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ALBERTO -[JRTA


Cumpli6 un

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Tetra Pak saluda 10s cien afios que cumple el padre Albert0 Hurtado acompafiando a todos 10s chilenos.

k: Tetra Pak M a s q u e e l envaseMR



I‘



Seguimos el camino del Padre Albert0 Hurtado

berto Hurtado, Aos de su nacimiento.

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eonocirniento interno nternalizar 10s criterios y sentiles pide

de

Dias a trav&s de UR conocimiento profundo, afe

nta hecka una

WlO.

y otra vez a si

a1 Padre Hurtado nos pod nos transmitiera este querido jesuita chileno

re la vida y obra de nuestro

las conmernoran

la vida del

Mensaje, y la fecundidad de


Sobre que nos dijo y nos diria hoy el Padre Hurtado

i Es Chile u n pais catdico? 'royo, S.J.

UENSAJE dbril 2001

apareci6 el libro del ahora urtado, cuyo titulo encaberio. En 61 nos decia: No hemos tenido ningljn temor de mirar la realidad del catolicismo de nuestra Patria, tal como nos parece que se encuentra en el momentopresente, sin ningljn deseo de atenuar sus sombras, de disimular sus defectos. Reconocia ademis que 10s problemas del catolicismo en Chile tienen muchos elementos que no son propios y exclusivos de Chile: son repercusiones de fendmenos mundiales que obedecen a causas generales de nuestra gpoca, de nuestra civilizacicjn, de la manera propia de ser de nuestro tiempo. Este libro marca nn hito en la pastoral de la lglesia chilena, porque se atreve a mirar sin miedo la realidad de la sociedad que debe ser evangelizada. El valor de esta obra no esti, por tanto, 610en lo que dijo, sino mis bien en su enfoque pastoral: analiza el pais que el autor percibia en acelerado cambio, con el miximo de rigor y a la vez preguntindose iqu6 haria Cristo en mi lugar? Sin embargo, quedan cosas permanentes en las lineas pastorales propuestas en el libro, algunas ya plasmadas en la lglesia chilena y otras fijadas como prioridades por 10s obispos latinoamericanosen la Conferencia de Puebla. Por ejemplo, su opcidn preferencial por 10s jdvenes y por 10s pobres, la importancia acordada al foment0 de las vocaciones sacerdotales y al trabajo con 10s constructores de la sociedad, temas todos que Alberto Hurtado toca una y otra vez a lo largo de las piginas de su obra. Esto nos anima a seguir su metodologia de hombre de Dios para mirar otra vez con sus ojos a nuestro pais tan querido. En este

trabajo tocaremos dos puntos. Primero, las lineas principales del anilisis pastoral y social contenido en i E s Chile un pais cat6lico? S610 citaremos algunos pasajes que serv i r i n de ejemplo para captar su espiritu. Enseguida se intentari releer con sus ojos la realidad del catolicismo y de la fe cristiana en el Chile actual.

SOBRE QUE

NOS DUO EL

P. HURTADO

Los estudios del P. Hurtado en Europa, su contact0 alli con una lglesia en que se perfilaba ya la renovacj6n pastoral y teol6gica que se plasmaria en el Concilio Vatican0 11, y su confrontaci6n personal, durante sus estudios doctorales en la Universidad de Lovaina, con la filosofia pragmitica de Dewey, le abrieron a nuevas perspectivas para mirar su pais natal mientras que en el mundo estallaba la segunda Guerra Mundial.

aMiremos la realidad del catolicismo mundial.. n

.

Antes de analizar la situaci6n de Chile, el P. Hurtado echa una mirada a la realidad europea. Percibe c6mo el mundo se va globalizando de modo que lo que allisevive tiene consecuencias tambikn entre nosotros. Su visi6n era severa porque constataba la apostasia de /as masas, un materialism0 creciente, el progreso de tendencias como el subjetivismo religioso, el racism0 y el marxismo. Sin embargo, pese a que en esos paises cundia el indiferentismo frente a la fe, 61 observaba tambikn un renacimiento religio-

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so degrupos selectos que llevaban una vida profundamente cristiana. Y terminaba: Estos grupos sersn el ferment0 que levantars toda la masa. Su visi6n es finalmente optimista, per0 no Cree que, a corto plazo, se produzca una recristianizacidn de las masas hoy alejadas. De ahi que invita a 10s chilenos, sobre todo a 10s j6venes, a mirar las realidades del catolicismo en el pais sin pesimismos derrotistas y sin optimismos beatos, sin0 con un sentido de responsabilidad fundado en la verdad: iLa verdad nos hara' libres!

..."

"Las miserias de nuestro pueblo

Es notable que el diagn6stico sobre 10s problemas espirituales de Chile comience por seiialar la miseria de nuestro pueblo, que tiene como primera causa la falta de educacidn, mis otros factores de orden moral y econdmico. Observemos que el P. Hurtado no habia hecho estudios especializados ni en sociologia ni en economia. De ahi que su an6lisis empirico apunte como causa principal de la miseria a lo educativo - e n lo que s i tenia competencia. No examina causas mds estructurales de la pobreza, como podrian ser el hundimiento de las exportaciones de salitre en 10s aiios '20; o la crisis mundial de 10s '30; el escaso desarrollo industrial y las formas patriarcales de propiedad sobre todo en el cas0 de la agricultura; la imperfecci6n democrdtica del sistema politico que, aun avanzado este siglo, rehusaba el voto a las mujeres y a los analfabetos. Desde un punto de vista pastoral, su andlisis es sumamente moderno: la pobreza no es s610 un problema material sino sobre todo un problema espiritual, es decir, que se produce por falta de una visidn justa de la vida, una comprensidn de 10s dolores ajenos, una simpatia humana, un criterio que sea eco del criterio de Cristo. iC6mo percibeesas miserias del pueblo? Denuncia: el analfabetismo (1.200.000, o sea, 25 % d e la poblaci6n adulta: hay entre 300 mil y 400 mil niiios sin escuela y de 10s 215.000 que ingresan anualmente a la primaria s610 terminan 10.000); la crisis de la familia, sobre todo obrera; la mortalidad infantil (por cada 10 nitios nacidos vivos, 2

mueren antes del primer mes, la cuarta parte antes del primer afio y casi la mitad antes de cumplir 9 aiios) y la fuerte baja en la natalidad; el problema de la vivienda obrera (1.500.000 chilenos carecen de casa adecuada y describe en forma dramdtica la promiscuidad de 10s conventillos y de piezas cuya renta es abusivamente aka, todo lo cual conduce a que 10s vicios se apoderen de la familia obrera y a que /as enfermedades sociales se contagien entre ellos); cunde el alcoholismo, a lo que se agrega el bajo sal3 rio minimo.

"Lospobres se alejan de la Iglesia'

El P. Hurtado con-

mris dura que ahora? [...I SI; eso es cierto. Per0 hoy se nota mds la diferencia que antes. Y sobre todo el pueblo ha perdido lo Ljnico que podia darle la paz del espiritu, la alegria profunda de vivir (que no ha de confundirse con el opio delpueblo): la religidn. Pero la religidn no se ha perdido totalmente: felizmente se conserva todavia, sobre todo en la gente de campo, una profunda fe [...I un fondo de vida cristiana que se traduce sobre todo en una caridad inagotable [...I est5 persuadido que la lglesia se ha unido a 10s patrones y ha tomado partido contra 61. El poco cultivo espiritual, algunas prdcticas religiosas, pastoralmente discutibles, como /as misiones organizadas por 10s dueios de fundo, la escasa enseiianza religiosa en escuelas y liceos pdblicos, el esciindalo de 10s malos cristianos, cuya fortu-

Invitaa loschilenos, sobre todo a 10s

j6venes? a mirar Ias realidadesdel catolicismo en el pais sin Pesimismos derrotistas sin optimismos beatos, sin0 con un sentido de responsa-

bi/idad fundado en la verdad.

ESPECIALPADRE HURTADO


na y posici6n han dejado de ser un motivo 'de servicio, han conducido en 10s dtimos :aios a una crisis profunda,sobre todo en el

orden moral.

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Afirma ademis que la masa obrera ha engrosado en su inmensa mayoria las filas del marxismo. RefiriCndose a &e, sus consejos pastorales tienen una nobleza de espiritu y actualidad evidente: Aun al atacar al

comunismo lo hemos de hacer con criterio cristiano, no por lo que contradice a nuestros intereses, sin0 porque contradicea nuestrosprincipios, por su concepcih del hombre, de la vida y del mis alli. Aun a ese adversario que no respeta a1 catolicismo, lo hemos de juzgar con inmensa lealtad' . La vida cristiana en Chile

El autor sostiene que la raiz profunda de 10s graves males sociales de Chile es la falta

de cultivo religioso de las masas y de 10s grupos de seleccibn. Sus estudios destruyen la imagen autocomplaciente que algunos tenian sobre la fe : Es verdad que hay

a& en la mayoria del pueblo un fondo de religiosidad [. ..I per0 la vida cristiana se va debilitando cas; hasta desaparecer en algunas regiones I.. .I la familia obrera no tiene la formacibn religiosa necesaria para educar a sus hijos 3 . El estudio sobre la campaiia delprotestantismoenChile es sumamen-

reanimen la vida interior. No es s610 un problema de nbmeros... sino de santidad, de formacidn seria y profunda en las disciplinas sagradas y en 10s conocimientos humanos. Per0 agrega: "No basta que haya sacerdotes santos para que Chile entero se salve..." Chile tiene, para 4.600.000 habitantes, 780 sacerdotes seculares y 835 religiosos, en total 1.61 5, lo que da un sacerdote para cerca de 3.000 almas. Por lo tanto, hay 4 millones de fieles al margen de la debida influencia sacerdotal. La escasez de clero incide ademis en que pocos sacerdotes pueden acceder a estudios superiores, pues s610 queda tiempo para dedicarse a 10s corderos piadosos del rebaio. En verdad, el P. Hurtadopredic6 con el ejemplo: su trabajo vocacional fue bendecido por Dios, pues mis de 100 sacerdotes, algunos de 10s cuales llegaron a ser obispos, siguieron su llamado hecho a 10s j6venes de entonces, llamado que a h resuena en el presente. i Q U E NOS DlRfA H O Y EL

No seria ni honesto ni justo desde un ............. 1

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"Elmis grave de 10s problemas": la escasez sacerdotal En la sociedad hay un circulo vicioso: la falta de sacerdotes produce crisis de fe y 6sta debilita las vocacione~.~ Nuestra mis grave

crisis es de fe, que se origina en gran parte en la falta de cultivo espiritual y se traduce luego en mayor escasez de sacerdotes que

MENSAJE abril 2001

Esbozando ya su pensamiento social que se explicitara en obras posteriores a su accion en favor de 10s obreros en la ASICH, el autor precisa: Nada mas contrario a1 cristianismo que ese ataque cerrado a todo lo que sea elevacion del proletariado, sin detenerse a considerar las exigencias del pueblo para ver lo que haya en ellas de justificado. Toda crftica de /as doctrinas disolventes debe tener dos puntos: una vuelta hacia nosotros, hacia nuestros egofsmos, hacia nuestras culpabilidades para corregirlas; otra, a1 sistema disolvente en lo que tiene de falso, de destructor. No es justo condenar a1 enemigo mientras yo guard0 mis egoistas complicidades

te interesante. El P. Hurtado hace esfuerzos por ver de cara la realidad de 10s 200.000 evang6licos de entonces. Concluye que el Protestantism0 vive de nuestros errores;cre-

ce all; donde la vida catdica ha sido descuidada, y se nutre de ese fondo de cristianismo que hay en el pueblo, residuo de tantos siglos de vida catdica [. ..] mis que campaiia contra 10s protestantes, lo que necesitamos es una campaiia positiva de cristianismo.

P. HURTADO?

(p. 76). Se apoya en una encuesta nacional hecha a 10s parrocos cuyas parroquias cubren enormes territorios, sobre todo en el norte y sur del pais (un 25% responde) y a 10s obispos. 10s resultados permiten captar la realidad de la practica sacramental: un escaso 9 o/v de mujeres y 3.5 % de hombres van a misa 10s domingos; solo 50 % de 10s matrimonios civiles son legitimados por la Iglesia. Sin embargo, 98,2 % bautizan a sus hijos, lo que indica que existe un fondo de fe, aunque las motivaciones para recibir este sacramento Sean mas bien por tradicion u otras motivaciones mas supersticiosas. 400.000 niiios no asisten anualmente a la escuela primaria y, por lo tanto, no pueden seguir alli las clases de religion. Para 10s restantes que s i asisten, hay solo 267profesores de religion titulados. En las escuelas primarias fiscales, reciben catequesis solo un 40 % en Santiago y apenas un 25 % en provincias. La enseiianza religiosa en 10s liceos fiscales no anda mejor: cuando la familia lo desea pueden tener una hora semanal solo en el primer ciclo. En las universidades estudiaban ese mismo aiio 6.195 alumnos, de 10s cuiles la gran mayoria (4.482) estaba matriculada en las universidades del Estado. En ellas muchos no eran catdlicos y existian entonces organizaciones como la ANEC que trataban de evangelizar a 10s jovenes universitarios (p. 94).

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punto de vista hermenCutico, pretender que el P. Hurtado viera, con nuestros propios ojos, el mundo de hoy 5 . Per0 si podemos tratar de traducir en el lenguaje de hoy, y para este Chile que se acerca a1 bicentenario de su independencia, su mensaje pastoral y social, autentificado por su testimonio de santidad. No nos cabe duda de que la intenci6n del P. Hurtado era dirigirse mbs que todo a 10s cat6licos, hacerlos despertar de su modorra, y terminar con el escrindalo de 10s malos cristianos, cuya fortuna y posici6n no les lleva a asumir con responsabilidadsocial su deber de prestar mayor servicio especialmente a 10s mbs desvalidos. Asi se entiende su denuncia prof6tica de las miserias de 10s pobres como un problema espiritual y su llamado a llevar a Cristo a 10s j6venes y a toda la sociedad, al sentido de la verdadera vida en un mundo cuyos ejes son mbs bien la eficacia y el consumo sin tope, que amenazan hasta la supervivencia ecol6gica del planeta. El sin duda percibi6 c6mo la civilizaci6n de entonces se transformaba y entraba a una vida moderna, cuya llave de entrada se Ilama dinero. Esta invita a la disipacicjn: el hombre vive fuera de s( solicitado por todas partes, por mil ocupaciones que lo asedian.. . el primer choque del pueblo con /as brutales realidades de la vida moderna ha sido desfavorable para la vida cristiana. Albert0 Hurtado, por sus opciones y prbctica pastoral, en cierta medida ya vivia y anunciaba el Concilio y las Conferencias de Medellin y Puebla. Si no hubiera muerto joven, 61 hubiera tratado de entender y

Su preocupacidn por el sacerdocio no lo hizo descuidar su inter& por la promocidn del laicado. A ella dedicari buena parte de su apostolado. Fundari mis tarde el Hogar de Cristo y la Asich, obras fundamentalmente de laicos (profesionales y obreros) y la revista Mensaje, donde colaboran desde el primer momento muchos laicos. Tampoco podriamos criticarle algunas de sus recomendaciones pastorales de la bpoca, ni sus diagndsticos empiricos sobre el futuro. Por ejemplo, su entusiasmo justificado por la Accidn Catdlica que hoy es reemplazada por otros movimientos apostdlicos, su idea de una westauracibn cristiana de Chile': que hoy se expresaria mis bien como una "nueva evangelizacidn", o su juicio sobre el protestantismo que supuestamente "estaria en bancarrota", lo que ciertamente no sucede, a1 menos en Chile y en America Latina.

La Fundacidn OCAC, creada por el Cardenal misi6n es la lucha contra la pobreza y la margin

solidarizar con 10s problemas de las sucesivas generaciones de hombres y mujeres de su pais y se hubiera esforzado, con toda su entrega, en remediarlos tal como / e s h lo hubiera hecho en su lugar. Por eso no resulta ilusorio hacerse hoy la misma pregunta que 61 se hizo hace 60 aios.

EL CHILE DEL2001 :~ Q U I ~ N E SOMOS S HOY? Esta pregunta ayuda a mirar aunque sea someramente las transformaciones de nuestra realidad en 10s liltimos 60 aAos para aproximarnos mejor a 10s desafios que enfrentan tanto la sociedad chilena como tambi6n la Iglesia. Resituemos a Chile dentro de un mundo en pleno cambio econ6mico, social y politico, en 10s albores del siglo XXI. El derrumbe del comunismo sovi6tico en 1989, que trajo consigo el fin de la guerra fria y del bipolarismo militar, abre el paso a1 sistema econ6mico global en el que se insertan aunque asim6tricamente las economias nacionales, y las naciones mBs poderosas constituyen "bloques econ6micos"en Bspera competencia entre si. Es un mundo en el que alin predomina el liberalism0 econdmico y a la vez se reafirma la democracia. Pese a 10s asombrosos avances tecnol6gicos que acortan las distancias y el tiempo, el crecimiento econ6mico no beneficia a 10s cientos de millones de pobres del Tercer Mundo y aun a no pocos dentro de las mismas sociedades opulentas. Esta nueva sociedad inforrnacional trae consigo no s61o la globalizaci6n econ6mica, sino ademBs un profundo cambio cul-


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: Pero, iquC y quiCnes somos hoy? iPais moderno o aun

subdesarrollado? iVamos avanzando hacia un desarrollo con cara humana o hacia un nuevo abismo, como antes nos sucedi6P iSomos miis, o simplemente algunos tienen miis y otros muy poco?

tural que puede llevar romper tradiciones Bticas y religiosas como las existentes en America latina. Este continente, el mAs cat6lico del mundo, ha estado ligado a la escuela 6tica de la ley natural, o sea, al iusnaturalismo6. Era tambikn el cas0 de la Europa de raigambre cristiana, per0 con todo muy afectada todavia hoy por el racionalismo de la Ilustraci6n, que rechaza toda idea trascendente. Algo semejante sucede en 10s paises anglosajones, donde existe un pluralismo &ico mayor: se codean el utilitarismo, muy ligado a la teoria econdmica neoclAsica, con la 6tica kantiana, de no pocos seguidores, y asimismo con las ideas sobre justicia social de Rawls. En las sociedades desarrolladas, hu6rfanas de convicciones utbpicas, presas del consumismo y del "aburrimientodesarrollado", se camina en diversas direcciones. Una de ellas, quizds predominante, es el Ilamado postmodernismo: un estado de Animo de desencanto frente a 10s proyectos globales de transformaci6n de la sociedad y que expresa la crisis (iy el ocaso?)de las ideologias y tambien de las utopias. Aunque existe nuevo inter& por lo religioso-algunos se abren a lo oriental y a las sectas- lo que predomina es la indiferencia religiosa, el agnosticismo y tambi6n un cierto deismo. El ateismo, que supone una militancia activa, al parecer est6 tambien en retirada. Se abren ca-

MENSAJE abril 2001

minos nuevos de compromiso social a traves de las ONG y de 10s comprometidos con la defensa de 10s derechos humanos, del medio ambiente, de la mujer, de 10s pueblos indigenas y otros, que se conciertan cada vez mAs a nivel internacional. Estos desafios globales se plantean, aunque de modo algo diverso para Chile. En efecto, se hace desde el reverso de la historia, despues de 500 afios transcurridos desde la conquista, la colonizaci6n y la primera evangelizaci6ny desde casi dos siglos de independencia politica de Espafia. En nuestro pais, 10s ciudadanos, y sobre todo 10s jbvenes, carecen de entusiasmo por la politics despues de varias dCcadas de ccrevolucionesa, las dos primeras con adjetivos y la tercera sin nombre y de una larga dictadura militar cuyas secuelas de violaciones de 10s derechos humanos alin convulsionan a la sociedad. La liltima, iniciada bajo la dictadura militar, de hecho ha contribuido quiZAS mAs que las anteriores a la actual transformaci6n econbmica, politica y cultural en curso en este period0 de democracia, aunque sea imperfecta, que se inicia en 1990. Pero, iqu6 somos hoy? @is - . y. quignes . moderno o alin subdesarrollado?iVa-mos avanzando hacia un desarrollo con cara humana o hacia un nuevo abismo, como antes nos sucedi67 isornos mas, o simplemente algunos tienen mAs y otros muy poco? Chile es considerado ya un pais insert0 en la globalidad en muchos aspectos, sobre todo desde la transici6n a la democracia en 1989. Pero, jcuAles son 10s limites e insuficiencias de esta modernidad?iQu6 nos diria el P. Hurtado sobre 10s nuevos desafios que hay que enfrentar hoy? No se debe confundir mera modernizaci6n tecnol6gica y econdmica con una democracia desarrollada y equitativa. Esta se profundiza mediante una politica de consensos y se abre mPs a la participaci6n popular y a la descentralizaci6n administrativa y territorial. Se construye con un alma nacional en la que la solidaridad debe estar siempre presente. PRIMERDESAF~O:VENCER

LA POBREZA

No se trata de negar aqui 10s exitos econ6micos logrados, sobre todo desde hace dos dkcadas, por la economia de tinte

.

vivid cuatro siglos antes del nacimiento de Cristo. Sobre esta base filosdfica y

sobre todo aiios de su ASlCH y la revista Mensaje. Mario C6NCORA. Ensayo hisfbrico sobre la nocibn del Esfado en Chile en 10s siglos XIX y XX. Ediciones de la Ciudad. Santiago, 1981,149 PPNotemos que la centralidad del trabajo humano, subrayada por la doctrina social de la Iglesia, es de hecho hoy reconocida por aquellos, por ejemplo las grandes empresas japonesas, que preconizan el desarrollo del "capital humano" como el factor clave en el 6xito econdmico.

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neoliberal, aunque tam5oco podemos negar que la sociedad chilena es todavia muy desigual pese a la disminuci6n considerable de la pobreza en la 6ltima d6cada. Despu6s de 10s duros y sucesivos ajustes econ6micos-a veces con altisimos costos: derechos humanos violados, empleo precario, bajos salarios y aumento de la pobreza- se ha ido logrando una cierta estabilidad econ6mica cuya consolidacidn futura depender6 de la capacidad interna para desarrollar una estrategia nacional s6lida de inserci6n en el mercado mundial. Como lo hizo el Padre Hurtado hace 60 ahos, podriamos preguntarnos ahora si 10s pobres est6n peor que antes, y tendriamos que responder con 61: antes la vida era mcis dura, per0 hoy se nota mcis la diferencia social (p. 69). AI contrastar con el presente 10s datos dramhticos por 61 presentados sobre analfabetismo, educacibn, mortalidad infantil, alcoholismo, vivienda, etc., se puede afirmar sin duda que hay una cierta mejoria, en algunos casos considerable. Sin embargo, hay puntos en suspenso. En lo econ6mico, queda el problema de c6mo humanizar el mercado y la tecnologia, defender a 10s m6s d6biles y a 10s m6s pobres, excluidos simplemente de ambos. A lo anterior se afiade una necesaria reforma de la empresa, en que empresarios y trabajadores se sientan solidarios y participantes como "comunidad de personas"; una solidaridad entre grandes y pequefias empresas y sus respectivas organizaciones empresariales y sindicales. Est0 para no s610 cargar el costo de la modernizaci6n tecno16gica y de la competitividad sobre 10s trabajadores mal pagados, sin0 tambi6n para encarar otras tareas, como son la capacitacidn permanente de la fuerza de trabajo dado el avance acelerado de la tecnologia, la puesta en marcha de mecanismos salariales que estimulen la participacibn, etc.8 En lo social, 10s problemas de la d6bil constitucidn familiar se agravan con la permisividad sexual y la drogadiccibn, propias de nuestro tiempo, sobre todo en las generaciones jdvenes, y se extienden m6s a116 de 10s sectores populares estudiados por el P. Hurtado. La educacibn, en cambio, ha logrado cubrir el total de la poblaci6n escolar bisica. ha aumentado su cobertura en la

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ensefianza media, per0 su caido en establecimientos pljblicos y municipalizados, en contraste con la ensefianza pagada... Sin embargo, felizmente ya hay una reforma educacional en marcha. La educaci6n no requiere s610 mayores conocimientos sin0 tambi6n una formaci6n val6rica y aun religiosa que puede dar fuerza vital a un nuevo comportamiento. Sin duda por eso -aunque no s610 por eso- el P. Hurtado insistia en la "educacidn religiosa". Finalmente, lo politico. El P. Hurtado no toca directamente este tema en su libro ni tampoco otros que pesan profundamente en el pais como es el de 10s derechos humanos. Es comprensible que no viera, en una 6poca de economias nacionales y no de mercado y tecnologias globalizados, la importancia de lo politico, concebido como un compromiso nacional para vencer la pobreza mediante un desarrollo autosustentado y de cara humana, per0 insert6ndose competitivamente en el mercado international. Se trata de una nueva forma de hacer politica en que el poder est6 mediado por 10s consensos y en que 10s partidos politicos juegan un nuevo papel que manifiestamente aljn no han logrado encontrar. Esta es en verdad una tarea titiinica que sobrepasa a cualquiera de 10s actores sociales. El Estado, partidos politicos, empresarios, sindicatos, 10s medios de comunicacidn, las iglesiasy la sociedad civil: todos deben participar, sentirse animicamente contribuyendo de manera solidaria; cada uno aporta su cuota de esfuerzo y sacrificio, mayor para 10s que mcis han recibido. Lo valioso y permanente del P. Hurtado es su intuicibn, ya mencionada, de que la pobreza es un mal espiritual y que hoy se manifiesta en una sociedad segmentada y desigual. No s610 se trata de un problema multifac6tico, sin0 que para resolverlo exige ademis una actitud 6tica internalizada por 10s ciudadanos, o en t6rminos del autor una visidn justa de la vida, una comprensidn de 10s dolores ajenos, una simpatia humana, un criterio que sea un eco del criterio de Cristo. Suscitar una solidaridad prictica y eficaz, compartida por todos 10s agentes sociales, incluido el Estado, es lo que nos pide hoy la lglesia para lograr un aut6ntic0 desarrollo humano de todo el hombre

Juan Pablo II define la solidaridad como "una determinacion firme y perseverante de empeiiarse por el bien comun, por el bien de todos y de cada uno, para que todos seamos verdaderamente responsables de todos" Sollicitudo rei socialis, (n. 36). J.J.BRUNNER, Amkrica Latina en la encrucijada de la modernidad, FLACSO, 1992, p. 20. El sociologo Richard MORSE citado por J.J. BRUNNER, Ibidem, p. 5. ((La gran diferencia entre Francia e lnglaterra por un lado, Espaiia e Hispanoamdrica, por el otro, es que nosotros no tuvimos siglo XVIII. Los pueblos hispinicos no hemos logrado ser realmente modernos porque, a diferencia del resto de 10s occidentales, no tuvimos una edad critics,. Y aiiade: "La revolucion liberal, iniciada en la independencia, no result6 en la implantacion de una verdadera democracia, sin0 en una dictadura military en un rdgimen economico caracterizado por el latifundio [...I Los viejos valores se derrumbaron, no las viejas realidades ahora enmascaradas de valores progresistas y liberales. A principios del siglo XX esthbamos ya instalados en plena pseudomodernidad: ferrocarriles y latifundismo, constitucion democratica y un caudillo dentro de la mejor tradicion hispanoamericana, fil6sofos positivistas y caciques precolombinos, poesia simbolica y analfabetismo,. Octavio PAZ, El ogro filantropico, Joaquin Mortiz, Mkxico, 1979, pp. 34-35, 63-64.

...

ESPECIAL PADREHURTADO


riesgos son inmensos.

