El pequeño manual del bambú pdf

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Las soluciones edilicias para terrenos de ladera, no solo deben tener presente las dificultades que conlleva la desigualdad de alturas, que exige una interacción mayor entre sus elementos estructurales, sino que ante pendientes mayores del 15% la construcción debe desarrollarse preferentemente a lo largo de la curvas de nivel, donde estaría el frente, procurando que el desarrollo en el sentido de la pendiente sea lo más corto posible, para que la cimentación no sea excesivamente alta en el extremo inferior del terreno; para ello, deben fundirse vigas de cimentación de hormigón ciclópeo o de concreto reforzado con hierro, orientadas en sentido perpendicular a la pendiente, vale decir, a lo largo de las curvas de nivel, que serán vaciadas sobre un solado de concreto de limpieza de 4 cm. de espesor y cuyas dimensiones varían de acuerdo a la capacidad portante del suelo y a las cargas provenientes de la edificación, dependiendo de si es de uno o de dos pisos. Estas cargas son transferidas a los cimientos a través de la sub-estructura espacial, antes mencionada, que sirve, así mismo, de amarre entre dichos cimientos y que se apoya en unos dados o pilas de concreto -una por cada paral o poste- que van fundidas a la parte superior de la viga-cimiento, y que sobresalen del nivel del suelo para evitar la humedad en las bases de Guadua. Estas pilas deben anclarse en el cimiento mediante cabillas de hierro. Los terrenos de pendiente generalmente son más propicios a la erosión y derrumbamiento, por lo que deben evitarse las excavaciones y movimientos de tierra que puedan ocasionar deslizamientos y deben conservarse las áreas de escorrentía natural, construyendo los drenajes adecuados, para evitar los represamientos causados por la saturación del suelo en invierno. Para el diseño y cálculo estructural de este sistema se tomaron los siguientes índices: Resistencia a la rotura a la tracción, entre 900 y 1.400 Kg./cm2; a la compresión, entre 600 y 700 Kg./cm2 y el módulo de elasticidad entre 100.000 y 170.000 Kg./cm2; Solo se acerca al máximo usualmente admitido, el valor de las deflexiones de las viguetas de Guadua que conforman los pisos (en caso de no usarse viguetas de madera con riostras), problema que es muy común en todas las construcciones de madera. Por esta razón, se recomienda utilizar acabados livianos para el piso, lo cual redunda en mejor comportamiento frente a todas las cargas. Ante los empujes sísmicos, el modelo exhibe una alta seguridad, reflejada en el hecho de que la resistencia de la estructura de paneles es mucho mayor que el

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