Otro de los cambios significativos es que la película omite las partes dramáticas del libro. La muerte de los padres de Wade, los abusos a que lo sometía su tía, su depresión después de quedarse solo y el hecho de que no llegan todos vivos al final del libro. Otra cosa interesante es que al leer la novela uno puede encasillar a la historia de Wade en el llamado “camino del héroe”, ya que es el que realiza todos los actos heroicos y los sacrificios. Pero en la película el mérito está repartido entre todos los personajes, eso le da puntos extras y la vuelve más creíble y querible. En estos dos puntos creo que el autor se esforzó por convertir la novela en
un show apto para todo público y, en especial, enfocado a jóvenes y adolescentes. Aunque eso no significa que los grandes no la hayamos disfrutado como chicos. Cada forma de contar la historia tiene sus propios méritos. El libro tiene cientos de referencias a la cultura “ochentosa” que desatan nostalgia en los nacidos allá por el setenta y pico, y por eso mismo presenta para esos lectores una historia más cruda que la que presenta en la pantalla, dirigida a un público joven, haciendo uso de referencias más conocidas y agregando grandes dosis de humor y acción con imperdibles efectos especiales. Ambos son imperdibles.37