No s61o para la fe sin0 tambikn para la sociedad secularizada.

y de todos 10s hombresg LOS criticos de la modernidad en el mundo desarrollado son legi6n: postmodernistascomo Lyotard, Baudrillard, Vattimo, Rorty, Foucault Otra corriente es la de pensadores que, aunque criticos de la sociedad moderna actual, creen que es posible conciliar la modernidad con una sociedad mPs democritica y dialogal: para Habermas la "16gica instrumental" que "colonia el mundo de la vida" mediante el poder del dinero (mercado) y de la manipulaci6n (sistema politico) deberia coexistir con una "16gica comunicativa" que permitiria llegar a una 6tica de consenso dentro de una democracia perfeccionada; Weil nos recuerda que lo "rational" -que se constata a veces como algo irracional- no deberia confundirse con lo "razonable".

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MENSAJE abril 2001

SECUND0 DESAFfO: EVANCELIZACI6N PARA ESTOS TIEMPOS

Per0 existe un segundo desafio, y este concierne muy particularmente a la lglesia Cat6 lica. Los vertiginosos cambios culturales que afectan hoy a la sociedad impactan tambi6n la relaci6n entre fe y cultura. jQue quedar6 de nuestras subculturas, tradiciones y creencias? La historia de este siglo muestra diversos "estilos" de modernizacibn en Europa, Estados Unidos, Japbn, Corea,Taiwhn, Malasia... Per0 en casi todos ellos se produce un proceso de secularizacibn, y en ciertos casos 6ste asume la forma de "postmodernismo". Esto equivale a lo que el P. Hurtado llamaba la "apostasiade las masas". Algunos autores sehalan que la incorporaci6n de Amgrica Latina a la modernidad -0 mejor podriamos decir a una nueva modernidad-, correria por intrincadas e in6ditas rutas. En n i n g h punto esa incorporacidn es un acto puramente reflejo de re-

cepcidn pues adquiere una determinada configuracibn y expresi6n.l0 Otro afirma que incluso su sector modern0 o burguks no es de/ todo pres0 del desencanto occidental I...] Existiria una mayor calidez de /as relaciones humanas." Per0 hay otros que han negado que America Latina sea moderna.12 Sea lo que sea, no hay duda de que surge una cultura mundial o una especie de "mestizaje universal", en que la cultura dominante corresponde a 10s paises desarrollados per0 que permite la subsistencia, y aun ciertos influjos -ifelizmente!de las subculturas nacionales. Nos toca entonces preservar nuestra identidad nacional, aunque aprendiendo a enriquecernos y no empobrecernos dentro de la multiplicidad cultural en que vivimos, y que nos penetra a trav6s de la televisibn e Internet. Pero, ique ganamos estando en la modernidad? Sin duda 10s riesgos son inmensos. No sblo para la fe sin0 tambign para la sociedad secularizada, a juzgar por 10s criticos postmodernistas y otros del mundo desarrollado.13 En verdad, no nos toca oDtar o


no, pues ella ya est6 alli. S i podemos tratar de transformarla, de hacerla m6s solidaria y por lo tanto m6s humana. Como decia el P. Hurtado hay que mirar la realidad sin temor; el Concilio invita a discernir en /os acontecimientos, exigenciasy deseos, de 10s males participan con sus contempora'neos, /os signos verdaderos de la presencia o 10s planes de Di0s.I4 Hacia el fin de su vida el P. Hurtadotom6 tambien conciencia sobre la necesidad de desarrollar una acci6n pastoral en el campo intelectual para discernir, desde un punto de vista cristiano, a d6nde nos conduce la realidad cambiante en la sociedad chilena. Por eso fund6 Mensaje. Hoy la Universidad Alberto Hurtado y otras instituciones cat6licas deben esforzarse por responder a nuevas preguntas kticas: j d m o se establece la responsabilidad en la perpetuaci6n de las "miserias de/ pueblo", que cabe a cada uno de nosotros, todos pecadores y responsables per0 en distinto grado y, por lo tanto, con diversas obligaciones de reparar el daiio causado a 10s m6s pobres, que clama al cielo? iC6mo responder a hechos de sociedad como la evoluci6n actual de la familia, sexualidad, divorcio, aborto, drogadiccibn, etc., que se plantean con fuerza en Ambitos secularizados

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Gaudium et Spes, n. 11. Puesto que la poblacion del pais se ha mas que triplicado (de 4,6 a 14,5 millones), con todo debemos considerar que el mismo decia que esto no era solo cuestion de numeros, sino tambiCn de buena formacion. En ese sentido, hay progresos en el numero de seminarios, 10s estudios, etc. Per0 la realidad nos seiiala crudamente que las vocaciones no aumentan, como soiio el P. Hurtado, y por lo demds, el numero de misioneros extranjeros ha disminuido fuertemente. Si comparamos ademas 10s datos proporcionados por el libro sobre las pricticas sacramentales, llegamos a la conclusion de que la situacion no ha variado fundamentalmente al menos en terminos cuantitativos: la asistencia a la Misa dominical alcanzaba en 1990 al 1 1 YO de la poblacion que se declara catolica (74.4 Yo).Lo que s i ha variado es el numero de protestantes que cubren en ese mismo aiio el 13.9 O% de la poblacion chilena. Estas preguntas estan ligadas a una pedagogia pastoral, dialogal y participativa, para hacer avanzar la conciencia moral en nuestra sociedad. Deberia desarrollarse una comunicacion adaptada ai medio que se evangelice, en la escuela, en la empresa, entre intelectuales, en el mundo obrero y en las clases medias. Hay que procurar que la inculturacion de la fe siga caminos pastorales, a veces ineditos o no vividos antes comunitariamente, que permitan ir construyendo una economia solidaria y una democracia participativa de solidaridad, mediante creacion de una mentalidad social, que implica nuevas relaciones (jnuevo mestizaje cultural?) entre pobres, cuya cultura es predominantemente oral, y clases media y altas, cuya cultura es mas bien escrita, de texto. Por ejemplo, 10s documentos de la Iglesia. La tarea de la evangelizacion no parece estar solo en lo cuantitativo, en solo aumentar el numero de agentes pastorales.

y pluralistas de la sociedad moderna? LA HORADE ids LAICOS S e g h el P. Hurtado, resolver el problema de la grave crisis de fe, debida en gran parte a la falta de cultivo espiritual de las masas, exigia un esfuerzo de todos en la iglesia para aumentar el nlimero y la calidad de sus sacerdotes. Si uno compara el total de sacerdotes de entonces (1.615) con el nlimer0 actual (2.224), llegamos a la conclusi6n de que la proporci6n entre sacerdotes y fieles ha empeorado desde enton~es.'~ 61 se dio cuenta del imperativo de incorporar a 10s laicos en el trabajo pastoral, no como socios menores, sino como protagonistas, pues nadie en la lglesia puede reemplazarlos: un ejemplo de esto es el Hogar de Cristo, obra laical desde su inicio y en que 10s sacerdotes s610 son capellanes. Los datos sobre la escasez sacerdotal, que persiste 40 aiios m6s tarde, confirman esta linea pastoral. Es, por lo demds, lo que conlleva consigo el concept0 de lglesia definido en el Vatican0 II, como "pueblode Dios", pueblo que lleva el sello sacerdotal desde el bautismo, y al cual 10s sacerdotes, la jerarquia, prestan un servicio ministerial (Lumen Gentium). Esto implica entre otras cosas una nueva relaci6n entre laicos y jerarquia, tal como lo afirma el Sinodo romano de 1987 (ChristifidelesLaici). jLlegar6 la hora de 10s laicos? Aquellos que trabajan en la politica, en la empresa, en la poblaci6n, en 10s medios de comunicaci6n y en el mundo de la educaci6n y de los jbvenes, deberian incorporarse a un proceso de inculturaci6n de la fe y de valores cristianos mediante su testimonio personal en su medio de trabajo y de vida16.Este debe llevar paulatinamente a acrecentar una mentalidad solidaria capaz de vencer el egoismo y el individualismo, que conduzca a hacerse cargo del "pr6jimo" como nos dio ejemplo el buen samaritano. La fuerza de las denuncias del P. Hurtado contra 10s ma/os cristianos y la exigencia a 10s que tienen ma's a dar ma's, deberia resonar en nuestra conciencia. Esto nos permitiria participar en el siglo XXI con mayor bienestar personal y social, y en la paz que surge de la justicia social realizada.m

ESPECIAL PADREHURTADO



Cronologia de I de Alberto Hurtado Cruchaga VIDi 1898 Matrimonio de Alberto Hurtado Larrain y Ana Cruchaga Tocornal. 1901 22 de enero, Alberto Hurtado Cruchaga nace enViA del - -. .Mar. . .- .. 24 de enero, es bautizado en la Parroquia de ViAa. 1905 Muere su padre. La familia se traslada a Santiago a casa de un hermano de la mamb. 1909 Marzo. lngresa becado a1 colegio San Ignacio. Hace su Primera Comunibn. 1910 27 de octubre. Cursando "elemental superior" recibe la Confirmaci6n de manos del internuncio Mons. Enrique Sibillia.

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1911 Entra en la Congregaci6n Mariana (actual CVX). 1913 Por muerte de su tio Jorgedeben cambiarse a casa de don Ricardo Ovalle, cutiado de su madre. 1914 Cursa tercer aAo de humanidades. Su nombre aparece entre 10s catequistas del colegio. 1915 Toma como director espiritual al P. Fernando Vives Solar, quien influirb profundamenteen su vocaci6n y en su preocupaci6n social. 1916 Cursando quinto aAo de humanidades solicita entrar en la CompaAia de JesGs... Los superiores le aconsejan esperar. 1917 Apoyado por su director, en 10s dtimos aAos gio se convierte en alumno aplicado. AI fina to aAo obtiene primer premio en Apolog6tica y menci6n honrosa en todos 10s otros ramos. Hace trabajo social colaborando en el patronato de Andacollo. VlDA UNlVERSlTARlA

1918 lngresa al curso de Leyes de la Universidad Cat6lica. Por las tardes desempeia trabajo remunerado en la empresa periodistica que dirige D. Guillermo Gonziilez Echenique. 1919 Mientras prosigue sus estudios es secretario rentado de la Junta Ejecutiva del partido Conservador. Colabora en las campaAas del partido.

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ESPECIALF'AUKE

HUKTAUO


Por la partida del P. Vives se dirige espiritualmente con el P. Damian Symon, SS.CC. 1920 21 de julio, es herido en un desfile donde muere Julio Covarrubias. Hace el servicio militar en el Regimiento Yungay. Colabora con el P. Fern6ndez Pradel en el Circulo de Estudios Le6n XI11 yes profesor en el lnstituto nocturno San Ignacio. 1921 Presenta su memoria sobre “La reglamentacidn del trabajo de 10s niiios”. 1923 Memoria de licenciatura “El trabajo a domicilio”. Se recibe de abogado. 14 de agosto, entra en el Noviciado de la Compaiiia de JesGs en Chillin. Hace la vida ordinaria de novicio: mes de ejercicios espirituales, trabajo en hospitales, catecismo, vida de intensa oraci6n. Un tiempo es “bedel”: jefe de 10s novicios. SU FORMACldN E N LA COMPAAfA DE

JESOS

1925 5 de abril, pasa a Cbrdoba, Argentina, a continuar su noviciado. Se aleja de Chile. Despedida de su madre a la que no ver6 por m6s de 11 aiios. 15 de agosto, pronuncia 10s votos perpetuos en la Compaiiia de JesGs. 1926 Prosigue sus estudios en humanidades clbsicas... y es nombrado “bedel” del juniorado (etapa de estudios despu6s del noviciado). 1927 En octubre inicia estudios de filosofia en Sarri6 (Barcelona). 1928 Se reencuentra en Espaiia con su antiguo maestro, el P. Vives. 1930 Es “bedel” del filosofado. Recibe el grado de doctor en Filosofia. 1931 Despu6s de una estadia en lrlanda viaja a Lovaina (B6lgica) para continuar sus estudios teol6gicos. Es rector el P. Juan Bautista Janssens, quien ser6 posteriormente Superior General de la Compaiiia de JesGs, gran amigo y admirador del P. Hurtado. Su personalidad y virtudes impresionan a superiores y compaiieros. Junto con la Teologia estudia pedagogia en la Universidad de Lovaina. 1933 24 de agosto, es ordenado sacerdote por el cardenal Van Roey, arzobispo de Malinas. El 25 de agosto celebra su primera misa.

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VIDA

7 I

1934 Terminada su formaci6n teolbgica, viaja a Austria y Roma. 1935 Hace "Tercera Probaci6n": oltimo period0 de la formacidn jesuita. Obtiene el titulo de doctor en Ciencias Pedag6gicas por la Universidad de Lovaina con una tesis sobre Dewey. ACCldN SACERDOTAL E N CHILE 1936 15 de febrero, llega a Chile. Es nombrado profesor en el colegio San Ignacio, el Seminario Pontificio y la Universidad Catdica. Desarrolla una intensa actividad en direcci6n espiritual y ejercicios. 5 de septiembre, da conferencia a 10s obreros en la Fibrica de Papeles y Cartones de Puente Alto. 28 de noviembre, acompaia en la celda a don Joaquin Barcel6, preparindolo a morir. Esta dura experiencia lo marc6 mucho. Publica Crisis sacerdotal en Chile. 1937 18 de marzo, fallece repentinamente su madre. El pa- -W dre Hurtado estaba dando ejercicios a su comunidad jesuita.

Su influjo se acrecienta. Escribe: La vida afectiva en la adolescenciay La crisis de la pubertad y la educacidn de la castidad. 1938 Se encarga de la construcci6n del nuevo noviciado. Primera piedra el 9 de octubre. El Ministerio de Educaci6n lo nombra miembro de comisi6n que revisa programas de estudios secundarios. 1939 Enero, viaja a Chillin a socorrer a la$ victimas del terremoto. Construcci6n de la casa de Ejercicios. Es ec6nomo de la Compaiiia de JesGs. 1940 Ayudado por don Victor Delpiano, crea la Fundaci6n Educacional Alonso Ovalle que ha servido inmensamente a todas las obras apost6licas de la Compaiiia de Jeslis. 1941 Febrero: hace su profesi6n solemne como jesuita, formulando el cuarto voto de obediencia al Papa y la promesa de no buscar dignidades eclesiisticas. De hecho, se le propondri como candidato a la di6cesis episcopal de Santiago.

Es nombrado asesor de la Acci6n Cat6lica. Publica su libro i â‚Ź s Chile un pais catdlico?

1 942 lntensa actividad apostblica de retiros, congresos, etc. Escribe Catolicismoen nuestros dias y Puntos de Educacidn.

ESPECIALPADREHURTADO


1943 Gran concentracidn de j6venes en el Teatro Caupolicbn. Recorre el pais de norte a sur, predicando y enseiiando. Su influencia es enorme. 1944 El 16 de octubre da un retiro a seiioras donde nace la idea del Hogar de Cristo... que se funda oficialmente tres dias despubs. En diciembre renuncia a la asesoria de la Acci6n Cat6lica. Gran congreso en honor de 10s Sagrados Corazones de Jeslis y Maria, donde el Padre tiene un discurso que impacta grandemente. Lo espiritual y lo social estbn intimamente unidos en su mensaje. 1945 En noviembre viaja a Estados Unidos y Canadb. 1946 Se inaugura la gran sede del Hogar de Cristo en Chorrillos. 1947 Viaja a Europa. Establece mliltiples contactos con obras sociales. Participa en congresos y planifica su futuro apostolado. Tiene varias entrevistas con el Padre General que lo apoya. 8 de octubre, audiencia con SS. Pi0 XI1 al que presenta un memorial sobre la realidad de Chile. El Secretario de Estado delvaticano le escribe, confirmando en nombre del Papa sus proyectos. Escribe: El humanism0 social y El orden social cristiano. 1948 Funda la ASlCH (Acci6n sindical chilena). 1950 Propone la idea de crear una publicaci6n orientadora del pensamiento cristiano. La idea encuentra dificultades.

Se funda la residencia de JeslisObrero y el Padre es el primer superior. 1951 Se edita el primer nlimero de Mensaje, cuyo primer director Serb el Padre Hurtado. 1952 En abril su estado de salud est6 francamente deteriorado.

El 19 de mayo celebra su liltima misa en el Colegio Loyola y ya no se volverb a levantar. 21 de mayo, grave y doloroso infarto pulmonar. 5 de junio, trasladado al Hospital Clinic0 de la UC. Se le diagnostica un cbncer al pbncreas. Recibe la noticia como un don de Dios. Su cuarto se convierte en lugar de peregrinaci6n al que acude gente de todos 10s medios sociales. 18 de agosto, 17.30 horas, muere. La conciencia es general: ha muerto un santo. 20 de agosto, funeral masivo. Sus restos son sepultados junto a la Parroquia de Jeslis Obrero.





E n la vida del P. Alberto Hurtado hay momentos poco conocidos. Cuando el P. Fernando Vives Solar, S.J., tuvo que salir del pais y, en virtud de las presiones ejercidas por 10s grupos mais conservadores de la lglesia misma, conocio un largo destierro, Alberto Hurtado tuvo que buscar a otro sacerdote que le acompaiiara en su desarrollo como cristiano y, luego, en su discernimiento vocacional. Encontro, entonces, a1 P. D a m i i n Symon Lorca, ss.cc., quien lo acogio y l e acompa176 hasta el momento de su ingreso a1 noviciado de la Compaiiia de Jesus que, en esos aiios, estaba en la ciudad de Chillan. Sabemos que el P. Hurtado demoro su incorporacion a la Compaiiia y siguio adelante sus estudios de Derecho, pues su madre necesitaba su apoyo economico. La familia habia poseido un fundo, Los Perales de Tapihue, cercano a Casablanca, que, en su momento, habia sido vendido a un precio irrisorio, lo que en nuestra legislacion se llama lesion enorme. lniciado el juicio correspondiente para reparar el daiio, Cste tomaba su tiempo y retardaba la realizacion de las intenciones de Alberto Hurtado. Llego el mes del Sagrado Corazon del aiio 1923 y el P. Damian invito al joven Hurtado a hacer adoracion todas las noches en el templo del Colegio de 10s Sagrados Corazones de Alameda. Asi fue. Entre tanto, el mismo P. Dami6n acompafiaba noche a noche a este joven que iba poniendo su vocacion y su futuro en manos del Corazon del Seiior. Llego el dia de la fiesta, un viernes como siempre, dia de trabajo en nuestro pais. Ese mismo dia se produjo la esperada sentencia judicial. E l joven podia ahora partir a1 Noviciado. E l Sagrado Corazon le habia tomado de la mano y ya nunca le dejaria.



sentaban

et catblico, imperfeccionestoleradas per0 no absueltas.

la historia de Chile, pro

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de Santiago, monseiior August0 Salinas.

I gista [as defenderfa escribiendo, nada menos, en el cocdiano comunista El Siglo) y manifestaba distancia por el general Franco. Recordemos que entonces, para el mundo cat6lico, la guerra civil de Espafia (1 936-1 939) habia sido una “cruzada” contra 10s ”rojos” comunistas, cuyas sevicias anticristianas muy reales, por cierto habian causado en aquel mundn horror e indignacih.

la lglesia “totaimente anticomunista”,

El segundo tema doctrinario que estaba enredado con I pugna politica entre 10s catdicos, era el de la difusidn y cumplimiento de las enciclicas sociales. Los conservadorec y su cotidiano El Diario /lustrado(econ6mica yjuridicamente


propiedad de la Arquidkkesis, que lo arrendaba al Partido ... vestigio de 10s antiguos tiempos) no eran entusiastas de dichas enciclicas, particularmente de Quadragesirno Anno. Reconociendo su validez general, afirmaban que al aplicarla debian contemplarse las situaciones especificas de cada pais. En Chile, la enciclica constituia material explosivo respecto de varios problemas, y sobre todo de 10s tocantes a sindicalizaci6n, salarios y vivienda. No s610 por culpa de 10s agricultores; era de cualquier modo un hecho que esos tres problemas se presentaban especialmente agudos en el campo. Y 10s agricultores constituian la espina dorsal del conservantismo. La situacidn era aqui exactamente la opuesta del cas0 del comunismo. En este liltimo caso, la lglesia Chilena se hallaba mAs pr6xima de conservadores que de falangistas. Per0 respecto de las enciclicas sociales, &os eran fervorosos, y frios 10s conservadores. Monseiior Car0 lo comprob6 rApidamente. Una entrevista concedida a €/ Mercurio el aiio 1939, cuando recibn asumi6 la mitra, propiciaba el salario ”suficiente”, 10s sindicatos, la participaci6n de utilidades al trabajador, etc. Levant6 ello una ola de ataques de derecha, conservadores y hasta E/ Diario /lustrado comprendidos. Un peri6dico le dijo que “nadie tiene la necesidad de hablar ni de referirse a cuestiones que no parece conveniente tratar en simples conversaciones”. Era salirse de la ”voz de la Iglesia”, hecha ”de celestial virtud, de blandura moral, de intensa emoci6n“. En este complicado panorama debi6 actuar el Padre Hurtado cuando se le nombr6 Asesor Nacional de la Juventud Catblica, el 8 de julio de 1941.

LA RENUNCIA

DEL

ASESOR NACIONAL

D E LA A C C l d N C A T 6 L l C A

El P. Hurtado renunciaria el 1’ de diciembre de 1944. Renuncia inevitable -no obstante la vastedad de la obra cumplida- por su imposibilidad de entenderse con la mayoria de 10s obispos, y sobre todo con el asesor nacional de la Acci6n Cat6lica y obispo auxiliar de Santiago, monseiior August0 Salinas. Un alto nlimero de concausas llevaron a este final. Una de trascendencia fue la ruptura de la intima amistad entre el Padre Hurtado y monseiior Salinas, que venia de la universidad y del aiio 1919, cuando ambos lucharan -y el futuro jesuita en la sorprendente calidad de joven conservador- contra el ”anticristo” Arturo Alessandri Palma, durante la hist6rica campaiia presidencial del “Cielito Lindo”. Sin embargo, el Padre Hurtado creia que el obispo Salinas era de limitada preparaci6n teolbgica; que por ello sus homilias decian poco y, no obstante, se alargaban en exceso; que, demasiado absorbente, no dejaba a nadie espacio alguno de independencia: y que, en raz6n de todo lo anterior, habia perdido el prestigio entre 10s j6venes. Criticas semejantes, no las comunicaba el jesuita a persona viviente, salvo a una: el propio afectado. A &e le provocaron -fuesen efectivas o no- la molestia Ibgica, sinti6 que herian su dignidad episcopal, y le exasper6 su reiterac i h , asi como el hecho de que (pensaba) que implicasen una obvia incompetencia para el puesto que desempeiiaba. ”De ser ciertas (las criticas) -escribi6 dolidamente al Padre-deberian haberme resuelto a dejar mi cargo, y... sin aceptar yo esas correcciones, tli insistias en hacbrmelas. iC6mo extraiiarse, por consiguiente, de que mi corazdn se cerrara a tu amistad!”. Es probable que, en su relaci6n con monseiior Salinas, el Padre Hurtado- d e completa buena fesobrevalorase 10s derechos del amigo. Cabria aiiadir otras causas menores en la renuncia del jesuita a la Asesoria. V.gr., la acusaci6n que rechazaba con vehemencia, de orientar la “crema” de las vocaciones sacerdotales hacia su Orden, dejindole al Seminario s610 las sobras. 0 la de ser demasiado absorbente (lo mismo que 61 imputaba a monseiior Salinas). 0-la que mis le d o l i 6 mos-

Monsefior JosC Maria Car0 y el P. Hurtado

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(falangista) y Jorge Prat (conservador)?iPor qu6 al concentrarse 10s muchachos catdlicos en el Caupoliciin, se permitid que fuera uno de 10s oradores el ex presidente nacional, servadores/falangistas, William Thayer, reci6n ingresado a la Falange? iPor qu6 el Padre Hurtadotoleraba "miembros caracterizados de un molo derrib6 del cargo, vimiento nacionalista extremo" (monseiior Salinas dixit) en porque era imposible el Consejo Nacional de la Juventud? Para &a, luego, no le bastaba al episcopado el pluralissatisfacer simultaineamo politico; queria la completa asepsia de la dirigencia, el apoliticismo. mente respecto de ella, *Per0 10s conservadores estaban, paradojalmente, en el a 10s obispos y al Partiextremo opuesto de la critica al jesuita. Su precis0 reproche contra el Asesor era que, como tal, do Conservador. fuese... apolitico. LASIDEAS P O L ~ I C A SDEL Llegaba a censurarse que su obra Puntos de Educacibn I P. HURTADO mostrara como inconveniente que hiciesen politica 10s estudiantes secundarios (medios). El Partido habia pensado conEl Padre Hurtado tenia ideas politicas muy precisas. Re- solidar alli, en 10s colegios, su juventud, para que la Falange no se la quitase en la Universidad. conocia 10s m6ritos pasados del Partido Conservador, en la lucha contra el "liberalismo laicizante". Mas ahora, sus diriMASaun, el Partido pensaba que el asesor Hurtado tenia gentes defendian s610 10s intereses patronalesy se reclutaban por papel reunificar politicamente a la juventud, superando el quiebre de 1938. "Fracas6 el Padre Hurtado (comentaria entre las personas de mayor riqueza y posicidn social. Su despu6s el presidente conservador FernandoAldunate), pues m6ximo empeiio residia en destruir a la Falange. Por eso no produjo la unidn". 6sta se habia visto forzada a inclinarse electoralmente hacia la izquierda, aunque sin formar con ella un frente comlin. M6s todavia, los jefes conservadores sostenian que la incliDe todos modos, era cierto que la Falange habia marchado nacidn por la Falange del Padre se manifestaba en no trabajar politicamente por el conservantismo. "No hacer politica por portal camino mAs all$ probablemente, de lo que hubiera el Partido Conservador es igual a ser falangista" -afirmaba sido deseable. Pero sus miembros, jdvenes que amaban a la Carlos Aldunate. Y en otra oportunidad escribia al jesuita: lglesia y se mostraban resueltos defensores de las enciclicas "En un pais como Chile, en que la politica de partidos es, sociales, prestaban en este terreno un testimonio valioso y en el fondo, religiosa o antirreligiosa, no puede hablarse de solitario. Y hasta su "izquierdismo" 4bservaba- servia a prescindencia de la Iglesia... Pienso que 10s sacerdotes dela Iglesia, tendikndole un puente con 10s gobiernos chilenos ben formar la conciencia de 10s catdlicos a favor del Partido post 1938. Ideas semejantes eran, casi calcadas, las del paque defiende la libertad e independencia de la lglesia y las dre FernandoVives, mentor del Padre Hurtado; es probable, doctrinas catdlicas". pues, que de alli provinieran. Vives, sin embargo, habia impulsado el apoliticismo en la accidn social catdlica. Per0 "Es obra perniciosa dividir a 10s catdlicos en politica, reconociendo personeria, como partido digno de tomarse en ello s610 a la espera de que dicha accidn generase un nuevo partido de esa coloratura, al estilo italiano del Partido Popu- cuenta, y como partido catdlico, al desgraciado movimiento que pomposamente se denomina Falange Nacional. lar de Dorn Sturzo. Posiblemente su discipulo lo veia ya maEquipararlo con el Partido Conservador, ponerlos frente a la terializado en la Falange Nacional. conciencia de 10s catdlicos como equivalentes es, a mi juiCualquier valor e importancia que asignemos a estas ideas, cio, un error lamentable: es fomentar y ahondar la divisi6n el Padre Hurtado - c o m o asesor de la JuventudCatdlica- se del catolicismo". las guard6 para si, y no influyeron en &a. Per0 de todos moNo quiso Dios este milagro, y el Padre Hurtado dejd a sus dos, la pugna politica conservadores/falangistas, lo derribddel cargo, porque era imposible satisfacer simultimeamente res- jdvenes, con gran dolor de ellos y de 61. Per0 la Providencia es la linica que conoce sus caminos. El mismo aiio 1944 el pecto de ella, a 10s obispos y al Partido Conservador: ~ L Oobispos, S seAalamos arriba, querian que no figurase jesuita habia fundado el Hogar de Cristo; alli escalaria las m5s elevadas cumbres del amor al prdjimo y del amor divien las directivas de la J.C. ninglin dirigente politico ni conno; alli-liltima de las paradojas de esta paradojal historia, y servador ni falangista. El Padre Hurtado pensaba que esto signo de la pequeiiez de las pasiones y divisiones humanasera limitarse de manera innecesaria y muy perjudicial para lo apoyarian con entusiasmo y generosidad 10s mismos conla juventud, dada la escasez de jefes. Los roces en la materia servadores que, politicamente, lo aborrecian y seguirian abofueron continuos. iPor quk durante la asamblea de jdvenes del Congreso Eucaristico (1941) habian hablado Frei rreci6ndolo.m

La pugna politica con-

trarse refractario a la obediencia jerArquica. 0 la que le formulaban intimamentealgunos en la Compaiiia: hacer escasa vida comlin, arrastrado por su formidable accidn apostdlica. Per0 la causa fundamental de que el Padre Hurtado abandonase la Asesoria Nacional, fue politica.

