Investigadores

INVESTIGADORES MÉXICO - CUBA - ECUADOR Leire Ruiz Aizpurua

INVESTIGADORES MÉXICO - CUBA - ECUADOR Leire Ruiz Aizpurua (PhD. Investigadora Prometeo.

Universidad Nacional de Loja, Ecuador)

Diseño: Mario Odriozola

Portada: Marlenne Vázquez Cuevas (coordinadora del Campamento Cuyo de Tortugas, Pronatura-Yucatán) y Alicia Esquivel Luna (voluntaria de Tortugas Pronatura-Yucatán) en la costa de la Reserva de la Biósfera Río Lagartos, Yucatán (México).

INVESTIGADORES

Pocos grupos tienen tanto poder para entender y cambiar la realidad, y son a la vez tan desconocidos, como la comunidad científica. Conocemos a sus celebridades, estudiamos su historia, se difunden los descubrimientos más espectaculares; pero ¿quiénes son, cuáles son sus herramientas, cómo es su día a día, dónde están, qué los motiva? Es una comunidad que en su mayor parte vive al margen de las corrientes políticas, económicas y sociales, y sin embargo puede ser profundamente influida por éstas. Una comunidad con una idiosincrasia particular, que toma sus propias decisiones y es juzgada por sus miembros, y que en la mayoría de los casos sigue el liberalismo y la competitividad más extremos en nombre de la ciencia y de la vocación individual.

Este proyecto trata de desvelar a los investigadores de a pie que hacen avanzar el conocimiento en el mundo. Investigadores que ya no sólo se limitan a estudiar la maquinaria básica de la naturaleza, sino que intentan identificar los fallos más urgentes en la misma y empezar a ponerles solución, para minimizar daños, recuperar especies y ecosistemas, y mejorar la calidad de vida de las comunidades más afectadas.

Para la primera parte del proyecto escogí tres países de América Latina con enfoques diferentes de la investigación científica: primero México, con su amplia variedad y abundancia de investigadores de campo, y su más amplia variedad de dificultades, tanto naturales como sociales; después Cuba, con muy pocos recursos pero gran formación, competitivos a nivel internacional, a la par que socialistas a escala nacional; y por último Ecuador, que está desarrollando la infraestructura necesaria para la educación superior y la investigación, un pequeño país con grandes recursos naturales que se ha cansado de depender de investigadores internacionales para extraer y difundir la información disponible.

Estudiante del grupo de Bioacústica y Neuroetología, Departamento de Biología Animal y Humana, Universidad de La Habana (Cuba).

Siguiendo la tradición de los investigadores científicos, hice lo que pude con lo que tuve, así que mis disculpas por no haber podido abarcar una perspectiva más amplia y acertada de los países que pude visitar, o por no haber podido sacar mejores fotos de los paisajes y animales.

Porque en este libro lo que importa es la gente. Lo más probable es que la mayoría de ellos nunca obtenga el reconocimiento que merece. A ellos se lo dedico.

Tortugueras de Pronatura buscando un nido de tortuga carey (Eretmochelys imbricata) en la costa de la Reserva de la Biósfera Río Lagartos, Yucatán (México).

Paisaje andino al sur de Loja (Ecuador)

Gilbert Valencia Pérez (izq.) y Roger Velázquez (dcha.), técnicos de Walter López del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP).

En la pequeña cuenca La Suiza de la Reserva de la Biósfera de El Triunfo, en la Sierra Madre de Chiapas, todos creen en el Cambio Climático. Hace tiempo que ya no pueden cosechar maíz y frijoles, la base de su alimentación, en el mismo año, porque las lluvias llegan tarde. Las lluvias son, además, más torrenciales, y hace pocos años la ladera de una montaña se derrumbó sepultando a todo un ejido con sus habitantes.

