What´s the weather like up there?

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NÚMERO 1, MARZO 2006

A MAGAZINE ABOUT PEOPLE AND THEIR CITIES exclusively for vueling passengers

“WHAT’S THE WEATHER LIKE UP THERE?” “¿QUÉ TAL EL MUNDO POR ALLÍ ARRIBA?”


MEDITATION

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MOKUSO

MOKUSO (PRONOUNCED "MUK-SO") IS A WAY TO RELAX THE MIND AND BODY. SIT UP STRAIGHT. FOCUS YOUR EYES THROUGH THE SEAT IN FRONT OF YOU. CLOSE YOUR EYES. RELAX. CONCENTRATE ON YOUR BREATHING. COUNT 1 AS YOU BREATHE IN DEEPLY. COUNT 2 AS YOU BREATHE OUT SLOWLY. COUNT TO TEN, FOCUSING ON NOTHING BUT YOUR BREATHING. OPEN YOUR EYES... WELCOME TO LING.

MOKUSO (SE PRONUNCIA "MUK-SO") ES UN MÉTODO PARA RELAJAR EL CUERPO Y LA MENTE. SIÉNTATE CON LA ESPALDA RECTA PERO RELAJADA. ENFOCA TU MIRADA A TRAVÉS DEL ASIENTO QUE TIENES DELANTE. CIERRA LOS OJOS. RELÁJATE. CONCÉNTRATE EN TU RESPIRACIÓN. CUENTA 1 MIENTRAS INSPIRAS DE MODO PROFUNDO. CUENTA 2 MIENTRAS SUELTAS EL AIRE LENTAMENTE. AHORA CUENTA HASTA 10, CONCENTRÁNDOTE ÚNICAMENTE EN TU RESPIRACIÓN. ABRE LOS OJOS... BIENVENIDO A LING.

Método para empezar la lectura de esta revista, recomendado por Carlos Fernández, Maestro de Shito-Ryo, escuela de Karate tradicional, Barcelona, c/ Sicilia 333. An approach on how to start reading this magazine recommended by Carlos Fernández, Master at the Shito-Ryo school of Karate, Barcelona www.karatebcn.com

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SUMARIO - CONTENT

08 - TRES MOMENTOS EN MILÁN 09.30 – 15.40 – 20.45

14 - BUENAS NOTICIAS Para escapar de la despiadada realidad

20 - VIDA VUELING Cinco relatos con altura

22 - HELLO! Seis personas nos cuentan quiénes son

28 - EYE VIEW Take a look through someone else’s eyes

LA GENTE ES INCREÍBLE Abre tu mente a la aventura inesperada. Éste es el número 1 de Ling, una revista elegante, inteligente y sobre todo útil, acerca de la gente y sus ciudades. El camino empieza aquí.

32 - ¿QUÉ DESEAS? What do you want for your city?

34 - ON THE OTHER SIDE ¿Qué hay detrás de un balcón kitsch en Madrid?

36 - MI MUNDO PEOPLE ARE AMAZING Open your mind to the journey ahead. This is issue 1 of Ling magazine, an intelligent, stylish and above all useful magazine about people and their cities.

Desde arriba todo es mucho mejor

38 - THE EXCHANGE Two people living in each other’s cities

The journey starts here.

44 - NUEVE PERSONAS Avistadas en la Estació del Nord de Valencia

46 - SATORI IN PARIS Jack Kerouac spends a wild few days in the French capital

60 - HISTORIAS MÍNIMAS Un agitador cultural. Un escritor. Una compositora y cantante

68 - VÉRTIGO EN LA CABINA Alfred Hitchcock visita Barcelona

74 - FULL CIRCLE The hidden history of Lisbon’s most vibrant neighbourhood A MAGAZINE ABOUT PEOPLE AND THEIR CITIES exclusively for vueling passengers

82 - HOW TO 3 ways to shape your onigiri rolls

83 -

EXPERIENCIAS A guide which is not a guide. Una guía que no es una guía

94 - UN OLOR A SEVILLA El escritor Juan Bonilla recuerda el aroma del azahar

96 - PASATIEMPOS Your journey will never be the same again. Tu viaje no volverá a ser igual

98 - ABOUT US Ling somos nosotros


MILÁN 09.30


MILÁN 15.40


FOTOS GIORGIO BARRERA

MILร N 20.45

GIORGIO BARRERA (1969) es reportero grรกfico y fotรณgrafo publicitario. Vive y trabaja en Milรกn. GIORGIO BARRERA (1969) is documentary and advertising photographer. He lives and works in Milan.


HELLO

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s A N bue

noticias PARA ESCAPAR DE LA DESPIADADA REALIDAD

El loro de Rosita sigue triste “Antes recitaba hasta poemas de Papasseit que yo le leía, pero desde hace unos meses no levanta cabeza. Ni con los cacahuetes, que les tenía delirio”. Rosita y su loro viven en Son Bou (Menorca). “Lo que más pachucho le pone es el ruido de las obras”. Y a nosotros, señora, y a nosotros.

Perdida dentadura postiza en Monte Tossal Ángeles M. R. perdió su dentadura en una excursión al famoso monte alicantino el pasado diciembre. “De momento estoy con las sopas”. Si algún voluntario, deportista o guarda forestal de la zona encuentra dichos dientes, rogamos se dirija a la zona del Postiguet y pregunte por ‘la Angeleta’, a la que todo el mundo conoce. “Si están en mal estado, no hace falta”, advierte ella.

La va a buscar a París y es rechazado Tomás, un granadino de 30 años, se enamoró de Léa una noche en París. Ella le prometió amor eterno. Se separaron al día siguiente, él tomó un avión “con el corazón roto”, explicó a Ling. “Pero al cabo de un mes la voy a buscar y resulta que ni tenía los ojos azules –lentillas- ni era bibliotecaria, sino que en realidad Léa era Léo y acababa de ser nombrado empleado del mes en un sex shop de Pigalle”.

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The strange incident of the little poo Strange incidents keep occurring in a house on the Via Della Carozze in Rome. Pia and Adalberta, neighbours and old friends, argue every afternoon about whose poo it is that adorns their doorway. Pia maintains that it is by “Cuco, Adalberta’s little doggy”. The other, in turn, affirms that she saw from her living room window how Toto, Pia’s dog, “put on a determined face and pressed hard”. Both refuse to clean up the excrement, which have started to attract curious onlookers.


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noticias Naked man in Avenida Mistral Walking around the streets naked is a criminal offence in Barcelona. For Esteban T.C., however, it’s more of a lifestyle. He likes to wear only trainers, socks and a plastic bag to hold the belongings that others would keep in their pockets. The only thing covering Esteban’s body are his tattoos of swallows and the badge of FC Barcelona. “I think it’s fine and perfectly normal,” he tells us.

Sorry, Darling Darling Velez, a Colombian woman whose application for Spanish citizenship had finally been approved after years of waiting, was told by the public registry that her name was unacceptable. The registry explained that she may be exposed to ridicule and suggested she choose a saint’s name, but Ms Velez found that idea even more ridiculous. “If they really make me change it, I’ll choose a Basque name and see what they say,” she grumbled.

LA HISTORIA DETRÁS DEL ANUNCIO Este anuncio apareció recientemente en una revista local de Sevilla: “Por motivos de traslado de ciudad, se ofrece misal (el libro del oficio de la misa) a quien sepa apreciar su valor histórico y sentimental. Máxima seriedad, abstenerse curiosos. Precio a negociar” Rocío, 43 años, Sevilla “Este misal perteneció a una vecina mía, con la que yo tomaba rosquillas de anís cada tarde de miércoles. No las hacía ella, se las traían del pueblo, pero estaban ricas igual. Murió sin hijos, y unos meses antes de ingresar en el hospital (de donde no saldría) me lo regaló. Un misal es el libro con el que el cura oficia la misa, y si se ojea aún se pueden ver anotaciones y marcas de capítulos. Ella no era monja, pero de joven (y en su época eso era realmente avanzado) había ido a un viaje de misionera a Bolivia. Allí, en la Catedral de la Santa Cruz, ayudó un tiem-

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po. En el viaje de vuelta quiso llevarse un recuerdo, y compró este misal, que es de carey y hueso. Cuando lo revisé a fondo, tiempo después de que me lo diera, vi que entre las muchas páginas –los misales son muy gruesos – se había dejado olvidado un billete de mil pesetas. Me entristeció este descubrimiento, porque yo conocía la vida modesta que llevaba mi vecina Rosario, y sé que esas mil pesetas seguramente significaban mucho para ella. Pero se le debió olvidar en algún momento que las metió allí. Ahora me voy a vivir a otro país, y tengo que hacer una selección obligada de las cosas que me llevo. Si encuentro a alguien adecuado que quiera este misal y lo ponga a buen recaudo, me iré más tranquila”.


HELLO

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noticias a su interrogador con su inteligencia brillante.

NOO7 Un joven de Alicante llamado Federico Mendoza está obsesionado con James Bond. Ha visto cada una de las películas más de diez veces, viste como él y toma el batido de chocolate shaken, not stirred. Nos contactó para que buscásemos nuevas películas del rollo Bond. Encantados de ayudarte, Fede. Mayte Castillo · Séptimo Arte (Hortaleza 69, Madrid) L AY E R CA K E Matthew Vaughn, RU 2004. Actores: Daniel Craig, Colm Meaney, Kenneth Cranham. Daniel Craig, el mismo actor que ha sido fichado para la última aventura de James Bond, interpreta a un elegante y rico traficante de drogas a quien su jefe mafioso le pide dos últimos favores antes de retirarse. Miquel Gomira · Studio 137 (Sa Rovellada de Dalt 137, Menorca)

T H E B OU R N E I D E N T I T Y Doug Liman, EEUU 2002. Actores: Matt Damon, Franka Potente, Chris Cooper, Clive Owen. Bourne (Damon) no recuerda quién es cuando unos pescadores lo rescatan en el mar. Sólo hay dos indicios: está herido de bala y es capaz de hablar varios idiomas y pelear como el mejor de los luchadores.

MY NICKNAME IS... Rigo Pex = Roberto Pérez Unos 15 días después de llegar a Barcelona, estaba en el Festival de Músicas Vivas de Vic y pusieron una canción mía (soy músico) en la fiesta de cierre. Había una peña muy borracha y me preguntaron cómo me llamaba, y les dije Roberto. También me preguntaron de dónde era, y yo les dije de Guatemala, y entonces dijeron: “¡Como Rigoberta Menchú (la Premio Nobel de la Paz)! ¡Pues muy bien, Rigo!”. Y yo les dije que no, Rigo no: Roberto. Pero al poco rato me volvieron a preguntar: “Y tu música, ¿cómo la defines?”. Es cumbia, les dije. “Ah, ¡como la de Rigo Tovar! ¡Pues muy bien, Rigo!”, repitieron. Entonces me rendí. Con el tiempo me hice muy buen amigo de ellos y me presentaron a muchísima gente, siempre como Rigo. Mi nuevo apellido me lo inventé cuando quería un seudónimo para escribir en una revista, y ya que Rigo era como una forma corta de decir Roberto, pues me busqué la forma corta de decir Pérez: Pex. Al final me he quedado como Rigo Pex. Y me gusta.

Lorena Garcia · Video Planet (Corso Lodi 83, Milán) AG E N TS S EC R ETS Frédéric Schoendoerffer, Francia-Italia-España, 2004. Actores: Vincent Cassel, Monica Bellucci. Thriller policial al estilo europeo. Cuatro agentes secretos deben realizar una acción de sabotaje en Marruecos, para evitar que un traficante ruso envíe armas a Angola. Eva Álvarez · Video Hollywood (Martínez Campos 24, Granada) ANTIKÖRPER Christian Alvart, Alemania 2005. Actores: Wotan Wilke Möhring, André Hennicke, Heinz Hoenig. Sencillamente brutal. Es un thriller policial con suspense e incluso terror, pero sutil, ése en el que no te salpica ni una gota de sangre. Un perverso asesino en serie trata de engañar

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Noticias personales a hello@lecool.com Personal stories to hello@lecool.com


mundovueling

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vidLaing e u v

María José González, viajera a la carta “Viajar sin haber hecho planes puede convertirse en un saludable vicio”. Esto dice de entrada María José González cuando cuenta sus primeros meses como aficionada a una técnica de vuelo que ella misma ha bautizado como “viajes a la carta”. La técnica consiste, dice, en cambiar un fin de semana de marcha por un fin de semana de viaje. Su primera tentación fue Milán. María José no conocía esa ciudad, ni ninguna otra de Italia, hasta que una tarde, navegando en Internet, descubrió que podía volar a Milán (ida y vuelta) por menos de 50 euros. “De pronto me pareció que Milán podía ser un lugar fantástico”, dice con su evidente acento argentino. “Por lo mismo que podía gastarme en un fin de semana de copas en Madrid, o incluso menos, podía conocer un pedacito de Italia. Y eso para empezar, porque finalmente, junto con mis amigas, esto de volar sin haberlo planeado se ha convertido en un divertido juego. Nuestro vicio, como le llamamos. Nos juntamos una tarde y, café de por medio, revisamos las listas que hemos bajado de Internet. Y allí mismo elegimos, dependiendo del lugar que nos falte conocer, pero siempre leyendo los precios. ¿Dónde vamos este finde, a Sevilla o a París? El juego está en que no nos salga más caro que salir a cenar por Madrid”.

Gisela Pulido vuela por los cielos Con sólo 13 años, Gisela Pulido es campeona del mundo del más moderno de los deportes extremos: el kitesurf. Nació en Barcelona, pero desde el día en que montó una cometa con una tabla calzada en los pies, no ha dejado de viajar para competir y dar exhibiciones aéreas. Ha estado en Turquía y en Costa Rica, en Grecia y en Brasil, además de haber recorrido gran parte de las costas españolas. Su padre, Juan Manuel Pulido, viaja siempre con ella, y puede creer que la vida de su niña recién comienza. Pero Gisela ya

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Desde hace dos años vives en Tarifa. ¿Echas de menos Barcelona? Bueno, sí, pero vamos seguido de visita. ¿Cómo haces con la escuela cuando viajas? Hago los deberes en el avión o en el hotel antes de ir a la playa. ¿Y tienes que entrenar mucho? Al volver de la escuela hago ejercicios con unas pesitas, y abdominales. Después me meto al agua. ¿Tienes algún secreto, o truco, a la hora de volar? No sé. Quizá tener buenos reflejos y estar relajada y dejarte llevar, jugar un poquito. Cuando las palmeras se mueven, sé que voy a volar.

Alicia Rosas pagó 40 euros por un billete de Barcelona a Sevilla

cumplió el sueño que todos tuvimos alguna vez: volar alto, muy alto. ¿Qué se siente al despegar? Un tirón en el cuerpo. Una fuerza que tira de ti hacia arriba. ¿Y un poco de miedo? Miedo, no. La sensación es de vacío en el estómago. Parecido a una noria de feria, pero en medio del mar y con mucho viento. ¿Cómo fue tu primer vuelo? Fue en Sant Pere Pescador. Antes de volar había practicado dos años con una cometa pequeña. Un día mi papá se compró un kite y a mí me gustó. Yo tenía 8 años, y él me decía: “¿Estás loca?”. Yo le pedía por favor. Y bueno, me monté y salí. Un año después ya competías en un circuito internacional, ¿verdad? Primero me tomaban como una mascota. Pero empecé a ganar y ahora me respetan.

Y se ahorró 100 euros en comparación con los precios de otras compañías. Su amiga Susana la llamó para preguntarle cómo le había ido, y Alicia le contó todo lo que había hacho con el dinero ahorrado: “Primero fuimos de tapas al Bar Alfalfa, de la plaza del mismo nombre. Allí gastamos 23 euros, pero la comida era tan buena que volvimos varias veces. ¡Al tercer día todos los camareros se sabían nuestros nombres! Después –una noche– fuimos a beber algo al Garlochí de la calle Boteros. Gastamos 18,50. El Garlochí es un bar bastante kitsch, con una recargada parafernalia religiosa, pero muy acogedor y con buena música flamenca. Al día siguiente recuerdo que me compré un helado: 3 euros en una heladería cerca de la Giralda (nada del otro mundo, pero había un chico que ponía caras muy divertidas mientras me atendía). Por la noche fui a La Carbonería y pillé dos discos por 15 euros, de dos buenos guitarristas que escuché allí mismo. Por último, gasté 40 euros en un paseo en un carruaje:

durante una hora sentí que mi sueño de princesa se hacía realidad”. ¿En qué volaste?, le preguntó Susana. “En Vueling”, le respondió Alicia.

Los mensajes urgentes van en bici En horas de embotellamiento vehicular, una bicicleta puede atravesar Barcelona en menos tiempo que una moto. Y eso además de contaminar muchísimo menos, tanto el aire como los oídos (sobre todo esos ruidososmolestos que aceleran por puro gusto). Un estudio del ayuntamiento de Barcelona dice que bastan quince minutos de sereno pero incesante pedaleo para recorrer cualquiera de las grandes avenidas barcelonesas de punta a punta. ¡Excelente!, exclamó Steven Bassemans cuando se enteró de esto, y se le ocurrió fundar Pedal, la única cooperativa de mensajeros ciclistas que existe allí. “Por su tamaño, sus calles angostas y el clima mediterráneo, Barcelona es ideal para el ciclismo”, dice Steven, un joven belga de 30 años, criminólogo de profesión, pero ciclista por amor propio. “Una cooperativa como Pedal no se funda por amor al trabajo ni a los negocios, sino por la pasión que sientes por el ciclismo y por tener un medio ambiente limpio”. En Pedal lo acompañan cinco ciclistas: dos holandeses, dos estadounidenses y un canadiense. “Cada uno recorre 150 kilómetros al día y podemos asegurar una entrega urgente en menos de 30 minutos. Ahora cobramos más que los mensajeros en moto, pero los precios irán bajando porque la demanda está creciendo gracias a que la preocupación por el calentamiento global se ha convertido por fin en una preocupación global. Además, pedalear es un placer. Tantos millones de chinos no pueden equivocarse”.