ESPECIALPADREHURTADO


Presentamos aqui un testimonio de primer valor. Se trata de dos cartas del P. Lavin, provincial de 10s jesuitas de Chile, al P. Bautista Janssens, superior general de la Compafiia de Jesus.

El amigo de toda la vida y superior religioso informa al P. General sobre la enfermedad y muerte del P. Hurtado. Es un testimonio vivo y sentido, escrito en 10s mismos dias en que ocurrieron 10s hechos. Cabe recordar que el P. Janssenshabia sido, en Bdgica, formador del P. Hurtado

y conservo siempre por 61 una gran admiracion.

P. Alvaro Lavin, S.J.

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II

I/

N

uestro querido P. Albert0 Hurtado se va extinguiendo, consumido por el c6ncer, y ya maduro para el Cielo. La general y grandisima estima y cariiio de que siempre ha gozado, se ha demostrado en forma casi increible: se puede decir que no s610 la ciudad, sino el pais en gran parte estA pendiente de su salud, y son muy innumerables las muestras de afecto que recibe y las oraciones y rogativas que por 61 se ofrecen. En su pieza de la Clinica de la Universidad CatGlica, en donde es magnifica y caritativamente atendido por muchos mkdicos, hay que tener cuidador, m6s que

virilidad, o mejor dicho virtud sobrenatural, lo que teme es no estar indiferente para no morir e irse a1 cielo. Por otra parte, N. SeAor ha querido darle gustos realmente maravillosos, al bendecirle con sus obras especialmente en estos meses: donaciones extraordinarias, facilidades, etc., que facilitan el progreso de ellas; y contaremos con su poderosa intercesidn. Escribo principalmente a V.P., porque el Padre me ha pedido en muchas ocasiones que le exprese su m6s profunda gratitud por todas sus bondades, asegurhdole que 10s consejos, formaci6n y afecto que siempre le mostr6 S.P. han sido para 61 un firmisimo apoyo y consuelo, que no sabe c6mo agradecer. La primera vez que tuvo un ataque fuerte, que crey6 que lo llevaba en esos instantes a1 cielo, cuando se le administr6 la Santa Uncidn y el Viitico, en medio del dolor agudo, se dirigi6 a1 P. Rector y a mi, y con dificultad nos dijo: “AI P. John que a1 morir lo he tenido muy presente con profundo agradecimiento�. M6s tarde, al leerle yo las frases de S. P. referentes a el, se ech6 a llorar emocionado. Para todos nosotros, los Jesuitaschilenos, han sido de un influjo extraordinario y por lo demds saludable, y ante el dolor natural por su partida, nos consolamos por la seguridad de su intercesi6n y por la s6lida eficacia de sus ejemplos. Humanamente creo que es la mayor prueba que podria suifrir nuestra pequeiia viceprovincia, per0 sobrenaturalmente, esperamos que sea fuente de mayores bendiciones a h . Personalmente me ha unido a 61 una intima amistad de m6s de 40 aiios, jam& lesionada, de la que sin duda,


I

soy yo quien ha aprovechado al m5ximum: gracias a Dios que creemos en su Providencia. Estas enfermedades pueden alargarse, per0 parece imposible que dure ya otro mes�.

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asi murio Santiago de Chile, septiembre 7 de 1952 N

H a n pasado ya veinte dias del fallecimiento del carisimo P. Hurtado y las mil ocupaciones provenientes principalmente de 61, me habian impedido escribir acerca de ello a S.P. N. SeAor le concedi6 la gracia de conservar su cabeza y aun cierta viveza hasta muy pocas horas antes de su muerte, lo que le permiti6 ejercitar un fructuoso apostolado hasta el liltimo, aunque s610 fuese dar su bendici6n a 10s centenares de personas que cada dia deseaban recibir este consuelo. Es increible el bien que hizo en su enfermedad. El lunes 18 tuvo el consuelo de oir dos Misas y comulgar (con alglin escrlipulo de su parte por estar excesivamente dkbil de cabeza y Animo): ya qued6 casi sin hablar, per0 consciente, pues aun sonri6 a varios que lo entraron a visitar esa maiiana. A las 14.30 le rezamos la recomendaci6n del alma dos veces, pero dur6 hasta las 17. Murid con una tranquilidad y paz m5ximas, rodeado de muchos de nosotros, de algunos medicos amigos y, poco antes de expirar, de una gran cantidad de gente, a quienes se permiti6 mirar desde fuera, pues habian pasado todo el dia a la puerta de la pieza del Padre. Creo que a la media hora ya lo sabia gran parte de la ciudad. Muchisimas personas entraron a rezar, a tocar rosarios y medallas, en la misma pieza del hospital, despues que se le visti6 y antes de traerlo a nuestra iglesia. Aqui lleg6 antes de las 19 horas y ya habia una gran multitud de gente esperAndolo, comenzando un desfile ininterrumpido de personas toda esa tarde hasta media noche y todo el dia siguiente desde las 5 de

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la maiiana hasta medianoche. Era impresionante ver a toda hora tanta gente en la iglesia y de todas las clases sociales y llenas todas de un dolor muy sincero y visible. Ya ese martes celebraron dos obispos, uno la misa a que asisti6 todo el colegio, otro para el pliblico. Para el entierro hub0 algo muy especial. Junto a la iglesia parroquial de JeslisObrero (nuestra parroquia)y junto por consiguiente al Hogar de Cristo, hay una capilla o sala, construida para velar 10s cad5veres de muchos feligreses pobres. EstA bien arreglada, con un fondo de un gran bajorrelieve de la Resurrecci6n del Seiior. No est5 comunicada con la Iglesia, sino con la sacristia, y tiene puerta independienteafuera. A un padre se le ocurri6 hace meses la idea de enterrar al Padre Hurtado alli, en medio de sus pobres, junto al Hogar de Cristo. Conseguir ese permiso es imposible para todos, per0 no para un cas0 como el Padre Hurtado, tan universalmente querido y estimado. Aceptada la idea por mi, se mantuvo en secret0 y se prepar6 la sepultura; aun al mismo Padre se le indic6, lo que fue motivo de gran consuelo para 61. El dia antes de su muerte se habl6 a la Seiiora del Presidente para que ella misma hiciera las gestiones ante su marido: lo hizo gustosisima y el Sr. Presidente lo mismo, haciendo personalmente 10s tr5mites necesarios ante las otras autoridades, de modo que en pocas horas se arregl6 esto, que c a u d gratisima sensaci6n en todos. El mibrcoles 20 fue el funeral y entierro. Yo deseaba y procure fuese sencillo, como solemos, per0 fue imposibleen estas circunstancias por muchas razones. Celebr6 el funeral Mons. Manuel Larrain, obispo deTalca, intimo amigo de toda la vida del Padre, y

ESPECIALPADREHURTADO


AI salir estaba la calle llena y todo se hacia dificil por la multitud. Ya desde antes 10s j6venes y 10s niiios del Hogar habian obtenido permiso para arrastrar la carroza.

MEWE Aril 2001

compafiero de curso: yo hice de presbitero asistente: actu6 de di6cono un sacerdote primo hermano del Padre y otro jesuita. Asisti6 a todo el funeral el Excmo. Sr. Cardenal, el Excmo. Nuncio, otros cuatro obispos m6s. Cant6 la Misa todo el magnifico cor0 del Seminario, que vino integro, el Seminario mayor y menor, acompafiados por sus profesores y rector. Tuvo la oraci6n flinebre el mismo Mons. Larrain, orador de primer orden y parece que N. Sefior inspir6 su mente, pues fue algo magnifico, que despert6 admiraci6n y llanto general. De m i y de muchos puedo asegurarlo. La lglesia bastante amplia estaba como nunca de Ilena, en forma que fue imposible dar la comuni6n en ninguna parte por no poder moverse el pliblico, quedando muchos fuera. AI salir estaba la calle llena y todo se hacia dificil por la multitud. Ya desde antes los j6venes y 10s nifios del Hogar habian obtenido permiso para arrastrar la carroza. La distancia entre ambas iglesias es de 5 ki16metros. Calcular la gente que acompafi6 es dificil: ciertamente fueron varios y muchos miles, y lo m6s hermoso era ver lo heterog6neo, pues iban mezcladas todas las clases sociales y todas emocionadas profundamente. El recorrido se hizo con gran recogimiento, y rezando, a pesar de que hub0 que recorrer la parte m& central y de gran movimiento: fue un dia de luto para la ciudad. AI llegar a la Parroquia de Jeslis Obrero, la multitud se hizo aun mayor, y fue necesaria la ayuda de mucha policia y cordones para poder hacer adelantar el f6retro. Los discursos muy sentidos y hermosos, y principalmente de 10s j6venes universitarios, de 10s de la Acci6n Cat6lica y de 10s obreros. Le rec6 el liltimo responso frente a la iglesia y se le despidi6 en su sepulcro, en medio de llanto general. Es opini6n un6nime que jam& se ha visto en Santiago un entierro semejante, y con tanto y tan general dolor. Alli no s610 las mujeres Iloraban, sin0 innumerables hombres, j6venes y viejos. El Sr. Presidente habia anunciado su ida con su sefiora, per0 no se pudo por coinci-

dir la hora con una ceremonia oficial, per0 envi6 a su primer ededn, que me present6 la condolencia del Sr. Presidente: asistieron a todo el Sr. Ministro de Relaciones Exteriores y el de Tierras, innumerables Senadores y Diputados, el Sr. Alcalde (compafiero y amigo), que tuvo un hermoso discurso, y agradeci6 en nombre de la ciudad 10s beneficios otorgados a ella por el Padre y sus obras de caridad. Aunque parezca algo fantistico, narrar6 a S.R. un hecho extraordinario: al sacar el atalid de nuestra iglesia, se form6 en el cielo, una cruz de nubes tan nitida que oblig6 a arrodillarse a muchisimas personas. La vieron muchisimos. A m i me toc6 ver la fotografia, en la que aparece Clara, a pesar de que 10s fotdgrafos no estaban naturalmente preparados para sacar fotografias de esa especie y no tenian �filtros�. Para el entierro en ese sitio recurri a1 Sr. Nuncio, pues algunos creian necesario el permiso de la Santa Sede. El lo dio provisorio, pero, al ver el sitio y su independencia de la iglesia, creen 10s canonistas que no es necesario ese permiso. En lo que hemos puesto y hemos de poner mucho empefio es en evitar el culto pliblico, pues la gente va en romeria y son muchas las que hablan de favores. Creo no cegarme en mi gran carifio por el Padre, al creer que el deseo de ver al Padre en 10s Altares no es ni absurd0 ni falto de muy buenas razones; espero que su S.P. no se opondr6, si las circunstancias lo siguen aconsejando, a que se vaya pensando en ello. Es voxpopuli. Como pasa siempre, N. Sefior se encarga de levantar a 10s humildes; las muestras de honor recibidas por el Padre superan lo imaginado: en ambas Cdmaras se le rindi6 pliblico homenaje con hermosos discursos, lo mismo en varias Municipalidades, en innumerables instituciones de todo g6nero. Las donaciones de caridad para perpetuar su nombre en Pabellones del Hogar de Cristo o en otras de sus Obras, se multiplican, y las condolencias son muy sentidas. Dios y el mismo Padre nos ayuden a tratar de imitarlo. No dud0 que 61 nos sigue y seguir6 bendiciendo, y esto es lo que a todos nos ha llenado de consuelo, tranquilidad y santa alegria�.m

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UN PASTOR MENOS

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Cabriela Mistral"

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Gabriela Mistral

Su ejemplo siempre planear6sobre aqueEra el P. Hurtado una especie de fran110s que le conocimos y muchas veces senciscano natural. Yo no se si el rond6 en tortiremos que el empuj6n del apresurado nos no de la llama duke del franciscanismo, per0 saca de nuestro estupor. su naturaleza era cierto franciscanismo Honra y dicha fue tenerlo y es tristeza trajinador y este trajin puede llamarse un "cono mirarle m6s en la fila de su Orden yen la rreteo por 10s niiios pobres". falange de la chilenidad. v) Del Santo de Asis tenia tambien el haSigamos dando, si, porque su manotal vez blar con gracia, la expresion a la vez donosa siga extendida all6 abajo, lo mismo que antes y Ilana. Este don de su conversaci6n m6s su y debemos sosegarla cumpliendo por el. llaneza le ganaba a todos y le servia a maraSolemos oir a 10s muertos; en cuanto se villa para limosnear en bien de sus pobres y hace un silencio en nuestros ajetreos munde sus niiios. v, Cuando, en esta casa de N6poles -que danos se les oye y distintamente. Oir al P. tiene un jardincito a Dios gracias- yo sigo Hurtado ser6 una obligaci6n de responderel ajetreo de dos o tres p6jaros que saquean le. Y la respuesta Gnica que hay que dar a su cuanto pueden en la floracion, no puedo sin0 alma atenta y a su bulto s610 entredormido acordarme del "genero Padre Hurtado", o es la ayuda de sus obras, un socorro igual al sea de 10s que buscan, no entre plantas flo- de antes, porque la Miseria, la bizca y ceniridas, sino en la espesura del egoism0 hu- cienta Miseria, sigue corriendo por 10s sumano, las sombras de 10s hartos: ropas, ob- burbios, manchando la Clara luz de Chile y rayando con su uiieteada de carbon inferv) jetos y... dineros. nal la honra y el decoro de las aldeas. Con esta misma gracia del p6jaro 61 ci Duerma el que mucho trabaj6. No durculaba por Santiago en este menester duro mamos nosotros, no, como grandes deudopara alma delicadisima. Con gracia pedia, res huidizos que no vuelven la cara hacia lo con la gracia humana y con la otra. que nos rodea, nos ciiie y nos urge casi como Ya ha parado ese callej6n por nuestra erma dulcemente el, trotador capital, ya no trajina m6s por sus chiquitos: tendida, y golpee con ella a per0 otro habr6 que recoja su af6n. Oja16 su nuestros corazones. Para sacarnos del coe le parezca en la virtud, per0 lapso cuando nos volvamos sordos y ciegos. la rara sencillez y en el habla Y alguna mano fie1 ponga por m i unas 10s pedigueiios a lo divino. Ya cuantas ramas de aromo o de "pluma de escansaron sus pies trotadores y su lengua Silesia" sobre la sepultura de criollisima y culta a la vez en cada charla, broma o giro, per0 tal vez su mano quedo que tal veil ser6 un desvelado vuelta hacia su obra, como dicen que restan mientras nosotros no paguem las del albaiiil y las del carpintero. Porque contraidas con el pueblo chileno, viejo aquella su diligencia ardiente, de cada dia y acreedor silencioso y paciente. Demode al de cada hora, y de cada respiro suyo, todo Padre Hurtado un dormir eso quiz& le haya dejado la diestra extendida en el adem6n de pedir el pan de 10s otros.

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envi6 desde N6poles

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Hurtado ya falleci-

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do, publicado en

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este homenaje al P.

Mensaje en la edici6n de noviembre de 1952.

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* Poetisa, premio Nobel de Literatura.


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Doming0 10:30 hrs. con Libardo Buitrago Alejandro Guillier Felipe Pozo Fernando Villegas Premio APES Mejor Prograrna de Debate


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ffSbqwGwe& m w k e4 viIv+evceLNuestra Casa de Estudios saluda a Revista Mensaie, con motivo de la celebraci6n del centenario del nacimiento de su fundador, P. Alberto Hurtado Cruchaga S.J.

Alrnirante Barroso N% (Metro Los Heroes) Santiago Chile Tekfono: (2) 6717130 E-mail: uah@uahurtado.cl*Web: http://w.uahurtado.cl U L

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Antonio Delfau S., S.J., director de expresa sus m5s sinRevista MENSAJE, ceros agradecimientos a Hogar de Cristo, Fundaci6n Alberto Hurtado, Fundaci6n U n techo para Chile, empresas privadas y suscriptores de MENSAJE, quienes con su apoyo han permitido efectuar este homenaje al fundador de la revista, Padre Alberto Hurtado.

o el camino del Padre Hurtado, nuestra preocupacion tambien es ayudar. Porque sabemos que hay mucha gente que lo necesita, parte importante de 10s ingresos de Polla son destinados a beneficencia.

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CHILENA DE BENEFICENCIAS A .



Ap6sto

de Jesucr i sto Mons. Manuel Larrain Errizuriz

Don Manuel Larrain, obispo de Talcay asesor nacional de la Acci6n Cat6lica Chilena, pronunci6 la siguiente oraci6n funebre en la lglesia de San Ignacio, el 20 de agosto de 1952, con ocasi6n de 10s funerales de su compaiiero y amigo, Alberto Hurtado Cruchaga. Eminentisirno Cardenal Primado, Setiores Ministros de Estado, Excelentisimo setior Nuncio Apost6lico de Su Santidad, Exmos. Srs. Obispos, sefiores parlamentarios, setior Alcalde de Santiago, Reverend0 Padre Provincial de la Compatiia de Jesljs, sefioras, setiores: Un gran silencio entrecortado s610 por la plegaria, era el linico elogio que el Padre Hurtado ambicionara. Un gran silencio, donde esconder un gran dolor, hubiera sido tambi6n lo tjnico que el amigo de toda una existencia en estos instantes deseara. Y sin embargo, es necesario hablar para destacar mis all5 de 10s lindes del tiempo su imperecedera leccidn. Hay que decir en palabras lo que murmuran las Iigrimas. Hay que concretar en reglas de vida lo que proclaman sus obras. Si calliramos, “lapides clamabunt”, las piedras clamarian. Si silenciiramos su leccibn, desconoceriamos el tiempo de una gran visita de Dios

a nuestra patria. Y sin embargo, jcuin dificil, por no decir imposible, es el encerrar en el estrecho marco de estas palabras la mdtiple y rica personalidad del Padre Alberto Hurtado! iC6mo vamos siquiera a enumerar sus variadas obras, capaz cada una de ellas de llenar la vida de un hombre? i Y c6mo vamos pilidamente, a esbozar la hondura de su pensar, la amplitud de su querer, la lucha de su perseverar y el heroism0 de su sufrir?Y, sobre todo, iqui6n podri transmitir a las mezquinas palabras humanas el fuego devorador que alumbr6 y consumi6 su vida? Para condensar todas estas variadas facetas en una sola Iuz, no he hallado otro pensamiento mejor que lo sintetice que la palabra con que el mismo San Pablo se designa “Apostolus JesuChristi”, Apdstol de Jesucristo. En ella se encierra la rica y breve vida del Padre Hurtado en la tierra. Ella constituye en la muerte su mejor elogio, asi como tambi6n ella es ya su corona en la eternidad. Apostolus Gloria Christi, el Ap6stol es gloria de Cristo. El PadreAlberto Hurtadotenia ciertamente todas las caracteristicas de esos hombres que Dios suscita, para ser en cada 6poca 10s enviados, que testimonian la trascendencia de lo eterno y captan, para orientarlas, las angustias e inquietudes de su generacibn. El Ap6stol es el hombre que toma conciencia de su misi6n divina y se entrega a ella sin limite. Es el que da la vida, el que

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clkmn en esa mujer fufsrte apartaria de su doble misibn: la educacirin de sus hijos y el sentido de su deber social, Fue junto a elh, en su 1 nata de San Antmi?, do do comenz6 a comp del mandarniento supremo: "Y amartis al prcijimacorna ti

U N CALI2 QUE REBOSA CARIDAU

Fiana hall6 el sen n6 mas tarde su vida.

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ESPECIALPADREHURTADO

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ble Anec, Congregaci6n Mariana de San Ignacio, verdn al joven tan alegre en su sonrisa, tan viril en su piedad, tan ejemplar en sus actitudes, que s610 Dios y nuestra generacidn sabemos lo que represent6 en nuestra vida de muchachos el ejemplo integro, el consejo prudente, la vibraci6n apostblica de Alberto Hurtado. Yo se que en estos momentos muchos de e m viejos compatieros y amigos escu-

chan estas palabras, y CUII 10s ojos velados ven a traves de 10s atios, como un signo de Iuz, la figura ejemplar del amigo ido. La mano de la Providencia ha permitido que sus sueAos apostdicos comiencen a verse realizados. Y un 14 de agosto de 1923 marcha al Noviciado de la CompaAia en Chilldn. Atios largos y dificiles. Lejania de la patria. Nostalgia cariiiosa de la madre buena que a116 lo espera. C6rdoba de Argentina, Barcelona, Lovaina, todo eso no es sino un estimulo que espolea m6s fuertemente el coraz6n del Ap6stol que alli se forja. Esos doce atios de plegaria y de estudio, de disciplina fuerte y de hondo anhelar, tienen para el Padre un solo nombre y un solo

significado: “el crisol donde se forja un Ap6stol”. DIECIS~IS AROS

DE LABOR APOSTdLlCA

Y fue hace cinco aAos que personalmente recogi del que fuera su Superior en Lovaina y hoy Reverendisimo Padre General de la Compaiiia, este testimonio simple EI p. Hurtado con su y grande: ”En mis largos atios de Superior, amigo ~~~~~l~~~~~i~ no he visto pasar junto a m i un alma de mayor irradiaci6n apost6lica que la del Padre Hurtado”. Y el momento tantas veces anhelado Ile86 por fin. El Ap6stol viene a dar en plenitud lo que llena su alma. Y de esa mdtiple labor todos, en una forma u otra, hemos sido 10s testigos. iQui6n podrd resumirla y qui& podr6 contarla? Dante al hablar de Franciscode Asis, s610 pudo decir: “la cui mirabil vita meglio in gloria del ciel si conterebbe”. Tambikn del Padre Hurtado podemos exclamar algo semejante. Dieciskis aiios de labor apost6lica que abarca todos 10s campos, que llena todo

Frente a su lecho de enfermo, la fotografia de su madre, doAa Ana Cruchaga ”


La primera lecci6n que ahiencontramos es el sano realismo que la fundamenta. El sabe que es portador de un mensaje eterno que hay que entregar en el tiempo. Dispensador de una vida divina que hay que dar a 10s hombres. Y en consecuencia hay que conocer ese tiempo y esos hombres. El Padre ha meditado muchas veces la palabra de Jesljs en San Mateo: "Se le acercaron 10s fariseos y saduceos para tentarle y le rogaron que les mostrara una seiial del cielo. El respondihdoles, les dijo: Por la tarde deck 'har6 buen tiempo, si el cielo est6 arrebolado'; y a la maiiana, 'hoy habr6 tempestad', si en el cielo hay arreboles oscuros. Sab6is discernir el aspect0 del cielo y no sab6is discernir las seiiales de 10s tiempos nuevos" . Y no quiso que para 10s catdicos de Chile pudiera aplicarse el reproche de Jesljsde "no saber discernir las seiiales de 10s tiempos nuevos". Quiso, en cambio, que su accidn fuera tanto m6s realista cuanto m6s alto en su ideal. Y que para ello se penetraran de la gravedad de 10s tiempos que vivimos, se enfrentaran a1 hecho de nuestra paganizaci6n creciente y sacaran de ahi, en forma viva y apremiante, la conciencia de su deber apost6lico. Y fruto de este realismo apostdlico fue su trascendental libro: iâ‚Źs Chile un pais catcjlico?. El titulo y la tesis tenian que chocar. iEs tan duke dormirse sobre la ilusi6n de una cifra estadistica: iEs tan f6cil excusarse de la acci6n profunda, diciendo: iChile es un pais catblico! iEs tan c6modo abandonar 10s problemas vitales de la lglesia que exigen sacrificio constante y reemplazarlos por unas cuantas manifestacionesbullangueras! Per0 el Ap6stol de verdad ha sido puesto como "dardo agudo" que se clava en las

El Ap6stol de verdad ha sido puesto como "dardo agudo" que se clava en las carnes dormidas, como vigia que rompe con su grito estridente el silencio c6mplice de la noche.

basa en realidades que no por amargas, dejan de ser realidades; tendremos en el futuro que seiialar la audacia de un Ap6stol que con magnifica libertad dijo fuerte lo que su mente veia y sup0 de esa misma realidad sacar las normas de la acci6n. El libro del Padre Hurtado marca una etapa decisiva en la historia de nuestro apostolado chileno. LAS VOCACIONES Y

1 0 s J6VENES

Y porque era realista 5u rnirada debid dirigirse hacia las necesidadesvitales y primordiales de una Iglesia: las vocaciones. Una lglesia que no da el nljmero de vocaciones sacerdotales y religiosas que requiere, est6 enferma en sus raices. El avanzar cristiano es interno y si faltan 10s 6rganos generadoresde esa vida, esa Iglesia est6 fatalmente condenada a decaer. Y 4 sup0 dar a su vida la inmensa llama apost6lica que lo consumi6, sup0 tambi6n encenderla en otras almas juveniles. Como el poeta de la antiguedad cl6sica el Padre Hurtado pudo repetir su c6lebre verso: sicut cursores, vitae lampades traunt. "Como corredores que se trasmiten las I6mparas de la vida". "El Padre Hurtado pesca vocaciones", decian aquellos padres y madres temerosos, que en su mezquindad egoista, niegan sus hijos al llamado de Dios. Y no comprendian que esas vocaciones nacian a1 contact0 del alma inflamada de un Ap6stol y eran la realizaci6n en el tiempo de la eterna Palabra de Jesljs: "he venido a traer fuego a la tierra y iqu6 otra cosa quiero sino que se abrase?".

ESPECIALPADREHURTADO


ci6n material, en el nlimero de sus novicios y en el espiritu que lo alienta, de lo que es capaz un alma que sabe, como el Fundador de su Orden, repetir: ”preferir la gloria de Dios a todas las cosas”. Y su alma grande no se encerrar.5 tampoco en 10s marcos de su familia espiritual y sabr.5 dar vocaciones a 10s dem.5s seminarios diocesanos y religiosos. Hace apenas cuatro dias ofrecia sus dolores con un “iqu4 bueno eres, Seiior!” por las vocaciones del Seminario de Santiago. Y la mirada del Ap6stol seguia, a1 imperio de la enseiianza divina, contemplando 10s campos donde blanquea la mies. Y vi0 a la juventud con sus anhelos e inquietudes, con sus flaquezas y desmayos y como su Maestro “intuitus .... dilexit“, la mir6 hondo y la am6. A trav4s de Chile entero la juventud sinti6 la mano firme de un timonel que le decia: “avanza mar adentro” y en su Asesor Nacional vi6 al Jefe que aguardaba.

