La nación mapuche

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como emprenden el viaje se enrollan los cueros y con algunos caballos se trasladan rápidamente a un valle lejano. La gran extensión de las selvas de araucarias y la cantidad sorprendente de semillas nutritivas que produce un solo árbol adulto, serían capaces de proteger a los pueblos indígenas contra toda escasez de alimentos, si las rivalidades entre ellos no impidiera su pacífica recolección”. El botánico alemán también describe en su libro la actitud guerrera de los Pewenche de la época, 1828: “Los Pewenches se encuentran siempre en guerra con un pueblo vecino, teniendo por causa, las condiciones de vida nómada. Como dueños de grandes rebaños, tienen que hacer también grandes migraciones, para buscar nuevos pastizales. Si encuentran otra tribu dentro del territorio que tradicionalmente consideran de su propiedad, se produce inmediatamente la reyerta y estalla la guerra general, para cuya realización no reina sin embargo, concordia alguna. Aún en el caso que la lucha afecte a todo el pueblo, los caciques salen a ella con su gente, sin reconocer a un jefe superior o aliarse a otro cacique”. (2) Los Pewenche son en esencia un pueblo distinto, fueron un pueblo nómada en el pasado y originarios de su propia tierra el Pewen Mapu. Bajaban a las pampas argentinas en invierno a cazar guanacos y a comerciar, mediante trueque con los indígenas pampinos. Por los veranos volvían a sus tierras a recoger los piñones que por siglos ha sido la base fundamental de su alimentación. El pino araucaria es un árbol que crece muy lentamente, 3.5 centímetros por año, y necesita por lo menos 25 años para comenzar a producir el fruto del piñón. Los Pewenche como todos los pueblos indígenas, sabían vivir en perfecta armonía con su naturaleza. Ellos conservaron milenariamente las selvas de araucarias. Entre los años 1970 y 1972, estuve muchas veces en Cayaqui, Trapa-Trapa y Ralco Lepoy, aún era posible encontrar árboles de 50 metros de altura, con un diámetro de dos metros y una edad de no menos de 1.200 años. Esos monumentos históricos de los Pewenche están hoy día, casi desaparecidos. Por los años 1990, los Pewenche se vieron enfrentados a una serie de problemas que atentaban con su propia existencia. La situación de la comunidad de Quinquén y la construcción de plantas hidroeléctricas, que serían construidas en el alto Bio-Bio y que afectarían la irrigación de las tierras actualmente ocupadas por los Pewenche, la flora y la fauna a lo largo del río Bio-Bio y de las comunidades de Ralco-Quepura, RalcoLepoy, Cayaqui, Malla-Malla, Pitri y Trapa-Trapa, donde vivían no menos de 600 familias de las 1.300 que aun vivían en el alto Bio-Bio.

La Comunidad Pewenche de Quinquen Curacautín, 1990-1992 Quinquén está ubicado en la comuna de Curacautín, provincia de Malleco. En 1990, la comunidad estaba compuesta de 22 familias con un total de 140 personas. En 1918, el Estado chileno vendió esas tierras indígenas a la Sociedad Galletue, nombre del río que cruza el área, quienes comenzaron la explotación del pino araucaria. 186


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