Un pequeño grupo de ingenieros, técnicos y ambientólogos del INIFAP (Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias), liderado por Walter López, está llevando a cabo en esa cuenca un proyecto diferente a lo habitual: los objetivos son conseguir la seguridad alimentaria de sus habitantes, mejorar la calidad de las aguas de forma que no enfermen más niños, frenar la erosión de las laderas para evitar desastres naturales y restaurar los parches de vegetación natural que quedan en esa cuenca. Pero no será el INIFAP el que llevará a cabo el proyecto, sino los propios habitantes de la cuenca. Los científicos del INIFAP acuden regularmente para enseñarles cómo hacerlo, asesorarlos y ayudarlos, y los han impulsado a formar una asociación civil, el GIAT (Grupo Intercomunitario de Acción Territorial), que incluye los seis ejidos que habitan la cuenca, de forma que puedan llevar a cabo todas las acciones de manera coordinada.

EL TRIUNFO

Es difícil proteger los recursos de una Reserva Natural ignorando a los habitantes de la misma. Son los habitantes del bosque los que decidirán, en última instancia, entre protegerlo y quemarlo, al margen de las decisiones de la administración pública. Y, si tienen hambre, no habrá mucho que decidir. El camino elegido por este pequeño grupo de investigadores será largo y tortuoso, pero en última instancia serán los habitantes de la Sierra Madre quienes tendrán las herramientas en sus manos, y el conocimiento para utilizarlas.

Gilbert Valencia Pérez (izq.) y Luis Humberto Urbina (dcha.), técnicos de Walter López del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), mirando a la cuenca La Suiza, dentro de la Reserva de la Biósfera El Triunfo (México).

Niña de la cuenca La Suiza en El Triunfo (México)

Sin embargo, cambiar la forma de pensar y de actuar de la gente es un proceso laborioso, y no todos están dispuestos a dejar atrás sus costumbres, por muy perjudiciales que les resulten a largo plazo. La mayor esperanza son los niños: curiosos, divertidos, los futuros adultos.

Niña del poblado Sarentza, en el Amazonas ecuatoriano (Ecuador)

Jornada de difusión dirigida a los niños, organizada por el grupo Plantas de la Facultad de Biología de la Universidad de la Habana (Cuba). Prepararon juegos y pequeños experimentos, y enseñaron a los niños a utilizar microscopios, prismáticos y brújulas, y a identificar especies animales y vegetales de la isla.

EL RELEVO Los investigadores de todas partes tienen claro que los niños serán su relevo, y que deben tener a su alcance tanto el conocimiento que busquen como las herramientas para obtenerlo.

Niño de la colonia Emilio Rabasa, en la selva El Ocote, Reserva Especial de la Biósfera (México) frente a una colmena de abejas melipona.

No era raro encontrar a niños y adolescentes ayudando a los adultos en sus tareas habituales, aprendiendo a cumplir diversas funciones. En cambio, resultaba curioso observarlos colaborar con técnicos de campo e investigadores, aprendiendo sus técnicas. Estos niños serán adultos con una conciencia y unos conocimientos técnicos más amplios que los de sus padres, así como una mayor responsabilidad asociada a estos conocimientos.

Niño analizando la calidad del agua de un arroyo de la cuenca La Suiza, en la Reserva de la Biósfera El Triunfo (México).

“¿Limitaciones?

Evidentemente, el problema económico es un freno, porque la ciencia es cara. Pero es necesaria, porque un país no tiene soberanía sin un conocimiento científico que lo respalde en todos los órdenes.”

Leda Menéndez Carrera, investigadora del Instituto de Ecología y Sistemática de La Habana (Cuba).

LEDA MENÉNDEZ En 1987, un grupo de académicos de las regiones amazónica y caribeña de América Latina, con el Dr. Antonio Núñez Jiménez (geógrafo cubano, espeleólogo, visionario y luchador) al frente, fue al Yasuní, en Ecuador, construyó cuatro canoas y bajó por el río Napo buscando el río Amazonas, después el Río Negro, el Orinoco y, por fin, el Caribe. A lo largo de seis meses, este grupo de biólogos, arqueólogos, sociólogos, artistas, escritores, primatólogos y demás, remó, exploró, tomó muestras de vegetación y fauna, atravesó los territorios de las distintas etnias que fueron encontrando, conversó con la gente, contactó con las universidades a su paso y vivió una aventura que haría historia, con el objetivo final de demostrar cómo los pobladores del Caribe pudieron haber provenido de los pobladores de la cuenca amazónica.