Sobre todas las dificultades les enseii6 la lecci6n que forma el corazdn del joven: la generosidad. Los queria fuertemente hombres y profundamente cristianos. lnquietos a todas las angustias y prontos a toda donaci6n. Mirada abierta, frente aka mano que sabe darse con sinceridad, sonrisa fresca en 10s labios y sobre todo, aut&tic0 sentido cristiano de su misi6n. Para ello tuvo una sola pedagogia y un s610 secreto: amar y servir. Quiz& no siempre se ha reparado en el hondo significado de su caracteristicosaludo familiar: “iqu4 hay, patroncito?”Y lo llamaron cariiiosamente el “patroncito”. Y estaban equivocados. El “patroncito” no era 41, eran precisamente 10s otros, porque como Jeslis ”41 no habia venido a ser servido sin0 a servir”. Han pasado ya ocho aiios desde que dejara su cargo de Asesor Nacional de 10s jbvenes, per0 sobre el tiempo sigue su figura intimamenteunida al destino de nuestra juventud. Los j6venes de ayer ya son hombres. Sobre sus vidas maduras comienza a caer el peso del


EL SENTIDO DEL POBRE

Cristo”. SU MlSldN SOCIAL

Y he dejado para el Gltimo lo que caracteriza su vida: su honda y trascendente misi6n social. El Padre Hurtado comprendi6 plenamente lo que la doctrina social de la lglesia encierra y representa. Sabia bien claro que el Cristianismo o es social o no es. Con su realism0 de Ap6stol genuino, vi0 lo que S.S. Pi0 XI llamara ”el gran escdndalo del siglo XX; 10s obreros alejados de su Madre la Iglesia”, y con otrQgran ap6stol moderno, sinti6 “que la lglesia sin la clase obrera no es la lglesia de Cristo”. Y a sanar esta gran llaga se dio por entero en esa su trascendente y vasta misi6n social. Le dio su mente, y fruto de ella fueron sus obras de sociologia, que sirvieron para recordar 10s grandes postulados sociales de la lglesia y a urgir a 10s cat6licos su aplicaci6n. Qu6 claro aparece en sus escritos la posici6n del cat6lico; el cristiano no puede optar entre dos materialismos, sino abrazar plena, integra y totalmente la doctrina que la lglesia le ha sefialado con caricter de estricta obligaci6n. Le dio sus energias, y sus Gltimas palabras fueron para ofrecer el holocausto de su vida

Le dio, sobre todo, su coraz6n. El Padre Hurtad0 vi0 cumplida en 61 las palabras del salmista: beatus qui intelligit super egenum etpauperem. Y tuvo como pocos el sentido del pobre. Sobre la capital de la RepGblica hay un terrible escarnio que abofeted nuestro rostro de chilenos y cristianos. Los hombres sin techo, las viviendas inhumanas, las multitudes que no tienen ”el espacio vital para que se desarrolle una familia”, 10s hijos de Dios que no gozan deaquel minimum de bienestar humano que el Ang6lico seiala como requisito indispensable a la prdctica de la virtud. iQu6 fdcil es arrojar unas cuantas frases hechas, como se pega un cartel6n sobre un muro, para calmar nuestra conciencia que grita; qu6 fiicil es decir: vicio, incultura, no se logra nada; como si con esas palabras sacudi6ramos nuestra responsabilidadsocial! El Padre Hurtado sinti6 esa lacra y enfrent6 esa responsabilidad. Amaneceres escarchados de un invierno santiaguino; 10s prados blanquean al llegar el dia; y en 10s quicios de las puertas o sobre un banco de nuestros jardines, duermen, peor que animales, hermanos de nuestra raza e hijos de un mismo Padre celestial.

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iEI sentido del pobre! En ellos vi0 a Cristo. En sus llagas cur6 las del Maestro. En sus miembros ateridos

La prensa lac6nicamente informa en sus hechos policiales: “Ayer fueron hallados muertos por el frio, tres, cuatro, seis personas”. El corazdn del Padre Hurtado no puede m5s. Callar seria complicidad. Y habla con su palabra de fuego que remueve. Muchos han comprendido. Una seiora ha llegado esa tarde trayendo la Gnica joya que le queda: el Hogar de Cristo ha nacido. Y como el grano de mostaza de la evangdica parbbola, crece para dar techo, comida, y, sobre todo, amor a tantos que s610 han tenido por hogar el lecho del rio, por pan el infortunio y por Gnica familia, la orfandad. Cuando en el siglo Ill el DiAcono Lorenzo se oy6, en la persecuci6n, decir por el Juez “entrkgame 10s tesoros de la Iglesia”, llamando a 10s menesterosos se 10s present6, dicihdole: “aqui est5n 10s tesoros de la Iglesia”. He aqui, seiiores, la que, en IaTierraprimero y desde el Cielo ahora, nos dice el Padre Hurtado, seiial6ndonos el Hogar de Cristo: “aqui estbn 10s tesoros de la Iglesia.” iQu6 gran lecci6n nos entrega! iEl sentido del pobre! En ellos vi0 a Cristo. En sus llagas cur6 las del Maestro. En sus miembros ateridos cubri6 la desnudez de JesGs. Y hace dos dias, me atrevo a decirlo con intima certeza, all5 en 10s cielos resod, con especial acento, la voz del Juez Supremo que dictaba su sentencia de eternidad: “Ven, bendito de mi Padre, a poseer el reino que te tenia preparado. Era peregrino sin techo y me recibiste. Estaba desnudo y me vestiste. Enferrno y me visitaste. Hambriento y me diste de comer. Tuviste el sentido del pobre. Lo que hiciste a uno de esos desvalidos, me lo hiciste a Mi. Entra en el gozo de tu Seiior”. Per0 el Hogar de Cristo no contenta las ansias apostdlicas del Padre. Hay que dar casa permanente a las familias. Y la Cooperativa de Edificacidn surge con este fin. Si su acci6n es lirnitada, tiene mil alcance m6s vasto: despertar nuestra conciencia social en este pavoroso problema de la habitaci6n. El Ap6stol se revela no s610 en lo que crea sino en las proyecciones que su misma creacidn produce. Junto a su lecho de enfermo, llega la Primera Dama de la RepGblica, cuyo gesto maternal, dando a nuestro pueblo el hogar que imperiosamente necesita, recoger5 la historia; y el Padre Hurtado le sonrie, prometiendo bendecir,

desde el Cielo, esa obra. Ella sabe c6mo el Padre alent6 su obra y c6mo, fie1 a su promesa, continuar5, desde arriba, protegi4ndola. LA ASICH Per0 la ”sensibilidad social” de que nos habla el Pontifice actual a los chilenos es algo m5s que mera beneficencia. La caridad que se dispensa de la justicia, no es caridad. El obrero y el empleado necesitan ser defendidos en sus derechos y amparados en sus justas reivindicaci0nes.Y para ello, en las condiciones actuales, ha de ir imprescindiblemente a1 sindicato. El Padre Hurtado comprendid toda la trascendencia de la acci6n sindical y la necesidad de preparar para ella a sus dirigentes, y fruto de su visidn y de su energia, naci6 la Asich, Accidn Sindical Chilena. Para ella estuvieron hasta el final sus mejores actividades y desvelos. Para ellos escribid su obra Sindicalismo. Ella fue su visi6n deAp6stol, el medio de esa redenci6n proletaria, que Pi0 XI seiiala como nieta de nuestra actividad social. Per0 m5s que la Asich, el Hogar de Cristo, la Cooperativa de EdificaciBn, est5 el llamado que esas obras encierran. Ha dicho Lacordaire que ”es propio de 10s grandes corazones el descubrir la necesidad m5s urgente de su 6poca y consagrarse a ella”. El gran coraz6n del Padre Hurtado nos deja este imperativo Ilamado; nuestro deber social. El cat6lico tiene una misidn social que cumplir. El tomar conciencia de las exigencias sociales del Cristianismo, es dar a nuestra fe su expresi6n plena y perfecta. Seguir a la lglesia y no seguir con lealtad plena, con integridad mbxima, con sinceridad generosa su enseiianza social, es como pretender separar a Cristo de su Evangelio. Podr5n las obras que 61 fundara morir en el transcurso de 10s aiios, como muere y perece todo lo humano, per0 “monumento mbs perenne que el bronce”, aere perennius, proyectar5 en el tiempo el gran llamado a nuestro deber social que el Padre Hurtado nos dejara.

LA HUELLA QUE

DEI6 EL

P. HURTADO

Como genuino Ap6sto1, no le falt6 en esa


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((Tomad, Seiior, y recibid mi libertad, mi memoria, mi inteligencia y voluntad toda entera. Todo

lo que tengo o que poseo, de Ti lo he recibido; a.Ti, Seiior, lo retorno. Dame tu amor y tu gracia, que eso me basta)).

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ESPECIALPADREHURTADO


por 61 supieron del aproximarse a Dios. Para el que no tuvo m6s reposo en su agitada vida que la enfermedad y la muerte, ya ha resonado el “dencanse en paz” de la Iglesia. Y entre 10s que am6 con predilecci6n, va a dormir su eterno sueiio. Y cuando el tiempo pase y la ley fatal del olvido vaya deiando caer sobre 10s hombres v sucesos su poivo sitil, junto a ese sepulcro vivir6 el recuerdo de un sacerdote que am6 mucho a Dios y a sus hermano, que am6 a 10s pobres y a 10s humildes, y por ellos, en suprema oblaci6n, ofrend6 su vida. ”Tomad, SeAor, y recibid”. Per0 no podemos Ilorar como 10s que no tienen esperanzas. El ya habita el lugar del refrigerio, de la luz y de la paz. Fue su alma ardiente como llama; resplandezca como luz. “No busquemos a un vivo entre 10s muertos”. lmploremos su valiosa intercesi6n. Y mientras el corazdn sangra, la plegaria sube. “Tli, Seiior, nos lo diste. ATi t a m b i h te lo entregamos”. Ciiiele la corona de justicia que has prometido a 10s que saben pelear el buen combate por tu Nombre. Y a nosotros y a mi, ante quien lleg6 arrastrbndose en su enfermedad, para dar su liltima predicaci6n’ , danos el consuelo y la fuerza, en su ausencia, para poder, con voz entera, repetir la palabra del poeta de 10s grandes infortunios de la vida: Dominus dedit, Dominus abstulit; sicut Domino placuit, ita factum est. Sit Nomen Domini benedictum. “El SeRor nos lo dio, el SeAor nos lo quit6. Como a1 Seiior le plugo, asi fue hecho. Sea bendito el nombre de Dios”. rn

El 16 de abril de 1952, yagravemente enfermo, el P. Hurtado se traslad6 a la ciudad deTalca a predicar en el 25’ aniversario de la ordenaci6n sacerdotal de su amigo, Mons. Manuel Larrain. (N. de la R.).

MENSAJE abril 2001


asgos de la santid del P. Hurtado Hurtado vive la viaa en el tspiritu con nidad. Su amor a Cristo es inseparaonfianza en el Padre, del amor a la Virgen, del servicio al prbjimo, de la o r a c h , la Iglesia, 10s jbvenes, 10s pobres, el sentido social, la eucaristia, el sacerdocio en la Compaiiia de jeslis, 10s diversos llamados apost6licos y las obras que 61 acomete. Su vida espiritual no lo conduce a encerrarse en s i mismo para huir del mundo y sus tareas. No hay desafio que le sea extraiio.Y, sin embargo, vive todo esto profundamente unificado por su apasionado amor a Cristo, el Enviado del Padre para servir y salvar a sus hermanos, 10s hombres. Este Serb el tema de este articulo. Para partir de alglin punto, tom0 como hilo conductor su deseo de santidad y entrega a Dios. Otros aspectos irbn saliendo conjuntamente. Me limito a ofrecer algunos textos y temas, dejando en lo posible hablar al mismo P. Hurtado. Y me extender6 rnbs en el period0 menos conocido de su vida -10s aiios de su formaci6n de jesuita- lo que nos permite captar el proceso de su crecimiento espiritual. VIDACOMO SANTIDAD Y

ENTRECA

Alberto no naci6 santo: se fue haciendo de a poco por la fuerza del Seiior. Tuvo un excelente punto de partida en la piedad que respir6 desde niiio en su familia y en el colegio San Ignacio. Aqui perteneci6 a la Congregaci6n Mariana (la actual CVX), donde se familiariz6 con 10s rasgos y 10s medios tipicos de esta asociaci6n: direccidn espiritual personal y prbctica de 10s Ejercicios ignacianos, cultivo de la fe en comunidad, bllsqueda de Cristo en la meditacidn de 10s Evangelios y la Eucaristia, circu10s de estudio, obras sociales y visita a 10s mbs pobres. AI salir del colegio Alberto se pregunta por su futuro. Le es claro que es Dios quien debe marcarle el camino de su vida. Por eso se pone

Si toda persona es un misterio de riqueza inabarcable, un santo lo es mucho mais. Porque lo caracteristico suyo es vivir con enorme calidad e intensidad su union con Dios y 10s demais. Estas paiginas quieren hablar de la santidad del Padre Hurtado, destacando el aspect0 mais propio suyo. La santificacibn en y por el trabajo apostblico. Asi el P. Hurtado actualiza para nuestro tiempo y circunstancias el ideal ignaciano de santificarnos en el servicio a 10s prbjimos.

tad divina. Se le ofrecen dos posibilidades. El matrimonio y ser jesuita. La vocacidn mbs fuerte es a1 sacerdocio en la Compaiiia de jeslis: "Alli desearia yo servirte; la primera tendencia de mi espiritu va a l l 9 (56,16)'. Per0 siente un deseo tan grande del matrimonio y de tener hijos, que le mueve a pensar que este es el camino que Dios le seiiala: "Seiior, yo quisiera seguirte, per0 veo que en mi corazdn hay un deseo tan vehemente de completarse con otro ser, de procrear... deseo que no puede venir sino de Ti, y que por tanto Tll me llamas al matrimonio..." A este motivo se aiiade otro de carbcter apostdlico. Ve con claridad el mucho bien que podria hacer como apdstol seglar, y piensa especificamente en 10s obreros del taller de una imprenta en que trabajaba como secretario por las tardes. Per0 la atracidn y las razones a favor de ser jesuita se le imponen con mucho mayor fuerza. En 1918 escribe: "Mbs facilidades de ser santo" (37,6,4).Pocas lineas mbs abajo especifica: "...cuando pienso con calma veo la nece-

JuanOchagavia, S.J.

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I

Las citas textuales estan sacadas del Archivo del t! Hurtado. El primer numero corresponde a la carpeta, el siguiente al documento, y el tercero, si lo hubiere, a la pigina.

ESPECIALPADRE HURTADD


que debo buscarla. Es necesario que siga a Jesdsde cerca, muy de cerca, que ponga 10s medios rnds seguros para no perderlo. Yo creo que en la Compaiiia encuentro esos medios...” (37,6,6). Termina esta elecci6n de estado con esta oracibn: “Seiior, yo quiero ser tu jesuita, y para prepararme quiero ser santo, quiero grabar tu imagen en mi alma y aplicarla en mi vida. Ayddame, oh buen Jesds, Seiior, yo soy d6bil y malo, per0 Td muy clemente y bueno. Alcdnzame la gracia de serlo” (3 7,6,6). Entrado ya al noviciado jesuita de Chilldn, en unos Ejercicios de 1924 ve que la santidad pasa por el camino de la obediencia. Con su estilo directo y campechano, anota: ”Ser6 ‘caballo de bombero’ pronto a uncirme al carro de la obediencia per0 con iniciativa, actividad y alegria. Debo evitar ser un obediente pasivo (...) a todo un sonoro y alegre ‘all right‘, ‘very well’” (12,3,2). Alberto Hurtado tenia una cierta timidez, producto de una sensibilidad que lo hard gozar y a la vez sufrir mucho. Era vulnerable a las criticas y a las faltas de delicadezade 10s demAs. Per0 esto mismo le sirve para comprender mejor c6mo Nuestro Seiior sufre con sus propias faltas de delicadeza: “iQu6 poca fe, poco entusiasmo por la santidad! iCuAntas desconfianzas! iQu6 poca delicadeza con Nuestro Seiior! i Y fl es tan sensible a estas infidencias!...” (1 2,3,8). Durante sus estudios humanisticos, en C6rdoba, Argentina, su bdsqueda de la santidad de Dios se colorea con las notas siguientes: confirmaci6n de su vocaci6n, purificaci6n de 10s ensueiios grandiosos, bdsqueda de la humildad y la cruz, 6nfasis en el servicio, sentido social, caridad activa hacia 10s compaiieros, acogida valiente y confiada de 10s buenos deseos y cultivo de un trato personal con Dios mds intimo y afectivo. y

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ROS.1 PURIFICANDO EL IDEAL D E SANTIDAD

En el period0 de 1925 a 1927 Alberto Hurtado atraved por momentos duros. Lo dice en sus notas de Ejercicios de 1926: “Puedo perder la vocaci6n: en alguna 6poca de melancolia bien lo experiment& la vida en la Compaiiia se me presentaba dura, t6trica; en cambio el mundo me sonreia...” (12,3,17-18). En momentos como estos se eleva con fe sobre

gilia, es decir toda mi vida, hasta que amanezca la eternidad. iSeRor!, hazme valiente, esforzado, luchador. i Y la Santisima Virgen no asiste a mis luchas? Acordarme de LujAn, de Nuestra SeAora del Milagro, de Montserrat. iC6mo me regala esa Madre!” (ibid., 26). Ser esforzado, valiente y luchador, identificando su querer con el de Cristo y procurando formarse un cardcter firme y constante. Alberto advierte que bajo la bdsqueda de la santidad puede introducirse un sutil egoismo: ”Egoismo en mis ideales sobrenaturales: no debo buscar mi perfecci6n ni santificaci6n por serme provechosas, sino porque es el medio mAs seguro de glorificar a Dios y el que mds le glorifica” (12,3,31). DlOS E N L O COTlDlANO

Junto a estas grandes actitudes, se preocupa de hacer la voluntad de Dios en el tejido concreto de las actividades y detalles que conforman la vida de un estudiante: preparaci6n minuciosa de la oraci6n diaria (12,3,15), evitar cosas y libros superfluos (ibid.); no perder tiempo en el estudio; “No reirme de errores ajenos especialmente si llego a notar cierto espiritu de venganza, malquerencia o deseo de humillar a1 otro” (12,3,27); “Si hay alguna antipatia, vencerla con trato frecuente y amable” (12/2/29); hablar en 10s recreos “aunque est6 abatido, triste, mustio; aplicar aqui aquello de: qu6 debo hacer por Cristo” (1 2/3-29). El tema de buscar la santidad Crece siempre mais en en el cumplimiento de la volunHurtado el tad concreta de Dios lo acompafia a lo largo de sus aAos de impulse a la amistad, estudiante jesuita. Pero, a medida que crece, se nota menos el amor a 10s demais, a voluntarismo y rnds vivir a la estomar con amOr sus cucha del Seiior y abandonarse a su voluntad. En un texto de mismos defectos, El 1930 dice: “El que abandona su volunmotivo hondo de este tad a la de Dios participa de la inmortalidad de Dios. iQu6 amor hermano es fuente de paz! Preguntarme Crista. constantemente Dornine quid me vis facere?, y hacer eso, y no sueiie con otras santidades” (18,2,13). Crece siempre mAs en Albe ado el im~ulso a la amistad. el amor a I (12,4,1), a

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iserable, m6s confiar, pues mds seguro

(12,3,44). No es la doctrina abstracta del Cuerpo Mistico la que sustenta su amor al pr6jimo. Es el amor directo y tierno a Jeslis -1igado muchas veces a su Coraz6n- lo que lo mueve a entregarse y a amar. El texto siguiente es una meditaci6n suya sobre la Encarnaci6n: “Llegar6 un momento en que la Santisima Trinidad se apiadar6 del desorden y miseria que reinan en mi alma y Jeslis querrd encarnarse en mi. N o podrd hacerlo si Maria no est5 en mi coraz6n. Que mi coraz6n sea su Nazareth: oracibn, silencio, tranquilidad. Para la tranquilidad confianza en ella y en Jeslis” (12,3,40). CENTRARSE EN Dios

En otro texto, que titula anota: ”Estar cierto que Dios me ama. Jeslis es el amor infinito que con sus brazos abiertos se lanza a m i y por m i al pesebre, para nacer y formar el cuerpo mistico del que El es la cabeza y yo un miembro; al calvario, para enseiiarme el camino: obediencia, sufrimiento; al Sagrario, para alentarme cuando desfallezca, consolarme y alegrarse conmigo... Si Jeslis me ama ;gut5 me importa, pues, de lo demds?” (32,4,4-5). Este desplazamiento espiritual hacia el amor de Dios por 61 lo hace aspirar a despojarse: “... no queriendo sino a Jeslis y s610 a Jeslis y confiando en que es Jeslis quien mds lo desea, y al aspirar a este ideal prescindir de 10s consuelos de Jeslis” (38,20,2).

Y DESNUDEZ DE S I L A A C C l d N C O M O ADORACldN

Entre 10s aiios 1928 a 1930 su blisqueda de la santidad se eja cada vez mds de s i y se entra en el amor que Dios le

o para propagar su de-

r y mien-

El llamado a ser “contemplativo en la accibn”, que caracteriza la espiritualidad de San lgnacio de Loyola, Alberto Hurtado lo explica asi en unas notas que son probablementede 1934: “Nuestro fin es la mayor gloria de Dios por la 6n, ie. hacer aquellas obras que Sean de mayor ia de Dios. Fin plenamente sobrenatural: nuestras obras deben proceder del amor de Dios y deben tender a unir mds estrechamente las almas con Las obras que no realicen directa o indirectamente este fin no son jesuitas. Esto supuesto, tales obras son nuestra adoracih Esta acci6n no puede nacer sino de la uni6n con Del cumplimiento de la voluntad de Dios como ncipio unificante, que buscaba en su kpoca de ri6 (Filosofia en Espaiia), Alberto ha profundizahasta hallar el amor a Dios por sobre todas las sas como respuesta a la experiencia de ser amaReconocikndose pecador y que falta muchas veces, aiiade: “Si noto faltas est6 cierto que junto con pedir perd6n de ellas estoy perdonado. Que nada, pues, me quite la habitual alegria” (lbid.). La oraci6n es la uni6n con Dios. Para Alberi Hurtado es ante todo orar al Padre en uni6n con la oraci6n de Cristo: ”Mi oraci6n en uni6n con la de Cristo: Nuestras peticiones, para que Sean escuchadas, han de ir unidas a las de Cristo... 61 ha de inspirdrmelas, arran-


que querrb” (51,7,1). “Como mi oraci6n se s.. . no nace un buen deseo en m i que no lo suscite y arranque jesucristo, y uniendo entonces su voz a la mia, lo presenta al Padre... van tan unidas las voces que el Padre podria preguntar: jqui6n ora?, jes el alma o es mi Hijo?” ”A Jesljs nada se le niega, y mi oraci6n es la suya: Luego...” (51,7,2). ”Fbcilmente concebimos a Jesk obrando desde el Cielo y desde el Sagrario... con mbs dificultad, residiendo y obrando en mi interior... Rogar al Sefior me esclarezca esta verdad y pedir al Espiritu Santo me la explique” (51,7,4-5). Alberto sabe que hay modos diversos de vivir la oraci6n. En unas notas tituladas “Plan de vida espiritual”, probablemente del afio 1934, afirma: ”Nuestra vida no es contemplativa, por tanto: 1 . Ejercicios Espirituales limitados; 2. Adoraci6n sobre todo en la accidn (brevemente en la oraci6n); 3. El sacrificio de la uni6n actual continua con Dios Nuestro Sefior, a menos de gracia especialisima” (59,1,1). ”Lo fundamental es mantener una visidn sobrenatural... y habri que hacer tanta oraci6n como sea necesario: lo que ha de quedar como esencial es que la oraci6n y la mortificacibn no son en nuestra vida de jesuitas un fin, sino un medio -por tanto tanturn quantuque nos permita realizar una acci6n sobrenatural, que es nuestra manera peculiar de dar gloria a Dios” (59,1,2). Estos textos indican que las blisquedas de Alberto Hurtado han dado un considerable paso adelante. Desde la meditacidn que busca innumerables prop6sitos ha llegado a esta oraci6n centrada en Dios, afectuosa, que busca sobre todo mantener la calidad de la vida sobrenatural. SENTIDO DE LA MORTIFICACI6N Y ABNECACldN

En este mismo escrito traza el P. Hurtado un cuadro de lo que Dios le pide en materia de mortificaci6n y abnegaci6n: ”Todas las mortificaciones que exijan la pureza de coraz6n y la paz del alma son absolutamente necesarias y ofrecen un campo indefinido a la abnegaci6n y a la mortificaci6n propiamente tal, pues la pureza de coraz6n significa el descarnar el Coraz6n de todo lo que es puramente humano y nuestro sentido espiritual se irb afinando a medida que nos dispongamos en paz a oir al Espiritu Santo. Toda la abnegaci6n que exija el cumplimiento pleno de mi

yor mortificaci6n corporal y vigilias me lo harb sentir y me hard la gracia y entonces no me dafiarbn como lo vemos en 10s santos que trabajaron tanto tiempo, tan intensamente y con tan poco reposo. Mientras esto no sienta, cuide de la salud A.M.D.G., desechando todo escrlipulo y apliq a la paz y pureza de corazbn, oraci de estado pleno” (59,1,2,-3). Esta larga cita nos muestra al P. Alberto llegado a la discreci6n ino sano realismo. EL SACERDOCIO

dote en quien resid

Alberto Hurtado sinti6 desde joven yen forma inequivoca el Ilala plenitud del mado al sacerdocio (37,6,2). El sacerdociof el de sacerdocio estuvo presente y fue madurando en 61 a lo largo de 10s Crista, pero sabe prolongados afios de estudio. Su blisqueda de Dios y de la santique nosotros necesitadad estaba tefiida del sacerdocio. signos palpablest Dejdmoslo hablar a 61 en estos cuatro textos: y iquC signos mis ”LOS cristianos saben que hay un solo sacerdote en quien palpables que las reside la plenitud del sacerdocio, personashumanas?” el de Cristo, per0 i l sabe que nosotros necesitamos signos palpaA. Hurtado bles, y jqu6 signos mbs palpables que las-personas humanas?Y por eso El, que se dej6 very tocar por 10s habitantes de Palestina, ha querido continuarse en todos 10s puntos del espacio y del tiempo por sacerdotes hombres y sujetos a un hombre, a quienes 10s cristianos miren como 10s ministros de Cristo y dispensadores de 10s misterios de Dios” (47,22,159). “Mientras el sacerdote no aspire al martirio para regar con su sangre la semilla del Evangelio, no podemos decir que somos apasionados por Cristo ... Mientras no santifiquemos nuestro trabajo con considerables sacrificios personales, nuestra labor Serb est6ril. ADIMPLEO EAQUAE DESUNT PASSIONUM CHRISTI” Col. 1,24. (45,1,2,). “Debemos volver nosotros 10s sacerdotes del siglo XX al Salvador pobre, doliente, crucificado,

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m


para ser como El y por El, pobres, sencillos, dolientes, y si fuera necesario, muertos por El” (45,1,3). ”Un sacerdote santo trabaja mds que diez tibios y produce frutos mds abundantes que todos ellos. El problema sacerdotal encierra, pues un problema de santidad en primer lugar: de correspondencia a la gracia; de abnegacidn, de formacidn seria y profunda en las disciplinas sagradas y en 10s conocimientos humanos. El sacerdote es mediador entre Dios y 10s hombres, instrumentoen manos del Redentor para salvar a 10s hombres, y el instrumento debe estar unido a la causa que lo mueve y al objeto a que se aplica”.