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DE DONDE VIENES A DONDE VAS

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S E I S P E R S O N AS N O S E X P LI CA N S U PR ESE NTE Y SU F U T U R O U N A TA R D E D E LU N E S , F R E N T E AL M USEO DE ARTE CONTE M PORร N EO D E B A R C E LO N A ( M AC B A )

FOTOS ARCHIE MACIAS

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EYE VIEW

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EYE VI EW

VEO, VEO. ¿QUÉ VES? TAKE A LOOK THROUGH SOMEONE ELSE’S EYES. WE GAVE FOUR HAIRDRESSERS IN FOUR CITIES A CAMERA TO DOCUMENT ONE DAY IN THEIR LIVES

PONTE EN LA PIEL DE OTRO. MIRA A TRAVÉS DE SUS OJOS. HEMOS DADO UNA CÁMARA A CUATRO PELUQUEROS EN CUATRO CIUDADES DIFERENTES PARA QUE DOCUMENTEN CÓMO ES UN DÍA EN SU VIDA

Bilbao

Lisboa

Sevilla

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EYE VIEW

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EYE VI EW

Jorge · CUTTER · Belosticalle, 15 (+34 944 161 097) · Bilbao

Ana+Nolga+Mimi · ANA SOUSA · Travessa do Convento de Jesus, 4, 2 Esq. · (+35 1 916 156 976) · Lisboa

Antonio+Laura · PELUQUERÍA METAMORFOSIS · Peris Mencheta, 16-A · (+34 660 871 049) · Sevilla

Emmanuelle+Sefira · CONTESTA ROCK HAIR SHOP · Via degli Zingari, 9 · (+39 0 647 823 717) · Roma

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WE WISH

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s?

¿Qué a depasre a tu

W H AT D O YO U W I S H F O R YO U R C I T Y ?

“I wish there was a place where you could hang out where Japanese pop culture and urban art could coexist, almost a mix between Paris’s Colette Store and its Japanese bookshop Junku. A cultural place full of books and magazines so that I wouldn't have to order from Amazon anymore, a place where I could feel ‘it’s so good to be here’ instead of thinking that the good stuff is elsewhere.” Carla Chaves, 32, web designer, LISBON

ciudad

“Amsterdam deserves more allure, a grand image. It should take over the smaller towns surrounding it, like Diemen and Amstelveen, tear them down and make space for big boulevards with beautiful buildings. And while we are at it: Amsterdam needs more big squares with fountains. We have to stop the city getting softer by ending compulsory closing times of bars and cafés. Everything has to be made possible in Amsterdam, and that should count for more than the opinion of those residents who want to complain about everything.” Mark van Wonderen, 30, journalist, AMSTERDAM

“En el parque de los patos de Bilbao (parque de Doña Casilda) montaría un parque botánico, con cafetería, terraza, biblioteca, conciertos de música... ¡con zanahorias y pepinos! Y mucho zumo: zumo de pera, zumo de naranja, zumo de cocacola... ¡sería la bomba!” Eduardo Gaviña Marañón, 37, fotógrafo y travesti, BILBAO “Llegar a los cien mil habitantes para poder ser una ciudad. No tenemos ese estatuto y por ello no podemos acceder a un montón de ayudas del Estado y la UE.” Carlos Alberto Pastoriza, 27, cámara de TV SANTIAGO DE COMPOSTELA

“Me encantaría que Sevilla tuviera un aeropuerto grande, como el JFK o el Charles de Gaulle. Son espacios que no dejan de sorprenderme.” Salustiano García, 40, pintor, SEVILLA “Más rascacielos de los años 30. Me conformaría con que en Madrid se hubiera construido cuarto y mitad de un Empire State o un Chrysler Building. Me encantan los rascacielos art decó. En general, me gustaría que en Madrid existiera un cogollo mayor de rascacielos, una especie de Manhattan, hay pocos y muy diseminados. Yo no podría vivir en una ciudad sin rascacielos. Mi utopía urbana se llama Chicago, Frankfurt, Nueva York, Hong Kong... ” David Pallol, 33, periodista, MADRID “I want Brussels to remain the capital of Europe and that it continues to unite people and cultures.” Nadine de Neef, 23, student, BRUSSELS “Echo de menos un equivalente a bares como el Barbara Ann o el Rat King de Barcelona. Sitios donde sin pagar barbaridades y sin intermitencias se pueden ir a escuchar determinados estilos

de música seleccionados con criterio y variedad (soul, funk, northern, jazz), en un ambiente de conocedores y fans de los susodichos. Me temo que la capital lombarda poco más que fashioneo cutre tiene que ofrecer en su industria del ocio y el tiempo libre. ¡Lástima!” Alberto Valle, 28, periodista, MILÁN “Pues me gustaría que hubieran más zonas verdes... pero no de ésas que se llaman así pero que en realidad hay más tierra que césped y el césped que hay es para que caguen los perros, no... digo un parque en condiciones, con árboles, bien cuidado... Y también ya que estamos una playa en la que no salgas de ahí con los pies de otro color, vamos, que más que arena eso es hormigón en polvo... Pues eso, me gustaría una Barcelona más limpia, más verde, y ¡más guapa!” Ana G. Cañizares, 29, editora y periodista, BARCELONA “I wish people stopped complaining here and started acting instead of waiting for the government to solve all their problems. I also wish corruption stopped and that the police started protecting us, instead of trying to give us parking tickets.” Ana Carolina Mendes, 37, photo editor, LISBON “I guess my first wish would be cheaper nightlife: I drink my wallet dry every time I go out. You have to be a successful designer or a rich heir to survive here. Apart from that… people in the Metro, cheer up please! I got so depressed by it that I got a bike.” Louis Desseintes, 29, systems analyst, PARIS “I wish that the real estate bubble exploded right now! Then we could go back to those

days when nearly everyone was able to buy a flat without paying three times its value. Buildings would stop shooting up around us like mushrooms... and we could recover the real Mallorca.” Oscar Riera, 28, search engine optimiser, MALLORCA “I wish I was able to cross the Avenida Diagonal or the Gran Via without getting cross myself. I wish that people stopped spitting in the street. I wish the waiter or the taxi driver didn’t get angry with me because they haven’t got change for more than 20 euros. I wish I could leave my bike in front of my office and find it there again when I come out. I wish there were more trees and more sea. I wish we were all a bit quieter. I wish we could eat a good menu del día for 6 euros. I wish I didn’t have to be scared of looking for a new flat and of paying a fortune for it.” Gemma Vallet, 40, creative director and brand consultant, BARCELONA “Está clarísimo. ¡¡Madrid necesita playa!! Me contento con arena artificial y agua limpia.” Rafael Gracia, 24, submarinista, MADRID “Deseo tantas cosas para Sevilla que sería empezar y no parar, pero lo más importante es que terminen las obras porque da muy mala imagen de la ciudad y por supuesto el problema del tráfico que irá a peor con el famoso tranvía. En vez de avanzar, vamos para atrás... ” Esperanza Dugo, 25, administradora, SEVILLA “A Barcelona le faltan lugares de trabajo creativos y bien pagados que pongan la ciudad a nivel internacional como Nueva York, Londres o París.” Astrid Rousse, 32, PR y marketing, BARCELONA

“QUIERO UN SITIO GUAY PARA BAILAR SWING.” ALICIA PÉREZ OSA, 33, SOCIÓLOGA Y COOLHUNTER, BILBAO

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PAU L CASSI DY

O N T H E OT H E R S I D E

ON THE OTHER SIDE If you’re walking through the Rastro, in Madrid, you might just see this balcony filled with strange, kitsch memorabilia. Behind the wall is a bright tapestry of strangeness created by Fernando, a spritely 64-year-old gardener from Cordoba. He lives alone in this tiny flat, and pulls dolls out of the rubbish to keep him company. 32 LING

Si paseáis por el Rastro madrileño, es posible que topéis con este balcón, lleno de recuerdos y detalles kitsch. Tras él encontramos a Fernando, un enérgico ex jardinero de 64 años, nacido en Córdoba. Vive solo en su pequeño piso, y como no tiene espacio, colecciona en casa todos los pequeños trastos que coge de la basura y le da pena tirar. Dice que le hacen compañía. LING 33


MI MUNDO

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VOLARE DESDE ARRIBA TODO ES MEJOR

Volar, uno de los mayores sueños del ser humano. En MILÁN se vuela, y mucho. Admirar los campos lombardos desde una avioneta brillante es una bella experiencia que nadie debería perderse. No sólo por lo que hay arriba, sino por lo que se cuece en el Aero Club Milano. Luca Salvadori es una voz más de las 500 que forman este club-escuela de vuelo, fundado en 1926. “Los días que falta alguien se nota mucho su ausencia. Uno de los mejores momentos es cuando estamos todos los compañeros en el acogedor club house del Aero Club Milano, con su bar (billar y baraja de cartas incluidos) y su restaurante. Desde 1960 estamos en Bresso, un barrio al norte de Milán, cerca de la autopista Milán-Venecia. Tenemos más de 80 avionetas, somos el aeropuerto turístico-deportivo más activo de Italia. Los pilotos no suelen levantarse temprano, pero hacia el mediodía ya llegan todos. Miramos el Meteosat y los informes meteorológicos. El jueves por la noche es la cena de los pilotos acrobáticos, los más deportistas.”

que sales viendo tu propio avión en el mapa electrónico. Vale unos 1.200 euros. ¡Qué maravilla!”

“Sergio Dallan es el mejor piloto acrobático de Italia, y también el director del taller mecánico donde se reparan todos los aviones. El taller es el corazón del club. Allí hay diez mecánicos que trabajan para que volemos seguros. Están hablando de aviones todo el rato. El otro cuartel general es el restaurante, donde se encuentran los pilotos a la caza de la comida, es decir el escuadrón que planea hacia la manduca. Los llamamos Tortellini Airlines. Los pilotos acrobáticos prefieren los aviones a la comida y la gasolina al vino. Son muy profesionales.”

“¿Por qué volar, con lo seguro que se está en el suelo? Hay quien lo hace para sentir algo diferente. Los acrobáticos, por ejemplo, tienen el sueño de competir a nivel internacional. Pero lo mejor de volar es… todo. El aire, el cielo, las nubes, la sensación en el estómago y en la nuca. Siempre y cuando el tiempo sea bueno; no tiene sentido volar por desafío en un temporal, es una experiencia inolvidable -por mala-. Pero ah, si hay buen tiempo... Entonces no tengo palabras. Se siente libertad y desapego de las cosas del mundo. Todo lo que hay debajo queda pequeño como un juguete, y entonces uno no comprende por qué nos enojamos y peleamos por todo. Miras las autopistas, con miles de pequeños coches en colas de kilómetros, y no comprendes por qué. En Italia suele hacer muy buen tiempo, es buen lugar para volar y disfrutar. Yo vuelo desde 1987, y empecé con planeador, porque no tenía dinero ni para gasolina.”

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www.aeroclubmilano.it

LUCA POLIDORI

“Mi padre está también asociado. Hay unas cinco o seis parejas de padres e hijos, la pasión por volar se suele heredar. Cuando nos encaprichamos con alguna cosa, vamos a comprar accesorios aeronáuticos a La Bancarella Aeronautica (www.bancaero.it) y a Gatti Avioshop (www.aviogatti.it). El caprichito de nuestros ojos es un GPS AVMAP EKP-IV, un navegador en el

“No es necesario tener una avioneta para volar. El club tiene 25 aviones para clases, hay alas per tutti, y se pueden alquilar por horas, costando una media de 200 euros. En realidad, el sistema es similar a un taxímetro. Una vez al año hacemos ‘la cena de los aguiletas’, donde se dan las medallas a los nuevos pilotos. También hacemos cenas cuando ganamos alguna insignia (al ser muchos, siempre cae un premio u otro). Esos dos momentos son los que más orgullo nos dan.”


THE EXCHANGE1

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X e change TWO PEOPLE LIVING IN EACH OTHER’S CITIES. JULI FERRÉ IS 29, FROM BARCELONA, AND HAS BEEN LIVING IN THE CITY OF AMSTERDAM FOR NEARLY FOUR YEARS. HISKE TER VELT IS 25 AND LEFT HER HOME IN AMSTERDAM FOR BARCELONA THREE YEARS AGO.

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COCO CAFE

H Poblenou. I used to live in the city centre, but I became a bit bored because I didn’t feel like I was in another country. Sometimes I would hear three people speaking Dutch before I heard some Spanish. J Well, now you have the beach nearby, which is handy. And there’s a place that makes really good chicken around there… H I’m a vegetarian. J Oh. But it’s really good. I think it’s called La Central del Pollastre. When you’re

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J I know, they’re trying very hard. HISKE I went to Barceloneta yesterday. JULI Great. Even though there’s a lot of tourists around, it still keeps H …they’re just not very good. a Barcelona soul, especially in the narrow streets behind the Paseo J I wouldn’t in Barcelona. Also, it’s not as flat as AmJoan de Borbó. sterdam. Just imagine cycling up calle Balmes every H That’s exactly what I thought. People are old there, and they’ve day. You’d be in perfect shape! H So why did you move to Amsterdam? been living there for 60 years or so. But then there’s the modern Paseo. J I really wanted to go abroad. I loved Amsterdam, I So it’s mixing new and old Barcelona. knew the city very well. I had a job opportunity, and J Barcelona has a lot of this mix of classic things together with design there were personal circumstances that helped me to and fashion. I hope that the city will always maintain this. But you decide… it was just one of those moments when everyknow, Amsterdam has a very good mix too, a balance of elements. thing seems to move in the same direction. H What do you mean? H What about the weather? Have you got used to it? J Well, when people arrive, all they think about is coffee shops and the J Uff. That’s a drama! Really. You know, I can manage the cold, red light district, and of course they exist. But once you start living here, you don’t even notice them. I mean, I have a coffee shop around the corner, “IN BARCELONA I FIND IT HARD TO PLAN ANYTHING BECAUSE PEOPLE JUST CHANGE THEIR PLANS AN HOUR BEFORE.” and I regard it simply as part of the land“BUT IT’S MORE SPONTANEOUS! I DON’T EVEN HAVE AN AGENDA.” scape. I like the centre: it can look very although I miss the mild winters of Barcelona. But what kills me is not active, full of people, but at the same time it’s such a relaxed city to having a summer. live in. Barcelona looks way more hectic than Amsterdam to me. H True. I’ve lived in many places in Barcelona and in many places in H Hehe, that’s exactly what makes me happy here. It feels like 11 Amsterdam, and in Barcelona there is almost nowhere where it’s not months of summer, and one month cold. hectic and loud. And in Amsterdam, even when you’re in the centre, J Here it’s the other way round. Why did you move to Barcelona? you can sit in a quiet place. H I really wanted to get out of Amsterdam. I love Amsterdam! But it J Indeed. And another thing that contributes to the relaxed atmosfelt small. So I started thinking about Barcelona. I went there once, phere is the possibility of going by bike everywhere. That’s my for two days, and I was like, ‘Yep! This is it!’ In just six months, I had favourite thing about Amsterdam. arranged everything, and people were asking me: ‘Where are you going H I do that here as well. to go? What are you going to do?’ And I was like, ‘I don’t know.’ But in the end, it all worked out. J Do you? You’re very brave. J What area do you live in? H Well, they’re putting some bicycle lanes and stuff…


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T H E E XC H A N G E

COCO CAFE / EUNICE LIEVELD

“THERE’S EVEN A BAR HERE CALLED BARÇA, WITH PICTURES OF BARCELONA IN IT!” “THERE’S A BAR IN BARCELONA CALLED AMSTERDAM – MAYBE IT WILL REMIND YOU OF HOME!” in Amsterdam, where do you go? H In the summer, I really like to be somewhere outside, such as the Theehuis, a bar in the centre of the Vonderpark – they heat up the terrace in the winter. But in the winter, I would go to concerts and club nights. I really like the Paradiso. Do you know it? J Yes, of course. H It’s big, and it’s kind of a classic. J I think the nightlife in Amsterdam is really good. But I think that people here plan a lot more, too. They think, what am I going to do on Saturday night? And then they check a website. In Barcelona, I would go out for a drink with friends and decide on the spot where we would go then. The Dutch agenda kills me. If you want to meet somebody, you have to tell them three weeks in advance! This is something I’m not used to at all. H I can imagine. But here I find it hard because, if I want to plan something, people just change their plans an hour before. So it feels you don’t get a lot of things done. J But I think it’s better, it’s more spontaneous! I don’t even have an agenda or write things down. And when I arrived, people looked at me like I was a weirdo because I wasn’t writing down my appointments. And I still refuse to do that. I don’t want to. I think you have to be spontaneous. H What do you think makes Amsterdam unique? J The mix and the balance. I mean, most of the time I feel like I’m in a little village, when I’m cycling by the canals and small houses. But at the same time, this is a city with a lot of foreigners, it’s very cosmopolitan, and many things are going on at the same time. It’s not a city where you can get bored. Amsterdam is a city where people are interesting because they have travelled, speak several languages and are more open. At least that’s my experience. So you have the good things of a city and the good things of a village. I don’t think you can

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find that balance in any other city, because normally cities with this cosmopolitan an atmosphere are huge. So what do you think makes Barcelona unique? H Also, the mixture. You have the Catalan people, who can be quite distant – I mean, you can get through to them, but at first they are quite distant. And then you have all these people from Europe and South America, so many different people. In Holland, they said that people were very open, but I’ve never had as many friends from all over the world as I do now. In Barcelona I just meet people from everywhere. That makes me even more open than I used to be. That’s the best part of Barcelona. Back to Amsterdam, do you know Club 11? J Oh yes, it’s a very good place. I love it. It’s a bit weird, considering the location and the type of building. H The whole experience, part of it is going there, you know, on the bridge over the water. What I really like about it is that you can see Amsterdam from above. I mean, in Barcelona you can just go up a mountain or a tall building, but in Holland that’s not possible. J And since you were spending time in Barceloneta, do you know the restaurant Can Costa? You can eat there, even if you’re a vegetarian. I like the waiters, they’re mostly quite old and wear bow ties, you know, really old-school. H Yes, the whole Passeig Joan de Borbó is full of places for tourists, but that restaurant is just full of Catalan people. J Yes, it’s really quite historic – it’s been there since the beginning of the century. Can you recommend me any restaurants? H I really like the Pacific Parc, next to the Westerpark. It’s in an old industrial complex, and it’s a really big place. I like big spaces. Another place I used to go to often is Bitterzoet, do you know it? Every night, they have different parties. They even do theatre sometimes. Tell me, what’s your favourite Spanish restaurant in Amsterdam? J There’s plenty! I was really surprised when I arrived, and more and


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PREGUNTAMOS A UNA HOLANDESA QUE VIVE EN BARCELONA Y A UN BARCELONÉS VIVIENDO EN ÁMSTERDAM CUÁLES SON SUS LUGARES PREFERIDOS EN SUS RESPECTIVAS CIUDADES DE ORIGEN Y ADOPCIÓN. ESTO ES LO QUE NOS RECOMENDARON.