La investigadora cubana Leda Menéndez Carrera, especialista en manglares, fue una de los integrantes de esta expedición.

Hay que proteger el Amazonas porque es el pulmón del mundo, pero las etnias son los dueños del Amazonas, y si para comer tienen que quemar el bosque, lo tienen que hacer. Porque ¿se tienen que morir de hambre para cuidar la vida de la gente del norte? Si quieres equidad hay que hacerlo de otra forma. […] Mientras tanto, estas etnias siguen luchando por mantener su identidad.

En cada nuevo proyecto, las comunidades locales tienen que estar insertas en nuestro trabajo.

Ya tenemos identificados a los lideres comunitarios, y ellos tienen que saber lo que se está haciendo, por qué se está haciendo, hacer una propaganda, que todo el mundo sepa los beneficios que va a traer a la comunidad que se restaure ese manglar, por ejemplo. Si los seres humanos que viven allí no sienten que les beneficia en su vida, no les va a interesar… Hay mucho por hacer.

Las personas a las que les gusta la naturaleza tienen un denominador común: les gusta la justicia, la equidad, la felicidad de todos los que les rodean, incluyendo todos los animales, las plantas… Yo creo que es una forma de ver la vida y de vivirla. A mí me gusta la naturaleza, y me gusta la naturaleza con las personas. Investigar todas estas cosas que son de provecho para la humanidad y además enseñar a la gente joven me satisface mucho.

Me gusta mucho enseñar, me gusta dar clases, me gusta investigar, me gusta el campo, eso me hace feliz.

Sophie Calmé, profesora de la Universidad de Sherbrooke (Canadá), directora del proyecto con los monos araña, con su técnico de campo Matt Lafreniére al fondo, en el bosque de Nuevo Becal, península de Yucatán (México).

MONOS ARAÑA En un diminuto campamento en la selva de Nuevo Becal, en la península de Yucatán, una investigadora francesa residente en Canadá, Sophie Calmé, supervisa el proyecto de investigación de uno de sus alumnos.

Trata de estudiar de qué modo afecta la explotación forestal sostenible que se lleva a cabo en los terrenos comunales del ejido al comportamiento de los monos araña. La mayor parte de su vida profesional ha transcurrido en los bosques del sur de México, y ahora considera que es su deber volver a investigar allí, ya que son los mismos ejidatarios quienes le sugirieron este proyecto.

Uno de los guías, antiguo chiclero, trepa un árbol de más de 20m de altura para sujetar las cuerdas que servirán para subir una trampa para capturar monos araña hasta las ramas más altas.

El técnico de campo, Matt Lafreniére, y el guía más joven, tiran de las cuerdas para elevar la plataforma base de la trampa para los monos.

Diego Armijos y Johana Muñoz, investigadores del Programa de Biodiversidad, Bosques y Servicios Ecosistémicos, de la Universidad Nacional de Loja (Ecuador), esperan el anochecer en el bosque seco de Zapotillo, al sur de Ecuador.

Mathieu Leger-Dalcourt , estudiante canadiense y encargado del proyecto de investigación del comportamiento de monos araña en Nuevo Becal, Yucatán (México).

Ballenas jorobadas (Megaptera novaeangliae) a su paso por Puerto L贸pez (Ecuador).

BALLENAS JOROBADAS Hace 18 años una estudiante de Biología de las montañas de Ecuador fue a la costa a hacer un estudio sobre ballenas jorobadas, sin saber que iría a revolucionar un pequeño pueblo de pescadores llamado Puerto López. Descubrieron que la costa de Ecuador no era sólo zona de paso, sino zona de cría de las poblaciones de ballenas jorobadas del Pacífico sur. Esto transformó la relación entre la comunidad y las ballenas, ya que, poco a poco, la observación de ballenas jorobadas durante el periodo de apareamiento y cría se fue presentando como una alternativa económica superior a la pesca y la explotación maderera. Se desarrolló la industria de turismo ballenero, se promulgaron leyes para la protección de la fauna y se declaró zona protegida lo que hoy se conoce como el Parque Nacional Machalilla. En la actualidad, el turismo y la investigación van de la mano en Puerto López con Cristina Castro Ayala y la Fundación Ballenas del Pacífico, parte de la Pacific Whale Foundation en Ecuador.