MEDIOS DIVINOS

tra el peligro de las almas pseudo-

Y MEDIOS HUMANOS

Para terminar este cuadro de la vida interior del P. Hurtado, preguntkmonos por el punto focal que da razdn y nos ayuda a comprender la actividad sacerdotal tan intensa y variada del Padre Hurtado. iPor qu6 esa laboriosidad y tesdn tan sobrehumanos? iQu6 explica la eficacia duradera de tantas obras? El P. Hurtado fue acusado de activismo, de dar excesiva importancia a la organizacidn de la Accidn Cat6lica descuidando 10s elementos sobrenaturales, de ser avasallador, de confianza excesiva en lo humano (64,18,1-2). La carta respuesta a estas acusaciones es una obra maestra de caridad, tino, amor a sus criticos, humildad, deseo de ser corregido. Per0 al mismo tiempo es una defensa apasionada y objetiva de la espiritualidad y de 10s medios por 61 empleados. Poco despuks escribird una conferencia ‘Medios divinos y medios humanos’, para orientar a 10s jdvenes. A partir de la controversia-siempre actualentre San Agustin y Pelagio, busca sus expresiones en las corrientes espirituales del Santiago de 1940 (19,13,1). Apela a la autoridad de San Juan de la Cruz, de SantaTeresa y de Sin Ignacio, y afirma que una poI6mica que oponga contemplacidn y accidn, medios divinos y medios humanos, es una discusi6n vana porque ha olvidado el punto central de la santidad cristiana: el vivir en Dios, el hacer su voluntad, aceptar esta voluntad, y adherir a ella. La con-

cdmo San lgnacio precavid a sus discipulos contra 10s peligros del iluminismo. Recoge la conocida frase del santo que afirmaba que de cien personas de mucha oracidn, apenas se encontrarian diez que fuesen verdaderamente mortificadas, despegadas de su propio yo y de sus quehaceres egoistas. “No es raro que estas personas ilusionadas no tengan sino desprecio por las cosas de este mundo. No consideran a Dios como causa de su obrar y como alma de sus operaciones sino como un fin a1 cual hay que tender y este fin situado mds all5 de lo creado se alcanza por una elevacidn intelectual que ellos creen mistica. Se desinteresan estos de 10s progresos terrestres y de las calamidades que pesan sobre la sociedad humana. Alli no est5 Dios, Dios estd en el cielo. De aqui una concepci6n de la vida espiritual centrada alrededor de algunas virtudes pasivas y secretas que ellos entienden a su manera” (Ibid., 5). Esta actitud no hace sino desacreditar las virtudes pasivas y la oracidn. Millones de no creyentes reprochan al cristianismo ser una doctrina alienante, desinteresada de las cosas del mundo, que no mira sino a un paraiso de ultratumba. D A D D E LA COLABORACI

i Dios no actlia en


que algo humano. Es algo divino, es el trabajo de Dios en el hombre y por el hombre”. Por eso se gasta sin limites. Sabe que Dios est6 dispuesto a obrar mucho m6s de lo que lo hace, per0 est6 encadenado por la inercia de 10s hombres que deberian colaborar con 61. Como San Ignacio, piensa ”que hay muy pocas personas, si es que hay algunas, que comprendan perfectamente cu6nto estorbamos a Dios cuando fI quiere obrar en nosotros y todo lo que haria s i no lo estorb6ramos” do sino que ljnicamente nos aguarda en el otro, es evidente que es una locura detenerse a considerar esta vida mortal y preocuparse en algo de las cosas finitas que nos alejan del Infinito. Per0 al que considera esta vida como la obra amorosa de un Padre que nos la ha dado hasta el punto de enviar a su Hijo ljnico a esta tierra, a revestirse de nuestra carne mortal y tomar nuestra sangre e incorporar en s i como en un resumen todas las realidades humanas: para el que esto piensa, este mundo tiene un valor casi infinito. Este mundo, sin embargo, lo mira no como el estado definitivo de su acci6n sino como la preparaci6n para la consumacidn de su amor con el Padre y el Hijo en el Espiritu Santo. Mientras tanto con su sacrificio de oraciones se une a1Verbo Encarnado y agrega en lo que falta a la pasi6n de Cristo para salvar otras almas y dar gloria a Dios” (Ibid., 6). De aqui el P. Hurtado fundamenta la audacia y la actividad del ap6stol: “El que ha comprendido la espiritualidad de la colaboraci6n toma en serio la lecci6n de Jesucristo de ser misericordioso como el Padre Celestial es misericordioso, procura como el Padre Celestial dar a su vida la m6xima fecundidad posible. El Padre Celestial comunica a sus creaturas sus riquezas con m6xima generosidad. El verdadero cristiano, incluso el legitim0 contemplativo, para asemejarse a su Padre se esfuerza tambi6n por ser una fuente de bienes lo m6s abundante posible. Quiere colaborar con la mayor plenitud a la acci6n de Dios en 61. Nunca

(Ibid., 6). AI estudiar la espiritualidad del P. Hurtado, encontramos desde 10s primeros aAos de su vida un amor y entrega a Dios extraordinarios. Cristo es para 61, simplemente, todo: la raz6n de su vida, la fuerza para esperar, el amigo por quien y con quien acometer las empresas m6s arduas para gloria de Dios Padre. Ve a Cristo en 10s dem6s hombres y mujeres, especialmente en 10s pobres: ”El pobre es Cristo”. Como sacerdote se siente signo personal de Cristo, llamado a reproducir en su interior 10s sentimientos del Maestro y a derramar en torno suyo palabras y gestos que animen, sanen y den vida. Su laboriosidad intensa no es activism0 porque brota de su profunda convicci6n de ser instru. mento en las manos de Dios, de un Dios que es todo amor, todo deseo de darse de manera desbordada, siempre mayor que la pequeAez de nuestras humanas Iimitaciones. El P. Hurtado hizo tanto porque sabia que no hay nada que pueda poner Iimites al deseo de Dios de tomarnos como colaboradores eficaces suyos, en Cristo, su Hijo, salvo nuestras propias desconfianzas y mezquindades.


La regla de or0

iQu6 haria en mi lugar< P. ALBERTO HURTADO, S.J.

hizo, ya que sus condiciones de personalidad, de vida, de ambiente son tan diferentes de las actuales. 61 era el Hijo de Dios, actu6 en Palestina, ante un mundo pagano. Nosotros pobres mortales, en un ambiente tan diferente. ...Supuesta la gracia santificante, que mi actuaci6n externa sea la de Cristo, no la que two, sino la que tendria si estuviese en mi lugar. Hacer yo lo que pienso ante 61, iluminado por su Espiritu: i9ue‘ haria Cristo en mi lugar?Ante cada problema, ante 10s grandes de la tierra, ante 10s problemas politicos de nuestro tiemPO, ante 10s pobres, ante sus dolores y miserias, ante la defecci6n de colaboradores, ante la escasez de operarios, ante la insuficiencia de nuestras obras, iqu6 haria Cristo si estuviese en mi lugar?Si en estas circunstancias de ahora

Crist; se hubiese encarnado y tuviese que resolver este problema, jc6mo lo resolveria? jObraria con fuerza o con dulzura? iEmpuAaria el 16tigo con que arroj6 a 10s vendedores del templo, o las palabras de perd6n del padre del prddigo, las tiernas palabras de perd6n que dirigid a la Magdalena, a Pedro: las de paciencia que repitid tantas veces ante sus rudos ap6stoles...? Y lo que entiendo que Cristo haria, eso hacer yo en el momento presente. Aquiesta’ toda la perfeccibn cristiana: lmitar a Cristo en su divinidad por la gracia santificante, y en su obrar humano haciendo en cada cas0 lo que El haria en mi lugar”.

(De una pla’tica a 10s obispos chilenos en el afio 7940)

ESPECIALPADRE HURTADO


VIVIR

LA VlDA D E CRlSTO

En este mismo sentido resulta iluminador el texto de una conferencia dada a /os profesores de la Uniwrsidad Catdlica, en f 940: "Cdmo imitar a leDespuds de sefialar que para atgunas la imitaci6n de Cristo se limita a un estudio histdrico, y para otros es un asunto especutativo que no cambia nuestra vida...describeoms dos modos errdneos de imitar a Cristo 9ue nos parece interesante rqrducir por su actualidad: "Otro grupo de personas creen imitar a Cristo preocuprindose --a1extremo opuesto- ljnicamente de la observancia de sus mandamientos, siendo fieles observadores de las leyes divinas y eclesiisticas, escrupulosos en la hora de la llegada a 10s oficios divinos, en la prktica de 10s ayunos y abstinencias. Contemplan fa vida de Cristo como un prolongado deber y nuestra vida romo un deber que prolonga a1 de Cristo. A las leyes dadas por Cristo agregan ellos otras, para completar 10s silencios, de modo que toda la vida es un continuo deber, un reglamento de perfecchh, desconocedor en absoluto de la liberkid de esplritu. Las leyes centrales son desmenuzadas en mwltitud de aplicaciones rigurosas El cristianismo es un fariseismo, una casuistica. Se cae en la escrupulosidad. iCui5ntas veces se ha deformado la conciencia c a hacidndola creer que eso es imitar a Cristo! emos como consecuencia almas apocadas, que nose preocupan sino de conwer ajenas interpretaciones sobre el propi0 obiar, que carecen d? toda libertad de espiritu y para quienes la vida crtstiana es un prolongado martirio. El confesor para estas personas es un articulo de bolsillo a quien deben consultar en todos 10s instantes de la vida. El foco de su atencidn no es Cristo sino el pecado. El sacramento esencial en la lglesia no es la Eucaristfa, ni el bautismo, sino la confesibn. La dnica preocupacibn es

...

MEN.WEabril 2001

huir del pecado, y su mejor oracibn, el examen de conciencia. El sexto mandarniento en especial 10s atormenta, 10s preocupa, e imitar a Cristo para ellos es huir de 10s pensamientos malos, evitar todo peligro, limitar la fibertad de todo el mundo y sospechar malas intenciones en cualquier acontecimiento de la vida. No; no es &ta la imitacidn de Cristo que proponemos. Esta podria ser la actitud de 10s fqriseos, no es la de Cristo. Puede un alma estar tentada de escrirpulos y esta prueba es una prueba y dolor verdadero, tan verdadero como un cincer o la pobreza o el hambre, p r o la escrupulosidad, el rigorism0 y el fariseismo no son la esencia del catolicismo; no consiste en ello la imitaci6n de Cristo. Nuestra actitud ante el pecado la expresa admirablemente San Juan: iFilioli meif (Hijitos mios). Para otros, la imitacibn de Cristo es un gran activism0 apostdlico, una multiplicacidn de esfuerzos de orientacidn de apostolado, un moverse continuamente en crear obras y mas obras, en multiplicar reunionesy asociaciones. Algunos sitrian el triunfo del catolicismo rjnicamente en actitudes politicas; lo esencial para elbs es el triunfo de una combinacidn o de un partido; mbio de un ministro, la salida de una profesora Para otros, lo esencial es una procesibn de antorchas, un meeting monstruoso, la fundaci6n de un peri6dico.., Y no dig0 qu mal, que no haya de hacerse. Todo es n ero no es lo esencial del catolicismo. falla o no puede realizarse, no por es e imitar a Cristo. Cuando estoy enfermo y no puedo trabajar. Cuando preso, cuando ven mal se enseiiorean, no

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del Cristo histdrico tuvieran letras, o vivieran antes de que se hubiera escrito el Evangelio); ni en u sicologia o politica; ni en una ril contra el peeado, que es u amor, per0 no el amor salvado en la actitud de conquista que puede darse en individuos muertos a Cristo por el pecado mortal; nuestra imitacidn de Cristo no consiste tampoco en hacer lo que Cristo hizo (nuestra civilizaci6n y condiciones de vida son tan diferentes). Nuestra imitacidn de Cristo consiste en vivir la vida de Cristo, en tener esa actitud interior y exterior que en todo se conforma a la de Cristo, en hacer lo que Cristo haria si estuviera en mi lugar".m


P



onoci al Padre Hurtado a comienzos de mi penljltimo aAo de Humanidades segljn se decia entonces, en 1941. Estuve a su lado, como dirigido espiritual, como colaborador en la Asociaci6n de J6venes de la Acci6n Cat6lica y como amigo, hasta el dia de su muerte. Las mbs de las veces nos veiamos en Ej6rcito 3 y en su pieza en el colegio San Ignacio. TambiGn, durante largos viajes a provincias, en machacones carros de tercera o en alguna helada casa de retiro. Por excepci6n -lo recuerdo perfectament- una vez en la casa de mis padres de la calle Diagonal Oriente. El venia de bendecir unas argollas de novios y yo estaba en la terraza. Conversamos con naturalidad, si se quiere de igual a igual. Ya 10s afanes de ser sacerdote iban pasando y se vislumbraba mi vocaci6n de profesor. AI padre le costaba entenderla:

la Sequentia de Pentecost& y wrds por el estilo. Ojalb llegues a connaturalizarte con la vida litljrgica en el sentido mds pleno, con el canto de 10s salmos, con la adoraci6n eucaristica. Lo que mbs te deseo -te lo repito una y mil veces- es que vuelvas con mucho espiritu de adoracibn, con mucha paz interior, con una gran disposici6n a ser un instrumento de Cristo. En esto est6 la Santidad“. Este sentido de adoracibn, necesario siempre, me era particularmente importante luego de 10s ajetreos incesantesde la presidencia nacional de la JuventudCat6lica y de las intervenciones curiosas del obispo auxiliar de Santiago, que pusieron t6rmino a esas tareas. Per0 como el Padre Hurtado era prbctico y estaba convencido de la bondad de la causa en que sus discipulos anddbamos, escribe:

CTI

Hugo Montes Brunet*

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Educador, Prc I Nacional de Educacibn, I 795.

”jQu6 extraia, qu6 distinta e inesperada... 10s caminos de Dios son diferentes a 10s del hombre.. .!”. Tenia predilecci6n por la juventud. Para ella se preparaba, buscaba renovarse, rezaba. Con prodigiosa memoria, llamaba a muchos por sus nombres. Era alegre y cordial y sabia establecer una relaci6n que, sin ser perentoria, daba paso a la confianza y hasta la intimidad. Oia con atenci6n total, sin prisa, y daba consejos especificos, ciertamente acertados. Es claro que se entendia mejor con 10s varones, aunque fueron numerosas las seiioras que lo seguian de cerca y lo ayudaron a formar el Hogar de Cristo. Solia despedirse con un “adibs, patroncito”, precedido de un afectuoso golpe en la rodilla. Me escribi6 a menudo. Cartas largas, entraAables y personales, fechadas en Barcelona, en Roma, en Paris. Reproduzco un pbrrafo cualquiera, en el que se evidencia su preocupaci6n por una religiosidad honda y seria: “Te recomiendo mucho que saborees oraciones como el Gloria de la Santa Misa,

“Creo indispensable que se informe al Vaticano sobre todos estos asuntos...Tlj comprendes que Roma tiene que saber lo que pasa en Chile. Por eso redacten un informe dirigido a MonseAor Armando Lombardi (Secretario de Estado, Citd del Vaticano), que es la autoridad competente en 10s asuntos relacionados con la AmCrica Latina y que contenga una breve historia de las dificultades desde Jorge Gbmez, Alberto Rencoret, Padre Hurtado y ahora... Eso cuanto antes”. SlJ

LECADO

Me pregunto a la distancia de mbs de cuarenta aAos cud1 es el legado fundamental que me dej6 el Padre a raiz de la vinculaci6n larga y estrecha a que he hecho referencia. La respuesta es Clara: Una formaci6n cristoc6ntrica intensa con acentuado sentido social y solidario, de amor cabal a la Iglesia, las Sagradas Escrituras y 10s sacramentos. Misa y comuni6n diaria, confesi6n semanal, direcci6n espiritual con sesiones peri6dicas eran parte del programa de vida que

ESPECIAL PADREHURTADO


su mensaje. No buscaba ahondar en la p o l 6 mica ni aceptaba revolver en su coraz6n el menor espiritu de resentimiento. AFANDE AVANZAR

proponia a 10s j6venes. Nada aguado ni suelto. Exigencias que uno debia asumir libremente despues de reflexiones personales tranquilas y despaciosas. Per0 tales prhcticas y otras como el rezo del rosario, suponian una conversi6n de vida, un entusiasmo por las cosas de Dios, un arnor grande a N.S. Jesucristo. Era un mensaje apasionado y apasionante a la vez que equilibrado y coherente. Los j6venes que lo escuchaban con buen coraz6n no podian quedar indiferentes. La personalidad atrayente del predicador concitaba respuestas generosas, de las que son testimonio elocuente las numerosas vocaciones sacerdotales y religiosas nacidas de su palabra. El Padre Hurtado no nos envolvia en las polemicas que 6s de toda una vida ejemsuscit6 su obra. Buscaba siemplar, en fin, el Padre Hurtado lo pre 10 positive. No recuerdo siquiera una Palabra de critics a encaminaba a que uno saliera de quienes tanto lo criticaron. Era como si no diese importancia si mismo y se entregara a 10s a las controversias. Preferia demis, al Sefior en primer lugar. ,-iertamente continuar dando

MENME abril 200%

Otro aspect0 que recuerdo era su af6n de avanzar en el estudio. En Las Brisas cerca de Santo Domingo, solia pasar semanas y semanas, no tanto para descansar, cuanto para preparar 10s retiros pr6ximos. Leia en franc& y en ingl6s. En m6s de una ocasidn me pus0 enfrente de pasajes de La Anunciacidn a Maria, de Paul Claudel, drama de moda en esos aAos. Reci6n terminada la Guerra Mundial, dio una conferencia en la UniversidadCat6lica acerca de la inmoralidad del us0 de las bombas at6micas. Citaba con generosidad en sus libros y pl6ticas a 10s autores preferidos, el padre Pierre Charles, entre otros. De sus maestros hablaba con reverencia, sobre todo del padrevives, del cual tenia una fotografia en su escritorio. MonseAor Manuel Larrain era el amigo que m6s evocaba en sus conversaciones y charlas. A trav6s de toda una vida ejemplar, en fin, el Padre Hurtado lo encaminaba a que uno saliera de s i mismo y se entregara a 10s demAs, a1 SeAor en primer lugar. Daba asi un sentido al quehacer, al pensar y a1 sentir. Nadie se sentia aburrido o sin una misi6n luego de conocerlo y de escucharlo. Surgia en todos un af6n de solidario deseo de avance espiritual y social. Los amigos nos juntibamos a comentar sus palabras y a recordar sus actuaciones. Nos entreteniamos leyendo sus libros y hasta imitando sus gestos y sus frases favoritas: “Un santo triste es un santo... Contento Dar hasta que duela...� Asi form6 a muchos j6venes, de 10s m6s diversos ambientes y condiciones sociales o econ6micas. No hacia acepcidn de personas. Todos le interesaban por igual. Tenia sus preferidos, empero: 10s que aceptaban m6s de cerca su mensaje y se disponian a seguirlo con generosidad. iC6mo faltan m6s padres Hurtado en la vida de 10s j6venes de hoy! Los que fuimos y seguimos siendo sus discipulos tenemos la responsabilidad de prolongarlo frente a las nuevas generaciones. iQu6 61 nos ayude desde el cielo, asi como tanto nos ayud6 en la tierra! IP.H.I

...


mbre es un ser que necesita educarque descubrir la raz6n de su estar ndo. No s610 hacer ese descubriSi eso ljnicamente hiciera, entenderia lo que ha de llegar a ser: necesita aceptarlo. Porque, si no lo acepta, se queda sin su ser, afuera, no es. Los grandes riesgos de un ser humano son, pues, el de no saber en qu6 consiste ser un hombre y el de saber en qu6 consiste y no atreverse a serlo. Sblo el que hace esto ljltimo se educa, pues educarse es hacersc hombre, serse: no es, simplemente, tomar conocimiento de la vocaci6n humana. Ni descubrir ni aceptar el propio ser es ficil. A veces la capacidad de oir est2 ensordecida; asi que el llamamiento llega apenas audible. Otras veces la convocaci6n es Clara, nitida, sin confusi6n alguna; y, sin embargo, quien la recibe se sobresalta y trata de esquivarla, de sacirsela de encima. Por eso, es tan frecuente el hombre a medias, el que se mueve entre el no ser y el ser, el que se ha habituado a transar, el que posterga, una y otra vez, su consentimiento definitivo al llamado que lo convoca. Muchas seres humanos viven en una semieducacibn. Per0 hay, tarnbign, hombres que siguen decididamente su ser. A veces por hacerlo, sufren el abandono, la persecucibn. Ellos siguen. En ocasiones, las dificultades son tan rigurosas que quienes se interesan en su 6xito 10s instan a capitular. Ellos siguen firmes en sus esperanzas. Sufren tanto como 10s demis. Lloran como otros Iloran. Caen y tropiezan como otros caen y tropiezan. Y, sin embargo, su signo es la alegria. Dan la impresi6n de tener la certeza de que no seri la injusticia la que d i r i la 'ljltima palabra y que la vida ganari la batalla final contra la muerte. Cuando uno de estos hombres surge, en un grupo social, produce una fuerte conmocibn. No porque cambie a las personas. En 10s hechos, algunas personas experimentan una Clara transformacibn; per0 otras, siguen .igual; y alguna tal vez puede endurecerse mis. La conmoci6n se genera porque ha aparecido un hombre. Porque lo que era un sueiio, lo que se guardaba en 10s libros o se exponia desde la citedra, el ideal humano, esti ahora presente, tiene rostro y nombre,

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C se lo puede ver, oir, tocar. Se le ha revelado al grupo la altura a la que puede llegar la condici6n humana. Uno, como Jonas, puede huir aTarsis; per0 el mensaje ya fue recibid0 y, se acepte o no, sigue sonando en la intimidad.

Gabriel Castillo 1.'

ERACOMO ESTAR JUNTO A CRISTO Quisiera, ahora, hablar sobre Alberto Hurtado, un hombre que sigui6 su ser y que

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Educador, Premia National le Educacion, 1997.

ESPECIAL PADREHURTADO


No puedo hacerlo. No s6 c6mo hacerlo. Per0 har6 un esfuerzo de acercamiento. Cuando muri6 el P. Hurtado, Manuel Larrain, el obispo deTalca, quiso resumir lo isto. Para el obispo de Talca, Cristo habia nido de nuevo a la tierra y se habia ido. Alguien habrd tomado esta relaci6n una hermosa imagen. Y no es asi. es pasamos varios aAos junto a1 pademos decir: la impresidn bdsica a a1 estar con Alberto Hurtado star junto a Cristo. 0, si asi se podia ya entrever lo que significon Cristo, o c6mo se sintieron

da. Quien vi0 a Alberto Hurtado rezar el Padre Nuestro tiene que haber presentido la confianza, la uncibn, la devoci6n con que el hijo de Dios se dirigia a su padre. Quien estuvo junto a Alberto Hurtadotie-

habit6 entre nosotros. Quisiera hablar. Porque no podr6 hacerlo. iC6mo explicar lo que un hombre de esa altura fue? Se puede contar lo que dijo, lo que escribi6, lo que hizo. Per0 jcdmo dar cuenta de lo que era? Si pudiera hablar de lo que era, podria dar una idea de su accidn educadora, esto es, de la motivaci6n a1 crecimiento humano que provocaba el ser que en 61 resplandecia.

dia o de una semana con Alberto Hurtado y habia auedado imDactado con la manera como hacia donacidn de su vida. No se trataba s610 de que estuviera ocupado mucho tiempo en el servicio de 10s demds, sino que a cada cual se diera totalmente. Si alguien estaba cinco minutos con 61, salia de ese encuentro seguro de que el padre habia guardado ese tiempo s61o para 61. Por eso nos preguntdbamos: iC6mo seria un dia en la vida de Cristo?iQu6 serd el tiempo para un hombre que se deja comer como un pan por la gente?iEn qu6 momen-


EL P.

HURTADO'RESPONDI6

A 1 LLAMADO HASTA EL FIN

to Jesk descansaria? A Nicodemo lo recibi6 en la noche. iCuintos mis lo buscaron a esa hora? Esta relaci6n entre el Padre Hurtado y Cristo era, para nwotros, una realidad frecuente. No s610 porque el padre nos hablara constantemente de Jesds o porque viera en cada ser humano, particularmente en cada pobre, el rostro del hijo de Maria. Lo que m i s lo asemejaba a Cristo era la alegria y la fuerza que producia su presencia como fruto de la habitaci6n que, en 61, parecia hacer el anhelo de Dios. Cuando alguien ha sido testigo de un acontecimiento sorprendente suele tener graves dificultades para explicarlo. Tiene gestos y palabras que aluden al hecho, per0 que no lo describen. La gente le pide que trate de abandonar su reacci6n subjetiva y se empeiie en narrar, en objetivar su testimonio. El lo intenta. Sin embango, no puede evitar a cada instante el rompimiento de su relato con la frase "Habria que haber estado alli". El testigo se resiste a contar el afuera de 10s hechos. Y aunque para 10s otros la frase no comunique nada, 61 la repite porque no puede evitarlo, porque sabe que alli reside la verdadera historia. Con el "Habria do alli" desea dar cuenta de

Eso fue Alberto Hurtado entre nosotros. Lo llam6, un dia, el Padre Dios y Alberto contest6 afirmativamente. Lo IIam6, tambiCn, el pobre y Alberto se pus0 de su lado. Muchos hombres lo solicitaron y CI estuvo dispuesto.

II

Esto es lo que sucede cuando se quiere hablar de un educador. De un pedagogo se puede analizar su pensamiento educativo y su particular aporte a la historia de la educaci6n. De un especialista en educaci6n es posible comentar su saber sobre sistemas y procesos educacionales. De un instructor se puede dar a conocer su habilidad diddctica. Pero, ide un educador que se puede decir?Un educador puede ser, a1 mismo tiempo, pedagogo, especialista en educaci6n e instructor. Per0 lo que le da su caricter no es ni su aporte al pensamiento educacional, ni su conocimiento ni su habit idad, sino su capacidad de provocar educacibn, su capacidad de revelarle a otro el ser que espera manifestarse en 61. El educador no causa la educaci6n en otro. La propia educaci6n es una decisi6n que toma, sobre si, cada cual. Lo que el educador hace es darle, a un hombre, la buena nueva de su llamamientoal ser, la gran noticia de que la nueva sociedad no se hari sin 61, y que la naturaleza entera espera su aporte en el cuidado de la vida. Tal revelaci6n no la entrega el educador, con las palabras, sino con el ser que pone detris de ellas. No la muestra con 10s hechos, sino por el ser con que interioriza esos hechos. El educador habla y actda; per0 antes que nada, es. De modo que, desde fuera, parece que educa hablando palabras y realizando acciones: pero, desde adentro, se advierte que educa realizando su ser, siendo. Eso fue Alberto Hurtado entre nosotros. Lo llam6, un dia, el Padre Dios y Alberto contest6 afirmativamente. Lo llam6, tambikn, el pobre y Alberto se pus0 de su lado. Muchos hombres lo solicitaron y 61 estuvo dispuesto. Lo buscaron el ser y el amar y se fue tras ellos. Y descubri6 que 10s llamamientos no eran varios sino uno: Que cuando el hombre Ilamaba, Dios Ilamaba; que cuando el pobre mostraba su abandon0 era la sociedad total la que clamaba por justicia; que cuando el ser llevaba a alguien hasta el amar, el amar lo iba a dejar junto al ser. Alberto Hurtado siguid ese llamado h i co y plural y lo siguid hasta el fin. Y de all5 volvi6 y vino a contirnoslo a nosotros. IP.H.I

ESPECIAL PADREHURTADO.


