
17 minute read
APRO / mAthieu tOuRlieRe
Daniel Chávez: Un empresario transexenal generoso con la 4T
/ mathIeu tourlIere
Advertisement
Durante las últimas cuatro décadas Daniel Chávez Morán, “supervisor honorario” del Tren Maya e integrante del Consejo Asesor Empresarial del presidente Andrés Manuel López Obrador, ha construido su conglomerado de entretenimiento de lujo, Grupo Vidanta, de manera discreta pero con relaciones cercanas con expresidentes.
Patrocinador de la fundación de Martha Sahagún durante el sexenio de Vicente Fox y condecorado con el Premio Nacional del Emprendedor por Enrique Peña Nieto, Chávez supo mezclar su vida empresarial con las relaciones políticas de primer nivel, aunque asevera que nunca recibió contrato público alguno.
El empresario salió de su entorno discreto para apoyar abiertamente al gobierno de la llamada Cuarta Transformación: además de ser un promotor entusiasta del Tren Maya, donó un terreno de 2 mil hectáreas en Sonora a la Comisión Federal de Electricidad para que construya una granja solar –que colindará con uno de sus hoteles– y una de sus fundaciones compró 400 mil cachitos en la subasta del “avión presidencial”, equivalente a uno de cada 10 cachitos que fueron vendidos en este polémico ejercicio, por un monto de 200 millones de pesos.
Dos semanas antes de arrancar su sexenio, López Obrador integró a Chávez a su Consejo Asesor Empresarial –junto con magnates como Ricardo Salinas Pliego, Olegario Vázquez Aldir o Carlos Hank González– y en julio de 2020 lo incluyó en la delegación de empresarios que lo acompañaron en la cena con el entonces presidente Donald Trump para celebrar la entrada en vigor del nuevo tratado comercial de América del Norte, el T-MEC.
En junio de 2020, en los diversos actos organizados para dar el banderazo a las obras del Tren Maya, López Obrador presentó al empresario como su “supervisor honorario”, quien “de manera honorífica, es decir, sin cobrar nada, sólo porque quiere ayudar, va a representarme en la supervisión” del Tren Maya.
“Le pedí que nos ayude a estar monitoreando, dándole seguimiento a la obra en general, que no se demore, que no se atrase, que no tengamos ningún obstáculo, y Daniel nos está ayudando mucho”, comentó el mandatario, e indicó que Chávez le entregaría personalmente informes periódicos sobre “la evaluación, el seguimiento físico, financiero de la obra”, y ello “porque no podemos fallar, tenemos que inaugurar el tren en el 2023, todo el circuito, los mil 500 kilómetros”.
El discreto Chávez Morán fue arrojado a la luz pública el pasado domingo 13, cuando José Ramón López Beltrán, el hijo de López Obrador, informó que desde 2020 trabaja en Texas como “asesor legal de desarrollo y construcción” para la empresa KEI Partners, que además le permitió tener una visa de trabajo para residir en Estados Unidos.
Esta sociedad, basada en Houston, es propiedad de Iván Chávez Saúl, hijo de Chávez Morán y vicepresidente ejecutivo de Grupo Vidanta –con 35 años–, lo cual despertó acusaciones sobre un posible conflicto de interés, dado que el hijo del presidente reconoció que labora para el hijo de un amigo de su padre, quien tiene cargos “honoríficos” en el gobierno.
Ante la creciente polémica, Chávez difundió un desplegado en el cual insistió en que no tiene injerencia sobre “temas de proyecto, trazo o administración” del Tren Maya; aseveró que ni él ni su familia tienen “relación comercial o de trabajo” con gobiernos; planteó que la administración de López Obrador no le otorgó ninguna concesión nueva de playa –como lo había inferido una nota de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) destacada por el diario Reforma en su portada–, y recalcó que no tiene intención de invertir en las Islas Marías, contrario a lo que había anunciado en un primer tiempo.
Daniel Chávez, izquierda de la foto, acompañando al presidente en la supervisión de las obras del Tren Maya en Quintana Roo | Foto Gobierno de México
ImperIo
López Obrador ha definido a Chávez como un empresario con “dimensión social”, quien “viene de abajo, de la cultura del trabajo, del esfuerzo, del sacrificio”.