Puerto López no estaba preparado para recibir turismo cuando empezamos esto.

La reglamentación para la observación de ballenas salió bajo registro oficial después de que empezaran con el turismo. Primero, para desarrollar el turismo, habría que tenerlo todo muy claro y hacer las regulaciones, ordenanzas, leyes, registros oficiales. Y, obviamente, habría que trabajar algunos aspectos con las comunidades: primero hay que impulsar a la gente, después la comunidad se tiene que organizar, y tanto la comunidad como los gobernantes tienen que estar de acuerdo en lo que se va a hacer, ya que interesa conseguir un turismo de calidad, y no una actividad que se coma los recursos locales.

“Donde no hay investigación no hay nada, porque la gente no sabe lo que está sucediendo. Sólo pueden repetir la misma historia, un mismo esquema, año tras año, esperando que sea verdad.”

Selket Guzman, Especialista en Comunicaciones Visuales de la Pacific Whale Foundation, fotografiando a las primeras ballenas jorobadas de la temporada en Puerto L贸pez (Ecuador).

Los patrones de coloraci贸n de las colas de las ballenas jorobadas se emplean para la fotoidentificaci贸n y seguimiento de los individuos, y el fotografiado de las mismas es una herramienta fundamental del estudio de las poblaciones en movimiento.

Antonio Cádiz Díaz, del grupo de Biología de Vertebrados del Departamento de Biología Animal y Humana, Universidad de La Habana (Cuba), evaluando la biodiversidad de reptiles junto a una refinería al norte de la isla.

INTERLUDIO Entre comienzos y finales de salidas al campo, siempre hay espacios para descansar, aburrirse, desesperarse, reflexionar y hacer planes. Algún momento para revisar la información, concretar objetivos, e incluso para preparar la comida.

Después, vuelves al trabajo, y pasas tal vez horas esperando, observando, caminando…

Roger Velázquez, técnico de Walter López del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP).

Tortuga carey (Eretmochelys imbricata) volviendo a la mar después de desovar. En la costa de la Reserva de la Biósfera Río Lagartos, Yucatán (México).

Marlenne Vázquez Cuevas, coordinadora del Campamento Cuyo de Tortugas de Pronatura-Yucatán., vigilando una tortuga carey (Eretmochelys imbricata) mientras desova. En la costa de la Reserva de la Biósfera Río Lagartos, Yucatán (México).

Marlenne Vázquez Cuevas (coordinadora del Campamento Cuyo de Tortugas, Pronatura-Yucatán) y Alicia Esquivel Luna (voluntaria de Tortugas Pronatura-Yucatán) observando una tortuga carey en la costa de la Reserva de la Biósfera Río Lagartos, Yucatán (México).

Marlenne Vázquez Cuevas (coordinadora del Campamento Cuyo de Tortugas, Pronatura-Yucatán) y Alicia Esquivel Luna (voluntaria de Tortugas Pronatura-Yucatán) en la costa de la Reserva de la Biósfera Río Lagartos, Yucatán (México).

Christian Moreno León, del grupo de Bioacústica y Neuroetología, Departamento de Biología Animal y Humana, Universidad de La Habana (Cuba), observando la señales acústicas de un murciélago.

Ariam JimĂŠnez, jefe del Departamento de BiologĂ­a Animal y Humana, Universidad de La Habana (Cuba), evaluando la biodiversidad de aves en un estuario al norte de la isla.

BolĂ­var Merino, curador del Herbario de Loja, Universidad Nacional de Loja (Ecuador).

Gilberto Silva Taboada, investigador y curador del Museo Nacional de Historia Natural de Cuba, en La Habana (Cuba).

Reinaldo Rojas Consuegra, geólogo, doctor en ciencias, investigador curador en el Museo Nacional de Historia Natural de Cuba, del que ha sido director durante varias décadas. En la actualidad estudia cómo era el clima del pasado geológico en Cuba para ayudar a interpretar los efectos futuros del cambio climático.

ROJAS

Yo soy un doctor en ciencias, geólogo, paleontólogo, hijo de campesinos. ¿Sabes lo que significa campesino en Cuba?

