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Orlando
(Ángeles negros #1)
ka Wrede en otra cosa más que en servir y cumplir con su cometido: salvar a aquellos que no pueden defenderse por sus propios medios. Todo se va a empezar a complicar cuando sus padres regresan de una misión, y Reagan ve algo que nunca había notado en ellos: miedo. A pesar de que no quieren contarle nada, ella lo presiente; algo salió mal en su misión, y pronto tendrá que marcharse. Y cuando alguien intenta secuestrarla en la escuela, sus sospechas se confirman; sus vidas están en el mayor peligro. Reagan debe enfrentarse a situaciones para las que siempre estuvo preparada, pero nunca había puesto en práctica. Ni siquiera tiene que pensar cada movimiento, sus reflejos actúan por cuenta propia al defenderse y moverse con un arma en la mano. Lo que debe decidir es si hacer caso a sus superiores y dejar que los Ángeles Negros se ocupen de todo, a pesar de que ella puede ver los errores que están cometiendo, o si entrometerse y hacer caso omiso de todas las órdenes que le dan, para poder salvar a sus padres del peligro en el que se encuentran. Esta es una historia que atrapa desde el comienzo. Es súper ágil y se lee muy rápido, el libro no me duró ni dos días. Reagan nos va contando su día a día, cómo tiene que entrenar desde que se levanta hasta que se acuesta, pero así y todo continuar con su vida de adolescente: estudiar para los exámenes, asistir a clases, no llamar la atención pero encajar en un grupo de amigos... No es nada fácil para ella, al menos emocionalmente. En lo concreto, no le cuesta que sus mentiras salgan de su boca, pero no le gusta nada, está can-
sada de no ser ella misma, de inventar cada vez una nueva personalidad. Y si bien entendemos a sus padres y toda esta idea patriótica que tienen los estadounidenses de “servir al país”, la verdad es que es bastante lógico que de pronto empiece a dudar de todo, más si los padres no pueden parar a pensar dos segundos y darse cuenta de que es solo una adolescente, no pueden exigirle que razone todo como ellos. Casi que no le dan elección, no porque sean malos, pero tampoco son muy comprensivos; le exigen demasiado. Por suerte, tiene a Sam, “su tía” para los demás, quien es en verdad compañera de equipo de sus padres. Ella está siempre ahí para Reagan, es casi como una hermana mayor, y con ella puede ser abierta respecto a sus dudas. Y lo que Sam le dice no es sencillo, pero es lo que debe hacer: cuando llegue el momento en el que sepa qué debe hacer, tiene que escuchar a su corazón. No sabes mi nombre es un libro súper atrapante que les recomiendo enormemente, no se van a arrepentir. SOBRE LA AUTORA La escritura es uno de los grandes amores de la vida de Kristen Orlando y ha tenido la suerte de convertirla en su medio de vida —la primera fue productora de televisión, luego como vendedora y ahora como novelista. Kristen se graduó con un B.A. En Literatura Inglesa.
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