El negocio de Grupo Vidanta consiste en ofrecer entretenimiento de lujo para turistas extranjeros o nacionales muy ricos –capaces de pagar sus servicios, que oscilan entre 500 y 15 mil dólares por noche–: opera más de 30 hoteles, resorts, canchas de golf, cruceros, antros, restaurantes y un aeropuerto, ubicados en los principales destinos turísticos del país: Los Cabos, la Riviera Maya, Puerto Vallarta y Nuevo Vallarta, Acapulco, Puerto Peñasco y Mazatlán.
Su proyecto más reciente: un parque temático llamado Vidantaworld, cuyos visitantes explorarán “ruinas antiguas”, un “oasis” y un “mundo salvaje lleno de colores y magia”; además, los turistas podrán trasladarse directamente de su hotel Vidanta Nuevo Vallarta al parque temático a través del “primer sistema de teleférico en un resort de playa”, bautizado skydream Parks.
En una entrevista con la revista Expansión en 2016, Chávez dijo que su vida empresarial arrancó durante el sexenio de Luis Echeverría, cuando participó en el programa de construcción de 10 mil canchas de basquetbol en las zonas pobres: con 21 años, el joven egresado de la carrera de Ingeniería Civil de la Universidad de Guadalajara construyó 700 canchas con contratos públicos, con los cuales logró reunir un capital de 2 millones de pesos.
Este dinero le permitió abrir, en 1974, el hotel Paraíso Mazatlán, en Sinaloa. A los 23 años, Chávez entró en el negocio hotelero, en el cual el hombre, oriundo de Delicias, Chihuahua, hizo su fortuna.
Si bien ha afirmado que nunca tuvo contratos públicos, sus empresas obtuvieron concesiones por el uso de suelo y el agua, en una industria turística nacional impulsada por el gobierno federal a través del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), al que López Obrador encargó la construcción del Tren Maya.
“El país se iniciaba en el turismo a gran escala. Coincidentemente, Fonatur, nuestro gran orgullo, nació ese mismo año (en 1974). Contábamos con muy pocos recursos, pero con juventud, gran entusiasmo y la enorme suerte de tener el apoyo de los mejores compañeros de trabajo del mundo; los mexicanos”, dijo Chávez en un evento público en 2015.
BAJO PRESIÓN Línea de flotación
EDILBERTO ALDÁN
Concentrar las críticas en la persona del presidente Andrés Manuel López Obrador no es la vía para lograr un cambio en las políticas públicas establecidas por la administración federal, mientras sigamos con un discurso que privilegia señalar la incongruencia de las posturas morales antes que mostrar las fallas en los actos de gobierno, se perpetuarán los señalamientos a la persona antes que la evaluación de las acciones gubernamentales, y la crítica quedará reducida a un mecanismo de revancha que fácilmente se sacude la Cuarta Transformación.
La oposición festeja las investigaciones periodísticas de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) que exhiben la corrupción de algunos miembros de la Cuarta Transformación y el que muestren un posible conflicto de interés por el estilo de vida del hijo del presidente Andrés Manuel López Obrador, al mismo tiempo enaltecen el valor de Carlos Loret de Mola y lo convierten en ejemplo a seguir por todos los periodistas, ya que a través de Latinus soltó un torpedo directo a la línea de flotación de Andrés Manuel López Obrador. El ensalzamiento del coraje de Carlos Loret de Mola facilita a los tetratransformistas la defensa de López Obrador, recurren al pasado del periodista para mostrar sus debilidades y errores, de manera que el trabajo periodístico que Verónica Ayala y Raúl Olmos realizaron para MCCI se invisibiliza, para sólo centrarse en la figura de Loret de Mola.
La oposición que ensalza a Loret de Mola está encantada con el golpe a la figura presidencial y olvida que los ataques a la prensa no sólo se concentra en el periodista, que López Obrador lleva semanas descalificando a Carmen Aristegui, el Brozo de Víctor Trujillo, Enrique Krauze, Héctor Aguilar Camín, Proceso, Nexos, Reforma y muchos más, que ante la protesta y homenaje de los reporteros en Tijuana por el asesinato de sus compañeros de trabajo, el presidente tiene la suficiente desvergüenza como para abrogarse la autoridad moral que le permite justificar la falta de empatía con el gremio periodístico, la nula efectividad del mecanismo protector de periodistas responsabilidad de la Federación y, más grave, la inacción del gobierno federal ante las amenazas del crimen organizado contra la prensa.