BARCELONA LA BARCELONETA Callejones estrechos, tascas de pescado y marisco, la playa y los patinadores del paseo. ¡Ah! Y la brisa impagable. Passeig Joan de Borbó y calles traseras

POBLENOU A esta zona se la llama “el Manchester catalán”. Espectaculares los edificios industriales como Can Jaumeandreu, Vapor Llull, Farinera la Asunción o la Torre de les Aigües. Metro Poble Nou (linea 4) CAN COSTA Cerca de la playa, no hay nada que apetezca más que un buen arroz. Su fideuà también es famosa. Los camareros llevan pajaritas old school. Passeig Joan de Borbó, 70 Tel. +34 932 215 903

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CENTRAL CATALANA DEL POLLASTRE ¿Sabéis ese olor a pollo a l’ast que llena la calle de calorcito? En la Central a veces parece que tengan una flauta de Hammelin. Llull, 32 Tel. +34 932 213 206 BAR ÁMSTERDAM. Holandés 100%. Fútbol y cerveza. El 30 de abril celebran el cumpleaños de la antigua Reina de Holanda. Aragó, 305 GRÀCIA El barrio con más vida de Barcelona era una antigua villa, que acabó siendo absorbida por la gran ciudad. Atención a sus plazas: Revolució, Diamant, Sol... Metro: Fontana (linea 3) more keep popping up. There’s even a bar called Barça, with pictures of Barcelona, and a map… H There’s one bar here called Ámsterdam. J Yes, I know it, actually! I lived around the corner. H I’ve never been there. J You may find it disappointing, but there are some pictures of Amsterdam and some dishes that may remind you of home. And there are plenty of Dutch people, that’s for sure. What do you do on Sundays? H Normally, I do chill-out Sundays. I like going to the beach but on Sundays it’s too crowded, so I may just go out of Barcelona, to the mountains or to a park. J You should go to Osona, near Vic. It’s really pure mountains. There’s also the natural park of Montseny. You can walk around and have beautiful views, just 30 or 40km away from Barcelona. H In Amsterdam, do you know Amsterdamse Bos? They have places where you can row. It’s only about 20 minutes by bike. It’s like a park, but it’s so big that you can just find a little place and not see anybody. And there’s a nice pancake bakery there too. Do you like pancakes? J I love them! H I think people should definitely do that if they stay a few days in Amsterdam: have pancakes. I make them at home, but they’re just not the same.

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ÁMSTERDAM DE BAARSJES Junto al Oud-West, es uno de los barrios más tranquilos de Ámsterdam, rodeado de agua y a diez minutos del centro de la ciudad. ’T BLAUWE THEEHUIS Preciosa tetería escondida dentro del Vondelpark. Apenas ha cambiado desde 1937. Vondelpark, 5 Tel. +31 (0) 20 6620254 PACIFIC PARC Una antigua nave industrial, enorme, es hoy un restaurante donde se come sencillo y de maravilla. Westergasfabriek, Polonceaukade, 23 BITTERZOET Abren sólo de noche, pero una vez abierto puede pasar casi de todo. Medio club, medio bar, medio espacio de teatro. Conciertos. Spuistraat, 2 BARÇA Tot el camp, és un clam ... un clam holandés. El barcelonismo no tiene fronteras. Marie Heinekenplein, 30-31

CLUB 11 Ámsterdam es una ciudad realmente plana, pero este restaurante tiene unas vistas estupendas del skyline. Las paredes han sido decoradas por artistas holandeses. Oosterdokskade, 3-5 AMSTERDAMSE BOS Enorme bosque a veinte minutos del centro. Busca la pequeña panadería donde venden pancakes.


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AV I STA M I E N TO S

KATJA E NSE LI NG

Repartidora de prensa gratuita espera los periódicos para comenzar el reparto, con un extraño cartel en las manos: "El que siempre llega tarde".

Universitario veinteañero, cara de sueño, arrastrando su maleta y con ganas de estar en otro lugar.

Taquillero de unos cincuenta años, viste el uniforme de RENFE y hace tiempo hurgándose la nariz, aburrido.

Interraileros alemanes frente al Tourist Info; vistos de espaldas parecen mochilas andantes, ya que no se ven sus cabezas.

Ejecutivo canoso de unos treinta años, da vueltas de un lado a otro con la cabeza bien alta, dando órdenes por el móvil y gesticulando sin cesar.

Ecuatoriano de unos treinta años, moreno y bajo, lleva su almuerzo en la mano y camina con cara de ir al grano.

Mujer rondando los cuarenta años, mira los escaparates de una tienda de bisutería y decide que lo que ve es poco para ella.

Señora de unos cincuenta años, claro acento de Albacete, se confiesa a su amiga mientras ignora que se le ve la faja.

Hombre invidente, cerca de treinta años, mira hacia el horizonte y anuncia su número con decisión, sabiendo que quizá tiene un tesoro entre las manos.

avistadas un viernes entre las 8.45 y las 9.40, 9PERSONAS en la Estació del Nord de Valencia 42 LING


S ATO R I I N PA R I S

KEROUAC SATORI IN PARIS

SATORI IS THE JAPANESE WORD FOR ‘SUDDEN ILLUMINATION’, ‘SUDDEN AWAKENING’ OR SIMPLY ‘KICK IN THE EYE’. JACK KEROUAC is one of the most important authors in the history of American literature. His book On The Road is a Beat Generation classic. This story is taken from his book Satori in Paris (1966). It hasn’t been printed anywere for more than thirty years.

First things first. The altar in La Madeleine is a gigantic marble sculpt of her (Mary Magdalena) as big as a city block and surrounded by angels and archangels. She holds out her hands in a gesture Michelangeloesque. The angels have huge wings dripping. The place is a whole city block long. It’s a long narrow building of a church, one of the strangest. No spires, no Gothic, but I suppose Greek temple style. (Why on earth would you, or did you, expect me to go see the Eiffel Tower made of Bucky Buckmaster’s steel ribs and ozone? How dull can you get riding an elevator and getting the mumps from being a quarter mile in the air. I already done that orf the Hempire State Building at night in the mist with my editor.) The taxi took me to the hotel which was a Swiss pension I guess but the nightclerk was an Etruscan (same thing) and the maid was sore at me because I kept my door and suitcase locked. The lady who ran the hotel was not pleased when I inaugurated my first evening with a wild sexball with a woman my age (43). I cant give her real name but it’s one of the oldest names in French history, aye back be-

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S ATO R I I N PA R I S

fore Charlemagne, and he was a Pippin. (Prince of the Franks.) (Descended from Arnulf, L’Evêsque of Metz.) (Imagine having to fight Frisians, Alemanni, Bavarians and Moors.) (Grandson of Plectrude.) Well this old gal was the wildest lay imaginable. How can I go into such detail over toilet matters. She really made me blush at one point. I shoulda told her to stick her head in the ‘poizette’ but of course (that’s Old French for toilette) she was too delightful for words. I met her in an afterhours Montparnasse gangster bar with no gangsters around. She took me over. She also wants to marry me, naturally, as I am a great natural bed mate and nice guy. I gave her $120 for her son’s education, or some new-old parochial shoes. She really done my budget in. I still had enough money the next day to go on and buy William Makepeace Thackeray’s Livres des Snobs at the Gare St-Lazare. It isn’t a question of money but of souls having a good time. In the old church of St-Germain-des-Prés that following afternoon I saw several Parisian Frenchwomen practically weeping as they prayed under an old bloodstained and rainroiled wall. I said ‘Ah ha, les femmes de Paris’ and I saw the greatness of Paris that it can weep for the follies of the Revolution and at the same time rejoice they got rid of all those long nosed nobles, of which I am a descendant (Princes of Brittany).

It’s hard to decide what to tell in a story, and I always seem to try to prove something, comma, about my sex. Let’s forget it. It’s just that sometimes I get terribly lonely, for the companionship of a woman dingblast it. So I spend all day in St-Germain looking for the perfect bar and I find it. La Gentilhommière (Rue St André des Arts, which is pointed out to me by a gendarme) – Bar of the Gentle Lady – And how gentle can you get with soft blonde hair all golden sprayed and neat little figure? ‘O I wish I was handsome’ I say but they all assure me I’m handsome – ‘Alright then I’m a dirty old drunk’ – ‘Anything you want to say’ – I gaze into her eyes – I give her the double whammy blue eyes compassion shot – She falls for it. A teenage Arab girl from Algiers or Tunis comes in, with a soft little

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hook nose. I’m going out of my mind because meanwhile I’m exchanging a hundred thousand French pleasantries and conversations with Negro Princes from Senegal, Breton Surrealist poets, boulevardiers in perfect clothes, lecherous gynecologists (from Brittany), a Greek bartender angel called Zorba, and the owner is Jean Tassart cool and calm by his cash register and looking vaguely depraved (tho actually a quiet family man who happens to look like Rudy Loval my old buddy in Lowell Massachusetts who’d had such a reputation at fourteen for his many amours and had that same perfume of smoothy looks). Not to mention Daniel Maratra the other bartender, some weird tall Jew or Arab, in any case a Semite, whose name sounded like the trumpets in front of the walls of Granada: and a gentler tender of bar you never saw. In the bar there’s a woman who is a lovely 40-yearold redhead Spaniard amoureuse who takes an actual liking to me, does worse and takes me seriously, and actually makes a date for us to meet alone: I get drunk and forget. Over the speaker is coming endless American modern jazz over a tape. To make up for the forgetting to meet Valarino (the redhead Spanish beauty) I buy her a tapestry on the Quai, from a young Dutch genius, ten bucks (Dutch genius whose name in Dutch, Beere, means ‘pier’ in English). She announces she’s going to redecorate her room on account of it but doesn’t invite me over. What I woulda done to her shall not be allowed in this Bible yet it woulda been spelled L O V E. I get so mad I go down to the whore districts. A million Apaches with daggers are milling around. I go in a hallway and I see three ladies of the night. I announce with an evil English leer ‘Sh’prend la belle brunette’ (I take the pretty brunette) – The brunette rubs her eyes, throat, ears and heart and says ‘I ain’t gonna have that no more.’ I stomp away and take out my Swiss Army knife with the cross on it, because I suspect I’m being followed by French muggers and thugs. I cut my own finger and bleed all over the place. I go back to my hotel room bleeding all over the lobby. The Swiss woman by now is asking me when I’m going to leave. I say ‘I’ll leave as soon as I’ve verified my family in the library.’ (And add to myself: ‘What do you know about les Lebris de Kérouacks and their motto of Love Suffer and Work you dumb old Bourgeois bag.’)

You can’t get a decent night’s sleep in France, they’re so lousy and noisy at 8 a. m. screaming over fresh bread it

FOTOS P49 Y 51: HULTON COLLECTION/GETTYIMAGES, P53: JOHAN SANDBERG

I MET HER IN AN AFTER HOURS GANGSTER BAR. SHE WANTS TO MARRY ME AS I AM A GREAT BED MATE AND NICE GUY

would make Abomination weep. Buy that. Their strong hot coffee and croissants and crackling French bread and Breton butter, Gad, where’s my Alsatian beer? While looking for the library, incidentally, a gendarme in the Place de la Concorde told me that Rue de Richelieu (street of the National Library) was thataway, pointing, and because he was an officer, I was afraid to say ‘What? …NO!’ because I knew it was in the opposite direction somewhere – Here he is some kind of sergeant or other who certainly oughta know the streets of Paris giving an American tourist a bum steer. (Or did he believe I was a wise-guy Frenchman pulling his leg? Since my French is French) – But no, he points in the direction of one of de Gaulle’s security buildings and sends me there maybe thinking ‘That’s the National Library alright, ha ha ha’ (‘maybe they’ll shoot down that Quebec rat’) – who knows? Any Parisian middle-aged gendarme oughta know where Rue de Richelieu is – But, thinking he may be right and I’d made a mistake studying the Paris map back home I do go in the direction he points, afriad to go any other, and go down the upper spate of Champs-Elysées then cut across the damp green park and across Rue Gabriel to the back of an important government building of some kind where suddenly I see a sentry box and out of it steps a guard with bayonet in full Republican Guard regalia (like Napoleon with a cockatoo hat) and he snaps to attention and holds up his bayonet at Present Arms but it’s not for me really, it’s for a sudden black limousine full of bodyguards and guys in black suits who receive a salute from the other sentry men and zip on by – I stroll past the sentry bayonet and take out my plastic Camel cigarette container to light a butt – Immediately two strolling gendarmes are passing me in the opposite direction watching every move I make – It turns out I’m only lighting a butt but how can they tell? Plastic and all that – And that is the marvelous tight security around big old de Gaulle’s very palace which is a few blocks away. I go down to the corner bar to have a cognac alone at a cool table by the open door. The bartender in there is very polite and tells me exactly how to get to the library: right down St-Honoré then across la Place de la Concorde and then Rue Rivoli right at the Louvre and left on Richelieu to the Library dingblast it. So how can an American tourist who doesn’t speak French get around at all? Let alone me? To know the name of the street of the sentry box itself I’d have to order a map from the C.I.A.

Meanwhile I kept asking everybody in Paris ‘Where’s Pascal buried? Where’s Balzac’s cemetery?’ Somebody finally told me Pascal must certainly be buried out of town at Port Royal near his pious sister, Jansenists, and as for Balzac’s cemetery I didnt wanta go to no cemetery at midnight (Pere Lachaise) and anyway as we were blasting along in a wild taxi ride at 3 A.M. near Montparnasse they yelled ‘There’s your Balzac! His statue on the square!’ ‘Stop the cab!’ and I got out, swept off me hat in sweeping bow, saw the statue vaguely gray in the drunken misting streets, and that was that. And how could I find my way to Port Royal if I could hardly find my way back to my hotel? And besides they’re not there at all, only their bodies.

In my room I looked at my suitcase so cleverly packed for this big trip the idea of which began all the previous winter in Florida reading Voltaire, Chateau-briand, de Montherlant (whose latest book was even now displayed in the shop windows of Paris, ‘The Man Who Travels Alone is a Devil’) – studying maps, planning to walk all over, eat, find my ancestors’ home town in the Library and then go to Brittany where it was and where the sea undoubtedly washed the rocks – My plan being, after five days in Paris, go to that inn on the sea in Finistère and go out at midnight in raincoat, rain hat, with notebook and pencil and with large plastic bag to write inside of, i.e. stick hand, pencil and notebook into bag, and write dry, while rain falls on rest of me, write the sounds of the sea, part two of the poem ‘Sea’ to be entitled ‘SEA, Part Two, the Sounds of the Atlantic at X, Brittany,’ either at outside of Carnac, or Concarneau, or Pointe de Penmarch, or Douardenez, or Plouzaimedeau, or Brest, or St Malo – There in my suitcase, the plastic bag, the two pencils, the extra leads, the notebook, the scarf, the sweater, the raincoat in the closet, and the warm shoes – The warm shoes indeed I’d also brought

MY PLAN BEING, AFTER FIVE DAYS IN PARIS, GO TO THAT INN IN BRITTANY, GO OUT AT MIDNIGHT AND WRITE THE SOUNDS OF THE SEA

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S ATO R I I N PA R I S

THIS BOOK PROVES THAT NO MATTER HOW YOU TRAVEL, YOU AWAYS LEARN SOMETHING TO CHANGE YOUR THOUGHTS

Florida air-conditioned shoes anticipating long hotsun walks in Paris and hadnt worn them once, the ‘warm shoes’ were all I wore the whole blessed time – In the Paris papers people were complaining about the solid month of rain and cold throughout late-May and early-June France as being caused by scientists tampering with the weather. And my first aid kit, and my mittens for the cold midnight musings on the Breton shore when the writing’s done, and all fancy sports shirts and extra socks I never even got to wear in Paris let alone London where I’d also planned to go, not to mention Amsterdam and Cologne afterwards. I was already homesick. Yet this book is to prove that no matter how you travel, how ‘successful’ your tour, or foreshortened, you always learn something and learn to change your thoughts. As usual I was simply concentrating everything in one intense but thousandéd ‘Ah-ha!’

