Chile un caso de desarrollo frustrado

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rlcsarrollo econbmico, en el O L I O cs susceptible de translormarsr PI^ u n obstdculo. En esta materia Re sabe por demis que la situaci6n de las grandes industrias cxtractivas de capitaliiacibn extranjera fue, Iiasta n o hace muclios ailos, muy insatisfactoria en todos 10s respectm mis significativos, ,desde el de la distrihucibn de 10s ingresos hasta el del control y politicas de producciim, manejadas por consorcios o carteles internacionales quc ninguna conbemplacibn podian guardar lpor otros intereses que 10s propios.

50) Mirando cstas cuestiones desde otro Angulo vale la pena examinar las consecuencias de una orientacih “hacia afuera” en relaci6n a u n fcn6meno muy atendisdo e n 10s iiltirhos aiios por 10s estudiosw del desarrollo econ6mico y que Duesenherry bautiz6 corn0 “efecto demostradbn”, queriendo referirse a 10s apetitos de consumo que suscita el conlacto direct0 o indiwcto con sociedades mds desenvueltas. La importancia de este fendmeno resalta en todo su alcanre rnando se consideran situaciones del pasado o del presente en que s u gravitacih ha sido escasa o nula. Penuemos, por ejemplo, otra ve7 en 10s granjeros y artcsanos nmteamericanos de principios del siglo pasado. Era gente de trahajo, Npobre, esforzada, de hlhitos simples de vida y necesidades, circunscritas a 10s biencs y servicios bisicos. En la misnia Gpoca habia por cierto segmentos Fociales de u n n i w l y modalidades de consumo muy difercnt u , sohye todo entre las clascs nobles o pudientes de nacionm romo Inglaterra o Francia. Pcro ellas pertenecian a u n “mundo aparte” y ajeno, del cual estaban separados tanto fisicamente (orno por las barreras psicolGgicas de la estratificaci6n social. Sr hallahan en verdad, apenas expuestos a esos “modelos” de vida y las incitaciones consiguientes. Una situaci6n parecida en 1 ~ scondiciones modernas sc ha distinguido e n la exprriencia jovibtica. La mentada “cortina de hierro” n o s610 ha sido n n cemi polftico; tambih-aisl6 a l a masas rusas d e la dcmostracibn dc otras formas y escalas de consumo, ciertamente m h altas, que sc hahian extendido entre grupos sociales miis amplios en Europa, en las ~ l t i m a sddcadas. En promdio, u n habitante latinoamericano en el presente no go7a de u n ingreso superior a1 que disponian esos “farmers” norteamericanos del siglo pasado o 10s ciudadanos sovieticos. En cambio pesa sobre 61 una acci6n formidable de contactos, propagandas, dcmostraciones directas que colocan fmnte a m s ojos y despierta sus apetitos por 10s bienes y scrvicios que son de us0 corriente e n las economias mis adelantadas. El cine, las revism, 79

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