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Rinde la UNAM homenaje póstumo al exrector Octavio Rivero Serrano
liente, hombre culto, preparado y sensible; un buen padre, un gran amigo y un servidor que siempre entregó buenos resultados. Pero sobre todo fue un universitario completo y comprometido”, aseveró.
Añadió que fue un amante de la Universidad Nacional y transmitía el amor y compromiso que tenía con esta casa de estudios a la que permanentemente defendió, además de siempre apoyar al rector en turno. “Me consta numerosos pasajes, incluso personales, y no tengo duda que en estos tiempos complejos seguiría en esta determinación”.
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Narro agregó que Rivero Serrano fue uno de los grandes médicos del siglo XX y principios del XXI; un mexicano prototipo de su época y para él fue uno de sus personajes inolvidables, de sus maestros más queridos. “Un amigo en toda la extensión de la palabra, que siempre nos hará falta y a quien siempre echaremos de menos”.
pandemia, era el primero en llegar al asiento y espacio que le reservábamos en el palco del Estadio Olímpico Universitario, en donde sufría y gozaba con las actuaciones del club Pumas de la Universidad”, rememoró en la ceremonia efectuada en el Auditorio de la Planta Baja de la Torre de Rectoría.
Vía remota, el exrector de la UNAM y Representante Permanente de México ante la Organización de las Naciones Unidas, Juan Ramón de la Fuente Ramírez, comentó que tuvo una amistad de más de 40 años con Rivero Serrano, a quien definió como un buen médico y profesor universitario; un hombre de instituciones, culto, con talento artístico y sensible. “Se contaba con él como médico, universitario y amigo”.
Recordó que, al dirigir el Programa Universitario de Medio Ambiente, el también profesor emérito de la Facultad de Medicina ayudó a consolidar los estudios ambientales en el país, impulsó investigaciones sobre la salud relacionada con temas respiratorios y trabajó -en coordinación con autoridades de la Ciudad de México- para establecer los criterios mediante los cuales se decretarán las contingencias ambientales.
Asimismo, coadyuvó a que en el país se utilizaran los medicamentos genéricos. Fue también un aficionado al fútbol y se preocupó porque los jugadores de La Cantera tuvieran acceso a la educación, por lo que les impartió clases a distancia de nivel bachillerato.
“Al doctor Rivero los jóvenes lo escuchaban con atención y con admiración. Sus amigos le guardamos un enorme afecto por lo que hizo y nos dejó. Adiós Octavio, fuiste un gran compañero de viaje. Siempre prudente, respetuoso, muy institucional. Nos quedamos con tu legado académico, con el gran recuerdo de tu amistad y con un vínculo estrecho que mantenemos con tu familia”, apuntó De la Fuente Ramírez.
En su oportunidad, el exrector de la UNAM, José Narro Robles, afirmó que estuvo muy ligado a Rivero Serrano, a quien conoció hace más de 45 años en la Facultad de Medicina, y de quien fue colaborador cercano, amigo personal y discípulo convencido de su valía, integridad, don de gente, capacidad de convocatoria e inteligencia.
“Fue un médico extraordinario, maestro distinguido, un funcionario sobresa-
A nombre de la familia del exrector, Enrique Rivero Weber, agradeció la ceremonia en memoria de su padre que, expuso, fue un luchador, un guerrero, un hijo sumamente cuidadoso de sus padres, además de haberle inculcado a él y a sus hermanos, el amor por el estudio, especialmente de la música.
“A lo largo de su vida nos dio ejemplo de éxito con honradez, incorruptibilidad, inteligencia, aunado a su gran bonhomía y humanismo”, refirió.
Abundó que fue un orgullo y privilegio haber sido hijo del exrector, y él y sus hermanos agradecen a la vida haberlo visto triunfar en todo lo que emprendió.
Al hacer uso de la palabra, el director de la Facultad de Medicina, Germán Fajardo Dolci, señaló que Rivero Serrano, quien coordinaba el Seminario de Medicina y Salud, dejó lista la programación de actividades de este para 2023, la cual será respetada.
En la ceremonia, la Orquesta Juvenil Universitaria Eduardo Mata, dirigida por Gustavo Rivero Weber, interpretó las piezas “Un viejo amor” y “Non ti scordar di me”; también se brindó un minuto de aplausos en memoria del exrector de la UNAM.