For instance the next afternoon after a good sleep, and me spruced up clean again, I met a Jewish composer or something from New York, with his bride, and somehow they liked me and anyway they were lonely and we had dinner, the which I didnt touch much as I hit up on cognac neat again – ‘Let’s go around the corner and see a movie,’ he says, which we do after I’ve talked a half dozen eager French conversations around the restaurant with Parisians, and the movie turns out to be the last few scenes of O’Toole and Burton in ‘Becket’, very good, especially their meeting on the beach on horseback, and we say goodbye – Again, I go into a restaurant right across from La Gentilhommière recommended to me highly by Jean Tassart, swearing this time I’ll have a full course Paris dinner – I see a quiet man spooning a sumptuous soup in a huge bowl across the way and order it by saying ‘The same soup as Monsieur.’ It turns out to be a fish and cheese and red pepper soup as hot as Mexican peppers, terrific and pink – With this I have the fresh French bread and gobs of creamery butter but by the time they’re ready to bring me the entree chicken roasted and basted with champagne and then sautéed in champagne, and the mashed salmon on the side, the anchovie, the Gruyère, and the little sliced cucumbers and the little tomatoes red

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as cherries and then by God actual fresh cherries for dessert, all mit wine of vine, I have to apologize I cant even think of eating anything after all that (my stomach’s shrunk by now, lost 15 pounds) – But the quiet soup gentleman moves on to a broiled fish and we actually start chatting across the restaurant and turns out he’s the art dealer who sells Arps and Ernsts around the corner, knows André Breton, and wants me to visit his shop tomorrow. A marvelous man, and Jewish, and we have our conversation in French, and I even tell him that I roll my ‘r’s’ on my tongue and not in my throat because I come from Medieval French Quebec-via-Brittany stock, and he agrees, admitting that modern Parisian French, tho dandy, has really been changed by the influx of Germans, Jews and Arabs for all these two centuries and not to mention the influence of the fops in the court of Louis Fourteenth which really started it all, and I also remind him that François Villon’s real name was pronounced ‘Ville On’ and not ‘Viyon’ (which is a corruption) and that in those days you said not ‘toi’ or ‘moi’ but like ‘twe’ or ‘mwe’ (as we still do in Quebec and in two days I heard it in Brittany) but I finally warned him, concluding my charming lecture across the restaurant as people listened half amused and half attentive, François’ name was pronounced François and not Françwé for the simple reason that he spelled it Françoy, like the king is spelled Roy, and this has nothing to do with ‘oi’ and if the King had ever heard it pronounced rouwé (rwé) he would not have invited you to the Versailles dance but given you a roué with a hood over his head to deal with your impertinent cou, or coup, and couped it right off and recouped you nothing but loss. Things like that – Maybe that’s when my Satori took place. Or how. The amazing long sincere conversations in French with hundreds of people everywhere, was what I really liked, and did, and it was an accomplishment because they couldnt have replied in detail to my detailed points if they hadnt understood every word I said. Finally I began being so cocky I didn’t even bother with Parisian French and let loose blasts and pataraffes of chalivarie French that had them in stitches because they still understood, so there, Professor Sheffer and Professor Cannon (my old French ‘teachers’ in college and prep school who used to laugh at my ‘accent’ but gave me A’s.) But enough of that. Suffice to say, when I got back to New York I had more fun talking in Brooklyn accents’n I ever had in me life and especially when I got back down South, whoosh, what a miracle are different languages and what an amazing Tower of Babel this world is. Like, imagine going to Moscow or Tokyo or Prague and listening to all that.


S ATO R I I N PA R I S

That people actually understand what their tongues are babbling. And that eyes do shine and understand, and that responses are made which indicate a soul in all this matter and mess of tongues and teeth, mouths, cities of stone, rain, heat, cold, the whole wooden mess all the way from Neanderthaler grunts to Martian-probe moans of intelligent scientists, nay, all the way from Johnny Hart ZANG of anteater tongues to the dolorous ‘la notte, ch’i passai con tanta pieta’ of Signore Dante in his understood shroud of robe ascending finally to Heaven in the arms of Beatrice. Speaking of which I went back to see the gorgeous young blonde in La Gentilhommière and she piteously calls me ‘Jacques’ and I have to explain to her my name is ‘Jean’ and so she sobs her ‘Jean’, grins, and leaves with a handsome young boy and I’m left there hanging on a bar stool pestering everybody with my poor loneliness which goes unnoticed in the crashing busy night, in the smash of the cash register, the racket of washing glasses. I want to tell them that we dont all want to become ants contributing to the social body, but individualists counting each one by one, but no, try to tell to the in-and-outers rushing in and out the humming world night as the world turns on one axis. The secret storm has become a public tempest. But Jean-Pierre Lemaire the Young Breton poet is tending the bar, sad and handsome as none but French youths can be, and very sympathetic with my silly position as a visiting drunkard alone in Paris, shows me a good poem about a hotel room in Brittany by the sea but after that shows me a meaningless surrealisttype poem about chicken bones on some girl’s tongue (‘Take it back to Cocteau!’ I feel like yelling in English) but I don’t want to hurt him, and he’s been nice but’s afraid to talk to me because he’s on duty and crowds of people are at the outdoors tables waiting for their drinks, young lovers head to head, I’d a done better staying at home and painting the ‘Mystical Marriage of St Catherine’ after Girolamo Romanino but I’m so enslaved to yak and tongue, paint bores me, and it takes a lifetime to learn how to paint.

So here we are in Paris. All’s over. From now on I’m finished with any and all forms of Paris life. Carrying my suitcase I’m accosted at the gates by a cab-hawk. ‘I wanta go to Orly’ I say. ‘Come on!’ 56 LING

‘But first I need a beer and a cognac across the street!’ ‘Sorry no time!’ and he turns to other customers calling and I realize I might as well get on my horse if I’m gonna be home tonight Sunday night in Florida so I say :‘Okay. Bon, allons.’ ‘Orly was it?’ ‘Aye, mais but, Monsieur, a glassa beer for the road.’ ‘Bah – it’s take me ten minutes.’ ‘Ten minutes is too long.’ He looks at me seriously. ‘Well, I can stop off at a cafe on the way where I can double park and you throw it down real fast ’cause I’m working this Sunday morning, ah, Life.’ ‘You have one with me.’ Zip. ‘Here it is. Out.’ We jump out, run into this cafe thru the now-rain, and duck up to the bar and order two beers. I tell him:‘If you’re in a real hurry I’ll show you how to chukalug a beer down!’ ‘No necessity,’ he says sadly, ‘we have a minute.’ He suddenly reminds me of Fournier the bookie in Brest. He tells me his name, of Aubergne, I mine, of Brittany. At the spot instant when I know he’s ready to fly I open my gullet and let a halfbottle of beer fall down a hole, a trick I learned in Phi Gamma Delta fraternity now I see for no small reason (holding up kegs at dawn and with no pledge cap because I refused it and besides I was on the football team), and in the cab we jump like bankrobbers and ZAM! We’re going 90 in the rain slick highway to Orly, he tells me how many kilometers fast he’s going, I look out the window and figure it’s our cruising speed to the next bar in Texas. We discuss politics, assassinations, marriages, celebrities and when we get to Orly he hauls my bag out the back and I pay him and he jumps right back in and says (in French): ‘Not to repeat myself, me man, but today Sunday I’m working to support my wife and kids – And I heard what you told me about families in Quebec that had kids by the twenties and twentyfives, that’s too much that is – Me I’ve only got two – But, work, yes, yowsah, this and that, or as you say Monsieur thissa and thattam, in any case, thanks, be of good heart, I’m going.’ When God says ‘I Am Lived,’ we’ll have forgotten what all the parting was about.

JEANPIERRE THE YOUNG BRETON POET IS TENDING THE BAR, SAD AND HANDSOME AS NONE BUT FRENCH YOUTHS CAN BE


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a dR d M I LANO

H I STO R I AS M Í N I M AS AUTOR SEBASTIÁN TABERNA

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UNA CIUDAD ES LA SUMA DE LAS VIVENCIAS DE SUS HABITANTES, Y ÉSAS NO PODRÍAN SER LAS MISMAS EN NINGÚN OTRO ESCENARIO. LAS SIGUIENTES TRES HISTORIAS MÍNIMAS OCURREN EN ESE MÍNIMO GRAN LUGAR QUE ES MADRID, Y EN ELLAS SE DEJA CAER, COMO EL QUE NO QUIERE LA COSA, GRANDES Y PEQUEÑAS VERDADES SOBRE LA VIDA

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“Si hubo un marido de la peluquera, yo soy el marido de la artista. Tengo una novia performer, artista y de Barcelona, yo, que soy más de Madrid que los bocatas de gallinejas y las cañas del Montes y al teatro contemporáneo llegué de rebote y con muchos prejuicios. He metido la puntita en casi todos los saraos que he podido y, de la mayoría, sólo y/o en compañía de los colegas, nos han echado más o menos educadamente. A pesar de todo, sigo con ganas de arrimar la cebolleta. Trabajamos en pos de la autonomía total de los proyectos, vamos, que la gente reclame el control de la realidad en la que vive, para hacer simple y llanamente lo que le dé la gana”. David tiene treinta y cuatro años, mide uno ochenta y tres centímetros, pesa setenta y cinco kilos. Habla a toda velocidad y gesticula impulsivamente. Las palabras le salen hacia dentro, como si en su recorrido hacia el exterior se tropezaran con otros pensamientos que en ese mismo instante pasaran por su cuerpo. De su hilarante humor, de su energía y de la pasión que pone en todas las cosas que hace son testigos el Teatro Pradillo, La Fiambrera Obrera, Pornolab, Sabotaje contra el Capital o Bordar Games, entre otros. Pongamos que hablamos de Madrid… Madrid es una ciudad que fortalece tu autoestima. El mal humor de gobiernos pasados nos metió kryptonita en el cuerpo y nos dio a todos los que lo sufrimos unos superpoderes que ahora nos hacen indestructibles. ¿Y ahora? Ahora somos un puñado de modernos peleando en una tierra de nadie. Esto es la corte y aquí la peña va a machete. ¿Y cuál es tu receta para no cortarte con tanta cuchilla? No lo sé, puede ayudar el hecho de ser hiperactivo. Madrid es una ciudad de corrupción y malas intenciones, pero a la vez, y ahí reside su magia, es muy cordial para vivir.

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El último ejemplo es el Madrid de La Movida, que era una recreación de la juventud más ácrata. Ellos tenían muy claro contra quién luchaban y a dónde iban.

Y La Movida, ¿cómo era? La Movida no era fashion, sino contracultural. Si alguien decía blanco, ellos decían negro. Me acuerdo del primer concierto de Gabinete Caligari en Rock-Ola. Tocaban los últimos después de grupos punkis. Sabían que no tenían nada que hacer, así que para presentarse no se les ocurre otra cosa que decir que son un grupo de fascistas. La gente se puso como loca y les empezó a tirar de todo. Esa capacidad para provocar, ese espíritu, hoy se ha perdido. Me da a mí que ahora somos menos espontáneos… Al final, todo se tiene que embotellar porque hay que venderlo, pero para mí lo importante del movimiento fue su carácter subversivo, contracultural y participativo. Esa gente le arrebató la cultura al sistema tardo franquista y la hizo suya. Hoy, son los propios gestores culturales los que suelen firman el acta de defunción de cualquier proyecto independiente. ¿Entonces? Lo peor de todo es que la gente se ha olvidado de que la cultura le pertenece. Fíjate en la figura del coolhunter: no es más que un esbirro del poder, un chivato que busca cosas para que el sistema lo etiquete y lo ponga en las estanterías. Es increíble la capacidad del capitalismo para fagocitarlo todo. Por eso lo que más me interesa es aquello que se resiste a ser comprado por el capitalismo. Resistir, como sigue resistiendo Lavapiés, que es el barrio en el que vives. Lavapiés es un lugar frontera. De su boca de metro salen cada día un montón de inmigrantes recién llegados de los autobuses de Tarifa o Algeciras. Esa energía contraria a todos nuestros políticos está haciendo que, de momento, el barrio se resista a ese palabro tan feo que es la “gentrificación”.

ANDREW LOSOWSKY

DAVID RODRÍGUEZ AGITADOR CULTURAL SUPERHÉROE DE BARRIO

En este estado cómico de las cosas del vivir de cada día, ¿qué es lo que más te gusta de Madrid? Sin duda, lo abierta que es la gente, que nadie te pregunta de dónde vienes o a dónde vas. Sé que suena tópico y que hasta Esperanza Aguirre lo dice, pero es que es una gran verdad y una gran conquista social. Y el lado ese negativo del que hablabas, ¿de dónde crees que viene? Tiene que ver con que Madrid fue la capital de Franco. Esa herencia todavía está grabada en la mentalidad de algunos. Después de su muerte se podían haber elegido otros caminos distintos al cabreo, como el diálogo y la comunicación. Pero esta tensión, ¿no es algo consustancial al modelo económico al que estamos sometidos? Lo que ocurre es que hay demasiado interés por el dinero, y el dinero hace que pienses que los otros son tus enemigos. Pero obviamente el capitalismo no es un fenómeno exclusivo de Madrid. Ya, pero antes no era así. Madrid ha sido tradicionalmente una ciudad de resistencia.


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“Todo lo sabemos entre todos, y todos escribimos el mismo libro”, dice Andrés Trapiello. Quizás por eso, es fácil reconocerse en El salón de los pasos perdidos, la novela en forma de diario que ha estado escribiendo en los últimos años. Seis novelas, varios ensayos y una producción poética recogida en diez libros, conforman, entre otros, su extensa obra. Pero Trapiello no es sólo un escritor. Hablando con él uno descubre en la sencillez, en la naturalidad y en la calidez de sus palabras a un compañero con quien perderse en esta extraña novela de la vida; esa que nunca sabemos hacia dónde nos lleva. En la literatura española contemporánea nadie ha escrito más y mejores páginas sobre Madrid que Trapiello.

Un Madrid que él vive como una ciudad pequeña porque la recorre de una punta a otra a pie, deteniéndose para mirar y rescatar del olvido esas pequeñas cosas, esos gestos insignificantes que parecen no

importar a nadie, pero que contienen muchas historias. Llevas ya treinta años viviendo en Madrid. Vine de Valladolid en 1975 y fue un contraste muy duro, sobre todo los dos primeros años en los que las cosas no me fueron muy bien. Me asustaba la lucha por vivir, pero poco a poco me fui haciendo a la ciudad, a este barrio, hasta que entendí que Madrid era el lugar

insignificantes, además en El Rastro valoran lo pequeño y lo estropeado, que es más conmovedor, y tienen por ello una atención, una conmiseración y una piedad que no tienen en otros sitios. A pesar de que en El Rastro también se contemplan estampas brutales. No, yo siempre lo veo muy lírico. Cuando has entendido El Rastro puedes ver hasta una especie de delicadeza. Se lo contó muy bien Solana a Gaya: “A mí El Rastro me gusta cuando llegan esos mozos de cuerda y ves con cuánta ternura van sacando los cajones de una cómoda que se van a echar a los lomos”. Eso que Solana sabe ver tan bien es El Rastro: un sitio en el que en medio de toda la brutalidad, la costra y la animalidad hay siempre un amor hacia lo deshecho, lo insignificante y lo estropeado. Eso es muy bonito. Pero también los insignificante puede tener un precio elevado. Ya lo decía Machado: “Confunde el necio valor y precio”. Cuando vas al Rastro tienes que pensar que normalmente no vas a encontrar lo que buscas y, al no hacerlo, tienes que aceptar lo que El Rastro te da y no buscabas. Por eso debes tener la suficiente prontitud de ánimo para llevarte eso que te ofrece la vida y entender que aquello estaba destinado a ti, y en ese mismo momento tienes que saber lo que quieres pagar, porque si no te lían y acabas pagando el precio de otro. El Rastro no te lo da todo nada más empezar, sino que a lo largo de toda la vida termina dándote todo lo que tenía. Tu último libro es El arca de las palabras, un libro del que estás especialmente orgulloso y que tienes por uno de los más importantes de tu obra. ¿Por qué? El libro parte de un pie forzado: voy a reescribir las palabras que más me gustan del diccionario. Pero eso que parece un juego es un proyecto muy serio. Es el reflejo de una visión más que aquilatada del mundo y de cosas muy sedimentadas dentro de mí que se manifiestan con mucha espontaneidad porque han sido ensayadas una y otra vez. Cumplidos los cincuenta años, lo considero el fruto de una vida dedicada a la literatura. Cervantes escribió que “Lo que se sabe sentir se sabe decir”, frase que resume el sentir de este libro. Lo que nos está diciendo Cervantes es que es mucho más importante lo que se ha de sentir que lo que se ha de decir, porque el decir es consecuencia natural del sentimiento. Si sabemos sentir algo, el decir es algo que fluirá de una manera natural. No hay más que fijarse en cómo los enamorados acaban encontrando una manera natural y expresivísima para manifestar sus sentimientos, a veces con una palabra, a veces con un gesto o una mirada. ¿Y qué se hace con todas esas palabras que se sienten y no se saben decir? Todas las palabras encuentran la manera de decirse. La tarea principal de las personas que nos dedicamos a la literatura es encontrar la manera natural de crearlas. Hay gente que tiene una naturaleza barroca y la naturalidad en ellos será el barroco, y gente que tiene una naturalidad sencilla y quiere barroquizarse porque les parece mucho más elegante. Creo que cada cual tiene que buscar su naturaleza y cada palabra tiene su propia naturaleza en cada una de las personas. Las palabras saben muy bien con quién irse, lo único que tiene que hacer uno es saber muy bien con qué palabras quiere hacer el mundo.

perfecto para alguien que, como yo, intentaba tener la mínima cantidad de “yo”. Aquí nadie se ocupa de ti y tú puedes ocuparte de los demás, sin la necesidad de tener que justificarte o defenderte. ¿Qué tiene Madrid que otros lugares no tengan? Es una ciudad bellísima e inagotable. Madrid no es París o Londres, pero tiene algo propio; por un lado, ese cerrilismo español que da un poco de pena y por el que uno siente cierta piedad, y por otro lado tiene algo muy genial, seco y castellano, y también algo loco y cervantino. Un conjunto de cosas que se viven de una manera natural, muy poco retóricas y que hacen de ella una ciudad que no se da importancia. Sin embargo, el señorito madrileño es lo menos madrileño que existe, porque es postizo, cabroncete, ridículo y chuleta. Está hecho de lo peor de Madrid, de aquello que no se mezcla con nada: por eso es tan idiota. En contraposición, está el tipo popular que te encuentras en las calles, en los comercios, en los talleres y en los bares y que está hecho de muchas cosas. Uno de tus lugares favoritos de Madrid es El Rastro, lugar al que acudes todos los domingos y sobre el que has escrito multitud de páginas. ¿Qué es lo que lo convierte en un lugar tan especial? Madrid valora todo lo pequeño porque todos o casi todos somos

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TAKURO TAKEURI

ANDRES TRAPIELLO ESCRITOR LA NOVELA DE LA VIDA


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Una de tus virtudes es la de elegir con inteligencia e instinto a los mejores compañeros de viaje: Nacho Vegas, Abel Hernández de Migala, Greg Weeks, Raúl Fernández de Refree... De todos ellos he aprendido un montón y estoy muy agradecida. Los respeto muchísimo. ¿Y por qué son todos hombres? Tampoco voy a entrar a teorizar en profundidad sobre el porqué, pero me parece que es un hecho estadístico. Por ejemplo, en mi sello, en Acuarela, la única chica en solitario soy yo. En España hay más hombres que se dedican a la música que mujeres, así que tampoco es extraño que la mayoría de los músicos que tocan en los discos que uno puede comprarse sean hombres. Dices que te sientes de muchos rincones diferentes del mundo y Madrid es uno de ellos. Eso lo digo ahora, segura de lo que digo porque me encuentro mucho más a gusto en Madrid que antes. Hace dos años, cuando escribí “Madrid”, no me sentía así. La escribí en una época en la que estaba continuamente viajando y cuando volvía los fines de semana no sabía muy bien qué hacer o con quién estar. He acabado por entender que ser de Madrid es ser de muchos sitios a la vez. Y a ti, ¿a qué te suena Madrid? A muchas cosas distintas y contradictorias a la vez. Como dice mi madre, Madrid suena a pequeña gran ciudad. Madrid me suena a coches pitando, a alguien limpiando las calles con una manguera y al sonido de los pájaros trinando. ¿Y si tuvieras que elegir un grupo que representase a Madrid? Elegiría a los Nikis o a cualquiera de La Movida. Además de cantar estás terminando la carrera de Comunicación Audiovisual y eres una gran aficionada al séptimo arte. ¿Cuáles son tus cines preferidos? Todos los que proyectan en versión original. El Cine Doré, el Pequeño Cine Estudio, Cines Verdi, Alphaville, Renoir o el Ideal. ¿Y tu calle favorita? Echegaray, por diferentes motivos.

