Escondites - Mateusz Wysocki y Agata Królak

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Escondites / Mateusz Wysocki; ilustrado por Agata Królak. – 1 ª ed. 1ª reimp.Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Limonero, 2019. 36 p.; il.; 15 x 15 cm. ISBN 978-987-45736-8-1 1. Libro Ilustrado para Niños. I. Królak, Agata, ilus. II. Mittelstaedt, Enrique, trad. III. Título. CDD 808.899282

Escondites Texto: Mateusz Wysocki Ilustración: Agata Królak Traducción: Enrique Mittelstaedt Edición: Manuel Rud Diseño: Sonia Basch

© 2016 Limonero Mason 4428 (1414) Buenos Aires www.limonero.com.ar “Skrytki” Mateusz Wysocki, Agata Królak © Wydawnictwo Ładne Halo, Łódź 2014


Mateusz Wysocki · Agata Królak


Los altillos son como parques de diversiones dormidos. La luz tenue de una bombilla alcanza para despertarlos. Entonces, el caballito de madera comenzará a mecerse y las luces del árbol de Navidad, guardadas en cajas de cartón, empezarán a titilar con todos sus colores. Un poco de luz también revivirá las antiguas fotos en blanco y negro, que nos transportarán hasta los recuerdos más extraordinarios. Los altillos son, siempre, escondites maravillosos.



Trepar hasta el estante mรกs alto puede resultar peligroso, pero el esfuerzo tiene su recompensa. A pesar de que los majestuosos frascos de vidrio no se desviven por recibir visitantes inesperados, una moneda tal vez alcance para conseguir su panzona y vidriosa amistad.



Los que hablamos poco contamos con este escondite perfecto muy a la mano y justo debajo de la nariz. Sin embargo, siempre es mejor reĂ­rse mucho y usar este lugar secreto solo en situaciones excepcionales.



Miles de pies transitan todos los días por las alfombras. Sin embargo, si tu alfombra no llama demasiado la atención con ornamentos del lejano oriente, nadie va a fijarse en ella. Recuerda que solo los niños tienen la costumbre de mirar en dónde pisan. Y asegúrate de que la tuya no sea una alfombra voladora: caso contrario, podría revelar tu secreto por accidente.



No será difícil hallar un buen escondite entre los senderos, los matorrales y los árboles frondosos. En el jardín, todo depende de nuestro ingenio.



Si queremos sentir la presencia del objeto escondido, un agujero en el bolsillo será de gran utilidad. Gracias a él, podremos tocar nuestro tesoro con los dedos e internarnos en el mundo de los sueños. Eso sí: recuerda sacar tu objeto oculto antes de lavar la ropa. De otra manera, podrías perderlo para siempre en un torbellino de espuma.



No es extraño encontrar, detrás del empapelado despegado, un pequeño hueco en la pared. Si no se trata del refugio de un ratón –cosa bastante improbable–, podremos usar sin dudas ese lugar como un muy buen escondite.



Tal como nosotros, nuestros amigos tienen sus propios escondites en sus casas o en los jardines cercanos. Y siempre, a cualquier hora, podemos pedirles ayuda: seguramente podrรกn encontrar para nuestro tesoro un lugar a salvo de las miradas del mundo.



Con solo estirar un poco el brazo hacia abajo, te encontrarás con el enorme “Reino de Bajo la Cama”. El desorden lo convierte en un escondite perfecto. Entre juguetes olvidados hace tiempo y retazos de cuentos, puedes fácilmente esconder un objeto valioso. Lápices de colores perdidos hace años, serviciales como guardias ingleses, protegerán tu secreto.



Quienes alguna vez pasaron unas vacaciones en el campo tal vez se hayan encontrado allí con una cabaña de madera abandonada. Aunque a la noche pueden darnos miedo, a la luz del día son un paraíso para los buscadores de aventuras o para quienes busquen esconder tesoros.



Desde hace mucho, mucho tiempo, se sabe que los libros son excelentes custodios de secretos. Alcanza con deslizar entre sus páginas una nota íntima, una hoja de árbol o una plumita de pájaro para que las páginas cuiden celosamente esos tesoros. La vida de los libros transcurre en silencio y no les gusta hablar mucho acerca de sí mismos. Y, si lo hacen, será susurrando.



Algunos hallazgos deberían permanecer en su lugar de origen. Por eso, para todas las piedritas con formas extrañas, los palitos y los cascarudos secos, un pequeño hueco en la corteza de nuestro árbol predilecto será un escondite perfecto.



Hasta los adultos tienen sus secretos. Para protegerlos, inventaron las llaves y las cerraduras. Estos elementos metálicos están unidos por una estrecha relación que transcurre sin dificultades hasta el momento en que, distraídos, perdemos la llave. Cuando esto ocurre, tendremos que buscar cuidadosamente en todos lados: no solo en nuestros escondites, sino también en los lugares comunes y corrientes.



La vida transcurre también debajo de las piedras. Allí las hormigas cansadas del calor se esconden del sol y los gusanos oblongos se reúnen a bailar. Las piedras tienen sus principios y, aunque el mundo se caiga a pedazos, no contarán nunca sus secretos.



La escalera que lleva hacia abajo nos conducirá hasta un mundo subterráneo, donde las tuberías se abrazan a las paredes y la caldera laboriosa no deja de murmurar. En las estanterías se apiñan frascos de conservas, viejas revistas y otros objetos añosos, todo cubierto de una densa capa de polvo. En el sótano encontraremos una infinidad de rincones y recovecos para esconder nuestros más preciados secretos.



ÂżHay algo mejor que un espejo para desviar la mirada?



ISBN Argentina: 978-987-45736-8-1 ISBN Polonia: 978-83-62856-24-4 Libro de edición argentina. Esta edición de 2.000 ejemplares se terminó de imprimir en Triñanes, Buenos Aires, Argentina, en septiembre de 2019. Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra sin la autorización previa, y por escrito, de la editorial. Queda hecho el depósito que establece la ley 11.723.




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