de 1872. Manuel Pardo y Lavalle derrotó al General Echenique y al abogado Manuel Toribio Ureta.

La idea de Estado civilista Para los civilistas el Estado debía ser modesto en recursos y ajeno al intervencionismo. Se pensaba que las funciones del Estado debían de ser limitadas y que su principal tarea era garantizar el orden. La existencia de un presupuesto equilibrado era síntoma evidente de un gobierno decente y civilizado; por el contrario, el déficit era sinónimo de caos e inmoralidad. El gasto público debía ser muy reducido y la acción del Estado no debía interferir con la actividad privada, ya que esta generaba la riqueza. Por ello, los servicios o beneficios ofrecidos por el Estado eran muy pocos y se enfatizaba los relativos al orden (policía, ejército y justicia).

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Tercer año de secundaria


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