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44

Rewsta Mensaje es una de la obras, de las tantas y fecundas iniciativas, que dej6 como legado Alberto Hurtado Cruchaga. Ningun medio mas indicado entonces para recordarlo, especialmente cuando en e4 presente aiio se cumplen un siglo desde su nacimiento y exactamente 50 aiios desde la aparicion del primer numero de Mensaje. Es, pues, una fecha cargada de’ simbolismo para la . Compaiiia de Jesus, para el mundo catollco y para todos 10s chilenos. El Beato Hurtado, mas all6 de su fe y de sus creencias, enseiio con sus obras y estas pertenecen y son responsabilidadde todo Chile. Y eso es algo que todos debemos tomar en cuenta y mirar como leccion. Porque es facil hacer promesas y establecer principios; lo dificil es vivir de acuerdo a ellos y encarnar esos principios en obras, en obras que permanezean, en obras que ayuden efectivamentea quienes mas lo necesitan. Los pobres. 10s vagabundos. 10s jovenes. Los campesinos. Los huCrfanos. Ellos fueron el objeto de su preocupacion. De ahi s u esfuerzo por concretar obras que 10s ayudaran, de manera muy concreta y desde luego desinteresada. Y, como es por todos sabido, tuvo Cxito en esta

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tarea. Ahi estin las instituciones que el fundo testimonio de su iniciativa creadora, a1servicio de

ver la neflexioncristianasobre 10s nario, como en tantas ot o que ha dado firme testimonio del humanismo, la generosidad y la amplitud de su fundador. Por ello, en esta oportunidad, junto con participar del homenaje a Alberto Hurtado, un hombre ejemplar que se ha ganado el cariiio y el respeto de todos 10s chilenos, quiero tambiCn saludar a uno de 10s medios m6s antiguos vigentes del periodismo nacional. Alberto Hurtado hizo de Chile un pais mejor, con un rostro mas humano. Un pais mas solidario. Un pais mas generoso. Y lo hizo a travCs de obras y gestos muy concretos. Y por ello est& en el coraz6n de todos 10s chilenos�.

Presidente




La preocupacion Cada vez mas groDar at ,,,,pacta de una nueva cultura que ejerci su influencia sobre todas las dimensione de la vida, llev6 al P. Hurtado a extende hasta el mundo de 10s profesionales e intt lectuales una visicin que marcara de fond1 10s valores de la sociedad. Hoy habtariama de la evangelizacion de la cultura. Para re: ponder a ese desafio funda, cuando ya 1 enfermedad estaba en su cuerpo, la revist Mensaje. Noes sino otro aspect0 de un gra designio que toma a l hombre y a la sock dad en toda su complejidad. fI queria anur ciar un mensaje cristiano para el mundo d hoy, s e g h la expresion suya que se ha cor

or general de la Compahi 5’ el Papa Pi0 XII, quienes lo su proyecto de emprender un trabajo en E

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su tejido social, la figura de este apostol muestra un camino tolado del Padre Hurtado. Muchos de lo que lo habian seguido hasta la fundacid1 del Hogar rechazan este rlla\/n n = = n amor encarnado al pr6jimo

integral de solidaridad cristiana.

EI es en nuestra patria realmentc un simbolo de unidad.


La revista debia atreverse, aun a riesgo rle equivocarse, a asumir 10s problemas con:retos que enfrenta nuestra sociedad. En ’ ra 50 aiios de vida, ha sido sin duda un ap e importante de 10s cristianos a la c o n ~ i ~ :ia social, a la defensa de 10s derech nan a verdadera mode 3 tenido posicionc - berse evita-’ -

EL P. HURTADO QUlSO TRABAJAR COMO OBRERO E n 1947, el P. Hurtado tuvo tres Iargas entrevistas con quien fue su maestroen Belgica y era en ese momento Superior General de la Compaiiia. El Padre escribio a su Provincial una relacion detallada de todo lo que 61 hablo con el Superior General. Extractamos algunos parrafos de esas memorias: impresiona la sabiduria de 10s consejos del P. Janssens, que el P. Hurtado tratara despues de aplicar, y sus deseos de experimentar personalmente el trabajo como obrero. “Solicit6 permiso al P. General para ir un tiempo a Economia y Humanismo, de 10s Padres Dominicos, a fin de conocer sus m6todos de investigacionsocial, permiso que me concedi6 inmediatamente. Le pregunt6 si me permitia trabajar un tiempo como obrero de faibrica en Francia, ya que en Chile me seria dificil. Me dijo: creo que sacari poco resultado en Francia, porque las condiciones son tan diferentes. Le insisti en la necesidad de conocer el sufrimiento obrero en forma mas experimental. No veo claro el provecho para usted, me dijo, per0 le dejo libertad para que usted resuelva. Ahora, s i usted quiere hacerlo en Chile, ahi s i que creo le seria provechoso Aunque, claro, seria un escindalo, per0 si su Provincial lo aprueba, por m i no hay

...

Udl lUdL

mente

las diferencias pol bmbargo bajar a las cosas mas concretas ,asado en su amor a Dios y al hombre. Por !so, 61 nos ofrece un modelo que actualiza ntre nosotros la solidaridad que nos ensei6 Jesrjs. Alli se amalgaman en una extraordinaria unidad la educaci6n y la acci6n directa, la caridad y la justicia, la persona y as estructuras, lo religioso y lo social, el lios,

IluetmMunlclpplldndde La Relne

EN LA

COMUNA DE

LA REINA

TRATAMOS DE S E C U I R LA H V E L L A I N D E L E B L E DE

Padre


LA OBRA VOCACIONAL DEL P. HURTADO Noviciado cuya construcci6n se encarg6 al P. Hurtado. Hoy Casa de Ejercicios.

I

laicado y en la necesiaaa ae suscitar vocaciones laicales comprometidas. nal”, el P. Hurtado s

cios de San lgnacio fue

a alguna una de las ”obras” mds imrealizadas por el P. Hurtado en sus aiios de trabajo fue el foment0 de las es sacerdotales. Muchos de 10s que on con 61 su vocacidn siguen todavia sembrando la semilla que entonces recibieron. Ellos han multiplicado a lo largo de 10s afios y han hecho fecund0 el sacerdocio del Patroncito. Por eso, esta obra vocacional en cierto modo contin0a. Es normal que una persona con el atractivo personal que 61 poseia, fuese su imdn para atraer vocaciones. Muchos jbvenes, viendo a este jesuita entregado a 10s demds, lleno de Dios, alegre, con sensibilidad por 10s problemas del pobre, viril y entusiasmado, sintieron 10s deseos de hacer el mismo camino.

caci6n. El trabajo en el drea vo

todos 10s jdvenes que co ma” y que dejaba para et clero la “leche descremada”. El se sinti6 y consider6 injusta esta apreciaci6n. Escribi6 al respecto una larga carta a monseiior Car0 explicdndole su modo de trabajo y 10s criterios que empleaba. El Arzobispo le contest6 el 21 de julio de 1944: “He leido con todo inter& su memorial sobre su actuaci6n como asesor de la JuventudCatolica en relaci6n con las vocaciones sacerdotales. Lo


En 10s trabajos mis importantes

del P. Hurtado estuvieron presen te las mujeres. Tanto en el Hogar

de Cristo como en la ASICH, se

n

preocupo de organizarlas en pequei'ios circulos de accion. En

el context0 de las grandes diferencias sociales y economicas de

10s ai'ios cuarenta, el P. Hurtado comparte con las mujeres sus profundas inquietudes religiosas

y sociales. Como pastor y hombre de accion, se interesa por orientarlas y acompai'iarlas en un compromiso integral, a fin de enfrentar 10s nuevos desafios que presenta la sociedad desgarrada por conflictos e injusticias.

de algunos escritos del P. Hurtado versaci6n con personas que lo podemos descubrir facetas imsu pedagogia pastoral. No s610 se aprecia su cercania y sencillez, sino tambiCn su conocimiento de las vivencias propias de las mujeres. Por eso, al dialogar con ellas podia partir de su realidad concreta: 10s dolores cotidianos, la familia, el trabajo. Para el fundador del Hogar de Cristo, una mujer de profunda fe es capaz de derramar a leslis no s610 en su familia, sino tambiCn en el trabajo y en su barrio. De esta manera, la mujer podia y debia participar en la gran rnisi6n social aue el P. Hurtado aueria im-

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P. Hurtaao?,

POST01

con'aMU ER pulsar a lo largo del pais. Animado por un gran amor a 10s pobres y marginados de su tiempo, 61 estaba convencido de que era posible transformar a Chile en una sociedad m6s justa y fraterna y que la mujer tenia en esta tarea la gran responsabilidad de entregar su amor, su fuerza y su originalidad. De hecho, muchas de sus confidencias y ensefianzas sobre el pobre, y su visi6n del apostolado, las entrega en charlas v retiros dados a muieres.

r I

M6nica Poblete I.:

*

Psic6loga. Articulo publicado en septiembre de 1994.


LAS MUJERES Y EL APOSTOLADO

Lo que m6s le interesaba al P. Hurtado era motivar la acci6n apost6lica de las mujeres. Por ello puede decir que “la sefiora de

buen corazdn, la mujer honrada, preocupada de su casa, per0 que no piensa en el prdjimo, es mundana completamente”.Y asi nos cuestiona en un nivel profundo. En efecto, por muy importante que sea la familia, el marido y 10s hijos, es precis0 y urgente ir mds all6 y salir de la casa. El evangelio nos llama a servir a 10s demAs, a 10s que est6n lejos, a 10s que m6s nos necesitan. De esta manera, Alberto Hurtado muestra la importancia que tiene el apostolado: “Si vosotras

le quita’isel cuerpo a1 apostolado, habra’ almas que dejen de conocer a Cristo”. Y el

fatalidad 10s hechos de injusticia y mentira. Para lograrlo, el P. Hurtado aconseja alimentarse con la oracibn, el discernimiento constante y la Eucaristia.

apostolado se desarrolla en todos 10s rincones de la sociedad, en la familia, en 10s barrios, en las fAbricas, en las organizaciones sociales y sindicales. Las mujeres deben convertirse en ap6stoles, ser misioneras del evangelio. En un retiro, el P. Hurtado les presenta 10s rasgos principales que deben caracterizar a ”las mujeres con alma de ap6stol”.

inconformismo, es decir, exige no acostumbrarse a las situaciones reales

MUJERES INCONFORMISTAS Para que las mujeres puedan mostrar a Cristo y transformar-elambiente en que viven tienen que ”sersofiadoras,idealistas,con corazdn positive", capaces de vencer la amargura. Por ello, insiste el P. Hurtado, es necesario que las mujeres Sean como quijotes, con mirada amplia, almas grandes, inconformistas, Queno Dactan con el mal ni se resignan a 10s’ males’ del presente. En el fondo, deben ser capaces de superar el pecad0 de omisi6n al que nos arrastra el conformismo del ambiente, o actitudes como querer quedar bien, mantener amistades que, muchas veces, nos llevan a tolerar el mal. Pero, al mismo tiempo, para 61 no se puede medir la vida s610 por el criterio del pecado, sino por la ley del amor. Parafraseando a Le6n Bloy, 61 dice: “La Linica tristeza digna

un cristiano es la

que producen

1

tristeza Y mal a las personas, no aceptar como simple fatalidad 10s he-

de injusticiay

ORCANIZARSE DE LO PEQUERO A L O MAS CRANDE

Todo ap6stol que no trabaja y que s610 desarrolla una labor puramente personal e interior, no sirve. ’Gasten tiempo -1es dice el P. Hurtado a las mujeres que colaboraban en sus obras- en reuniones, secretaria,

kardex, cuotas, todo lo necesario de organizar para que el bien sea ma’s grande y duradero. Algunas personas indiferentesy soberbias no se resignan a ser ruedas de un engranaje. Hay que pertenecer a la maquinaria, que hace obras grandes y extensas... id juntas en el tren que gl va a conducir”. Se manifiesta aqui una pedagogia que consiste en ir entusiasmando a las mujeres en el compromiso de organizar pequeiias acciones para llegar a lo m6s grande, para llegar a lo que es hoy dia el Hogar de Cristo y otras obras. Se trata de organizar no s610 la labor personal e interior, sino de comprometerse con aquellas pequeiias labores que en el conjunto del engranaje van a resultar en una gran obra. La unidad de 10s diversos y senci-


ejecutarlas. 'Si el grano de trig0 no muere, no da frutos' ... hay que ser constructivo. Que el buen propdsito no dure lo que /as ganas... deben trabajar llueva o no Ilueva, con frio o con calor, con salud o sin ella". Y todo esto con alegria: "Hacer apostolado de la alegria, de la sonrisa... si sois alegres es sefial infalible de que esta'is en la gracia de Dios". Es necesario darse siempre, preocuparse por 10s demds, ser alegria para el que est6 triste. Esto implica estar alegres, hacer la caridad con alegria: "Andar arregladitas... no hagan que la religibn y la caridad tengan que ser con facha de cateca triste". En medio del trabajo, cultivar la adhesicin personal a JesGs y preguntarse siempre: iQu6 haria Cristo en mi lugar? SANTIDAD Y

HERO~MO, NO MEDIOCRIDAD

"Sean heroicas y santas", dice el P. Hurtado a las mujeres./'Necesitamos mujeres que tengan sentido heroic0 de la vida La mujer moderna es capaz de una concepcibn heroica de la vida". Para un testimonio cristiano y transparente "debe haber austeridad... No una vida centrada en la vanidad. Santidad y heroismo, no mediocridad. No la concepcidn burguesa de la vida, en que /as mujeres y su familia van el doming0 a Misa, per0 minimo trabajo, miximo dinero y comodidad". El P. Hurtado es claro en mostrar la necesidad y las condiciones de mujeres ap6stoles que rebasan el dmbito de lo dom&tico, de lo familiar, para empaparse del SeAor e ir avanzando en una vida centrada en la santidad austera, de un Cristo en la pobreza. La mujer ap6stol se pregunta siempre qu6 hacer por Cristo en adelante y se dispone a orar y trabajar al mismo tiempo. A un numeroso grupo de "oficinistas", el P. Hurtad0 le muestra la importancia de seguir a Jesljscon toda la vida. Les decia: "Se necesita heroismo. Entregarse por entero a Dios con generosidad. Para la santificacibn de nuestras almas, hay una vida, un Sefior a quien imitar, que es Cristo. Contempldmoslo en su vida prjblica. Ese hombre de carney hueso, igual a nosotros; imaginarlo en /as diferentes etapas de su vida en Nazaret. Ese hombre es Cristo Jesds. Esta' unida su naturaleza humana a su naturaleza divina". El cristianismo que muestra Albert0 Hurtado significa en primer lugar un seguimiento de Jesljs, un seguir sus criterios y recrearlos en nuestra propia existencia. De ahi la importancia de mirar al Jesljsde 10s evangelios, contemplar su vida pljblica, sus relaciones con la gente, con las autoridades, con las mujeres y hombres que lo acompaAaban, ver el modo c6mo enfrentaba las diversas y a veces con-

...

MENSAJE abril 2001

flictivas situaciones. De esa manera podemos tambi6n nosotros aprender a vivir como Jesljs. S610 de esa manera podremos amar sin condiciones, servir incansablemente, solidarizar con 10s desesperados, hater el bien que nuestra historia necesita.Y viviendo como Jesljsaprenderemos tambien a morir como fI muri6. "Ser santa con humildad, aceptar nuestros defectos y cuando llegue el momento de la muerte decir: 'Contenta, Sefior, contenta '. Jesljs, que nos ama a cada uno en particular y que sabe cada uno de nuestros problemas y enfermedades, se preocupa de cada persona... "A cada uno nos tiene un camino distinto de santidad. Ser santa es aceptar la voluntad de Dios, dicidndole: 'Estoy contenta con todo Io que me mandes'.

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LOS CUATRO VOTOS

En un retiro en 1943, a las mujeres que trabajaban con 61 y que constituian el grupo mds cercano y fundador, les enseRa que tienen que realizar cuatro votos: Pobreza, es decir, no hacer gastos inljtiles, "no viviendo para 10s embelecos", vivir con lo fundamental. Asimismo llama a vivir con moderaci6n y sencillez. Cuestiona la ostentaci6n ridicula y absurda. Hay que aprender a ser generosas; quien tenga fortuna que aprenda a compartirla, "hay muchas ricas en fortunas, per0 pobres en generosidad; el bien no hace ruido, y el ruido no hace bien". Llama a tratar a cada uno como se debe, con respeto y amor a todas las personas, especialmente a 10s mds desheredados de nuestro mundo. Castidad, vivir aman. do a sus maridos, a la familia, per0 sin que este amoi prevalezca a1 amor de Dios. El amor casto hace prevalecer el amor de Dios. Obediencia, a las autoridades de la Iglesia, a sus propios padres, a1 esposo, sobre todo a la gracia de Dios. Finalmente, el voto que me parece mds fundamental: Obediencia a1 pobre, tener el sentido del pobre, dar testimonio y obedecer a1 pobre. Hacer la mejor posible en las tareas que pretenden levantar a 10s mds desposeidos. Me pregunto c6mo vivir hoy estos cuatro votos. iQu6 significa en la actualidad ser obediente a1 pobre?He aqui un desafio siempre presente. Como se puede observar, con las mujeres el P. Hurtado va mostrando una espiritualidad que parte del dolor, de la vida diaria, de las inquietudes de la epoca, de las personas concretas que rodean nuestra vida y, sobre todo, de la necesidad de que la mujer en particular se convierta en discipula de Jesljsy colabore, a la vez, en la transformacih social y en la superaci6n de la p0breza.lP.n.l

Finalmente, el voto que me parece m6s fundamental:

Obediencia a/ pobre, tener el sentido del pobre, dar testimonio y obedecer al pobre. Hacer lo mejor posible en las tareas que pretenden levantar a 10s m6s desposeidos.


e Blanca Arthur*

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H a y dolor en sus rostros, soledad en sus aImas, abandon0... per0 tambi6n esperanza. Han golpeado una puerta y esa puerta se les ha abierto. -2Por que est5 aqui? -Porque no tengo a nadie. El obrero de 35 aiios clava su mirada. Parece sonreir con sus ojos tristes. La noche anterior habia dormido en un banco de la plaza en Mirafloresa1 costado del Cerro Santa Lucia y alguien le dijo que podia ir hasta alli. Como 61, muchos, muchos m5s. Cientos, miles de hombres, mujeres, j6venes o niiios son 10s que encuentran acogida. Todos aquellos que viven en el desamparo, para quienes la vida no tiene sentido o cuyo h i c o horizonte es irse de este mundo. Esa puerta que se les abre es la del Hogar de Cristo. La gran obra del Padre Albert0 Hurtado o quiz& su gran milagro... un verdadero milagro de amor. Es dificil imaginar qu6 habria ocurrido con tantos niiios vagabundos o pobres desamparados, si este sacerdote jesuita no hubiera sentido un dia ese impulso que 61 mismo vi0 como un designio de la Providencia. Era 1944. La tarde de un 19 de octubre. Estaba predicando un retiro a un grupo de seAoras de la sociedad santiaguina. En el segundo dia, el tema era el sentido del Cuerpo Mistico de Cristo, per0 sin propon6rselo 61 y sorprendiendo a su auditorio, se qued6 en silencio y antes de seguir adelante con sus observaciones teol6gicas reflexion6 acerca de lo que le habia ocurrido la

noche anterior: "Tengo algo que decides. iC6mo podemos seguir asi? Anoche no he dormido y a ustedes les habria pasado lo mismo al ver lo que yo vi. Llegaba a la casa cuando me ataj6 un hombre en mangas de camisa a pesar de que estaba Iloviznando. Estaba demacrado, tiritando por la fiebre. Ahi mismo, a la luz del farol, vi c6mo estaban inflamadas sus amigdalas. No tenia d6nde dormir y me pidi6 que le diera lo necesario para pagarse la cama en una hospederia. iHay centenares de hombres asi en Santiago y son nuestros hermanos, realmente hermanos!" Estaba sobrecogido. Su rostro lo reflejaba y prosigui6: "Cada uno de esos hombres es Cristo. iY qu6 hacemos por ellos?iQu6 hace la lglesia cat6lica por esos hijos de la calle que duermen en 10s huecos de las puertas y suelen amanecer helados?Y eso pasa en un pais cristiano. Esta noche un mendigo puede dormir en la puerta de la casa de cualquiera de ustedes..." El mensaje golpe6 fuerte a su auditorio. Una seiiora le ofrece un terreno, otra dinero y una tercera le entrega una joya para que inicie alguna obra en favor de 10s indigentes. Fue el comienzo de una cadena. No pasaron dos meses cuando ya se bendecia la primera piedra y, a trav6s de la prensa, el P. Hurtado mostraba su satisfacci6n y gratitud por la acogida a su Ilamado: "En nombre de Jesucristo y por amor a fl, ser5 posible que tengan donde dormir muchos

ESPECIALPADREHURTADO


habitantes de Santiago que hoy pasan las noches debajo de 10s puentes del Mapocho, en las puertas de las casas o simplemente deambulando por las calles... El Hogar de Cristo aspira a dar posada a1 peregrino con el mismo cariAo y el mismo respeto con que se le daria a Cristo, a quien 10s pobres representan". Se iniciabaasi la misi6n a la que el P. Hurtado se entregb, sin descanso ni fatiga, hasta 10s Gltimos dias. Era la primera piedra de esa gran obra que hoy, medio siglo despuCs de su muerte, sigue creciendo y multiplicdndose en su doble espiritu que la hace diferente a todas las obras de benefi-

que piden ayuda: que la necesiten". Asi llegan impulsados por el frio, el hambre o la soledad, sabiendo que serdn acogidos. En la principal hospederia que existe en la capital, en calle P. Hurtado con CeneralVeldsquez, se aloja diariamente un promedio de 300 hombres y 150 mujeres con sus niAos pequeAos. Alli, ademds de techo, encuentran comida, agua caliente, asistencia mCdica y ayuda social... per0 por sobre todo, cariAo y comprensi6n. -Estoy feliz- confidencia una madre de 23 aAos, mientras acurruca a sus tres pequeAos en la cama en una de las habitaciones que compar-

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cencia: la ayuda a 10s necesitados pero, para ello, siendo el aguij6n de la conciencia social de 10s chilenos que ha logrado el compromiso de 10s que tienen y pueden dar. .. LA ACOCIDA

EN LAS HOSPEDER~S

Quizds solo un hombre detrds del cual se escondia ese espiritu de santidad, esa increible constancia y tes6n, pudo tener la fe y la fuerza para emprender esta verdadera cruzada ante esa realidad de miseria humana que vio, conoci6 y... no acept6. Fue la experiencia de un cas0 lo que llev6 al P. Hurtado a despertar las conciencias. Pero CI sabia y todos sabian que no era el h i c o . Eran muchos.. . Por eso la primera misidn del Hogar de Cristo fue darles un lugar para dormir y alimentarse dignamentea quienes no tenian ddnde ni c6mo hacerlo. Desde entonces, 10s vagabunos saben que pueden golpear las puertas de alguna de las 79 hospederias que existen en Santiago o a lo largo del pais, porque como decia el P. Hurtado,- la acogida debia ser para todos. "A todos abre sus puertas

te con otras mamds aue han encontrado ahi un lugar limpio y digno para dormir con sus hijos. -2Por que est& feliz? -Es que me toc6 caseta- dice aludiendo a una vivienda bdsica, sin ocultar su ilusi6n de que, teniendo un techo, podrd volver a trabajar vendiendo helados. Como ella, numerosas madres solteras, muchachas abandonadas, j6venes y adultos casi I I perdidos en el vicio de la prostituci6n deambulan en este hogar pasajero. -Vine a buscar cama. Mi familia nunca me ha apoyado porque nadie me comprende. i M e siente olor a trago?- confiesa un hombre de 41 aAos con 10s ojos enrojecidos por el alcohol. Y agrega: -Es que quiero autoeliminarme. A lo mejor con 10s "tios" puedo salir adelante. tI es uno. Per0 esti Juan, Pedro, Maria o In&. En el aAo 2000 hub0 un mill6n 600 mil atenciones en el Area hospederia, prdcticamente cuadruplicando la cifra en menos de 10 afios. Benito Baranda, el "tio Benito", como lo Ilaman -un soci6logo que junto a su mujer ha entregado su vida a esta obra- cuenta que a quienes llegan a las hospederias se les cobrg $100 diarios, per0 mds que nada para que se sientan dignos y con derecho a ese alojamiento, comida y atenci6n de salud que se les da. Como nunca la idea fue convertir a las hospederias en asilos, la norma es que s61o abre sus puertas de noche y la permanencia del hospedado es por un plazo no mayor a 15 dias, aunque en algunos casos calificados, la necesidad y

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Hogar de Cristo ...

el abandon0 permiten que la estadia se prolongue. Hay algunos que, por falta de soluci6n socia1 a sus problemas, se quedan por periodos m6s largos, especialmente las mujeres con sus nitios, u hombres mayores a quienes ies cuesta valerse por s i mismos. Per0 de acuerdo a 10s Liltimos indices, cada vez la permanencia es m6s breve, porque con el correr del tiempo y el crecimiento del Hogar de Cristo han surgido nuevos programas que permiten darles otras soluciones a quienes acuden en busca de techo. Unos, como aquella madre feliz, se van con su "caseta" o mo-

una esperanza un futuro. En uno de sus articulos, publicado en El Diario Ilustrado, decia que nada ni nadie podia hacer que se perdiera la confianza en que en esos seres "se ocultan almas capaces de todas las virtudes, semillas de hombria, futuros artifices de un mundo mejor, con una sola condici6n: que el trabajo de regeneraci6n se emprenda a tiempo". Lejos de perder la confianza, la tuvo y con inmensa fuerza. Por las noches recorria el mismo P. Hurtado con su camioneta 10s rincones donde esos nitios vagabundos se disponian a dormir. Los recogia y 10s llevaba al Hogar. Retenerlos no siempre era f6cil. Per0 nunca se intent6 hacerlo a la fuerza, sin0 ofreci6ndoles aquello de lo que no disponian, y asimuchos libremente se iban, per0 volvian... y volvian a quedarse. "iSi pudi6ramos recogerlos a todos y darles educaci6n!" exclamaba el P. Hurtado poco antes de morir. Tal vez a todos ha sido imposible, per0 su deseo ha tenido una inmensa respuesta a trav6s de 10s numerosos programas destinados a 10s nitios que se han puesto en marcha en estos aiios. Con el fin, precisamente, de capacitar a 10s j6venes y ayudar a nivelarlos ' en su retraso educacional se cre6 la Fundaci6n PadreAlvaro Lavin, que tiene una rama destinada a encontrarles fuentes de trabajo. Es una nueva iniciativa que se suma a aquel trabajo miis primarioque se hace a trav6s de programas como 10s Hogares Familiares, en 10s cuales se acoge a j6venes y nitios, per0 siempre estimulando un trabajo conjunto con las familias de origen, por el cariicter transitorio de la estadia que se aspira tengan 10s nitios en el Hogar de Cristo. Una idea similar se desarrolla a traves del plan de Colocaciones Familiares, que ubica a 10s pequeiios en familias dispuestas a acogerlos, per0 siempre con el objetivo de su reencuentro final con sus progenitores. Uno de 10s programas miis exitosos del Gltimo tiempo ha sido el de las Casas de Acogida de la Mujer, ya que Liltimamente se han desarrollado planes para enfrentar el problema de la violencia intrafamiliar al recibir a las madres con sus hijos, entreg6ndoles ayuda sicol6gica y preparaci6n - c o m o al restpara que puedan te-

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''.Si 1 pudi6ramos recogerlos a todos y darles educ desta soluci6n de vivienda a la que muchos aspiran, mientras que para facilitar la blisqueda de trabajo de las mamiis, se han creado salas cunas y jardines infantiles anexos a las hospederias infantiles que permiten que sus hijos permanezcan en un lugar saludable. Otros, como aquellos con deterioro fisico y siquico, son atendidos por la Fundaci6n Rodrigo Zaldivar Larrain, especialmente dedicada a 10s discapacitados, la que en el Liltimo tiempo ha puesto 6nfasis en el trabajo con sus familiares a fin de que logren el mayor grado de auton0mia.Y muchos se van si no con una ayuda con algLin tip0 de sohc i h , como una pensidn que al menos 10s saque de su condici6n de indigencia. En forma creciente quienes llegan un dia a golpear las puertas del Hogar de Cristo o son recogidos en las calles, pueden aspirar a una vida que, aunque de pobreza, no sea de miseria... sobre todo espiritual.

