Edición del 26 de Noviembre de 2012

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PEKES

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DOMINGO 25 DE NOVIEMBRE Lunes 14 DEDE JULIO 2012DE • DIARIO 2008 • LOS TUXTLAS

El+ Mons. PanJoséde la Palabra Trinidad Zapata Ortiz

Peke Reflexiones

Juan 18, 33-37

Q

ueridos pekes, me da mucho gusto saludarlos de nuevo como cada semana. Hoy celebramos la fiesta de Cristo Rey del Universo, hoy es el último domingo del año litúrgico. Ciertamente el último día del año litúrgico es el próximo sábado y el siguiente domingo es el primer domingo de adviento y, al mismo tiempo, el primer día del año litúrgico. Naturalmente estamos hablando del año litúrgico, no del año civil, el cual inicia el 1 de enero y termina el 31 de diciembre.

Mi reino no es de aquí

En el evangelio de hoy tenemos un diálogo entre Pilato y Jesús. El diálogo comienza con la pregunta de Pilato: “¿Eres tú el rey de los judíos?”. Antes de responder afirmativamente, Jesús dice: “Mi Reino no es de este mundo”, “Mi Reino no es de aquí”. Con estas palabras Jesús insiste en el origen divino de su Reino y en la naturaleza distinta en comparación a los reinos de este mundo. Aunque ya está en este mundo, el Reino de Jesús, no es como los de este mundo. En concreto, su Reino no consistirá en la restauración temporal de la dinastía davídica, ni en un reinado al estilo del reinado del emperador romano.

Pero se vive aquí

El Reino de Jesús no es de aquí, pero sí se vive aquí en aquellos que, como miembros de la Iglesia, que es germen y principio del Reino (cfr. LG No 5) aceptan a Jesús en su vida y tratan de que ese Reino de Dios esté más presente en nuestra tierra. En ellos el Reino de Dios comienza a germinar como la semilla de mostaza que es la más pequeña semilla, pero cuando germina y crece se convierte en un arbusto grande (cfr. Mc 4, 31). Orígenes, un sacerdote de los primeros tiempos de la Iglesia, decía que cuando decimos “Venga a nosotros tu reino” es porque queremos que el Reino salga de nuestro corazón y dé frutos en nuestra sociedad. Esto significa que Jesús debe reinar primero en nuestro corazón y desde nuestro corazón se debe irradiar a nuestra familia y sociedad.

Es un reino de verdad y de libertad

Siguiendo el diálogo, Pilato le dice a Jesús: “Con que tú eres rey. Jesús le contestó: Tú lo has dicho. Soy Rey”. Con esta respuesta de Jesús ya no queda lugar a dudas, Jesús es Rey, pero enseguida explica la naturaleza de su Reino: “Yo nací y vine al mundo para ser testigo de la verdad”, es lo mismo que decir yo he venido al mundo para ser Rey de un Reino de verdad que libera de las ataduras de la mentira. Recordemos que Jesús dijo que Él es el camino, la verdad y la vida (cfr. Jn 14 6). Por eso dice: “Si os mantenéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” (Jn 8, 31-32). Por eso aquí concluye diciendo: “Todo el que es de la verdad escucha mi voz”. Es decir, todo el que busca la verdadera libertad viene a Jesús.

Es un reino eterno

El libro del profeta Daniel, cuando habla del Hijo del hombre, dice que su Reino jamás será destruido (cfr. Dn 7, 14). Lo mismo le anunció el Ángel a la Santísima Virgen María: “El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin” (Lc 1, 32-33). En efecto el Reino espiritual inaugurado por Nuestro Señor Jesucristo, aunque en este mundo no está presente en toda su plenitud, sin embargo ya está dando frutos en los que creen en Cristo Rey del Universo.

Es un reino de mártires

Recordemos que la fiesta de Cristo Rey fue instituida por el Papa Pío XI el 11 de diciembre de 1925, cuando muchos de nuestros hermanos defendían la fe y morían por ella al grito de “Viva Cristo Rey”. De manera que el Reino de Cristo tambien es un reino de martires que están dispuestos a perder la vida, en este mundo, para ganar la vida eterna. Cuando aquí dice Jeús: “Todo el que es de la verdad escucha su voz”, significa que en ellos está presente el Reino de Cristo, significa que en ellos Cristo es su rey y ellos ya reinan en Cristo.

Reino de vida, santidad, amor y paz

Recordemos que la fiesta de Cristo Rey fue instituida por el Papa Pío XI el 11 de diciembre de 1925, cuando muchos de nuestros hermanos defendían la fe y morían por ella al grito de “Viva Cristo Rey”. De manera que el Reino de Cristo tambien es un reino de martires que están dispuestos a perder la vida, en este mundo, para ganar la vida eterna. Cuando aquí dice Jeús: “Todo el que es de la verdad escucha su voz”, significa que en ellos está presente el Reino de Cristo, significa que en ellos Cristo es su rey y ellos ya reinan en Cristo.

Conclusión

Queridos pekes, éste es el Reino que ya debe estar en nuestro corazón, es el Reino del que formamos parte y con el que estamos comprometidos. En realidad, el Reino es Cristo mismo. Decía San Cipriano que así como Cristo es la resurrección porque en Él resucitamos, así Él es el reino porque en Él reinamos. Un rey tiene súbditos. Si Cristo es Rey, nosotros somos sus subditos y, si somos sus súbditos, significa que obedecemos su ley. Pues bien su ley es el evangelio, en él se nos enseña a ser sus discípulos, a renunciar a nosotros mismos, a tomar la cruz y a seguirlo. En definitiva, se nos enseña el mandamiento del amor: “Amaos los unos a los otros como yo los he amado” (Jn 15, 12.17) Nos leemos la próxima semana. ¡Que Dios me los bendiga!


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