Huellas de Tinta: Septiembre 2012

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Especial del mes | ¿Un e-reader? ¡Yo ni loco!

Contra: Como todo artefacto con memoria, sobrecargarlos o llevarlos al límite de su capacidad, hace que funcionen más lento.

“Los e-readers no muerden y son una de las compras más inteligentes que puede realizar un lector”

Pro: Podés leer en cualquier lado, no solo por su peso (unos pocos gramos) y su tamaño. Sino que está diseñado para que puedas leer fácilmente con una sola mano y la tinta electrónica te permite leer a la perfección aun al rayo del sol.

Contra: En los tiempos que vivimos leer literalmente en cualquier lado depende de qué tan temerarios seas. A pesar de que un e-reader sale menos que un teléfono de alta gama y lo mismo que un Blackberry, la lógica es que nos de miedo sacar este aparatito que llama bastante la atención en un transporte público colmado de gente o en una plaza. Pero, esto depende de cada uno. Pro: La letra se ajusta al tamaño que necesita cada lector, la mayoría de los aparatos te permiten tomar

notas y hacer marcas. Cuando cerras un libro, al abrirlo sigue en la página que lo dejaste (a diferencia de lo que dice otro gran mito, no tenes que ir página por página hasta que llegas a dónde estabas cada vez que apagas el aparato) y, si queres ir a alguna página en particular, basta con que pongas el número para que vaya a ella. Pro: Podes hacerte con montones de libros por muy poco dinero (o por nada) Contra: Nunca va a ser lo mismo que un libro físico.

¿Qué tengo que tener en cuenta para comprarme un e-reader? Lo primero que tenés que hacer es plantearte qué usos le darías, y después buscar la opción más conveniente basándote en eso. Si lo querés pura y exclusivamente para leer, cualquiera va a estar bien. Hoy por hoy, las marcas que más suenan en el mercado son todas más o menos igual de buenas en su función principal (léase, la lectura) y tienen todas precios similares. Las ventajas que las marcas de moda –porque las hay– tienen sobre otras menos populares no hacen a la lectura, si no que son complementos, accesorios, como diccionarios o resaltadores.

EXPERIENCIAS DE USUARIOS

Desde que salieron los e-readers a la luz, y especialmende desde que pude tener uno en mis manos por primera vez (allá por el 2008), me surgió la necesidad imperiosa de tener uno. Lo quería porque me encantan los gadgets, porque como lectora me parecía práctico, y porque como uso anteojos la tinta electrónica me parecía impresionante. Este año, finalmente, pude tener el mío propio, y las espectativas fueron cumplidas: Para mi cumpleaños mi marido me regaló un Papyre613, como gadget es genial, reproduce música, imágenes y todo tipo de archivos, además tiene un navegador de internet, una aplicación de correo

electrónico y WiFi. Mi parte lectora lo amó ¡Puedo llevar todos mis libros, revistas, sagas completas y textos para la facultad! ¡Y sólo pesa medio kilo! Y, por supuesto, puedo pasar horas leyendo sin que me fastidie la vista. Los contras: los que no tienen pantalla touch son muy delicados y una funda rígida es INDISPENSABLE, ya que cualquier presión la destartala (me pasó y ahora lo tengo que mandar a arreglar), y al ser un producto tan nuevo en el país, las oficinas de servicio técnico son casi nulas, de Grammata hay una sola en todo el país. ¿Si lo recomiendo? Sí, totalmente.” Mel, 25, Argentina.

Yo era de las que consideraba que un ereader era un aparato poco práctico y pretencioso. Creía que era parte de esta movida pro tecnología y que buscaba destronar al libro común imponiendo un nuevo estilo de lectura. En síntesis, un mero producto inventado por las ventas y no por el disfrute de la lectura. Sin embargo, a medida que fui descubriendo mi gusto por las sagas juveniles, descubrí que conseguir los libros era cada vez más imposible, por demoras en publicaciones o por el simple hecho de que algunos libros no llegaban al país, ¡ni ahora, ni nunca! Entonces consideré la posibilidad de comprarme un e-reader. Finalmente lo hice, y lo recibí hace muy poco. Y, desde que lo tengo, mis lecturas se duplicaron. No sólo me encontré con la maravilla de tener cientos de libros en un mismo lugar sino


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