AROAH COMPOSITORA Y CANTANTE CUANDO TERMINES CON TODO

TAKURO TAKEURI

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“Hola, me llamo Irene. Nací en Granada pero me crié en Canillejas. Mi madre es del norte de California, donde el clima recuerda más a la Asturias natal de mi padre que a las series de David Hasselhoff. He vivido en Madrid casi toda mi vida, pero nunca he querido identificarme como madrileña. Me siento parte de muchas cosas y Madrid es una de ellas.” Aroah nació Irene R. Tremblay, pero se cambió el nombre para ser cantante. Porque la dualidad es propia de nuestra especie y, para ella, quedarse atrapada en las letras de un nombre es enterrarse en una identidad de la que después no se puede salir. Y no es que ella se haya perdido en la sopa tonta del relativismo, no, ella tiene claro lo que quiere cantar. Con En el patio interior (Acuarela, 2005) y tan sólo veinticinco años suma ya cuarto disco. Seis canciones desnudas que gravitan en torno a sonidos acústicos en las que el country, el folk o el pop se encuentran con naturalidad. “Una confirmación definitiva de la necesidad de una artista capaz de doler tanto como sufre”, leo que han escrito sobre ella. Cuando lees cosas como esas, ¿cómo te sientes? Uff… es un piropo tan grande que me cuesta creerlo. Me parece increíble que alguien diga eso cuando escucha mis discos. Ya, pero imagino que escribes canciones para comunicar tus sentimientos, ¿no? Claro, pero también para quitármelos de encima, casi como si hiciera una terapia conmigo misma. Soy muy racional, pero cuando escribo una canción lo hago con las tripas y el corazón, sin pensar mucho en las consecuencias.

Ahí está la tienda de instrumentos en la que me compré el banjo, la tienda de lomografía, mis dos restaurantes japoneses favoritos (Donzoko y Aki),

la tienda de futones y un bar en el que sólo se sirven vinos de Jerez. Sé que eres una lectora empedernida. Recomiéndame dos librerías… Mis favoritas son una de segunda mano que está en la calle Espíritu Santo, J&J's Books and Coffee, que es muy tranquila y en la que además puedes tomarte un café mientras ojeas los libros, y 8 1/2, especializada en cine, en la que es difícil no encontrar lo que buscas.

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HITCHCOCK EN BARCELONA VÉRTIGO EN LA CABINA TEXTO ANDREW LOSOWSKY Y MARTA D. RIEZU ILUSTRACIÓN RAÚL ARIAS


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MR. HITCHCOCK SE FUE TRAS EL BIOMBO, Y COMENZÓ A CAMBIARSE. AL SALIR, LA CEJA DE VÍCTOR SE LEVANTÓ DE PURO SUSTO

Alfred Hitchcock está haciendo cola a la espera del teleférico, impasible. Irreconocible. Sólo él sabe lo que va a ocurrir en unos minutos. Mr. Hitchcock siempre lo ha preferido así. Un rato antes estaba sentado, disfrutando de su puro en el restaurante de la Torre d’Alta Mar, al que se puede llegar sólo con el teleférico. Vestido de Savile Row, como siempre, admiraba a través de los ventanales el espléndido espectáculo de una Barcelona ajetreada. Dentro de su bolsillo, sonaba el tap tap tap de su pulgar derecho contra la tapa de su reloj de mano. Un camarero tosió. El ancho cuello de Hitchcock se giró lentamente hasta avistar a su fiel sirviente escocés, Victor MacGuffin. Mr. Hitchcock sacudió la ceniza de su cigarro y se levantó, esbozando una leve sonrisa, casi perdida entre sus redondas mejillas. “Vamos allá.”

Mr. Hitchcock entró en la cocina con MacGuffin, pasó por delante del eficaz bullicio organizado y llegó a la despensa, donde Victor había desplegado un biombo. Mr. Hitchcock se puso tras él y empezó a cambiarse. MacGuffin fijó su vista hacia el horizonte, sin hacer preguntas ni comentarios. Un par de minutos después, Mr. Hitchcock emergió. La impertérrita ceja izquierda de Victor se levantó un segundo de puro susto. Habían quedado fuera el traje diplomático, las polainas, los zapatos inmaculados y la aguja de corbata. Mr. Hitchcock vestía ahora un gorro de pescador, gafas de ver con visera de sol elevable, unos shorts grises de tela no muy buena y una camiseta en la que se podía leer “I CORAZÓN SPAIN”. En los pies, sandalias marrones. Para mantener las últimas migajas de dignidad inglesa, llevaba puestos sus calcetines grises de seda. “Aterrador pero necesario”, se consoló Hitchcock. “Sirve perfectamente a sus fines, señor”. Hitchcock devolvió la mirada satisfecha pero seria a su sirviente. Mientras, la camiseta “I CORAZÓN SPAIN” subía y bajaba suavemente, al ritmo de la respiración de Hitch. Él y Victor abandonaron la cocina por la puerta de atrás, Hitchcock con la cabeza tan alta como

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siempre. La puerta trasera daba directamente al rellano de las escaleras metálicas de espiral, en el exterior.

El rellano era octogonal, con vistas acristaladas por sus ocho lados, y con unos largos, negros y gruesos cables en medio. Una cola de turistas excitados paseaban por el rellano, admirando las vistas y sacando fotos borrosas a través del cristal. Nadie advirtió la entrada de Mr. Hitchcock en la habitación.

Y allí sigue ahora Mr. Hitchcock, esperando en la cola que le va a llevar al teleférico. Mira hacia el horizonte, sin fijarse en el cristal ni en lo que hay detrás, sino dejando descansar sus ojos allá donde éstos quieren. Tres puestos delante de él en la fila hay una mujer rubia y delgada, que mira desdeñosamente a dos críos que revolotean alrededor. Sus formas son delicadas pero firmes. Tiene el perfil de Tippi, la nuca de Grace y unas bonitas piernas propias. La cabina del teleférico se detiene y se abre ante ellos. Los de dentro desembarcan, los de la fila entran. Un guarda pide los tíquets y les hace pequeños agujeritos. Los turistas emiten un rumor excitado. Entre el gentío, una pareja de ancianos americanos, una familia de chinos que discute con sílabas en staccato, un hombre con una guía amarilla titulada ¡Barcelona en un día!, una rechoncha mujer con un parche en el ojo (que sigue con la vista, como si fueran moscas, a dos niños revoltosos que van con un matrimonio silencioso) y la bella rubia. También Mr. Hitchcock. Al entrar, la cabina acusa su peso y se balancea imperceptiblemente.

De pronto, un francés treintañero con entradas y cola de caballo empieza a gritar: “¡No puedo! Lo siento, me es imposible”, y se revuelve buscando la salida. “Tengo vértigo, estoy un poco mareado. Por favor, déjenme bajar”, sube cada vez más el tono. “Necesito aire.” El guarda le ayuda a salir. Los demás no saben adónde mirar, así que miran hacia otro lado. La rubia encoge sus rojos labios en señal de desaprobación, sus mejillas están tensas y perfectas como si nunca hubiesen formado un grito. Mr. Hitchcock lo observa todo a través de sus gafas. “Mejor así”, piensa, “no convenía que ese hombre se quedase. Éstos que están aquí serán los pocos afortunados”, se sonríe Hitchcock. Sea. Ya tenemos el escenario.

“NO PUEDO, ME ES IMPOSIBLE”, Y SE REVUELVE BUSCANDO LA SALIDA. “TENGO VÉRTIGO, POR FAVOR, DÉJENME BAJAR”

En el horizonte se admira la puesta de sol. En el último minuto, dos guardas de camisa azul entran en la cabina. Como ninguno de los ocupantes ha viajado antes en este medio de transporte, no saben que esa presencia no es habitual. Click. La cabina se cierra con un afilado sonido de metal grueso. Los guardas oprimen el botón de bajada. Comienza el viaje. Todos notan un “wrrrrrrr” bajo sus pies. Las paredes de metal de la torre ya quedan a dos metros. Uno de los niños se hurga la nariz con ganas. Entre el murmullo general, el varón americano levanta la voz aún más de lo acostumbrado: “¡Mira, Rose, nuestro barco de crucero!”.

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H I TC H C O C K E N B A R C E LO N A

El resto de los pasajeros, puesto que forman parte del mismo grupo de viaje organizado, intentan ver cuál es. “Allí, el de las letras verdes al lado de la luz, ¿veis?”. El hombre de la guía amarilla señala con la mano libre hacia el más pequeño de varios barcos de crucero que hay atracados en el puerto. “Qué pequeño parece”. Todos murmullan “ooohs” y “aaahs” en señal de conformidad.

EL APARATO SE PARA EN LA ESTACIÓN INTERMEDIA. NADIE SUBE. NADIE BAJA. EL TELEFÉRICO SIGUE SU CAMINO. Y ENTONCES SUCEDE

El aparato se para en la estación intermedia, en el puerto, a mitad del trayecto. Nadie sube. Nadie baja. El teleférico se cierra, y sigue su camino unos metros más, ya hacia la parada final. Y entonces sucede. Con una sacudida brusca y un chirrido, el teleférico se para. Por un momento, el silencio es absoluto. Los dos guardan se yerguen. Hay un suave balanceo provocado por el viento del exterior. El dedo de Colón apunta hacia ellos, acusadoramente. Abajo, la vida en las Ramblas sigue. La rubia se agarra con más fuerza a la baranda. La pareja de jubilados americanos, ya no muy temerosos de la muerte, se permiten chistes acerca de lo lejos que está el suelo. Lo está. Todos se asoman para ver dónde queda exactamente. Todos menos Mr. Hitchcock.

De un modo deliberadamente lento, Mr. Hitchcock se quita su sombrero de pescador y sus gafas de sol, que guarda en los shorts. Mira hacia el grupo. Se acerca lentamente hacia

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una persona en particular, y le susurra lentamente, vocalizando en su oreja: “Usted.” El hombre de la guía amarilla se gira para ver quién le habla. Se queda rígido al encontrarse con el último rostro que esperaba ver allí. Un extrañamente vestido -pero ya inconfundibleAlfred Hitchcock le mira a los ojos. “Buu”, se inclina el gran hombre a un palmo de su cara.

una pequeña caja rectangular de plata, aún tibia por el calor del cuerpo. Mr. Hitchcock la abre, niega levemente con la cabeza en señal de desaprobación, y empieza a hablar. “Tendrán que disculparme esta interrupción de sus vacaciones, señores. Uno de sus compañeros de viaje, el señor Hughes, aquí presente, es el responsable de esta llamativa situación. Mis amigos han dicho de mí en muchas ocasiones que tengo un hiperdesarrollado sentido del melodrama. Puede que estén en lo cierto. Pero, por la meticulosidad que observo, él también comparte esta tendencia.”

El hombre de la guía amarilla da un

Hughes no contesta. Respira y traga saliva con dificultad,

respingo hacia atrás, busca la puerta con la mirada y se abalanza hacia ella, empujando a la mujer china y al guarda y tocando la maquinaria de apertura. Logra abrir una ventana, y la ráfaga desequilibra mucho más el ya renqueante equilibrio del teleférico. La mujer rubia grita y se desmaya, prácticamente encima del americano. Todos respiran fuerte. “¿¡Qué hace!? ¡Nos va a matar a todos! ¡Párenle!”, grita histérica la mujer del parche. El hombre de la guía, fuera de sus cabales, lucha por salir por la ventana. Uno de los guardas le detiene por el cuello y el otro le coge por la espalda. La guía cae por la ventana, y por unos segundos planea hacia las olas, soltando hojas, tíquets y notas por el camino. Mr. Hitchcock observa la situación, inmóvil. Tras unos segundos, el guarda se las apaña para quitar al hombre de en medio y echar el cerrojo. El silencio vuelve a la cabina. El otro guarda sujeta al suicida, que después de su arranque de locura se ha quedado encogido, agotado en una esquina del teleférico. “¿Está seguro de que esto ha sido una buena idea, señor Hitchcock?”, dice nervioso el guarda.

con la mirada baja. El teleférico sigue balanceándose. Todos los viajeros se apretujan en mitad de la cabina, silenciosos y expectantes. La mujer americana sujeta en cuclillas a la rubia, que sigue desmayada. Mr. Hitchcock mira hacia el suelo, con la espalda recta, donde el hombre tiembla completamente pálido. “No es necesario que le diga, Mr. Hughes, que estoy de lo más descontento con sus acciones. No me importan las mentiras que haya contado, ni siquiera me importan las considerables cuentas que han ido llegando, a expensas de alguien que públicamente se jacta de ser, déjeme leer…”, aleja su vista miope de la tarjeta, “el asistente personal de Mr. Alfred Hitchcock. Bajo esa identidad, ha estado efectuando gastos por un valor de hasta 100.000 dólares en varios países, incluyendo Estados Unidos y algunos del Caribe. Todas esas simpáticas facturas han acabado en mi puerta. Por supuesto, estas molestias también han afectado a mi verdadero asistente, un hombre más honesto de lo que usted jamás aspiraría a ser, Mr. Hughes. Dudo que tenga los medios para resarcirme económicamente de estas molestias, y no es algo que ahora mismo me afecte. Lo importante es que esto acaba aquí. Esta mañana he informado al capitán de su barco de esta situación, y han dejado su equipaje en la consigna del muelle. Usted mismo se hará cargo como pueda de su

Sin responder, Hitchcock ordena al vigilante: “Si es tan amable, por favor, alcance su mano hasta el bolsillo izquierdo trasero del pantalón de ese hombre, y páseme el pequeño estuche de plata que encontrará allí.” El guardia así lo hace, y encuentra precisamente lo descrito:

vuelta a Kentucky. Espero no verle nunca más. ¿Ha comprendido?” Hughes asintió miserablemente, con la vista fija en el suelo de metal. Los guardas estuvieron a su lado el resto del viaje.

Horas después, Mr. Hitchcock está vestido de nuevo con traje de espiguilla y corbata (“No permita jamás, nunca, que me vuelva a poner ese atuendo, MacGuffin”), disfrutando las últimas gotas de un vaso de brandy, en el balcón de su suite en la Casa Fuster. Se reclina en el asiento, y echa un último vistazo a la carpeta con facturas, fotocopias de un pasaporte, el itinerario de un crucero a Barcelona y la caja de plata que contiene tarjetas que ya no serán repartidas. Lo cierra para siempre y se lo pasa a MacGuffin, que está a su lado. “Un buen día, ¿no es cierto, MacGuffin?”, dice Alfred Hitchcock pensativamente, mirando hacia las luces de la ciudad. “Un muy buen día, de hecho.” “Sí, señor”, dice MacGuffin, y entra en la habitación para preparar otro brandy.

“ALCANCE SU MANO HASTA EL BOLSILLO IZQUIERDO, Y PÁSEME EL PEQUEÑO ESTUCHE DE PLATA QUE ENCONTRARÁ ALLÍ”

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PHOTOGRAPHS PEDRO GARCIA (FACING PAGE) AND CRISTOVAO@EI

THERE'S NO PLACE LIKE LISBON'S BAIRRO ALTO. FABULOUS IN THE SEVENTIES, ELITIST IN THE EIGHTIES, DISCARDED IN THE NINETIES, AND NOW THE ONLY PLACE TO HANG OUT AND DO SOME UNUSUAL SHOPPING FOLLOWED BY SOME SPECIAL DRINKING. MIGUEL DE MATOS UNCOVERS THE MAGIC OF THE “HIGH NEIGHBOURHOOD”.


