Este acabado es perfecto para tejidos ligeros, pues con los gruesos quedan dobladillos muy duros. Solo tienes que procurar que el dobladillo quede bien recto. Hay distintos tipos, pero el que menos se nota de estas terminaciones es el invisible. • Después de haber unido las dos piezas de tela con una costura recta, haz un pespunte a unos milímetros de los bordes.
• Dobla justo por estas líneas de costura hacia dentro y cose al borde de cada margen de costura.