Eran los trabajadores del campo, prácticamente analfabetos, los mas oprimidos en este país hasta el año 59: el triunfo de la Revolución. Yo soy un guajiro, nacido en el campo, que tuve la oportunidad, porque triunfó la Revolución, de tener todos los privilegios del socialismo: una educación hasta el doctorado sin pagar un kilo, una salud garantizada, una mínima alimentación garantizada. Por tanto, ¿a qué te toca? A dedicarte a estudiar. Cuando ya me gradué tuve además la oportunidad de estudiar en la antigua Unión Soviética; allí fue que me hice geólogo. Cuando volví al país trabajé de cartógrafo en los levantamientos geológicos: es la base para conocer los recursos de la región. Después pasé a

trabajar al museo. Trabajamos plenamente por vocación: ni por salario, ni por recursos, ni por condiciones de trabajo. Ninguna otra cosa nos ha movido, porque ha sido imposible pensar en eso. A mi generación nos ha tocado trabajar, especializarnos y llegar al nivel que hayamos podido alcanzar en el contexto cubano, en esa historia social que nos ha tocado, avanzar lo mas que podamos. Eso sólo lo haces con vocación, mucho esfuerzo y mucho desgaste físico y mental… Pero también los pequeños regocijos que lleva esta esfera: un nuevo horizonte fósil, un fósil nuevo, una especie nueva, la interacción con los niños, enseñar a los jóvenes, ayudar en la tesis de alguien, publicar, enseñarles a publicar un hallazgo nuevo… En el museo este aspecto es más pleno: puedes comunicar tu ciencia, en la medida de que seas capaz de ser un buen comunicador. Eso es lo que nos nutre, no otra cosa. La vocación se nutre de que amas lo que haces y de que cada pasito que logras es el incentivo y la energía para continuar. Cuando investigamos, salir al entorno, a una campaña de campo, a recuperar material, lleva aparejado un grupo de sacrificios. Pero, cuando tiene la recompensa de tener un resultado, se suple todo aquello y estás dispuesto a volver, a pesar de todo. Creo que los científicos, primero de todo, somos muy optimistas, las dificultades las vemos muy pequeñas: las analizamos, somos muy objetivos, y las vadeamos o las vencemos, o, bueno, nos vencen, pero tenemos siempre un camino. Por ahí anda, yo creo, el comportamiento de nosotros…

Giraldo Alayón García, curador de arácnidos e investigador del Museo Nacional de Historia Natural de Cuba. En la actualidad estudia la taxonomía, biogeografía y evolución de las arañas de las Antillas.

ALAYÓN

Hay mucha aleatoriedad en el mundo, en la vida y en todo, y la ciencia no es un método absoluto de medir la realidad, sino que es bastante relativo: depende mucho de la persona, de las circunstancias y del grado de conocimiento que uno tenga. Eso es lo bueno que tiene, que no es perenne, que no es rígida, que no es dogmática: por eso yo hago ciencia; si fuera esas cosas no lo haría nunca. Me gustan la flexibilidad, el razonamiento, la discusión, y eso es la ciencia. Yo soy investigador porque soy un poco detective: me gusta buscar, encontrar, romperme la cabeza. Me gusta ayudar a entender la naturaleza, o

tratar de entenderla: porque la naturaleza es mas compleja de lo que nosotros hubiésemos imaginado, y contribuir quizá con un poco de luz a esa complejidad es algo que a mí me satisface mas que cualquier otra cosa. Es un quehacer bonito porque tú ves los resultados, estás viendo cosas nuevas, resolviendo procesos que antes no se conocían.

Estás viendo además animales de una belleza, una particularidad y una conducta increíbles… Es una aventura, es como montarse en un barco y decir: vamos a descubrir el Antártida; o montarse en una nave espacial: vamos a Marte, a ver qué te encuentras…

Manuel Antonio Iturralde-Vinent, geólogo y curador de profesión. Jubilado pero no retirado, antes trabajaba en el Museo Nacional de Historia Natural de Cuba.