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It’s the crossroads for all the urban tribes of Lisbon. It’s the hangout of the goths and the artists, the punks and the rockabillies, the freaks and the chic. With quirky shops, an aversion to international brands and some of the freshest, most original bars and restaurants in the city, Lisbon’s Bairro Alto is, quite simply, the place to go if you fancy something different. It wasn’t always this way. Rua do Norte, the street right in the heart of the Bairro Alto, was built in the sixteenth century, when a plot of land in the Bairro could be bought for a chicken and a handful of small coins. By the eighteenth century, the Bairro Alto had become Lisbon’s prime aristocratic enclave, commanding impressive views away from the disease-ridden streets in the poor city below. Following the immense earthquake in 1755, however, the area slipped into decline. Fast forward a few centuries. When the dictatorship finally came to an end in 1974, the Bairro Alto was

an almost-forgotten area inhabited by workers, art students and prostitutes.

It was in this unpromising corner that a quiet man from the Algarve called Manuel Reis decided to open a new kind of shop, one that didn’t exist anywhere else in Lisbon: a vintage store, that he named “1900-1930”. A few years later, he sold it to some bright young music fans who turned it into an unconventional shop – and so Contraverso, as they christened it, soon became one of Lisbon’s music meccas. Reis, meanwhile, opened another vintage shop in the area: Loja da Atalaia, which specialised in retro furniture and rare Portuguese art. By the time the 1980s hit Portugal, the Bairro Alto was Reis’ domain.

He opened the achingly hip Discoteca Frágil in what had previously been a nightlife desert; but flowers soon sprang up alongside his oasis, and modern hangouts emerged next to the traditional Portuguese tasca bars. The area was becoming a hub for young artistic and social movements. It was a particular kind of Eighties bohemian who felt at home in this strange atmosphere. For those on the outside, the Bairro Alto’s downbeat attraction was mystifying. Those invited in, however, were made to feel special. People still speak fondly of Guida Gorda, Frágil’s bouncer in its early days, who now runs the “Abraço” Association campaigning against AIDS in the Bairro, under the name of Margarida Martins. Clara Games, now a journalist, was a Frágil fanatic back in the 1980s and remembers well Guida’s days on the door: “Guida Gorda liked me and so she used to let me in right from the start, even though I was only 18 years old. That was typical of the attitude there. The whole place would change its interior decoration every six months, launching each one with special parties. And around Frágil, there was Arroz Doce (a canteen-style bar that still exists today), brothels, prostitutes and sailors out in the streets…This was a neighbourhood that was closed to the

outside world, with a particular character very different from what it is today. Frágil was a comfortable and warm space where friends used to meet. I remember dancing often with Manuel Reis.” That “particular character” was both refreshingly different and undeniably elitist, with its own form of cultural and intellectual snobbery that many found off-putting. When the Moda Lisboa fashion week launched in 1981, and high-end designers began to get more attention internationally, they entered the Bairro, attracted by its low rent and creative vibe – but this only increased the area’s feeling of impenetrable exclusivity. Designers and brands such as Lena Aires, Manuel Alves/José Manuel Gonçalves, Filipe Faísca, Abbondanza/Matos Ribeiro, Tenente and others all opened expensive shops in the area. By the early 1990s, however, they began to disappear. Today, only Lena Aires’ shop survives. “It was a pleasant kind of elitism back then,” Lena remembers. “Whenever you went, there would always be someone you knew. When I used to work at the bar Os Três Pastorinhos (now called Napron), I felt as if clients were part of my family. We were trendsetters back then because we would change the decoration of the bar frequently, would organise ‘theme parties’ and do things that were quite innovative at the time… But now it’s better because it’s much more democratic. We have all kinds of people coming into the Bairro these days.” In the mid-1990s, as high fashion deserted the area for the streets around the Avenida 24 de Julho, the Bairro Alto was in danger of being forgotten again. But in a strange repetition of history, it was again a vintage shop, this time called Outra Face da Lua, that started to turn things around. It soon became so popular that it moved to a larger space downtown, but the Bairro Alto’s return to fashion had begun. Igor Ferreira, who arrived in the area from Amsterdam in 1997 to open a shop specialising in trainers called Sneakers Delight, and then hairdresser Facto Hair, explains the Bairro’s magic: “This neighbourhood is a magnet for people who want to try something different. It’s not only about selling, but also about surprising people. I love it when people look amazed when they enter a store. Bairro Alto is a great place for that.” As the Bairro grew in stature, Outra Face da Lua changed hands, and its new owners moved it downtown, putting the unconventional shoe shop Happy Days in its place. Today, places like the Bad Bones tattoo and piercing parlour and Hold Me’s limited edition bags (Rua do Norte 85 and 33) have added to the area’s quirky flavour.

A stroll through Bairro Alto today is to enter a world of adventurous creativity and unusual ideas. During the day, a must-visit is the Galeria Zé dos Bois (known as ZDB) on Rua da Barroca 59, where the experimental and unconventional are championed. The gallery stays open long into the evening, by which time almost every street corner in the Bairro has a selection of bars open and ready to

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F U LL C I R C LE serve your pre-meal caipirinha (try Clube da Esquina on Rua da Barroca 30-2, or Maria Caxuxa at no. 12 of the same street, the new artistic hangout in the Bairro). After that, if your budget stretches to it, the best places to dine are Casanostra (Tv. Poço da Cidade 60, tel. +351 213425931) or Pap’Açorda (R. da Atalaia 57, tel. +351 213464811), which attract clients such as John Malkovich and Catherine Deneuve. If your wallet is less Hollywoodsized, try O Caracol on Rua da Barroca 14, for non-touristy, homemade food like rice with tomato and fresh fish. And after that? The Bairro Alto way is to drink in doorways, and Majong on Rua da Atalaia 3, is one of the best places for that. A few drinks later, you might go on to Clube Mercado, on Rua das Taipas 8, which usually offers a great selection of concerts and DJs. But if you want a taste of the Bairro’s recent history, there’s only only one destination to round off the night. “Frágil still keeps to its original spirit of playing cuttingedge music,” says the club’s resident DJ, Rui Murka.

“We’ve always showcased the latest musical trends for our crowds, and today that means the best in new electronic music.” Frágil is still where it always was, on Rua da Atalaia 126-8. As Bairro Alto grew in popularity (and price), its favourite adopted son, Manuel Reis, directed his entrepreneurship towards the area of Santa Apolónia, where he created the LuxFrágil “superclub” – perhaps Lisbon’s only venue worthy of that description. But he still owns Frágil, and as if to show he hasn’t forgotten his former haunts, the retro furniture shop Loja da Atalaia recently reopened on Rua da Atalaia 71. “At night, people come to Bairro Alto to go out and to drink,” says fashion designer Lena Aires. “But during the daytime, they come looking for things they cannot find anywhere else. There are no multinational brands here, and fashion is not standardised. I think that the Bairro Alto is starting to become the heart of Lisbon. Who knows, perhaps it’s the heart of Europe, too.”


How to

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H OW TO

A

Cup your left hand to create the rounded edge of the rice. Press, turning, with your right hand.

Repartidora de prensa gratuita espera los periódicos para comenzar el reparto con un extraño cartel en las manos: "El que siempre llega tarde".

Curve your right thumb and finger around the ball. Use your left hand to regulate thickness.

B

Form the bottom with your left hand and the top corner with your right hand.

Pressing the triangle into your palm, squeeze each corner of the triangle with your right hand.

C

Form the cylinder with your right hand while turning in your left hand.

Holding the cylinder in your hand, press the ends into shape with your thumb and fingers.

to shape your onigiri rolls – ball, triangle or tube. Use short grain rice, and 3WAYS add strong-flavoured filling inside before wrapping in seaweed sheets. You can roll your own sushi with a special dish on the menu at Aki, c/Echegaray, 9, Madrid (tel. 91 429 58 06). 92 LING


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EXP ERIEN CIAS

Aquí y allí ESTO ES UNA GUÍA. Esto no es una guía. ¿En qué quedamos? Bueno, es una guía porque contiene lugares y direcciones. Pero no es una guía, porque hemos intentado que sea mucho más que eso; el pequeño secreto a voces, el consejo de un señor mayor, la calle por la que no se te ocurriría girar. Nadie paga por salir aquí, y no buscamos necesariamente lo más nuevo. Buscamos simplemente lo que nos gusta, que es lo que creemos que te gustará a ti. Here and there THIS IS A GUIDE. This is not a guide. It’s a guide because it contains places and addresses. But it’s not a guide because it is so much more than that; a whispered secret, the advice of an old man who sits every day on the same bench, a walk down a backstreet that you never dared enter. The information is never paid for, and isn’t the newest, slickest or copied from press releases. We simply look for what we like in our cities, because we think that is what you’ll like, too.


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MALLORCA

ROMA

IBIZA

DE COSECHA PROPIA

LA SEGUNDA VIDA DE UN GUCCI

HAGAMOS UN TRATO

Escondidas en la Sierra de Tramontana, a cinco minutos del pueblo de Valldemossa, están las Cases de Ca’s Garriguer. Esta antigua finca se ha convertido en un bucólico lugar de descanso donde puedes pasar unos días de plena armonía con la naturaleza. Los hijos y nietos de los fundadores se encargan de cuidar el huerto, y sorprenden a sus invitados con frutas, vino y aceite de oliva. Todo de cosecha propia. Cases de Ca’s Garriguer · Carretera Valldemossa a Andratx, km. 3,5

Nicole Kidman encontró aquí el vestido de los años 70 que llevaba en el estreno de Moulin Rouge. En el mercadillo de segunda mano más especial de Roma, el Garage Sale, es habitual encontrar a artistas, coleccionistas y directores de cine. Ellos y cientos de curiosos más se reúnen aquí cada domingo para comprar objetos de diseño, arte o preciosos vestidos que provienen de armarios con nombre propio. Garage Sale · Borghetto Flaminio,

tel. +34 971 612 300 · www.vistamarhotel.es

Piazza della Marina, 32 · Domingos de 10 a 19h

ÁMSTERDAM

BILBAO

RICO, FRESCO, SANO

IDEAS INQUIETANTES

Es tan temprano que ni ha salido el sol todavía. No hay ruido en la calle. Los vecinos duermen, y el perro de señor Lieveld sueña con el gato de señora Klein. Llega un camión lleno de libros. Enseguida, un coche con remolque con bolsos de cuero. Un poquito más atrás viene la furgoneta llena de frutas y verduras orgánicas. Se empiezan a montar stands. En un rato, el sol ya luce en lo alto, el perro de señor Lieveld se despierta finalmente, mientras la gente, madrugadores y paseadores, siguen comprando huevos frescos, quesos artesanales y todas esas cosas que hacen felices a los seres humanos.

La librería Anti siempre ha estado a la vanguardia de su tiempo. Fue abierta en el casco antiguo del centro de Bilbao cuando la zona aún estaba por redescubrirse, pero lo más importante es que ofrece un arsenal de libros inquietantes para gente que no se conforma con lo de siempre. Anti es un depósito de ideas sobre arte y diseño, cómic, arquitectura, música, fotografía, cine, y también de propuestas filosóf icas para mentes hambrientas, mucho antes de que aparezcan en Internet. Su fachada está adornada por un mural de MyJok, los famosos diseñadores de Iparralde (lo cual sólo podría ocurrir en esta parte de la ciudad). Anti · Dos de mayo, 2

Noordermarkt · Jordaan · Tranvías 3 y 10 · Lunes de 9 a 13h y sábados de 9 a 16h

tel. +34 944 150 375

ALICANTE

UN TECHO MUY MOD

BRUSELAS

Paul Weller te observa de reojo desde arriba. Mira, The Kinks y al lado Los Bravos. Un poco más a la izquierda The Who, vaya nariz la de Townshend. Estos son The 13th Floor Elevators y mira a la derecha las camisas de los Small Faces. Un sixties pub, así lo llaman ellos, con las manos metidas en la parka e intenciones garage, northern, mod, blues y soul y rock’n’roll a cuarenta y cinco revoluciones por minuto.

MERCI POUR LE CINÉMA

Bar Mono · Cienfuegos, 18 · www.pubmono.com

Galerie de la Reine, 26 tel. +32 (0)25 128 065 ·

Ante la llamada de la selva que es ese necesito-ir-al-cine, Bruselas ofrece el Cinéma Arenberg, con su bonita entrada clásica, escondida dentro de la Galería de la Reina. Nada de blockbusters: selección independiente, ciclos especiales y (cuando uno sale después de la película) chocolaterías cercanas, para discutir tranquilamente por qué Chabrol es tan grande. Cine Arenberg · www.arenberg.be

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En Ibiza, los isleños saben que no hay nada mejor para soportar el invierno que el calor humano y el mercado de Sant Jordi. Allí (se entiende que estamos hablando del mercado, ¿verdad?) puedes comprar, vender e intercambiar lo que quieras: ropa nueva y moda vintage, antigüedades, frutas, accesorios, discos de vinilo, libros. Todo. Lo más increíble es el tradicional sistema de trueque, con lo cual debes asumir que la gente no va allí con la esperanza de hacerse millonario ni de encontrar valiosísimos tesoros, sino para estar al día de las últimas novedades ibicencas, desayunar en buena compañía, conversar de todo tipo de proyectos y negocios y, por supuesto, conocer a nuevos vecinos. ¿Me cambias dos macetas por ese chandelier? ¡Trato hecho! Sant Jordi market · Carretera de l’Aeroport, km 4 · Sábado 9-15h

MADRID

QUITÉNSE LOS ZAPATOS... El 7 de septiembre de 1974, una joven pareja de japoneses, Katsuo y Hojo, vinieron a Madrid para abrir un pequeño negocio en el que reproducir el espíritu de su Tokio natal. En la calle General Perón encontraron un edificio tranquilo. Pusieron en la fachada un modesto letrero con el nombre Naomi, sin especificar que era un restaurante. Enseguida se pusieron manos a la obra para cocinar el sushi más fresco y delicioso de la ciudad. De eso hace ya 32 años. Cambian los modelos de zapatos dejados en el suelo; todo lo demás sigue como siempre. Naomi · General Perón, 15 tel. +34 91 345 23 90

MÁLAGA

VIVAN LOS CHURRISTAS Medio kilo para llevar, por favor. Esa es la frase más oída en Casa Aranda, toda una institución del chocolate con churros, como San Ginés es a Madrid o Can Joan de s’Aigua a Mallorca. En estos meses fríos, el cacao caliente en el estómago ayuda a ver la vida de

otra manera. Para disfrutarlo de verdad debe acompañarse. De melindros, como en Catalunya, porras o el genérico churro (el llamado fruto de la sartén). El gran salón de Casa Aranda – casco histórico, cerca de la plaza Félix Saenz – siempre tiene espacio para todos. Aun así a veces, en invierno, es tan larga la cola que los churristas esperan (y comen) en la misma calle. Casa Aranda · Herrería del Rey, 3

PARÍS

SÍ, ES MÁGICO A pocos pasos de uno de los más grandes bancos en Francia se esconde el Passage Choiseul, una galería cubierta por techos transparentes que alberga una ecléctica conjunción de tiendas para curiosear en tus ratos de ocio viajero. En este pasaje, que Louis-Ferdinand Céline rebautizó con el nombre de «Passage de la Bérésina», puedes encontrar realmente lo inhallable, desde los más estrambóticos adornos ofrecidos por vendedores de chucherías con valor sentimental (y a veces del otro), hasta clásicos del cine francés, muebles de diseño, juguetes, artículos para tu escritorio y bagels de varios sabores para matar el hambre. Créenos: es realmente mágico. Passage Choiseul · Rue Des Petits Champs o Rue Saint Augustin · Metro Quatre Septembre

MÁLAGA

FLOR DE COMIDA En el Flor de Lis de la Plaza de la Merced sirven las más deliciosas comidas y tapas que harán que tu corazón vegetariano lata más deprisa: piensa, por ejemplo, en un arroz oriental, unos ravioles de calabaza bañados por una delicada crema de queso Cabrales, un carpaccio de pez espada y un tierno pastel de manzanas. Además, mientras bebes un fresco batido de frutas o una potente caipirinha, puedes escaparte a echarle un vistazo a lo que hay en el otro lado de la plaza. Porque allí nació Picasso. Flor de Lis · Plaza de la Merced, 18 · www.flordelis.com

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E X P E R I E N C I AS PARÍS

EL PARAÍSO ESTÁ AQUÍ ¡Pssst! Acércate, que te contaremos un secreto. Busca el plano más detallado de París que puedas conseguir. Apéate en la estación de metro Porte de Vincennes. Enrumba por la larga y angosta Rue du Gabon y, cuando veas que la pared de tu derecha se ha empequeñecido lo suficiente, da un salto y súbete a ella. Bienvenidos, amigos, a La Petite Ceinture, un paraíso secreto en París: una vieja vía de tren, abandonada desde 1930, y tal vez una de las zonas aún no urbanizadas más encantadoras de la ciudad. La naturaleza ha huido desesperadamente hacia aquí: unos viñedos que florecen todo el año envuelven la antigua estación y unas coquetas flores secas cubren los vagones. Los graffiteros le han sacado ventaja a la lejanía de la zona pintando algunos de los más minuciosos murales que puedan encontrarse en la ciudad. La mayoría sentirá que vuelve a la realidad cuando la vía desaparece en la antigua estación de Ménilmontant, hoy La Fleche D’Or Café (por cierto, un estupendo club indie en la 102b Rue de Bagnolet). Pero si tienes una linterna, sigue adelante. Un túnel completamente oscuro de más de un kilómetro y medio pondrá a prueba tu espíritu aventurero.