Pensar que el reportaje de MCCI o cualquier otra crítica de la prensa es un torpedo a la línea de flotación de López Obrador es un despropósito, el barco presidencial no se hundirá señalando las incongruencias personales y sus dislates moralinos; sí, la evaluación semanal que Mitofsky hace de la aprobación de López Obrador muestra que pasó de 64.2 a inicio del año a una aprobación de 59.8 la semana pasada, la oposición festeja esos puntos como si los cinco millones que puede representar fueran propuestas que harán cambiar al gobierno, cuando no es así; los fieles seguirán amando y defendiendo al presidente.
Esa misma evaluación de Mitofsky muestra que se ha elevado el porcentaje de personas que piensan que la economía está peor (36.4%), que la inseguridad está aumentando (44.2%) y que hay corrupción en el gobierno de López Obrador (79.3%), los puntos que aumenta la percepción de que este gobierno no tiene ni pies ni cabeza son mayores y tienen mucha más importancia que la persona del presidente, quien sabedor del efecto de su carisma se cobija en la fe ciega que le tienen sus seguidores para seguir acusando de golpistas a quienes lo critican.
Pensar en la crítica como un torpedo a la línea de flotación de una persona, aunque sea el presidente, es perderse en las fórmulas facilonas con que se enciende a la masa en las redes sociales, es el hashtag ingenioso que alegra a los activistas de escritorio, difícilmente se construirán opciones si se sigue el modelo de comunicación lopezobradorista, ese que se basa en el rencor de clase y la envidia.
Los delirios autocráticos de López Obrador funcionan por su simplicidad, son efectivos porque no se requieren argumentos complejos para despertar el odio, la crítica, las propuestas, la construcción de opciones de un gobierno distinto merecen argumentos, ideas más complejas que no estamos abordando.
Coda. Una cita de Amos Oz: “Stalin y Hitler nos dejaron un regalo en forma de trauma. Durante 50 años el mundo ha tenido miedo al fanatismo y a las fórmulas sencillas, pero ese regalo ha expirado. Las nuevas generaciones no tienen ideas claras sobre Hitler, Stalin, Franco o Mussolini y quieren respuestas de una frase para todo, no más de 140 caracteres. Esto viene acompañado del crecimiento de un liderazgo político populista, que es otra de las tragedias de nuestro tiempo”.
/claudia Villegas
En enero de 2016, un mes antes de que Emilio Lozoya fuera removido de la dirección general de Pemex, el fundador y presidente de Grupo Vidanta, Daniel Chávez, fue uno de los invitados especiales del entonces director de la petrolera para que acompañara a Enrique Peña Nieto a una gira de trabajo por los Emiratos Árabes Unidos y a otros países de Medio Oriente, en busca de inversión para el sector petrolero.
Organizada por Lozoya, quien coordinó cada detalle con los funcionarios de la familia real de los emiratos, la gira por Dubai, aprobada por el Senado el 13 de enero de 2016, tenía como principal objetivo buscar inversión árabe para las rondas petroleras en aguas profundas que, finalmente, se definieron en 2018 con la participación de Qatar en asociación con Shell.
En el último viaje que organizó Emilio Lozoya, hoy en prisión bajo proceso judicial por recibir sobornos de la empresa brasileña Odebrecht, Chávez acompañó al presidente priista a cenas y reuniones en las que manifestó su interés por realizar coinversiones en el sector de la energía, en el alimenticio y en el turismo.
En esas reuniones, de acuerdo con funcionarios que asistieron al viaje, los administradores de los fondos soberanos de los emiratos manifestaron su interés por invertir recursos en proyectos vinculados con la energía para la región de Baja California.
La comitiva de empresarios acompañó a Peña Nieto a Arabia Saudita, Kuwait y Dubai. El viaje se realizó en el avión presidencial, pero fue Emilio Lozoya quien decidió la lista de pasajeros y de la comitiva oficial que acompañaron al priista durante el vuelo.
