Huellas de Tinta Junio2015

Page 44

RELATO || Brisa matinal RELATO La maldición

La maldición Por; Vera Miszca I Todo cambió aquel día. Fue cuando en verdad me di cuenta que algo andaba mal. Siempre fui un chico muy observador. Me interesa cómo piensan las personas, ver sus actitudes, llegar al punto de darme cuenta cómo son sin ni siquiera conocerlas. Pero desde que vi a esa chica de cabellos largos y negros en la plaza que siempre nos juntábamos con mis amigos, todo fue diferente. Nunca pude descifrarla. Había descifrado a cada persona que frecuentaba la plaza, pero con ella no podía. Ella solo iba y se sentaba sola, en el pasto. A veces leía un libro, a veces escribía, pero nunca se relacionaba con el resto. Era como si le gustara estar rodeada de personas pero no relacionarse con ellas. O tal vez solo esperaba que alguien la invitara. Realmente no tenía cara de querer tener contacto con alguien. Así pasaron varias semanas, se volvió mi obsesión. Hasta el punto de que a veces iba solo a la plaza con tal de poder verla y estudiarla mejor. Era un misterio para mí. Y eso me atraía. Un día estábamos con mis amigos y la chica se encontraba a unos metros inclinada hacia delante con su pelo como una cortina intentando tapar su cara. No pude resistirme y me acerqué. Me paré frente a ella y siguió actuando como si nadie estuviera ahí. Entonces le hablé, estaba muy nervioso, no sabía por qué, siempre se me había dado el trato con las personas. Cuando oyó el sonido de mi voz, levantó la cabeza apenas y se me quedó mirando, sin decir nada. Tenía una mirada profunda, llena de misterios. No podía sacar conclusión alguna de cómo era. Simplemente era así. No puedo describirlo. Era ella. Y podría jurar que de todas las miradas que había visto en mi vida, ninguna era como aquella. No contestó nada. Pero tomé como un sí que se levantara. Comenzó a seguirme. Nos dirigimos a donde estaba mi grupo de amigos. Cuando llegamos me disponía a presentarla, entonces me di cuenta de que no sabía su nombre. Se lo pregunté y ella contestó solo con un susurro. Mis amigos repararon en ella un minuto y luego siguieron 42

hablando entre ellos. Yo intenté darle un poco de charla pero fue inútil. Días después me encontraba nuevamente en la plaza y cuando apareció ella, pero extrañamente se acercó a mí. Me sostuvo la mirada de una manera que perdí la noción del tiempo. Luego se sentó junto a mis amigos y allí se quedó, callada como siempre. Me había entretenido en una conversación con una amiga y hace rato que no la miraba. Hasta que en un momento uno de mis amigos sí lo hizo. Le dijo a ella sorprendido, pero a la vez intentando ser divertido “Qué cara de nada tenés”. Fue entonces cuando todos la miramos. Sus ojos se clavaron en los de mi amigo como dos flechas. Él se quedó totalmente absorto en ellos. Desde aquel día, mi amigo se volvió completamente loco. Le diagnosticaron esquizofrenia y terminó internado en un hospital psiquiátrico. La chica no apareció ni una sola vez más por allí. No la he visto desde entonces. En una ocasión fui a visitar a mi amigo al hospital y se me ocurrió preguntarle qué había pasado ese día con aquella chica. Él me dijo que vio la cara más horrenda que había visto en su vida. Me la describió con detalles, porque dijo que nunca la olvidaría desde entonces. Recordaba cómo la cara de la chica se transformaba en la mueca más espeluznante. Desde aquel día, no paraba de soñar con ella. Y cuando le pregunte qué pensaba que había visto en verdad, él me contestó que había tenido ante sus ojos a nada más ni nada menos que la propia muerte. II Dos meses más tarde mi amigo se suicidó. Fue eso lo que me impulsó a buscar a la chica que había causado todo. Me pasé semanas, yendo a esa plaza, quedándome hasta altas horas del a noche, esperándola en el lugar en el que le había hablado por primera vez. Hasta que un día apareció y se dirigió directamente hacia mí, como si supiera que la esperaba. No me encontraba tranquilo, algo malo estaba por suceder, lo sentía.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.