De 30 a 50 euros · baboonbe@hotmail.com

MADRID

CON LA PIPA EN LA BOCA Para los amantes de la madera, el suelo a cuadros de ajedrez, la espesura del humo o las cafeteras de cobre, el Barbieri es una aproximación a lo que pudo ser vivir en la vanguardia artística de los dulces años 20. Ay, la melancolía. Ya entrando se le pone a uno cara de intelectual. Si aún no te lo crees, acércate a uno de sus numerosos espejos, y verás que te ha crecido un chapeau francés, la camiseta se te ha puesto a rayas de marinero y te sobresale una pipa de la boca. Nuevo Café Barbieri · Ave María, 47 · Metro Lavapiés

SEVILLA

EL RINCÓN MÁS ACOGEDOR

DEDOS MILAGROSOS

El ambiente en el Habanilla Café del distrito de la Alameda roza con lo excéntrico. Unas antiguas máquinas de café expresso de todos los tamaños y colores cuelgan del techo del bar, la parte inferior de las paredes están cubiertas por baldosas de estilo marroquí y toda la iluminación del local es como una obra de arte (aunque del arte del reciclaje) que se renueva cada año. Pero el mejor motivo para ir al Habanilla Café son sus encantadores camareros, siempre dispuestos a hacerte pasar un estupendo rato bebiendo una copa. Sin duda, uno de los rincones más acogedores del sur de España. Habanilla Café · Alameda de

Benico Tanaka había viajado mucho

Hércules, 63 · From 12pm to 3.30am

BRUSELAS

TINTÍN, 3X4 METROS Milú ladra enfrente de un balcón. Spirou nos guiña desde un tercer piso. En la capital belga, el cómic está en todas partes. La fachada de muchos edificios es el mejor escaparate para mostrar viñetas de personajes históricos del cómic belga. Afortunado (¿o no?) el vecino que se levanta cada día con la cara de Lucky Luke a tres metros. Cerca de la puerta de Anderlecht pueden verse algunos de estos murales de cómic

LISBOA

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por el mundo antes de llegar a Portugal. Pero cuando llegó a Lisboa, se enamoró del lugar y decidió quedarse. ¡Menuda suerte para los lisboetas! Esta asombrosa mujer tiene dedos que “curan” mágicamente. Y a ella le gusta curar. Aprendió shiatsu cuando tenía siete años, así que sabe lo que hace. Antes daba masajes gratis, pero sus amigos la obligaron a pedir dinero por ello. Ahora viene a tu casa, da igual en qué zona de Lisboa te encuentres. Pero escríbele con antelación, no mira su email todos los días.

SEVILLA

ESPECIE EN EXTINCIÓN Quizá no sepas qué es una corrala. ¿Por qué? Porque ya no quedan muchas. Es una verdadera pena que se pierdan uno de los rasgos más interesantes de la vida de los barrios del sur. A todo esto, aún no lo habíamos explicado, aclarar que una corrala es un conjunto de casas unidas en torno a un patio, donde se hacía la vida y los ratos de ocio. El equilibrio entre lo privado y lo público es lo que las hacía tan especiales. Hoy, transformadas en otras cosas, ya no tienen su mayor encanto: los vecinos sentados allí en sillas de madera, tomando la fresca, poniéndose al día. La calle Payés del Corro, en el corazón del barrio de Triana, fue alma de muchas de estas corralas. La mirada del que siempre fue su gran defensor, Eduardo Corriente, aquí en versión graffiti anónimo, es un bonito homenaje. La calle Payés del Corro, en Triana (Sevilla) tiene varias corralas.

LISBOA

ENTRE COLEGAS El típico tranvía turístico de Lisboa parte de la Praça do Comércio, dura hora y media y cuesta 12 euros. Pero tú no eres un turista, ¿o sí? Bueno, como no lo eres, toma este dato como un consejo de colega: dirígete a la calle que está detrás de la Praça y toma el tranvía número 28: tiene el mismo recorrido que el típico tranvía bla bla bla, pero cuesta sólo 1,20 euros. ¿A que mola? Leaving from Rua da Conceiçao VENECIA

DOCE Y MEDIA EN SAN MARCO Bàcari: dícese de las tradicionales osterie o tabernas venecianas, al margen del circuito turístico. Allí uno va a tomar a cualquier hora del día, un ombra (bebida frizzante, como le llaman ellos, la más conocida de las cuales es el prosecco), y una riquísima variedad de cicheti, la versión veneciana de las tapas, muchas de ellas a base de pescado. Al Bacareto es un bàcaro histórico, detrás de Campo Santo Stefano

y el Palazzo Gras. Rico, rico el bacalao frito de Sardegna, llamado ‘in saor’. Conforme está cerca la hora de comer, se va llenando de venecianos –buena señal– lo que significa que para sentarse sólo hay un método: llegar pronto. Al Bacareto · Strada Botteghe, 3447 tel. +39 041 528 9336

derecha y te encontrarás con otra fuente con un león. Justo enfrente de ella está el tesoro: la Fuente del Poeta, cuyo poema original ha sido modificado por unos visitantes creativos. Silencio, no hables. Disfruta de ese momento surrealista delante de los peces y del poema cincelado en la pared.

MADRID

BARCELONA

EL SÓTANO DE LAVAPIÉS

QUESO HELADO

modas zapatillas de estar por casa que rescatas del armario cuando empieza el invierno. Café Van Gogh · Rua Travesas, 20

BARCELONA

ALMODÓVAR Y TÚ TIENEN ALGO EN COMÚN

ROMA

Seu · Dagueria, 16 tel. +34 934 126 548 ·

Cómo puede ser agradable que alguien llegue a tu casa y exclame: “¡Oh, tenemos la misma lámpara! ¿La compraste en Ikea, verdad?”. En lugar de ello, deberías lograr que diga: “¿Tu armario ha salido en una película de Almodóvar?”. Entonces podrías responder: “Claro, es que la compré en Gotham, esa tienda donde Txema Nogués restaura muebles de época desde los años 30 hasta los 60. Y lo hace tan pero tan bien que el mobiliario completo de Todo sobre mi madre, ya sabes, la peli más famosa de Pedro (no hace falta que digas el apellido), fue comprado allí”. ¡Eso sí que es ser nice! Gotham ·

EL BAR DE PERFUMES

www.formatgerialaseu.com

Cervantes, 7 tel. +34 934 124 647

VALENCIA

ÁMSTERDAM

UNA TAPITA DE BUEN JAMÓN

MENUDO MOSAICO

El Lavartebar tiene todas las papeletas para caer en el saco de “café cool” - pulcros ventanales, un juego de lámparas seudo-marroquís, camareros con piercings y rastas. Sin embargo, esconde un secreto: un espacio de exposición, en el piso de abajo, que uno no encontraría si no preguntase a los camareros (con piercings). Encienden la luz a quien se lo pida. LavarteBar · Lavapiés, 50 · www.lavartebar.com

L’Olfattorio no se ve, se huele. Flota en el ambiente, como un microclima en medio de su calle. La olfatería es algo así como un bar de perfumes, donde tienen muestras de algunas de las mejores fragancias del mundo (frutos, maderas, hierbas silvestres, flores, naturaleza), para que uno elija a qué quiere oler, sin recurrir a nombres propios. L’Olfattorio · Via Ripetta, 34 tel. +39 063 612 325 · www.olfattorio.it

LISBOA

PAZ A DOS MINUTOS DEL CAOS ¿Tienes ganas de perderte en los callejones misteriosos de la Alfama, pero no sabes por dónde empezar? Desde el popular Miradouro das Portas do Sol puedes hacer una pequeña ruta a un lugar mágico que, sin estas instrucciones, probablemente te costaría encontrar. Baja las escaleras. Camina por la calle Norberto de Araújo hasta que llegues a una fuente con un león. Sigue la señal de Santo António y calle Adiça hasta el Largo de São Rafael. ¿Qué tal una cervecita en una de esas tascas? Tras la pausa gira a la

¿Helado de queso? Suena extraño, pero ¡sabe magnífico! Katherine McLaughlin descubrió este sabor durante los tres años que recorrió España visitando establos, tomando el té con sus dueños y aprendiendo de vacas, ovejas y cabras. Y así como todo lo bueno que encontró en su travesía, decidió traer consigo este helado de queso a su quesería ubicada en una pequeña calle del Barrio Gótico de Barcelona. Si caes por la ciudad de Gaudí, simplemente no puedes perdértelo. La

Si el paraíso existe, huele a jabugo. No es que la bodeguita esté especializada en jamón, pero lo hay, y bueno (de Cedrillas, Teruel). Lo que toca de verdad la casa es vino. Y a partir del jueves noche, y ya hasta el sábado, todo el mundo en Valencia lo sabe, especialmente los estudiantes. Por seis euros se bebe, se come y se disfruta el ambiente. Bodega Fila · Doctor Manuel Candela, 58

SANTIAGO DE COMPOSTELA

MOBY DICK Y UN CAPUCCINO Son las seis de la tarde, y aunque hace frío, la tarde está bonita. Dentro huele a madera, a tapizado limpio, a hojas viejas de libro y a relojes que avanzan despacio. La felicidad en el café Van Gogh es tan sencilla como tomar prestado un buen libro de la estantería, saborear un cigarro – bienvenidos los fumadores – y pedir un café. Un local como aquellas có-

Muchos residentes de Ámsterdam no lo saben, pero el artista Arno Coenen convirtió la entrada de la escuela primaria Nicolaas Maesschool en una gran obra de arte dedicada a varias generaciones de héroes de juegos del ordenador, de Donkey Kong a Pokémon. Nicolaas Maeschool · Nicolaas Maestraat, 124-126

BARCELONA

LA ESTATUA DEL HOMBRE FELIZ He aquí un hombre rendido a sus propios pies. En el cementerio de Poble Nou, muy cerca de la playa, se yergue la estatua de alguien que quiso ser recordado así: con una cerveza en la mano, gafas de sol, camisa de manga corta, un paquete de cigarrillos en el bolsillo y una sugestiva protuberancia en sus pantalones. Con todo respeto, Sr. X, Ling quiere rendirle un homenaje. Departemento Tercero, Poblenou Cemetery

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VALENCIA

VALENCIA

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CAÓTICO & ESTRAMBÓTICO

LA CASA PEQUEÑA Y SU MAMÁ

HOMEGROWN KNOWLEDGE

A dos minutos del Carmen hay un paraíso vintage llamado La Moda Me Incomoda. Cámaras de Super 8, un huérfano teclado Hammond, ropa, gafas, discos, todo en un simpático desorden. Alexis, el dueño, custodiado por sus dos perritas, Loli y Carmen, son los tres habitantes de esta original colección de complementos y antigüedades. Un buen rincón retro, donde además se practica el sano arte del trueque. La Moda Me Incomoda ·

Había una vez una casa pequeñita pequeñita. Había estado allí desde siempre, o eso parecía. Veía cómo la gente entraba y salía, se quedaba dormida, discutía, derramaba la sopa, envolvía regalos o buscaba sus llaves. Veía también cómo las demás casas del barrio empezaban a tener agua potable y vidrios en sus ventanas. Pero la casa pequeña no crecía. “El metro”, la llamaban con cariño, pese a que en realidad tenía 107 centímetros de ancho. Una vez, Hilda le explicó: “Lo que pasa es que eres la casa más estrecha de toda Europa”. Hilda era su vecina, una especie de madre para ella. Otro día llegaron dos hombres: “No sé qué hacer con esta casa”, dijo uno. “Es tan pequeña que no sé si alguien se atrevería a vivir aquí”. La casa pequeña se asustó. No podía dormir por las noches. Pero Hilda le anunció: “Ya tengo la solución”. Extendió sus paredes hacia ella y ambas casas se fundieron en una sola. Desde fuera parecían la misma, pero allí adentro la casa pequeña se sentía más cálida y acogedora. Y nunca más volvió a tener miedo por las noches.

Tucked away in the Sa Tramontana mountains near Valldemossa lies Ca’s Garriguer. The old estate has been converted into a place where you can be in complete harmony with nature. The founders’ children still look after the orchard with great care and offer their guests home-grown fruit, wine and olive oil. Cases de Ca’s Garriguer · Carretera

The sun is still snoring and the streets are empty. All is silent on the streets of Amsterdam, except... what is that? A truck filled with books? Then a car dragging behind it a trailer of leather handbags. Just behind that, a lorry stuffed with organic fruit and veg. Stalls are soon erected. By the time that the sun yawns over the city, the streets start to groan with traffic, and early risers have the chance to buy the freshest eggs, the smelliest homemade cheeses and all those other things that make us human beings happy. Noordermarkt · Jor-

Puedes visitar la casa pequeña en la Plaza Lope

daan · Tram 3 & 10 · Monday from 9 to 13h &

de Vega

Saturday from 9 to 16h

BILBAO

MILÁN

ALICANTE

DICEN QUE EN URÍZAR...

JAZZ NOTES

MOD TECHNOLOGY

Humeante, como las tradicionales caveau del jazz europeo. Íntimo, tranquilo y en el centro de la Isola. Da igual tu edad y el dinero en tu bolsillo. El Blue Note tiene buenas copas y ese qué sé yo que algunos espacios tienen. Las actuaciones son impredecibles; si el artista gusta al público, puede que se quede la semana entera. Hay dos pases, a las 21h y a las 23.30h, y la posibilidad de cenar allí mismo. Blue Note · Via Borsieri, 37

Paul Weller looks down on you from on high. At his elbow, The Kinks and next to them, Los Bravos. On the left lean The Who, Pete Townshend's nostrils flaring with disapproval. Here are the The 13th Floor Elevators, and there are the bodies of the Small Faces. This is a so-called Sixties pub, with a unique atmosphere and its heart in northern soul, blues, mod, garage and rock and roll – all spinning at 45 rpm.

Cordellats, 6

PARÍS

MARCIANITOS PIXELADOS Quizá hayáis visto alguna vez, en alguna esquina, a un pequeño marcianito pixelado. Te explicamos. El marcianito es una creación de un artista callejero francés, conocido por su seudónimo Invader, y adorna los muros de ciudades en todo el mundo. Pero es en París donde Invader tiene su sede central. Si queréis ver a uno de estos pequeños, id a la esquina de Rue de Fourcy con Rue François Miron, pero no os daremos más pistas, tendréis que buscar los otros vosotros mismos. ¡Feliz caza!

La torre Urizar tiene un aire misterioso. Está habitada (nada de molestar, amigos) pero hay quien dice que... En fin. Leyendas aparte, es una bonita visita. Para los que tengan curiosidad, se puede llegar a ella andando (es un bonito paseo), subiendo desde la plaza Zabalburu por la calle Juan de Garay. Tras la casa-torre hay parques y jardines impecables, de esos que parecen sacados de un 3D de algún videojuego. Cerca cae también Irala, barrio de antiguos talleres y pequeñas fábricas que hoy acogen estudios de artistas

Valldemossa a Andratx, km. 3,5 tel. +34 971 612 300 · www.vistamarhotel.es

AMSTERDAM

TASTY, FRESH AND HEALTHY

Bar Mono · Cienfuegos 18 · www.pubmono.com

tel. +39 026 901 6888

ROMA

THE SECOND LIFE OF GUCCI A lady called Nicole Kidman found a dress here from the 1970s that she wore

at the premiere of a motion picture called Moulin Rouge. What else do you need to know about this special second-hand market called Garage Sale, where artists, collectors and film directors gather? Every Sunday, hundreds of curious buyers and browsers meet here to pick up art, curios or clothes from named wardrobes. Garage Sale · Borghetto Flaminio, Piazza della Marina 32 · Sundays from 10 to 19h

BILBAO

FOR DANGEROUS MINDS The Anti bookshop has always been ahead of its time. It opened in the middle of Bilbao’s old town before the area was rediscovered. And it provides an arsenal of dangerous books, a deposit of ideas on art and design, music, architecture and philosophy for hungry minds, since pre-internet days. Its façade now carries a mural by MyJok, the designers from Iparralde. Anti · Dos de Mayo 2 tel. +34 944 150 375

and meet new neighbours. Two flower pots for that chandelier? It’s a deal. Sant Jordi market · Carretera de l’Aeroport, km 4 · Saturday 9-15h

MADRID

REMOVE YOUR SHOES On the 7th September 1974, a young Japanese couple, Katsuo and Jojo, arrived in Madrid to open a small place that would hold the spirit of their native Tokyo. They found a place in the anonymous General Peron street, and placed the name Naomi on the opaque façade. They didn't even bother to say that it was a restaurant. They then set to work on preparing the freshest, most delicious sushi to be found in the city, with a handful of normal tables and also two spaces for those who wanted to seat in the traditional, Japanese way (shoeless, on a raised floor). In the 32 years since then, the style of the shoes that people remove has changed. Nothing else has. Naomi · General Perón 15 tel. +34 913 452 390

BRUSELAS

CINÉ NOT HERD Sometimes, only a film will do. And when you've been to Cinéma Arenberg, nothing else will do either. It's classic entrance, tucked away in the Galerie de la Reine, leads you through into a Hollywood-free zone of specially programmed seasons and indie flicks. And on the way out, the neighbouring chocolate shops offer a selection of tables to sit at and discuss the merits of Françoise Truffaut. Cine Arenberg · Galerie de la Reine 26 tel. +32 (0)25 128 065 · www.arenberg.be

IBIZA

DEAL ME IN In Ibiza, what gets islanders through the cold season is human warmth, and the Sant Jordi market. This is where you buy, sell and exchange everything: decorative objects, new and vintage clothing, antiques, fruit, books and music. The traditional barter system is particularly popular. It’s also a chance to have breakfast together, hear about projects and business opportunities

MÁLAGA

LONG LIVE THE CHURRISTAS Half a kilo to take away, please. It's the most-often heard phrase in Casa Aranda, an institution for the peculiar Spanish delicacy of hot chocolate with churros (like straight, fresh doughnuts), just as San Gines is in Madrid, and Can Joan de s'Aigua is in Mallorca. Until the summer truly hits, life can always be improved by some warming choco and churro. Other fried goods, such as 'porras' and 'melindros' also emerge from their giant pans, for all visitors to the large dining hall of Aranda – but if the weather is cold, be prepared to wait a while. This is a secret that most locals all know very well indeed. Casa Aranda · Herrería del Rey, 3

PARIS

CLASSICAL MAGIC A few steps away from some of the largest banks in France hides the Passage Choiseul, a covered gallery that

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houses what may lazily be called an eclectic mix of businesses. But beneath the apparent contradictions something unifying exists, something that connects grotesque ceramic ornaments from bric-a-brac merchants with French cinema classics, and designer furniture with bagels. Believe us, it’s magical . Passage Choiseul · Rue Des Petits

TINTIN THE GIANT

Champs or Rue Saint Augustin · Metro Quatre

Snowy is barking from a balcony. Spirou winks at us from the third floor. In the Belgian capital, the other king is comics, and so lots of buildings display comic characters proudly on their façades. Who knows how fortunate the person is who wakes up each morning to a three-metre Lucky Luke? Close to An-

Septembre

derlecht Gate you can see some of the best examples.