FUTUROPARA NlROS Y J6VENES Quiz6s una de las grandes motivaciones de la gran obra del P. Hurtado eran 10s nitios vagabundos, para quienes aspiraba a una nueva vida,

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ESPECIAL PADRE HURTADO


ner las herramientas que les permitan salir dt. sus, muchas veces, dramiticas situaciones. Pese a todo este esfuerzo, es imposible detener el fendmeno de la droga o la accidn delictiva que se ha apoderado de la juventud. Per0 para quienes han caido en la adiccidn, tambien se han buscado respuestas creando hogares especiales, entre otros, 10s programas destinados a la rehabilitacidn de drogadictos. La esperanza de lograr rehabilitar a esos cientos de niAos o jdvenes que por pobreza y falta de expectativas caen en el vicio y en la delincuencia, no se pierde. La tarea no siempre es ficil, per0 con la diversificacidn de 10s programas para 10s niAos, 10s preferidos del P. Hurtado, las expectativas de exit0 han ido en creciente aumento: s610 en el aAo 2000, m6s de 487 mil menores fueron atendidos por el Hogar de Cristo. EL AMPARO

D E ANCIANOS Y ENFERMOS

Sacar adelante a 10s niAos y jdvenes en problemas es lo que abriga la esperanza de que cada vez Sean menos 10s ancianos que lleguen al Hogar de Cristo en situacidn de desgarradora necesidad y que hoy son muchos. Per0 esa promesa que hizo el P. Hurtado "a 10s amigos del Hogar de Cristo", en su ljltimo mensaje de Navidad antes de morir, se ha cumplido. Casi con caricter de testamento, afirma que "los ancianos tendrdn tambikn su hogar, es decir el afecto y el cariAo que no les puede brindar un asilo. Para ellos quisieramos que la tarde de sus vidas sea menos dura y triste. i N o habri corazones generosos que nos ayuden a realizar este anhelo?" Los hubo. Hoy, cuando se conmemoran 100 aAos del natalicio del P. Hurtado, el Hogar de Cristo exhibe con orgullo 71 Hogares para el Adulto Mayor y rnis de 61 Centros'Diurnos, adem6s del novedoso programa de ay uda intrafamiI iar, por el cual 10s voluntarios acuden a 10s domiciliosde 10s ancianos a fin de no desarraigarlos de su medio. Muchos de 10s esfuerzos de esta obra estin

centrados en el adulto mayor, tema al que se le dio especial enfasis el aAo pasado. "La pobreza conmemoran 100 mayor esti ah?'comenta Benito Baranda, al estimar que quienes sufren de m6s desamparo en el aiios del natalicio pais son las personas de la tercera edad. Es por eso que - c u e n t a Baranda- en el del P. Hurtado, el aAo 2000 la preocupacidnpor esta Area fue una de las m6s fundamentales, esperando poner en Hogar de Cristo marcha para este aiio, ademds de 10s prograexhibe con orgumas existentes, un plan de salud mental para el adulto mayor, para lo cual se est6 terminando L W 71 Hogares la construccidn de un nuevo pabelldn en el Hogar de Lampa. para el Adulto Lamentablemente, a pesar de 10s esfuerzos Mayor y m6s 61 por asistir al adulto mayor permitiendole que Centros Diurnos, pase sus dtimos dias con una vida lo mis digna posible, la mayoria de esos ancianos desampaademais del nove- rados est4 ya en estado de deterioro avanzado o con su salud gravemente afectada. Per0 para ellos doso programa de tambien el Hogar de Cristo abre sus puertas a fin de ayudarlos a morir. ayuda Muchos llegan a la Sala Padre Hurtado que acoge a enfermos terminales. Es sobrecogedor... intrafamiliar. -2Y cdmo se siente? -Estoy muy bien aqui. Mire, iddnde iba a estar mejor?Ni en mi casa si la tuviera, ni en un hospital... Es un hombre indigente que padecelde cbncer prost6tico. Est; rezindole al P. Hurtado, y casi con esa misma alegria contagiosa que 61 tuvo hasta el final en su lecho de enfermo, le agradece por la atencidn y el cuidado que est6 recibiendo. Las camas de esos moribundos son nuevas. Todo est6 impecable. La imagen se repite en las otras salas donde se les brinda atencidn y cuidado a esos seres humanos que no tienen posibilidad siquiera de acceder a un hospital y que se ven afectados por enfermedades propias de su miseria, como afecciones respiratorias o dceras varicosas. No se equivoca aquel enfermo que dice que dificilmente estaria mejor. Es impactante el cariAo y profesionalismo con que son atendidos por el personal medico y paramedico que 10s cuida, muchos de ellos sin mis recompensa que tener la posibilidad de dar. ..

y, cuando se

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DESPERTAR CONCIENCIAS Lo dijo el Padre Hurtado... "El Hogar de Cristo, obra de simple caridad y evangelio, trabaja por crear y fomentar un clima de verdadero amor ..~ ... ' --a.

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MENSAJE abril 2001

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Hogar de Cristo

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pueden. Unos con aportes econ6micos, per0 y respeto al pobre, porque el pobre es Cristo". muchos tambikn con la entrega de parte imporLa afirmaci6n fue recogida posteriormenteen tante de su tiempo, colaborando como parte de la Declaraci6n de Principios como reflejo del verdadero anhelo de su fundador. Y es que eIIa encierra el espiritu que reina en estainGracias a la generosidad de 10s chilenos, el Hogar de Cristo mensa obra aue ha sensibilizado el Coraz6n de cientos'de miles de chilenos. ha crecido a lo largo de todo el pais y cuenta con 47 filiales Hace casi ya medio siglo que el P. Hurta. do despertar las conciencias de v i e que entregan todos 10s servicios de ayuda en 115 localidanes podian y debian co0perar.Y asi esta obra des a eSoS m& necesitados entre ]OS necesitados. ha cumplido tambikn esa misi6n de poder "ayudar a ayudar". esa legi6n de voluntarios que se acrePara cumplir esa doble misi6n del Hogar cienta dia a dia entre jdvenes universide Cristo tendiente a crear conciencia en la tarios que se suman a 10s religiosos e sociedad chilena, a su ex capellin, el padre infinidad de laicos, incluso extranjeRenato Poblete, no le falt6 imaginaci6n para ros que llegan desde Bklgica, Espaiia, desarrollar las mis diversas iniciativas. DestaEstados Unidos, Francia o Italia, motica entre ellas la que llam6 "Universidad sobre vados por la labor de esta institucidn ruedas", en que a partir de las 8.30 de la made beneficencia, la mds grande y difeiiana sube a un bus a un grupo de empresarente de toda Amkrica Latina. rios a quienes lleva a recorrer 10s lugares donEs impactante el espiritu que hay de se vive la miseria. en el Hogar de Cristo. En todos 10s luCon orgullo, esta verdadera empresa puegares en donde estin esos miles de hide afirmar hoy que cuenta con mis de 528 jos de la miseria hay dolor, per0 tammil socios. Son 10s que se han comprometido bikn se siente esa contagiosa alegria a dar un aporte mensual que numerosos vodel P. Hurtado. Con su impecable uniluntarios recaudan en sus domicilios. 0 10s forme celeste, una cocinera termina de que participan en el programa "uno mis uno" lavar las ollas en una inmensa cocina de las empresas, que consiste en que cada tradespuks de haber preparado la comibajador da una cuota de su sueldo, y la emda a 10s hospedados de esa noche. presa la dobla... o muchos niiios que al ser --iCuinto tiempo lleva aci? tocados por la miseria de otros pequeios -iAy! Si Dios quiere y el P. Hurtado, voy a como ellos, se han comprometido a privarse de cumplir 11 aiios. Me siento realizada cada dia algo para compartir. -omenta. Cracias a la generosidad de 10s chilenos, el Con ese mismo entusiasmo y abnegaci6n Hogar de Cristo ha crecido a lo largo de todo el que traslucen todos 10s empleados, llegan nopais y cuenta con 47 filiales que entregan todos che a noche 10s voluntarios a cooperar lavando 10s servicios de ayuda en 115 localidades a esos a 10s ancianos, a las guaguas, a darles la comimis necesitados entre 10s necesitados. da... a entregar. En-muchasde estas filiales existen obras reComo dijo el Papa Juan Pablo II cuando visilacionadas con la salud, que ha sido otra de las t6 el Hogar de Cristo en su paso por Chile: "La Areas que ha tenido un crecimiento en el dtimo lglesia muestra su vitalidad por la magnitud de tiempo. Mis de 2.000 atenciones mensuales su caridad, y la lglesia -y tambikn el laico que presta la Unidad Mbvil, que con especialistas y es lglesia- no ha de ahorrar esfuerzo en mosvoluntarios recorre 10s sectores de mayor misetrar entrafias de misericordia hacia 10s mds neria para atender las necesidadesbisicas de quiecesitados, ayudindolos y sirvihdolos". Ya no hay oidos sordos para este Ilamado. La obra que emprendi6 aquella tarde de octubre de 1944 el P. Hurtado, provoc6 un verdadero remez6n en la conciencia de 10s chilenos, convirtiendo al Hogar de Cristo en un verdadeConociendo la obra, son pocos 10s que puero milago de amor. D den negarse a prestar su ayuda. Lo hacen como ~

ESPECIAL PADREHURTAUO


Proyecto de trabajo social El 10 de octubre de 1947 desde Europa y el 12 de febrero de 1948 desde Calera de Tango, el P. Hurtado ' escribe al P. Provincial su proyecto de dedicar su vida mas estrechamente al trabajo social y a la direcci6n de j6venes. Reproducimos algunos pirrafos de la interesante carta de 1947. Se ve en ese documento el estilo de obediencia jesuitica, donde se une la iniciativa e imaginaci6n con la diwonibilidad total. "Quiero

exponer aV.R. filialmente Ias ideas que tengo sobre trabajo social y sobre

10s modos que se me ocurren de realizarlo.

Toda mi vida, desde el colegio, he sentido inclinaci6n especial por la acci6n social, per0 el trabajo tan atrayente y por la gracia de Dios fructuoso en medio de jbvenes, orientado mAs especialmente a la direcci6n espiritual, me ha tomado estos aiios. De ninguna manera he pensado ni por un instante en desentenderme de la direcci6n espiritual de 10s jbvenes, de 10s ejercicios, ni de la preocupaci6n vocacional, orientaciones que me parecen definitivas para mi vida, cualquiera que sea el trabajo que me ocupe, per0 si desearia dejar totalmente el Colegio para realizar el plan que le someto. (...) Las razones que me mueven a hacerle esta petici6n son las siguientes: 1. El abandon0 de las masas obreras que cada dia se alejan mAs de Cristo, sobre todo porque no nos ven a 10s catdlicos interesarnos bastante en sus problemas humanos. 2 . El llamado urgente de /os Papas. A este llamado se juntan 10s de la Compaiiia en sus dos Dltimas congregaciones; en la carta del P. General actual sobre 10s ministerios. Y en forma m6s personal el P. General me daba el consejo de proponerle a usted abandonar todo el resto a pesar del inmenso trabajo de la Compatiia en Chile y de la escasez de operarios, a pesar del bien positivo que puedo hacer en otros campos, y a pesar tambien de las posibles criticas a la Compatiia porque uno de 10s jesuitas se dedica a este ministerio: a pesar de todo me inclino a pensar, me decia, que usted deberia abordar este trabajo. Sus palabras, bien claramente me lo dijo, no eran una voz de orden, sino una respuesta a una consulta: la determinaci6n de mi trabajo depende inmediatamente del P. Vice Provincial. (...) 4. La necesidad de que la Compaiiia en Chile se encargue seriamente de la redenci6n proletaria. Ella hace un esfuerzo serio en el apostolado educacional yen 10s ministerios inmediatamente sobrenaturales; hace falta que intensifique su acci6n social. (...) Hace mucho tiempo que doy vueltas en mi cabeza a un proyecto de trabajo social. He barajado muchas ideas, descartado muchas, consultado bastante... y despues de rezar y meditar he llegado a las conclusiones que arriba le expongo. Si V.R. despubs de leer mi proyecto me dice: muy bonito, per0 le doy la quinta divisibn, creame que quedo igualmente contento, pues serA la voluntad de Dios. Perdone estas lineas mal hilvanadas que escribo a medianoche antes que se vaya Manuel. En carta aparte van otras materias. Affmo. En Cto. L.

Alberto Hurtado, S.J."


Una nueva revista Presentamos el primer editorial de Mensaje, escrito por el Padre Hurtado, y publicado en octubre de 1951. Este texto ha orientado el sewicio que esta revista intenta entregar en cerca ya de medio siglo. de octubre de 1951, nace nuestra revista. autizada "Mensaje", aludiendo al MensaHijo de Dios trajo del cielo a la tierra y cuyas resonancias nuestra revista desea prolongar y aplicar a nuestra patria chilena y a nuestros atormentados tiempos. Jam& como ahora el mundo ha atravesado una tan dura prueba de sus valores espirituales. Lo que tiene de m6s grave nuestra epoca es su ideologia o su falta de ideologia. La verdad no interesa; lo que importa es la eficacia. La moral se confunde con la utilidad de un pueblo, de una raza, de una clase social o de particulares intereses. Nietzsche, Sartre y mil otros en pos de ellos afirman que ha muerto Dios y, junto a El, la verdad, el bien, la justicia, el progreso. Para millones de hombres la vida ha perdido todo sentido y, por afiadidura, sienten cernirse sobre sus existencias adoloridas el horrible fantasma de una guerra que muchos consideran inminente e inevitable. Y, sin embargo, en medio de todas esas angustias de nuestro mundo, hay un Mensaje de verdad y de vida que puede devolverles la tranquilidad y la paz. Nuestros contemporineos dan la triste impresion de peregrinos que cruzan un desierto, muriendo de sed, y sin saberlo est6n pasando por sobre rios subterrineos: con solo cavar un poco, tendrian fuentes de agua vivas que saltan hasta la vida eterna. Un grupo numeroso de catolicos chilenos, conscientes de la gravedad de nuestra hora, ha ido madurando el deseo de lanzar una revista que sea el reflejo de sus inquietudes, de sus bhquedas, de sus esfuerzos comunes por penetrar mis plenamente la Verdad evangelica y por aplicarla con objetividad a la realization de un mundo mejor, mis justo, m6s fraternal. La Compafiia de JesQsen Chile, sabiendose apoyada por sacerdotes de ambos cleros y por numerosos seglares que la han instado a hacerse cargo de coordinar esos esfuerzos, no ha querido negar su aporte a obra tan urgente. Emprende por eso la publicacion de "Mensaje" y ofrece cordialmente sus p6ginas a todos 10s que deseen estudiar y discutir con realismo, altura de miras y vision ajena a criteO

rios partidistas, 10s grandes problemas que interesan a nuestro tiempo y contribuir asi a insertar el Mensaje de Cristo en las inteligencias, 10s corazones y la vida de sus hermanos. La revista, dentro siempre de un criterio estrictamente catolico y sin m i s limitaciones que las de el, abarcari tanto el campo de la teologia y de la filosofia, como el de 10s problemas econ6micos y sociales, de la historia, de la literatura y del arte. TambiCn procurar6 "Mensaje" vincular a 10s sectores chilenos con 10s problemas que agitan al mundo entero: el hombre ya no puede vivir aislado, pues cada dia lo convierte m6s en ciudadano del mundo. De una manera especial, eso si, atenderi a lo tocante a Chile mismo, no solo para conocerlo, sino tambien para buscar en comth soluciones de mejoramiento en la vida religiosa, intelectual y social. Quienes emprenden la publicacion de "Mensaje" saben sobradamente que no serin capaces de ofrecer un pensamiento siempre adecuado a problemas que sobrepasan las fuermas no solo de muchos hombres, sino hasta del espiritu humano. Per0 confian en Aquel que es el Padre de bas luces y por cuyo amor inician esta obra; confian en la direction doctrinal que emana continuamente de la Santa Sede y del Episcopado, apoyo precioso para comprender mejor la verdad y evitar errore; y confian en la ayuda fraternal de las almas de buena voluntad a quienes el Romano Pontifice ha invitado tantas veces a unirse para esa causa c o m h : la salvation de 10s valores fundamentales del espiritu humano. Y, aun sintiendo la desproporcion de las fuerzas para la tarea, "Mensaje" pretende ser un estimulo para realizar el audaz pensamiento de S. Em. el Card. Saliege: "Nosotros somos en parte responsables del destino de la humanidad. Estamos Ilamados a hacer la historia, m6s bien que a ser moldeados por ella. Demos muestra de imaginacion creadora. El pasado vive en el presente. El presente Ileva en s i el porvenir. iCu61 ser6 el mundo de mafiana?Lo que lo hagan nuestra fe, nuestra esperanza y nuestra caridad".

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DE LA CARIDAD Y LAJUSTICIA I

M. L. Cornejo* B. Baranda

S i n lugar a dudas 10s rasgos m6s notables del P. Hurtado est6n asociados a su encarnacidn del Evangelio, a esa progresiva identificacidn con Jesucristo y, por lo tanto, a una creciente conversidn que lo llevd a reconocer lo medular de la fe, a gozarlo, a sufrirlo y a vivirlo. La no siempre f6cil comprensibn de la justicia y la caridad estrechamente entrelazadas entre si, es lograda por el P. Hurtado no sblo en el discurso sino t a m b i h en 10s hechos. En el encontramos una coincidencia casi plena entre su ”persona” y su “misibn”. Hoy cuesta mucho cambiar radicalmente como lo hizo 61, hasta llegar a comprender y a “sentir internamente” lo esencial de la Buena Nueva. Buscamos mil pretextos para evadir la respuesta a Cristo, nuestro estilo de vida se va acomodando, intelectualizamos la pobreza, nos quedamos en las cifras y terminamos por enfriar el corazdn. Perdemos la hermosa, privilegiada y transformadora oportunidad de entregarnos, sacrificarnos, en una palabra de donarnos en 10s demAs, especialmente en 10s ”privilegiados” del Sefior.

A i FONDO DEL EVANGELIO En la raiz de la experiencia del Mesias encarnado, encontramos la profunda identificacibn entre el pobre y Cristo, explicitada y vivida por el Beato Alberto. Como lo indica el P. Costadoat, “por mediacidn de Cris-

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MENSAJE abril 2001

Maria Luisa Cornejo y Benito Baranda son un matrimonio de psic6logos que trabajan en el Hogar de Cristo y pertenecen a la CVX. Articulo publicado en agosto de 1998.


to, el P. Hurtado ha visto a Dios en el prdjimo, particularmenteen el pobre. AI concebir la transformacidn del mundo a partir de 10s que a 10s ojos del mundo nada valen, 10s miserables, el P. Hurtado ha puesto las bases de una nueva y rnbs cristiana forma de ver lglesia y de ser nacidn que a h est5 por verificarse en todo su alcance evang6lico”’ . Este es el “motivo hondo del amor al hermano en Cristo”, como lo dice el P. Ochagavia al referirse a la espiritualidaddel padre Alberto2, su amor al rnbs miserable de 10s seres humanos y su reconocimiento de las justicias debidas. ”Yo sostengo que cada pobre, cada vago, cada mendigo es Cristo en persona que carga su cruz. Y como a Cristo debemos amarlo y ampararlo. Debemos tratarlo como a un hermano, como a un ser humano como somos nosotros. Si todos inicidramos una campaiia de amor hacia el indigente, terminariamos en corto plazo con 10s espectbculos deprimentes de la mendicidad caIlejera, de 10s niiios durmiendo en 10s quicios de las puertas y de las mujeres que fallecen con sus niiios en brazos”. Palabras del P. Hurtado que podriamos repetir hoy al caminar por muchos paises del mundo, recorriendo 10s campamentos y algunas de las calles de nuestras mismas ciudades. Estas reflexiones encuentran su origen en el radical mensaje de Jeslis reportado por San Mateo (25, 34-40). La certeza de encontrarse y experimentar a Cristo en el rnbs marginado, deberia ser un potente motor que moviera a la sociedad a actuar con mayor justicia y caridad. “La vida es vida en la medida en que se posee a Cristo, en la medida en que se es Cristo, por el conocimiento, por el amor, por el servicio”, seiialaba el Beato Hurtado. Sin embargo, se relativiza hoy la igual dignidad y la presencia de Cristo en el pobre, y constantemente vuelven a aparecer aquellos que con sus actos consideran al mds pobre como un ser inferior, incapaz e inhdbil. iPor qu6 aljn tanto discurso, tanta discusidn sobre la realidad y las soluciones para 10s rnbs pobres? La responsabilidad es de una comunidad humana, y cuando 6sta se escuda en que 5610 le corresponde al Estad0 o a 10s “ricos”, se equivoca, como dijo

m

el P. Hurtado: “Frente a las miserias de 10s mbs pobres, existe una responsabiliad colectiva e individual que en justicia debemos remediar... Y si somos culpables es porque en vez de considerarlos hermanos nuestros y de ofrecerles amor y caridad, les escupimos desprecio...” En la reflexidn personal y colectiva podriamos responder al entusiasmante desafio que nos pone 61: ”...pensarb que Jeslisha dejado aquisu cuerpo mistico, mis hermanos: 10s amarb como a Cristo, como a iI 10s respetarb y servirb...” L A CARIDAD:

EL ALMA DE LA JUSTICIA

El P. Arrupe seiialaba que “la verdadera caridad es para el cristiano como el alma de la justicia; concebir esta sin aquella seria

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JorgeCostadoat, S.J., ((El talante social en la espiritualidad del P. Hurtado)), Cuadernos de Espiritualidad, N 93, sept.-oct., 1995. Juan Ochagavia, S.J., Alberto Hurtado. Su personalidad espiritual. lmprenta Salesianos, agosto de 1996, 72 pp. Para profundizar esta comprensi6n del Padre Arrupe ver: ”Homenaje a1 Padre Arrupe: Hombre de fe, luchador por la justicia”; Tony Mifsud, S.J., en Cuadernos de Espiritualidad lgnaciana N”21-22, 1983.

ESPECIALPADREHURTADO


en las personas, una conversi6n que potrato diferente. Este Gltimo desi6n y/o minimizaci6n de ambas lleva a beria facilitar la dignificaci6n de las persopr6cticas que producen por lo general ma- nas, lo que implica un proceso de creciyor inhumanidad, mayor dependencia en al- miento humano. A muchos les ha ocurrido asi. gunos casos o mayores injusticias en otros, En Isaias (58, 6-8) encontramos un texy que al final de cuentas no representan lo to elocuente al respecto: “iNo saben c u d integral del mensaje de JesGs4. ”El que practica la caridad per0 desco- es el ayuno que me agrada?Romper las canoce la justicia se hace la ilusi6n de ser ge- denas injustas, desatar las amarras del yugo, neroso cuando s610 otorga una protecci6n dejar libres a 10s oprimidos y romper toda irritante, proteccidn que lejos de despertar clase de yugo. Compartir6s tu pan con el gratitud provoca rebeldia”, afirmaba el P. hambriento, 10s pobres sin techo entrar6n Hurtado, y agregaba: ”la caridad tiene un a tu casa, vestir6s al que veas desnudo y presupuesto, un pedestal macizo que suele no volveris la espalda a tu hermano. Enolvidarse: es la justicia. A veces se coloca tonces tu luz surgir6 como la aurora y tus la caridad sobre pedestal de cart6n y se vie4 heridas sanar6n r6pidamente.Tu recto obrar ’afamarchar6 delante de ti y la Gloria de Dios ne abajo”. te seguir6 por detr6s” Ambas van de la mano, son el corazd La contundencia de este texto, que indel mensaie de Cristo y encuentran su m6S vita a acciones concretas a partir ’de un esplhdida realizacidn en el contacto, en cambio en la forma de concebir mi relala vivencia y cercania con la pobreza, reaci6n con Dios, identifica con claridad las lidad cada dia m6s despreciada, negada e acciones que m6s van de acuerdo con nuesignorada por considerarse en muchos bmtra naturaleza divina y que por consecuenbitos fruto de la opcidn personal y/o del cia nos provocan mayor plenitud. Santa fracas0 y no de la injusticia. El Beato AlTeresa de JesGs insistia en que ”obras quieberto, en cambio, exigia que “el respeto al re el Seiior”, y San Gregorio nos recordaba pr6jimo tome el lugar de la suspicacia: que volviendo 10s ojos al Evangelio, ”10s poen cada hombre, por mbs pobre que sea, bres son nuestros maestros; 10s humildes, veamos la imagen de Cristo y lo tratemos con ese espiritu de justicia, ddndole todos nuestros formadores”. Palabras que el P. 10s medios que necesita para una vida dig- Hurtado acompaiia seiialando con energia na, d6ndole toda la confianza, el respeto, que ”el que se da, crece”‘j. iC6mo uno puede ”darse con caridad y la estima de su persona que es lo que el justicia” -y no s610 ”dar”- a 10s m6s pohombre m6s aprecia, pero, oig6moslo bien, bres? la estima debida al hermano, no la fria IiLa experiencia nos demuestra que toda mosna que hiere”. relaci6n humana con 10s pobres, conlleva Esta caridad, este amor, dignifica al otro un desarrollo que -para reconocer y salhaciendo justicia a su realidad de hijo de vaguardar su dignidadpor lo menos imDios y hermano nuestro.S plica tres dimensiones: la formaci6n de un vinculo, la generaci6n de confianza y la L A CONVERSI6N: HACIA UN MODO facilitacidn de la autonomia. D E PROCEDER NUEVO El desconocimiento o mala realizacidn Para vivir la caridad y justicia en cerca- de alguna de estas tres dimensiones lleva a nia a la pobreza, experimentando a Jesu- un maltrato contra 10s m6s pobres. Por ejemcristo, es necesaria una conversi6n. La vi- plo, el “hacerlos dependientes” no s610 de vi6 el P. Hurtado al tocar la realidad de 10s recursos materiales sino tambi6n de mis ”vencidos por la miseria”, aquellos que ha- afectos (obteniendo una gratificacibn egoista bian perdido la confianza, olvidado la ale- a partir de ello); o el “tratarlos como nlimeros” a 10s cuales se les entregan beneficios gria y renunciado a la esperanza; la realidad de 10s mAs pobres nos interpela, y esto por “ventanilla”, sin relaci6n alguna de insin lugar a dudas requiere un cambio radi- dole personal; o por Gltimo, la duda perma-

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“El amor a Dios y el amor al pr6jimo se condicionan mutuarnente; el amoral pr6jimo no es una obra exigida por el amor a Dios y subsiguiente a ese arnor, sin0 que en cierto sentido es una condicidn que lo procede” (K. Rahner).Aqui est5 la raiz de la justicia. El P. Hurtado indicaba que ”hemos de creer en la dignidad del hombre y en su elevaci6n al orden sobrenatural. Es un hecho triste, per0 creo que tenemos que afirmarlo por rn5s doloroso que sea: La fe que la mayor parte de 10s cat6licos tenemos en la dignidad de nuestros herrnanos no pasa de ser una fria aceptaci6n intelectual del principio, per0 que no se traduce en nuestra conducta prictica frente a 10s que sufren y que rnucho rnenos nos causa dolor en el alrna ante la injusticia de que son victimas”. ”Darse, es curnplir la justicia. Darse, es ofrecerse a si misrno y todo lo que tiene. Darse, es orientar todas sus capacidades de acci6n hacia el Setior. Darse es dilatar su coraz6n y dirigir firmernente su voluntad hacia el que 10s aguarda. Darse, es amar para siernpre, y de rnanera tan completa corno se es capaz. Cuando uno se ha dado, todo aparece simple. Se ha encontrado la Iibertad”.


autonomia de su vida. stamos llamados a ser santos (Pe-

o llamado “Princirencia y serviti a Dios la realidad del mundo contemi,r en lo cotidiano la caridad y an “actos heroicos”: “no s palabras y de labios afue-

la Iuz” (1 Juan2,lO); “permanecer en Dios y en su gloria” (1 Juan 4,17; Isaias 58,8); y directamente con la ”sal-

acer una nue-

Caridad y justicia, 10s pilares de un nuevo mundo que requiere ser vivido con esa magnifica herencia que nos dej6 el P. Alberto Hurtado. L A SANTIDAD

La pr5ctica de la caridad y la justicia tiene como efecto indirecto, no necesariamente buscado, un crecimiento en ”santidad”, en cercania y experiencia con el Cristo encarnado y redentor. Esto implica actuar en concordancia con la dignidad de cada ser humano marginado, vincul5ndonos a 61, confiando en su historia y creyendo en la

ESPECIAL PADRE

HURTADO


EI beato AI berto Hurtado,

UN PRECURSOR Y GU~ATUTELAR El P. Alberto Hurtado fue declarado beato el 16 de octubre de 1994 por Juan Pablo II en la plaza de San Pedro, en Roma, junto con otros cinco religiosos. AI dia siguiente, el cardenal Angelo Sodano, secretario de estado de Su Santidad, ante miles de peregrinos de nuestro pais, pronuncib la siguiente homilia en la Eucaristia de gratitud por la beatificacion del jesuita chileno.