ITURRALDE

¿Por qué he dedicado mi vida a la investigación? ¡Porque es divertídisimo! ¿Sabe lo que es que uno pueda dedicarse a hacer lo que le gusta, y a divertirse con ello? Además, con este asunto de la investigación, que es lo que he hecho hasta que me jubilé, y lo sigo haciendo, yo he podido no solamente viajar Cuba, sino viajar el mundo. He estado en todos los continentes menos Australia y

Antártida. Me invitaron al Antártida pero dije que no… yo he visto fotos de ahí y en verano está lleno de nieve, no me voy a congelar por una ciencia que ya se fue del Caribe… [Por otra parte,] la ciencia no lo es todo. Si uno quiere dejar un legado tiene que pasárselo a la población...

Estudiantes del grupo de NeuroetologĂ­a de la Universidad de La Habana (Cuba) visitando una cueva de calor.

Lida Sánchez Sánchez, investigadora del grupo de Bioacústica y Neuroetología del Departamento de Biología Animal y Humana, Universidad de La Habana (Cuba), libera un murciélago capturado en una red de niebla.

A OSCURAS El trabajo te lleva a bosques y selvas, playas y mares, costas y profundidades oceánicas, desiertos y montañas, ríos y cuevas, de día y de noche, no importa si el sol se ha puesto y la luna no ha salido, si llueve o hace calor, o si hay que arrastrarse sobre cucarachas y guano de murciélago para llegar a esa cueva en particular que toca visitar hoy. Incluso cuando la emoción de la novedad se haya perdido, seguirás sintiéndote un explorador.

Christian Moreno León, investigador del grupo de Bioacústica y Neuroetología del Departamento de Biología Animal y Humana, Universidad de La Habana (Cuba), observa crías de murciélago sujetas a una estalactita.

MurciĂŠlago capturado en redes de niebla en el bosque seco de Zapotillo, al sur de Loja (Ecuador).

Y no importa el país de procedencia: nuevas generaciones de investigadores corren caminos paralelos, con demasiada frecuencia ignorantes de sus colegas, todavía desconocidos, que siguen los mismos pasos en un proceso de aprendizaje que no acabará nunca. La renovación de viejos lazos, y la creación de nuevos, formarán la red sobre la que se sostendrán los investigadores del futuro.

Diego Armijos, investigador del Programa de Biodiversidad, Bosques y Servicios Ecosistémicos, de la Universidad Nacional de Loja (Ecuador), liberando un murciélago capturado en redes de niebla.

Estudiante se asoma a la ventana en la Facultad de BiologĂ­a de la Universidad de La Habana (Cuba).

AnĂ­bal Ruiz, investigador del Banco de Germoplasma, Universidad Nacional de Loja (Ecuador).

Investigadora de la Universidad Nacional de Loja (Ecuador) muestra un ejemplo del trabajo que est谩n realizando para la propagaci贸n in vitro de especies forestales.

Ibán Granda (izq.) con sus compañeros de investigación de bioinoculantes y micorrizas, de la Universidad Nacional de Loja (Ecuador), inoculando semillas de leguminosa con bacterias Rhizobium.

AGRICULTURA Conocer las flaquezas de la producción agrícola de la región, investigar, desarrollar nuevas medidas y mejoras tecnológicas para superarlas y llevárselas a los agricultores, convencer a sus líderes de que esos cambios serán beneficiosos para la comunidad. A todo esto y más se dedican los investigadores de la Universidad Nacional de Loja (UNL) que desarrollan bioinoculantes y micorrizas, estudian la propagación in vitro de especies forestales o crean un banco de germoplasma en el que conservar la enorme diversidad de semillas autóctonas que siembran los agricultores indígenas.

Nosotros somos campesinos. El mundo campesino y el mundo indígena tienen diversidad de problemas, si bien es cierto que la investigación contribuye a impulsar el desarrollo básico fundamental... Hace 30 años se creó un centro de investigación llamado Centro Andino de Tecnología Rural (CATER) en la UNL, y, una vez detectados los problemas, nos ubicaron a cada investigador con cada uno de ellos, para que los analizáramos.

Fidel HechavarrĂ­a, profesor de FilosofĂ­a en la Universidad Manuel Fajardo, La Habana (Cuba).

