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Leyendas de Quito - Gallo de la
LEYENDA - TRADICIÓN ORAL
PÁGINA 1 Leyendas de Quito - Gallo de la Catedral
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Don Ramón Ayala y Sandoval, uno de esos quiteños de antaño se daba la vida de rey, desayunaba fino, chocolate, pan de Ambato, queso de Cayambe, huevos, mermelada, entre otras delicias, almorzaba también en forma espectacular y dormía la siesta hasta las tres de la tarde; luego se rociaba con perfume, bajaba por la Iglesia de Santa Catalina y se dirigía al local de la “Chola ” Mariana donde bebía mistelas y se divertía al son de la vihuela Con frecuencia Don Ramón regresaba borracho por las noches y se paraba a insultar al gallito de la catedral “ para mí no hay más gallo que yo ” “ que gallo va a ser este gallo de la catedral” y le soltaba una serie de palabrotas, la gente lo escuchaba con molestia y asombro y las mujeres hasta se santiguaban. Don Ramón se creía persona importantísima por ser rico, se sentía alguien muy especial “ el mejor gallo del mundo ” , se pavoneaba en toda reunión social. Pero una vez al pasar por la catedral volvió a desafiar al gallo “ que tontería de gallo, éste gallo cualquiera que no vale un real” le dijo, en ese momento Don Ramón vio el gallo aumentar de tamaño y furioso volar hacia él, una enorme espuela le rasgó las piernas y con el pico le asestó un picotón en la cabeza, Don Ramón cayó herido, el gallo le sujetaba y no podía moverse. En tono terminante el gallo le dijo “ prométeme que no volverás a beber mistelas ” -no, no lo haré prometió el adolorido borracho -
“ no volverás a insultarme ” -no seguro que no, ni siquiera te nombraré dijo Don Ramón temblando de miedo. Don Ramón se levantó hecho una desgracia con los pelos parados, se alejó cojeando y mirando de rato en rato hacia atrás. Hay gente que cuando bebe se vuelve violenta y hace daño a los demás, al presumido Ramón el gallito de la catedral le dio una buena lección, dicen que desde ese día dejó de beber e insultar al gallito.

