Pio Baroja

Page 156

Pío Baroja

criado les preguntó: -¿De qué quiere la copa el señor? ¿De ron? ¿De Chartreuse? -Me es igual. Pasó luego el criado con una caja de puros, y, mientras fumaban, se habló de la compañía del Español, de los cómicos extranjeros, de Gabriel d’Annunzio y de otra porción de cosas. Cuando ya la conversación languidecía, el dueño de la casa se arrellanó en la butaca y dijo: -Vamos a hablar de nuestro asunto. Yo quisiera hacer una revista de una gran independencia de criterio y que representara las tendencias más avanzadas en sociología, en política y en arte, y para eso me he permitido llamarles. Yo, digo la verdad, soy anarquista en el sentido filosófico, por decirlo así. Yo creo que hay que renovar esta atmósfera en que vivimos. ¿No les parece a ustedes? El anfitrión sonrió amablemente. No estaba, al parecer, muy convencido de la necesidad de la renovación. -Yo quisiera saber -prosiguió- si ustedes podrían llegar a un acuerdo para poder trabajar en común, porque de la parte económica me encargaría yo. -Nosotros somos anarquistas -dijo el Libertario-, y cada uno de nosotros tiene sus opiniones particulares; pero nosotros cuatro, y con nosotros nuestros amigos, ayudarán en lo que puedan, con el trabajo y con la propaganda, a un periódico que sirva para atacar la actual sociedad. Juan, Prats y Manuel asintieron a lo dicho por su compañero. -Pero eso es muy vago -dijo con cierto aire displicente un joven acicalado y repeinado, hablando con ceceo de gomoso. -¿Vago? Yo no veo la vaguedad -replicó con rudeza el Libertario-. Ayudaremos con gusto a todo lo que sirva para desprestigiar el Estado, la Iglesia y el Ejército. Somos anarquistas. -Pero hay que saber qué anarquismo es el de ustedes -indicó el gomoso; y añadió, dirigiéndose al anfitrión: -Porque hay el nihilismo filosófico; hay la anarquía, que es la fórmula lógica y científica del socialismo radical, y, además de esto, hay el sentimiento anarquista, que es un sentimiento bárbaro, salvaje, de hombres primitivos. -Ese sentimiento bárbaro y salvaje es el nuestro -dijo, sonriendo, el Libertario. -¿Un sentimiento puramente de destrucción? -Eso es, puramente de destrucción. -Yo estoy con estos señores -saltó un joven de barba y anteojos, de aspecto ensimismado y hablar meloso-, creo que hay que destruir mucho, disolver las ideas hechas, atacar los dogmas en sus principios. -Hay que construir -interrumpió el gomoso con un gesto de desdén. 156


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.