En 1922 concluyó el mandato de Yrigoyen y las elecciones presidenciales favorecieron nuevamente a la UCR, consagrando la fórmula Marcelo Torcuato de Alvear- Elpidio González, cuyas candidaturas habían sido propuestas por el mismo Yrigoyen. Alvear pertenecía al grupo de la élite social que había participado en la creación del partido en la década del ‘90. Durante su presidencia, Alvear enfrentó dificultades para tratar de conciliar los intereses de los sectores de la élite terrateniente y de los sectores medios que apoyaban al radicalismo. Los diferentes estilos en la conducción política, enfrentaron a los partidarios de Yrigoyen y Alvear, las dos figuras más importantes del partido, provocando una crisis interna partidaria que culminó en 1924 con su división y la creación de la Unión Cívica Radical Antipersonalista, liderada por Alvear y contraria a Yrigoyen.
Los radicales “antipersonalistas”, cuestionaban la organización del partido bajo el control y culto a la figura del caudillo, oponiéndose al “patronazgo político” llevado a cabo por Yrigoyen, quien aseguraba su liderazgo partidario apoyándose en la acción de los caudillos barriales que nucleaban a su alrededor a una clientela política adicta a Yrigoyen, asegurando su permanencia en el poder.
Para las elecciones presidenciales de 1928, la UCR presentó dos fórmulas: -UCR Personalista: Hipólito Yrigoyen- Francisco Beiró -UCR Antipersonalista: Leopoldo Melo- Vicente Gallo (en alianza con los conservadores) El abrumador triunfo de Yrigoyen, confirmó el gran apoyo popular a su figura y su indiscutible liderazgo político. El segundo periodo presidencial de Yrigoyen y el Golpe del 30 (1928-1930) Ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo con los antipersonalistas, Yrigoyen en su segundo gobierno trató de reafirmar su apoyo social entre los sectores medios, por lo que un gran número de altos funcionarios surgieron de los comités barriales populares. En esto se diferenciaba de su gestión presidencial anterior, donde un gran número de legisladores radicales pertenecían a la élite oligárquica.