Luis Videgaray Caso, entonces titular de la Secretaría de Hacienda, también viajó con Peña Nieto y Chávez. Idelfonso Guajardo Villareal, Pedro Joaquín Coldwell y Claudia Ruiz Massieu, entonces secretarios de Economía, Energía y Turismo, también viajaron con ese grupo. Entre los empresarios destacó asimismo la presencia de José Chapur, del grupo Palace Resorts.
La promoción de las rondas de inversión para atraer capital e interés extranjeros a los proyectos de exploración y producción de campos petroleros de Pemex fue uno de los principales objetivos de la gira, de acuerdo con las agendas de trabajo del viaje.
Uno de los funcionarios que asistió a ese viaje de trabajo dijo a Proceso que la presencia de Daniel Chávez en la gira y en los trabajos relacionados con el sector de la energía llamó la atención de manera especial porque, hasta entonces, al presidente de Grupo Vidanta se le ubicaba como uno de los empresarios más importantes en el sector turístico.
Después del viaje se supo de su interés por incursionar en la generación de energía en la zona del Mar de Cortés. Durante la gira de trabajo se entregó información al gobierno mexicano sobre cómo algunos países de Medio Oriente lograron un suministro total de energía a partir de fuentes renovables.
Aunque el interés de Lozoya era alentar la inversión en el sector petrolero, los representantes de los gobiernos de Kuwait, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita manifestaron que su interés era la inversión en electricidad y no en hidrocarburos.
Aun más, hicieron explícito su interés por participar en proyectos de purificación de agua y desalinización para generar electricidad. Para ellos ese era el futuro.
La que fuera la primera gira internacional de Enrique Peña Nieto se caracterizó por la fastuosidad de las reuniones en una visita de Estado en donde el gobierno mexicano usó el avión presidencial que hoy el gobierno de López Obrador busca vender. Después de esa reunión Peña Nieto acudió a la Reunión Anual del Foro Económico Mundial que se celebraba en Davos.
Carolyn Adams, esposa de José Ramón López Beltrán, reveló que trabajó directamente con la familia real de los emiratos árabes. Proceso intentó contactarla para saber si durante su colaboración con ese gobierno le correspondió organizar algunas actividades de la gira en la que participó Chávez.
José Ramón López Beltrán reveló el pasado domingo 13 que, desde 2018, año en que López Obrador ganó las elecciones, tomó la decisión de seguir ejerciendo su profesión de abogado. Desde 2020, aseguró, trabaja en Houston como asesor legal de desarrollo y construcción para la firma KEI Partners, propiedad de la familia Chávez, accionistas de Grupo Vidanta.
Después de esa gira, Chávez anunció que Grupo Vidanta invertiría 150 millones de dólares con una firma árabe, con el grupo Hakkasan, de los Emiratos Árabes Unidos. El proyecto con la firma con sede en Abu Dhabi se desarrolla desde hace seis años y en él se construyen 11 propiedades dedicadas al turismo de entretenimiento en vivo, incluyendo hotel, restaurantes, clubes de playa y discotecas.
El primer desarrollo turístico fue el de Los Cabos. En el plan maestro se incluye a la Ciudad de México, la Riviera Maya, Guadalajara y Monterrey.
De viaje con Peña Nieto
Caso Toledo: Denunciaron el nexo narcogobierno… y nadie los ayudó
/ Vania Pigeonutt
El 2 de diciembre de 2021, dos meses antes del asesinato de Roberto Toledo Barrera, el subdirector del portal Monitor Michoacán, Joel Vera Terrazas, compareció ante la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE), de la Fiscalía General de la República, y denunció las amenazas de muerte en su contra y contra el director del medio digital de noticias, Armando Linares López. Nadie los ayudó.
Vera Terrazas dijo al Ministerio Público federal que los amagos provenían de funcionarios y políticos vinculados al exgobernador perredista Silvano Aureoles Conejo.
El directivo del portal dio nombres, números telefónicos y mostró las amenazas, entre otras evidencias, pero nada ocurrió. El 31 de enero último a las 13 horas fue asesinado Toledo Barrera, a manos de tres jóvenes no mayores de 30 años; uno de ellos le disparó ocho veces.
En la querella por las amenazas Vera señaló a varios políticos y funcionarios (folio de investigación 100053/2021), de quienes –aseguró– conoce actos de corrupción y vínculos con grupos del crimen organizado que han sido denunciados por el portal Monitor Michoacán.