MALAGA

LISBOA

LIS IS MORE

MAGIC FINGERS

At Flor de Lis, they serve delicious meals and tapas that will make a vegetarian heart beat faster – think rice wok, pumpkin ravioli covered in smooth Cabrales cream, swordfish carpaccio, fresh apple cake... and while sipping a fresh milkshake or a strong caipirinha, sneak a quick look over to the opposite end of the square: that’s where Picasso was born. Flor de Lis · Plaza

When Benico Tanaka arrived in Lisbon, she soon fell in love and decided, after a lifetime of travelling, to stay. Lucky Lisbon, say we, because this talented lady has healing hands. She learnt Shiatsu when she was seven years old, and soon revealed a considerable talent for the art. She used to give massages for free, but her friends insisted on paying for the remarkable results, and so now she'll come visit your house/hotel, wherever in Lisbon you are, to lay her hands on you. But try to write with as much notice as possible –she doesn't read her email every day. From 30 to 50 euros · baboonbe@hotmail.com

de la Merced 18 · www.flordelis.com

PARIS

A SECRET GARDEN OF EDEN Psst! Come over here, we'll tell you a secret. Arm yourself with a detailed street map. Leave the metro at Porte de Vincennes. Head to the slender Rue du Gabon, and as soon as the wall to your right is low enough, hop right over it. Welcome, my friends, to La Petite Ceinture, Paris' hidden paradise: a railway line, abandoned since the 1930's and perhaps the most gloriously unurbanised part of the city. Nature has run rampant here; evergreen vines enwrap the old stations and flowers wilt smugly over the tracks. Graffiti artists have taken full advantage of the seclusion by painting some of the most intricate murals in the city. Most people would return to reality just before the line disappears beneath the old Ménilmontant station, now La Fleche D'Or Café (incidentally, a fine Indie club at 102b rue de Bagnolet). If you have a torch, however, continue; a mile-long, pitch-black tunnel awaits the adventurous.

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BRUSELAS

MADRID

FADED GLORIES With its warm wood, atmospheric lighting and artful plasterwork, the faded glory of Nuevo Café Barbieri is the closest you can get to the avantgarde hangouts of 1920s. Ah, what times, what times. Everyone in there automatically assumes the look of a French intellectual –if you don't believe us, just use any of the many mirrors and see how long your goatee has grown. Nuevo Café Barbieri · Ave María 47 · Metro Lavapiés

SEVILLA

THE WARMEST CORNER The atmosphere in the Habanilla Café, situated right in the Alameda district, touches on the eccentric. Antique espresso machines of all sizes and colours hang over the bar, the lower part of the walls is covered in Moroc-

can tiles, and illuminating the place is a piece of recyclable art that changes every year. But the true reasons for its charm are the congenial waiters. This is one of the warmest corners you’ll find in southern Spain. Habanilla Café · Alameda de Hércules 63 · From 12 to 3.30h

SEVILLA

THE CORRALA SOUL You probably don't know what a 'corrala' is. But then, neither will most Spaniards, as there are precious few left in the southern neighbourhoods where once they flourished. A corrala is a gathering of houses around a central patio, where the neighbours will live out their lives together in the sun. Public and private merge into one, and a more community way of life is enjoyed. Today, the patios have either disappeared or become other things, and they no longer exist for sitting and enjoying the day. The street Payés del Corro, in the heart of the Triana barrio, was the heart of many of these corralas. Their great defender was a man called Eduardo Corriente, and although most have all but disappeared, his battle is remembered in this affectionate tribute by an anonymous graffiti artist. A few corralas still exist in Payés del Corro. LISBOA

BETWEEN FRIENDS... Lisboa’s tourist tram, leaving from Praça do Comércio, lasts one hour and a half and costs 12 euros. But you are no ordinary rich tourist who doesn’t mind spending a huge amount of money on things you don’t have to, are you? So just between friends, let me tell you that in the street behind the square, you can catch tram number 28 that does almost the same tour around the best of the centre of the capital, and yet it costs a mere 1,20 euros. Don’t spread the word too far, please, and spend the money you save wisely (and not on a ceramic rooster). Leaving from Rua da Conceiçao

VENICE

LUNCH FOR LOCALS Bácari are traditional Venetian taverns where people go at any time of the day to have an ombra (a fizzy wine, the most well-known of which is the prosecco) and eat delicious cicheti, little appetizers usually made of fish. The Al Bacareto, a historic bácaro just behind the Campo Santo Stefano and not too far from the Palazzo Grassi, is famous for its marinated sardines, called sarde in saor. As lunch hour approaches, the place fills up with locals – always a good sign – which means there is only one way to get hold of a table: arrive early. Al Bacareto · Calle delle Botteghe 3447, tel. +39 041 528 9336

MADRID

LAVAPIÉS CONFIDENTIAL The Lavartebar has all the features of a cool café: large, clean windows, pseudo-Moroccan lamps, and waiters with piercings and rastas. But it has a secret: an exhibition space in the basement, which you wouldn’t find unless you asked the staff (the ones with piercings). They’ll switch on the light for you. LavarteBar · Lavapiés 50 · www.lavartebar.com

ROME

A WHIFF OF NATURE You don’t see L’Olfattorio, you smell it. It floats in the air like a microclimate in the middle of the street. The perfumery is like a bar of scents where you can find some of the finest fragrances in the world, derived from fruit, woods, wild herbs, flowers and everything else natural. Don’t bother with names. Simply choose what you would like to smell like. L’Olfattorio · Via Ripetta 34 tel. +39 063 612 325 · www.olfattorio.it

LISBON

PEACEFUL STROLLING You feel like getting lost in the mysterious alleys of the Alfama, but you don’t know where to begin? From the popular Miradouro do Portas do Sol you can embark on a route to a magical place

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E X P E R I E N C I AS that you probably wouldn’t find without these instructions. Go down the stairs. Walk along Norberto de Araújo until you find a fountain with a lion. Follow the sign of Santo António and Adiça to the Largo de São Rafael. What about a quick beer in one of those tascas? Continue to the right and you’ll find another fountain with a lion. Right opposite is the treasure: the Poet’s Fountain. The original poem has been modified slightly by some creative visitors. Shush, don’t say anything. Just enjoy this moment in company of the fish and the poem on the wall.

time that moves slowly. Happiness is simple in Café Van Gogh: take a good book from the shelves, light up a cigarette and order a coffee. A place just like those old comfy slippers you dig out of the wardrobe when winter comes. Café Van Gogh · Rua Travesas 20

PARIS BARCELONA

FROM THE SIXTIES WITH LOVE

FIND THE MARTIANS

Wouldn’t it be great to have people enter your home without saying: “Oh, I’ve got the same lamp! IKEA, isn’t it?” Instead, they would say: “Didn’t I see that cupboard in an Almodóvar film?” And you would reply: “Yes, I bought it in Gotham. Its owner, Txema Nogués, restores vintage furniture so well that pretty much the entire set of Almodóvar’s All About My Mother was bought there.” Gotham · Cervantes 7 tel. +34 934 124 647

Maybe you’ve already spotted a small dotted alien on some street corner. Let us explain. The alien is the creation of a French street artist, known by his pseudonym Invader, and it adorns the walls of cities all over the world. Paris, however, is Invader’s headquarters. If you’d like to see one, go to the corner of Rue de Fourcy and Rue François Miron, but we’re not going to give you any more hints. The others you’ll have to find on your own. Happy hunting!

AMSTERDAM

BILBAO

A MARK OF RESPECT

SOME LIKE IT ERRIE

Seu · Dagueria 16 tel. +34 934 126 548 · www.for-

Many Amsterdam residents don’t know about it, but the artist Arno Coenen has converted the entrance hall of the Nicolaas Maes primary school into a great piece of art: a mosaic dedicated to various generations of computer game heroes, from Donkey Kong to Pokémon. Nicolaas Maeschool · Nicolaas Maes-

matgerialaseu.com

traat 124-126

VALENCIA

BARCELONA

IBERIAN PARADISE

HOW TO BE REMEMBERED

Urizar castle has a mysterious air about it. People live there, so don’t be too intrusive, but some say… anyway. Legends aside, it’s worth a visit. You can get there by foot, following Juan de Garay street from Zabalburu square. It’s a pleasant walk. Behind the pseudo castle there are parks and impeccable gardens that look like they’ve been taken out of some 3D computer animation. Close by is the Irala neighbourhood, with its old workshops and small factories that now house artists’ studios.

BARCELONA

SAY CHEESE Cheese ice cream – sounds strange, tastes magnificent. Former Scot and adopted Catalan Katherine McLaughlin discovered it when she spent three years visiting hundreds of dairy farms all over Spain, having tea with the owners and examining cows, sheep and goats to find the best of the best milky solids. And just like everything exceptionally good she found on her travels, she brought it back to her cheese shop in a little-known backstreet in Barcelona’s Gothic Quarter, where she also offers sample platters from her specially built walk-in refrigerator. La

If paradise exists, it smells of quality Iberian ham. This wine cellar may not be specialised in jamón, but they still serve some of the best in the country, from Cedrillas in Teruel. Actually, wine is their thing. And from Thursday night to Sunday half of Valencia, and especially the students, flock there to eat, drink, and enjoy the atmosphere – all for six euros. Bodega Fila · Doctor Manuel Candela 58

Here stands a man who lies at his own feet. In the cemetery near the beach is a statue of someone as he’d wish to be remembered: beer in hand, sunglasses on his shirt, cigarettes in his pocket and a suggestive bulge in his trousers. Sir, Ling salutes you. Departemento Tercero, Poblenou Cemetery

VALENCIA

FOR RETRO LOVERS SANTIAGO DE COMPOSTELA

COMFY BOOKS It may still be fresh outside, but the evening is beautiful. It smells of wood, of clean upholstery, of old books and

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eras, a forgotten Hammond keyboard, clothes, glasses, records and all kinds of accessories and antiques, arranged in pleasant disorder. A place for retro lovers who enjoy practising the art of barter. La Moda Me Incomoda · Cordellats, 6

Two minutes from the Carmen lies a vintage paradise called La Moda Me Incomoda. Alexis, the owner, and his two dogs Loli and Carmen, watch over an original collection of Super 8 cam-

VALENCIA

A TALE OF A LITTLE HOUSE Once upon a time there was a little house. It saw people enter and leave, doze off, argue, fall in love, spill soup, wrap up presents and look for keys. But the little house never grew. “El metro” – the metre, that’s what they called it, even though it was actually 107 cm wide. “You’re the narrowest house in Europe,” Hilda told it. Hilda was the house next door, and was like a mother to the little one. One day, two men

came in and didn’t have enough space. The little house became worried. “I have the solution,” Hilda said. And she stretched out her walls and merged the little house inside herself. From the outside, it looked the same. But the little house was now warm and cosy inside Hilda and never had to worry again. You can visit the little house in Plaza Lope de Vega

MILAN

JAZZ THE WAY IT SHOULD BE Smokey like the traditional European jazz caverns. Intimate, quiet and in the centre of the Isola. It doesn’t matter how old you are or how much money you’ve got in your pockets. The Blue Note has good drinks and that inexplicable je ne sais quoi some places just have. The performances are unpredictable; if the audience likes the band, they may just stay the entire week. There are two showings, one at 21h, the other at 23.30, and they serve dinner. Blue Note · Via Borsieri 37 Milán tel. +39 026 901 6888


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U N O LO R D E S E V I LL A

EL AZAHAR DE SEVILLA MÁS QUE UN AROMA ES UN HIMNO: EL HIMNO DE LA PRIMAVERA. “YA SUENA A AZAHAR”, SE DECÍA EN UN PATIO CUALQUIERA CUANDO LA TARDE SE ALARGABA EN CHARLAS HASTA DEGENERAR EN MADRUGADA. UN OLOR DE JUAN BONILLA El novelista, poeta y periodista Juan Bonilla (Jerez de la Frontera, 1966) es el premiado autor de El que apaga la luz, Nadie conoce a nadie, Yo soy, yo eres, yo es, y Cansados de estar muertos.

ILUSTRACIÓN: FEDERICO FRANGI & FABRIZIO CANTARINO

A QUE HUELE

A

prendimos de niños qué era una sinestesia con el verso, no me acuerdo de quién era, pero era un poeta andaluz, “el azahar que sabe a carne enamorada”. Sinestesia: dotar a un elemento -un aroma- de una cualidad que no le corresponde -un sabor-. Los colores, por ejemplo, huelen. Las melodías tienen color. Un mundo sinestésico era un mundo completo. ¿Cuál es el color del azahar? ¿Cuál es su música? ¿Cuál es el tacto de una canción? Aprendimos de niños a dotar al azahar de todas aquellas cualidades que no le corresponderían sin el inmenso favor de lo poético. Más que un aroma era un himno: el himno de la primavera. “Ya suena a azahar”, se decía en un patio cualquiera cuando la tarde se alargaba en charlas hasta degenerar en madrugada. Y todo en él era poético. Su presencia potente y repentina en el aire del que ya huía el invierno, el énfasis con el que rodeaba los cuerpos en las noches que de pronto se alargaban y se llenaban de deseo

y afirmación. Su propia duración -recortada año tras año- parecía enunciar el secreto de su fuerza verdadera: apenas unos cuantos días solidificando el aire con ese perfume dulce, con ese sabor, en efecto, a carne enamorada, con esa contundencia de metáfora inolvidable que de alguna manera se las arreglaba para protegernos, y nos completaba (haciendo más jóvenes a los viejos, haciendo más antiguos a los jóvenes). La sabiduría del azahar. Por eso, por ser el azahar, el aroma del azahar, el sonido del azahar, el color del azahar, una especie de milagrosa criatura invisible y protectora, a alguien se le ocurrió embotellarlo para que nos durase todo el año y para oler a Sevilla en cualquier parte del mundo. El efecto artificial, por supuesto, no es comparable al real: no se puede meter tal conjunto de sensaciones en un frasquito por elegante que éste sea, una ciudad no cabe en ningún frasquito, aunque sí quepa en un aroma. A duras penas podía la ausencia del aroma verdadero que bajaba de los naranjos durante unos días para fijar su presencia con rigurosa exactitud, con realidad enérgica, ser cubierta por una fórmula química. Una noche, de repente, volverá a inyectarnos la emoción antigua y sabremos que otra vez está aquí la primavera, cada vez menos ancha (“la primavera ha venido/ nadie sabe cómo ha sido”, escribió Machado y cantaron los niños a coro durante generaciones) y nos ganará un irreprimible afán de disfrutar, de convencernos de que todo está en su sitio, de que todo es un sí rotundo y eficaz, de que el aire vuelve a ser joven y la noche larga y festiva. Y durante unos días, cada vez menos, es verdad, Sevilla será, gracias al azahar, una sola habitación inmensa para la carne enamorada.

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PASATIEMPOS

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EQU I PO

A MAGAZINE ABOUT PEOPLE AND THEIR CITIES exclusively for vueling passengers

editada por LA FABRICA, LE COOL PUBLISHING Y FERICHE BLACK.

CONCEPTO EDITORIAL:

Le Cool Publishing Tel. +34 932 687 987 ling@lecool.com www.lecool.com

DIRECCIÓN CREATIVA:

Feriche Black www.fericheblack.com DIRECTORES: René Lönngren & Andrew Losowsky EDITOR GENERAL: Toño Angulo Daneri EDITORA EN INGLÉS: Kati Krause REDACTORA PRINCIPAL: Marta Domínguez Riezu

DIRECTOR CREATIVO: Ricardo Feriche DIRECCIÓN DE ARTE: Rocío Hidalgo & Joel Dalmau MAQUETACIÓN: Celine Robert

Miguel García Gonzalo Pelaéz CONTACTO PUBLICIDAD: ling@lafabrica.com Tel. +34 913 601 320 DIRECTOR COMERCIAL: JEFE DE PUBLICIDAD:

CORRESPONSALES:

Adam Biles (Paris), Victor de la Fuente (Bruselas), Bonny Vrielink (Ámsterdam), Giulia Baldi (Roma+Milano), Jorge Ramirez Escudero (Madrid), Jose Antonio Moral (Alicante), Maite Fernandez (Valencia), Pernan Goñi (Bilbao), Sara Shaikh (Málaga), David Pareja (Sevilla+Granada), Iván López Gimeno (Santiago de Compostela), Joana Pinto Correira (Lisboa), Pierfrancesco Pacoda (Roma+Milano+Venezia), Gonzalo Nadal (Mallorca+ Menorca+Ibiza) GRACIAS A:

Georgios Diamantis, Paula Yacomuzzi, Consuelo Jiménez, Claudia Santilio, Patricia Castro, Susie Breuer, Antonia Rodriguez, Elda Caridad, Miguel Jiménez García, Elena Aguilar, Streakka, Cristina Tovar Bayón, Leo Faccio, Marta Rodríguez Hidalgo

EDITA:

La Fábrica Alameda, 9 28013 Madrid

Agustín García Benavente Camino Brasa PRODUCCIÓN: Paloma Castellanos DIRECTOR DE COMUNICACIÓN: Álvaro Matías JEFE DE PRENSA: Emilu Soares DIRECTOR GENERAL:

Todas las recomendaciones en esta revista han sido elegidas siguiendo únicamente nuestro criterio. Solo incluimos las cosas que consideramos merecen la pena. No existe la opción de pagar para aparecer en la parte editorial de nuestra revista.

EDITORA:

Las opiniones expresadas aquí no reflejan necesariamente las de Vueling o sus socios/afiliados.

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All recommendations have been chosen using no other criteria than our own good judgement. We only include what we believe to be worth it. No place or person has been paid to be included within our editorial.


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