
2 minute read
Solidaridad y pandemia: la otra cara del Coronavirus
Ante la situación de pandemia, desde el 27 de marzo, la Escuela Secundaria Técnica (ESET) de la UNQ, ubicada en Ezpeleta, sostiene en colaboración con la Municipalidad de Quilmes y en acompañamiento de la organización social de barrio “Minka”, un “Punto solidario” para distribuir alimentos a sus vecinos más necesitados. Débora Schneider, directora de la escuela secundaria técnica cuenta de que se trata esta iniciativa.
:: Por Sofía Duarte
Advertisement
El proyecto de “Puntos solidarios” nació por parte de la Municipalidad de Quilmes con apoyo de instituciones de la comunidad con el fin de poder ayudar a transitar el día a día, a todas aquellas familias de bajos recursos del distrito quilmeño. Estos “puntos” ofrecen, de lunes a sábados, el servicio de comida caliente diaria en donde se cocina una gran cantidad de raciones para las familias de la zona. El Municipio asimismo, ofrece el servicio de módulos de alimento secos para ser cocinados en sus propias casas, al mismo tiempo que se está tratando de lograr un convenio para hacer llegar también bolsones de verdura a los barrios. Débora Schneider, directora de la ESET, cuenta que la ayuda por parte de la escuela surgió cuando la Municipalidad de Quilmes detectó que, en la zona (un barrio con muchas necesidades insatisfechas y que, además, es zona de dengue), existían pocas instituciones con cocinas de gran capacidad, y que la única que tenía la disponibilidad para poder producir 500 raciones diarias aproximadamente, era la escuela debido al enorme número de alumnos que contiene. Todo este proceso es compartido entre el municipio quienes disponen los alimentos, la escuela que dispone el lugar y sus trabajadores (en este momento los únicos que concurren son la directora y los dos vicedirectores), y la organización Minka (vinculada hace varios años con la escuela) que se encarga de la distribución de comida. Al mismo tiempo, Minka colabora también en otras cuestiones como crear una biblioteca rodante, ofrecer distribución de donaciones de elementos de limpieza necesario como alcohol y lavandina, y acompañar a las familias del barrio, ya que al estar hacer varios años, tienen conocimiento de los vecinos y sus necesidades. Débora cuenta que durante este proyecto no tuvieron, afortunadamente, ningún problema, sólo complicaciones en cuanto distribución y logística. Sin embargo, debido al aumento de los casos en el distrito, se decidió un cambio en la modalidad de distribución de los alimentos en los Puntos Solidarios: el pasaje de la entrega diaria de comida caliente a la distribución de módulos alimentarios de forma semanal. De esta forma, se promueve a que haya una menor cantidad de personas en la calle y menor contacto entre los vecinos y la escuela, atenuando la circulación. Además, con este proyecto las autoridades de la Escuela aprovechan para seguir acompañando a sus alumnos y familias, a fin de que no se pierda ese contacto cálido que existe desde el origen de su creación.