En sus publicaciones, el medio digital exhibió contratos, fotografías de obras inconclusas, un supuesto negocio millonario en el basurero municipal de Zitácuaro y actos de corrupción en una casa del adulto mayor, entre otros temas en los cuales Toledo participó en su documentación.
En la denuncia que Joel Vera interpuso ante la FEADLE, cuya copia posee Proceso, destacan los nombres del fiscal general de Michoacán, Adrián López Solís; del alcalde por segunda vez de Zitácuaro, Juan Antonio Ixtláhuac Orihuela; del excandidato a gobernador por el PRD Carlos Herrera Tello y de la diputada local por el distrito 13, Rocío Beamonte Romero.
Cuando Ixtláhuac fue alcalde por primera vez de Zitácuaro, por el PRD en mayo de 2009, la entonces Procuraduría General de la República lo denunció –junto con otros 38 funcionarios estatales– por presuntos vínculos con el narcotráfico en el caso llamado Michoacanazo. Fue liberado el 9 de enero de 2010. El presunto vínculo era con La Familia Michoacana. Roberto Toledo Barrera | Foto @MLS_censura

Relación letal
El director de la Oficina para México y Centroamérica de la organización Artículo 19, Leopoldo Maldonado Gutiérrez, considera que los principales agresores de la prensa son el Estado y sus grupos aliados del crimen organizado.
En casos como el de Roberto Toledo, dice Maldonado, es importante que la investigación considere el contexto local. “De la compenetración que se ha dado entre crimen organizado y gobierno durante décadas es donde encontramos las claves para analizar los casos específicos de violencia letal contra la prensa; y es a donde no están llegando las investigaciones por la falta de independencia de los órganos de investigación”.
Ejemplo de lo anterior, explica, es el asesinato de la periodista chihuahuense Miroslava Breach, en 2017, donde se ha identificado a la mayoría de los autores del caso, e involucrado al expresidente municipal panista de Chínipas, Hugo Schultz, así como a un grupo criminal de esa región serrana.
Detalla que los rasgos en común que tienen los homicidios de los periodistas ocurridos en el comienzo de 2022 son: se trata de reporteros de a pie que laboran en lugares muy apartados y conflictivos; se trata de un periodismo local, regional.
Maldonado agrega que, en resumen, en el caso de Roberto Toledo se trata de una persona que colaboraba con un medio de comunicación, cuyos directivos, desde el 27 de enero último, denunciaron públicamente que fueron objetivo de amenazas después de una cobertura en Zitácuaro; las amenazas estaban “acompañadas de una campaña que los pone en un riesgo altísimo, vinculándolos con grupos criminales”.
Para el coordinador del Programa de Seguridad de la organización México Evalúa, Romain Le Cour, quien ha documentado las condiciones de violencia e inseguridad en Michoacán y Guerrero, el territorio michoacano es una especie de laboratorio político, “una tormenta perfecta en los últimos 10 o 15 años”.
Explica que Michoacán es un territorio que combina un altísimo valor político por la tradición de partidos de oposición y de competencia política que hay en el estado desde los ochenta, con la creación del PRD, y la presencia del PAN; “es un estado muy valioso en materia política a escala nacional, donde, además, hay muchísima tensión política”.
Que Michoacán sea importante lo hace vulnerable, dice Le Cour. “Ha sido productor de mariguana, amapola y de metanfetaminas; es un territorio ultraestratégico para el tráfico de drogas, y si combinas todo eso, te encuentras con una región muy rica”. Y en medio de ello trabajan los periodistas, agrega.
A inicios de febrero de 2022 la Fiscalía General del Estado de Michoacán informó que el alcalde de Contepec, Enrique Velázquez Orozco, fue asesinado a balazos. De acuerdo con información oficial, de enero a noviembre de 2021 el estado sumó 2 mil 16 homicidios. Se trata del cuarto estado más violento de México, detrás de Guanajuato, Baja California y el Estado de México.
A escala local, Zamora, con 391; Morelia, con 348; Uruapan, con 263; Jacona, con 173; Puruándiro, con 88, y Zitácuaro, con 77 homicidios, son los municipios michoacanos más violentos. Sólo entre esas localidades la cifra de asesinatos ascendió a mil 340 en 2021.