Cardenal Angelo Sodano

"Te Deum laudamus!"Ati, oh Dios, te alabamos! De hecho, el Dios vivo ha vuelto a convocar en una cita hist6rica a la patria chilena con la lglesia de Jesucristo.A h resuenan aqui 10s cinticos de aquel21 de marzo del aAo reci6n pasado, cuando Juanita Fernindez Solar fue canonizada como Teresa de Jesk de 10s Andes. Ahora, la alabanza se eleva porque el jesuita Alberto Hurtado es ya beato de la lglesia Catdica. Permitidme que proponga algunas aproximaciones al mensaje de este religioso santamente ejemplar. Si recorro su intensa biografia y atiendo al eco de su vida en 10s hijos de su sacerdocio, me atrevo a caracterizar esa "visita de Dios" que es el P. Hurtado, en 10s siguientes t6rminos: El Beato Alberto se nos da como un precursor de la renovacidn del ConcilioVaticano11, y se nos ofrece como una seiial promisoria en el camino de la Nueva Evangelizacibn.

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PRECURSOR DE LA RENOVACldN CONCILIAR

Segh la intuici6n primera y motriz de Su Santidad Juan XXIII, el Concilio Vatican0 I I debia significar para la lglesia una nueva hora de losAp6stoles reunidos junto a Maria en el Ceniculo. Por ello, en la convocatoria conciliar, implora al Espiritu Santo, solicitindole que "renueve en nuestro tiempo 10s prodigios de un nuevo Pentecost& La Esposa de Cristo debia abrirse a una nueva irrupcidn del Pariclito, que la rejuveneciera en su amor por Jeshy en su celo en la proclamaci6ndel Evangelio. Algunos santos, algunos profetas, algunos visionarios ya presintieron ese acontecimiento crucial de este siglo. El Espiritu, que es pedagogo de la Iglesia, suscita tales figuras providenciales para preparar en el sen0 del Pueblo de Dios las respuestas a 10s grandes retos hist6ricos. El nuevo Beato AI-


berto fue uno de estos adelantados. El anuncia una primavera de santidad que el Concilio propuso como el mis hondo programa de renovaci6n (Cf. LG 40-41). fI vivi6 e irradi6 un estilo fraterno de comuni6n eclesial, que encontrari enr la Constituci6n Lumen Gentium la adecuada definici6n en el concept0 de Pueblo de Dios (Cf. LG 9,13). El fue vigia que ote6 un horizonte distinto y promisor en las relaciones entre la lglesia y el munda: inspirindose en la miis genuina tradicibn, 61 la proyectd audazmente como evangelizador de la cultura, como ap6stol social dedicado a los mis pobres y a los j6venes. Verdaderamente el ConcilioVaticano II, y sus ecos en las Conferencias Plenarias del Episcopado Latinoamericano de Medellin, Puebla y Santo Domingo, tienen en el Padre Alberto Hurtado un precursor que allan6 montes y abri6 caminos. La renovaci6n Pentecostal de la lglesia ocurre en 10s santos que viven en y desde Cristo. Una pequeAa escena de la vida del Padre Hurtado lo ilustra bien. Un joven estudiante jesuita, deseoso de prepararse bien para el apostolado ulterior, le pregunta en qu6 le conviene especializarse. La respuesta cae como un rayo: "especializate en amar y conocer a Cristo, patroncito". Esta es su pasi6n. Este es el acuciante programa que lo lleva a proponerse y proponer una renovada interrogaci6n escrita con letras de fuego: "iQu6 haria Cristo en mi lugar?"En 1940 la plantea a 10s Pastores reunidos en Conferencia Episcopal: "...Ante cada problema, ante 10s grandes de la tierra, ante 10s problemas politicos de nuestro tiempo, ante 10s pobres, ante sus dolores y miserias, ante la defecci6n de colaboradores, ante la escasez de operarios, ante la insuficienciade nuestras obras, iqu6 haria Cristo si estuviese en mi lugar?"Y el predicador, con palabras taxativas agrega a 10s obispos que lo escuchan: "... aqui esti toda la perfeccidn cristiana". El mismo encarna estos postulados en una vida coherente y ardorosa. De alli nace ese estilo de celebrar la Eucaristia que impacta a 10s j6venes por su unci6n varonil. De alli el Padre Alberto Hurtado busca la intimidad entraAable de las noches en adoracibn, cuando 61 mira 10s ojos del Maestro y es mirado por dilecci6n. De aquise gesta una m seri el bullente hontanar de cua

da por el Reino. Este secret0 se le escapa en una pigina enviada a losAsesores de la Acci6n Cat6lica: "El que ha mirado, por lo menos una vez siquiera, a 10s ojos de Jeslis, no lo olvidar i jamis". Y volv e r i a apuntar hacia el mismo hond6n del alma, en la Gltima pr6dica; la que pronuncia para 10s veinticinco afios de sacerdocio de su gran amigo, el obispo MokeAor Manuel Larrain. En esa homilia presenta la intimidad con Cristo como una suerte de separaci6n. "Separado por Dios, marcado por el caricter sacerdotal, el sacerdote se convierte en el hombre de Dios, en su casa, su bien, su servidor, en su herencia...es algo solitario, hombredel Sinai, aunque combate en el llano, algo de 61 queda siempre en lo alto". Este lenguaje revela el alma claramente ignaciana de Alberto. Tal parentesco lo sefialari el mismo obispo Larrain en su c6lebre oraci6n flinebre, cuando afirma que la sintesis de la espiritualidad de nuestro beato, la que explica "todos y cada uno de 10s actos de su vida", se contiene en la venerable plegaria de San Ignacio: "Tomad, SeAor, y recibid mi libertad, mi memoria, mi inteligencia y voluntad toda entera. Todo lo que tengo o poseo, de ti lo he recibido, a ti SeAor, lo retorno. Dame tu amor y tu gracia, que eso s610 me basta". De esa adoraci6n arrodillada y d6ciI emerge el imperativo que lo hace exclamar como a Pablo de Tarso: "iEI amor de Cristo nos urge!" (2 Cor 5, 14). La tradici6n eclesial formulari un adagio que expresa el mismo genio espiritual: "contemplata aliis tradere: entregar a 10s otros lo contemplado". Para el Beato Alberto hay aqui dos momentos inseparablesdel respirar cristiano, que emanan del misterio central de la Encarna-

Beatification del p. Hurtado en Roma, 16 de octubre de 1994.


ci6n, cuando el Verbo Eterno se hace uno de nosotros en las entraiias inmaculadas de Maria. fl mismo se encarga de darnos la exegesis de su pregunta-programa, indicando lo que implica: "lmitar a Cristo en su divinidad por la gracia santificante y en su obrar humano, haciendo en cada cas0 lo que 61 haria en mi lugar". Y en otra parte seiiala que para el joven chileno enamorado de Cristo "su suprema aspiraci6n debe ser reproducir la vida del Maestro, prolongar la Encarnacibn, hacer del hijo de Dios un chileno, asi como la encarnaci6n hist6rica lo hizo... un judio. Hay aqui una voluntad encarnacional, una simpatia redentora por todo lo hist6rica y concretamente humano. Esto caracteriza al Concilio Vatican0 II y a las Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano. No es dificil percibir en nuestro BeatoAlberto esta convergencia. Por ejemplo, cu6nta profunda sintonia hay entre 61 y el premio de Gaudium et Spes, cuando se dice: "Los gozos y las esperanzas, las tristezas y angustias de 10s hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de 10s discipulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazbn" (GS I). Encarnaci6n palpitante y realista de JesQs fue este jesuita santo. 61 queria "hacer del Hijo de Dios un chileno". Pero, a la vez, fue generosamente universal. Llama la atenci6n la amplitud de 10s registros de sus actitudes cristianas y de sus emprendimientos evangdlicos: 61 se empefi6 en el servicio a 10s pobres e intelectuales, a j6venes y mayores, a mujeres, a politicos, a las vocaciones sacerdotales y 10s sindicatos, fund6 instituciones nuevas y atendi6 el confesionario y la direcci6n espiritual, escribi6 el articulo r6pido, el libro candente y entreg6 la predica multitudinaria. Este sacerdocio plet6rico late en una comuni6n viva con la lglesia universal. 61 es un ejemplo de catolicidad: 61 vibra con todo lo que la Compaiiia de JesQsrepresenta y realiza a lo ancho del mundo. Y, sobre todo, su intima devocibn, y su vigorosa entrega filial a1 Sumo Pontifice, lo constituyen en una antorcha que, desde Chile, trasciende al dmbito latinoamericano y desde alli, brilla seiiera como una cumbre de amor

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eclesial en este agitado siglo XX. Esta fidelidad a la lglesia no tiene nada de sentimental o fticil, fue purificada en el crisol ardoroso de la fecunda y victoriosa obediencia, una obediencia ignaciana, franca e irrestricta. U N A SEAAL PARA LA

Encarnaci6n palpitante y realista de Jesusfue este jesuita santo. EI queria "hacer del Hijo de

Dios un chileno". Pero, a la vez, fue generosamente universal. llama la atenci6n la amplitud de 10s registros de sus actitudes cristianas y de sus emprendimientos evangklicos.

NUEVA EVANCELIZACI6N

En el tan vasto horizonte de la vida del Beato Alberto, hay acentos muy propios que son seiial indicadora hacia el futuro, para el tiempo propicio de la Nueva Evangelizaci6n. Con buenas razones, la lglesia en Chile ha tomado por lema en el tiempo preparatorio de la beatificaci6n la frase: "El Padre Alberto Hurtado, un padre para Chile". Siempre que hablamos de padre o de madre o de hijos o de hermanos, estamos aludiendo al designio de Dios que quiere que cada uno de 10s hombres viva y crezca en familia. Hay aqui una exigencia y una gracia que provienen de nuestro origen trinitario, es decir, de esa comuni6n eterna que nos convoc6 a la existencia para hacernos personas libres en la comuni6n del amor. Asi lo formul6 Su Santidad Juan Pablo II en Puebla, durante su primer viaje a America Latina. "Se ha dicho, en forma bella y profunda, que nuestro Dios en su misterio mds intimo no es una soledad, sin0 una familia, puesto que lleva en s i mismo paternidad, filiacidn y la esencia de la familia que es el amor. La paternidad del Padre Alberto Hurtado y la vocaci6n humana y eclesial a ser familia nos evocan necesariamente el nombre de una de sus obras predilectas, el Hogar de Cristo. Alli este padre sacerdote acogi6, sirvi6 y signific6 a 10s desamparados. Y nos dej6 asi un legado de la mayor trascendencia, porque toda la lglesia quiere ser familia de Dios en la tierra, hogar de Cristo para el mundo. Esta lglesia tiene vocaci6n de madre y de Maria, "aprende la propia maternidad".


La paternidad sacerdotal de nuestro beato es muy amplia, y sin embargo, ella se focaliza privilegiadamente en tres preocupaciones mayores: su amor por 10s pobres, su dedicaci6n a 10s j6venes y su acci6n evangelizadora de la cultura. S U S HIJOS: LOS POBRES

Los rnds necesitados fueron sus predilectos. El Espiritu Santo, desde muy temprano, le mostr6 el rostro de Cristo en 10s menesterosos. Esa visi6n recorre toda su biografia, desde 10s aiios de estudiante de leyes, en su trabajo en el Patronato de Andacollo, hasta esas liltimas recomendaciones el dia de su muerte: "Les confio, en nombre de Dios, a 10s pobrecitos". La clave de comprensi6n serd invariablemente la misma. fl dice: "Cristo vaga por nuestras calles en la persona de tantos pobres, dolientes, enfermos, desalojados... Cristo, acurrucado bajo 10s puentes en la persona de tantos niiios que no tienen a quien llamar padre...Cristo no tiene hogar". fI funda la casa y se atreve a ser padre de esos hu6rfanos. En esta entrega suya convergen el vigor y la calidez, vive la reciedumbre del ap6stol y la ternura de la lglesia Madre. En 61 sucede lo que con San Pablo, en quien, seglin el decir del Sumo Pontifice, "el Ap6stol-var6n siente la necesidad de recurrir a lo que es por esencia femenino, para expresar la verdad sobre su propio servicio apost6lico". En esta armonia hay una sapiencia cristiana de gran actualidad. Nuestro beato es un consagrado que posee una aka estima por la mujer. Tal disposici6n lo Ilevard a escribir al morir su madre: "Su vida ejemplar y santa ilumin6 nuestra existencia presente". MAStarde, en una charla sobre la cuesti6n social, afirmarii: "El dia en que la mujer, con su alma femenina, aborde seriamente el problema social, 6ste irii camino de riipida soluci6n". Precisamente por ello la Virgen Maria ocupard un espacio tan preferente de su amor. Asi dird en una conferencia a oficinistas: "En el fondo, Maria representa la aspiraci6n de todo lo rnds grande que tiene nuestra alma... En el cristianismo tenemos una mujer fecunda y tierna como Madre, per0 al mismo tiempo con todo lo intact0 de la virginidad". Este cari-

Cuantos le conocieron atestiguan que su sonreir es memoria inolvidable. En tiempos de prisas, de rostros crispados

o insolentes, el P. Alberto brilla como beato, como alguien feliz, que comparte su hallazgo.

iio lo traia en su sangre, lo cultiva en la escuela de la Compaiiia de Jeslis, lo proyecta en las Congregaciones Marianas, lo tiene por duke cercania al morir. Esa piedad mariana la predica a menudo como, por ejemplo, en esa noche de antorchas juveniles en el Estadio Nacional. Entonces habl6 del "amor paciente y tierno de Maria... que por encargo de Jeslis vela junto a m i como la rnds tierna de las madres". Pero, siempre alerta, el Padre Hurtado pondrd en 10s labios de la Mujer Santisima el requerimiento insoslayable: "Si me amdis de veras como Madre, haced cuanto poddis por estos mis hijos 10s que rnds sufren, por tanto, 10s rnds amados de mi coraz6n". En la espiritualidad cristiana del hogar, 10s que son la cabeza, el padre y la madre deben ser 10s servidores rnds abnegados. AI clausurar el Concilio Vatican0 II, Pablo VI lo recordard y lo hard una propuesta programdtica del postconcilio. fI hablardde la lglesia como "sirvienta". El Padre Hurtado, por su parte, lo dice con una cariiiosa y llicida inflexidn del lenguaje chileno, modulado con un pristino tono cristiano. De continuo, 61 Ilamard "patroncito" a 10s jbvenes, a 10s pobres y a cuantos se acercan a 61. En su sentir, el Padre Dios era el Patrbn, palabra que, precisamente, arranca del latin "pater", padre. Ese Jeslises el reflejo del Padre: "Quien me ve a mi, ve al Padre" (Juan 14,9). Ese mismoJeslis vive en cada redimido. Por ello, cada uno que se acerca al sacerdote es su "patroncito". Cada otro es el mayor, cada otro es el jefe, el que manda; y este Padre Hurtado, hombre culto y prestigioso, es el menor, es el sirviente, es el liltimo. Podemos decir que en el Beato Alberto, Cristo volvi6 a lavar 10s pies de 10s actuales pescadores de Galilea, volvi6 a dar ejemplo del humilde amor del Jueves Santo. Hoy estiin aqui presentes testigos directos de ese servicio sacerdotal suyo. En esta Eucaristia participan algunos de esos hu6rfanos que tuvieron en el Beato Alberto el aut6ntico padre que enalteci6 sus vidas

ESPECIALPADREHURTADO


para siempre, porque las sumergi6 en la vida

de Cristo. Con gran beneplAcito, constatamos un signo de que el espiritu del Padre Hurtado est6 vivo en Chile. Sus HIJOS:LOS

~OVENES

Comprendi6 y am6 a 10s jbvenes, 10s sirvib como a sus "patroncitos", rescatindolos para Cristo. Los escuchb, 10s hizo libres en el Seiior, 10s hizo fuertes y 10s contagi6 con su gozo. Su labor en la Accidn Cat6lica de la 6poca fue ejemplar, su creativa pastoral vocacional es un hito de la historia de la lglesia en Chile, en raz6n de la fecundidad espiritual de 10s sacerdotes y religiosos que fueron discipulos suyos. Juventudy alegria son un binomio de Dios que queda como testamento exigente del Padre Hurtado. Para nuestro beato, la alegria es don de la sustancia misma de la fe, es la caracteristica victoria del Evangelio en el coraz6n del hombre. Cuantos le conocieron atestiguan que su sonreir es memoria inolvidable. En tiempos de prisas, de rostros crispados o insolentes, el P. Alberto brilla como beato, como alguien feliz, que comparte su hallazgo. "iContento, Seiior, contento!", clamar6 o susurrar6 Alberto Hurtado. "iContento, patroncito, contento!" propondr6 o exigiri el formador de juventudes. Tal imperativo no tiene nada de un consejo color de rosa, ingenuo o voluntarista. "Contento, Seiior, contento"es el programa pascual de un coraz6n de antemano resucitado con Cristo. Quien lo pronuncia noes un romdntico que desconoce las crucifixiones y 10s lanzazos. "Contento, Seiior, contento" es fruto que nace de la tierra madre de la obediencia total. Cuando el P. Hurtado lo pronunciaba, tenia tras s i noches de descanso muy breve, llevaba sobre sus hombros fatigas acumuladas y cargaba la pesadisima cruz de la incomprensi6n de amigos y, a veces, de algunos superiores. Dolores del alma y de la carne, soledades y estrecheces, acusaciones sin fundamento, envidias, mezquindades... nada le arranc6 la sonrisa de sacerdote crucificado y resucitado con Cristo. Esta espiritualidad se sostiene en su coraz6n filial, que vive en "el Espiritu de Cristo"... (Rom. 8, 9), El, "que nos hace exclamar, iAbb6 Padre!" (Rom. 8,15), dando el side hijo en toda circunstancia. Fue el mismo Beato Alberto quien desvel6 a 10s sufridos mineros del cobre en Sewell el misterio filial de su alegria. "Debe-

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mos repetir jaculatorias del fondo del alma. 'Contento, Seiior, contento'. Y para estarlo hay que decirle a Dios siempre: Si, Padre".Y en forma contundente afirma que el amor al Padre "es la 6nica idea capaz de fundar un verdadero optimismo". S U S HIJOS: TODO UN P U E B L O

Alberto Hurtado es un hombre urgido por el amor de Cristo. tI quiere compartirlo con todos. Sufre porque otros hombres y mujeres, compatriotas suyos, no tengan la noticia salvadora. Quiere que el coraz6n traspasado de su Seiior reciba a todos. GI ve que Cristo responde a cada una de las preguntas del hombre de este siglo y entabla un didlogo serio con unas culturas emergentes que ya no conocerin fronteras. Por eso descifra tan finamente lo que se le comunica en la conversaci6n directa. Por ello es un asiduo lector de obras filodficas, de publicaciones teol6gicas y tambi6n lee Avidamente aquella literatura en donde palpita el alma contemporhea. 61 amaba entraiiablemente a su patria, su geografia y su gente. tI queria que 10s j6venes redescubrieran el paisaje chileno gozando lo que 61 evoc6 en dos grandes pinceladas: "la cordillera grande y majestuosa o el mar salvaje y dilatado". El queria que Chile entrara a la modernidad de la mano de Cristo. Era muy consciente de que sin el Seiior su patria se iria en pos de 10s espejismos que fascinan, per0 que terminan en despeiiaderos mortales. Cristo debe ser el fundamento de la convivencia nacional, la que se establece en una genuina justicia impregnada de amor, per0 procurando, seglin el decir del Padre Hurtado, "que 10s encantos de la caridad no nos lleven a despreciar a esta hermana humilde y sencilla, la justicia". Este afdn lo lleva a enfrentar la grave cuestibn de 10s trabajadores y por ello, con lucidez visionaria, funda la Asociacibn Sindical Chilena, (ASICH). Su voluntad de diilogo evangelizador lo impulsa a fundar Mensaje. Su apremio por alcanzar multitudes lo hace tomar el micr6fono en la estaci6n de radio. 61 se entrega a todo su pueblo como hermano mayor y pastor bueno. Verdaderamente, en el Beato Alberto agradecemos a la Trinidad Santisima el regalo de un precursor del Concilio y de un guia tutelar en la Nueva Evangelizaci6n.m


uando se inaugur6 y bendijo el Santua 4* +%apse sabia con poca certeza qu6 sucede ria en el futuro con 61. Se inici6 entonce! una aventura que cada dia nos sorprende emociona y compromete. Somos testigos de c6mo miles de pere grinos vienen al Santuario; el Padre Hurta, do hoy sigue siendo un imdn que invita que seduce, que provoca, acompaAa J cuestiona. No 10s trae hacia 61, sino a quien 61 md: ama y admira; 10s trae para que tengan ur encuentro con Cristo. Para que igual comc le pas6 al Patroncito, la vida de cada per. sona que entre en este territorio sagrado,

SANTUARIO DEL PADRE HURTADO al estar junto a Jeslis, se transforme, florezca, encuentre paz, alegria, sane. En su Santuario el Padre Hurtado nos lleva a Cristo, seguro de que a1 ponernosjunto a fl, nuestras vidas tendrdn un verdadero sentido. Quiere que nos “chiflemos por Cristo� , y asi gastemos nuestras vidas en la construcci6n del Reino de justicia y solidaridad. Entrar al Santuario es bajar a la profundidad de la tierra y descubrir la enseAanza que el SeAor nos dej6 en la Pardbola del grano de trigo. Para dar fruto es necesario morir, s610 asi seremos capaces de darnos. El Padre Hurtado ha caido en la tierra y desde ella ha dado inmensos frutos para nuestra Patria.

EL CAMINO

DEL SANTUARIO

El camino del Santuario es de interioridad y de purificaci6n.Venir a este lugar santo es entrar en nosotros mismos, traer al Padre Hurtado nuestras vidas, ponerlas junto a JesGsy dejar que fI las tome, purifique y convierta. Es conmovedor ver c6mo llegan hasta aqui todos, sin distinci6n: buscan salud, perdbn, verdad, quieren dar gracias, buscan fuerzas e inspiraci6n para una aventura solidaria. Es la cara de la humanidad que se reconoce necesitada, frdgil, en peligro.

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Entonces el Padre Hurtad0 en su Santuario 10s acoge, les da apoyo espiritual, y pone junto a ellos la cara misericordiosa y cariAosa de nuestra Iglesia; 6sta 10s reconforta y anima, les da esperanzas. El camino no ha sido fdcil; construir el Santuario ha significado aprender, escuchar, descubrir, caminar junto a otros santuarios y recibir su solidaridad. Buscamos mostrar el rostro y la espiritualidad del Padre Hurtado, queremos hacer la voluntad de Dios y que nuestras decisiones est6n guiadas por El. El trabajo es arduo, a veces doloroso. Con la generosidad y compromiso de muchos volun-

* Secretario ejecutivo del Santuario del Padre Alberto Hurtado

ESPECIAL PADREHURTAUO


Rafael Silva Soler’ tarios y trabajadores que sienten el Ilamado de Dios en este lugar, y se dan a s i mismos como lo hizo el Padre Hurtado, ha sido posible ir respondiendo a las necesidades de nuestros peregrinos. Hay mucho por hacer y construir, cada dia son mds 10s que vienen; queremos seguir ddndonos, para que el Padre Hurtado pueda en este lugar seguir impulsando su cruzada de amor y solidaridad. AI cumplir cien afios de su nacimiento, el Patroncito desde su Santuario sigue trabajando en sus voluntarios y trabajadores y nos dice junto a Jeslis : “Vengan a m i todos 10s que estdn cansados y agobiados, que

I N ENCUENTRO CON CRISTO yo 10s aliviark”. A cada peregrino que viene le invita a hacerse la pregunta central en su vida: iQuk haria Cristo si estuviese en mi lugar?Quiere que como 61 busquemos respuestas cristianas frente a las necesidades de nuestro pueblo; nos ilumina con su ejemplo de un servicio vivido con alegria. Quiere que seamos capaces de actuar como Cristo en 10s distintos dmbitos de nuestra vida. Nos invita en definitiva a un camino de santidad. La aventura del Santuario continuard, tenemos grandes ideales y suefios, esperamos con fe su pronta canonizaci6n. Seguiremos siendo parte de esta lglesia que en sus santuarios nos acoge y nos devuelve la alegria y la esperanza. Dios nos d6 su gracia y amor para hacer su voluntad y mostrar cada dia mejor el rostro alegre de este chiflado de amor por Cristo, que hoy sigue siendo, como dijo monsefior Manuel Larrain, ”una gran visita de Dios a nuestra Patria”.=

Venir a este lugar santo es entrar en nosotros mismos, traer al Padre Hurtado nuestras vidas, ponerlas junto a Jesusy dejar que El las tome, purifique y convierta.


BI B L I OC RAF[A OBRAS ESCRITAS POR EL P. H U R T A D O

Reglamentaci6n del trabajo de 10s niiios. Memoria de prueba paraoptar al gradode bachiller en Leyes y Ciencias Sociales, lmprenta El Globo, 1921. El trabajo a domicilio. Memoria de prueba para optar al grado de Licenciado en la Facultad de Leyes y Ciencias Politicas de la Universidad de Chile. Santiago, lmprenta El Globo, 1923, 55 pp.

Cid, Francisco Javier: El humanism0 de Alberto Hurtado Cruchaga. Santiago, lnstituto Chileno de Estudios Humanisticos, 1975, 84 pp. Aldunate,Trinidad: El Padre Hurtado: ;Contento, Seiior, contento! 1990, 1 16 pp. Ortega, Miguel: Padre Hurtado. Mensaje a 10s j6venes. Fundaci6n de beneficencia, Hogar de Cristo, agosto 1990, 125 pp. Lavin, Alvaro: Colecci6n ((El Padre Hurtado, ap6stol de

Tesis doctoral, 193

La vida afectiva en la adolescencia. Buen

misterios. Fundaci6n Ben




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Casa del Fundo Lc rrego, donde Alberto rtado paso parte de su niiiez y vacaciones


Su cuarto donde recibia a sus dirigidos espirituales


Corporacibn de Televisibn de la Pon tificia Universidad Catdlica de Chile, Canal 13 rinde homenaje al Padre Alberto Hurtado, en el centenario de su nacimiento.

www. ca na 113. c l


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