Fidel Hechavarría trabajando en una de sus parcelas junto a un compañero profesor de la Universidad.

INICIATIVA La gente ya no se deja impresionar por palabras: es por eso que hay que hablar con actos. Esto es lo que dice Fidel Hechavarría, un profesor de Filosofía de la Universidad de las Ciencias de la Cultura Física y el Deporte Manuel Fajardo, quien está trabajando, con una azada y la ayuda que le puedan prestar alumnos y compañeros, en hacer de su trocito de ciudad un lugar mejor para vivir. Hace ya varios años que decidió reforestar por su cuenta los terrenos baldíos de su Universidad con el fin de poner freno a la polución que llegaba de las carreteras, ofrecer sombra a las aulas y contar la historia de Cuba en especies de árboles, arbustos y cañaverales. Uno tras otro le fueron rompiendo sus árboles, y uno tras otro los volvió a plantar. Hoy es el día en que el alumno que no esté quitando malas hierbas a las 7 de la mañana no aprueba la asignatura de Filosofía, y en que sus planes de reforestación no se limitan sólo a su Universidad...

SOBRE ABEJAS En una selva protegida por el Gobierno Federal de México, una comunidad indígena de apicultores cría abejas Melipona, mientras sus jóvenes aprenden a monitorear la biodiversidad de sus bosques con pocos recursos y apenas ayuda exterior. Estas abejas nunca se encuentran lejos de los bosques neotropicales, y la conservación de estos bosques podría estar ligada a la conservación de las mismas.

Es necesario, de momento, estudiar esos bosques y cuidar esas abejas, y, cuando los esfuerzos de la administración pública son limitados, cobran importancia las iniciativas privadas: como la de Juan Menéndez Chimal y su grupo de ingenieros, quienes buscan recursos para llevar tecnología y conocimientos a las comunidades más apartadas.

Juan Meléndez Chimal, ingeniero del INIFAP, está preparando un proyecto de capacitación para las comunidades apicultoras de Chiapas (México).

Amado Pérez, productor de miel del ejido Emilio Rabasa, en la selva El Ocote, Reserva Especial de la Biósfera (México), con una de sus colmenas de Melipona.

Niñas de un poblado Suara, en la selva amazónica, al este de Ecuador

POSIBILIDADES Proyectos desarrollándose en laboratorios y centros de investigación, esperando a poder ser aplicados en el campo. Proyectos en marcha en el campo, llevados a cabo por investigadores, por técnicos, por voluntarios, por las comunidades locales. Gente con formación profesional investigando, y también enseñando a investigar de manera básica a los más interesados en que haya mejoras en sus tierras. Personas que han empezado a aprender pero que necesitan mas medios, más conocimientos, más ayuda. Niños que empiezan a explorar ese mundo, jóvenes desarrollando habilidades técnicas. Y, también, comunidades con una conciencia creciente de que la investigación, el turismo o la combinación de ambas pueden presentar una alternativa mejor, a largo plazo, a la tala de árboles, a la caza o a la ganadería. En cada vez más zonas, investigación y turismo son sinónimos de recursos y conexión con el mundo, y muchos lo están pidiendo. Buscar la manera de ofrecer esta alternativa a las comunidades en cuyas manos se encuentran las mayores Reservas Naturales del planeta exige lucidez, audacia, creatividad, flexibilidad y mucha paciencia. Aunque no los veamos, están allí, y lo están haciendo.

Padre y uno de los hijos de la familia Pinantz谩, de un poblado suara, en la selva amaz贸nica al este de Ecuador.

Un libro de fotografía de

maquetación

Deseo agradecer a las siguientes entidades su apoyo y colaboración en este proyecto: Proyecto Prometeo de la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación de la República del Ecuador.

INIFAP, Pronatura, Ecosur, Fundación Ballenas del Pacífico, Museo Nacional de Historia Natural de Cuba, Universidad de La Habana.

También quiero dar las gracias a toda la gente que me ha ayudado en cuatro países, familia, amigos, compañeros, investigadores, técnicos, voluntarios, estudiantes y todos los que me apoyasteis o participasteis o simplemente permitisteis que os fotografiara.

Gracias a todos.

2015